Wortenia Senki (NL)

Volumen 11

Capítulo 5: Descarga Espontánea

Parte 2

El silencio reinó sobre la plaza del pueblo durante un largo y angustioso momento. Todos contuvieron la respiración mientras observaban cómo se desarrollaba esta tragedia. Solo una persona observó y vio que se desarrollaba un tipo diferente de escena.

Ira, impaciencia, resignación y desesperación… Todas esas emociones se mezclan. Solo mira la expresión de su rostro.

Los caballeros se pararon en medio de la atmósfera dominante, ocultando sus emociones dentro de sus cascos. Pero un hombre entre ellos estaba reprimiendo desesperadamente la risa.

Su nombre era Elliot Chamberlain. Tenía la piel clara y el pelo castaño rojizo. Era un hombre delgado, bien tonificado que medía 167 centímetros de alto.

A juzgar por cómo se movía libremente a pesar de la armadura de metal pesado que llevaba, estaba bastante bien entrenado.

Su apariencia era bastante típica dentro de Rhoadseria, y si uno fuera a mirar alrededor de la capital o algunas de las ciudades más grandes, uno podría encontrar un montón de hombres con rasgos físicos similares. Pero su verdadero valor no estaba en su apariencia.

Era un hombre británico que se había mudado a América, haciendo de la ciudad de Nueva York su hogar. Habiendo nacido y crecido en un mundo que cantaba las alabanzas de la libertad y la igualdad, tenía el intelecto cultivado de un hombre moderno educado. Si él fuera a aplicar y enseñar ese conocimiento en este mundo, sin duda se convertiría un poco menos en un infierno.

Pero ahora mismo, él observaba algo que era completamente opuesto a la libertad y la igualdad. Y estaba saboreando su visión. Oh, mierda. no te rías. ¡Aguanta!

Chamberlain soportó dolorosamente la risa rodante que se levantaba de su pecho. Dejarlo salir ahora arruinaría por completo todo lo que había planeado hasta ahora. Pero tan firme como era su voluntad, no podía dejar de temblar.

Cada vez que contenía la risa, la armadura de metal de Chamberlain tintineaba y tintineaba. Uno de sus compañeros caballeros se dio cuenta de esto y le lanzó a Chamberlain una mirada burlona. De todos los caballeros que estaban detrás del magistrado, solo él había comenzado a temblar de repente.

Chamberlain miró al caballero y asintió brevemente. Ya que el caballero no podía ver la expresión de Chamberlain a través de su casco, asumió que Chamberlain estaba temblando de indignación reprimida. Agitó la cabeza, como diciéndole que se refrenara, y luego volvió la mirada hacia adelante.

Chamberlain se burló bajo su casco. Pff. Imbécil.

Por supuesto, ningún hombre sensato obtendría placer de una vista tan trágica. Ni siquiera un caballero, un miembro de la clase dominante, disfrutaría de esto, especialmente porque algunos de los caballeros que servían al magistrado eran originalmente plebeyos.

Muchos de los caballeros presentes vacilaban entre su sentido del deber y la justicia. Sin embargo, ninguno de ellos se movió para detenerlo. Se les había ordenado estrictamente que llevaran esta misión hasta el final.

Chamberlain no vaciló, sin embargo. Para él, la gente de este mundo eran meros juguetes sin voluntad propia. Miraba desde lejos mientras golpeaban y luchaban, como un niño arrancando alegremente las alas de una mariposa. No podía ocultar su verdadera naturaleza, incluso con sus compañeros caballeros observándolo sospechosamente.

El magistrado estaba obligando al plebeyo a someterse mediante la violencia. La malicia ardía en el corazón de ambos. Al sentir el odio ilimitado que corría entre ellos, Chamberlain sintió que se le endurecía la entrepierna.

Las cosas están saliendo de la manera correcta. No pasará mucho tiempo hasta que el plan de Sudou dé sus frutos.

La Organización había ordenado a Chamberlain y sus camaradas que manipularan los asuntos dentro de Rhoadseria, y Chamberlain podía sentir vívidamente los resultados de sus esfuerzos dando frutos.

Como resultado de la guerra civil, Gelhart había sido degradado oficialmente al rango de vizconde.

El noble rango de uno era importante. Esta degradación fue una gran pérdida para Gelhart, sin duda, y sin duda había empañado su honor. Inmediatamente después de la guerra civil, muchos de los nobles habían mantenido su distancia de él. Sin embargo, muchos de los miembros de la facción de los nobles aún lo trataban como a un duque.

Hicieron esto a pesar del hecho de que había sido relevado de sus tierras y enviado a los territorios sumergidos del sur, que habían asestado un doloroso golpe a su destreza económica.

Mirándolo ahora, todo parecía una mala broma. La escoria de la tierra, al igual que este terrible magistrado temporal, fueron atraídos al lado del vizconde por el encanto de la ganancia personal. Y Elliot Chamberlain había permitido este curso de eventos.

Sudou siempre da los trabajos más divertidos. Eso es lo que llaman mezclar negocios con placer. Si solo Sudou estuviera aquí para disfrutar de esto conmigo.

Chamberlain estaba muy agradecido con Sudou, que ahora se encontraba lejos en la capital de O’ltormea. El único pesar de Chamberlain fue no poder mostrarle a su respetado superior esta vista cómica.

Pero con todo el lío que está ocurriendo en O’ltormea, él tiene que estar allí. Sin embargo, estoy seguro de que volveré a trabajar con él. Tendré que disfrutar hoy por los dos.

La visión de la gente de este mundo odiándose y matándose unos a otros fue la mayor fuente de disfrute de Chamberlain.

Matar. Desgarrarse unos a otros. Sufrir y afligirse y odiarse unos a otros. ¡Mueran, perezcan, pudranse, marchitense… todos ustedes! El suyo era un odio delirante, del tipo que nace de una pérdida tan cruel que destroza a un hombre.

Hace siete años, Chamberlain vivía en Nueva York, observando con atención y ansiedad los precios de las acciones en Wall Street. Pero un giro del destino lo convocó a este mundo, junto a su querida amante Vanessa.

Antes de su convocatoria, Chamberlain había sido un exitoso hombre de negocios con una hermosa mujer a su lado. Había tonificado su físico en el gimnasio, y había obtenido su maestría de Harvard. Tenía talento y éxito. Su victoria en el juego de la vida estaba casi garantizada. Tenía una imagen perfecta de la vida como el protagonista de un libro.

Si las cosas hubieran ido como lo hicieron en las historias, su invocación a otro mundo junto a su amada novia habría sido un cuento heroico. Las mujeres hermosas habrían tratado, en vano, de interponerse entre él y su hermosa amante. Habría sido una historia perfecta interpretada por el protagonista perfecto, aunque un poco trillado.

Pero el mundo real no seguía tales convenciones trilladas. Chamberlain no había sido convocado a este mundo para despachar algún tipo de gran mal. Su único uso era como un peón de guerra. Esta no era la historia de un héroe, y definitivamente no era el protagonista.

Vanessa había trabajado como modelo y tenía la apariencia adecuada. Debido a su buen aspecto y peculiar color de pelo, fue relegada a ser el juguete de los nobles. Peor aún, esos nobles tenían sensibilidades deformadas; disfrutaban al escuchar los agonizantes gritos de los demás.

El hecho de que Vanessa fuera una liberal que había participado activamente en movimientos de derechos humanos sólo empeoró las cosas mucho más. Para esos nobles sádicos, era una presa que luchaba deliciosamente. Sin embargo, Vanessa fue educada y

refinada, y cuanto más abusaban de ella los nobles, más insistía en sus derechos humanos. Desafortunadamente, eso solo los estimuló a intentar quebrarla.

Querían hacerla gritar y llorar mucho más fuerte, lo que los deleitaba aún más. La presa que resistió era mucho más fácil de cazar que un juguete obediente.

Vanessa había pasado sus días siendo golpeada, pateada y violada. Los nobles habían continuado su interminable crueldad, y el corazón de Vanessa finalmente se había roto. La luz de la voluntad se había desvanecido de sus ojos. Había sido reducida a una muñeca babeante e insensible.

Sólo entonces, cuando se había convertido en un juguete roto, los nobles la habían desechado y devuelto a Chamberlain, como para decir que habían terminado con ella. Lo habían hecho sin siquiera una pizca de vacilación o arrepentimiento.

Para ellos, simplemente estaban desechando la basura cruda.

Realizar una invocación de otro mundo requería una gran cantidad de recursos, y los nobles ricos como ellos no tenían que usar a invocados de otro mundo.

Si querían tratar a la gente como objetos, podían haber tomado a cualquier persona que quisieran. Aún así, la habían elegido. Pero incluso un juguete caro era inútil después de que se había roto. Así fue como la habían desechado tan fácilmente.

Tan pronto como Chamberlain había sido convocado, le habían colocado un sello de esclavitud. No había tenido más remedio que obedecer sus órdenes.

Se había visto obligado a ver cómo se desarrollaba esa terrible visión. Y los nobles se habían deleitado en verlo sufrir, forzándolo a ver a su amada romperse más allá del punto de retorno.

Su amante había gritado y rogado por ayuda, y sólo podía mirar. No tomaría mucho imaginar cómo se habría sentido. Cualquier hombre, sin importar lo bondadoso y honrado que pudiera haber sido, se habría hundido bajo el peso de la locura.

Después de haber retorcido el cuello a su amada, para evitarle más sufrimiento, este hombre de negocios que alguna vez fue rico se derrumbó. De su cáscara nació un demonio sádico y odioso que maldecía a todos y a todo en este mundo.

Algún día, mataría a esos nobles y asesinaría a sus familias. Esa era la única razón de ser de Chamberlain. Y con esta razón de ser, había sobrevivido a incontables batallas infernales. Había perfeccionado su cuerpo, dominado la taumaturgia y buscado un mayor poder.

Pero el sello de la esclavitud lo privó de ese sueño. Al menos, lo tuvo hasta el día en que la Organización lo salvó.

Sí. Más. ¡Más! ¡Pisoteense unos a otros! ¡Enfócate, odia, deja que esos rencores crezcan y fermenten hasta que su propio peso te aplaste!

Hasta ahora, los plebeyos habían soportado los terribles impuestos de los nobles. Los nobles tenían taumaturgia de su lado y podían ejercer su violencia. Pero incluso eso tenía sus límites. Al igual que los materiales de construcción tenían un límite a su durabilidad, cualquier cosa podía romperse si se le aplicaba suficiente presión.

Si realmente quería reformar el país, debería haber cortado por completo la facción de los nobles tan pronto como se estableció la guerra civil, Su Muy Exaltada Majestad.

Chamberlain se burló. Para él, Lupis Rhoadserians no era más que una chica idealista e ignorante. Había recibido la educación más alta que este mundo tenía para ofrecer, y ardía de idealismo y amaba a la gente. Su reinado debería haber producido el mejor régimen en este mundo. Pero su falta de determinación e ingenuidad arruinó todo lo que pudo haber construido.

Cuando la reina Lupis optó por no purgar al vizconde Gelhart y en su lugar lo dejó irse con sólo una multa y una reubicación de territorio, dio a los nobles la impresión de que incluso si se rebelaban, no serían asesinados. Debido a eso, se burlaron de las políticas que intentó promover, lo que habría mejorado la vida de los plebeyos aún más.

Los nobles que se aferraban al Reino de Rhoadseria como un tumor creían que Lupis Rhoadserians era una mujer ingenua y débil.

Eso no quiere decir que incitar al terror sea la mejor manera de reinar sobre un país. El terror sólo siembra semillas de duda y rebelión.

Pero ser temido era preferible a ser despreciado. Un gobernante debe tener una actitud moderada y la decisión de derramar sangre cuando sea necesario. Para ganar algo, uno debe hacer sacrificios. Aquí fue donde la Reina Lupis había fracasado, y el resultado estaba en plena exhibición ahora.

Reina Lupis. Tus respuestas indecisas y a medias hicieron que fuera mucho más fácil provocar a los nobles.

La mayoría de los nobles estaban obsesionados con sus ideas de elitismo.

Durante muchos años, el ex duque Gelhart había mantenido al país bajo su control y la idea de lealtad a la familia real se estaba volviendo obsoleta.

En términos modernos, era como si el director interino de una empresa, que hasta ese momento había dirigido la empresa de facto, hubiera perdido todo su poder de gestión ante el hijo joven e inexperto del viejo presidente.