Otome Game no Hametsu Flag shika nai Akuyaku Reijou ni Tensei shite shimatta… (NL)

Volumen 10

Capítulo 2: El Aprendizaje de Magia Oscura

Parte 1

Ayer, de camino a casa, estaba tan preocupada que ni siquiera pude echar mi habitual siesta en el carruaje. Sin embargo, después de hablar con Keith, me sentí tan aliviada que dormí como un bebé hasta que Anne vino a despertarme. Después de salir de la cama y del pasillo, vi a Keith.

“¡Buenos días, Keith! Gracias por lo de ayer.” Dije, caminando hacia él.

“Oh, Nee-san, buenos días.” Respondió, pero, cuando se volvió para mirarme, noté dos grandes ojeras.

“¡¿Keith, qué pasa?! ¡¿Te quedaste despierto toda la noche por lo que te dije anoche?!” Tal vez hablar de mis miedos también le hizo preocuparse.

“No, no te preocupes. Estuve despierto hasta la mañana, sí, pero no tuvo nada que ver contigo.” Me aseguró, sacudiendo la cabeza.

Me sentí aliviada de que al menos no fuera mi culpa, pero esto no cambiaba el hecho de que había estado despierto toda la noche. “Pero igual tenías algo que te preocupaba tanto que no podías dormir, ¿no? Cuando me dejaste desahogarme contigo ayer, eso ayudó mucho, ¡así que haré lo mismo contigo! No puedo hacer mucho más que escucharte, pero haré lo que pueda.” Golpeé con orgullo mi puño contra el pecho.

“Hmm… Pero no me preocupa nada. De hecho, no podía dormir por lo feliz que estaba.

Así que, realmente, estoy bien.” Soltó una risita.

Oh, ¿cómo un niño el día antes de una excursión escolar?

“¿Qué te hizo tan feliz?” Pregunté, curiosa.

“¿No es hora de que vayas a trabajar? Será mejor que te des prisa o llegarás tarde.” Keith ignoró mi pregunta mientras me empujaba hacia la entrada. “Hasta luego, Nee-san.” Añadió, sin dejarme tiempo para hablar antes de cerrar la puerta tras de mí con una sonrisa terriblemente sensual en el rostro.

Ver a Keith mostrar una expresión tan sexy que uno pensaría que pertenece a un juego de clasificación M —y verlo a primera hora de la mañana, nada menos— me dejó totalmente confundida. Debía de estar muy contento. Por suerte, me había resistido lo suficiente a que los chicos guapos hicieran cosas de guapos que, a mitad del viaje en carruaje hasta el Ministerio, por fin recuperé la calma.

¡No puedo distraerme de este modo! Tengo que concentrarme. Hoy voy a aprender Magia Oscura.

Incapaz de concentrarme, volví a pensar en Keith. No era del tipo playboy, pero era tan atractivo como todas las otras opciones románticas de Fortune Lover. En los últimos años, en particular, se había convertido en un hombre tan atractivo que me recordaba a Nicol.

No puedo tener al Conde Seductor número 2 viviendo en mi casa. Tendré que decirle a Keith que baje el tono de lo sexy.

Finalmente llegué al Ministerio, me bajé del carruaje, le di las gracias al cochero y me dirigí al despacho del Laboratorio de Herramientas Mágicas. En cuanto abrí la puerta, Larna me saludó.

“Buenos días, Lady Katarina. Te he vuelto a reservar la misma habitación que ayer. ¡Ve y aprende a tu gusto!”

Me di cuenta de que llevaba algo alrededor del tobillo. Una mirada más atenta reveló que era una cadena con el otro extremo conectado a su escritorio.

¿Exactamente qué eso…?

“Disculpe, señorita Larna… ¿Qué es eso en su tobillo?”

“Oh, ¿esto? Está hecho de un metal especial que es muy fuerte pero también muy ligero, para que no interfiera en mi trabajo. Lo habíamos construido para Nathan, pero hoy, como Raphael no está, me lo han puesto a mí para que no me escape y les deje todo el trabajo. Ja, ja, ja.” Contestó con una carcajada, aunque a mí me pareció que no era cosa de risa.

Podía entender por qué querían ponerle una cadena a Nathan, ya que tenía la increíble habilidad de perderse en cuestión de segundos, causando muchos problemas a todos en el departamento. Pero, ¿Larna? ¿La directora del departamento? Los demás empleados tenían tan poca confianza en ella que, a pesar de la cadena, podía ver cómo de vez en cuando levantaban la vista de sus mesas para ver cómo estaba su jefa. Lo tenían realmente difícil. “Dale este documento a Larna, y este de aquí también. En cuanto a éste…” Raphael estaba dando órdenes a diestro y siniestro. Hoy, en lugar de trabajar en la oficina como de costumbre, estaría enseñándome Magia Oscura.

Era el vicedirector del departamento, pero pensé que nadie se quejaría de tenerlo como director.

“Ya me voy a ir. Avísame si me necesitas para algo.” Concluyó, antes de darse la vuelta para acercarse a mí. “¿Nos vamos?” Preguntó.

“¡Sí!” Respondí, y nos dirigimos a la habitación que Larna había preparado para nosotros.

“Hace tiempo que no nos vemos así, Lady Katarina.” Me dijo Raphael mientras caminábamos juntos.

“Sí, bastante tiempo…” Dije, al notar que la mujer pasaba y miraba con asombro la sonrisa tranquila y guapetona de Raphael. Hablando de guapo, Raphael, con su cabello rojo y sus ojos grises, era un interés romántico y personaje oculto en FL1.

Tenía que ir disfrazado la mayor parte del tiempo, pero incluso su apariencia falsa y no tan llamativa no cambiaba el hecho de que era muy popular dentro del Ministerio, principalmente por su personalidad tranquila y comprensiva y su habilidad con el trabajo. También él mostraba a veces indicios de sensualidad en sus expresiones faciales que hacían desfallecer a las chicas de su entorno.

Sin embargo, en general estaba tan ocupado con el trabajo que siempre parecía cansado, y de todos modos estaba casi siempre escondido detrás de pilas de documentos.

Quizá la vida en el Ministerio era más fácil para él que en la Academia, donde era ridículamente popular. Después de que dejara la Academia por el incidente en el que se vio envuelto, de alguna manera acabamos trabajando juntos, pero tenía tantas cosas que hacer (sobre todo por culpa de Larna) que nunca pude pasar tiempo con él.

Hacer algo juntos después de tanto tiempo me hace sentir como si estuviera de vuelta en la Academia, pensé felizmente. También solía ayudarme a estudiar allí, donde era el amable y fiable Presidente del Consejo Estudiantil.

“Por cierto.” Intervine. “Como hoy tú eres el profesor y yo la alumna, no hace falta que me llames ‘lady’.” Aunque era mi superior en el trabajo, siempre me hablaba con mucha educación, pero que hoy hiciera lo mismo me parecería demasiado raro.

Al principio pareció sorprendido, pero luego sonrió y me dijo: “En ese caso de acuerdo,

Katarina.”

No es de extrañar que fuera tan popular.

“Voy a explicarte los fundamentos de la Magia Oscura, pero también he hecho algunos apuntes para que puedas consultarlos cuando hayamos terminado.” Continuó, entregándome unos papeles cubiertos con su hermosa letra que detallaban claramente todo lo que uno necesitaría para estudiar el tema.

¡Raphael ha nacido para ser profesor! Qué diferencia con los swishes y whooshes de ayer…

“¡Gracias, señor Raphael!” Me alegré, decidiendo que era digno de que se dirigieran a él como a un verdadero profesor.

“Creo que eso es pasarse de la raya…” Murmuró, con cara de diversión amarga. A juzgar por su reacción, pensé que sería mejor dejar de llamarlo ‘señor’.

Y así, mi primera lección de Magia Oscura propiamente dicha finalmente comenzó.

“Ahora, déjame explicarte.” Comenzó Rafael.

“¡Sí!”

Al principio, me explicó lo más básico, como la forma de obtener los poderes de la Magia Oscura, que era algo que ya conocía. Había que sacrificar una vida humana y realizar un ritual con una especie de círculo mágico. Recordar la trágica historia de Raphael sobre ese mismo ritual me entristeció, pero él siguió explicando sin inmutarse.

“Lo que sabemos sobre cómo obtener poderes de Magia Oscura, lo hemos aprendido investigando la Mansión Dieke y el caso de Sora. Tú eres la primera persona que lo ha hecho encontrando un Familiar Oscuro en su lugar. Así que, por favor, entiende que no podrás usar tus poderes de la misma manera que Sora y yo.” Advirtió.

“Por supuesto.”

Por supuesto. Incluso Larna me había dicho lo mismo antes. No sabía cómo sucedía en la trama real del juego, pero en mi caso había tropezado con la Magia Oscura sin quererlo, y desde luego no había realizado ningún ritual. Simplemente conocí al Familiar Oscuro (Pochi) que pertenecía a Sarah, una misteriosa mujer que manejaba la Magia Oscura, y empezó a vivir a mi sombra.

“Bien. Ahora voy a contarte cómo usé realmente la Magia Oscura.”

“¡Sí!” Respondí, y él me miró con una sonrisa de satisfacción.

“¿Cómo utilizas normalmente tus poderes, Katarina?” Me preguntó.

“¿Te refieres a la Magia de Tierra? Yo sólo hago ziiip, y luego una especie de kaplow.” Espera, esta es la misma explicación inútil que di ayer… Una lista de sonidos.

Raphael, sin embargo, no se enfadó en absoluto. “Ya veo… ¿Y sientes que lo haces con tu cuerpo? ¿O lo visualizas como una herramienta o algo así?” Inquirió. Larna y Sora no me habían preguntado nada de eso.

Nunca había pensado en ello, pero… “Creo que con mi cuerpo.”

“Eso está bien.” Respondió aliviado. “Así es como lo hago yo. Considero que los poderes mágicos son como miembros adicionales. Algunos de los profesores de la Academia también utilizaron comparaciones similares, diciendo que usar la magia no es muy diferente de mover el cuerpo. Creo que esto es cierto para la mayoría de la gente.”

Me impresionó lo mucho que los alumnos inteligentes eran capaces de aprender en las clases de la Academia. Yo me limitaba a asentir con la cabeza y olvidaba todo lo que me decían en cuestión de minutos.

“Pero, cuando uso la Magia Oscura.” Continuó Raphael. “Es un poco diferente. Es como usar mis manos y pies para controlar una herramienta.”

“¿Cómo es eso?”

“Imagina que utilizas un bolígrafo para escribir, o unas tijeras para cortar papel.”

“Oh…” Jadeé, asombrada por lo mucho más clara que era su explicación respecto a todo lo que había escuchado el día anterior. Este es Raphael para ti…

“No puedes usar la Magia Oscura como lo harías con tus otros poderes. Intento concentrarme en una herramienta imaginaria, pensando en usarla para lanzar mis hechizos. En mi caso, concretamente, fue una linterna. Intenta hacer lo mismo.” Me indicó.

Dado que mi nivel de comprensión actual era ‘concentra el poder en tu mano, como buzzzz, y luego suéltalo como whoosh’, realmente necesitaba este consejo práctico. La forma en que Raphael lo había expuesto era clara y fácil de entender, aunque un poco sorprendente.

“¿Tiene que ser alguna herramienta específica?”

“No necesariamente. Pero debe ser algo que sientas que puede ayudarte a lanzar Magia

Oscura.”

“De todas formas, ¿por qué el tuyo es una linterna?” Le pregunté.

“Hmm, ninguna razón en particular.” Por su expresión me di cuenta de que no quería hablar de ello, y no investigué más. Había escuchado parte de su historia directamente de él, pero estaba segura de que había un montón de cosas terribles sobre él que yo no conocía. Era increíble que aún tuviera fuerzas para sonreír así mientras hablaba de la Magia Oscura.

Ojalá fuera la mitad de increíble que él… Supongo que tengo que empezar por aprender a usar la Magia Oscura. Pero, ¿qué tipo de herramienta debo usar?

En mi antiguo mundo, lo primero que pensaría cuando se habla de herramientas mágicas sería una escoba voladora, pero eso no se aplica realmente en este mundo. ¿Qué tal una varita mágica? Eso suena bastante mágico.

Visualicé una varita brillante y centelleante con una estrella en la punta, como las que usaban las heroínas del anime, pero luego me di cuenta de que quedaba fuera de lugar. Estábamos hablando de Magia Oscura, y mi Familiar Oscuro era un perro negro capaz de convertirse en un enorme lobo. Lo que necesitaba era una varita negra y espeluznante, como la que usaría un villano. En lugar de la estrella, necesitaba una calavera en la punta.

“¡Bien! ¡Lo tengo!” Anuncié después de visualizar la nueva varita oscura.

“Muy bien. Ahora trata de pensar en ello como si estuviera delante de tus ojos.”

“De acuerdo.” Acepté, imaginando la varita, con todos sus detalles, frente a mis ojos. De repente, oí un ruido de whoosh y algo, demasiado oscuro para distinguirlo, saltó de mi sombra y se dirigió a mi mano. “¡¿Eh?!” Miré hacia mi mano, y allí estaba: la varita en la que estaba pensando, con calavera y todo. “¿Esto es… real?” Murmuré para mis adentros, y me di cuenta de que Raphael también estaba mirando mi mano.

“¡¿Qué…?!” Preguntó, antes de quedarse sin palabras. Después de un rato, preguntó: “¿Es esta la herramienta en la que estabas pensando?” Con un aspecto muy serio.

Asentí con la cabeza, todavía sorprendida, y él se llevó una mano a la frente.

“Tienes un Familiar Oscuro, y eso te hace diferente de los demás usuarios de Magia Oscura… Eso ya lo sabía. Pero esto… Esto no me lo esperaba. La herramienta que imaginaste se ha materializado de verdad.” Continuó, sin apartar ni un segundo los ojos de la varita. “Me pregunto si yo también puedo tocarla…”

“Adelante.” Le ofrecí, entregándoselo.

“Parece que sí. Pero, ¿por qué? ¿De qué está hecho esto?”

Sintiéndome un poco menos nerviosa ahora que ya no tenía la varita en mis manos, la miré de nuevo. Entre la calavera, el color y su aspecto general, daba mucho miedo.

Ugh, lo sabía. Debí haber ido con la varita linda. ¡Esto me va a hacer parecer aún más una villana!

“Gracias.” Dijo Raphael, devolviéndome la varita. “Me gustaría aprender más sobre ella. ¿Me ayudarás?”

Volví a asentir con la cabeza. Recordé que me habían dicho lo mismo sobre Pochi: cuando se trata de cosas misteriosas, es importante aprender todo lo posible sobre ellas.

Raphael me dio una serie de instrucciones, como intentar materializar otros objetos o hacer desaparecer la varita. Descubrí que la varita de la calavera era lo único que podía materializar, quizá porque su imagen se había grabado a fuego en mi mente. Sin embargo, podía devolverla a mi sombra y sacarla a voluntad.

“Ya veo. Puedes sacarla de tu sombra y volverla a guardar tantas veces como quieras, pero no puedes producir ningún otro objeto. Tendré que informar a la señorita Larna…” Raphael reflexionó mientras tomaba notas. “Tus poderes son realmente diferentes a los nuestros.” Añadió, con un aspecto ligeramente preocupado. “Así que debes tener cuidado. ¿Te sientes bien?”

Después de hacer un nuevo descubrimiento como éste, Larna habría empezado a avanzar con los experimentos y las pruebas sin preocuparse por nada, pero Raphael tenía la cabeza lo suficientemente fría como para mantener la calma. Esta era otra de las razones por las que la mayoría de la gente —yo incluida— le apreciaba y siempre confiaba en él.

“¡Sí! No hay ningún problema.” Respondí.

“Me alegro.” Su cara mostraba que lo decía en serio. “Ahora podemos intentar ver si esta herramienta te permite usar Magia Oscura.”

“Claro. Pero… ¿cómo?”

La Magia Oscura se utilizaba para controlar la mente de las personas. Aunque la varita me permitiera hacerlo, no quería hacer algo tan aterrador. Apreté nerviosamente un puño frente a mi pecho.

“No te preocupes. No voy a hacer que controles a la gente ni nada por el estilo.” Me aseguró Raphael, adivinando lo que estaba pensando. “De todas formas, eso no es algo que se haga a la ligera.” Su amable sonrisa me alivió el miedo.

“¿Entonces qué tengo que hacer?”

“La Magia Oscura puede hacer algo más que controlar a la gente. También puede invocar la oscuridad.” Explicó.

“¿Qué significa eso?”

“Creas literalmente oscuridad delante de tus ojos. Como podemos verlo, es fácil saber si has tenido éxito, y como lo he probado yo mismo, sé que es seguro. Es perfecto para entrenar tus poderes.”

“¡Oh! ¡Es como Magia Oscura para tontos!”

“Más o menos, sí.” Rió Raphael. “Entonces, ¿quieres probar?”

“¡Sí!” Agarré firmemente la varita y visualicé mi magia saliendo de ella. “¡Aparece, Oscuridad!” Grité, moviendo la muñeca.

Esperé. “¿Eh?”

Es extraño. No pasa nada. Intentemos de nuevo.

“¡Sal, Oscuridad!” No. Nada.

“Esto no está funcionando…” Le dije a Raphael con decepción. Él pensó un poco antes de hablar.

“Quizá deberías intentar visualizar la propia oscuridad.” Sugirió. Una vez más, sus instrucciones eran claras y fáciles de entender.

Lo tengo, tengo que visualizar la oscuridad. ¿Qué aspecto tiene la oscuridad? ¿Como la pintura negra?

“Raphael… ¿Qué aspecto tiene la oscuridad?” Pregunté, y él me miró sorprendido antes de reírse para sí mismo.

“Oh, claro, no lo sabrías.” Dijo, todavía riendo. Ver a un hombre guapo riéndose así me hizo sonrojar por alguna razón.

“Hmm… ¿Funcionaría algo como la pintura negra?”

“No del todo. Intenta pensar en, veamos… ¿Qué tal una noche oscura y sin estrellas?”

“¡Está bien!” Respondí, positiva de poder visualizar algo tan fácil.

Una noche oscura, sin estrellas, luna o lámparas. Negra como el carbón. Demasiado oscuro incluso para colarse en la cocina y tomar unas galletas… Bien. Lo tengo. Esta es la imagen que necesito.

“¡Aparece, Oscuridad!” Grité una vez más, agitando la varita. “¿Oh…?”

Frente a mí, donde antes no había nada, ahora había un punto oscuro flotante, más pequeño que una uva. Era tan pequeño que pensé que tenía algo pegado en los ojos, pero, incluso después de frotarlos, el punto seguía allí.

¿Acaso fracase de algún modo?

Intenté soplarlo, pero el punto no se movía, y al mirarlo más de cerca no parecía un bicho en absoluto. Sólo un círculo oscuro y sin rasgos.

“¿Esto es… Magia Oscura?” Murmuré, confundida.

“Es lo más probable.”

“Esperaba que toda la habitación se volviera oscura o algo así… Esto es un poco decepcionante.” ¿Cuál era el objetivo de invocar este pedacito de oscuridad?

“Hmm…” Raphael reflexionó sobre el asunto, pareciendo especialmente afligido.

“Cuando lo probé, toda la habitación se volvió oscura…”

Tardó un momento en asimilarlo. “¡¿Significa esto que mis poderes son pésimos?! ¡¿No sólo los de la Magia de Tierra, sino también los de la Magia Oscura?!”

Fue muy triste darme cuenta de que, después de haber encontrado por fin un nuevo hechizo que no era Elevador de Tierra, lo que había conseguido era un Aparecedor de Oscuridad.

“Es la primera vez que lo intentas, así que no es de extrañar que aún no se te dé bien. Pero puedes incluso materializar un objeto físico de la nada, así que estoy seguro de que con algo de práctica tus hechizos serán muy poderosos en poco tiempo.” Raphael intentó suavizar el golpe, pero…

“¿Era así de pequeño la primera vez que lo probaste?” Pregunté.

Se limitó a sonreír torpemente.

Puede que fuera densa, pero no tanto. Sabía que probablemente hizo que toda la habitación se quedara a oscuras en su primer intento. Si yo tuviera su talento… Sin embargo, comprendí lo importante que era la práctica. Después de años de entrenamiento, mi Elevador de Tierra también había crecido un poco,