Genjitsushugi Yuusha No Oukoku Saikenki

Volumen 15

Capítulo 9: La Persona Adecuada Para el Trabajo Adecuado

La historia se remonta ahora a cuando ordené a Hakuya y a los demás que fueran a la ciudad portuaria de la costa oeste…

Tras llevar a Hakuya, Hilde, Brad y los tres niños al puerto, les ordené que reunieran información y establecieran un método de tratamiento. Mientras tanto, los que permanecimos en el Reino entramos en acción.

Llamé a la oficina de asuntos gubernamentales a la reina primera Liscia, a la reina segunda Naden y a Julius Lastania, mi asesor militar y cuñado.

“Es imposible que nuestro país controlé, la Maldición del Rey Espíritu por sí solo”, declaré con determinación. “Sin embargo, no se trata sólo de la Maldición del Rey Espíritu. Las enfermedades no son algo que un solo país pueda suprimir por completo. Aunque nuestro país desarrolle un tratamiento, si hay una epidemia en las naciones vecinas, acabará llegando aquí. Cuando eso ocurra, obviamente no tendremos suficiente gente para tratar a todos los enfermos, y la epidemia no podrá terminar hasta que no queden personas infectadas en los países vecinos.

“Las epidemias han ocurrido de vez en cuando en nuestra historia”, dijo Julius, cruzando los brazos. “Nunca terminan fácilmente. Incluso he oído hablar de casos en los que han provocado la caída de un Estado.”

“Sí. En el mundo del que vengo ocurría lo mismo.”

A menudo había oído decir que la enfermedad no reconoce fronteras, y supongo que eso no era diferente en este mundo. Cuando un país caía, a menudo parecía la obra de un solo gran hombre, pero entre bastidores, a menudo había otras causas importantes — como desastres naturales, epidemias, plagas de langostas y hambrunas. Son estos elementos los que hacen que los corazones y las mentes del pueblo se aparten del Estado, y los llevan a aferrarse al surgimiento de un nuevo gran hombre. Si quieres mantener una nación sana, es importante eliminar esos elementos uno por uno allí donde los encuentres.

Maquiavelo decía que la Fortuna era el árbitro de la mitad de nuestras acciones, pero nos deja dirigir la otra mitad. En Japón, tenemos un dicho que dice: “Haz todo lo humanamente posible, y deja el resto al Cielo.” Tenemos que hacer todo lo que podamos.

“Todas las naciones tienen que trabajar juntas en este problema. Francamente, es una amenaza mayor que el Dominio del Señor Demonio, que ha dejado de expandirse por ahora. Todavía se desconoce hasta dónde puede extenderse la Maldición del Rey Espíritu, y no podemos estar seguros de que no vaya a surgir una enfermedad similar en otros lugares. Tenemos que cooperar no sólo a través de las fronteras nacionales, sino también de las facciones como la Alianza Marina y la Declaración de la Humanidad.”

“¿No es eso esencialmente todo el mundo? Estás buscando algo más grande que la Declaración de la Humanidad…” dijo Liscia.

“Sí”. Asentí. “Tenemos que conseguir que, literalmente, todos los países cooperen.”

“¿Podemos hacer eso?”

“Ahora mismo, el continente está dividido en gran medida en tres bandos”, dije, señalando el mapa sobre el escritorio. “Nuestra Alianza Marítima, la Declaración de la Humanidad del Gran Imperio del Caos y el Reino del Gran Tigre de Fuuga. Podemos cooperar con nuestros aliados de la Alianza Marítima. El Jefe de la República, Kuu, y la Reina Dragón de Nueve Cabezas, Shabon, también están comprometidos con las reformas médicas, por lo que deberían tener el mismo sentido de urgencia sobre esto. Asimismo, María forma parte de una alianza médica con nosotros, así que podemos contar con ella para traer a los países de la Declaración de la Humanidad.”

“Cierto”, intervino Julius. “El Reino Espiritual de Garlan está directamente afectado, así que probablemente ayudarán, lo que sólo deja a Fuuga Haan, el Estado Mercenario Zem y el Reino de los Caballeros Dragón de Nothung. Si no recuerdo mal, el Estado Papal Ortodoxo Lunaria tiene una alianza con el Reino del Gran Tigre de Fuuga…”

Asentí con la cabeza. “Sí. Están cooperando con Fuuga, probablemente por hostilidad al Imperio. Así que, si conseguimos que Fuuga nos ayude, deberían obedecer.”

“Tenemos una relación con la Princesa Sill del Reino de los Caballeros Dragón de Nothung, así que, si le planteamos esto, creo que debería ayudar”, dijo Liscia, y Julius señaló al Estado Mercenario Zem.

“El Imperio puede encargarse de Zem. Teniendo en cuenta su situación geográfica, será difícil rechazar una petición del Imperio. Hay un beneficio mutuo, y no les obligarán a nada irrazonable, así que no deberían tener motivos para negarse.”

“Sí, lo que se resume es que, si logramos convencer al campamento de Fuuga, toda la humanidad podrá unirse contra la enfermedad. Además, como todo el poder allí se concentra en Fuuga, sólo tenemos que convencerle a él. Yo, Fuuga y María… Se podría decir que toda la humanidad puede unirse mientras los tres estemos de acuerdo.”

“Entiendo… Una conferencia a tres bandas entre los líderes de las tres facciones, ¿eh?” murmuró Julius, viendo directamente el corazón de lo que estaba diciendo.

Asentí con la cabeza. Por eso me había quedado en la capital.

“Pienso contactar con Kuu y Shabon por transmisión para que se sumen, pero María, Fuuga y yo somos los únicos que debemos reunirnos. Sería demasiado complicado reunir a todo el mundo y hacer que encaje en nuestras agendas.”

“Lo entiendo”, dijo Liscia, asintiendo con satisfacción.

“Umm…” Naden, que había estado de pie incómodamente todo este tiempo, levantó la mano con vacilación. “¿Por qué me has llamado aquí? No puedo seguir nada de lo que hablán de estrategia política.”

Tenía una buena razón para hacerla venir, por supuesto.

“Lo siento. Tenía que pedirte dos favores, Naden.”

“¿Favores?”

“Primero, quiero que hables con Madam Tiamat y le preguntes sobre su política para defender la Cordillera del Dragón Estelar de las enfermedades. Si quiere mantenerse al margen, como hace con los conflictos de abajo, por mí está bien. Después de todo, Madam Tiamat probablemente pueda manejarlo sin medicina. No sé si nos dará una respuesta.”

Naden asintió a mi petición.

“Entendido. Entonces, ¿cuál es el otro?”

“Para el lugar de la reunión entre María, Fuuga y yo de la que hablaba, quería proponer que se celebrara en el Reino de los Caballeros Dragón de Nothung. Están posicionados como neutrales para las tres facciones.”

Zem también era neutral, pero el lugar estaba lleno de rufianes, así que la seguridad sería un gran problema. Si nos invitaban como la última vez, podía contar con que mantuvieran a su gente a raya, pero no tanto si éramos nosotros los que pedíamos que nos prestaran espacio.

Dicho esto, si celebráramos la conferencia en el territorio de una de las tres facciones, mi gente podría aceptarlo, pero la de María y la de Fuuga armarían un escándalo. No quería perder el tiempo luchando por quién tenía el control.

Una vez explicado todo eso, le pregunté a Naden: “Tú y Pai siguen en contacto, ¿verdad? Me gustaría que le pidieras que se pusiera en contacto con la princesa Sill por nosotros y que solicitara un lugar para la conferencia, junto con caballeros dragón que se encarguen de la seguridad.”

“Pero ese país libró una batalla con las fuerzas de Fuuga”, señaló Julius. “Aunque fue para ayudarnos en nuestra huida.”

Íbamos a tener que aceptarlo tal y como era.

“El Reino de los Caballeros del Dragón es vecino del país en expansión de Fuuga. Querrán hacer lo posible para evitar la guerra con él. Pueden aprovechar esta oportunidad para celebrar una conferencia por separado con Fuuga, y conseguir que acepte la no agresión mutua con términos definidos.”

“Eso tiene sentido…” Julius estuvo de acuerdo.

“No podemos mantener conversaciones a través de la transmisión con el Reino de los Caballeros Dragón, por lo que tardaremos más en negociar. Los kuis mensajeros siempre tardarán en ir y venir. Podría ser más rápido para ti ir allí en persona, Naden. ¿Puedes hacer eso por mí?”

“Entendido. Puedes contar conmigo.” Naden se golpeó el pecho con una mano. Liscia y yo miramos a Julius.

“Pienso llevar a Aisha y a Naden como guardaespaldas, pero sólo un pequeño número de personas podrá asistir a la conferencia en sí. Propondré que nos limitemos a que cada uno de nosotros traiga dos asistentes que puedan hacer las veces de guardaespaldas. Me gustaría que ustedes dos, Liscia y Julius, fueran los míos. ¿Puedo pedirles que lo hagan?”

“De acuerdo.”

“Entendido.”

Ambos asintieron. Liscia estaría bien, pero… estaba preocupado por Julius.

“Estoy bastante seguro de que Fuuga traerá a Hashim, ¿sabes?”

Como asesor, Hashim había sido fundamental para que Fuuga se hiciera con la Unión de Naciones del Este. En el proceso, había destruido el Reino de Lastania, que había sido gobernado por la familia política de Julius, y había matado a muchos miembros de la oposición. Incluso los de la facción neutral, incluido el padre adoptivo de la hermana de Ichiha, Sami, el rey Roth, fueron asesinados.

Sabía que Julius y Sami tenían que querer vengarse de Hashim. ¿Podría Julius mantener la calma al encontrarse con él cara a cara? Le dirigí una mirada significativa, y él dejó escapar un pequeño suspiro.

“Si Tia o sus padres hubieran resultado heridos, dudo que pudiera mantener la cabeza fría a su alrededor. Pero, afortunadamente, ahora todos viven en paz en este país.”

“Julius…”

“No es que no le guarde rencor, pero priorizar la seguridad de Tia y su familia es más importante ahora. Si trabajar para este país sirve para eso, entonces mi resentimiento no es nada al lado de eso.”

“Es un alivio escuchar eso.”

Me levanté y me giré para mirar a los tres, diciendo: “Ahora, dejemos que Hakuya y los demás se encarguen de las cosas de fuera mientras nosotros hacemos que esta conferencia sea un éxito.”

“””¡Sí, señor!”””

Puede que el incidente se produzca en el exterior, pero a veces hay cosas que sólo pueden hacerse en la sala de conferencias. Básicamente, era una cuestión del trabajo adecuado para la persona adecuada.

***

Gracias a la ayuda de Naden en las negociaciones, el Reino de los Caballeros Dragón de Nothung proporcionará un lugar seguro para una conferencia tripartita. Según Naden, la princesa Sill había aceptado de buen grado con una sonrisa, y dijo: “Es un honor para nuestros caballeros poder custodiar una conferencia tan histórica.” Parecía que había aceptado que lo que había ocurrido en su escaramuza con la facción de Fuuga era algo inevitable en el campo de batalla, lo cual era un alivio.

Ahora que tenía el permiso del Reino de los Caballeros Dragón, comencé inmediatamente a tantear a los demás países sobre la idea.

“¡Ookyakya! ¡Por supuesto que te ayudaré, hermano! ¡Enfermedades como ésta son un problema de todos!”

“Sí. Permítenos en la Unión del Archipiélago del Dragon de Nueve Cabezas ofrecerte también todo nuestro apoyo.”

Primero, hablé con Kuu y Shabon a través de una transmisión. Acordaron que yo representaría la opinión de toda la Alianza Marítima en la conferencia tripartita. Después de ellos, me puse en contacto con Fuuga.

“Bueno, ya me estás ayudando con Shuukin y el resto. Deja que te haga quedar bien sólo por esta vez.”

Fue casi una decepción la facilidad con la que aceptó. Parecía que ya estaba informado de la llegada de Shuukin a la ciudad portuaria, y de su tratamiento. Probablemente por eso se mostró tan poco cooperativo. Un buen gesto merece otro, dicen.

Y finalmente, me puse en contacto con María. La había dejado para el final porque esperaba que fuera fácil, pero…

“Hee hee”, se rió desde el otro lado de la transmisión.

“¿He dicho algo raro?”

“Oh, no. Ya lo sabía, pero realmente hiciste que Sir Julius se uniera a ti…”

En estas llamadas de transmisión, Julius estaba a mi lado en lugar de Hakuya.

Secándose las lágrimas de las comisuras de los ojos, se disculpó diciendo: “Es que me resulta extraño, sabiendo cómo eran las cosas entre ustedes dos en un momento dado. Pensar que nuestro país fue su mediador.”

Julius y yo nos miramos incómodamente.

Se sentía como cuando alguien sacaba a relucir las cosas que habías hecho cuando eras un niño travieso. No, es incluso peor que eso. Al parecer, nuestra reacción le hizo mucha gracia y, sin poder contenerse, María dijo con una amplia sonrisa: “Por supuesto que mi país les apoyará. Estaremos allí en la conferencia.”

***

Más tarde, nos dirigíamos a Balm, capital del Reino de los Caballeros Dragón de Nothung, en una de las góndolas reales. El grupo estaba formado por mí, Liscia, Aisha, Naden, Julius y varios de los Gatos Negros. También nos escoltaban varios jinetes wyvern.

Parecía poco probable que hubiera algún peligro esta vez, así que no llevamos a Hal y a Ruby. Había decidido que llevar demasiada potencia de fuego mostraría una falta de confianza.

“La última vez, nadé todo el camino por mi cuenta, pero hoy voy en la góndola, ¿eh?” dijo Naden, pateando las piernas de un lado a otro.

Quería nadar por el cielo conmigo a la espalda, pero este era un país extranjero, y eso dificultaría que nuestros escoltas me protegieran a mí y a la góndola, así que la hice sentarse con todos los demás. Cuando aún era nuevo en este mundo, siempre miraba el paisaje con gran interés, pero ahora que estaba acostumbrado a viajar en avión, me limité a pasar el tiempo relajado hasta que llegamos.

Mientras nos acercábamos al Balm, escuché a Liscia mientras murmuraba para sí misma.

“Están el rey Souma de Friedonia, la emperatriz María del Imperio y Fuuga Haan del Reino del Gran Tigre…”, dijo contando con los dedos. “Con el Jefe Kuu de la República y la Reina Dragón de Nueve Cabezas Shabon uniéndose a la emisión.”

“¿Liscia? ¿Qué pasa?”

“Me preguntaba si alguna vez ha habido una conferencia con tantos líderes importantes presentes… No, tal vez a nadie se le haya ocurrido reunirlos así antes”, respondió Liscia, sonando impresionada.

“Es dudoso que lo hayan hecho”, dijo Julius asintiendo. “Incluso cuando el Imperio organizó una fuerza de subyugación en respuesta a la aparición del Dominio del Señor Demonio, no reunieron a los reyes. Tal vez algunos se reunieron, pero es inédito reunir a todos en una sala como esta.”

“Oh… Ahora que lo mencionas, eso tiene sentido”, dije, convencido.

En mi mundo anterior, me parece que había visto muchos encuentros de este tipo de líderes mundiales en las noticias. Como esa cumbre, la G-Lo Que Sea. Pero ese tipo de eventos se celebraban en un mundo globalizado que había sufrido dos guerras mundiales para hacer frente a problemas que ninguna nación por separado podía abordar.

La gente de este mundo había reunido una fuerza combinada contra el Dominio del Señor Demonio, pero como los países del norte se llevaron la peor parte, la sensación de crisis no se sintió por igual en todo el continente. Esto dio lugar a una falta de desarrollo del globalismo, y significó que no había habido necesidad de este tipo de conferencias de líderes. Realmente estábamos haciendo historia.

“No entiendo de cosas complicadas, pero parece muy típico de usted manejar las cosas de esta manera, mi señor”, dijo Aisha con una risa. “Dicen que un héroe es aquel que ‘lidera el cambio de una era’, ¿no es así? Cuando pienso en la época en que el Bosque Protegido por Dios era todo mi mundo, siento que he llegado muy lejos.”

“Sabes, Tiamat decía algo así. Cuando el ‘engranaje que se mueve furiosamente’ y el ‘engranaje que se ha detenido’ se acoplan, las cosas funcionan bien… ¿O algo así? No lo recuerdo exactamente”, dijo Naden, ladeando la cabeza. “Digamos que el engranaje detenido era yo cuando estaba encerrado, entonces eso hace que Souma sea el engranaje en movimiento, ¿no? Si encontrarnos es lo que hace que Souma se mueva al ritmo adecuado, entonces quién sabe lo salvaje que habría sido sin nuestra cooperación.”

Todos asintieron con la cabeza.

“¿Eh? ¿Creen que me descontrolo tan a menudo?”

“””” ¡Por supuesto!”””” Liscia, Aisha, Naden e incluso Julius dijeron al mismo tiempo.

“En el caso de Fuuga o Madam Maria, creo que llegan a una decisión firme, diciendo: ‘¡Voy a cambiar el mundo!’. Y luego, al incorporar a otras personas, lo hacen de verdad”, explicó Liscia, y yo asentí con la cabeza.

“Oh, sí. Eso suena bien.”

“¡Pero en tu caso, el mundo ha cambiado antes de que te des cuenta! Nos vemos obligados a aceptarlo después del hecho cuando dices: ‘De acuerdo, sí, el mundo ha cambiado, pero no ha empeorado, así que está bien, ¿no?’”

“Roroa es similar en ese aspecto. Ya que ustedes dos están involucrados en la elaboración de políticas… Estoy seguro de que el país se ha vuelto aún más aterrador que cuando estaba en Amidonia.”

Liscia y Julius suspiraron.

Mientras tanto…

“Es culpa de Su Majestad y de Poncho, o quizá debería decir que es gracias a ellos, que mi lengua se haya vuelto tan exigente… Ya no puedo volver a vivir sólo de las bendiciones del bosque”, dijo Aisha, con la voz llena de emoción.

“Estoy totalmente de acuerdo. Nos tiene cogidos por el estómago”, dijo enfáticamente Naden, el otro gran comedor del grupo.

Sí… Esto se está volviendo incómodo.

Pasé el resto del viaje en silencio, esperando no provocar más problemas.

***

“¡Su majestad Souma A. Elfrieden, rey de Friedonia, ha llegado!”, gritó un guardia cuando la góndola se posó en el castillo de la familia real del Reino de los Caballeros Dragón. Estábamos a mitad de camino en la montaña junto a su capital, Balm.

Cuando la puerta se abrió, salí a una alfombra roja en la que había caballeros dragón junto con mujeres vestidas, que sólo podía suponer que eran sus compañeras dragón. Entonces, una vez que todos habíamos desembarcado, los caballeros dragón y los dragones se arrodillaron e inclinaron la cabeza.

Fue una bienvenida digna de invitados de honor. Liscia y Julius estaban bien, pero Aisha y Naden no estaban acostumbrados a esto, así que ambas parecían un poco incómodas.

La princesa Sill y Pai vinieron caminando hacia nosotros desde el otro extremo de la alfombra roja. La princesa Sill no llevaba su armadura de caballero, sino un vestido y una tiara. Si no se tienen en cuenta los fuertes músculos de sus brazos, parece la princesa que es. Pai, por su parte, iba vestido como un caballero, y se sentía como en casa junto a ella.

“¡Le doy la bienvenida al Reino Dragon Nothung de la Noche!” dijo la princesa Sill, extendiendo los brazos. Luego compartimos un apretón de manos a dos manos.

“Estaremos a su cuidado, princesa Sill.”

“Ah, ja, ja… La verdad es que ya no soy una princesa.”

“¿Eh?”

“El otro día, mi padre abdicó el trono en mí. Una conferencia tan importante que se celebraba en nuestra tierra debió hacerle ya que los tiempos están cambiando. Me dijo: ‘A partir de ahora, deben ser los jóvenes como tú los que dirijan este país’. Aunque, se podría decir que me estaba echando todos los problemas encima.”

“Oh, ya veo…”

Hmm… Me resulta familiar.

“Parece una gran responsabilidad”, comenté.

“Dímelo a mí. Aun así, ahora que se me ha encomendado la tarea, pienso hacer todo lo posible.”

La expresión de Sill estaba llena de confianza, y sentí fuerza en su mirada inquebrantable. Me sorprendió un poco, pero decidí corregirme.

“Estaremos a su cuidado, Reina Sill.”

“Sí, Rey Souma. Es bueno que hayas venido. La gente del Imperio y del Reino del Gran Tigre ya ha llegado. Te acompañaré a ellos, así que por favor ven por aquí.”

Seguimos las indicaciones de Sill. Avanzamos por un pasillo bordeado de torpes pilares de piedra que tenían un sentido de la historia, y finalmente nos detuvimos frente a una sala. Los soldados de los demás países presentes esperaban fuera.

Reconocí a uno de ellos. Gunther, un tranquilo comandante del Imperio.

Sill se volvió hacia nosotros y dijo: “Ahora, como acordamos de antemano, pediré a los guardaespaldas que esperen aquí. Por favor, elijan a tres asistentes para entrar con Souma.”

“Entendido. Hasta luego, Aisha, Naden.”

Ambas asintieron.

“Entendido. Estaremos esperando aquí con los Gatos Negros.”

“Si pasa algo, danos un grito. Estaremos allí en un instante.”

Asintiendo a los dos, entré en la sala con Liscia y Julius. El centro de la misma estaba dominado por una gran mesa redonda. En una sección de la misma estaban sentados María, Jeanne y Krahe del Imperio. En otra se sentaban Fuuga, Hashim y Mutsumi, del Reino del Gran Tigre. En el tiempo que tardamos en llegar, parecía que no habían tenido una conversación amistosa.

María y Fuuga parecían naturales, pero sus ojos me decían que se estaban evaluando mutuamente, mientras que Jeanne y Hashim se mostraban cautelosos el uno con el otro, con expresiones severas. Mutsumi parecía sentirse incómoda, mientras que Krahe estaba extrañamente emocionado. Para un ferviente creyente de María como él, tenía que estar fuera de sí de alegría por poder asistir a una reunión de líderes importantes como esta.

Cuando entramos en la sala, María se percató de nuestra presencia y se levantó, sonriendo, para luego acercarse con elegancia a nosotros.

“Ha pasado mucho tiempo, Sir Souma.”

“Sí. Me alivia ver que está bien, Madame María.”

Nos dimos la mano y nos saludamos. A continuación, María se dirigió a Liscia.

“Creo que es la primera vez que nos conocemos en persona, Lady Liscia. Soy María Euforia.”

“¡Oh! ¡Sí! Yo soy Liscia Elfrieden.”

María y Liscia se estrecharon la mano e intercambiaron cumplidos.

Ah, sí, Liscia no estuvo en la reunión de Zem, ¿eh?

Mientras tanto, Julius y Jeanne reavivaban su vieja “amistad”.

“Nunca pensé que nos volveríamos a encontrar así”, dijo Jeanne con una sonrisa irónica.

“Sí, estoy de acuerdo…” replicó Julius torpemente. “Ya estoy sudando de forma desagradable.”

“No parece que esta vez estés en malos términos con Sir Souma, así que es un alivio.”

“No temas. Él es el maestro al que sirvo ahora.”

“Has cambiado… Siento que tu expresión ha ganado en compostura, y tus modales son más relajados.”

“Encontrar una pareja puede cambiar a una persona.”

“Me da envidia. A mí también me gustaría casarme, pero mi hermana no quiere sentar la cabeza…”

“¿Disculpa, Jeanne?” dijo María con una sonrisa.

“No, olvida que he dicho nada”, dijo Jeanne, echándose atrás.

En ese momento Fuuga se levantó de su silla, saludándome con la mano.

“Oye, he venido como me pediste, Souma.”

“Te lo agradezco. Pero recuerda que estamos aquí por la enfermedad que tú y tu gente han encontrado.”

“Sí, lo sé. ¿Por qué si no crees que hago lo que dices?”

“Podrías actuar un poco más apenado.”

“Lo siento. Simplemente no está en mi naturaleza”, dijo Fuuga, encogiéndose de hombros.

Este tipo… Pensé.

Mutsumi se levantó de su asiento y se acercó. “Ha pasado mucho tiempo, Sir Souma.”

“Así es. Desde que nos conocimos en la Unión de Naciones del Este, ¿verdad? Me alegra ver que te va bien.”

“Sí. ¿Cómo están Ichiha y… Sami?” Preguntó Mutsumi, tropezando un poco con sus palabras

Estoy seguro de que… debe haber querido preguntar más sobre el último de esos dos.

Sonriendo, dije: “Ichiha lo está haciendo bien. Se está convirtiendo rápidamente en uno de los jóvenes que liderarán nuestro país en la próxima generación. En cuanto a Sami… Vive rodeada de libros en la biblioteca de la capital. No sé cuánto tiempo tardará en recuperarse su corazón, pero… creo que vive tranquila.”

“¡Oh! ¿Es eso cierto?” Mutsumi parecía un poco aliviada. “Por favor, sigue cuidando de los dos.”

“Sí. Haré lo que pueda.”

“Bien, parece que todo el mundo está aquí”, dijo Fuuga, aplaudiendo mientras Mutsumi y yo terminábamos de hablar. “¿Qué tal si nos ponemos manos a la obra? Celebremos esta reunión de alto nivel entre los líderes de las naciones clave, o lo que sea que se supone que es.”

María y yo asentimos con la cabeza.

Que comience la Cumbre Balm.