Musume Janakute Mama ga Sukinano! (NL)

Volumen 3

Capitulo 5: Madre e Hija y Joven

Parte 2

Mientras caminaba sin rumbo, confiando solo en la tenue luz que iluminaba mis pies, vi la luz de la máquina expendedora.

Compré un té descafeinado, apoyé la espalda contra la pared y comencé a beberlo a sorbos.

En el lado opuesto, había una pared entera de cristal.

Se podía ver claramente el paisaje exterior.

Las estrellas de verano brillaban en el cielo nocturno a través del cristal.

Estaba hipnotizada por el fugaz, pero hermoso brillo de las estrellas… Y entonces.

“Ayako-san”, me llamaron.

Cuando me di la vuelta, vi a Ta-kun acercándose.

Me miró un poco preocupado.

“Ta-kun…”

“¿Pasó algo para que decidieras salir a caminar a esta hora?”

“…Simplemente no podía dormir. ¿Tú tampoco, Ta-kun? Ah… Lo siento, ¿no me digas que te desperté?”

“No, yo tampoco podía dormir. Sabía que habías salido, así que te seguí.”

Parece que Ta-kun tampoco podía dormir.

“Me siento como un niño que no se puede dormir durante un viaje.”

“Tienes razón.”

Bromeé y Ta-kun se rió entre dientes. Y luego volvió sus ojos al cielo nocturno más allá del cristal.

Seguí su mirada y miré de nuevo al cielo nocturno.

“Las estrellas se ven muy hermosas hoy.”

“Sí. Eso pensé en el baño, pero de verdad se ven hermosas…”

“En el baño…”

“Sí, la vista en el baño era simplemente maravillosa…” dije y luego me invadió una terrible vergüenza.

¡Uwaaa, rayos!

¡¿Por qué demonios estoy hablando del baño?!

Ta-kun se sonrojó, avergonzado. Debía estar recordando lo que pasó en el baño. Yo también me sentí muy avergonzada cuando lo recordé. ¿Por qué siempre estoy cavando mi propia tumba?

En una atmósfera incómoda:

“Este… Ayako-san”, dijo Ta-kun, encarrilando de nuevo la conversación. “Te veías un poco deprimida hace un momento… ¿Está todo bien?”

“…¿Me veía así?”

“Sí, más o menos”, dijo con dificultad, pero aun así lo dijo claramente.

Después de una breve pausa, suspiré en silencio, como si me hubieran vencido.

“…Sí. En realidad, hay algo me preocupa…”

“¿Hablas… de Miu?”

“Uh. ¿Es tan obvio?”

“Es obvio con lo que ha pasado últimamente.”

Hizo una mueca.

Parecía estar recordando el cambio repentino en Miu.

“…Para ser honesta, recientemente tuvimos una pequeña pelea.”

“¿Una pelea…?”

“Oh, pero nada serio. Incluso es difícil llamarlo una verdadera pelea… Es más un desacuerdo en nuestros puntos de vista.”

Un desacuerdo de puntos de vista.

Aunque nos paremos de frente y mire a mi hija y ella me mire a mí, de alguna manera no siento que nos estemos mirando. Siento una extraña sensación de alienación, como si estuviéramos paradas en niveles completamente diferentes mientras nos hablamos.

“No entiendo lo que está pensando Miu… Le pregunté, pero no me dijo nada… Es la primera vez que pasa esto, así que estoy un poco confundida.”

No entiendo.

No entiendo cómo se siente Miu.

Incluso me armé de valor para preguntar, pero ella se negó a hablar.

Oinomori-san dijo que eso es bastante normal, pero no puedo ser tan optimista.

“…Si.”

Gradualmente, mis pensamientos se hundieron en una dirección cada vez más oscura y no pude evitar empezar a pensar ciertas cosas.

Cosas las cuales no valía la pena pensar.

“Si fuera su verdadera madre… me pregunto si lo hubiera logrado.”

Si fuera su madre biológica.

Si estuviéramos emparentadas por sangre.

Si fuera mi hermana fallecida.

Me pregunto si podría entenderla mejor.

O incluso si no pudiera, me pregunto si hubiera sido capaz de mantenerme firme y tranquila sin sentirme tan ansiosa e insegura.

“Si fuéramos verdaderas madre e hija, quizás—”

“—Ayako-san.”

Una voz fuerte y aguda resonó en mi corazón, que estaba casi cubierto de negrura.

Cuando levanté la vista sorprendida, Ta-kun me estaba mirando con una mirada severa.

“Incluso si estás bromeando, me enojaré.”

“Eh…”

“Ayako-san… ¿cómo puedes no ser su verdadera madre?” dijo Ta-kun con un tono sincero y serio. “Todos estos diez años has estado con Miu, la has amado y criado… Si estos sentimientos no son reales, entonces ¿qué es real?”

“……”

“Estoy seguro de que Miu piensa igual. Por eso… no perdonaré a nadie que diga que Ayako-san no es su verdadera madre. Incluso si… eres tú.”

“Ta-kun…”

Sentí cómo mi pecho se calentaba al enfrentar esa ira silenciosa con la que me miraba en la que se escondía una bondad increíble.

Mi corazón latía rápido, pero mi mente estaba tan tranquila y serena… Estaba envuelta en una paz misteriosa.

“…Tienes razón. Siento haber dicho cosas tan patéticas.”

Qué patética soy.

Me he estado quejando sin fundamento. Pensando en cómo sería si fuera su verdadera madre… y repitiéndomelo como una excusa para escapar de mis problemas.

“…Yo también lo siento. Me dejé llevar con mi opinión.”

“No. Gracias, Ta-kun. Gracias a ti me siento un poco mejor”, dije, sonriendo. “Es extraño… Tus palabras… de alguna manera parecen penetrar en mi corazón tan fácilmente.”

Sus palabras resuenan en mi corazón más profundamente que las de cualquier otro.

Siempre me ha parecido extraño… pero ahora lo entiendo un poco.

Eso es porque Ta-kun realmente se preocupa por mí.

Por eso sus rebosantes sentimientos llegan a lo más profundo de mi corazón a través de sus palabras…

“Después de todo, Ta-kun… eres realmente especial para mí.”

“…¿En qué sentido?”

Emocionado, me miró expectante.

Y tardíamente… me di cuenta de que había dicho sin querer algo bastante sugerente.

“Eh… Ah, no, este… ¡C-Cuando digo especial, no lo digo en un sentido extraño! C-Cómo decirlo…” Intenté desesperadamente inventar una excusa. “D-Después de todo… nos conocemos desde hace mucho tiempo. Ya que me has estado mirando hasta ahora, significa que puedo confiar en ti honestamente si dices algo así, eso es a lo que me refería…”

“…No solo ‘hasta ahora’.”

Mientras seguía poniendo excusas, él dio un paso adelante y se acercó a mí.

Y entonces.

Agarró mis hombros con ambas manos.

“¿Eh…?”

De repente, mi corazón dio un brinco.

Eran unas grandes manos masculinas y huesudas.

Pero me agarraron suavemente y con un ligero temblor.

En un pasillo oscuro iluminado con solo una tenue luz…

Sus ojos que me miraron directamente.

Sus ojos estaban llenos de tensión y ansiedad, pero su pasión y determinación superaban con creces eso.

“Ayako-san, si me lo permites, quiero que sea ‘de ahora en adelante’… Quiero estar contigo para siempre. Estar juntos por siempre…”

“Ta-kun…”

Me sentí atraída por el brillo inquebrantable de sus ojos. Las dulces y feroces palabras parecieron derretir mi corazón y hacer que mi cabeza se sintiera aturdida, como si estuviera intoxicada.

“Ayako-san…”

Puso un poco más fuerza en sus manos y ​​me acercó a él.

Ya no tenía la fuerza para resistirme.

Ahora estaba a su merced.

““……””

Nos miramos en silencio. Un segundo, dos segundos, tres segundos… un misterioso flujo de tiempo, como un momento eterno, nos envolvió. Sentí que podíamos entender los pensamientos del otro incluso sin intercambiar palabras.

No había nadie aquí.

Solo el cielo nocturno de verano nos miraba.

En ese caso… quizás solo por ahora, podría deshacerme de todas las apariencias y excusas y rendirme ante el joven que tenía delante.

Poco a poco, el rostro de Ta-kun se acercó más.

Sin rechazarlo o resistirme, naturalmente cerré los ojos y…

Paso, paso.

De repente, desde el otro lado del pasillo, se escuchó el caminar de pasos en pantuflas.

““¡¿~~~~?!””

Separamos por reflejo nuestros cuerpos y nos distanciamos el uno del otro.

A nosotros se acercó… una pareja desconocida de unos cuarenta años. Debían ser huéspedes del hotel al igual que nosotros. Susurrándose entre sí, pasaron junto a nosotros.

Contuve la respiración y esperé a que se fueran.

Mi corazón… estaba latiendo terriblemente rápido.

Por otro lado, mi cabeza aturdida se enfrió rápidamente.

“……”

Un momento. Espera un momento.

¡¿Qué estaba tratando de hacer ahora?!

¡¿Qué iba a hacer con Ta-kun?!

¡E-Eso estuvo cerca, muy cerca…! Ese flujo no fue para nada bueno… Todo pasó con tanta naturalidad que me entregué al momento. Me sentí como si estuviera embriagada. Por un momento pensé “Ya no me importa lo que pase”.

¿Qué fue eso? ¡¿Qué demonios fue eso?!

¡¿Es esto lo que se llama la magia de un viaje?!

“…Ayako-san.”

“¿S-Sí?”

Me estremecí y me di la vuelta y vi que su aterradora pasión ya se había desvanecido de sus ojos.

Avergonzado y con un gran pesar, Ta-kun dijo:

“Se está haciendo tarde. ¿Volvemos?”

“…Sí”, asentí débilmente.

Entonces los dos regresamos a la habitación.

Me sentí aliviada… pero al mismo tiempo un poco decepcionada, un estado de ánimo muy complejo.

Había aligerado un poco la primera preocupación que causó mi desvelo, pero ahora no podía dormir por otra razón.