Maou-sama Retry! (NL)

Volumen 7

Capitulo 9: La Capital Arde

Parte 1: La Edad De Oro – Más Allá De Las Estelas

En el año 199X, antes de que comenzara el Juego Infinito, había paz entre las dos partes que ocupaban la sala de chat familiar. La pareja acababa de conocerse, pero parecía llevarse bien.

“Me gusta, me encanta este mundo y todo eso, pero me falta algo, algo, ¿no crees?”

“Creo que a tu cerebro le falta mucho de algo”.

“¿Intimidación? Estoy tratando de darte un consejo sabio aquí”.

“No necesito el consejo de nadie sobre mi mundo”, declaró Akira. Todavía era joven entonces, rebosante de confianza en que su talento era todo lo que necesitaba para crear grandes partidos. Quizás muchos de su edad habrían compartido el mismo sentido de invencibilidad.

“Como si estuviera demasiado elaborado, ¿sabes? Dale un poco de holgura. Estás reduciendo tu base de jugadores, hombre”.

“Un poco de holgura, ¿eh…?” Akira lo había estado sintiendo él mismo; casi todos los jugadores eran hombres. No es exactamente un entorno MMO saludable.

“Charla de verdad, donde acuden los polluelos, acuden los tíos. ¿Captas? Eso es lo que le falta a tu mundo: Fantasía. Espacio para respirar”.

“Gracias, prof. ¿Cuál es tu genial idea?” Cualquiera podría hablar de un gran juego. Akira odiaba a aquellos que no ponían su dinero donde estaban sus bocas.

Pero XX envió una respuesta inesperada: “Magia, Akira”.

Akira se congeló por un momento. El concepto parecía tan irreconciliable con el MMO que estaba ejecutando. La Ciudad del Caos del Lejano Oriente tuvo lugar en el futuro lejano de una Tierra alternativa. ¿Cómo podría encajar la magia en el mundo cyberpunk post-apocalíptico?

“Por Dios, sabía que estabas metido en el ocultismo y la magia negra…”

“Escúchame, ¿quieres? Primero que nada…” XX comenzó.

Aparentemente, la sugerencia de incluir magia en el MMO de Akira no fue una idea espontánea.

Akira estaba comenzando a hojear los mensajes hasta que se dio cuenta de lo completa y meticulosa que era la teoría mágica de XX. Difícilmente se trataba de un concepto de lo oculto; la teoría estaba tan bien estructurada como complejas pruebas matemáticas, casi hermosas.

Pronto, Akira se sintió atraído…

“Clase 1 a 10, con todos los elementos y sus formas elevadas… Es interesante”.

“Te lo dije. Te enviaré por correo electrónico la lista completa, así que ponlos todos, ¿de acuerdo?”

“Espera, ¿sabes cuánto trabajo será codificar todos esos hechizos?”

“¿Eh? ¿Cómo es ese mi problema? ¿No es ese tu trabajo?”

“¡Ni siquiera tienes trabajo! Espero que te despiertes calvo”.

“¡¿Que—?! ¡Eso no es gracioso, hombre! ¡No es divertido en absoluto!” XXX entró en la sala de chat.

“Ustedes dos están teniendo una conversación animada como siempre”.

“No me apuntes con el dedo”.

XXX leyó el registro de chat y escribió: “Señor Ono, esto requerirá mucho trabajo. ¿Puedo ayudar, si lo desea?”

“¿Ayudar…? ¿Tienes alguna experiencia en la creación de videojuegos?”

“Algo.”

Akira reflexionó sobre esa respuesta, notablemente incómodo con la idea de abrir su mundo a otra persona.

Como si la cara de Akira se estuviera mostrando a través de la pantalla de la computadora, XXX agregó: “Primero codificaré y enviaré algunas muestras. Si te gusta cómo se ven, puedes implementarlos”.

“Está bien…” Akira se sorprendió de la confianza que tenía XXX en sus habilidades y se preguntó si XXX trabajaba en una empresa de videojuegos.

“Y cuando se trata de combate, señor Ono, puede aligerar la carga de procesamiento al…”

“Realmente, nunca pensé en eso…”

Los dos continuaron discutiendo la programación del juego, los gráficos, los servidores…

Después de un tiempo de esto, XX comenzó a escribir mensajes ininteligibles, tal vez en protesta.

“Qwertyuiopasdfghjklzxcvbnm”.

“¿Estás fallando o algo así?”

“Ignóralo. XX tiene la madurez de un niño de cinco años”.

“Nos hemos encontrado con el enemigo… ¡Y son nuestros!”

“¿Quién es usted, comodoro Perry?”

“Ignóralo. XX claramente tiene una enfermedad mental”.

El tema de la sala de chat estaba por todos lados, pero la conversación nunca cesó.

Incluso Akira, que a menudo se encontraba tenso por el estrés, no pudo evitar sonreír mientras trabajaba incansablemente en el teclado.

“Eso tiene sentido, eso reduciría la carga…”

“Yo también estaría feliz de ayudar con eso, o cualquier otra cosa”.

“¡Correcto! ¡Alcancé un hito en un contador de visitas!” Tipear tipear tipear.

La sinfonía de la sala de chat.

“Cool.”

“¡¿Eso es todo lo que tienes?!”

“Conociendo a XX, fue con la ayuda de F5 de disparo rápido. Qué POS”.

“Ahí está tu veredicto, XX”, escribió Akira. “Tu sentencia: conseguir un trabajo”.

“Más trabajo, más problemas… Ese es mi lema”.

“Obtendría un récord mundial Guinness… para el ser humano más tonto del mundo”.

Los tres charlaron una y otra vez.

Una edad de oro llena de magia, ahora tan lejana.

Todo el dolor y los problemas se desvanecieron como gotas de limón más allá de las estelas de vapor a través del cielo.”