Kami Tachi ni Hirowareta (NL)

Volumen 5

Capitulo 4: Regresar A Gimul

Episodio 2: Búsqueda En El Bosque III

Corté las raíces que se acercaban mientras corríamos hacia el treant anciano. Su corteza era de tono oscuro y la circunferencia de su tronco era de al menos diez metros. Parecía tener unos veinte metros de altura. El maletero estaba lleno de bultos o agrietado en algunos lugares, lo que lo hacía parecer más siniestro que grandioso. El rostro de su tronco era redondo y aproximadamente el doble de alto que un hombre adulto. Estaba ubicado cerca de la base del maletero. La textura y el tamaño de la criatura la hacían parecer mucho más inquietante.

“¡Ryoma, Leipin, manténganse fuera del alcance de las ramas y brinden respaldo! ¡Cilia, apóyalos!” Ordenó Asagi. Obedecimos y nos quedamos en el lugar.

Usé Pavement para cubrir el suelo mientras lanzaba hachas de hierro de limo desde la distancia, cortando los treants que se arrastraban hacia nosotros. Leipin me apoyó con magia, mientras Cilia cortaba las raíces que se acercaban a Leipin ya mí.

El resto del grupo atacó al anciano treant, pero podría requerir más castigo del que anticipamos. El tamaño de su cuerpo, junto con un hechizo de madera llamado Grow, lo convertía en un enemigo bastante molesto. Ese no era un hechizo que normalmente tenía efectos curativos, pero los treants mayores eran monstruos vegetales, por lo que crecer ellos mismos era efectivamente idéntico a curar. Todavía teníamos la ventaja, pero teníamos que permanecer alerta.

El anciano treant emitió un sonido entre un gemido y un grito. Miré hacia un lado y vi que Mizelia le había golpeado la cara con su hacha. Parecía que ya lo había golpeado varias veces, pero este golpe fue más profundo que los demás. Welanna y Miya siguieron rápidamente con sus propios ataques.

Pero el anciano treant respondió con un contraataque inesperado. Su boca escupió un orbe negro a Welanna. La esquivó a pesar de que la tomaron desprevenida, pero sus ramas inmediatamente la persiguieron, por lo que se vio obligada a detener su ataque.

Ese ataque tenía que ser Dark Ball, un hechizo oscuro. Welanna tuvo que detenerse, pero al menos Miya seguía yendo. O eso pensé, pero luego el anciano exhaló una niebla negra. Al ver esto, Miya se retiró.

“¡¿Qué es eso?!” ella lloró. Su hacha se estaba oxidando ante nuestros ojos.

“¡Me encantaría conocerme a mí mismo!” Dijo Asagi.

“¡Ese último hechizo fue Dark Ball!” Leipin explicó. “¡Este anciano treant también puede usar magia oscura! ¡Esa reacción probablemente también fue causada por magia oscura!” Eso desafió toda la información que teníamos.

“¡Nos falta demasiado entendimiento!” Declaró Asagi. “¡Retirémonos por ahora y propongamos contramedidas!”

Por lo tanto, nos vimos obligados a retirarnos por el momento.

***

Una vez que estuvimos fuera del rango de ataque del treant anciano, tomamos un descanso y hablamos entre nosotros.

“Miya, ¿cómo está tu brazo?”

“Muy bien, pero esto se acabó”, dijo Miya y nos mostró su hacha. Todo el metal se había oxidado y el borde afilado se estaba desmoronando. “Todo gracias a esa niebla negra”.

“Esto no es bueno”, dijo Asagi.

“No se puede luchar con un arma como esa”, dijo Welanna.

“Leipin, ¿cómo deberíamos luchar contra esta cosa?” preguntó Mizelia.

“Incluso yo nunca he oído hablar de un treant anciano que pueda usar hechizos aparte de la magia de madera. Tampoco he oído hablar de un hechizo oscuro que haga que las armas se oxiden. La magia oscura se puede contrarrestar y recuperar mediante el uso de la magia de la luz, y la energía mágica oscura se puede purgar con la energía mágica de la luz, pero esto no se puede hacer perpetuamente durante el transcurso de una batalla”.

Ese hechizo oscuro aparentemente podría hacer que el metal se oxidara. Tal vez eso fue lo que asustó a mis limos de metal, pero eso no explica por qué los limos de hierro no se vieron afectados. Sin embargo, con eso en mente, esto me dio una idea que decidí transmitir al grupo.

***

Después de que expliqué mi hipótesis, volvimos a confrontar al anciano treant. Había muchas cosas que no previmos sobre este monstruo, pero no era lo suficientemente fuerte como para ser tan amenazante, y siempre podíamos retirarnos si se volvía peligroso, por lo que valía la pena intentar cualquier plan. “¡Aquí vamos!”

“¡Pavement!”

Después de pavimentar el suelo de nuevo para bloquear las raíces, cargamos contra el treant anciano. Cuando nos acercamos, comenzó a arrojar niebla negra para defenderse.

“¡Aquí viene!”

“¡Bien, vamos a darle una oportunidad a esto!”

Lancé un hacha de limo de hierro a la cara del anciano treant. Pasó a través de la neblina negra y golpeó al anciano entre los ojos. Luego, a través de los efectos de nuestro contrato, la baba de hierro me dijo que era seguro.

“¡Está bien! ¡Parece que los limos de hierro no se ven afectados por ese hechizo!”

“¡Muy bien, entonces demos todo lo que tenemos!” Gritó Asagi, cargando contra el rostro del anciano treant. Miya, Mizelia y Welanna lo siguieron. Por último, lancé Fire Arrow mientras atacaba a la criatura.

Mi idea era luchar usando armas y armaduras hechas con mis limos de hierro. Le recordé a la fiesta cómo mis limos de metal fueron intimidados antes de la pelea con el treant anciano, y se les ocurrió la hipótesis de que tenían miedo instintivamente porque eran metálicos. Pero aunque los limos de hierro también estaban hechos de metal, no tenían miedo, así que sospeché que eran inmunes a la niebla.

También mencioné algunos conocimientos que retuve de la Tierra, afirmando que mi abuelo me los enseñó. Cuanto más puro es el hierro, más lento se oxida. Y mis limos se convirtieron en limos de hierro cuando consumieron hierro puro que extraje con alquimia, por lo que sus cuerpos también eran muy puros.

Parecía poco probable que la niebla del treant anciano pudiera hacer que todos los metales se oxidaran por igual, así que probamos esta idea. La magia podía hacer posible lo imposible, con un poco de imaginación, pero eso no significaba que pudiera hacer literalmente cualquier cosa. Tenía que obedecer las leyes de la naturaleza hasta cierto punto. Cuanto más se intentaba torcer las leyes de la naturaleza usando magia, más energía costaba, por lo que había límites. Incluso con los efectos de la magia, predije que este hechizo tendría problemas para oxidar el hierro puro.

De hecho, el hierro se oxidaba lentamente, y aunque temía que mis limos de hierro pudieran tener problemas si la batalla se prolongaba demasiado, el resto del grupo resolvió ese problema por mí. El primer paso fue tirar una baba de hierro para ver qué pasaba, y si eso fallaba, recuperaríamos esa baba y nos retiraríamos. Simplemente se podría curar con un método que mencionó Leipin. El núcleo de una baba era su parte más importante, mientras que algo de oxidación en la superficie no representaría un problema grave. Siempre que se detuviera el óxido antes de que alcanzara el núcleo, la vida del limo probablemente se podría salvar.

Si el limo no sufría daño, continuaríamos la batalla. Construimos un plan basado en la información que obtuvimos en la última batalla y buscamos hacer de esta una pelea rápida. Una vez terminada la batalla, nos curaríamos con magia de luz, solo para estar seguros. Y si no pudiéramos matar al treant anciano, podríamos retirarnos de nuevo.

El resto del grupo acordó ayudar a recuperar el limo y retirarse según fuera necesario, así que desafiamos al anciano treant a otra pelea. Esta vez me uní a los combatientes en la línea del frente, por lo que fuimos atacados con una ferocidad aún mayor. El treant anciano primero nos atacó con sus ramas desde arriba. En segundo lugar, lanzó Dark Ball. En tercer lugar, bloqueó el camino con sus raíces. También intentaron atraparme al mismo tiempo, así que corté las raíces y continué empujando hacia adelante.

El rostro del anciano treant estaba justo frente a mí. Traté de acercarme y atacar, pero el anciano treant no se lo puso fácil. Preparó otra Dark Ball mientras lanzaba sus ramas hacia mí. Me aparté del camino, dando vueltas de izquierda a derecha mientras las ramas se acercaban. Corté las ramas con mi espada, enviándolas a caer al suelo.

Luego, evadí la Dark Ball voladora y me acerqué al treant anciano. De pie justo debajo de su cara, corté lo que habría sido su garganta si fuera humano. Revestida de qi, mi espada no encontró resistencia mientras cortaba la madera. Toneladas de energía mágica brotaron de la enorme herida.

Ahora el anciano treant parecía saber que estaba en problemas. Atacó con menos frecuencia y empezó a curar la herida, pero ninguno de nosotros iba a dejar que eso sucediera. Leipin golpeó la herida con un hechizo de fuego de nivel medio llamado Flame Lance. Volar sus entrañas con fuego poderoso parecía ser bastante efectivo, como era de esperar. La tasa de recuperación del treant anciano cayó vertiginosamente. Sin dejar escapar esta oportunidad, los demás atacaron el rostro y las partes que lo rodeaban a la vez.

Mientras tanto, me preparé para un ataque de seguimiento. Hice transformar mi gran limo de hierro e hice que quince de los limos de hierro se separaran. Luego, rápidamente hice que la gran baba de hierro se convirtiera en una bola de hierro lo suficientemente pequeña como para llevarla con ambas manos. Estaba cubierto de puntas afiladas y tenía un mango semicircular con un agujero a través del cual podía agarrarlo. Cada uno de los otros quince lodos de hierro formaron un eslabón de una cadena alrededor de este lazo para que yo lo agarrara con mi mano derecha. En unos cinco segundos, había convertido mi katana en una bola y una cadena.

“¡Listo cuando tú lo estés!” Dije.

Esta bola y cadena se hizo específicamente para infligir mucho daño de un solo golpe, perfecta para monstruos grandes. Cuando tiré de la cadena, hizo un ruido sordo. La pelota era tan pesada que levantarla requería una fuerza considerable o el uso de magia mejorada. Al usar la meditación energética, pude balancearla. Una vez que cogí algo de impulso, la bola y la cadena volaron ruidosamente por el aire. No tenía experiencia con esta arma, pero probablemente podría alcanzar un objetivo inmóvil.

“¡Muy bien, extiéndete!” Asagi ordenó, y el grupo que había estado atacando al anciano treant rápidamente hizo algo de espacio. Mi objetivo era la cara del anciano treant.

La bola de hierro se estrelló contra su nariz con un fuerte crujido, dejando una fisura en su cara de la que brotó energía mágica. El ataque anterior parecía haber hecho que su rostro fuera más fácil de dañar. Con todo el daño que había sufrido, no pudo soportar este impacto. Había planeado golpearlo cuatro o cinco veces, pero como si ya no pudiera luchar, sus raíces y ramas se detuvieron. Sin embargo, todavía respiraba un poco.

“Ryoma, tú haces los honores”, dijo Asagi.

“Después de todo, tú y tus limos hicieron más trabajo aquí”, dijo Cilia.

“Arregle esto de una vez por todas”, dijo Welanna.

“Entendido.”

Hice girar la cadena de nuevo, esta vez golpeando la frente del anciano treant con todas mis fuerzas. Con un sonido fuerte y contundente, el rostro del anciano se desmoronó. La energía mágica brotó más fuerte durante un rato antes de extinguirse gradualmente, hasta que ya no la sentí.

“¿Está muerto?” Preguntó Cilia.

“Sí, eso se soluciona”, respondió Leipin.

Después de confirmar que todos estaban ilesos, usé magia de luz para curar mis limos de hierro. Parecían estar bien, pero lo hice de todos modos solo para estar seguro. Afortunadamente, todo terminó bien.

“Y eso es todo”, dijo Asagi mientras lanzaba Light Ball en mis limos de hierro. Estaba mirando los cadáveres de treant que dejamos atrás. No tenía idea de cuánto tiempo nos llevaría reunir a todos nosotros solos. Ni siquiera podría caberlos a todos en nuestras Dimension Homes.

“No te preocupes”, dijo Asagi. “Una vez que tus limos estén curados, regresaremos a la ciudad e informaremos de esto al gremio. Mientras estamos allí, podemos buscar ayuda para recolectar y transportar la madera. Los costos laborales se pueden cargar al gremio después de que regresemos a Gimul”.

Por lo tanto, regresamos a la ciudad, informamos al gremio y presentamos una solicitud de trabajo. La madera se recogería a partir de mañana. Por ahora, era hora de pasar la noche descansando.