Jinrou E No Tensei Maou no Fukukan (NL)

Volumen 4: La Princesa de la Guerra

Capitulo 4: Una Vez que Tengamos a Meraldia en Nuestra Manos

Parte 6

Le había explicado el plan a Mao de antemano y él ya había preparado todo para permitirnos entrar a Krauhen como miembros de su caravana. Logramos cruzar las puertas sin incidentes y empezamos a buscar una posada.

“Recuerden, ustedes tres son oficialmente miembros de mi caravana, así que, por favor, no causen ningún problema”, nos dijo Mao.

“No planeo hacerlo, pero no puedo hacer ninguna promesa.”

“Esperaba que dijeras eso. Será mejor que me des esas salinas beluzanas que prometiste.”

Kite le lanzó a Mao una mirada de desprecio e intervino, “¡Oye, Mao, ¿qué estás tramando esta vez?!”

“Preferiría que los empleados del Senado, como tú, mantuvieran sus narices fuera del negocio de la Mancomunidad.”

¿Pueden dejar de pelear, por favor? Sí que hacíamos un grupo extraño mientras caminábamos por las calles de Krauhen. Dos hombres lobo, un traidor del Senado y un comerciante corrupto.

El borde norte de Krauhen no tenía muros. En su lugar, las altas montañas protegían a la ciudad de los invasores. Esas fortificaciones naturales eran más resistentes que cualquier muro hecho por el hombre. En las laderas de las montañas había múltiples pozos mineros, muchos de los cuales ya no estaban en uso. Estos túneles subterráneos eran remanentes de una época en que la ciudad había sido mucho más pequeña. Hoy en día, la mayoría de las minas activas de la ciudad estaban ubicadas fuera de sus fronteras.

“¿Para qué usa la gente esos túneles abandonados ahora?”

Kite y Mao respondieron simultáneamente.

“Al parecer, se han convertido en almacenes.”

“Son almacenes”.

“Cállate,” siseó Kite. Mao le sonrió y dijo, “Tú no los has visto en persona, ¿verdad? En cambio, yo he estado dentro de los túneles abandonados que son propiedad del gremio de comerciantes de Krauhen.”

“No he estado adentro porque saben que, si me lo permiten, tendré pruebas de toda la actividad ilegal que han estado haciendo.”

“¿Ves lo que quiero decir? La honestidad solo te hace ganar enemistad.”

“¡No es mi culpa que ese sea mi trabajo!”

No quería que los dos estuvieran discutiendo durante todo el viaje, así que decidí mediar un poco.

“Se los ruego, por favor, dejen de discutir.”

Kite y Mao asintieron de inmediato.

“Si eso es lo que quieres, Veight, claro.”

“Con mucho gusto obedeceré si así lo desea, sir Veight.”

Sin embargo, luego volvieron a mirarse fijamente el uno al otro. Jerrick cruzó los brazos detrás de la cabeza y habló por primera vez desde que entró en la ciudad.

“Los humanos son un dolor…”

Y que lo digas.

***

Esa noche, Jerrick y yo nos dirigimos a las montañas al amparo de la oscuridad. A mitad de la pendiente encontramos entradas a múltiples pozos mineros abandonados. Todos y cada uno de ellos eran para la extracción de sal de roca.

“Sí que cavaron profundo, jefe.”

“Supuestamente, han estado trabajando en ello durante trescientos años, así que tiene sentido. Ve a ver qué puedes oler de los túneles que no han sido convertidos a otra cosa.”

“Entendido.”

Había tantos túneles que no podríamos investigarlos todos en una noche. Sin embargo, al utilizar nuestro sentido del olfato superior, al menos podríamos descubrir para qué se estaba usando cada uno, más o menos. Por eso estábamos aquí por la noche, cuando nadie más debería estar cerca. De los túneles abandonados, algunos de los más cercanos al nivel del suelo se habían convertido en tiendas. Había algunos otros que también se habían convertido en bares o cervecerías. Pero la mayoría eran almacenes. Sin embargo, algunos de los que estaban más arriba en la ladera de la montaña seguían abandonados. Eran demasiado difíciles de alcanzar como para molestarse en su reutilización.

“Aquí parece que… ¿Oh?”

Capté un fuerte olor a lácteos. Parecía que se trataba de una bodega de queso. No pude detectar ningún otro olor del túnel. Supongo que este está limpio. ¿Qué tal aquí?

“¡¿Ulp?!”

El hedor de las verduras fermentadas asaltó mis fosas nasales, haciéndome gemir. A juzgar por lo nostálgico que era el olor, este era probablemente el lugar donde recogían raíces como el taro.

Supuestamente Krauhen era famoso por encurtir sus productos en salmuera. Sus alimentos conservados eran conocidos en otras ciudades como Encurtidos Mineros. Oh sí, Lacy dijo que algunos alimentos tardan años en encurtirse, por lo que los dejan en túneles lejos de la ciudad. Supongo que se refería a esto. Cuando estaba olfateando el área, Jerrick me llamó.

“Ven aquí, jefe. Huelo a personas.”

Corrí por el estrecho camino que conectaba los diversos túneles y asomé mi cabeza en el que Jerrick señaló. Incluso con mi visión nocturna superior de hombre lobo, no podía ver nada. Sin embargo, el aroma fresco de los humanos era inconfundible. De hecho, incluso podía distinguir débilmente los sonidos de las personas hablando. Bastantes, por cierto.

Había docenas, al menos. Basado en los ecos, este túnel se extendía bastante profundo en las montañas. Jerrick miró a su alrededor antes de inclinarse para susurrar, “¿Qué quieres hacer, jefe? ¿Mirar más de cerca?”

“No, si es un túnel de un solo sentido estaremos en problemas.”

Si alguien empezara a salir mientras estábamos investigando, necesitaríamos un lugar para escondernos. Pero si se tratara de un solo eje lineal, no habría tales lugares. Examiné las huellas cerca de la entrada. Parecía que mucha gente iba y venía por aquí.

“Esto no es como una prisión o una casa o algo así, ¿verdad?”

Miré a mi alrededor, pero no pude encontrar nada que indicara el propósito de este túnel.

“¿Quizás es un escondite de bandidos?”

Negué con la cabeza ante la suposición de Jerrick.

“Si algún soldado encontrara este lugar, los bandidos quedarían atrapados. Y según Mao, los soldados patrullan regularmente las minas abandonadas.”

“Lo que significa que quienquiera que esté aquí está aquí con el permiso del virrey.”

“Exactamente.”

El virrey estaba tramando algo. También quiero ver qué está pasando en las minas activas. Supongo que deberíamos poder investigarlas también esta noche.

La mayoría de los pozos mineros dentro de la ciudad habían llegado a tal profundidad que corrían el riesgo de derrumbarse si se seguían minando, por lo que la mayoría de las operaciones mineras se realizaban en los pozos fuera de la ciudad ahora.

Había escuchado que los soldados de Krauhen vigilaban los pozos mineros, ya que eran una valiosa fuente de ingresos, pero aun así valía la pena ver hasta dónde podíamos llegar.

Cruzamos las laderas de las montañas y salimos de la ciudad.

El hecho de que Krauhen dependiera de la topografía natural para defenderse era conveniente para nosotros los hombres lobo. Aunque habían colocado algunos guardias para observar las pendientes, logramos escabullirnos de ellos con facilidad.

“Por ahí.”

Vi una pequeña cantidad de minas de sal en un pequeño valle entre las laderas de las montañas. Si bien no había muros que las protegieran, había una valla resistente y una caseta de vigilancia para mantener alejados a los intrusos. Una luz se escapaba desde la entrada de la caseta de vigilancia. Jerrick miró hacia el valle y preguntó, “¿Cuál?”

De las minas que podía ver, había una que estaba claramente separada de las otras. La señalé.

“Esa.”

Ese pozo minero era el único con guardias en su entrada. Aún en su forma de hombre lobo, Jerrick gruñó, “Será difícil acercarse…”

A diferencia de los pozos abandonados, estos pozos mineros estaban iluminados con antorchas durante la noche. Además, estaban vigilados.

“Mira, jefe. Todavía están cavando incluso en medio de la noche.”

Jerrick tenía razón. Unas cuantas personas seguían trabajando duro. Sin embargo, lo que realmente me llamó la atención fue el hecho de que la mayoría de las carretillas que salían de los pozos mineros no estaban llenas de sal. De hecho, no parecían estar llenas con materiales preciosos en absoluto, ya que el contenido de cada carretilla lo arrojaban bruscamente afuera.

“A mí no me parece que estén minando, jefe. Parece más bien que están cavando un túnel.”

“Sí.”

Miré hacia la montaña que se cernía sobre la mina. Con la tecnología de este mundo, sería extremadamente difícil cavar un túnel a través de toda la montaña. Sin embargo, los túneles que ya había visto demostraban que los ingenieros de Krauhen eran expertos.

“Un túnel que conecta con el otro lado de la montaña…”

Desafortunadamente, casi no tenía conocimiento de lo que había más allá de las Cumbres Norteñas. Todo lo que sabía era que un antiguo imperio existía allí. Si recuerdo bien, su nombre era Rolmund. Como no había escuchado rumores del colapso del imperio, asumí que aún existía. Ese era el alcance de mi conocimiento en el norte. Jerrick se acercó y susurró, “Jefe. Los soldados que vigilan ese túnel llevan un equipamiento diferente al de todos los demás.”

“¿En serio?”

“Mira sus armaduras. Las partes alrededor de sus cuellos están acolchadas en pieles y cuero para evitar que el metal toque directamente su piel.”

“Me sorprende que pudieras notarlo desde tan lejos.”

“Las armas y las armaduras son mi fuerte, ¿recuerdas?”

Ahora que sabía qué buscar, me di cuenta de que esos soldados llevaban más aislamiento contra el frío que los otros guardias de Krauhen. Una especie de tela de cuero o lana sobresalía de debajo de sus cuellos y sus capas eran mucho más gruesas. Parecían vestidos para el montañismo. Jerrick ladeó la cabeza.

“Toda esa ropa extra definitivamente ayuda contra el frío, pero no hace tanto frío ahora, ¿verdad?”

“No creo que sea por eso. Me parece que necesitaban esa ropa para sobrevivir.”

“¿Sobrevivir…?”

“Quiero decir que deben haber venido de algún lugar donde en realidad hace mucho frío.”

Krauhen ciertamente era frío durante los inviernos, pero toda la región meraldiana tenía un clima relativamente templado. Sin embargo, en lugares donde las temperaturas realmente disminuían drásticamente, usar metal desnudo podría significar la muerte. Si el metal a temperatura bajo cero tocara la piel ligeramente húmeda, se congelaría y se pegaría.

Miré hacia la montaña frente a mí una vez más. Su cima estaba cubierta de nubes, por lo que no podía ver qué tan alto llegaba.

Si bien no sabía mucho sobre las Cumbres Norteñas, supuse que la mayoría de sus montañas tenían al menos unos pocos miles de metros de altura. Mi única experiencia de montañismo fue escalar el monte Fuji una vez, pero recuerdo claramente que la cima de la montaña era relativamente fría, incluso durante un día de verano. Mientras reflexionaba, alguien salió del pozo minero.

Era un hombre corpulento de mediana edad. Podía más o menos adivinar quién era basándome en las reacciones de los trabajadores y los guardias a su alrededor. Su apariencia coincidía con la descripción que me habían dado también.

“Es el virrey de esta ciudad. Belken Zest Defourd.”

“Oho. Debe estar muy entusiasmado con la minería si está aquí de noche”, murmuró Jerrick.

El virrey gritó algún tipo de orden y los guardias que lo rodeaban abandonaron la mina. Creo que ya he recopilado suficiente información por ahora. Todo lo que queda es reunirse con este virrey. Parece que tenemos mucho más de qué hablar que esta espada asesina de hombres lobo.

***

Pensé que el virrey regresaría a su mansión, pero terminó yendo en una dirección inesperada.

“Jefe, se está adentrando más en las montañas. ¿Adónde podría estar yendo?”

Saqué el mapa de los alrededores de Krauhen que Mao me había comprado y busqué su destino.

“La villa de montaña del virrey está cerca de aquí. Probablemente sea allí a donde va.”

“No entiendo a los humanos… ¿Por qué pondrías una mansión aquí en medio de la nada?”

Jerrick no podía entender por qué alguien querría vivir fuera de la seguridad de los muros de su ciudad. Probablemente sentía interés en esto debido a lo que le había sucedido a nuestra aldea una vez antes.

“Oficialmente, es donde va a cazar.”

“¿Y para qué es en realidad?”

“Es un lugar conveniente para encontrarse con gente que él no querría traer a la ciudad, pero con la que aún quiere negociar.”

“Ya veo. Me sorprende que supieras todo eso, jefe.”

Después de ver noticieros en Japón, más o menos podía adivinar para qué usaban sus villas las personas poderosas y ricas. En cualquier caso, aunque había venido aquí a devolver la espada contra hombres lobo, en realidad no la llevaba conmigo en este momento.

“Jerrick, ve y tráeme la espada contra hombres lobo. Además, dile a Kite y a los demás que huyan de la ciudad.”

Jerrick asintió y luego preguntó con voz nerviosa, “Jefe, ¿estás planeando algo loco otra vez?”

“No, esto es por si acaso. Hay algo sospechoso en esta ciudad, así que quiero estar preparado para lo peor.”

Cuando respondí, de repente me di cuenta de algo. Espera un segundo, ¿qué quieres decir con “otra vez”? Mientras Jerrick corría a buscar la espada, observé los movimientos del virrey.

Su villa de montaña era un edificio de madera de dos pisos ubicado en un pequeño rincón de la ladera de la montaña. Estaba camuflada por los árboles cercanos y situada de tal manera que no se podía ver desde Krauhen. Afortunadamente, todas esas precauciones significaban que era fácil para mí acercarme sigilosamente.

Tres soldados con uniformes de Krauhen vigilaban la entrada de la villa. Pero no había garantía de que en realidad fueran soldados de Krauhen. Además, podía oler a un gran número de personas dentro de la villa. Acercarse descuidadamente sería peligroso.

“Jefe, he vuelto. Es esta, ¿verdad?”

“Sí, gracias.”

Tomé la espada de Jerrick.

“¿Mao y los otros han dejado la ciudad?”

“Sí. Están esperando afuera de las puertas.”

“De acuerdo, Jerrick, vigila esta villa.”

“Entendido.”

***

Ahora bien, ¿a dónde se fue ese virrey? Los hombres lobo habían evolucionado para cazar humanos, por lo que nuestra capacidad de diferenciar a las personas por su olor era bastante potente. Si conociéramos el olor de una persona, podríamos rastrearla como un perro policía. De hecho, me resultaba más fácil recordar a la gente por su olor que por su cara. Los nobles tendían a usar perfumes caros, por lo que era fácil distinguirlos de los demás.

Siguiendo el olor del virrey, me colé en una de las ventanas del segundo piso de la villa.

Su mansión en la ciudad probablemente tenía más seguridad, pero este lugar estaba ligeramente vigilado. La habitación en la que me había colado no tenía gente y parecía ser una sala de conferencias.

Una mesa larga estaba situada en su centro y un fuego recientemente encendido ardía en la chimenea. Viendo que el fuego acababa de encenderse, lo más probable es que alguien estuviera planeando usar esta habitación pronto.

La habitación tenía dos puertas, una que conducía al pasillo exterior y otra que conducía a una habitación que estaba más adentro. La habitación tenía una persona dentro. De los débiles sonidos y olores que pude captar, había un solo hombre armado dentro. Ese tiene que ser Belken. A través de la puerta, le oí hablar.

“Oh, señor resplandeciente que te sientas en el vasto cielo, préstame tu deslumbrante guía y haz a un lado esta oscuridad. Báñame con tu calor…”

Estaba diciendo una oración de Sonnenlicht. Probablemente sea mejor no molestarlo ahora. Como todos los guardias estaban abajo, decidí esperar tranquilamente en la sala de conferencias. Debatí sobre volverme a transformar en mi forma humana, pero como me estaba escondiendo aquí sin ser invitado, pensé que debía quedarme como un hombre lobo hasta que entrara el virrey.

Por lo que parece, Belken estaba negociando en secreto con el Imperio de Rolmund. Necesitaba sonar como si ya supiera todo si quería presionarlo para que negociara condiciones favorables conmigo. El secreto para tener éxito en las negociaciones estaba en entrar con fuerza, luego retroceder y demostrar que se podía razonar con uno.

Esta era también una buena oportunidad para descubrir qué pensaba Rolmund de la mancomunidad del sur. Me acerqué a la cabecera de la mesa, me senté en la silla más cercana a la chimenea y puse la espada frente a mí. Por supuesto, una vez que terminara sus oraciones, planeaba moverme a un asiento diferente.

El calor del fuego y el sonido de la madera crepitante se sentía bastante agradable. A juzgar por el sonido, probablemente se había utilizado madera de castaño como leña. Había oído que el castaño producía los sonidos más relajantes cuando se quemaba. Escuché en silencio mientras Belken terminaba sus oraciones con un solemne himno. Justo cuando estaba empezando a ponerme nervioso, la puerta se abrió.

“¡¿Qué—?!” Belken exclamó sorprendido. Tenía un físico sólido y una cara severa. De un vistazo, me di cuenta de que era un guerrero hábil. Mierda. Quería saludarlo primero, pero él abrió la puerta demasiado rápido. Como resultado, me vio descansando en la sala de conferencias como si fuera el dueño del lugar. Por otra parte, todavía estaba en mi forma de hombre lobo.

Como muchos de los virreyes veteranos que había conocido, Belken superó rápidamente su sorpresa. Aunque todavía estaba nervioso, no intentó atacarme ni gritar para pedir ayuda. No solo tenía mucho autocontrol, sino que también era bueno para evaluar la situación.

Por otra parte, yo estaba arrepintiéndome de mi descuido. Dios, desearía poder simplemente meterme en un agujero ahora mismo. La reacción digna de Belken solo hizo que mi rudeza pareciera peor. Oh bueno, supongo que tendré que seguir con el acto.

“Saludos, sir Virrey. Soy un consejero de la mancomunidad meraldiana, Veight.”

Sé que fui yo quien decidió venir aquí, pero en retrospectiva, realmente no tenía sentido que un miembro de la mancomunidad del sur estuviera aquí. Belken debe haber estado pensando lo mismo. Un sudor frío se derramó por su frente y murmuró, “Veight… ¿te refieres al Rey Negro de los Hombres Lobo? ¿Viniste aquí en persona?”

“En efecto. Detesto la lentitud de las cosas cuando uso mensajeros.”

Ya he dado una mala primera impresión, así que pensé que podría seguir con el acto de villano por ahora. Señalé la espada que estaba sobre la mesa.

“Recientemente, encontré esta espada en las afueras de Zaria. He oído que esta esta espada contra hombres lobo es una reliquia de la familia Defourd. Y por eso, he venido aquí para devolvértela.”

Me disculparé por romperla más tarde. Belken calmó su respiración y respondió, “¿Piensas matarme?”

“Si quisiera matarte, te habría enviado a conocer a tu creador mientras rezabas. No, tu muerte no es lo que deseo. Vine aquí para devolverte esta espada y descubrir qué es lo que estás tramando.”

Cauteloso, Belken entró en la habitación.

“La Werewolfsbane fue tomada de nosotros por la fuerza. No enviamos ni un solo soldado para ayudar a la invasión del Senado.”

“Soy consciente de ello. También soy consciente de que sus acciones han creado una ruptura entre ustedes y el Senado. Lo que te ha llevado a fortalecer tus lazos con el Imperio de Rolmund.”

La mitad de eso eran solo conjeturas, pero si me equivocaba, bastaba con farolear para salir de eso. Belken colocó sus manos en el respaldo de una silla cercana, pero parecía que le faltaba coraje para sentarse en mi presencia.

“No podía esperar menos del Rey Negro de los Hombres Lobo. Así que ya lo sabes todo… Pero entonces, ¿qué es lo que has venido a discutir?”

“Pero si es simple. Deseo saber cómo tu alianza con Rolmund afectará a la Mancomunidad.”

En realidad, solo tenía curiosidad. La mancomunidad no tenía intención de expandirse hacia el norte, por lo que sus asuntos no eran de nuestra incumbencia. Siempre que sus planes no implicaran invadirnos, podríamos lograr un acuerdo mutuamente beneficioso. Belken hizo una mueca y respondió, “Bueno… desafortunadamente, no conozco la respuesta.”

¿Qué? Increíblemente, tampoco parecía estar mintiendo. Justo entonces, oí pasos. Quienquiera que se acercara estaba tratando de ser sigiloso, pero podía distinguir los ruidos tan claro como el día. No sabía quién era, pero estaba altamente entrenado y armado.

“Por cierto, sir Belken. Parece que alguien se está acercando a nosotros.”

En el momento en que dije eso, la puerta se abrió con un chirrido.

***

Una joven vestida con un traje de guerrero entró en la habitación. Parecía tener la misma edad que Airia. Tenía el cabello largo y negro, piel pálida y una mirada sagaz en sus ojos.

Aunque llevaba una armadura, no llevaba espada. De hecho, ella estaba desarmada. Pero llevaba un libro grueso debajo de su brazo. Supuse que ella era una especie de funcionaria. El emblema grabado en su pechera era uno que no reconocí.

Más o menos había memorizado los emblemas de las 17 ciudades, así que sabía que no pertenecía a ninguna de ellas. Supongo que es un emblema de Rolmund. Al verme, la chica dijo, “Es un placer conocerte, Rey Negro de los Hombres Lobo, Veight. Supongo que necesitas una introducción.”

Eso es tener mucha confianza. No tenía idea de quién era ella, así que asentí y respondí, “Si fueras tan amable.”

La chica hinchó el pecho y declaró con orgullo, “Soy la sexta princesa imperial auxiliar del Sacro Imperio de Rolmund, Eleora Kastoniev Originia Rolmund. Es un nombre largo para recordar, así que solo llámame Eleora.”

Ah, ella es una princesa. Sin embargo, ¿una princesa realmente estaría visitando países extranjeros como este? ¿Está diciendo la verdad? Como si leyera mis pensamientos, Eleora sonrió y agregó, “Pensar que una princesa de Rolmund y el miembro más importante de la mancomunidad del sur se reunirían aquí, en una ciudad de la Federación Meraldiana. ¿No te parece extraño, lord Veight?”

“Fufu… Supongo que sí.”

Ella está tomando el control de la conversación. No era muy bueno para tratar con mujeres agresivas como ella. Probablemente porque me recuerdan a alguien.