Mushoku Tensei: Isekai Ittara Honki Dasu (NL)

Volumen 13

Capítulo 3: Entrenamiento Con Norn

Parte 1

Ha pasado OTRO MES. Todavía hacía frío, pero la nieve empezaba a derretirse y se podían ver manchas de tierra aquí y allá.

Una mañana, me levanté de la cama lo más silenciosamente posible, intentando no despertar a Sylphie. A ella le gustaba usar mi brazo como almohada, así que siempre había que tener cierta delicadeza para extraerme. Me dirigí a una habitación lateral y me puse mi ropa de entrenamiento, un conjunto forrado que parecía un chándal. Sylphie lo había elegido para mí. Era un poco ligero para el clima invernal, pero cuando uno se ejercita, eso se siente bien.

Una vez vestido, cogí una espada de piedra que había dejado tirada en un rincón de la habitación.

Era una cosa gruesa y de aspecto tosco. La había fabricado yo mismo con mi magia de tierra. La hoja no tenía filo, pero era inusualmente pesada. Era una buena forma de practicar la fuerza de mi nueva mano izquierda artificial.

De hecho, estaba empezando a cogerle cariño a la cosa. Tal vez le pondría un nombre un ía de estos. Algo como “Atún” o “Pez Espada”.

Ahora que lo pienso, no había comido nada parecido al sashimi desde mi llegada a este mundo. ¿Nadie aquí come pescado crudo, o qué?

“…”

Una vez que estuve listo, le di unas suaves palmaditas en la cabeza a mi esposa dormida, pronunciando en silencio las palabras “Hasta luego”.

“Hee hee…”

Con los ojos aún cerrados, Sylphie sonrió felizmente y frotó su cabeza contra mi mano. Supongo que estaba medio despierta. Era bastante adorable, no hace falta decirlo.

Al mirar hacia abajo, me di cuenta de que las sábanas estaban un poco enredadas, dejando su trasero en ropa interior al descubierto. También le di una suave palmadita. Nunca se diría que esta chica ya es madre. Pero, por otra parte, Elinalise también tenía una buena figura. Tal vez fuera genético.

Tras un momento de vacilación, volví a colocar las sábanas sobre Sylphie.

Últimamente habíamos vuelto a nuestras actividades nocturnas habituales, pero me parecía un poco pronto para esforzarse por tener un segundo hijo, así que intenté ser un poco más comedido. Aunque no había ninguna garantía de que no ocurriera de todos modos.

Cuando salí de la habitación, Sylphie me llamó con sueño. “Nn… Hasta luego…”

Volveré pronto.

***

A continuación, me dirigí a la habitación de Norn.

Estos días, ella se había unido a mí en mi entrenamiento matutino. Cuando se quedaba en la casa, lo hacíamos en el patio; cuando se quedaba en la residencia, me reunía con ella en el patio de allí. Hoy era uno de sus días en casa.

“¿Estás lista, Norn?”

Llamé a la puerta y empecé a abrirla.

“¡Gah! Rud-”

“Ups. Perdóname”.

Todavía se estaba vistiendo, así que rápidamente la cerré de nuevo.

El cuerpo de Norn aún no se había desarrollado mucho. Me gustaban las chicas delgadas y diminutas, por supuesto, pero mis hermanas pequeñas no me gustaban. A veces lo encontraba ligeramente lamentable, pero era lo mejor. Estaba bien poder ser cariñoso con ellas sin sentirme sucio por ello.

Aun así, la idea de que Norn probablemente se casaría algún día me inspiraba una sensación vagamente incómoda en la boca del estómago. ¿Quizás era lo que sentía un padre al ver crecer a su hija?

No era tan malo. Tendría que ocupar el lugar de Paul y reprender a su primer novio por ella. ¡No voy a dar a Norn a un vago como tú! ¡Piérdete!

“Honestamente. ¿Qué sentido tiene llamar a la puerta si no esperas a que te diga algo?”

Mientras reflexionaba sobre todo esto, Norn salió de su habitación con su ropa de ejercicio, llevando una espada de madera en una mano. Su atuendo era algo sencillo y funcional, con mangas largas en la parte superior e inferior. Era la ropa de ejercicio estándar de la Universidad; le había comprado un par de pares en la tienda de la escuela.

Al pasar por delante de Norn y entrar en su habitación, vi la espada de Paul montada en lo alto de la pared. En mi antiguo mundo, probablemente habría colocado un altar con una foto de su rostro, pero aquí no había cámaras. Era posible que alguien hubiera creado una herramienta mágica capaz de capturar una imagen, pero si era así, no era de uso generalizado.

Sin fotografías, la gente tendía a utilizar recuerdos para rememorar a los que habían perdido. “Norn, ¿te importa si entro en tu habitación un momento?”

“¿Eh? Uh, está bien, supongo…”

Entré. El dormitorio olía un poco a su ocupante, como lo hacen a primera hora de la mañana. Si me hubiera metido en su cama y hubiera apretado la cara contra sus sábanas arrugadas, podría haber llenado mis pulmones con el aroma de Norn. No es que fuera a hacerlo.

De pie frente a la espada de Paul, junté las manos. “Papá, Norn y yo vamos a entrenar de nuevo esta mañana. Vigílanos para que no nos hagamos mucho daño, ¿quieres?”.

Una vez terminada mi pequeña oración, incliné ligeramente la cabeza.

Cómo habría respondido Paul a esto? Tal vez algo como “Nunca mejorarás sin unas cuantas lesiones, ya sabes”. O tal vez sólo “Será mejor que no dejes que Norn se lastime, maldita sea”.

Al echar un vistazo, encontré a Norn arrodillada a mi lado con las manos juntas al estilo Millis.

Tuve una buena vista del pequeño y lindo mechón de pelo en la parte superior de su cabeza.

“…”

No importaba lo que Paul hubiera dicho, en realidad. Él ya no estaba aquí. Ahora tenía que desempeñar su papel. Tenía la responsabilidad de cuidar de Norn lo mejor posible. No tenía a nadie más a quien recurrir, después de todo.

“De acuerdo entonces. ¿Quieres ponerte en marcha?”

“Sí. Estoy lista, Rudeus”.

Los dos nos dirigimos a comenzar otra sesión.

***

El régimen era bastante sencillo: calistenia, correr y practicar los golpes.

Yo lo llamaba “entrenamiento con la espada”, pero por el momento sólo estábamos trabajando en los fundamentos. En los últimos meses, había hecho trabajar mucho a Norn para aumentar su resistencia básica.

Sin embargo, cuando digo duro, no quiero decir que la haya puesto a hacer la misma rutina que yo. Eso habría sido demasiado para ella. Empecé con una quinta parte de mi régimen de entrenamiento. Norn sólo tenía once años y no había sido demasiado activa físicamente antes de esto, así que no podía esperar que soportara mucho.

Mientras ella practicaba sus balanceos en el patio, yo terminaba mis propios ejercicios de la parte superior del cuerpo.

“¡Veinticinco… veintiséis…!”

Balancear una espada contra nada en particular es un ejercicio bastante simple, pero eso es parte de la razón por la que se necesita una verdadera fuerza de voluntad para seguir adelante con ella. Sin embargo, Norn nunca se rindió a mitad de camino.

Estaba orgulloso de ella por eso. Era más dura de lo que parecía.

“¡…Cincuenta!”

“Bien, eso es bueno. Buen trabajo”.

“Haa…haa… ¡Gracias, Rudeus!”

“Vamos a lavarnos y a regresar, entonces.”

Después del entrenamiento, los dos nos dirigimos juntos al baño.

Norn tenía una desafortunada tendencia a tropezar y caer durante nuestras sesiones de carrera, lo que a veces la dejaba con raspones o moretones en las rodillas. Yo tenía la costumbre de mirarla y limpiarlas con magia curativa después. Algo así como besarla para mejorarla, salvo que realmente funcionaba.

Por cierto, Norn se oponía rotundamente a que la viera desnuda, así que se bañaba en ropa interior y con una camiseta fina. Supongo que estaba llegando a esa edad sensible. Era una pena que no hubiera compartido ese sentido del pudor con Aisha. Por supuesto, yo también llevaba siempre ropa interior para que Norn estuviera más cómoda.

Aun así… a veces me preguntaba cómo reaccionaría ella si le dijera que algunos tipos se excitaban más viendo a una mujer con una camisa mojada y semitransparente. Podría ser divertido de ver, pero me guardaba el pensamiento para mí. No quería que me desterrara por completo de bañarme con ella.

Un hermano mayor también tiene que mantener su dignidad.

Mientras reflexionaba sobre esto, Norn me lanzó una mirada y puso un ligero mohín. “Hoy sólo ha sido correr y practicar balanceos. ¿Cuándo vas a enseñarme a usar mi espada?”

“Ya lo estoy haciendo”.

“No me refiero sólo a blandirla. Me refiero a las posturas, a las técnicas”.

Hasta ahora, había estado instruyendo a Norn sobre cómo correr y blandir su espada. Correr le daría resistencia, y practicar los golpes le daría fuerza. Hasta que no trabajara en ambas cosas durante un tiempo, no tenía sentido que aprendiera “técnicas”. Así es como lo había imaginado, al menos.

“Hmm, veamos…”

La chica había estado en ello durante meses, sin embargo. Probablemente había hecho algún progreso.

Le eché un vistazo a Norn. Tenía el cuerpo delgado de una niña en crecimiento, pero en comparación con cuando estábamos empezando, los músculos de sus brazos y piernas estaban algo más definidos. Era difícil decir que estaba “en forma” en ese momento, pero un poco de esfuerzo probablemente no iba a causarle ninguna lesión. Quizá ya era hora de que le enseñara las posturas más básicas.

“Supongo que tienes razón. Empezaremos de verdad hoy después de las clases, ¿de acuerdo?”

“¿De verdad? De acuerdo”.

Tras enjuagarnos el sudor, los dos salimos juntos del baño.

***

Aquella tarde, me reuní con Norn en el tercer campo de entrenamiento externo de la Universidad de la Magia, un terreno de ejercicios situado cerca del límite del campus. Ya me había puesto mi ropa de entrenamiento.

Mi hermana también llevaba su ropa de entrenamiento y ya tenía su espada de madera en la mano. Su rostro era mortalmente serio.

No teníamos la zona para nosotros solos. Había algunos estudiantes con túnica entrenando cerca, y otros que parecían estar dando un paseo. También habíamos atraído a algunos espectadores, que obviamente sentían curiosidad por saber por qué llevábamos la ropa de entrenamiento a esas horas.

Sin embargo, no importaba que tuviéramos una multitud.

“Norn, hoy vamos a empezar tu verdadero entrenamiento como espadachín”.

“¡Sí, señor!”

La cara de la chica brillaba con energía y entusiasmo. Era obvio lo ansiosa que estaba por aprender verdaderas “técnicas”. Sólo habían pasado unos meses desde que empezamos, pero supongo que la naturaleza repetitiva de nuestro entrenamiento básico la había agotado un poco.

Aun así, blandir una espada en la batalla no era un juego. Primero tienes que aprender los fundamentos.

“Sólo para que sepas, estoy planeando ser duro contigo”.

“Muy bien”, dijo Norn, asintiendo seriamente.

“Si seguimos así, puede que acabes enfadándote conmigo. Incluso podrías empezar a pensar que te odio. Así de duro voy a ser”.

“De acuerdo.”

“Para ser sincero, no quiero que me odies. Pero un instructor poco riguroso hace que sus alumnos salgan perjudicados. Si me lo tomara con calma en el entrenamiento, y luego acabaras muerta en tu primer combate real, nunca podría enfrentarme a nuestro padre en el cielo.”

Norn no tenía ningún talento real con la espada. Ciertamente no comparado con Eris a la misma edad, al menos. No diría que era peor que la media de los niños de once años, pero la “fuerza” sólo puede medirse en términos relativos.

Cuando luchas contra alguien uno a uno, el combatiente más fuerte gana, y el más débil muere. Perder no es una opción válida.

Para que Norn fuera capaz de superar cualquier amenaza real, tendría que esforzarse mucho. Necesitaba entrenarla mucho. Y ella necesitaba aprender algunos trucos, también.

“En algún momento, esto podría empezar a hacerte sentir miserable. Podría frustrarse por su falta de progreso. Puede que veas que alguien con más talento te pasa rápidamente. Llegará un día en que tendrás ganas de abandonar”.

“…”

“Sé lo que se siente, para que conste. Y no podría culparte a ti, ni a nadie, por rendirte ante la adversidad.”

“…”

Norn frunció un poco el ceño ante eso.

No es sorprendente, en realidad. Desde su punto de vista, probablemente parecía que tenía un talento supremo en cualquier cosa que intentara. Y en este cuerpo, realmente era muy capaz en todo tipo de cosas. Pero aun así, había perdido muchas batallas. Más de una vez, estuve a punto de morir. En cierto sentido, Paul había muerto porque yo no era lo suficientemente fuerte.

Quería más que nada mantener a Norn a salvo de ese tipo de peligro.

“Dicho esto, no quiero que abandones la espada, pase lo que pase. Si lo haces, nunca te la volveré a enseñar, y nunca te dejaré usar la espada de papá”.

“…”

“Sin embargo, mientras sigas haciéndolo, tampoco me rendiré contigo”.

Un discurso un poco cursi, lo sé. ¿Acaso yo mismo estaba mostrando ese tipo de determinación, ahora que lo pienso?

Bueno… había renunciado a mejorar mucho con la espada, pero había seguido con mi entrenamiento cada mañana. Quería creer que no era una total hipócrita.

“¿Entiendes, Norn?”

“¡Sí, señor! Lo entiendo perfectamente”.

La respuesta de Norn fue rápida y contundente. Me miraba con las mejillas sonrojadas y determinación en los ojos. Me pregunté si yo le había parecido algo así a Paul, cuando era pequeño.

Tal vez Norn acabe siguiendo un camino similar… dejándome atrás y encontrando algún otro maestro que la entrene. Una vez que la haya llevado al nivel de principiante, siempre podría enviar a buscar a Ghislaine o algo así. Suponiendo que descubriera dónde estaba la mujer.

También estaba ese lugar del Santuario de la Espada al oeste. Si ofrecía suficiente dinero, tal vez podría atraer a un Santo de la Espada para que le enseñara durante un tiempo.

“Me alegro de oírlo. Empezaremos corriendo, entonces”.

“¿¡Eh!? ¿No vamos a entrenar con la espada esta noche?”

“Sí, por supuesto. Esta vez corres con la espada en las manos. Tienes que llevarla a todas partes en el campo de batalla, después de todo”.

“…”

“¡Estoy esperando una respuesta!”

“¡Señor! ¡Sí, señor!”

Hoy, nuestro régimen consistiría en correr, un repaso de las tres formas básicas y una breve sesión de sparring. Mi intención era hacerla pasar un mal rato. Ella necesitaba entender que esto podía ser algo doloroso y aterrador. No creo que el dolor sea una parte esencial del proceso de aprendizaje ni nada por el estilo, pero me pareció que lo mejor era que se diera cuenta por adelantado de lo duro que podía ser.

Existía la posibilidad de que la hiciera llorar. Había una posibilidad de que me odiara después de esta noche.

Pero aun así, necesitaba convertir mi corazón en piedra. El juego de espadas no era el tipo de cosa que se persigue como un pasatiempo divertido. Era una forma segura de acabar muerto la primera vez que te enfrentabas a una amenaza real.

“¡Muy bien, Norn! ¡Sígueme!”

“¡Sí, señor!”

Aun sintiéndome un poco ansioso a pesar de mí mismo, salí a la carrera.