Jinrou E No Tensei Maou no Fukukan (NL)

Volumen 2: La Amenaza del Héroe

Capitulo 2: Las Alcantarillas se Tiñen de Rojo

Parte 3

Según los informes que Kurtz había presentado, el Héroe estaba en algún lugar del frente norte. La mayor parte del segundo regimiento todavía estaba dividida y las unidades aisladas estaban luchando en guerrillas de pequeña escala en territorio enemigo. En otras palabras, se habían perdido y estaban recurriendo al bandidaje. El punto era, sin embargo, que el Héroe andaba por ahí eliminando a cada uno de estos escuadrones aislados uno por uno.

Debido a lo desorganizado que se había vuelto el campo de batalla, la comunicación se retrasó y tomó mucho tiempo antes de que la existencia del Héroe se conociera. No ayudó que el Héroe hubiera matado hasta el último demonio que había encontrado. Gracias a eso, nadie tenía idea de cuáles eran las habilidades del Héroe, o cómo se veía—o si era incluso un “él”. No había querido involucrarme en el lío del norte, pero ahora realmente quería mantenerme lo más lejos posible. Desafortunadamente, sin embargo, esto no era algo que pudiera ignorar. Después de todo, el objetivo final del Héroe era matar al Señor Demonio. Como si fuera a dejar que eso ocurra.

“Supongo que no hay forma de recopilar información sobre este Héroe, ¿verdad?”

Airia miró hacia abajo y pensó para sí misma por unos segundos. Luego me miró y dijo, “Incluso los Héroes son humanos. Dudo que solo esté vagando por ahí en lo salvaje. Él debe estar utilizando una de las ciudades como su base de operaciones, aunque solo sea temporalmente.”

Así como en los RPG, donde utilizas diferentes ciudades como paradas de descanso durante tu viaje para vencer al Señor Demonio.

“¿Por qué no tratamos de enviar espías a las ciudades del norte? Estoy segura de que el virrey de cualquier ciudad en la que se quede estaría ansioso por anunciar ese hecho. Después de todo, ni los bandidos ni los demonios querrían enfrentarse al Héroe.”

Eso tiene sentido. Los Héroes estaban destinados a ser aliados de la justicia y todo eso.

“Me gustaría enviar a algunos de mis hombres lobo, pero la magia adecuada fácilmente podría exponer sus identidades. Me preocupa que corran demasiado peligro en una misión de exploración. Además, quiero preservar la mayor cantidad posible de mi fuerza de combate.”

“En ese caso, déjamelo todo a mí”, sonrió Airia. “Ryunheit es una ciudad comercial. Y hay muchos comerciantes que hacen negocios en el norte.

Preguntaré a algunos de los comerciantes si están dispuestos a ayudar.”

“¿Estás segura?”

No dudaba de las habilidades de los ciudadanos de Ryunheit, pero me sentía un poco culpable por usarlos como mis espías. Sin embargo, la sonrisa de Airia se hizo más amplia.

“Estoy segura. A cambio, sin embargo, probablemente querrán permiso para tener derechos exclusivos para comprar y vender productos del norte.”

“Ya veo, esta es una oportunidad de negocios para ellos.”

Como nosotros seríamos los que financiaríamos su viaje, sería una oportunidad perfecta para ganar dinero. Honestamente, estaba impresionado por su devoción al comercio.

“Bien, vayamos con tu plan entonces. Pagaré sus gastos y les otorgaré una licencia para comerciar con el norte. De hecho, ¿por qué no les dices que compren plata canina para venderla allí? Se las daré con un descuento.”

“Estoy segura de que estarán felices de escuchar eso.”

Nuestra conversación se había desviado un poco, lo cual Kurtz señaló discretamente.

“Sir Veight, veo que ha sido influenciado por el espíritu comercial de esta ciudad.”

“…Supongo que sí.”

¿Qué puedo decir? La economía de este mundo es muy interesante. Aunque la distribución seguía siendo un problema con el nivel actual de la tecnología, un hombre todavía podía soñar. Una vez que la lucha termine, tal vez podría comenzar un negocio junto con el Señor Demonio. Aunque supongo que nos quedaremos estancados en el negocio del derramamiento de sangre por un tiempo más.

Después de eso, volví a enfocarme en mejorar y fortalecer Ryunheit. Hice que los caninos pasasen unos días creando una gran cantidad de sacos de arena, que usé para proteger el sitio de construcción de la muralla. No era mucho, pero al menos proporcionaría cierta protección contra los ataques sorpresa. Si los sacos de arena pudieran comprar incluso unos segundos, sería suficiente tiempo para que nosotros los hombres lobo fuéramos en ayuda de los caninos. Además, tenía una carta de triunfo secreta. Si los enemigos ocuparan el sitio de la construcción fortificada, lo volaría todo con pólvora. Me imagino que sería efectivo en un espacio cerrado como ese. El problema era que Kurtz ya no me dejaba tocar la pólvora.

“Mis disculpas, sir Veight, pero no puedo permitirle acercarse al Aliento de Dragón.”

¿Por qué es tan estricto? Aunque no le había dicho a nadie, estaba acostumbrado a manejar la pólvora. Allá en Japón, pasé gran parte de mi infancia jugando con fuegos artificiales. Quemando malezas con petardos, haciendo antenas improvisadas con cohetes de botella y latas vacías, la lista continúa. Esperaba eventualmente entrenar a un escuadrón de mosquetes también. Además, eventualmente haría que los escuadrones de ballestas caninos usaran flechas explosivas en lugar de las normales.

Había una montaña de trabajo por hacer, pero el problema más importante todavía era encontrar una manera de tratar con el Héroe. Para ser honesto, no tenía idea de cómo iba a vencer a alguien tan fuerte como el Señor Demonio. La diferencia de fuerza entre nosotros era inmensa. Incluso si cada hombre lobo lo atacara a la vez, definitivamente perderíamos. Peor aún, no teníamos idea de qué tipo de persona era el Héroe ni cuál era su modus operandi.

Predecir los movimientos de un ejército era bastante simple, pero lo

mismo no era cierto para un individuo. Estaba dentro del campo de posibilidades que el Héroe apareciera en nuestra puerta mañana. Esta era técnicamente la capital de los demonios ahora. Solo eso era razón suficiente para que atacara. Si él aparecía, mi plan era atacarlo con 1000 soldados nomuertos, pero incluso ellos tendrían dificultades para derrotarlo. Si todo lo demás fallara, no tendría más remedio que luchar contra él junto con todos los hombres lobo. Cuando nos fuimos de nuestra aldea, todos aceptamos que podríamos morir durante los combates. Pero si pudiera evitarlo, preferiría no enfrentarlo.

“¡Sir Veight, hemos regresado!”

Unos días después, regresaron los viejos caninos que había enviado a reclutar.

“Es bueno ver que están vivos y bien. ¿Cómo fue el reclutamiento?”

“Logramos obtener 5…”

¿Solo 5? ¿O tal vez está a punto de decir 50?

“¡500, señor!”

“¡Eso es demasiado!”

Dudo que pueda permitirme albergar a tantos. Ryunheit solo tenía una población de 3000. Y yo había tomado otros 500 kentauros el otro día.

“Pero ya están aquí.”

“¿Los trajeron a todos con ustedes?”

“Dijeron que incluso si eran rechazados por el ejército demoníaco, serían felices viviendo en Ryunheit.”

Ellos ciertamente están entusiasmados. Y son bastante audaces. Después de una reunión apresurada con mis oficiales caninos, decidí aceptar 100 de los 500 caninos en el ejército. Los dividí en partes iguales entre las unidades de ballesteros y construcción, con lo que el número total de caninos en la unidad de ingeniería asciende a 200 y la cantidad de caninos en el equipo de ballesteros era de 100. Hice que los oficiales caninos escogieran a las personas más adecuadas para cada trabajo, así que estoy seguro de que recluté lo mejor de lo mejor. Los caninos eran excepcionalmente buenos para evaluar a los de su propia especie.

Los restantes 400 caninos los contraté como trabajadores temporales para ayudar con la construcción de la muralla. Una vez hecho esto, podría ampliar la ciudad para alojarlos como residentes permanentes. En cualquier caso, me alegré de haber podido reclutar más personal. Aunque también significó que la población de Ryunheit saltó repentinamente a 4000 habitantes, dejando a Airia luchando para encargarse de la logística.

“Aunque estoy más que contenta de tener nuevos residentes demoníacos,

¿podrías por favor no inundar la ciudad con ellos?”

“Me aseguraré de que paguen los impuestos al menos, así que déjalo pasar solo por esta vez, por favor.”

Escuché los sonidos de la construcción en el exterior durante unos minutos antes de que uno de los operadores, Mao, abordara el tema principal de la reunión de hoy. La información que llevaba semanas esperando.

“El grupo del Héroe se está quedando en Schverm”, informó. Mao parecía ser un tipo jovial y sociable.

“¿Grupo? ¿No es solo una persona?”

“Este, solo hay un Héroe. Su nombre es Ranhart. Pero tiene tres camaradas con los que pelea. Los tres son muy hábiles por sí mismos también.”

Estupendo. Los humanos se volvían exponencialmente más poderosos cuando combinaban su fuerza. Pero aparte de eso, se suponía que Schverm era una de las ciudades que el ejército demoníaco había demolido durante su invasión. Incluso si Meraldia hubiera recuperado la ciudad, ¿estaba realmente en buenas condiciones para usarla como base?

“Cuando fui allí, parecía que los ciudadanos habían regresado y todos estaban trabajando para reconstruir la ciudad. Debido a que el Héroe y su grupo se ocuparon de los escuadrones de demonios restantes, es lo suficientemente seguro como para que la gente viva allí de nuevo.”

Maldito bastardo, él está actuando como si el segundo regimiento estuviera en las últimas. Bueno, supongo que lo están. Mao notó mi mirada enojada y sonrió.

“Mis disculpas, esa fue una forma grosera de expresarlo. En cualquier caso, los ciudadanos han terminado de reparar los muros y en unos días el ejército de cinco mil hombres de Schverm volverá a la ciudad.”

Esto no es bueno. Schverm estaba justo al lado de Bahen, la ciudad en la que el segundo regimiento se estaba atrincherando actualmente. Si regresaban sanos y salvos, era solo cuestión de tiempo antes de que el segundo regimiento fuera aniquilado.

“¿Qué está haciendo el resto del ejército meraldiano actualmente?”

“No me pediste que los investigara, así que…” Mao se calló disculpándose. “Sin embargo, escuché algunas cosas sobre sus movimientos.

La mayoría de sus fuerzas trabajan en conjunto con el ejército regular de Schverm. Combinados, hay cinco mil soldados regulares y diez mil milicianos.”

“Gracias por la información.”

“Un buen número de la milicia comenzará a regresar a sus ciudades de origen ahora que la amenaza inmediata ha pasado. Si Meraldia quiere lanzar otra ofensiva a gran escala, tendrán que llamarlos.”

Parece que voy a necesitar enviar un informante permanente a Schverm.

“Le pedí a algunos de los otros mercaderes de mi caravana que se quedaran en Schverm. Puedo hacer que uno de mis hombres se reúna con ellos fuera de la ciudad en cualquier momento y obtener una información actualizada sobre la situación.” “¿Qué tan buenos son en esto?” Mao sonrió.

“Simplemente creemos que la cooperación sincera será recompensada debidamente.”

“Asumiendo que realmente es sincero, entonces te prometo que lo será.”

Los humanos eran tan variados en personalidad como lo eran los demonios. Y Mao, en particular, era alguien de quien debía tener cuidado.

Aun así, estaba agradecido de que me hubiera traído toda esta información.

Como estaba cansado de las sutilezas corteses, decidí ser franco.

“Entonces, ¿qué tipo de recompensa estás buscando? Dudo que sea dinero.”

La sonrisa de Mao se hizo más amplia.

“Una observación astuta. Nos gustaría contratar algunos de sus kentauros para mi caravana.”

“¿Por qué?”

“Porque son un activo valioso para nosotros, los comerciantes. Están en forma, son buenos guardias y su presencia nos ayudará a negociar más favorablemente con los demonios. No me importa incluso si no son soldados.”

Ciertamente era verdad que los kentauros tenían la inteligencia de los humanos y la movilidad de los caballos. Incluso si no fuera un soldado entrenado, un kentauro podría manejar fácilmente lobos salvajes u otras criaturas peligrosas. Además de eso, tener uno en el grupo de un comerciante haría el paso a través del territorio demoníaco mucho más seguro. Si Mao solo quería unos pocos, y no tenían que ser guerreros, probablemente podría conseguirle algunos. Sin embargo, este intercambio parecía demasiado bueno para ser cierto.

“¿Eso es realmente todo lo que quieres?”

“Pero por supuesto. Ya sean mercaderes o un ejército, ambos buscan emplear personas con talento, ¿no?”

Tenía mis reservas acerca de otorgar tantos privilegios a un hombre tan astuto. Simplemente tenía que haber una trampa en alguna parte. Oh, ya veo.

“La verdadera razón por la que deseas contratar kentauros es para que puedas difundir tu nombre en todo el ejército demoníaco y ser nuestro principal proveedor, ¿no es así?”

Mao me miró y me dio una sonrisa muy rígida.

“Oh vaya, parece que has visto a través de mí…”

“Eres todo un sinvergüenza.” “Lo soy.”

Él tiene bolas.

“Lo siento, pero no. Si ese es tu objetivo, entonces me temo que no podemos cooperar más. Mostrar favoritismo como ese solo llevaría a la corrupción.”

El rostro de Mao se demudó. Realmente no podía bajar mi guardia alrededor de los mercaderes. Pero después de pensarlo un poco más, decidí comprometerme.

“Si quieres una recompensa tan grande, vuelve después de haber hecho más por el ejército.”

“¿Después de haber… hecho más?”

“En efecto.”

Sin embargo, será mejor que te prepares para trabajar duro.

Mao suspiró e inclinó la cabeza.

“Muy bien, continuaré trabajando como tu espía privado de forma gratuita durante un tiempo más, lord Veight. Con suerte, eso puede ganarse tu favor.”

No había forma de que un tipo así no tuviera otras cartas de negociación bajo la manga. Estaba seguro de que sacaría algo más. Asentí en silencio para que continuara, y como esperaba, sacó otra de sus cartas.

“Por cierto, he estado haciendo preparativos para importar discretamente las grandes cantidades de piedra que necesitarás para construir tu nueva muralla. Si Ryuinheit simplemente ordenara la piedra directamente, nuestros enemigos se darían cuenta fácilmente de nuestros planes.”

“¿Qué quieres decir con preparaciones?”

Mao desplegó un mapa de Meraldia y señaló una de las ciudades.

“Pretenderé ser un comerciante del norte, recorriendo el sur para comprar piedra de calidad para los esfuerzos de reconstrucción de Schverm.”

“Espera, ¿los comerciantes del norte vienen aquí a menudo para que una historia así sea convincente?”

Mao asintió con una sonrisa.

“El norte necesita mucha piedra en este momento. No sería sospechoso en absoluto si los comerciantes del norte tuvieran que ir más allá de lo habitual para conseguir algunas.”

Este tipo estaba dispuesto a usar la situación de sus congéneres humanos como un pretexto.

“Realmente eres todo un sinvergüenza.”

“Lo soy.”

La sonrisa de Mao se hizo más amplia. Había visto a mucha gente así en Japón, pero pocos demonios tenían personalidades tan calculadoras. Si dejas que te engañen, estás acabado. Pero aun así, definitivamente eran útiles.