Jinrou E No Tensei Maou no Fukukan (NL)

Volumen 2: La Amenaza del Héroe

Capitulo 2: Las Alcantarillas se Tiñen de Rojo

Parte 4

Mientras fuera valioso para el ejército demoníaco, lo mantendría cerca.

“Muy bien. En ese caso, tenemos un trato. Pero no te dejes llevar, o te encontrarás sin trabajo.”

“Mantendré tu advertencia siempre presente.”

Mao se inclinó profundamente y salió de la habitación.

Una vez que él se fue, grité suavemente, “Monza.”

“Estoy aquí, jefe.”

Mi mejor espía, Monza, entró silenciosamente a la habitación.

“Haz que tu escuadrón lo vigile.”

Los labios de Monza se curvaron hacia arriba y ella preguntó, “Si él nos traiciona, ¿puedo matarlo?”

“Puedes darle una paliza hasta casi matarlo, pero tráelo de vuelta aquí con vida.”

“Mm, bien.”

Ahora bien, ¿cómo terminará esto?

La aparición del Héroe había causado un gran revuelo no solo en

Ryunheit, sino en todo el ejército demoníaco. Cada vez que un Señor Demonio apareció en el pasado, un Héroe surgió para desafiarlos. Debido a cómo funcionaba la sociedad demoníaca, los Héroes eran el mayor enemigo del ejército demoníaco. Como solo obedecían a la fuerza, si el Héroe derrotaba al Señor Demonio, que era el más fuerte de esa generación, los demonios restantes perdían su cohesión.

Uno pensaría que estaría bien si el segundo demonio más fuerte asumiera el papel de Señor Demonio, pero el problema generalmente era que incluso ese segundo demonio más fuerte se había desmoralizado después de la muerte de su señor.

En otras palabras, sin un Señor Demonio, cualquier gran ejército de demonios se derrumbaba instantáneamente.

Los Héroes del pasado sabían esto, por lo que atravesaban las filas del ejército y se dirigían directamente hacia el Señor Demonio. Era un ataque imprudente, pero uno que era fatal para nuestro lado si tenía éxito.

Naturalmente, preparar un doble o preparar a un sucesor eludiría este problema, pero la cuestión era que los demonios nunca aceptarían tales métodos. Era irracional, pero así era como eran. Para nosotros, el Señor Demonio era irremplazable. Incluso si hubiera alguien tan fuerte como el Señor Demonio, no podría hacerse cargo de la posición hasta que demostrara su fuerza a todas las demás razas.

“Es toda una expresión de aflicción esa que estás haciendo…”

“¡¿Whoa?!”

Sorprendido por el repentino susurro en mi oído, me di la vuelta.

“Hola, Movi está aquí.”

La Maestra agitó su mano en un saludo desde detrás de mi hombro.

“Maestra, realmente creo que deberías dejar de intentar que ese apodo te pegue.”

“Culpa a mis padres. Ellos fueron los que me bautizaron con un nombre tan ridículo como Gomoviroa.”

A ella realmente no le gusta su nombre, ¿eh? Me enorgullecía tener una buena comprensión de la personalidad de mi maestra, y cuando hacía bromas como esta, era por lo general porque había algo que le preocupaba. Estas malas bromas eran su forma de tratar de levantar el ánimo.

“¿Estás preocupada por el Héroe también, Maestra?”

“Más o menos…”

Por su tono, podía decir que la Maestra se había estado preocupando un poco por él. El Señor Demonio Friedensrichter, el gigante Tiverit y la gran sabia Gomoviroa habían sido camaradas desde que fundaron el ejército demoníaco. Tiverit todavía estaba luchando en el norte y el Héroe eventualmente intentaría asesinar al Señor Demonio. Ambos estaban en peligro.

Observé el rostro infantil de la Maestra y recordé el trato que había hecho con Mao. Sabíamos que el Héroe estaba en Schverm. Mao tenía hombres en la ciudad, por lo que podría ser posible llevar a la Maestra allí para comprender mejor la situación. Incluso podría descubrir alguna información que la animara.

“Maestra, si te parece bien, ¿por qué no hacemos un viaje al frente norte?” “¿Por qué al norte?”

Le transmití toda la información que Mao me había dado. La Maestra reflexionó sobre mis palabras durante unos minutos, luego murmuró, “Ya veo… Así que has puesto espías humanos. ¿Estás seguro de que no es una trampa?”

“No estoy seguro.”

Pero si nos topamos con enemigos, estaba seguro de que podríamos huir. La Maestra no pesaba nada en mis brazos y un hombre lobo podía correr más rápido que un pesado soldado de infantería. Estoy seguro de que podemos hacer que funcione.

“Pero no creo que los comerciantes de esta ciudad tengan ninguna razón para traicionarme. No hay beneficio en eso.”

“¿Y si Meraldia les prometió una recompensa monetaria por entregarte?

¿O si tienen un incentivo religioso para traicionarte?”

“Creo que eso es posible…”

Aunque dudaba de que el ejército meraldiano hubiera puesto una

recompensa por mi cabeza. Solo era un mísero vicecomandante después de todo. Además, la investigación de Monza ya había demostrado que Mao era un seguidor de Mondstrahl, y no uno muy devoto, así que no tenía ningún prejuicio religioso contra los demonios. Siempre existía la posibilidad de que tuviera un rencor personal contra los demonios, pero eso se aplicaba para todos. Era ineficiente preocuparme por esa posibilidad.

“Muchacho, ¿no te das cuenta de que actualmente eres la persona más importante en el ejército demoníaco?” “Realmente no creo que lo sea…”

Era cierto que gobernar Ryunheit era una gran responsabilidad, pero incluso si muriera, Airia y Kurtz podrían arreglárselas sin mí.

“Oh, por todos los cielos… No importa. Mientras esté contigo, supongo que al menos deberíamos poder escapar, si es necesario.” La Maestra soltó un largo suspiro y saltó de su silla. “Schverm está ocupado por el enemigo ahora, así que abriré una puerta de teletransportación en Bahen. Sin embargo, tomará algo de tiempo.”

Mientras la Maestra trabajaba en abrir la puerta, hice todo el papeleo que necesitaba para terminar el día. Como tenía prisa, le dejé algunas de las tareas más pequeñas a Airia. Con nuestros respectivos preparativos completos, la Maestra nos envió a los dos a la ciudad agrícola de Bahen.

“Vaya…”

Lo primero que llamó mi atención al llegar fue la medida en que la ciudad había sido arrasada. Había dos factores principales para que la ciudad se viera en tan mal estado. Primero fue, por supuesto, la destrucción física. El segundo regimiento había destruido completamente la infraestructura de Bahen durante su invasión, volviéndola inhabitable. Los preciados canales de la ciudad agrícola habían sido destrozados y las fuentes de agua estaban llenas de agua estancada y fétida. Muchas de las espitas en forma de cabeza de león también habían sido aplastadas.

La segunda razón fue el estado del segundo regimiento en sí. Los escuadrones que aún estaban en condiciones de pelear estaban acampando fuera de la ciudad, pero las calles estaban llenas de hileras de gigantes y ogros heridos. Vi a un pequeño hobgoblin de tamaño humano tirado en el suelo con una manta cubriendo su torso. Le faltaba uno de sus brazos. Junto a él, un gigante de cinco metros de altura se apoyaba contra la pared destruida de una casa, respirando suavemente. Parecía que le habían arrancado los ojos con lanzas, a juzgar por las horribles cicatrices de su rostro.

“Apenas lograron salir vivos… Debe haber sido una batalla feroz.”

La Maestra trató de actuar con calma, pero me di cuenta de que estaba bastante alterada. Había cientos de soldados alineados solo en la calle principal. Entre ellos, muchos ya estaban muertos. Las casas que aún estaban en pie se habían convertido en hospitales de campaña y podía escuchar gritos provenientes de algunas de ellas. Lo más probable era que un buen número de demonios habían sido heridos tan gravemente que necesitaban que se les amputaran los brazos o las piernas. La Maestra se volvió hacia mí y dijo, “No hay nada más lamentable que sobrevivir a una batalla para luego morir de una herida. Me quedaré aquí y atenderé a los soldados.”

“Eso está muy bien, pero ¿y el Héroe?”

“Dejo eso en tus capaces manos. Si pasa algo inesperado, vuelve aquí.”

La Maestra ni siquiera esperó mi respuesta antes de salir corriendo y lanzar magia curativa sobre el soldado más cercano. Estaba más preocupada por ellos de lo que parecía. “Resiste. Todavía no es el final para ti.”

Conociendo la personalidad de la Maestra, no había forma de hacerle cambiar de parecer ahora.

“Está bien, Maestra, iré solo entonces. Trataré de regresar tan pronto como pueda.”

“Mmmm, ten cuidado. Iré para allá más tarde.”

La Maestra ya estaba con su tercer paciente. Los dos hobgoblins que había curado pestañeaban sorprendidos y examinaban sus heridas curadas.

Así es como es ella, supongo… La Maestra no soportaba que ninguno de sus aliados muriera.

“Ten cuidado también, Maestra. Sé que estás preocupada por estos tipos, pero no uses mucho mana o terminarás colapsando de nuevo.”

“No temas, Tiverit está protegiendo esta ciudad. Planeo anunciarle mi presencia más tarde.”

Me transformé y salí por la puerta principal de Bahen. Pasé corriendo por los abundantes trigales de la ciudad y me dirigí hacia Schverm. Como el objetivo principal de Bahen era abastecer a Schverm, las dos ciudades estaban situadas una cerca de la otra. Con la velocidad de un hombre lobo, llegaría al caer la noche.

Como estaba previsto, llegué a los muros de Schverm poco después del atardecer. Bahen había sido devastada por el segundo regimiento y Schverm no estaba en mejores condiciones. Los muros de los que se enorgullecía la ciudad habían sido destruidos y no serían un obstáculo en caso de un asedio. Ya veo, es porque la ciudad es difícil de defender ahora que el ejército meraldiano no puede comprometerse con un ataque total.

Según Mao, su gente ya se había infiltrado en la ciudad. Él me había mostrado cómo contactarlos, así que probablemente sería mejor si primero escuchara la situación actual de la ciudad. Sin embargo, todavía no confiaba en Mao. Si la ciudad estaba en tan mal estado, sería más sensato volver a mi forma humana y explorarla yo mismo.

Sí, creo que eso es lo que haré después de todo. Me pondría en contacto con los agentes de Mao solo después de haber hecho algún reconocimiento por mi cuenta. De esa manera, incluso si me hubieran traicionado, aún podría irme con información concreta. Y si los hombres de Mao intentaran darme información falsa, me daría cuenta enseguida. Volví a mi forma humana y me puse el traje local que había preparado. Trepé por una de las secciones destruidas de la muralla y entré en la ciudad.

A diferencia de Bahen, Schverm estaba en medio camino de ser restaurada. Aunque los muros aún estaban en mal estado, la mayoría de los edificios habían sido reconstruidos o habían sido reemplazados por tiendas para alojar temporalmente a los soldados. También se habían despejado lugares para almacenar grandes cantidades de materiales de construcción. Por lo que parece, se estaban preparando para reconstruir Schverm en serio. Si yo fuera el comandante meraldiano, estaría priorizando la reconquista de Bahen sobre la reconstrucción de Schverm. De esa forma podría dejar mi fuerza principal en Bahen como una barrera y centrarme en la reconstrucción de Schverm sin temor a ataques enemigos.

Sin embargo, una parte significativa del ejército de la federación era la milicia. Los ciudadanos de Schverm probablemente se preocupaban mucho más por arreglar su propia casa que por recuperar la de otra persona. Esto era solo una especulación, por supuesto, pero me pareció que el ejército meraldiano estaba siendo forzado a tomar decisiones estratégicamente poco óptimas debido a la presión externa. Obviamente, el ejército demoníaco también tenía que lidiar con su propia política interna.

Sin embargo, lo que encontré sorprendente fue cuántos soldados había apostado Meraldia en Schverm. Había tan pocos civiles que me destacaba con mi ropa simple. Además, las prendas sueltas preferidas por la gente del sur no se parecían en nada a los trajes ajustados que la gente de aquí prefería. Traté de elegir algo tan discreto como fuera posible, pero gracias al diseño de mi ropa, sobresalía como un pulgar dolorido. Tal vez debería retirarme por ahora. Decidí no ir a la plaza de la ciudad y salí por el mismo espacio en la muralla por el que había entrado. Bueno, esa misión de exploración fue un fracaso. Después de organizar mis pensamientos, consideré contactar a los agentes de Mao.

Un segundo después, me transformé y salté hacia atrás. Al mismo tiempo, escuché algo silbar en el aire. Pateé una pieza de escombros cercana y salté más lejos. Algo afilado pasó y rasgó mi manga.

“Un hombre lobo, ¿eh?”

Tres soldados armados estaban detrás de mí. Estaban apoyados por un solo mago, parado a poca distancia. Ellos son expertos. Ni siquiera mi oído y sentido del olfato superiores sabían que estaban aquí. La única manera de que eso fuera posible era que usaran magia para ocultarse. Puse más distancia entre los soldados y los observé desde lejos.

Los tres en frente tenían una cantidad increíble de mana. Mucho más que la mayoría de los humanos. Y aunque el mago no tenía tanto mana como los otros, tenían mucha más habilidad para manipularlo. Si bajaba la guardia, me matarían.

“Espera, ¿tú eres el Héroe?”

Uno de los soldados dio un paso adelante y dijo, “Yo soy el Héroe Ranhart. Gracias a la protección divina de esta ciudad, sabíamos lo que eras en el momento en que entraste en sus muros.”

Así que ya han puesto barreras de alarma alrededor de la ciudad. Aunque estos hechizos tendían a ser toscos y fáciles de detectar, no los había notado en absoluto. Debieron haberlo camuflado muy bien. El hombre que se hacía llamar Ranhart blandió su espada.

“Muere, abominación.”

“¿Qué quieres decir con abominación…?” murmuré en voz baja.

El Héroe y sus dos camaradas se separaron y me rodearon por tres lados. Esto no es bueno. Conjuré todos los hechizos de fortalecimiento que tenía listos. Mis movimientos se hicieron más ligeros y pude percibir mejor mi entorno. También aumenté mi curación natural en caso de que me lastimara y endurecí mi pelaje con mana.

“¡HAAAAH!”

El Héroe y sus amigos simultáneamente, apuntaron a mi cabeza, hombro y piernas. Su coordinación era impecable y solo pude esquivarlo por un margen muy estrecho. Dudaba de que pudiera tener una oportunidad contra el Héroe solo, así que sabía que no había manera de que pudiera pelear contra él y su grupo. Quería huir, pero me cortarían en el momento en que lo intentara. Sus tácticas de equipo me mantenían atrapado aquí.

Incluso con mi magia potenciando cada una de mis habilidades, defenderme requería todo lo que tenía. Para empeorar las cosas, noté que el mago en la retaguardia estaba conjurando un hechizo. No tenía ni idea de qué era ese hechizo, pero si me ponían un poco más en desventaja, moriría con seguridad. Incluso si tuviera que recibir algunos golpes, tenía que detener a ese mago.

Dejé de esquivar por solo un segundo y conjuré Soul Shaker. Los efectos fueron inmediatos. El mana circundante se convirtió en el tipo que los demonios utilizaban y comenzó a reunirse a mi alrededor. Gracias a eso, el hechizo del mago se interrumpió antes de que se completara.

Ahora solo necesitaba sobrevivir a la embestida del Héroe. Debido a todos los hechizos de curación de alta velocidad que estaba conjurado, siempre y cuando no muriera, podría salir de esto de alguna manera.

Sin embargo, los ataques que esperaba nunca llegaron. Miré a mi alrededor y noté que el Héroe y sus camaradas se habían detenido en seco, con expresiones retorcidas por el miedo. Por increíble que parezca, el efecto de miedo de mi Soul Shaker funcionaba incluso en el Héroe.

¿No se supone que el Héroe es tan fuerte como el Señor Demonio? A pesar de mi sorpresa, mi cuerpo aún lanzó un ataque reflexivo mientras estaban incapacitados. Un vendaval oscuro rodeó mis garras mientras blandía mi brazo. Mis garras rastrillaron a los tres hombres, rompiéndole el cuello a uno, arrancándole la mitad del rostro a otro y aplastando la tráquea del tercero. Cayeron al suelo, muertos. ¡¿Tienes que estar bromeando?! ¡Esta es la pelea contra un Héroe más anticlimática de la historia! ¡No hay forma de que un solo hombre lobo derrotara al grupo del Héroe!

“Imposible…” murmuré.

En ese momento, me di cuenta de que algo estaba mal. El flujo de mana estaba mal. El mana del Señor Demonio surgía de su interior, pero el mana de estos hombres provenía de sus armas y armaduras.