Tatoeba Last Dungeon Mae no Mura no Shōnen ga Joban no Machi de Kurasu Yō na Monogatari (NL)

Volumen 6

Capítulo 4: Un Giro De La Trama Discordante – Supongamos Que Una Película Sentimental Termina Con Una Línea De Comedia De Serie B

Parte 3

El espíritu que la poseía finalmente abandonó su cuerpo, disipándose. Al verla libre, Mena y Phyllo se movieron para atrapar a Sardin.

“… ¿Padre?”

“Uh, ha-ha-ha, sí, tu padre es el rey Sardin”, admitió torpemente. “¡¿Qué?! ¡¿Por qué nadie nos lo dijo?! ¡¿Todo este tiempo?!”

“Lo siento… naciste en medio de una gran pelea por la sucesión. Contraté a tu madre como guardaespaldas y me enamoré de ella, pero…”

Ubi se arrastró hacia adelante, se reunió con su familia.

“Mena, Phyllo, no lo culpes. Escondió nuestra existencia para mantenernos a salvo, para mantenernos fuera de la batalla por el trono. Se suponía que iba a ser temporal, hasta que su gobierno se estableciera y las cosas se calmaran… pero luego me atraparon”.

La mano de Sardin le acarició la mejilla. “Te confundí en eso de todos modos… Lo siento, me tomó tanto tiempo”.

Sin hacer caso de la sangre en su mano, Ubi la  apretó contra ella, acunándola.

Choline ya estaba a su lado, tratando de curarlo con su magia. “… Mierda”, dijo.

Incluso para un sanador experto como Choline, el daño fue demasiado grande.

Todos sabían que la herida era fatal. Fue un milagro que permaneciera consciente y hablando.

Ubi miró con amor a los ojos de Sardin. “Por fin puedo llamarte mi marido. Por fin”.

Sardin asintió sin decir palabra. Ubi se acercó y puso sus brazos alrededor de Mena y Phyllo.

“Siento que nos haya tomado tanto tiempo, pero al fin podemos ser una familia”.

“…… Lo siento”, susurró Sardin, muy consciente de que no estaba muy lejos de este mundo.

Ubi negó con la cabeza, las lágrimas brotaron de sus ojos.

“No importa. Incluso si es solo por un minuto, por un solo segundo. Llegamos a ser una familia. Esa es toda la felicidad que siempre necesité. Nunca olvidaré este momento”.

Ubi empujó a Mena y Phyllo contra Sardin.

Al principio se tensaron, pero sintiendo el calor de su padre contra ellos, y sintiendo que se desvanecía lentamente, lo llamaron.

“¡Padre!”

“…Padre.”

Se encontraron llorando como niños.

“Oh…”, susurró. “Cómo he deseado escuchar que me llames así. Cómo he esperado este día”.

Levantó la mano y acarició las cabezas de ambas hijas. Lentamente. Suavemente.

Acarició hasta que no quedó ningún sentimiento en sus dedos. Hasta que no quedó ninguna fuerza en sus brazos.

Quemó los rostros de su esposa e hijos en su vista que se desvanecía. Luego cerró los ojos, como para dormir.

“¡Padre!”

“¡Padre!”

Mena y Phyllo lo agarraron con fuerza. Con lágrimas en los ojos, Ubi se puso de pie, clavada en el lugar.

La multitud observó los últimos momentos de Sardin en un silencio sin palabras, conmovida por esta emotiva escena.

Ese fue el punto en el que Sou y Shouma aparecieron. “Disculpe la intrusión, pero tenemos un poco de prisa”.

“¡Hombre, obtuvimos excelentes imágenes! ¡Yo, Lloyd! ¡Y todos los demás!

¡Actuación súper apasionada! ¡Adiós!”

Alka estaba pisándoles los talones.

“¡Vuelve aquí! ¡Sou! ¡Shouma! Whoa, ¿este tipo se está muriendo? Whoopsie-daisy, déjame lanzar un poco de curación… ¡Bien, todo mejor! Puedo traer a cualquiera de regreso siempre y cuando no esté muerto,

¡pero eso seguro fue cortando las cosas! Mmm ¡Y esta pálida belleza tiene una maldición de muerte sobre ella! ¡Ha! Esto fue causado por esa joya que hizo Eug, ¿verdad? Bien, déjame echar un vistazo, ¡oh, perfecto!

¡Ustedes también están mejor! Incluso con mis poderes inestables, puedo manejar pequeños problemas sin problemas. ¡No sería yo mismo de otra manera! ¡Inclínate ante mis habilidades! ¡Soy el mejor! ¡Ow, olvidé que estaba persiguiendo a esos dos villanos! ¡Más tarde, Lloyd! ¡Atrapa este beso! ¡Vuelve aquí!”

Habiendo destruido totalmente el estado de ánimo, los tres desaparecieron por la alcantarilla, dejando a una multitud atónita a su paso.

Todo el mundo estaba seguro de que Sardin estaba muerto, pero ahora sus ojos y su mandíbula se abrieron de par en par.

“¿Eh? ¿No estoy muerto? ¿O incluso el dolor? ¿Pero cómo?”

Mena y Phyllo lo abrazaron y gritaron “¡Papá!” en tonos mucho más felices.

Ubi, ahora mucho menos pálida, no pudo contenerse más. Con las lágrimas fluyendo, se unió al abrazo grupal.

Lloyd les sonrió alegremente.

“¡Sabía que todo estaba escrito! Pero, hombre, ¡su actuación es tan convincente! ¡Realmente pensé que se estaba desangrando! ¡Los profesionales realmente saben lo que hacen! Phyllo, tienes una parte realmente jugosa… Ah, y lo siento. La jefa y Shouma irrumpieron un poco allí, ¡gracias a Dios que esperaron hasta que la escena terminó!”

El olvido de Lloyd dejó a la multitud atónita por una razón muy diferente.

En cualquier caso, todo había terminado bien… pero justo cuando todos llegaban a esa conclusión, Amidine se recuperó del golpe de gracia de Sardin.

“¡Mwa-ha-ha-ha! ¡Seguro que duele, Sardin! ¿Cómo te atreves a levantarme la mano?”

“Amidine, todo ha terminado. Ríndete y expía tus pecados”.

“¡¿Terminado?! ¡No me hagas reír! ¿Quieres atraparme? ¡No puedes! Después de todo…”

Amidine sacó el colgante del santo de su bolsillo, mostrando una sonrisa llena de dientes.

La supuesta capacidad del colgante para desterrar a los muertos era una mentira, e incluso si pudiera hacer eso, ahora no era más que un artículo inútil hecho a mano por la abuela.

“¡Todavía tengo el colgante! ¡Sin esto, nunca podrás liberar a tu esposa!

¡Ubi será un cadáver para siempre!”

“… Er, ¿sobre eso?”

Era difícil de explicar que una niña extraña, que en realidad tenía más de cien años, ya había liberado a Ubi de la maldición al mismo tiempo que curaba a un hombre casi muerto para que recuperara la salud.

Sin saber que todo ya se había resuelto y que él era el extraño en un final feliz, Amidine estaba ocupado actuando como un villano triunfante.

Todo el mundo, excepto Lloyd, le miraba con frialdad y muerta, pero él siguió adelante, exigiendo: “¡Déjame escapar! ¡Haz eso y te daré el colgante! ¿Bien? No es un mal negocio, ¿verdad?”

No era una ganga en absoluto, ya que el valor del colgante hacía mucho que se había hundido. Su incapacidad para darse cuenta de eso fue más allá de lo cómico y se convirtió en algo absolutamente lamentable.

Pero siguió cantando. “Heh-heh-heh… ¡adelante! ¡Asiente, o arrojaré este colgante por un agujero en el costado de la cueva!”

Comenzó a agitarlo como un niño, amenazando con tirarlo.

“Oh”, dijo Marie, finalmente conectando los puntos. “Ese colgante… si lo balanceas…”

“¡Mwa-ha-ha! ¡No he terminado aún! ¡Amidine Oxo no es tan fácil de superar! ¡Estoy al timón de mi propia vida, navegando por una tormenta menor! En poco tiempo, el viento agarrará mis velas y será suave…”

“Esa abuela dice que causa un tornado que se lleva a cualquiera que lo balancee”.

“¡Mwa-ha-ha! ¡Puedo sentirlo! Puedo sentir el viento, el viento que sopla,

¿un poco demasiado fuerte? Espera, ¿este colgante lo está causando?

¡Por favor, haz que pare!”

Amidine encontró un tornado formándose a su alrededor… y los vientos lo levantaron, embistiéndolo de cabeza contra el techo.

Fue un espectáculo tan extraño que nadie se movió para ayudarlo.

“Bien”, dijo Riho, rompiendo el silencio. “Sé una cosa con certeza: ese tipo fue patético hasta el final”.

Enterrado hasta el cuello en la roca de arriba, el cuerpo de Amidine se retorció con tristeza.

“Fue Rokujou Holiday lo que lo hizo famoso”, comentó Allan. “Interpretó a un príncipe que tenía todo lo que pudieras desear, pero se escabulló para explorar la ciudad, curioso de cómo era la vida. En retrospectiva… quizás un papel con el que se identificó. Algunos hombres nunca estarán satisfechos, no importa cuánto poder tengan”.

Mientras Amidine se balanceaba, la Joya de las Legiones se deslizó de su bolsillo.

Cayó al suelo y se hizo añicos, como si simbolizara la destrucción del corazón de Amidine.

Al día siguiente, hubo una fiesta en el jardín del palacio Rokujou.

De un vistazo, parecía ser una fiesta de despedida para la película, pero… esa película estaba programada para ser archivada indefinidamente, con Amidine siendo arrestada y todo.

Ese hecho se mantuvo oculto, tanto para evitar confundir a las masas como para asegurarse de que hubieran identificado a todos con los que estaba involucrado el Rising Blue Dragon.

Eso no fue lo único que se ocultó al público…

“¡¿Qué?! ¡¿No puedo contarle a nadie sobre mis hijas?! ¡¿Odias a papá ahora?! ”

Sardin gozaba de buena salud y tenía resueltos sus mayores problemas, lo que posiblemente lo entusiasmaba aún más de lo habitual. Estaba haciendo una demostración dramática de consternación mientras Mena y Phyllo miraban.

“… Eres un poco molesto, papá”.

Una frase que golpearía el corazón de cualquier padre. Hijas del mundo, por favor reserve palabras como esta o “apestas” para cuando realmente se necesiten.

Phyllo había hecho que Sardin se arrodillara, pero Mena lo remató: estaba de vuelta en su atuendo habitual, sus ojos sonrientes una vez más.

“Escuchar que es nuestro padre no es la mejor noticia. ¿Y somos de la realeza? Por favor. Además, me gusta un poco la vida que tengo”.

Sardin miró horrorizado. ¿No iban a vivir con él?

Mientras sus lágrimas fluían, su esposa intervino para consolarlo. “¡Ubi! ¡Di algo, cariño!”

“Ríndete. Así es como se supone que son las chicas de su edad”.

“¡Tan despiadado! Puede que ya no seas un zombi, pero ¿estás seguro de que tu corazón vuelve a latir?”

Luego Lloyd salió de la trastienda, con su cuerpo original de adolescente, pero todavía con un elegante traje y corbata como la versión para adultos.

Alka lo seguía, lo filmaba con un cristal y babeaba salvajemente.

“Hombreeeee, el Lloyd adulto era tan dulce, pero ¿el chico Lloyd con un traje elegante? ¡Total vibraciones fotográficas para el anuario! Menos mal que adapté uno de esos para que le quedara”.

La abuela pequeña estaba perdida en su propio mundo, como de costumbre.

Marie estaba de viaje, luciendo exhausta.

“Yo fui quien hizo todo el trabajo en ese traje, pero ¿recibo algún agradecimiento? ¿Y qué diablos es un anuario? Pero es lindo”.

Ella misma estaba babeando un poco. Como maestra, como alumna. Lloyd y su traje se acercaron a saludar a Sardin.

“¡Director! Escuché que pasará un tiempo antes de las pantallas de cine debido a toda la edición”.

“Uh… ¿y tú eres?”

“¡No puedo esperar a terminar de filmar!”

“… Eres Lloyd, ¿verdad? ¿Por qué estás usando la ropa del Sr. Akizuki…? Espera…”

Al darse cuenta de que el chico que había conocido en el hotel y el Sr. Akizuki eran el mismo, Sardin quedó muy impresionado con el departamento de disfraces de Azami. Sin embargo, esto estaba claramente más allá del maquillaje.

Al ver la confusión de su padre, Mena dejó que sus ojos se abrieran un poco. Ella se rascó la cabeza.

“Si lo piensas, debería haber sido obvio que él era Lloyd… Si tan solo lo hubiera descubierto, no lo habría hecho…”

“…… ¿No tendrías qué?”

“¡Eh, uh, nada, Phyllo!  Sabes, eh… Yo le estaba dando consejos de actuación y mostrándole los entresijos”.

Por encima del hombro de Sardin, Mena pudo ver a Ubi sofocando una risa. Ella se estaba poniendo de un rojo brillante por el esfuerzo.

“¡Mamá!”

“Ha-ha-ha, lo siento, lo siento, Natie. Phyllo, será mejor que la dejes libre”. “…… Mm.” Phyllo asintió una vez y Ubi se acercó para cepillarle la cabeza. “Aww… Ubi, ¡yo también quiero frotar su cabeza!”

“…Pervertido.”

“¡Soy tu papá!”

“Vamos, vamos”, dijo Mena, recuperándose lo suficiente para burlarse de su padre. “Si quieres frotar la cabeza de Phyllo tanto, podemos buscarte un cactus. Se siente básicamente igual”.

“……Exactamente lo mismo.”

“¡Eso no puede ser verdad! ¡Me destrozaría la mano!” Mena se volvió hacia Lloyd y sus amigos.

“‘¡Que pasa chicos! ¿Cómo están todos?”

“¡Oh, si no es la famosa actriz-princesa Mena Quinone! ¿Qué se siente al vivir el sueño?” Riho preguntó como si fuera una reportera de alfombra roja.

Mena hizo una mueca. “Sí, no lo estoy aceptando exactamente”.

“¡Lo figuraba! ¡Seguro que no lo haría!” Riho le dio una palmada en los hombros, actuando como siempre lo hacía… lo cual fue un alivio.

“¡No estaba preparada en absoluto!” Gritó Selen, irrumpiendo. “¿Que alguien como Mena sea tanto una estrella de cine de éxito como de alta cuna? Aun así, ¡no temas! Te trataré como siempre. Si todos comenzaran a reverenciarte, sería muy desconcertante”.

“¡Hablando como un verdadero paria!” Riho exclamó. “Ser la Princesa del Cinturón te dejaba bastante atento a estas cosas, ¿eh?”

Selen se giró y comenzó a golpear a Riho con ambos puños, pero Mena sonrió a ambas.

“Ha-ha-ha, ambas se lo están tomando con calma, al menos. Gracias, pero

¿qué diablos están haciendo?”

“¡¿Marie hizo personalmente esta ropa?! ¡Suéltalos, Lloyd Belladonna!”

“¡Y-yikes! Micona! ¡No!”

Micona estaba tratando de quitarle el traje de Marie a Lloyd, desnudándolo aquí mismo, frente a todos. Las otras chicas estaban observando con gran interés, nadie actuando tan rápido para detenerla.

Solo Allan entró disparado a toda velocidad.

“¡Suéltalo, Micona! ¡Lloyd, te salvaré!”

“¡Pfft, eres un hombre solo de nombre! ¡¿De qué te servirás?!”

“¡Ataque de Gaffer! ¡Iluminación de tres puntos del tablero reflector!”

Allan no dudó en destruir los ojos de Micona con su tablero reflector. Usar su marco masivo para desplegar tres de ellos a la vez, una técnica que los niños buenos, los niños malos y los transmisores en línea definitivamente no deberían probar en casa.

“¡Mis ojos! ¡Mis ojoooooooos!”

“… ¿Qué está haciendo con su vida?”

“Ciertamente ya no está tratando de ser un soldado. Y probablemente sea mejor en esto…”

Allan había gastado sus puntos de trabajo en todas  las profesiones equivocadas, pero nadie lo culpó por ello. Mientras se divirtiera. Además, sabían muy bien que inevitablemente viviría para arrepentirse y terminaría sollozando en una almohada.

“Urp… ¿eh? ¿Cómo se vuelve a atar esta cosa?”

Lloyd tenía suficientes botones desabrochados, se le veía el ombligo y luchaba por arreglarse la corbata.

“¡Uh, Lloyd!” Dijo Mena alegremente. “¿Cómo te va?”

“Oh, Mena”.

“Hmm… Bien, no te diste cuenta. ¡No lo creas! Parecía tan triste como complacida. “Lloyd, sobre Mina…”

“¿Mina? Oh, eso es raro, no la veo por ningún lado”. Miró a su alrededor, sin idea de quién era realmente Mina.

“Es una mujer ocupada”, explicó Mena, cada vez más desamparada. “Probablemente esté filmando en algún lugar”.

“¿Oh? Bueno, es una pena”. Parecía genuinamente decepcionado. Mena levantó una mano como el micrófono de un periodista. “¡Pregunta para ti! Lloyd, ¿qué opinas de esa dama?”

“Er… ¡Ella es un enigma!”

“¿Un… enigma?”

“Sí. Creo que eso es lo que quieren decir cuando dicen ‘ella es encantadora’. Yo no tengo una hermana, así que no estoy seguro, ¡pero apuesto a que eso es lo que sería tener una! Me encantaría volver a verla”.

Las mejillas de Mena se sonrojaron levemente.

“O-oh…”, balbuceó. Decir más estaba claramente más allá de ella. Ella se volvió y se apresuró a alejarse.

Ubi la encontró abanicando sus mejillas sonrojadas. “¿Estás segura?” ella preguntó. “¿No quieres despedirte de él como Mina?”

“Estoy segura, mamá”, respondió Mena. “Si nos viéramos ahora, sería incómodo”.

Miró a Lloyd con los ojos entrecerrados relucientes. Ubi sonrió en silencio. Sintiendo que algo andaba mal, Choline la llevó a un lado.

“¿Por qué te ves tan feliz, Mena? ¿Eres actriz y princesa y ahora también quieres enamorarte? ¡Eso es demasiado bueno para una vida!”

Descubrir que su compañera de trabajo era actriz y princesa fue sin duda un giro digno de una telenovela, por lo que Choline había elegido emborracharse e ir tras ella. Quizás no sea la mejor opción.

“No todo está bien, Choline”.

“¡¿Cómo no es así?! ¡Puedo ver esa sonrisa dichosa! ¡Sé estas cosas!

¡Estás enamorada!”

“Yo no estoy enamorado. No es que…” Mena volvió a mirar a Lloyd. “Mi tipo tiene al menos veinte años. Quizás en unos años…”

“¿Mm? No pude escucharte”.

“No, nada. Entonces, Choline…” Mena se sonrojó y se llevó un dedo a los labios. “No vayas a decirle a ese chico que soy una princesa o una actriz”.

Le guiñó un ojo como una niña recién salida de una breve aventura veraniega.

“… Okaaaay. Menos ‘cosas buenas’ que ‘recuerdos agridulces’. ¿Qué pasó?”

Choline ladeó la cabeza, totalmente perdida.

Fue mucho que explicar. Supongamos que hubiera una historia de amor en la que dos personas se unieran, sin darse cuenta de la identidad del otro, como en las películas… Esas siempre terminaban con ambas partes guardando sus sentimientos para sí mismos.

-FIN DEL VOLUMEN 06-