Kami Tachi ni Hirowareta (NL)

Volumen 2

Capitulo 2: Personalidad Completamente Opuesta

Episodio 28: Día De La Inauguración

Al Día Siguiente ~ Lado de Ryoma ~ 

Después de la reunión de ayer, Carme y Carla insistieron en que podrían ir a trabajar lo más temprano posible mañana, así que decidí abrirme para hacer negocios hoy e ir a la tienda temprano en la mañana. Eran las 5 de la mañana.

“Tal vez llegué demasiado temprano”, me preguntaba. Entré en el momento en que lo habría hecho en mi viejo mundo, lo que no me sirvió de nada. No esperaba que los gemelos llegaran allí por un tiempo, así que perdí el tiempo jugando con los limos.

***

“Buenos días, jefe”, dijeron los gemelos.

“Buenos días, Carme y Carla. Estoy emocionado de trabajar con ustedes hoy”, respondí. Después de que llegaron, realicé un control superficial de la tienda y me preparé para abrir el negocio. Eso probablemente suena como más trabajo de lo que fue, pero todo lo que hice fue pegar el limo limpiador en la sala de espera y sacar las bolsas y el cambio de repuesto. Los gemelos trajeron las bolsas que pedí por la mañana, por lo que se pusieron en uso de inmediato.

“Ahora bien, me voy”, anuncié.

“Hasta luego”, dijeron los gemelos. No estaba seguro de si dejar la tienda en sus manos el primer día, pero no pude anunciar con volantes ni nada, así que decidí contarle a la gente sobre mi tienda mientras aceptaba un trabajo del gremio. Serge me consiguió empleados que podían encargarse de todo, así que, sinceramente, tal vez ni siquiera me necesitaban. Pero supongo que ese es el punto de contratar personas. Pensé en ello cuando visité la tienda vecina camino al gremio. Tenía que decirle a Pauline que mi tienda estaba abierta para los negocios.

“Disculpe, ¿hay alguien aquí?” Yo pregunté. Parecían estar abiertos, pero no había nadie adentro, así que llamé a alguien. Pauline llegó corriendo desde la parte trasera de la tienda.

“¿Hola? ¡Oh! ¿Si no es Ryoma? ¿Estás aquí para comprar semillas otra vez?”

“No, pero mi lavandería, Bamboo Forest, abrió hoy. Yo sólo quería decirte.”

“Oh, ¿ya estás abierto? Eso fue rápido.”

“Sí, gracias a la ayuda de todos. Puedes tener esa bolsa que te regalé el otro día gratis, así que espero que pruebes nuestros servicios. Cuéntale a Mary y Kiara sobre eso también. Puedo decirles a mis dos empleados que vendrás”.

“¿Tienes empleados?”

“Un conocido me los presentó. Mientras estoy de aventuras, ellos administrarán la tienda por sí mismos. Además, tendré que pagarles con mis ingresos desde la aventura hasta que mi negocio realmente se recupere”.

Dijeron que mientras llegaran a trabajar al final, no necesitaban que les pagaran, pero eso no me sentó bien. Honestamente, no sabía por qué querían trabajar tanto para mí. Serge probablemente ofreció tareas más complejas para aprovechar al máximo sus talentos, y creo que también fue mejor. Tal vez estaban tratando de hacer conexiones. De todos modos, no me puedo quejar.

“Teniendo en cuenta el tamaño de tu tienda, me pregunto si eso es necesario. Bueno, buena suerte, tienes mi apoyo. Lo intentaré hoy”.

“Gracias. Me pondré a trabajar, entonces”.

Me despedí y salí de la tienda. Tan pronto como llegué al gremio, la gente me llamó.

“Ryoma, ¿tu lavandería se abrirá pronto?”

“¿Cuándo estará abierto?”

“¡Espero que se abra pronto!”

Los aventureros con los que cabalgué cuando fui a matar monstruos en la mina abandonada habían estado charlando conmigo un poco más recientemente. Esperaban con ansias cuando se abrió mi lavandería, aparentemente.

“Bamboo Forest abre hoy, en realidad”.

“¡¿De verdad?!”

“Si. Brindamos un servicio de limpieza de equipos para aventureros que puede usar”.

“¡Diablos, sí! ¡Voy a ir de camino a casa hoy! ”

Hablé en voz alta sobre la tienda para anunciar a todos los que nos rodeaban, luego tomé un trabajo que consistía en recolectar hierbas. Decidí encargarme de eso mientras miraba alrededor de la mina.

***

Horas después…

Les dije a los gemelos que podían dirigir la tienda, pero por curiosidad, decidí terminar mi trabajo y regresar temprano. A pesar de que era nuestro primer día de negocios, la gente estaba reunida afuera. ¡Más de veinte personas, de hecho! Entré en pánico y entré en la tienda, donde Carla me saludó.

“Bienvenido – ¡Oh, jefe!”

“Carla, ¿qué está pasando aquí?”

“¡Estamos haciendo una fortuna, pero estamos muy ocupados!”

“¡Jefe! Algunas damas del vecindario vinieron a pedirnos que laváramos la ropa”, dijo Carme mientras cargaba la ropa de la parte trasera de la tienda. ¡Teníamos que manejar a toda esta gente!

“Ayudaré. ¡Ustedes dos cuiden a los clientes, yo haré todo el trabajo!” Ordené y me concentré intensamente en mi trabajo. Pero cuantas más personas servimos, más personas vinieron. ¡¿Que está pasando?! Al final, las oleadas de personas no cesaron hasta después de las 3 p.m. No podría decir que había muchos de ellos en ese momento, pero explicarles cómo funcionaba nuestra tienda a cada uno de ellos tomó algo de tiempo. Nuestra tienda era evidentemente más barata que la norma, por lo que los clientes se sorprendieron de poder lavar la ropa a nuestros precios. También hizo que algunos de ellos preguntaran si íbamos a hacer un cargo por separado más tarde por un alto precio. Lamentablemente, muchos de ellos no estaban convencidos de nuestro servicio. La gran multitud que tuvimos durante un tiempo atrajo a algunos guardias de la ciudad para que también vieran de qué se trataba el alboroto.

Pero esto resultó estar a nuestro favor. El capitán de la guardia se enteró de la tienda por parte de los otros guardias y nos pidió que laváramos la ropa para todo el escuadrón. Pagaron la ropa por treinta y cinco, para lo cual compraron dos bolsas. Contrataron personas para lavar la ropa de los guardias hasta el año pasado, pero un funcionario del gobierno en ese momento implementó un recorte presupuestario que ya no era posible. Simplemente se alegraron de que su salario no bajara, pero después de quejarse un poco sobre el gobierno, me dijeron que me pedirían que lo hiciera. Quizás ya tenía un gran contrato.

Pero abrimos a las 8 de la mañana y nos llevó unos tres minutos atender a cada cliente. No sabía cuándo empezaron a llegar los clientes, pero parecía que Carme y Carla estaban trabajando durante siete horas seguidas sin siquiera tomarse un descanso para almorzar.

Eso no me pareció genial. Tal vez podría lidiar con eso, pero no estos dos. ¡Con estas condiciones, mi tienda era apenas mejor que una fábrica de explotación! ¡Quería evitar eso a toda costa! ¡Juré en mi mundo anterior que no dejaría que eso sucediera!

“Buen trabajo hoy, ustedes dos”.

“Tú también, jefe”.

“Esa fue mucha gente”.

“Sí, en serio. ¿Crees que deberíamos contratar más empleados?”

“Sería mejor hacerlo pronto, sí. Si desea dejar que sus empleados se turnen para tomar descansos, deberá contratar entre cuatro y seis personas. Pasamos la mayor parte de nuestro tiempo explicando el sistema a las personas hoy, pero a juzgar por la respuesta de los clientes, no tenemos suficientes personas para hacer lo mínimo por nuestro trabajo”, respondió Carla con prontitud.

“Los clientes estaban satisfechos con la velocidad y la calidad de nuestro trabajo, por lo que espero que veamos aún más visitantes mañana. Deberías poder encontrar más empleados de inmediato si envías un aviso en el gremio”.

“Ya veo. ¿Cuánto debo ofrecer para pagar?”

“Cualquier lugar de 120 a 150 escudos por día sería suficiente. Eso es suficiente para vivir el día a día y aún tener algunos ahorros. Eso es extraordinario para un salario inicial, así que estoy seguro de que pronto encontrarán candidatos”.

“Si no fuera tan urgente, podríamos tomarnos el tiempo para encontrar empleados que trabajen por menos, pero la contratación de personas que puedan comenzar a trabajar de inmediato debería tener prioridad”.

“Entonces me dirigiré al gremio de inmediato. Parece que cuanto antes, mejor”.

“Por favor”, respondieron los gemelos. Confiando en su aporte, salí rápidamente de la tienda. El problema se resolvería lo antes posible. Pero cuando salí de la tienda, me encontré con cuatro vecinos que llevaban una bolsa grande. “Oh, Ryoma”.

“Pauline, Renny, Rick y Sieg, ¿están todos juntos? ¿Qué es lo que tienes en la mano?”

“Esperamos lavar la ropa en su casa. Soy carnicero, así que tengo manchas de sangre en mucha de mi ropa”, respondió Sieg. Era el esposo de Pauline y trabajaba como carnicero al lado de la florería. Obtuve toda la carne que cociné en la fiesta de inauguración de la tienda de Sieg.

Los programas de televisión y similares siempre representaban a los carniceros como hombres grandes y musculosos, pero Sieg era todo lo contrario. Era bastante alto, al menos, pero también flaco. Extremadamente flaco. Como si una ráfaga de viento pudiera enviarlo a volar. No se veía saludable.

“Un aventurero me dijo que incluso puedes lavar las manchas de sangre”.

“Había planeado comprar ropa nueva, pero veamos cómo puedes limpiarla”.

“Gracias. Si no te importa que pregunte, ¿tienes empleados? ” “Diez, incluido yo mismo”.

“Ofrecemos un servicio para siete o más personas, por lo que sugiero usarlo. Una bolsa que se ajusta a ropa para catorce personas cuesta una moneda de bronce mediana y ocho monedas de bronce pequeñas, por lo que será más barato para usted”. “¿De verdad? Eso es una ganga.” “Tomaremos eso”.

Mientras discutíamos negocios, Rick intervino.

“Ryoma, ¿qué estás haciendo? ¿Holgazaneando en el trabajo?”

“Jajaja, estoy seguro de que así es como se ve, pero no. Voy camino al gremio de mercaderes”.

“¿Estas bien?” Renny preguntó.

“Tenemos más negocios de lo esperado, y parece que nos faltará personal si esto continúa”.

“¡¿Seriamente?! ¡¿No acabas de abrir?! ”

“Hicimos publicidad de varias maneras, pero nunca pensé que tendríamos tantos clientes. Tengo prisa por contratar más empleados”.

“Eso es una sorpresa. ¿Hay tantos clientes?”

“Sí, tengo dos empleados que han estado trabajando desde esta mañana, y han pasado siete horas sin descanso”.

Después de esa conversación, me separé de ellos y visité el Gremio de Comerciantes. Me dejaron entrar a la oficina de recepción, donde el maestro del gremio vino a verme.

“Que amable de tu parte visitarnos. ¿Pero no abrió su negocio hoy? ¿Hay algún problema?”

“Estamos inesperadamente ocupados, por lo que ya tenemos poco personal”.

“¿En tu primer día? Ni siquiera yo podría haber predicho eso. ¿Quieres contratar más personal hoy? Muy bien, reuniré a algunas personas que podrían comenzar a trabajar mañana. Usted puede ser quien elija a quién contratar”. Con eso, ella salió de la habitación y me dejó esperando en la oficina de recepción.

***

Me dijeron que los empleados potenciales se reunieron y luego condujeron a una sala de reuniones. Había treinta personas de todas las edades, sexos y especies. Entre ellos había una extraña pareja de pie juntos. Me miraron brevemente y luego se giraron para mirar al frente. ¿Me estaban evaluando de la misma manera que yo? Muchos otros me miraron brevemente, luego miraron hacia otro lado como si perdieran interés. “Ahora bien, todos aquí pueden hacer matemáticas básicas. Cualquiera de ellos podría comenzar a trabajar de inmediato.”

“Entendido. Mucho gusto, todos, soy el gerente de una lavandería llamada Bamboo Forest. Mi nombre es Ryoma Takebayashi. Gracias por tomarse un tiempo de sus horarios para reunirse aquí hoy”, dije. Todos comenzaron a susurrar el uno al otro. Por lo que pude oír, pensaron que era un chico de los recados, no el que hacía la contratación. No deben haberme evaluado después de todo, pero dado que parecía un niño de 11 años, tenía sentido. Después de mi presentación, ignoré a las personas claramente decepcionadas y continué.

“Ejem, primero me gustaría saber si alguien aquí se opone a trabajar en mi tienda”, le pregunté. Hubo algunas quejas, principalmente de los jóvenes. Mi apariencia infantil fue suficiente para desmotivar a algunos de ellos, y no necesitaba a esas personas como empleados. Teniendo en cuenta la cantidad de solicitantes potenciales que se presentaron, tal vez el pago debería haber sido lo último que discutí. Atraer a tanta gente por el dinero ofrecido era molesto. Había más de lo que podía contratar, así que tuve que eliminar algunos de todos modos.

Algunos de ellos expresaron su descontento, así que dije que no estaba obligando a nadie a trabajar para mí. Eso llevó a toda una corriente de gente a salir de la habitación. No pensé que se irían tan fácilmente. Esperaba que al menos se quedaran para una entrevista, pero dije que podrían ir si quisieran.

Cinco sextos de ellos se fueron, dejando solo cinco. Comprendí la insatisfacción de los que se fueron, pero aun así fue desafortunado. Tendría que agradecer a los pocos que se quedaron.

“Para el resto de ustedes, les hablaré asumiendo que están interesados en trabajar en mi tienda. Pero antes de eso, debo ofrecer mi agradecimiento. Gracias por estar dispuesto a trabajar para un hombre tan joven”, dije y les hice una reverencia antes de pasar al tema en cuestión. “Déjame llegar al punto principal. Mi tienda, Bamboo Forest, actualmente está contratando empleados para atender a los clientes y transportar cargas. Las cargas en cuestión solo serán ropa, así que no necesitas ser terriblemente fuerte, cualquiera lo hará. La única advertencia que daré es que soy un domador y mis limos viven en la tienda. Los uso como empleados también”.

Los cinco que se quedaron sorprendidos. Que era domador era normal, pero no parecían esperar mi uso de limos como trabajadores.

“Por lo tanto, cualquier persona que teme u odia los limos podría tener dificultades para trabajar para mí. ¿Alguien tiene un problema con eso?” Yo pregunté. Una mujer levantó la mano. “¿Qué pasa?”

“¿Estás usando esos limos porque no tienes otros empleados? ¿O los usaría si tuviera más empleados o no?”

“Los usaría de cualquier manera. Sé que a algunas personas puede no gustarles esto, pero me gustaría que traten a los limos como sus compañeros de trabajo”, respondí. La mujer y otras dos personas se negaron a trabajar con monstruos y se fueron. Eso dejó solo a un hombre de mediana edad y una mujer joven. No sabía si las entrevistas de trabajo debían funcionar de esa manera, o si estaba haciendo algo mal.

El gremio simplemente reunió a personas que podían trabajar de inmediato, y no necesariamente a aquellos que querían trabajar en mi tienda, pero esto fue una sorpresa. Era bastante claro si aprobaban o desaprobaban, al menos. Los dos últimos fueron, curiosamente, los que llamaron mi atención al principio.