Slayers (NL)

Volumen 6

Capítulo 2: Bienvenido A Vezendi: Ten Una Estadía Para Morir

Parte 6

Al día siguiente, Gourry y yo salimos a la ciudad juntos, después de obtener el estúpido permiso de Radok. El hombre se mostró reacio a dejarnos ir, pero con Amelia y Xelloss quedándose atrás, finalmente cedió.

No era como si Gourry y yo estuviéramos dando un paseo de placer. Teníamos un verdadero negocio que atender, concretamente arreglar el protector de hombro que Zuuma había aplastado.

No puedo mantener las cosas buenas, ¿verdad?

Inicialmente había comprado al guardia en Saillune durante uno de nuestros viajes anteriores, pero Vezendi no tenía los recursos de hechiceros de

Saillune. Probablemente había solo unos pocos lugares en todo el Ducado de Kalmatt que podían manejar reparaciones mágicas. Después de hablar con varios comerciantes, descubrimos que solo había una pequeña tienda que vendía artículos mágicos en todo Vezendi. Fue nuestra mejor apuesta, así que nos fuimos.

El comerciante de la tienda de magia resultó ser una anciana desdentada y de pelo blanco, con las mejillas regordetas y un parche en un ojo. Ella inspeccionó el protector de hombro con su ojo bueno y emitió un juicio que no nos gustó escuchar:

“No hay ninguna manera en el infierno que pueda arreglar esta cosa fea”

Levanté mis manos.

“Genial”, escupí.

“Esto no fue un desperdicio” Era obvio que, a pesar de todos los artículos mágicos que se vendían en la tienda de artículos de moda, la anciana no era exactamente una experta en brujería.

Y ella no sabía nada de gusto. ¡Mis protectores de hombro son impresionantes!

“¿Qué pasa con un herrero regular?”, Le pregunté.

“¿Podría él arreglarlo?”

Ella negó con la cabeza encogida.

“Ningún herrero por aquí puede trabajar con este material, querida”. Puso los ojos en blanco, como si estuviera recordando algo.

“En realidad”, agregó,

“Esto ha sucedido antes”. Me pasó el protector de hombro de nuevo a mí.

“Un hechicero como tú vino aquí, queriendo que le reparen una coraza”

“Entonces, ¿qué le dijiste?”

“Acepté el trabajo”, dijo la anciana encogiéndose de hombros.

“Pero no importa cuánto le rogué a los herreros cercanos, se negaron a ayudar con las reparaciones. Terminé usando una placa de plomo y hierro para remendar el agujero en la armadura. Cuando el hechicero regresó, dijo que no podía usar algo tan pesado y no me pagó nada” La anciana sacudió la cabeza y resopló con disgusto.

Rodé los ojos. Bueno sí. Pensé. Yo también habría estado enojado.

“Será más barato reemplazar el protector de hombro. Si realmente quiere que lo reparen, tendré que pedir las piezas de repuesto de las afueras de Saillune. Eso podría tardar dos o tres meses en enviarse, y no será barato”

“Uhm”, murmuré a medias para mí misma mientras me cruzaba de brazos.

“Precio”.

Mientras que nosotros dos discutimos el tema, Gourry aprovechó la oportunidad para mirar alrededor de la tienda. Noté que miraba con interés infantil todos los objetos mágicos, dándoles la vuelta uno a uno en sus manos.

“Por cierto”, agregó la mujer.

“¿Eres un viajero? No he visto tu cara por aquí antes “.

“Se me conoce por vagar, sí”

Ella apoyó un codo en el mostrador.

“¿Entonces tal vez deberías viajar a Saillune para que te reparen? Eso te ahorraría tiempo y dinero”

“Tal vez”, le contesté con un suspiro de dolor.

“Pero estoy bastante atrapada aquí por un tiempo. He sido contratado por Radok para negocios privados aquí en Vezendi”

“¡Ah!” Dijo ella, con un brillo alegre en sus ojos.

“¡Sí Sí! Así que tú eres el que buscaba Radok-san”.

Ella aplaudió.

“Así es, dijiste que tu nombre era Lina”

“Bueno sí.”

“¡Ah!” La mujer me miró fijamente.

“Entonces, estoy segura de que Radok-san e ha estado tratando bien”.

¿Qué le digo a eso?

Cómo ese imbécil y asqueroso había llegado a ser tan respetado en torno a Vezendi estaba seriamente más allá de mí. Hice a un lado el pensamiento de enojo y en su lugar le pregunté a la anciana por cualquier detalle que tuviera sobre Radok.

“Su padre era un comerciante consumado”, dijo, frotándose los bigotes en la barbilla.

“Pero, ¿cómo digo esto … él no era el tipo más agradable de tener alrededor?”

“Pero Radok-san…”. La mujer sonrió ampliamente.

“Ahora, puede ser franco, pero definitivamente es de buen carácter”

Uh…no, no lo es.

“Él no es el hombre de negocios que era su padre, pero parece que le gusta mucho viajar”. La mujer se detuvo para rascarse el parche en el ojo.

“Pero también se podría decir que es una persona muy privada. Por supuesto, todo el dinero del mundo no te ayudará si eres un tipo desagradable.” Ella me miró, mostrando sus dientes torcidos.

“¿No estás de acuerdo?”

Ugh…No solo estaba divagando, sino que se estaba volviendo cada vez más incoherente por segundo. Tuve que bajar el pie, rápido.

“Correcto”, estuve de acuerdo, tratando de sonar sincera.

“De todos modos, Radok-san nos pidió que le hiciéramos un pequeño favor”.

Fíjense, niños y niñas, cómo dije “Radok-san” para que no molestara a la anciana. Tomando mi protector de hombro, hice un gesto a Gourry para que saliera.

“Bueno”, dije cordialmente.

“Lo siento por tomarme su tiempo, pero no puedo divulgar ningún detalle sobre mi negocio con, Radok-san, ya que implica trabajo de guardia. Pero gracias por tu ayuda” Retrocedí dos pasos hacia la entrada.

“Creo que compraré un nuevo protector de hombro”

“En ese caso …” La anciana se tocó un dedo nudoso en sus labios y pensó para sí misma por un momento.

Apenas logré evitar salir corriendo hacia la puerta. Soy cortés con los ancianos, pero solo hay tanto tiempo que puedo perder.

“Tengo un interesante protector de hombro encantado en el stock”, dijo al fin.

“Puedo buscarlo, si estás interesada. Está hecho de hueso Raja”

Me quedé helada.

“¿H-eh?”, Solté, mis grandes ojos se clavaron en ella.

“¿Te refieres a huesos de Raja el dragón de tres ojos?”

La armadura hecha de virutas de hueso de Dragón Raja es especialmente apreciada por su ligereza, y es favorecida por más que unos pocos guerreros impresionantes. Pero debido a que ningún Dragón Raja había sido visto durante mucho tiempo, los nuevos suministros de dicha armadura se habían agotado, y las piezas más antiguas se habían vuelto extremadamente raras. Encontrar algo así en una pequeña tienda de magia Vezendi fue un golpe de suerte tan increíble que casi me caigo.

“Pero…uh,” tartamudeé, tratando de mantener la calma.

“¿Es caro?”

“En absoluto”, respondió la anciana.

“Te lo venderé barato porque los diez dueños anteriores murieron en circunstancias misteriosas”.

Así que está HECHO. ¡Gracias, Vieja!

“Correcto”, dije con amargura.

“Creo que paso”

“¿Oh?” Preguntó la mujer.

“Entonces, ¿qué hay de una armadura de cuero hecha de ala Wai Pan? Ese es un tipo diferente de dragón, y tiene un amuleto incrustado en él”

No me metería en eso, pero eso era algo más que definitivamente no quería. Me pregunté qué otros ganadores mantendrían la mujer escondida en su sótano.

Pensó por un segundo, luego golpeó su palma sobre el mostrador.

“¡Ah!”, Exclamó ella alegremente.

“¡Lo sé! Compré algo hace un momento a un viajero, pero no estoy realmente seguro de qué está hecho. ¿Te gustaría echar un vistazo?”

Suspiré.

“Claro”, le dije. No es que mi tiempo tenga valor, agregué silenciosamente.

La anciana hurgó en los estantes detrás de ella, luego a través de un pasillo estrecho lleno de toda clase de locas porquerías.

“¡Aquí estamos!”, Llamó por fin.

Volvió a cojear con un par de hombreras negras en las manos.

“¿Qué piensas?”

Los guardias parecían haber sido hechos de las escamas de una tortuga gigante, pero no se sentían como escamas de tortuga. Tenían la textura de tierra negra sin esmaltar, y ambas piezas tenían adornos dorados y un amuleto de piedras preciosas incrustado.

Honestamente, las guardas no tenían mucho que ver, pero se sentían sorprendentemente ligeros en mis manos. La mano de obra era de primera categoría; eran piezas sólidas, aunque aburridas, de trabajo.

“¿Cuánto?” Pregunté.

La anciana agitó la mano.

“Cacahuetes”, respondió ella.

“Dado que no tengo idea de qué están hechos”.

¡Éxito!

Mi intuición era clara: necesitaba esos protectores. Aun así, no iba a dejar que la mujer supiera cuánto los quería, así que tuve que hacerlo bien.

“Hmm,” dije despreocupadamente.

“Es mejor que el cuero, pero … al no saber de qué están hechos, suena bastante incompleto”

La mujer me miró con astucia, con los ojos bien abiertos. Ella se golpeó los labios.

Conocía esa mirada: era una llamada a la guerra. La mujer había visto su parte de las batallas de regateo. Me subí las mangas, haciendo juego con su mirada aguda. Ella escupió en sus manos y las frotó juntas.

¡Pelea!

La mujer demostró ser una regatera feroz, por lo que la pelea no fue fácil. Al final, sin embargo, salí de la tienda satisfecha: había arrebatado los protectores de hombros por menos de lo que esperaba pagar. Me aseguré de poner una cara tan inocente como pude mientras salíamos de la tienda de la anciana.

“No fue un mal momento, ¿verdad?”, Le pregunté a Gourry mientras caminábamos por la calle.

Murmuró una especie de respuesta incoherente. Lo miré; Para mi sorpresa, se veía realmente agotado.

“¿Gourry?” Pregunté mientras fruncía el ceño.

Se encogió de hombros.

“Creo que me arrepiento de haber ido de compras contigo “, admitió después de un segundo.

“Supongo que estar atrapado en una tienda de magia es bastante aburrido para ti, ¿verdad?”

“No eso no es. Yo solo …” —Su voz se apagó en un suspiro.

El camino nos llevó a una colina, dándonos una vista amplia de Vezendi contra la puesta de sol. Gourry miró pensativamente a la ciudad, toda la extensión impregnada del resplandor rojizo de la noche.

Hombre, ¿ya está la puesta de sol? Toda la charla y el regateo del precio habían tomado un tiempo.

“De todos modos”, le ofrecí, lanzándole una sonrisa de disculpa.

“¿Ahora qué? ¿Vamos a visitar a Zel?”

“Nah”, respondió Gourry.

“Ya se ha hecho demasiado tarde en el día. Además, si nos demoramos en volver a casa de Radok, probablemente lanzará otra rabieta”

Mierda. Casi lo olvido.

“Probablemente tengas razón”, murmuré. Después de un momento, lo miré de nuevo.

“¿Recuerdas lo que dije antes? Apreciaría un poco de práctica de la espada después de la cena; Seguro que podría ser ayuda”

“Por supuesto. Oh, sobre eso”

Los labios de Gourry se apretaron y sus ojos se estrecharon, como si estuviera debatiendo si decir algo o no.

“No estaba seguro de poder decirte esto, pero …” Tomó aire.

“Cuando te atacan desde el frente, esquivas hacia la izquierda muchísimo. Probablemente debería salir de ese hábito”

¿Hábito? ¿Es un hábito?

“¿Lo hago?” Pregunté.

“Sí.”

Curiosamente, nunca me había dado cuenta de mi estilo de lucha. Pero es por eso que los llaman “hábitos”, ¿verdad? Porque no te fijas en hacerlas.

“Lo tienes”, le dije, mostrándole un pulgar hacia arriba.

“Estoy a favor de eso”

* * *

Después de nuestra práctica de la espada esa noche, estaba lista para ir a mi cama.

Me retiré a mi dormitorio, estaba en el segundo piso de la casa de Radok, y me derrumbé en el edredón como una tonelada de ladrillos con exceso de trabajo. Apenas podía levantar mis brazos y casi todas las partes de mi cuerpo me dolían.

También había venido a descubrir que apestaba a la lucha con espadas. Maldiciéndome enojada, me puse la cara en la almohada y gruñí al mundo.

Gourry tenía razón.

Yo esquivé a la izquierda, y lo hice todo el tiempo. Mis movimientos eran predecibles y tontos. Y aunque Gourry y yo solo habíamos usado palos de madera delgados para la práctica, me había golpeado una y otra vez. Esos palos pueden parecer inofensivos al principio, pero intenta ser golpeado una docena de veces. Terminé con moretones, por un lado.

No solo eso, sino porque traté conscientemente de cambiar mi estilo de esquivar, tiré y tensé los músculos que normalmente no usaba mucho. Salir de la bañera después de la práctica había terminado como una prueba dolorosa de mi fuerza de voluntad.

Y mi autoestima había recibido igual de una paliza. Cerré los ojos contra la funda de la almohada. Solo deja que el día termine. Déjame dormir, y cuando despierte, hoy habrá terminado …

*¡Tink!*

Me levanté y salté de la cama. Algo había hecho un ruido fuera de mi ventana.

Por un segundo, me pregunté por qué me sentía más rígida que adolorida, antes de que notara el tono negro a través de las rendijas en las persianas de mis ventanas. Probablemente me hubiera desmayado durante horas, justo después de golpear el saco. Extendiendo mi codo rígido lo más silenciosamente posible, alcancé la espada que estaba sobre mi mesa de noche.

Por lo que pude sentir, no había duda de quién estaba ahí fuera. ¡Así que el bastardo finalmente había llegado!

“Sé que eres tú”, le dije a la ventana en voz baja.

Hubo una pausa, y luego Zuuma habló claramente en la noche.

“En efecto”, entonó.