Haken no Kouki Altina (NL)

Volumen 7.5

Capitulo 1: La Noche Anterior

Parte 2

El Vino que Desapareció.

Altina se despertó en su cama temblando. “Brrr… Hace frío”

Ella realmente podía sentir en momentos como este que ya no estaba en la capital.

Las chimeneas estaban en todas partes en Le Brane durante el invierno, y hacía tanto calor como la primavera.

Tengo que acostumbrarme al frío lo más pronto posible. Se levantó de la cama con esos pensamientos en su mente.

Su piel se pinchó por el aire helado en el momento en que salió de su manta.

Su habitación tenía paredes moteadas y techos de madera que nunca antes habían sido espolvoreados. Para segregar la habitación del mundo exterior, solo se instaló una pequeña ventana para iluminar la habitación.

Era como una prisión.

– No, si ella estuviera encerrada dentro de la fuerte puerta, sería una prisión real.

Altina se levantó con una sensación de inquietud, corrió hacia la puerta y tiró de la manija.

La puerta se abrió lentamente con un crujido… “Ah, eso es genial”.

“No es nada bueno, aún no te has vestido, Su Alteza”.

Una mujer joven en traje de sirvienta estaba de pie en la puerta. Esta hermosa chica con cabello y ojos castaños era Clarisse.

Ella era una de las sirvientas que servían a Altina en la capital. Cuando Altina fue exiliada a la línea del frente en las fronteras, ella fue la única que se ofreció para seguir.

A pesar de eso, uno no podía saber si Clarisse estaba enamorada o era leal a Altina por su comportamiento habitual. Ella era una mujer insondable.

“Buenos días Clarisse”.

“Ya no es tan temprano”.

“Pero no es tan tarde ahora ¿verdad?”

“Te levantaste antes que la mayoría de la gente, ¿así que el momento está justo ¿cierto? Todos los soldados están arriba”.

“Ughh… lo sé”.

Ella regresó a la habitación con Clarisse. Y cerró la puerta.

Clarisse quitó el camisón de Altina.

Revelando el cuerpo desnudo de la princesa.

Ella no tenía la costumbre de usar ropa interior mientras dormía.

Después de todo, incluso la realeza no podía obtener materiales raros como tela de algodón suave y seda en esta época.

Clarisse limpió el cuerpo de Altina con agua y luego le puso un corsé.

Los corsés no solo eran diseñados para cubrir el pecho y la cintura, sino que también para esculpir el cuerpo.

“Pero, esto es demasiado apretado… ughh…”

“No se puede evitar, no se puede ver como un niño”. Clarisse tensó el corsé detrás de la espalda de Altina. Le dolió el estómago.

“Sí… me reiré si me veo como un niño, sigh…”

“No voy a reír”.

“¿De verdad?”

“Solo pensaré que está enferma”.

“…Que mala.”

El vestido que llevaba en el exterior estrechaba aún más la cintura de Altina. Después de ponerse su ropa, Altina se sentó frente al espejo.

Una chica con cabello bermellón y ojos carmesí se reflejaba en ella.

Esta era la cuarta Princesa del Imperio, Marie Quatre Argentina de Belgaria. Como resultado de una lucha de poder en los tribunales–

A pesar de ser una niña de catorce años, Altina fue nombrada comandante del Regimiento Fronterizo Beilschmidt.

Ella acababa de tomar su puesto en el Fuerte Sierck hace unos días. La primera línea está lejos de la capital.

Y ella era una aficionada sin experiencia en combate.

– Los soldados a mi alrededor deben estar más preocupados que yo por esto, pensó Altina.

“Es bueno que se lleve bien con las tropas… Pero sería genial si todos le reconocieran”.

“Aún no es el momento, no podemos apresurarnos”.

Clarisse bajó su cuerpo y cepilló cuidadosamente el pelo rojo brillante de Altina.

“¿Podría ser que no confíen en mí como comandante? Parece que me están tratando como a un invitado”.

“Es porque es muy hermosa, Su Alteza”.

“No es un cumplido si lo dices aquí”.

“La gente está celosa de usted en los tribunales y le trata como un florero en este fuerte… debe ser duro para usted”.

“Hmm… ¿¿Me pregunto qué debería hacer??”

“Estaría bien para Su Alteza. Todos le amarán. Porque es súper linda, Princesa… Tan linda, Su Alteza, muy linda.”

Clarisse acarició ligeramente las mejillas y el cuello de Altina mientras le cepillaba el pelo.

Tenía comezón.

“Hmmm… Espera, detente. No necesito cosas como el amor. ¡Quiero ser un verdadero comandante, entonces lo que necesito es confianza y lealtad!”

“Tuvo dificultades para vivir en la capital, pero el general en este fuerte es un veterano endurecido, y los soldados son de élite, Su Alteza”.

“Sí.”

“Es seguro si paso mi tiempo en silencio”.

“Lo sé muy bien, pero…”

Eso no es muy diferente de una cárcel– Altina se mordió los labios.

Para ganarse la confianza de las tropas, necesitaba dejar que el regimiento la viera. Y entonces, Altina comenzó a patrullar dentro del fuerte todos los días.

Llevaba la cantidad mínima de armadura en su vestido, y colgaba una espada larga en su cintura.

La espada que le otorgaron después de mucho drama cuando salió de la capital, Grand Tonnerre Quatre,

Era inconveniente de usar.

Esa espada fue hecha a medida según la altura del Emperador fundador, y tenía 26 Pa (192 cm) de largo.

En el estrecho pasillo del fuerte, a menudo arañaba la pared y golpeaba cosas y personas con su espada.

Para el propósito práctico, llevaba una espada larga normal en su cintura. Clarisse la siguió alegremente.

“¿Irá a dar un paseo, Su Alteza?”

“Es una patrulla. ¡Pa! ¡Trulla!”

“Bien. Tiempo para un paseo lala~~”

“Ehh… Creo que debería comenzar ganándome el respeto de Clarisse”.

“¿¡Qué quiere decir!? ¿¡Siempre he tenido el mayor respeto y lealtad hacia la

Princesa sabe!? ¡Ofreceré mi vida si me pide que lo haga, y puedo desnudarme aquí si lo desea!”

“¡No pediré eso!”

“Fufu… realmente le adoro, Su Alteza”.

Clarisse había sido su sirvienta personal durante más de seis años, aunque había estado diciendo cosas extrañas desde que Altina la conocía.

Las sirvientas normales se abstendrían de hablar y mantendrían la distancia para evitar ofender a su amante.

Sin embargo, Clarisse era más tranquila que otras doncellas en presencia de personas que no fueran Altina.

Se escucharon fuertes gritos en el momento en que salieron de la torre central. Los soldados estaban entrenando en el patio.

“¡Hah!”

“¡Hei!”

“¡Corten más rápido! ¡Son tan lentos que las libélulas pueden detenerse en la punta de sus armas!”

“¡¡Ah, hah!!”

Los soldados hicieron su entrenamiento y mantuvieron su equipo de forma espontánea, lo que demostró la disciplina del ejército.

La impresión que Altina tenía de la unidad de la guarnición en los tribunales era espontánea, pero así era como eran todas las unidades en primera línea.

Ella giró y siguió caminando.

Su ruta de patrulla seguía ese horario:

El espacio de vida de los oficiales en el este. La puerta norte y la plaza de desfile.

La zona de la base al oeste, que era el lugar más desordenado. Y finalmente, el almacén y los establos en el sur.

Cuando pasaron por la plaza en el sur, Clarisse señaló el almacén. “Su Alteza, hay una disputa allí”.

“¡Así parece! ¡Vamos a ver!” En frente del almacén.

Alrededor de una docena de hombres se miraban el uno al otro.

Si no fuera por la armadura que llevaban puesta, Altina los habría confundido con vándalos.

Un joven caballero estaba siendo gritado.

“¿¡¿Ahh!? ¿¡Señor Caballero, debe haber entendido algo mal!?”

“¿¡Qué, ustedes son los que lo robaron no!?”

“¿¡Hahh!? ¡Nadie haría eso! ¡Dónde está tu prueba, caballero Greenhorn!”

“¡Por qué tú! ¡Soy un orgulloso miembro de los Caballeros Negros! ¡No toleraré tu insulto!”

Iba a sacar su espada.

Altina cargó hacia allí y tomó una respiración profunda. “¡Detente!”

Ella rugió.

El lugar se calló al instante. Altina tosió secamente.

Y se sintió un poco nerviosa.

“Soldados del honorable ejército imperial gritándose unos a otros como perros rabiosos es vergonzoso. Si tienen algo que decir, háganmelo saber”.

Ella se sintió un poco feliz de actuar como parte de un comandante. Los soldados que parecían delincuentes fruncieron el ceño.

El caballero de armadura negra bajó la cabeza con cuidado.

“Esto… lo siento por la perturbación… Este es un asunto interno… No hay necesidad de molestar a Su Alteza, solo un pequeño problema”.

“No ‘Su Alteza’, debería ser comandante”.

“Eso es verdad… me equivoqué”.

“Dado que es un asunto interno, tendré que saberlo. Después de todo, soy responsable del Regimiento ahora”.

“S-sí…”

“¿Entonces qué pasó?”

Altina instó, y el caballero explicó ansiosamente. Él tenía un libro de cuentas en su mano.

“Soy Aubert de los Caballeros Negros, y tengo la tarea de administrar este almacén”.

Luego mostró el libro de cuentas hecho con paquetes de documentos en su mano, que indicaban el momento en que se recibió algo y el saldo de inventario.

Por cierto, los papeles fueron producidos por fábricas de papel con madera, que se popularizó hace cincuenta años. Tiene un uso generalizado entre la población ahora, pero era un artículo de alta calidad comparable a la seda en el pasado.

Altina inclinó la cabeza.

“¿Un caballero manejando el almacén?”

“Erm… Sí. El gerente del almacén no está aquí, entonces…”

Aubert parecía preocupado, y estaba claro que no había asumido la tarea por su propia cuenta.

Era un joven caballero, por lo que sus mayores probablemente lo forzaron. El problema era con el libro de cuentas.

“El vino de alta calidad enumerado aquí se ha acabado”.

“¿Ya se acabó todo?”

“Falta una caja entera de vino de uva para el uso exclusivo de los oficiales”.

“¿¡Toda la caja!?”

“Es demasiado pesada para que una persona la mueva, y es demasiado para que alguien lo tome. ¡Esto es obviamente malversación!”

Altina abrió mucho los ojos. Robo. Malversación.

¡Ambos eran crímenes serios en el ejército! Un hombre alto en el otro lado gritó:

“¡¡Oye, no sigas disparando desde tu boca!!”

El delincuente que actuaba como un líder de escuadrón estaba parado frente a los cinco hombres armados.

“¡Princesa, no crea lo que dijo ese caballero!”

“Voy a escuchar lo que tienes que decir. Además, yo soy el comandante…”

“Soy el centinela del almacén, solo llámeme Deffand. ¡Este almacén está vigilado por turnos en todo momento por cinco hombres, es imposible para los ladrones entrar! ¡Oye, debes ser tú el que ha contado mal, idiota caballero!”

El comandante de guardia Deffand resopló.

Aubert mostró una expresión de enojo con su libro de cuentas en la mano.

“¡Eso es imposible! ¿No es el comandante de guardia el más sospechoso? ¡Todos ustedes son los únicos que tienen las llaves!”

“¡Maldición! ¡¡Nosotros somos los que serán castigados si las cosas se pierden en el almacén!! ¡Es imposible para nosotros robar!”

Los guardias detrás de Deffand coincidieron: “¡Eso es! ¡Así es!”

Ya veo. 

Si ella cree lo que dice Aubert sobre el libro de cuentas, entonces es responsabilidad de Deffand y sus guardias.

Si Deffand y los demás eran inocentes, entonces era culpa de Aubert, el gerente temporal del libro de cuentas.

Todavía estaban discutiendo–

En este momento, un hombre que estaba sentado al lado irrumpió.

Venía de un grupo de tres sin armadura, solo vino aquí para ayudar a cargar la carga. El hombre Indri era su representante.

“Erm… ¿Podemos volver ahora?” Había una persona más.

Un comerciante de mediana edad llamado Trepreneur que frecuenta el Fuerte Sierck por negocios.

Hoy trajo productos tejidos de la capital, como cortinas, manteles y ropa.

“Erm, sería preocupante para nosotros también. Todavía tengo que hacer otra operación, y ya es hora de que me vaya”.

“… Voy a escuchar lo que todos tienen que decir, está bien…”

***

Estas fueron las cosas que sucedieron esta mañana:

El comerciante Trepreneur trajo los productos tejidos.

Fue contratado para transportar los bienes, y vino con el grupo de Indri para llevar la carga.

El Caballero Aubert tenía sus manos en el libro de cuentas en todo momento.

El comandante de guardia Deffand y cuatro de sus hombres vigilaban el almacén. Deffand mantuvo la llave del almacén.

Cuando Trepreneur llevó sus productos al almacén, se descubrió que faltaba una caja de vino de alta graduación que se almacenaba hace medio mes.

¡Malversación!

Y así, el grupo comenzó a discutir.

Mientras lo hacían, llegaron Altina y Clarisse. “… ¿Eso es todo?”

“Sí, le juro que es la verdad Su Alteza” El caballero de cuentas Aubert dijo.

“Mis hombres y yo no entramos al almacén, Princesa”, dijo el comandante de la guardia Deffand.

“Princesa, no estamos involucrados, ¿verdad?” Indri, quien estaba ayudando, participó.

“Erm, tengo que ir a mi próximo negocio”… dijo el comerciante Trepreneur. Altina frunció el ceño.

No me puedo deshacer de esta cosa de princesa– Ella decidió seguir con el asunto la próxima vez.

¡Mal! ¡El vino perdido es el verdadero problema aquí!

 Silencio. Pensando.

“Ya veo… no lo entiendo en absoluto”. Se dio por vencida.

Clarisse suspiró suavemente.

Pero ella no dijo nada, Clarisse solo podía mantenerse callada como una sirvienta normal en este momento, ya que había otras personas alrededor.

Se acercó a Altina en silencio.

Aunque Clarisse no dijo nada, Altina sabía lo que quería decir.

Altina podía empuñar una espada más alta que ella, pero no era buena para pensar.

Pero el poder de muñeca era inútil en este momento.

“¡E-esto no significa que soy estúpida! Nadie aquí sabe la respuesta, por lo que esta pregunta debe ser muy difícil”.

Ella decidió.

Delegar tareas a subordinados razonablemente era el deber del comandante, ¡así que tenía que confiar en alguien más inteligente que ella para resolver el problema! ¡Probablemente!

Altina empujó a la sirvienta junto a ella. “Clarisse, ¿sabes la respuesta?”

“No.”

“¿Nada en absoluto? ¿Notaste algo?

“Hay una manera simple de resolver el problema”.

Los hombres gritaron “¡De verdad, cuento contigo!”

“¡Oh, resolvamos esto rápidamente!”

“¡Tenemos otro trabajo que hacer, eso es de gran ayuda!”

“Ah…¿Puedo ir a mi siguiente contrato ahora?”

Clarisse era inexpresiva.

Ella levantó su dedo hacia su garganta y lo movió de lado a lado. Y en un tono tranquilo,

“… Simplemente ejecuta a todos ellos, Su Alteza”. Estos tontos se habían olvidado.

En esta era donde la autoridad recae en los señores, además de los procedimientos penales de acuerdo con la ley, los aristócratas podrían emitir la pena capital en su territorio.

Pero la mayoría de los señores evitan actuar de una manera tan diabólica para que sus vasallos y su familia no los acusen de ser inhumanos.

La chica de cabello bermellón podría tener catorce años, pero ella era una realeza y comandante del Regimiento Fronterizo. ¿Quién se atrevería a decir que no ejecutaría a nadie? Nadie podría garantizar eso.

La cara del grupo se puso verde.

Altina se inclinó sobre sus hombros y suspiró. Luego agitó sus manos.

“No haré eso. ¿No sería castigo también a los inocentes si hago eso?”

“Sí… perdóneme”.

La chica de cabello castaño se inclinó profundamente.

Ella mostró una sonrisa feliz momentáneamente en su rostro escondido detrás de su flequillo. “No importa qué, no puedo ejecutar a personas inocentes” – reprendió Altina.

“Phew–” Los hombres suspiraron de alivio.

Altina se cruzó de brazos.

El sonido de la fricción vino desde la armadura de su pecho. Ella no podía pensar en un buen plan.

“Uf… De todos modos, revisemos el almacén. Como la caja fue robada, puede haber un agujero o algo así”.