Haken no Kouki Altina (NL)

Volumen 7.5

Capitulo 3: Auguste, la Princesa Plateada II

Parte 1

“… Eddie… No puedes… Si haces eso…”

“Está bien Auguste… Ves… Ah, ¿qué?”

“… ¿Está atorado?”

“No, lo haré lentamente… Probablemente debería… funcionar”.

“… Eddie es realmente duro”.

“Tranquilo, de esta manera, lentamente… ¿Ves, funciona bien?”

“Ah… N-no… Se va a colapsar–”

Los bloques cayeron de la mesa.

Bloques de varios colores y tamaños se desmoronaron y cayeron al suelo. “Ahh”.

“… Eddie siempre evita los bloques grandes. Solo elige los pequeños”. Ellos están jugando a Jenga hoy.

Es un juego en el que eliminas un bloque a la vez de una torre de bloques. El juego solo se puede jugar con un dedo y tiene muchas reglas.

“No pensé que caería”.

“… Ya te dije que el verde lo haría”.

“Bueno, lo hice caer, así que Auguste ganó… ¿No es este un juego?”

“… Lo sé, pero si ninguno de los dos cometimos ningún error, ¿no sería más divertido seguir sacando los bloques?”

“Es verdad.”

Eddie arregló los bloques mientras se reía.

***

Habían pasado dos semanas desde que llegó al Anexo como guardia de Auguste. “… Eddie, tengo algo importante que decirte”.

Auguste miró a Eddie con una expresión seria. Eddie se sentó derecho.

“¿Qué?”

“… Un cierto comerciante vendrá aquí esta noche”.

“¿Quieres comprar algo?”

“… dejé la adquisición de lo esencial a los sirvientes, pero… el problema esta vez es que el comerciante de arte tiene que dar un artículo como regalo a la realeza en la capital”.

“Ya veo.”

Si los miembros de la realeza tuvieran tal objeto, los otros nobles comprarían algo similar, esa es la idea detrás de eso.

Para los comerciantes de arte, sus clientes eran naturalmente nobles. Si quisieran hacerse un nombre en el mundo social, tenían que promocionar su mercancía correctamente.

“Lo que significa que este es mi primer deber de guardaespaldas. No bajaré la guardia, incluso si es un comerciante de arte, no te preocupes”.

Independientemente del estado que tuviese o de su apariencia, no era posible ver su plan ni leer sus pensamientos.

“… Me siento tranquilo ahora”.

“¿Es suficiente? No sé nada sobre la valoración del trabajo artístico. Ni siquiera podía decir de qué lado estaban las pinturas en mi propio almacén”.

“… No espero que evalúes el arte, ese no es el problema. Necesito vestirme para la recepción, así que no puedes entrar en mi habitación por un tiempo”.

“Vestirte eh”. Auguste asintió.

Su cara se puso ligeramente roja.

Su acción fue completamente diferente a la habitual, y Eddie se sintió raro al mirarlo.

“… Eso es todo… Escucha, no debes entrar”.

“Entiendo.”

Eddie asintió, luego guardó los bloques, cartas, dardos, Senet y ajedrez. Habia mucho.

“Erm, ¿debería llamar a las sirvientas?”

“… Sí”.

Con un toque de campana, Lilim llegó poco después. Con un caldero en la mano.

“Príncipe Auguste, traje el agua caliente… ¿¡Eh, qué es esto!? ¡Un invitado vendrá hoy!”

“… Sí”.

“Jajaja, hemos estado jugando desde la mañana, y traje todos estos juegos antes de darme cuenta”.

“¡Si el invitado ve esto, pensará que tiene problemas en la cabeza y empezarán rumores extraños!”

“¿¡E-es así de malo!?”

“¡La cabeza de la Casa de Duque jugando juegos infantiles con el príncipe dentro de la habitación, ¿¡no hay algo más que debería estar haciendo!?”

“Sigh, no tengo nada que decir”.

Ella estaba más cerca de un maestro orientador que de una sirvienta, Eddie sonrió torpemente.

Auguste jaló sus hombros, y se veía aún más pequeño. Lilim vertió el agua caliente en un recipiente grande.

Las otras sirvientas también venían con calderos.

“Solo deja que nos arreglen. Su Alteza va a tomar un baño caliente ahora”.

“… Sí”.

“¡Sir Eddie, por favor regrese a su habitación!”

“Entiendo.”

Eddie se inclinó ante el Príncipe y luego bajó las escaleras. Su habitación estaba justo en frente de las escaleras del tercer piso.

Lilim podría parecer una niña, pero era una persona confiable. No parecía ser alguien que olvidaría sus pertenencias en la habitación de su amo.

Auguste estaba actuando extraño. Era obviamente diferente a antes.

Cuando Eddie llegó por primera vez y hablaron escasamente, pensó que era por la enfermedad de Auguste.

Pero era imposible que Eddie, consciente de su propia debilidad, no se diera cuenta después de pasar tanto tiempo con Auguste. Él era demasiado diferente.

— ¿Qué está escondiendo? 

Él aceptó el deber de proteger al Príncipe. Si Auguste todavía fuera un Príncipe del Imperio Belgaria, no habría ningún problema.

“Solo… qué estoy pensando…”

Y así, cosas como pensar que él es lindo — Tales cosas no importan.

Después de alcanzar el 3er nivel, la puerta se cerró y los pasos de la sirvienta que preparaba agua caliente se desvanecieron.

“Phew…”

Al escuchar el sonido de un hombre bañarse, Eddie se puso a latir con fuerza. Qué extraño.

Nunca había visto un hombre tan hermoso y lindo en toda su vida. “… La Casa del Duque ya terminó, abuelo”.

Eddie no regresó a su habitación y miró por la ventana. Escuchó el sonido de algo que se rompió.

Y el grito de una mujer. Eddie se movió sin pensar.

Dio una patada para abrir la puerta que acababa de dejar, y desenvolvió la espada en su cintura.

Él saltó por las escaleras en un instante. “¡Auguste!”

De pie allí estaba Auguste, que acababa de quitarse la ropa.

A sus pies, había un jarrón roto, y una sirvienta que inclinaba la cabeza en señal de disculpa a su lado. No era Lilim, sino otra doncella de quien no sabía el nombre.

No solo eso.

Los ojos de Eddie fueron atraídos por Auguste. Él no podía cambiar su mirada.

Se preguntó si Auguste era delgado y frágil debido a su enfermedad, pero ahora, descubrió que la piel de Auguste era lisa y pálida.

Un cuerpo esbelto completamente diferente al de un hombre, con un bulto que los hombres no tenían. Un pequeño ombligo y una cintura pequeña, y lo que debería estar debajo de la parte inferior del abdomen, faltaba, solo un delgado arbusto.

“… ¿Qué es esto?”

“… E-Eddie…”

“¡Wahhhh!”

Lilim fue quien gritó.

Ella arrojó el jarrón en sus manos.

Golpeó la cara de Eddie espléndidamente, y se hizo añicos.

Pero Eddie no se conmovió. Su rostro se puso pálido y no se atrevió a moverse. “… Auguste… se convirtió en una chica”.

Estaba farfullando a causa del shock. “… Sigh”.

Después de exhalar suavemente, los ojos de Auguste se cerraron. Y colapsó como si toda su fuerza hubiera sido debilitada.

“¡Auguste!”

Eddie arrojó a un lado la espada de L’Empereur Flamme ‘Defendre Sept’, subiendo las escaleras a grandes zancadas.

Extendiendo su mano, Eddie lo agarró, No, Eddie la agarró.

— ¡¡Justo a tiempo!!

Apenas lo hizo antes de que su cuerpo blanco y flexible cayera al suelo que estaba cubierto de cristales rotos.

Después de acortar la distancia como si estuviera deslizándose, Eddie logró proteger a Auguste.

Auguste era como un títere con sus cuerdas cortadas en sus brazos. “Uf…”

Eddie exhaló un suspiro de alivio.

Lilim, quien estaba aturdida a un lado, corrió en ese instante. Su rostro era verde.

“Ah ah…”

“Creo que deberías darme una explicación clara sobre todo este incidente”. Lilim guardó silencio.

Y bajó la cabeza.

Cuando volvió a levantar la cabeza, Eddie pudo sentir que se había preparado.

“Muchas gracias por salvar al Príncipe Auguste… Explicaré bien, pero primero, llevémosla a la cama”.

“Bien.”

Eddie puso sus brazos alrededor de la espalda y las rodillas del agotado Auguste, y la levantó.

Que ligera.

Eddie incluso sospechó que ella no era humana.

Levantó su mirada para evitar mirar su piel, y caminó lentamente para no tropezarse.

Las sirvientas abrieron las cortinas de la cama y tendieron una manta. Eddie la colocó en la cama.

Él le dejaría el resto a las sirvientas. Lilim llevó una silla.

“¿Solo necesita escuchar mi explicación? O…”

“Es verdad. Estoy muy preocupado por esto… Pero debería esperar a que Auguste se despierte. Otra cosa, por favor dile que ‘Eddie no vio nada, pero si quieres explicarlo, estaré feliz de escuchar’.”

“¿Podría ser, quiere pretender que no vio nada?”

“Bueno, sí, eso es todo”.

Eddie se levantó y bajó las escaleras.

“Ignoré mi promesa con ella primero porque escuché el grito de una sirvienta, así que es mi culpa. No se puede evitar que me ejecuten por ignorar las órdenes del Príncipe”.

“Ah… pero, eso es un curso de acción natural para Sir Eddie al tomar como guardia ¿verdad?”

“Es por eso que te dejaré el resto. Lo dije en serio cuando dije que lo había olvidado”.

“¿¡Va a informarle de esto al Príncipe Latreille…!?”

“Puedo ser un soldado, pero no estoy trabajando para Latreille. No tenía órdenes de investigar el cuerpo de Auguste”.

“Sir Eddie…”

“Eso es todo.”

“Ah, estás sangrando”.

“¿Hmm?”

La sangre corría por el dorso de su mano.

Debió haber sido cortado cuando se deslizó por el suelo para atrapar a Auguste. “Se curará en poco tiempo”.

“Ya veo… Pero debería vendarlo por usted”.

“¿Hmm? Gracias.”

Después de aplicar la medicina, la herida se envolvió en vendas.

Eddie recogió la espada que arrojó al pasillo y regresó a su habitación.

***

Noche.

Auguste se despertó después de enterarse de que el invitado estaba aquí.

Eddie fue convocado también, y se mantuvo en guardia en una esquina de la habitación.

El invitado era un comerciante de arte que llevaba muchas joyas, con pesados anillos en todos sus dedos. Varios collares de oro finamente trabajados colgaban desde su cuello, haciendo que Eddie se preguntara si estaba allí para venderlos.

Debido a las gemas que le colgaban de las orejas, los lóbulos de sus orejas estaban caídos, haciendo que Eddie gritara en su corazón ‘burro’.

Detrás del burro había un gran paquete que llevaban cuatro personas, que debería ser la pintura.

El burro se acercó a Auguste que estaba acostado en la cama.

“Me siento profundamente honrado de que se conceda mi audiencia. Es algo tan glorioso que no lo olvidaré en toda mi vida. Como si mis cuarenta años de vida fueran por este prestigio. Cuando todavía era un artista pobre y nadie compraba mis pinturas, fui contratado por el comerciante de arte de hace una generación…”

“Erm, el Príncipe Auguste no se siente bien, por favor, manténgalo corto”.

El comerciante que parecía haber preparado un largo discurso frunció el ceño porque Lilim lo interrumpió.

Sin embargo, no se atrevió a criticar a la sirvienta frente a la realeza. Se aclaró la garganta.

“Me disculpo por mi largo saludo”.

Parecía que su intento fallido de pronunciar un discurso fue solo un saludo. “Estoy aquí hoy para informar que nuestro gremio de comerciantes de arte

establecerá una tienda en la capital. Justo en el cruce de la carretera de Versailles, que está frente al palacio, y la calle Jean Galula. La apertura de la tienda será una bocanada de aire fresco para el edificio envejecido…”

“Erm…”

“Ah, si nos puede agraciar con una visita, verá un gran letrero. Además de informar esto, estoy aquí para presentarle una pintura maravillosa por orden del gremio de comerciantes de arte. Le prometo que le complacerá”.

Qué increíble confianza. Desde la época del Emperador anterior, el palacio de Belgaria comenzó a coleccionar obras maestras del mundo del arte, ¿y se atrevió a jactarse de este regalo ante el Príncipe que fue adoctrinado desde joven?

“… Sí”.

Auguste no reaccionó mucho.

O más bien, sus ojos descansaban en Eddie en la esquina.

Desde ese incidente en la tarde, ella no había podido hablar con él. No, ella probablemente no pueda hablar con él desde ahora en adelante…

Auguste estaba distraído.

Lilim le dijo suavemente al comerciante de arte que estaba trabajando duro.

“El Príncipe Auguste no ha comido todavía por su enfermedad, y no está de buen humor. Él podría irritarse si lo deja esperar demasiado tiempo”.

“Ughh… Tienes razón. Empezaré ahora”.

El comerciante de arte y sus cuatro sirvientes abrieron el paquete hábilmente, con el comerciante mismo haciendo la presentación final de la pintura.

“¡Por favor mire esto!”

Eddie estaba detrás del grupo de mercaderes de arte, por lo que no podía ver nada. Auguste quien estaba en su cama no dijo nada.

Lilim fue la única que gritó.

“¡Hermoso! ¡Qué hermoso! ¡Su Alteza, qué piensa! ¡Oh, ya veo, el Príncipe Auguste también está realmente feliz!”

“… Erm, ¿es así?”

“¡Por supuesto! Serví bajo el príncipe Auguste por tanto tiempo, así que entiendo su expresión sin palabras después de ver algo hermoso”.

“Ohh, es así. Como se esperaba de Su Alteza, no gritando como personas normales. Me alegro de que esto le agrade, eso es…”

“… ¿Hmm?”

“… ¿Erm?”

Había una tensión incómoda en el aire.

El burro tenía una cara llena de expectativas. Sin embargo, debía sentirse ansioso ya que Auguste no dijo nada.

Lilim pensó por un momento.

Auguste no dijo nada y siguió mirando hacia Eddie.