Haken no Kouki Altina (NL)

Volumen 7.5

Capitulo 2: Auguste, la Princesa Plateada I

Parte 5

Entonces, si se les preguntara sobre la enfermedad de Auguste, responderían dichas preguntas de manera adecuada.

Pero si a las sirvientas se les preguntara sobre ellas mismas, no serían tan cautelosas.

Auguste cambió el tema de nuevo.

“… Está bien, jugaré cartas contigo. ¿Qué quieres jugar?”

“¿No es Auguste grandioso en el poker? Vamos a jugar eso”.

“… No, e-eso no es bueno”.

El póker y cosas del estilo eran juegos jugados por chicos. Es apostar.

Auguste ni siquiera sabía las reglas. Eddie inclinó la cabeza.

“¿Hah?”

“Ughhh… Juguemos a Seven Bridge”.

“No es un juego de dos jugadores. ¿Quieres llamar a las otras sirvientas? “N-no es necesario…”

No importa lo bien que se les haya enseñado a las sirvientas, es posible que aún se les saltara algo durante un largo juego. Lilim era probablemente la única que estaría bien.

“Bueno, las sirvientas tienen muchas cosas que atender… Juguemos a la solterona”.

“¡Sí!”

Ella respondió con su voz original, luego trató de cubrirlo con una tos. Eso incluso se sorprendió a sí misma.

A ella realmente no le gustaban los juegos de cartas, entonces ¿por qué estaba tan feliz?

Pasaba todos los días acostada en una cama, viviendo su vida como si hubiera sido maldecida por una bruja.

La sugerencia de Eddie le permitió echar un vistazo a la luz. “Trataré las cartas entonces”.

Eddie distribuyó las cartas con una mano practicada. “… Eres experto en esto”.

“¿Qué estás diciendo, no eres tú el que me enseñó?”

“¿Eh?”

“No llegues demasiado lejos con el acto de enfermar, en el pasado, seguiste usando la excusa de que no te sentías bien para saltarte los estudios y el entrenamiento de la espada. Pero en realidad estabas practicando cartas y lanzando cuchillos…”

“!?”

— ¡Era hermano una persona así! 

Una verdad impactante.

Eddie repartió las cartas, luego recogió una pila y la puso sobre la mesa frente a la cama, justo al lado de un libro.

“¿Hmm? ¿’El príncipe azul y la princesa de espinas’…? ¿No es este un libro de mujeres?”

“¡Ah, wahh!”

Ella perdió la compostura por una instancia.

Ella se olvidó de guardarlo después de leerlo anoche. “E-esto es… Erm… el libro de Lilim”.

“¿Por qué está en la habitación de Auguste?”

“Ella simplemente lo olvidó y lo dejó en la habitación de su amo. Qué sirvienta tan torpe, todavía es una niña”.

Ella se disculpó con su sirvienta en su corazón.

Eddie parecía haber aceptado esta respuesta. “Bueno, eso sucedió — Bien, comencemos el juego”.

“Sí.”

Auguste extendió su mano por la cortina.

Había pasado tanto tiempo desde que tomó algo sin que la sirvienta fuera una intermediaria. ¿¡Por qué se sentía tan feliz por un asunto tan trivial!?

Las cartas se abrieron en sus manos como un tesoro. “… Éste.”

Emparejó las cartas y las colocó sobre la mesa.

Parecía que la vieja sirvienta estaba en la mano de Eddie. Él extendió las cartas en su mano y se las ofreció.

“¡Aquí!”

“Sí.”

Ella reprimió su corazón palpitante y sacó una carta desde la mano de su oponente. Eran dos espadas.

Tenía dos palos, así que colocó el par en el montón al costado.

Para dejar que Eddie sacara sus cartas, ella sostuvo las cartas en ambas manos y se las ofreció a él.

“… Aquí.”

“Hmm, yo elijo este”.

“Bien.”

Como solo jugaban los dos, podrían hacer un par si no elegían a la solterona. Eddie se quitó un par de la mano.

Era el turno de Auguste otra vez.

De las dos cartas que tenía delante, tenía que evitar una de ellas.

— El oponente quiere que se saque a la solterona, por lo que la colocará en un lugar que sea fácil de sacar. Auguste pensó.

“Hee”.

“¿¡Jajaja, tú elegiste ese!?”

“¿¡Hyaa!?”

Ella sacó a la solterona. Que malo.

Ella fue engañada.

¿Debería usar el mismo truco con él? — No. Él lo vería. Auguste no era tan tonto.

Pero mientras pensaba en esas cosas, estaba completamente absorta en el juego de las cartas.

Ellos jugaron a la solterona hasta que fue la tarde, y a ella se le fue enseñado a jugar Rummy, en el cual Eddie contoneaba sus habilidades…

Eddie solo regresó a su habitación antes de la cena. Fue como un sueño.

Durante la cena, Lilim preguntó:

“Erm… Príncipe Auguste… Escuché los gritos y las risas de una chica, ¿algo sucedió?”

Solo se dio cuenta de cómo había actuado cuando la sirvienta le recordó

Al meterse en la cama debido a la conmoción y el miedo, ella realmente iba a dormir esta vez.

Pero todavía fue un día divertido.

***

Eddie estaba preocupado.

“… Oh no. Esto es malo… Sería terrible si esto continúa”.

Había trabajado como escolta de Auguste durante una semana. Algo que podría causar la desaparición de la Casa Balzac sucedió.

— ¡¡Él pensó que Auguste era muy lindo!!

El interés de Auguste en los juegos enamoró el corazón de Eddie por alguna razón. En pocas palabras, él era muy lindo.

Sea su sonrisa cuando ganaba.

O su triste voz en una derrota que incluso hacía que Eddie se sintiera triste.

Pero sobre todo, sus ojos que esperaban con ansias el próximo juego y su sonrisa feliz cuando comienza un juego se quedaron en la mente de Eddie.

Eddie soñó con él tres días seguidos ahora.

“… Oh, no… ¡Auguste es un hombre! Él es una realeza que es mayor que yo, ¿¡Cómo puedo decir que es lindo!?”

Eddie tenía 19 años, y Auguste tenía 24. Algo debía estar mal ya que Eddie pensó que Auguste se veía más joven que él.

Como jefe de la Casa de Duque, Eddie tenía el deber de garantizar que su linaje siguiera vivo.

¡Su esposa tenía que ser una mujer!

Después de que Eddie terminó su cena que consistía en carne de pollo, comenzó su entrenamiento diario de esgrima.

No podía mover su espada en la casa, así que tenía que empuñar su espada a la entrada del Anexo.

“¡Hah! ¡Hah! ”

Siguió balanceándose como si estuviera tratando de aclarar su mente.

No trajo su espada preciada ya que esto era entrenamiento, y usó una espada pesada de entrenamiento en su lugar.

Después de sudar, se sintió un poco más relajado. Alguien salió volando desde las sombras del edificio.

¡Esa persona apuñaló a Eddie con una espada! “¡Hee!”

“¿¡Huh!?”

Eddie esquivó la espada justo a tiempo.

Él respondió al mismo tiempo. Ser golpeado por la pesada espada de entrenamiento no era una broma.

“¡Ahhh!”

“¡Hmmp!”

Su oponente retiró su espada en un instante para detener el ataque de Eddie. Luego pateó a Eddie.

Eddie también pateó.

Sus pies colisionaron y ambos volaron hacia atrás.

La cara del oponente apareció ante el oscuro sol de la tarde– “¡Abuelo!”

Ese era el abuelo de Eddie, Baltasar Basil de Balzac. El anciano con una cara arrugada sonrió. “¡Hyahahaha!”

“¿¡Quieres continuar!?”

“¡Ya regresaste a la capital hace una semana! ¡Y ni siquiera me visitaste, estúpido nieto!”

Su abuelo podría estar diciendo eso, pero su rostro era todo sonrisa. Eddie detuvo un ataque, respondió y fue bloqueado.

“¡Tengo trabajo como guardaespaldas y no puedo ganar tiempo!”

“¡Entonces escribe una carta!”

“¡Estaba pensando en traerte algo de carne de pato!”

“Ya veo, espero ansiosamente eso… ¿Cómo está tu trabajo, puedes manejarlo?”

“Ughh… ¡Por supuesto!”

Intercambiaron golpes con más frecuencia de lo que hablaban, y los dos finalmente se separaron.

Huff, huff, Baltasar reguló su respiración.

“Me estoy poniendo viejo… perdiendo el aliento solo por eso…”

“Eso es normal en veinte rondas de intercambios”. Eddie dijo sin dificultad al respirar y saludó.

“– Te ves bien, abuelo”.

“Sí. Entonces tú… ahora eres guardia de un realeza… uuughhh…”

“¿P-por qué estás llorando?”

“Dijiste en el pasado que no te gusta matar gente y que no lograste mucho en el campo de batalla, así que pensé que era el fin para la Casa Balzac… Pero escuchar buenas noticias consecutivas me hizo sentir feliz”.

“¿Pasó algo?”

“Sí. ¿Te acuerdas de la princesa Argentina?”

“Por supuesto. Nunca he visto a nadie más fuerte que ella… Pero no la he visto después de que crecimos. No estoy seguro de cómo está ella en este momento”.

Los nobles del Imperio comenzarían a prepararse para su debut en el mundo social a la edad de diez años. Las niñas necesitarían aprender muchas más cosas, y se les enseñaría a no reunirse libremente con los hombres.

Eddie no vio mucho a Altina desde que tenía diez años.

Como la única niña que jugó con él en su infancia, la recordaba bien. Pero no la había visto mucho desde entonces, se lamentó.

“Poco después de emprender su campaña, la Princesa Argentina fue nombrada comandante del Fuerte Sierck por recomendación del Príncipe Latreille”.

“¿Huh?”

Eddie se enteró de los detalles del incidente desde Baltasar. “- Y entonces, escuché buenas noticias de la victoria”.

“Esa chica es realmente increíble”.

“Tal vez ella tiene un gran estratega”.

“No… Sólo ella ganando un duelo contra el Caballero Negro Jerome fue suficiente para impresionarme…”

“¿Por qué no te diriges hacia allí y los desafías?”

“No quiero ganarle a ninguno de ellos”.

“¡Ughh… qué vergüenza! ¡Todas las habilidades de espada que aprendiste están llorando en este momento!”

“¿No son todas las habilidades para matar gente? ¿No sería mejor si el problema se resuelve sin necesidad de usarlas?

“¡Estas son las técnicas que nuestros antepasados tardaron 850 años en perfeccionar!”

“Ah… Este tema va a llevar mucho tiempo, así que detengámonos aquí”. Eddie agitó su mano.

Ya lo han repetido varias veces, por lo que Baltasar estaba acostumbrado a esto.

“Ya veo. Bueno, no importa qué, estás cumpliendo con tus obligaciones y la Princesa Argentina está muy bien… Estoy muy feliz. Qué vida tan afortunada. No me arrepentiré aunque muera ahora. O mejor dicho, es genial que mi vida llegue a su fin sin ningún problema”.

“¿Q-qué problemas?”

“Por ejemplo, estás perdiendo tu trabajo. Seguirás trabajando aquí, ¿verdad?”

“Bueno…”

Baltasar entrecerró los ojos.

“Y… ¿Hmm? ¿Me dejarás ver a mi bisnieto? Si ese es el caso, viviré hasta que tenga cien años si es necesario”.

“Ah, eh… No erm… Cuando llegue el momento”.

Tenía 19 años después de todo, una edad normal para el matrimonio.

Algunas personas en Belgaria se casaban a los quince, veinte ya era bastante tarde. No sería extraño ver personas con dos o tres hijos a la edad de Eddie.

“¡Saliste de la capital por medio año, así que al menos regresa con una novia!”

“¡Estoy allí para luchar en una guerra civil! ¡Y cosas como casarse y tener hijos, lo haré!”

Por supuesto, se casará. Y tendrá hijos.

Si él no hace eso, la línea de la familia Balzac terminará. Eddie no tenía hermanos. Necesitaba dejar atrás un sucesor para heredar las habilidades de espada.

Qué tan bien los aprenda el sucesor dependerá del niño…

Mientras pensaba qué hacer, debería respetar la voluntad de su padre, su abuelo y sus antepasados.

Eso podría ser así…

Cuando se mencionó el tema de la esposa y los niños, lo primero que se le vino a la mente fue la cara de Auguste.

Ese era un gran problema. “Ughh…”

“¿Qué pasa? ¿Es un amor inmoral? Ir detrás de una mujer casada no es bueno, pero una plebeya está bien”.

“No necesito que te preocupes por cosas tan innecesarias”. Como se esperaba de un anciano que vivió tanto tiempo.

Amor inmoral eh. Eso parecía correcto.

“… Abuelo… ¿Debo casarme con alguien que pueda tener un hijo?”

“Por supuesto.”

Waahhhh… Eddie agarró su cabeza. La cara de Baltasar se puso seria. “Por cierto, nieto”.

“¿Qué ocurre, abuelo?”

“¿Conoces al Le Dragon du Fer?”

“Ahh, escuché que son poderosos mercenarios”.

Esta banda de mercenarios estuvo involucrada en la guerra civil que aún estaba en marcha después de medio año, por lo que Eddie estaba familiarizado con ellos.

“Son realmente hábiles, y son buenos en secuestros y asesinatos… No solo son fuertes, sino que corren rumores de que emprenden trabajos sucios”.

“Bueno, son mercenarios y harán cualquier cosa por dinero”.

“… Parece que están aquí”.

“¿Eh?”

“Están en la capital”.

“¿¡Qué!? ¿¡Porque están…!? ¿Quién los contrató?”

“No lo sé. Pero mi fuente es confiable… No solo contratados, probablemente harán algo ilegal”.

“Eso podría ser así… Pero esta es la capital”.

“¿No estás preocupado?”

“Soy un guardaespaldas del Príncipe, así que está bien. Después de todo, es imposible que los mercenarios ataquen dentro del palacio”.

“Es por eso que te estoy hablando de esto. Ahora que es peligroso aquí, puedes evitarlo, ¿verdad?

“… Es verdad.”

O más bien, ¿dijo el abuelo este nombre porque podría afectar a Eddie? “… Abuelo… ¿Conoces el nombre de su capitán?”

“Su nombre es Damian. Escuché que todos los soldados en Le Dragon du Fer ponen veneno en sus espadas”.

“Veneno, eh… En lugar de dragones, son más como serpientes venenosas”. Eddie pensó en el hombre de ojos estrechos que conoció hace unos días.