Watashi, Nouryoku Wa Heikinchi De Tte Itta Yo Ne! (NL)

Volumen 8

Capitulo 64: Una Vez Más En La Capital

Parte 2

“Oh, Pacto Carmesí ha regresado, ¿verdad? Deben haberse dado cuenta de que nuestro reino es el lugar más cómodo para vivir, después de todo.”

“Regresaron mucho antes de lo que pensé que lo harían. Después de todo, hay muchas barreras para un grupo de cuatro chicas que se ganan la vida en una tierra desconocida. Sin ningún hombre en el grupo, deben enfrentar una serie de dificultades…”

Su Majestad el rey estaba encantado al pensar que Pacto Carmesí habría considerado su reino como el más fácil para vivir, un hecho que expresó al Conde Christopher, maestro de la espada, el antiguo cazador ahora noble, cazador que había emprendido un largo viaje de entrenamiento en su juventud.

“Aun así, estoy agradecido de que hayan vuelto a casa a salvo sin quedar atrapadas en algún otro país o enredadas con algún hombre extraño. Eso debería enfriar un poco sus cabezas, lo que les dará tiempo para formar todo tipo de vínculos aquí en este país—y tal vez incluso encontrar algunos cónyuges dignos…”

Al ver al rey y al Conde Christopher sonriendo, el maestro del Gremio, que había venido a dar su informe, también se relajó. Si podían seguir reforzando la idea de expandir y mejorar el estado de la Hunters Prep, significaría un futuro brillante no solo para el Gremio de Cazadores sino para todos los cazadores.

Además, gracias a la influencia del Pacto Carmesí, el número de aspirantes a cazadoras había incrementado, lo que significa que el número de jóvenes cazadoras prometedoras que renunciaban a la profesión debido a la petición de sus cónyuges disminuiría en consecuencia.

Si dos cazadores se casan entre sí, es probable que continúen trabajando como cazadores después de contraer matrimonio, con muchos menos compañeros molestando a sus cónyuges para encontrar un trabajo más seguro más cerca de casa.

“Bwahaha…”

“¡Ahaha!” “¡Wahahahahahahaha!”

La sala se llenó de carcajadas. Cada uno de los tres hombres en las oficinas privadas del rey estaba imaginando la posibilidad de que el futuro que habían imaginado solo en sus sueños algún día se haría realidad.

***

“Entonces, les parece bien que nos quedemos aquí una semana, ¿verdad?”

“Sí.”

“Yipi.”

“Diez-cuatro.”

Efectivamente, las chicas ya habían completado más o menos todo lo que deseaban hacer en la ciudad. Realmente, el hecho de que se hubieran detenido aquí después de partir en su viaje hacia el Oeste fue pura coincidencia, como resultado de su inesperado regreso al vecino Reino de Brandel no tenían intención de volver al Oeste. Ahora, viajarían al Este.

Cuando Reina propuso este plan al grupo, Mile lo aprobó entusiastamente, por lo que se decidió en ese momento. En ese momento, Mile también había dicho: “Es un viaje planeado hacia el Este… ¡A Touhou Proyect!” pero, como siempre, ella era la única que estaba entusiasmada con esto.

“A partir de mañana, nos quedaremos en la capital durante seis días. Encontraremos una caravana de mercaderes que necesite un escolta y saldremos en la mañana del séptimo día. Si no hay trabajos que coincidan con lo que necesitamos ese día, podríamos viajar un par de días antes o después. ¿Les parece bien?” Preguntó Reina.

“¡Sin objeciones!” Asintieron las demás.

Dado que ninguna de las chicas tenía ningún vínculo especial con esta ciudad, podían entrar y salir con la misma facilidad. Como realmente no les importaba de una forma u otra, no tenían ninguna razón para objetar el plan de Reina.

“Muy bien, desde mañana hasta el día en que partamos,

¡Pacto Carmesí está oficialmente en descanso! Todas vayan y hagan lo que necesiten hacer—y tómelo con calma, ¿de acuerdo?”

En ese momento, las cuatro chicas se fueron a la cama, en su vieja posada familiar.

***

Al principio, una semana sin nada que hacer parecía una eternidad, pero en realidad pasó en un abrir y cerrar de ojos.

Desafortunadamente, Pauline no tuvo tiempo suficiente para viajar y visitar a su madre y hermano. Incluso en carruaje, el viaje de ida y vuelta tomaría ocho días, y su estadía no coincidía con los días en que partirían los carruajes de pasajeros, lo que significa que no había manera de que pudiera esperar volver dentro del tiempo asignado.

Mavis estaba en el mismo bote, e incluso si viajara sola a casa, su familia probablemente trataría de obligarla a otra situación matrimonial arreglada—o encontraría alguna otra forma de evitar que volviese a la capital.

Y, por supuesto, Reina, que había perdido tanto a su familia como a sus antiguos compañeros—y no tenía idea de dónde eran sus padres—no tenía un hogar al que regresar ni familiares, amigos o familiares lejanos con quienes reunirse.

Como resultado, las tres pasaron sus días merodeando por la posada y reuniéndose con los pocos conocidos que tenían en la ciudad—principalmente los mercaderes con los que se habían hecho amigos y sus compañeros de clase de la Hunters’ Prep que aún se encontraban en la capital.

También pasaron un tiempo en el Gremio, pidiendo a los cazadores mayores su consejo y relajándose. Mavis y Pauline también pasaron algunas de sus noches escribiendo cartas a sus familias.

Por supuesto, hubo momentos en que todo el grupo salió junto. Pasar algún tiempo a solas no significaba que, debían pasar toda la semana separadas.

La caza no era un oficio que requiriera hacerlo todos los días. Los trabajos que requieran mucho esfuerzo podrían dejarlos de lado, y las enfermedades y lesiones siempre estaban en consideración.

Intentar trabajar cuando no se esté en las óptimas condiciones era un movimiento tonto que ponía en riesgo no solo su propia vida sino también la vida de todos los miembros del grupo. Por lo tanto, era normal tomar descansos entre trabajos e incluso algunas vacaciones prolongadas de vez en cuando.

De hecho, para un grupo que acababa de regresar de un viaje tan largo como el de las chicas, un descanso de una semana probablemente era muy corto. Pacto Carmesí ya hizo mucho más trabajo del que necesitaban en primer lugar, considerando cuánto dinero han ganado en otras partes.

…Y luego, estaba Mile.

“¡Tiempo sin verte!”

“¡Oh, Señorita Satodele ha vuelto de su viaje! Apreciamos mucho su continuo envío de manuscritos mientras estuvo en su viaje de investigación. ¡Sus libros se venden como pan caliente!”

“Oh por favor, no creo que sea así…”

Mile se encontraba en la oficina de Orpheus Publishing, la empresa que tenía el monopolio de las novelas cómicas escritas por la popular autora Miami Satodele. El hombre con quien estaba hablando era Melsacus, el astuto dueño de la compañía, un joven que apenas tenía poco más de treinta años.

“¿Se instalará en la capital y se centrará en su escritura ahora?” Preguntó Melsacus.

“No, estaré aquí por seis días. Luego continuaré con mi viaje.”

“¡¿Qué?!” Gritó sin pensar, pero pronto se calmó de nuevo. Hace mucho tiempo se había acostumbrado a las excentricidades de la autora—su redacción, escritura de artículos, diarios de viaje y paseos a caballo…

“Entonces, ¿dónde están mis manuscritos?”

“Están en el puesto del Gremio, como siempre.”

“¿Y qué hay de mis derechos de autor?”

“El porcentaje estándar. Todas sus ganancias hasta ahora han sido depositadas en su cuenta en el Gremio de Mercaderes— me he asegurado de ello.”

“¡Jojojo! Ustedes, los compis de Orpheus, son todos unos pillos…”

“¡Al igual que usted, Señorita Satodele!”

“¡Bwahahahahaha!” Ambos se echaron a reír.

Para Mile, o más bien, para la Señorita Satodele, Melsacus, con quien siempre podía contar para apreciar su ‘Mejora de cuentos de hadas’, era un activo valioso… Después de todo, había leído cada uno de sus trabajos, e incluso habían planeado algunos juntos.

Mile estaba muy feliz de finalmente encontrar a alguien que en verdad la entendiera.

***

Después de ir a su restaurante favorito, Mile se dirigió al orfanato y a las chozas donde residían los huérfanos de los barrios bajos, donde entregó los alimentos que había traído como recuerdos. Luego, cubriéndose con magia ligera, Mile se coló en la academia.

La Academia August, claro está.

Así como la capital del país natal de Mile, Brandel, tenía dos academias, Ardleigh y Eckland, la capital real de Tils también tenía dos academias, de las cuales August era una. Y, al igual que Eckland, el alma mater de Mile (o más bien, de Adele), en August asentían nobles de menor rango que no estaban en línea para la herencia y por plebeyos. En otras palabras, era la escuela de rango inferior.

Esta academia de internado era la escuela a la que asistía Mariette, la chica a la que había instruido una vez en un receso anterior. Preocupada por cómo estaría Mariette ahora, pensó que podría entrar al menos una vez para ver cómo se encontraba.

“Espero que le esté yendo bien a Mariette-san…”

Unas horas más tarde, Mile salió de la academia, todavía invisible y totalmente decepcionada.

“No debí haber ido…”

En este mundo y en cualquier otro, no era recomendable exagerar las cosas.

Esto era algo de lo que Mile se había dado cuenta.

***

“Entonces, ¿qué hacen las chicas?”

“Bueno, parece que se están tomando un descanso después de su viaje. Se han detenido en el Gremio para revisar el mural de información, pero no aceptan trabajos. En cambio, se han estado reuniendo con viejos amigos, yendo a la biblioteca y haciendo otras salidas, así como merodear por la posada y holgazaneando.”

“Bueno, supongo que todos deben tomarse un tiempo para

eso, de vez en cuando.”

En las oficinas privadas del rey, su majestad y el Conde Christopher mantenían una conversación agradable.

“Entonces, ¿qué hay de la búsqueda de un pretendiente

para la Señorita Mavis?”

“Bueno, actualmente estamos considerando los hijos de los Condes, así como los hijos segundo y tercero de varias líneas de Marqués. Si encontramos a alguien bueno y con carácter, planeamos presentarlo a la Señorita Mavis directamente.”

“Muy bien. No podemos forzarlo sobre ella—tenemos que dejar que se presenten el uno al otro naturalmente. Ese tipo de personas valoran cosas como el destino y el romance, y desprecian ser forzados a cualquier cosa, después de todo.”

“Como usted desee.”

Pero, el dúo estaba tratando de decidir sobre un compañero para Mavis, ¡las propias opiniones de la chica estaban condenadas!

“¡Lo tengo! ¿Por qué no invitamos a las chicas al palacio? Podemos inventar alguna razón para que los candidatos al matrimonio también estén presentes, y podemos hacer que todos se mezclen. Si al menos se conocen las caras, entonces la próxima vez, cuando ‘tengan la oportunidad’ de conocerse, pueden decir, ‘Ah, eres el del palacio…’ y tener un lugar para comenzar su conversación. Además, me encantaría conocerla yo misma. Si tienen la oportunidad de encontrarse cara a cara con el gobernante, ¿eso no elevaría el amor por el propio país más allá del interés de otro?”

“Ya veo… Como las chicas estuvieron involucradas anteriormente en ayudar a desenmascarar las acciones criminales de cierto Señor Feudal, no sería tan peculiar usar eso como una excusa para invitarlas. Ciertamente me gustaría estar presente para eso también.”

“Si. Después de todo, eres su mejor modelo a seguir como cazador—el valiente Conde Christopher, leyenda viviente—el cazador que se convirtió en noble. Creo que su asistencia debería tener el efecto esperado. ¡Eso es! Haré que mis hijos asistan también. Hay dos chicas de unos doce o trece años entre Pacto Carmesí, ¿verdad? El príncipe y la princesa tienen una edad cercana, y si todos se acercaran, ¡Eso aumentaría su lealtad y afinidad por la familia real por siete—sin duda alguna!”

“¡Oh, es una idea espléndida! ¡Iré a buscar candidatos y

enviaremos invitaciones a las chicas dentro de unos días!”

Y así, el rey y el Conde comenzaron alegremente sus planes.

Es cierto, que los días previos a un viaje—cuando se pasa todo el tiempo inventando trucos diferentes, la planificación de esta y aquella eran eventuales, puede ser una de las más agradables. Por lo tanto, la pareja estaba pasando el mejor momento de sus vidas.

Independientemente  de  cómo  se  desarrolle  el  día  del evento…

***

“¿Qué? ¿Ya se van?”

Los ojos de Lenny se abrieron de par en par ante la noticia repentina de la partida del Pacto Carmesí, solo una corta semana después de su regreso. Aun así, había sido hija de posaderos desde el día en que nació. No importa cuánto se encariñe de algunos de sus huéspedes, estaba acostumbrada a decir adiós.

“Ya-ya-ya-ya veo,” tartamudeó. “Bueno, ya que cavaste ese pozo para nosotros, podemos obtener el agua para los baños, y estoy segura de que podrán volver y nos veremos pronto…”

Aun así, acostumbrada a despedirse y que lo acepte son dos asuntos separados.

La última vez, estaba preparada para el hecho de que el Pacto Carmesí podría irse, por lo que pudo poner una cara valiente frente a ellas. Esta vez, sin embargo, había sido una sorpresa, pensando que podrían pasar más tiempo juntas ahora que las chicas finalmente habían regresado. Por más que ella haya sido una persona sensata, Lenny seguía siendo una niña de diez—o, mejor dicho, de once—años.

“Bueno, por supuesto. Tils es donde nacieron Mavis y Pauline, y donde viven sus dos familias, y todavía nos quedan más de cuatro años en nuestro período mínimo de servicio con el reino. Es posible que dejemos el país de vez en cuando, pero creo que esta será nuestra base de operaciones al final… De todos modos, nunca cambiaremos nuestros registros al Gremio de otro país. No pienses como si nos fuéramos para otro viaje tan pronto como regresáramos—considéralo como una escala, y que nada más pasamos a saludar en medio de nuestro viaje original. Si terminamos nuestro viaje de superación personal y regresamos corriendo a casa tan rápido, seríamos el hazmerreír del Gremio, después de todo…”

Por supuesto, todo lo que tenían que hacer, si querían estar exentas de sus obligaciones, sería pagar todo el dinero que se había destinado a su educación.

Pero a pesar de que ahora estaban en condiciones de devolver ese dinero fácilmente, aún tenían la intención de cumplir con sus obligaciones debidamente—excepto, tal vez, si surgía una situación que les obligara a escapar de inmediato. Intentar devolver el honor y la amabilidad con dinero estaba en contra de sus políticas.

Además, había una entre ellas que se mantuvo firme en su insistencia: “En cualquier caso, no tenemos planes de trasladarnos a otro país dentro de los próximos cinco años, ni ninguna razón para hacerlo. Es un gasto inútil y una pérdida de dinero. ¡¡¡Lo prohíbo!!!”

Incluso si intentaran pagar sus obligaciones, la gente sospecharía que era porque tenían la intención de abandonar el país, y como resultado las cosas se volverían molestas. Para evitar tal resultado, la elección óptima era simplemente mantener el status quo.

Al escuchar la explicación de Mile, Lenny se sintió un poco aliviada. Normalmente, cuando un grupo de cazadores decía que iban a emprender un viaje así, generalmente regresaban en medio año como mínimo, y algunos de ellos tardaban unos años o más.

Por supuesto, había muchos entre los que nunca volvían. Tal vez todavía estaban en sus viajes, o habían encontrado un nuevo lugar para llamar hogar en el camino y se establecieron allí, o de lo contrario…

No, no había nada extraño en que un cazador se encontrara con un cónyuge y deseara establecerse en el lugar donde vivía esa persona.

Eso es lo que les sucedía a todos los que desaparecían, seguramente. Había muchas otras razones por las que no volverían también, como si se hubieran ganado alguna buena reputación y se le otorgó un título, o salvó una aldea y ganó la mano de la hija del anciano en matrimonio, o algo así.