Slayers (NL)

Volumen 6

Capítulo 3: Preparándose Para La Gran Pelea

Parte 1

Un destello de luz plateada se escindió hacia arriba y astilló las contraventanas de abajo hacia arriba. La madera en ruinas se abrió lentamente para revelar una figura solitaria recortada contra la luna llena.

Zuuma.

Hablemos de deja vu, pensé. A Zuuma le encantaban las entradas dramáticas, pero el acto estaba envejeciendo; durante nuestro primer encuentro en Saillune, Zuuma también apareció en la ventana de mi habitación durante una noche tranquila iluminada por la luna. Este tipo claramente no creía en la variación.

“Estoy aquí”, le dije rotundamente.

“Tal como querías.” Saqué mi espada tan discretamente como pude, aunque mis músculos todavía dolían.

El pauso.

“No tengo intención de dejar que me detengas”, advirtió mientras agarraba el marco de la ventana.

Lo que significaba que había sentido mi respaldo. Sin el elemento sorpresa, pensé que no tenía más sentido esperar.

“¡Amelia!” Grité, luego me aparté del camino.

“¡Gaav Flare!”

*¡BOOM!*

La racha de fuego de Amelia incineró su camino a través de la cama antes de disparar a través de la

habitación y golpear los postigos. Desafortunadamente, Zuuma saltó adentro y eludió el marco de la ventana, dejando que la madera se encendiera a su lado.

Amelia señaló desafiante a Zuuma.

¡Ha pasado un tiempo!” Llamó.

“Sospechábamos que intentarías meterte aquí así, así que me escondí debajo de la cama de Lina. ¡No quería perder la oportunidad de administrar algo de justicia a personas como tú! ”

Bueno, me había parecido un buen plan. A pesar de que Radok nos había asignado cuartos individuales, todos sabíamos que Zuuma era la que más probablemente atacaría, por lo que Amelia se había ofrecido a alojarse en secreto en mi habitación. Por supuesto, no fue una sorpresa que un asesino del calibre de Zuuma pudiera sentir la cantidad de presencias dentro de una habitación antes de que ingresara; tal vez no deberíamos habernos molestado.

“Creo que se dio cuenta”, murmuré a Amelia.

Amelia apretó el puño con entusiasmo.

“En cualquier caso”, anunció, sacudiendo el puño en Zuuma.

“Puede que me hayas superado esta vez, ¡pero nunca volverás a hacerlo!”

Zuuma pareció divertido por un momento, casi como si se contuviera una risa. Pero luego cambió su mirada hacia mí y el humor desapareció de sus ojos.

Antes de que pudiera siquiera parpadear, Zuuma saltó de la ventana y se acercó a la habitación para mí.

Me tragué el instinto de retirarme. No estaba dispuesto a dejar a Amelia sola para pelear mis batallas por mí. ¡Como si te dejara! Además, quería darle a ese tipo una muestra de mi nueva espada brillante; Gourry me había enseñado un montón de nuevos movimientos para …

*¡CHING!*

En el instante en que Zuuma pasó junto a mí, supe que me esperaba. Mi nueva espada, supuestamente patea traseros, se partió por la mitad como un maní quebradizo.

¡AAGH! ¿Por qué?

Zuuma desató una poderosa patada en mi dirección. Retrocedí y logré evitarlo, pero solo por pura suerte. Sabía que tenía que poner algo de distancia entre nosotros o estaba muerto.

Zuuma metió su mano izquierda en mi garganta. Reflexivamente me incliné hacia atrás y lo evadí, pero apenas; Sentí el violento silbido del aire cuando su mano golpeó el espacio vacío al lado de mi oreja.

Tiré mi espada rota a Zuuma. Y no, el movimiento todavía no funcionó, él simplemente aplastó la empuñadura. ¡Bueno! ¿Siguiente?

Fingí, y eso empujó un segundo extra entre mi vida y mi asesinato. Rápidamente comencé a cantar un hechizo.

Amelia, inclinada hacia su flanco, ya había terminado de recitar el de ella.

“¡Dam Brass!”

Tan fácilmente como él había esquivado su primer hechizo, Zuuma saltó hacia arriba y fuera del camino. Amelia se lanzó hacia él, forzando a Zuuma a volverse y enfrentarla. Estaba claramente en desventaja: no solo Zuuma era demasiado rápido para ella, él tenía mucho más poder y habilidad que ella. ¡Amelia estaría mal hecha si yo no interviniera!

Fue entonces cuando una idea me golpeó. Respiré y tiré mis manos.

“¡Lighting!” Grité.

En reacción a mi hechizo, Zuuma torció con destreza su cuerpo para esquivarlo. Pero mi objetivo no era golpearlo y cegarlo con la iluminación; Tenía algo más grande en mente. La luz mágica voló más allá de Zuuma y estalló cerca del techo. La luz inundó la habitación, iluminando momentáneamente el interior de mis cámaras que se destrozaban rápidamente.

Allí, en el piso, apareció exactamente lo que quería:

la sombra de Zuuma.

¡Sí!

Sabía que, si pudiera sujetar la sombra de Zuuma al suelo con Shadow Snap, lo clavaría en su lugar y resolvería la mitad de nuestros problemas. ¡Entonces Amelia y yo podríamos juntarnos con el bastardo inmóvil y finalmente terminar nuestra ridícula aventura!

Pero, como estas cosas van, siempre viene alguien para arruinar al chucho. Todavía no había empezado a cantar mi Shadow Snap cuando alguien comenzó a golpear la puerta.

*¡GOLPE!*

“¡¿Qué pasa?!” vino la voz frenética de Gourry.

“Lina, ¿sucedió algo?”

Su tiempo no podría haber sido peor. Aun así, con toda la conmoción que se produjo, en realidad sonaba como si hubiéramos despertado toda la casa.

“¡¿Qué pasa?!”, Gritó un sirviente.

“¿Intrusos?” Gritó otro.

“¿Está a salvo Radok-san? ¡¿Alguien lo ha visto?!”

¡Que alguien llame a los guardias de la ciudad!

Zuuma gruñó en decepción. Obviamente, no contento con la situación, se lanzó en dirección a la ventana.

“¡Espera!” Gritó Amelia.

Ella corrió tras él, pero ya era demasiado tarde; Con un gran salto, Zuuma saltó a través del marco de la ventana destruida y desapareció en la noche.

*¡CHOQUE!*

Ese fue el instante en que Gourry pateó la puerta. Voló a la habitación, con la mano en la empuñadura de su espada.

“¿Están ustedes bien?”, Preguntó sin aliento.

Amelia y yo intercambiamos miradas.

“Sí”, le respondí con un suspiro.

“Estamos bien”

Gourry no parecía convencido. Amelia le mostró un pulgar hacia arriba, tratando de cubrir mi decepción.

Me sentí aliviada, claro, pero todavía un poco molesta. Un minuto más y podría haber clavado a Zuuma. O haber muerto, recordé.

Poco después de que Amelia y yo nos habíamos revisado para detectar lesiones, Radok irrumpió en la habitación. No me sorprendió, ¿desde cuándo había dejado pasar la oportunidad de gritarme?

“¡¿Qué pasó?!” Radok se enfureció, su cabeza se sacudía de un lado a otro mientras se daba cuenta de la condición de mi habitación.

“¿Quieres decir que Zuuma estaba aquí?! ¿Y que lo dejaste escapar?!”

Los ardientes ojos de Radok se enfocaron en Amelia y en mí. Por mucho que el hombre intentara cortar una figura imponente, el ridículo camisón y las zapatillas que llevaba casi arruinó el efecto. Reprimí un resoplido cuando él enojado cruzó sus brazos.

Para ser honesto, compartí la frustración de Radok. A pesar del hecho de que Zuuma se había escapado, el hechizo de Amelia había demolido la ventana, (y una gran parte de la pared circundante) pedazos de escombros yacían en el suelo, y había perdido mi puerta. Con todo, la habitación parecía un infierno.

“Zuuma estuvo aquí”, confirmé, usando mi mejor mecanismo de distracción: cambiando la culpa.

“E hicimos nuestro mejor esfuerzo”

“¡Mientes!” Radok retumbó con un indignado movimiento de su brazo.

Uhm…¿Disculpa?

Después de todo lo que Amelia y yo habíamos pasado, no podía creer que ese imbécil tuviera el valor de lanzarme acusaciones. Apreté los puños, mi rabia agitándose en la boca del estómago.

“¿Por qué motivo me llama mentirosa, señor?”, Susurré.

“Si el asesino hubiera usado un hechizo lo suficientemente grande como para hacer un agujero a través de esa pared, ninguno de ustedes estaría aquí para contarlo”

“¡Ya te dije que Zuuma no es ese tipo de asesino!” Le respondí.

Zuuma era el tipo para llevar a cabo sus tareas con precisión; el daño colateral excesivo solo lo hacía parecer menos profesional. Además, parecía cada vez más como si quisiera matarme a la antigua usanza: con sus manos alrededor de mi garganta.

“¡¿Y cómo puedes estar segura de tal cosa?”, Preguntó Radok descaradamente, con el pecho hinchado.

“¿Nunca usa hechizos de ataque? ¡¿Ese agujero acaba de aparecer en la pared?!”

Como si fuera a admitir que éramos nosotros. Apreté la mandíbula y guardé silencio.

“Incluso si estás diciendo la verdad, al final aún le dejaste escapar. Maldición, esto es una mierda: te pago una tarifa de lujo para protegerme, ¡y tú solo logras destruir mi casa!” Él alzó los brazos.

“Y encima de eso, tienes el descaro de pararte allí y defenderte”

“Es por eso que le imploré que los abandonaras, padre”, dijo una voz agravante y familiar. Abel, al parecer, se había escondido detrás de Radok en algún momento.

“Si lo piensas, el alboroto probablemente fue solo una farsa que estos dos inventaron”. Abel señaló a Amelia y a mí.

“Tirarlos es el único …”

“¡Silencio!” Radok rugió.

Me alegré de que el papá de Abel apretara al niño, porque estaba a punto de hacerlo con mis puños.

Radok azotó a su hijo.

“¡Te lo dije antes! Si son fraudes, todo lo que pierdo es un poco de dinero, pero si no lo son, ¡puedo perder mi vida!”

“¡Pero piénsalo, padre!” Abel se inclinó, listo para discutir su punto de vista.

“Ella misma dijo que el asesino vendría por ella primero. ¡Si eso es verdad, entonces patearla a ella y a su asqueroso séquito en la calle hará que el asesino se aleje más de ti!”

Radok miró a su hijo.

“¿Estás diciendo que debería vivir el resto de mi vida por temor a la sombra de un asesino? ¡¿No sabiendo cuándo o dónde esa sombra caerá sobre mí?!”

Abel no respondió. Movió su dura mirada de Radok hacia mí, sus labios se curvaron con fuerza.

Radok tenía un punto. Créeme, es mucho más fácil deshacerse del miedo de un enemigo que puedes evaluar. Cuando no puedes ver quién te persigue, puedes volverte loco preguntándote cuándo atacará tu enemigo y si tienes o no el poder para ganar.

Pero como sea, Zuuma no tenía nada de vago, y Radok había escuchado muchas historias sobre las víctimas de Zuuma. Radok probablemente me vio como un escudo humano entre él y Zuuma; Si me enfrenté a Zuuma y perdí, entonces la mejor esperanza de Radok era lanzar un ataque inmediato por su cuenta. Estaba seguro de que por eso nos quería en su proximidad en todo momento.

La mejor solución fue perseguir a Zuuma y establecer una relación con él de una vez por todas. Si no lo hiciera, temía que me encontrara eternamente atrapado entre las ridículas disputas de Radok y Abel. Dada la elección, prefiero a Zuuma.

Abel chasqueó esta lengua.

“En cualquier caso”, anunció,

“Me atrevería a decir que no toleraremos a estos terribles alborotos mucho más tiempo”.

“De hecho,” resopló Radok. Hizo una pausa para pensar.

“En este momento”, dijo al fin,

“No estoy a favor de expulsarte de nuestra casa todavía. No mientras mi vida esté en peligro”. Echó un vistazo por la habitación, dejando que Amelia, Gourry y yo nos arrastramos antes de aterrizar en su hijo. Frunció el ceño

“¿Entendido?”

Sin esperar respuesta, Radok giró sobre sus talones y salió de la habitación. Abel esperó hasta que su padre se hubo ido antes de hacer una fea mueca.

“Maravilloso”, murmuró.

Al salir, Abel se detuvo para mirarnos. Escupió un arrebato antes de volar por el pasillo. Habría devuelto el favor con un gesto obsceno si la habitación no hubiera estado llena de los sirvientes de Radok.

“No dejes que te moleste, querida”, ofreció una criada regordeta de mediana edad mientras se acercaba a nosotros.

Ella extendió sus palmas en un gesto conciliatorio.

“El maestro y su hijo son de mal genio, pero solo se están peleando porque la vida del maestro está en peligro. Por lo general, se llevan muy bien”

Amelia puso los ojos en blanco con escepticismo.

“Estoy seguro.”

“Es cierto”, sostuvo la mujer.

“Después de que su esposa se fue, el maestro crio a su hijo a la edad adulta solo”

Ugh … Realmente no quiero pensar en la virilidad de Abel.

Podía sentirlo como una técnica con efectos devastadores, fácil de aprender, pero difícil de dominar. Por lo general, se llama La Charla Ociosa, y no tenía ninguna duda de que la vieja sirvienta era magnífica en eso.

Definitivamente ya había tenido suficiente de eso en la tienda de magia. Además, es difícil ser paciente en medio de la noche y justo después de ser saltado. Sabía que tenía que pensar rápido.

“Claro”, le dije rápidamente.

“Entonces será mejor que nos deshagamos de ese asesino, por el bien de ambos”

La mujer asintió solemnemente. Ella abrió la boca para hablar otra vez, pero la interrumpí con una pregunta.

“Si el asesino vino aquí …alguien debió haberlo contratado para matar a Radok-sama. ¿Se te ocurre alguien que pueda hacer eso?”

La anciana regordeta frunció los labios.

“El Maestro no tiene enemigos que yo sepa. Oh, pero nunca se sabe, ¿verdad? Hay muchas personas preocupadas y resentidas en el mundo. No sé mucho sobre sus asuntos de negocios, pero tal vez el asesino esté involucrado en ellos. Si ese es el caso, tal vez el culpable sea Rezak “.

¿Rezak? Me preguntaba. Pero no me pregunté mucho, porque la mujer no se detuvo a respirar.

“Era mi antiguo maestro”, dijo,

“El caballero que residía aquí antes que Radok-sama. Se supone que perdió su casa debido a la mala gestión. Por otra parte, la mala gestión del dinero no suena como Rezak. Pero si ese no fuera el caso, no sé por qué …”

“Gracias”, interrumpí en voz alta.

“¡Entonces me iré!”

“¡Ah!” Exclamó la sirvienta, ignorándome por completo.

“Tal vez sea un rencor contra el padre del maestro, entonces! Su padre fue generoso, verás, pero algunos sabían que era bastante codicioso. ¡Estoy segura de que había muchos que lo rechazaban! ”

“Gracias, miraré en …”

“Balom-san, por ejemplo, es el comerciante preeminente en Vezendi en este momento. Pero el padre del maestro, cuando estaba vivo, siempre estaba un paso por delante de él”.

¡Hablando sobre abrir una lata de gusanos!

La sirvienta siguió y siguió así hasta el amanecer. No importaba cuánto intentara escabullirme en el dormitorio de Amelia, la doncella siempre conseguía agarrarme del brazo, inclinarme más y desatar otra ronda de balbuceos. Todo lo que ella dijo eventualmente se convirtió en una mezcla de tonterías destrozada en mi cerebro cansado; No sé por qué incluso se molestó en tratar de resolver el misterio conmigo a esa hora.

Cuando por fin me metí en una cama de repuesto, no podía mantener la cabeza en alto. Me desmayé con lágrimas de cansancio en mis ojos.