Isekai Ryouridou (NL)

Volumen 14

Capitulo 6: El Rey Blanco De Morga

Parte 2

Con un tremendo bramido, el giba cayó al suelo. Y sin un momento de demora, el lobo blanco sujetó la cabeza del giba con sus patas delanteras y le arrancó la garganta. Así, un torrente de sangre roja fresca brotó y el giba dejó de moverse.

Y ahora manchado con la sangre de su presa, el lobo blanco se volvió hacia Dan Rutim.

“Qué espléndida habilidad. Tu fuerza es aún mayor de lo que escuché. Realmente estoy impresionado, de verdad”, dijo Dan Rutim con una sonrisa, quitando su mano de la hoja en su cadera. “Esa es tu presa. Adelante, come todo lo que quieras”.

El lobo no mostró ninguna reacción.

“¿Qué pasa? Comes giba, ¿no? Por lo que he oído, es por eso que se mudaron a la base de la montaña, por miedo a los de tu clase”.

El lobo blanco una vez más inclinó un poco la cabeza, luego se volvió una vez más para enfrentarse al enorme giba. Sus colmillos se clavaron directamente en el estómago de la bestia.

“¿Oh? ¿Entonces te comes las entrañas?”

El lobo blanco siguió devorando intensamente las entrañas del giba.

El fuerte hedor a sangre llegó hasta las fosas nasales de Dan Rutim. Y mientras tanto, el crepúsculo finalmente cayó sobre el mundo que lo rodeaba.

Supongo que todos deberían regresar pronto a casa en el asentamiento…

Dan Rutim era el hijo mayor de la casa principal y no tenía hermanos. Si realmente se extinguiera en el bosque, o su hermana menor se convertiría temporalmente en la cabeza del clan y tomaría un marido, o la casa sucursal con los lazos de sangre más cercanos se convertiría en la nueva casa principal.

Mi hermana dijo que quería casarse con un miembro del clan Lea, así que realmente hice mal con ella.

¿Estaban llorando su hermana y su esposa ahora? ¿Qué pasa con su padre, Raa Rutim? No era de los que lloraban delante de nadie, pero seguramente estaba igual de profundamente entristecido.

Aunque Dan Rutim reafirmó su determinación ante la muerte en el bosque, no tenía intención de darse por vencido hasta que exhalara su último aliento… Pero eventualmente, su corazón seguramente también sería aplastado por el dolor.

Hacer las paces con la muerte y desear seguir viviendo no eran puramente opuestos el uno al otro. De hecho, un cazador que no valoraba su vida no estaba calificado para ser cazador en absoluto. Deseando con todo tu corazón seguir viviendo mientras aceptas que la vida de uno puede terminar en el bosque en cualquier momento mientras intentas cazar incluso un giba más… Eso era lo que significaba ser un cazador en el borde del bosque.

Así que no temeré a la muerte… ¡pero todavía tengo sólo quince años! ¡Me acabo de casar con la mujer que amo y todavía no he tenido hijos! Oh madre bosque… si puedes encontrarlo en tu misericordia, ¡concédeme la fuerza necesaria para pasar esta noche! Dan Rutim pensó para sí mismo mientras sentía que la fuerza abandonaba su cuerpo.

Con un suspiro, Dan Rutim lamentó cómo podría recuperar esa fuerza perdida si solo pudiera comer algo y descansar un poco.

Fue entonces cuando el lobo blanco se alejó del giba. Con paso relajado, la bestia se acercó al río. Y a través de los ojos nublados, la mirada de Dan Rutim siguió su camino.

Justo cuando el cazador se preguntaba qué estaba haciendo, el lobo blanco arrojó la parte superior del cuerpo al río. Tal como Dan Rutim había pensado al escucharlo, el río parecía fluir con bastante fuerza. Y de alguna manera fue divertido ver las patas de la bestia agarrarse peligrosamente a la orilla del río.

Después de un poco de eso, el lobo blanco levantó su cuerpo y se sacudió el agua de la cabeza. Luego, se acercó a Dan Rutim nuevamente.

“¿Así que te lavaste? Realmente eres muy inteligente”.

Habiendo recuperado su apariencia natural de color blanco puro, el lobo se acostó sobre la arena, lo suficientemente lejos como para que la espada de Dan Rutim no alcanzara. Y luego, sus ojos amarillos miraron intensamente al cazador.

En cuanto a Dan Rutim, su mirada se apartó del lobo y se dirigió a la giba. El enorme cuerpo de la criatura yacía sobre la arena. Y su torso parecía estar casi completamente ahuecado. Sin embargo, aparte de eso, la única otra marca en él era el mordisco en la garganta.

“¿Solo comes las entrañas de la giba? Bueno, supongo que no podrías comer una bestia entera incluso más grande que tú por tu cuenta”.

El lobo se limitó a mirar.

“Pronto caerá la noche. Entonces el mundt y el giiz se juntarán, y todo lo que quedará por la mañana serán los huesos del giba”.

Naturalmente, ese comentario no obtuvo respuesta.

“¿Te importaría compartir un poco de esta carne conmigo antes de que suceda?”

El lobo blanco cerró los ojos en silencio mientras descansaba la cabeza sobre sus patas delanteras dobladas.

Mientras miraba ese rostro amable, Dan Rutim pensó: Está bien, y se armó de valor. Seguiría aferrado a la vida hasta el amargo final. Eso era lo que Dan Rutim había decidido hacer.

La idea de dar la bienvenida casualmente a la muerte mientras la fuerza se vaciaba lentamente de su cuerpo no encajaba con su temperamento o con lo que había aprendido como cazador del borde del bosque. Y así, habiendo tomado una decisión, Dan Rutim giró su cuerpo y metió la cabeza en la espesura de su trasero.

Como carecía de la fuerza necesaria para ponerse de pie, se arrastró hacia el follaje. Luego encontró las ramas más secas que pudo y las arrojó detrás de él.

Solo había ramas delgadas alrededor, por lo que se dedicó a romper algunas de las ramas a su alrededor hasta que tuvo lo que necesitaba. Luego, una vez que los había arrojado a todos fuera de la espesura, Dan Rutim reunió sus fuerzas y volvió a gatear sobre la arena.

Después de juntar todas las ramas esparcidas en un solo lugar, dio un gran suspiro.

La herida en su pierna estaba palpitando, y de alguna manera tuvo la sensación de que la temperatura de su cuerpo estaba bajando. ¿Había estado escapando el calor de su cuerpo junto con su sangre? Podía sentir un sudor frío formándose en su frente.

Aun así, sigo vivo.

Dan Rutim clavó los dedos en la arena para ayudarlo a arrastrarse hasta el cadáver de la giba.

Después de sacar su cuchillo, lo clavó en la base de una de las patas traseras del giba. La hoja tuvo bastantes problemas para entrar, así que empujó sus caderas contra la parte inferior del mango y la empujó usando todo el peso de su cuerpo.

Con eso, cortó la piel y la carne, y separó la pierna del cuerpo. Era un buen trozo de carne, más gordo pero más corto que la pierna de Dan Rutim. Y mientras lo acunaba contra su pecho, gateó de regreso a su posición anterior.

Tenía otra gran tarea por delante en este punto: ahora, tenía que cortar la piel.

Aunque consideró cocinarlo con piel y todo, no le quedaban fuerzas para arrastrarse hasta el río. Y sería demasiado peligroso comer la piel de la giba sin lavarla, considerando que era imposible saber qué tipo de plantas venenosas atravesó.

Incluso si mi fuerza se agota a mitad de camino, no podré sobrevivir si no elijo mis acciones sabiamente.

Después de frotarse los ojos nublados, Dan Rutim cortó la piel de giba teniendo cuidado de no lastimarse los dedos. Normalmente, esta tarea no supondría ningún problema, pero resultó ser una carga increíble en su estado actual.

Aun así, de alguna manera logró quitar alrededor de la mitad de la piel, después de lo cual cortó un poco de la carne recién expuesta tan finamente como pudo. Eso se debía a su miedo a tocar la carne con los dedos sucios, y también era increíblemente difícil.

Luego metió la mano en su capa de cazador y sacó algunas brochetas y cuchillos pequeños, usándolos para apuñalar una rebanada de carne cada uno y luego plantándolos con la punta hacia arriba en el suelo. Una vez que hubo agotado dos brochetas y tres pequeñas hojas, Dan Rutim devolvió su cuchillo a su funda.

Ahora, solo necesitaba preparar el fuego.

Una vez más, metió la mano en la capa de cazador, esta vez sacando las hojas de lana utilizadas para encender las llamas.

Fue entonces cuando notó al lobo blanco sentado con la barbilla apoyada en sus patas delanteras mientras lo miraba.

“Sí, seguro que es una molestia, ¿no? Los humanos necesitamos hacer todo esto para poder comer carne de giba. Nuestros estómagos no son tan resistentes como el tuyo. Y ahora voy a encender un fuego, así que,

¿estarás bien? Los animales salvajes generalmente tienden a evitar las llamas, por lo que sé”.

El lobo siguió mirando.

“Bueno, conociéndote, me imagino que probablemente estarás bien”.

Dan Rutim colocó una hoja de lana sobre la pila de ramas en el suelo, luego pasó rápidamente la punta de un palo por su superficie.

Instantáneamente, la hoja se encendió y las ramas debajo de ella también se incendiaron. Aun así, tal vez como era de esperar debido a la madera fresca mezclada, emitió un sonido de chisporroteo preocupante cuando el humo negro comenzó a soplar hacia arriba.

“Hmm, parece un poco confiable”.

Dan Rutim se quitó la capa y el chaleco de cazador. Luego rompió ese chaleco y lo arrojó al fuego, momento en el que el fuego finalmente creció y encendió incluso las ramas frescas más gruesas.

Una vez que vio eso, movió los trozos de carne apuñalados al lado del fuego.

Mientras las llamas rojas cocinaban la carne de giba, un aroma irresistible llenó el aire.

Cuando la grasa goteó y golpeó las llamas, se hicieron aún más fuertes.

A pesar de que Dan Rutim realmente no había sentido su hambre en absoluto, su estómago de repente dejó escapar un gorgoteo.

“Mmmm, parece que mi cuerpo finalmente ha decidido que también quiere vivir”.

La carne roja se estaba asando a la parrilla, y el olor de la misma cocinando fue suficiente para llenar el interior de la boca de Dan Rutim con saliva. Y en este punto, su estómago estaba gritando fuertemente.

“No tengas tanta prisa. No quieres que me vaya a comer carne a medio cocer y tener que pagarla más tarde, ¿verdad?” le preguntó a su propio estómago mientras colocaba su capa sobre su piel desnuda.

Se acercaba la noche y, por lo tanto, hacía frío. Y aún más importante, su propio cuerpo había estado perdiendo calor. Se había estado poniendo rígido por los escalofríos mucho mayores de lo que un fuego de este tamaño podría hacer algo.

Aun así, sigo vivo.

Mientras usaba los trozos de tela sobrantes para protegerse los dedos, agarró una brocheta de metal caliente.

Con todas sus fuerzas, Dan Rutim mordió el trozo de carne de giba que aún goteaba grasa.

De inmediato, la fuerza de la giba y la vitalidad del bosque lo inundaron. El calor y el sabor de la carne fueron realmente impresionantes.

“¡Sí, esto es delicioso!”

La grasa de giba era jugosa y dulce.

La carne estaba dura y tenía un olor salvaje.

Aun así, esto fue alimento para la gente del borde del bosque. Fue la bendición que les concedió el bosque. Aunque la gente del pueblo aparentemente lo llamó incomible, no cambió el hecho de que era sabroso.

Se decía que en la selva negra del sur, sus antepasados habían comido lagartos y serpientes. Y aparentemente, estaban encantados de poder comer carne de giba después de mudarse al asentamiento en el borde del bosque de Morga.

Sin embargo, eso ciertamente tenía sentido. Después de todo, pudieron tomar la carne de bestias tan feroces en sí mismos. Podría haber sido duro y maloliente, pero era una fuente de fuerza. Y Dan Rutim ciertamente no pensó que pudieras servir como cazador comiendo carne tan débil como karon o kimyuus.

Los primeros cortes de carne que había preparado desaparecieron en su estómago en un abrir y cerrar de ojos. Antes de que la llama se debilitara, Dan Rutim cortó un poco más, repitiendo eso tres veces antes de que el fuego se apagara.

Al final, parecía que había logrado comerse alrededor de una cuarta parte de esa gruesa pierna de giba. No tenía aria ni poitan, pero aún tenía la sensación de que había logrado comer más de lo habitual.

Y además de esa sensación de plenitud increíblemente satisfactoria, Dan Rutim también se vio asaltado por un poderoso agotamiento.

“¿Mmm…?”

Su cuerpo comenzó a balancearse hacia adelante y hacia atrás, y puso las manos en el suelo.

Aunque su mente se sentía muy satisfecha, su cuerpo le estaba enviando un mensaje urgente.

De repente, la sangre se le escapó de la cabeza y su entorno se oscureció instantáneamente.

Su cuerpo parecía estar demandando que ahora que había comido, necesitaba dormir lo suficiente.

“Quiero decir, entiendo que esa es mi única opción para recuperar mi fuerza. Pero esto está justo en medio del bosque”.

Pronto caería la noche. Si se quedaba dormido sin antes preparar un fuego adecuado, probablemente no volvería a despertar. Mundt y Giiz siempre tenían hambre, y aunque no era común, una giba verdaderamente hambrienta incluso se comería a un humano. Entonces, si un humano como Dan Rutim tomara una siesta indefensa en el bosque, su cuerpo inevitablemente se convertiría en una comida nocturna.

“Si al menos pudiera trepar a lo alto de un árbol, entonces el giba y el mundt no podrían alcanzarme”.

Si solo tuviera que lidiar con Giiz mordiéndolo, sería posible sobrevivir. Pero un lugar como este simplemente no serviría.

Con las manos aun tocando el suelo, Dan Rutim luchó con todas sus fuerzas contra el letargo que lo invadía.

Si bajaba la guardia, podría terminar durmiendo en cualquier momento.

El mundo a su alrededor se balanceaba y el sonido del río que fluía constantemente se iba alejando poco a poco.

Los rostros de su amada esposa y su familia flotaban dentro y fuera de su mente en un revoltijo.

¡Madre bosque, concédeme fuerza…! pensó desesperadamente mientras se sentaba.

Y cuando lo hizo, encontró al lobo blanco ante sus ojos, mostrando sus colmillos.

¿Qué es esto? ¿Tenías la intención de comerme después de que engordara?

Los colmillos de la bestia apretaron el hombro derecho de Dan Rutim, y pudo sentir esa fuerza abrumadora incluso a través de su capa de cazador.

¡Oye, déjalo…! pensó desesperadamente, pero su voz no salía y su cuerpo se negaba a moverse.

Entonces, el cuerpo de Dan Rutim se levantó fácilmente en el aire.

Esa fue realmente una fuerza increíblemente monstruosa, incluso si Dan Rutim todavía no era especialmente grande para un cazador.

Y luego… cayó sobre algo blando.

¿Mmm…?

Su visión estaba teñida de blanco y sintió un pelaje cálido contra su pecho desnudo.

Aparentemente, ahora estaba cubierto por la espalda del lobo blanco. Y efectivamente, la presión sobre su hombro también había desaparecido en algún momento.

“¿Qué…? ¿Qué piensas hacer conmigo…?” Dan Rutim cuestionó con voz ronca.

E instantáneamente, el mundo a su alrededor comenzó a tambalearse. El lobo blanco iba a alguna parte con él de espaldas.

Instintivamente, Dan Rutim se aferró al cuello del lobo blanco. El lobo soltó un gruñido de reproche en respuesta, pero no dejó de moverse. Mientras tanto, podía sentir sus pies colgando arrastrándose por la arena.

¿Qué eres exactamente…?

De repente, el lobo blanco saltó y Dan Rutim se aferró desesperadamente a su cuerpo mientras las hojas y ramas del follaje circundante rozaban sus extremidades y espalda.

Luego, antes de que se diera cuenta, se encontró inmerso en el silencio.

Su sentido del tiempo se estaba desvaneciendo y era posible que hubiera perdido el conocimiento más de una vez en el camino.

Pero aun así, los brazos de Dan Rutim todavía estaban firmemente envueltos alrededor del cuello del lobo blanco, y el calor de la bestia calentó su cuerpo helado.

“¿Dónde está esto…?” preguntó el cazador, mirando hacia arriba y mirando a su alrededor.

Las hojas de color verde oscuro bloquearon su vista, pero a través de ellas pudo divisar el cielo, teñido de azul índigo.

Estaban en un árbol increíblemente masivo, en un espacio entre el tronco y una rama. Bueno, incluso si pensaba en ella como una rama, era incluso más gruesa que su torso. El en el que estaba era tan grueso que probablemente se necesitarían diez personas tomadas de la mano para envolverlo.

“¿Qué es este lugar…? ¿Cómo subiste todo el camino hasta aquí?” Preguntó Dan Rutim, aunque naturalmente no recibió respuesta. El lobo se limitó a sacudir la cabeza con expresión molesta. Y así, el cazador se bajó del lomo de la bestia y se sentó con cuidado sobre la rama.

El lobo blanco se había posado junto al tronco, donde había un pequeño hueco plano. No habría ningún riesgo de caer en un lugar como ese.

Dan Rutim también se acercó a ese hueco, resbalando un poco a medida que avanzaba. Era difícil decirlo con certeza porque las ramas se interponían en el camino, pero parecía que estaban bastante altas. Al menos no había ninguna preocupación de ser atacado por giba o mundt.

“Realmente estoy asombrado… ¿Así es como siempre te vas a dormir?” Dan Rutim cuestionó mientras se inclinaba contra el tronco del árbol.

El lobo blanco no respondió.

“Pero tú hábitat normal está en el monte Morga. Y en la montaña, tienes bestias como serpientes madarama gigantes y salvajes rojos, ¿no es así? Parece que podrían trepar a los árboles… En realidad, creo que es más probable que se escondan en un árbol por miedo a ustedes lobos varb”.

Aun así, el lobo guardó silencio.

“¿Alguna vez has oído hablar del punto muerto de tres vías de Morga? Los lobos varb vencen a los salvajes, los salvajes vencen a las serpientes madarama gigantes y las serpientes madarama vencen a los lobos varb… Sin embargo, no puedo verte perdiendo contra ninguno de los otros dos”.

La bestia blanca seguía mirándolo.

“Bueno, supongo que debería descansar al menos un poco para recuperar fuerzas. Aun así, tal vez sea la sangre que perdí, pero siento que me estoy congelando. Me disculpo por seguir pidiéndote tanto, pero ¿te importaría compartir un poco de tu calidez?” Preguntó Dan Rutim mientras se arrastraba hacia el lobo blanco.

La bestia no se movió en respuesta, por lo que el cazador presionó su cuerpo contra su pelaje blanco. Y pronto, se sintió invadido por una sensación de seguridad que le hizo sentir como si su propia madre lo acunara.

“Hrmm, ¿qué es esto…?”

Cuando una poderosa somnolencia lo asaltó una vez más, Dan Rutim tanteó alrededor del cuello del lobo blanco. Envuelto alrededor de ese grueso cuello había un complejo tejido de enredaderas. No se había dado cuenta antes porque estaba escondido bajo el pelaje de la bestia, pero era un collar fino, adornado aquí y allá con bayas y piedras preciosas.

“Hmm… ¿Entonces es por eso que no tenías miedo de las espadas y las llamas…?” Dan Rutim cuestionó cuando la somnolencia se apoderó de él.

Y así, ese día inusual finalmente llegó a su fin.

***

“Han pasado veinticinco años desde entonces. ¿Son los lobos varb tan longevos?” Preguntó Dan Rutim mientras miraba a la galante figura blanca frente a él. “Te ves un poco más pequeño que la última vez que nos vimos. Tal vez tenga sentido asumir que no eres ese lobo blanco, sino su hijo… o tal vez te ves más pequeño porque yo me he hecho mucho más grande. Realmente es difícil de juzgar”.

La bestia no emitió ningún sonido.

“Aun así, hay una cosa que entiendo. Tienes la misma luz en tus ojos que la que vi hace veinticinco años. Así que debes ser el mismo lobo blanco que conocí entonces o su hijo. Estoy seguro de que no es del todo ajeno”.

Todavía no hay respuesta.

“Con eso en mente, solo hay una cosa que deseo decir”, continuó Dan Rutim, y luego inclinó profundamente la cabeza. “Gracias a la compasión de ese lobo blanco en ese entonces, estoy vivo aquí y ahora. No habría sobrevivido sin la ayuda de esa bestia. Estoy verdaderamente, profundamente agradecido por ese hecho”.

El lobo blanco lo miró fijamente.

“Cuando me desperté a la mañana siguiente, tú… o quizás tu padre, te habías desvanecido como una especie de ilusión. Al final, no pude dar las gracias. Realmente me alegra poder borrar mi arrepentimiento de ese día”, dijo Dan Rutim con una sonrisa.

Los ojos amarillos del lobo brillaron silenciosamente en respuesta.

“Después de eso, de alguna manera logré regresar al asentamiento, arrastrando mi pierna lesionada mientras avanzaba. ¡Fue una gran conmoción, con mi esposa y mi hermana pequeña llorando como bebés! Nadie me creyó realmente cuando les hablé de ti, pero te debo la vida. Por favor, permítame ofrecerle mi continuo agradecimiento”.

No hubo ningún cambio en la expresión del lobo.

“Gracias a ti, pude vivir una vida verdaderamente satisfactoria. Lamentablemente, perdí a mi esposa cuando aún era joven, ¡pero aún pudimos tener cinco hijos completos! Realmente, realmente fue una vida feliz”.

El lobo blanco inclinó la cabeza inquisitivamente.

Y fue entonces cuando Deem Rutim habló débilmente a su lado. “Jefe del clan… Dan Rutim… ¿con quién estás hablando exactamente…?”

Dan Rutim miró de un lado a otro entre el rostro pálido del niño y el lobo blanco. Y luego, asintió lentamente.

“Cierto. Justo ahora estaba hablando como si hubiera renunciado a vivir. Pero incluso si he vivido una vida plena, no es que esté completamente satisfecho todavía. Quiero llenarme de más y más satisfacción, ¡hasta el punto que me hace estallar! Debo superar estas dificultades también, sin importar lo que cueste”.

El lobo miró en silencio al cazador.

“No hay necesidad de molestarse en preparar un fuego. Gracias a ti, recordé el camino correcto a seguir. En momentos como este, debes trepar a un árbol y pasar la noche allí”, declaró Dan Rutim mientras buscaba en su capa de cazador.

Luego, sacó un manojo de cecina envuelto en una hoja de suurub.

“¡Desde ese día, siempre camino con cecina extra! Entonces, si podemos asegurar un lugar seguro para dormir, ¡deberíamos poder sobrevivir! Y esta vez parece que me he dislocado el tobillo, así que no es que no pueda dormir. Solo tenemos que volver al asentamiento al amanecer, cuando los giba están durmiendo”.

El lobo, naturalmente, permaneció en silencio.

“Protegeré a este camarada herido durante la noche. Al igual que lo hiciste por mí en ese entonces…” Dan Rutim luego desató la atadura del suurub y arrojó el contenido al lobo blanco. “Adelante, cómete eso. Todavía tengo cecina de sobra, así que no hay necesidad de contenerme. Puede que tenga demasiada sal, así que no sé si será de tu gusto, pero quiero hacer todo lo poco que pueda para agradecerte por esa noche”.

Después de mirar fijamente el rostro de Dan Rutim por un momento, el lobo blanco mordió a la cecina a sus pies.

Satisfecho con eso, el cazador miró el rostro de Deem Rutim.

“Deem Rutim, sería difícil regresar al asentamiento antes de que se ponga el sol con el estado en el que nos encontramos, así que estaba pensando en pasar la noche en el bosque. ¿Puedo pedirte que me confíes tu vida?”

“Sí… confío en ti, Dan Rutim…”

“Está bien”, dijo el cazador mayor mientras levantaba al niño tan lenta y cuidadosamente como podía.

Deem Rutim luego se aferró al cuello de Dan Rutim, conteniendo sus gemidos de dolor lo mejor que pudo.

“Agárrate fuerte. En primer lugar, tengo que escalar el acantilado”.

“Claro…”

Dan Rutim luego se levantó lentamente, acunando el cuerpo del niño con un brazo. Al instante, sintió un doloroso calor en su tobillo derecho.

Aun así, esto no era nada comparado con lo que recordaba hace veinticinco años.

“Bueno, entonces te deseo buena salud. Y espero con ansias el día en que nos volvamos a encontrar, lobo blanco”.

Efectivamente, había una luz inteligente brillando en los ojos del lobo blanco.

Después de dispararle una sonrisa a la bestia, Dan Rutim miró hacia arriba.

Había un gran acantilado frente a él y su entorno comenzaba a descender hacia la oscuridad, pero no estaba preocupado en absoluto.

Viviría y volvería con sus camaradas. Todo se redujo a la guía del bosque.

Y así, mientras el lobo blanco observaba, Dan Rutim dio su primer paso hacia una vida verdaderamente satisfactoria.

-FIN DEL VOLUMEN 14-