Watashi, Nouryoku Wa Heikinchi De Tte Itta Yo Ne! (NL)

Volumen 7

Capitulo 60: ¡La Chica con Siete Rostros! 

Parte 5

 

 

Después de todo, si fueran realmente fuertes, al menos se habrían convertido en cazadores, y no en bandidos. La barrera para ingresar al Gremio de Cazadores era increíblemente baja.

Y así, la batalla—o, mejor dicho, la masacre unilateral—terminó en un abrir y cerrar de ojos. Todo lo que se necesitó, fueron algunos golpes de Mile y de la espada de Mavis para derribar a los hombres. Después de los golpes iniciales, el trabajo de Reina y Pauline estaba hecho. Por lo que, todo lo que tenían que hacer era sentarse y mirar.

Publicidad G-AR



Por supuesto, Reina aún tenía un hechizo de ataque, y Pauline un hechizo de curación, por si acaso. El hechizo de curación era para los bandidos, en caso de que Mile o Mavis ‘accidentalmente, sin querer’ exageraran.

Y, sin embargo, la confrontación había terminado y los bandidos fueron detenidos con éxito sin la oportunidad de que Pauline usara su magia curativa.

Esta vez, Mile no los ató con un hilo de pescar sino con una cuerda normal. Eran muchos, y tuvo la sensación de que podrían resistirse al verse obligados a caminar, por lo que le preocupaba que, si luchaban con el hilo de pesca, sus dedos o incluso sus cabezas podrían explotar de inmediato.

Caerían como fruta madura. ¡Eso es tan genial

Mile era realmente una niña de muchas preocupaciones.

Publicidad M-M3

Pronto comenzaría a oscurecer, pero ya no podían acampar. Aun así, no había manera de que pudieran regresar a Zarbef esta noche, especialmente dado el asunto de los hombres sepultados en el camino. Naturalmente, Mile no tenía intención de hacerles pasar la noche así.

No le importaba si terminaban un poco perturbados por la experiencia, pero dejaría un mal sabor de boca si fueran atacados y asesinados por animales salvajes, y sería espeluznante si gusanos comenzaran a salir de ellos… probablemente también huelan muy mal.

Por lo tanto, Mile propuso que al menos volvieran a los lugares donde habían enterrado a los demás, una propuesta a la que todas asintieron.

Después de que Mile aplicó sus sales aromáticas, Mavis usó una técnica de reanimación similar al judo, y Pauline y Reina los patearon en los costados repetidamente, todos los bandidos inconscientes finalmente despertaron. Los hombres que no se habían desmayado miraban dicha escena con el rostro pálido.

“Muy bien, ¡vamos a movernos! ¡Dense prisa y síganme!” dijo Mile, tirando de la cuerda que sostenía a los bandidos detrás de ella. Sin embargo, los bandidos no parecían interesados en cumplir sus instrucciones.

Por supuesto, esto no era una sorpresa. Cuando llegaran a la ciudad, lo que les esperaba era una vida de servidumbre, probablemente en los lugares más duros posibles.

Era de esperar que desperdiciaran el tiempo de las chicas gruñendo, esperando la negligencia o ganando tiempo para lanzar un contraataque y escapar.

No importa cuán fuertes puedan ser estas chicas, seguían siendo solo cuatro niñas. Incluso con las manos atadas, si las presionaran a la vez a una distancia lo suficientemente corta como para no darles tiempo a sus captores de conjurar un hechizo o desenvainar una espada, o si se liberaran las cuerdas de las chicas y corrieran en diferentes direcciones, aún existía la posibilidad de que pudieran hacer algo. Sus pies no estaban atados, después de todo.

Al pensar esto, tomaron la decisión unilateral de no caminar. Sin embargo…

Publicidad M-M2

Arrastrar.

“¿Eh?”

Arrastrar arrastrar arrastrar…

“¡¿¡¿Quéeeeeeeee?!?!”

Los bandidos de repente se vieron arrastrados por la cuerda en la mano de Mile. “¡Owww! ¡¡Duele mucho!!”

Incluso si el camino no estuviera pavimentado con asfalto, la tierra compactada tenía porciones rocosas, piedras dispersas por aquí y allá. Era un poco similar a ser arrastrado por un rallador de queso. Inmediatamente, los bandidos se encontraron raspados y sangrando.

“¡Espera! ¡Nos levantaremos! ¡Por favor, solo espera!”

El repentino y aterrador grito del bandido no surgió por la sorpresa de la fuerza sobrehumana que Mile debía poseer para arrastrarlos a todos por su cuenta, sino más bien por no poder soportar el dolor de ser arrastrado violentamente por el suelo.

Aun así, no tenía sentido mostrar amabilidad con matones como estos. Incluso después de pararse, no parecían particularmente inclinados a caminar, por lo que Reina arrojó una bomba incendiaria a su costado.

“¡Gah!”

“¡¿Q-qué cojones estás tratando de hacer?!”

Había sido una pequeña bomba incendiaria, utilizando el mínimo de su poder, pero si hubiera golpeado a los hombres de frente, no habría sido bonito. No habrían muerto, pero perder una extremidad o dos habría sido inevitable.

La primera bomba había golpeado el suelo a un metro de los bandidos, pero luego llegó una segunda a 60 centímetros de distancia, luego 30, avanzando cada vez más y más. Y la cuarta…

Frenéticamente, los bandidos comenzaron a caminar.

Aun así, dado que no parecía que iban a acampar por la noche, los hombres probablemente ya estaban calculando, planeando lo que harían durante su marcha al día siguiente cuando estuvieran más cerca de la ciudad. Si arrastraban los pies lo suficiente, tal vez no llegarían a la ciudad al día siguiente, tampoco…

Al darse cuenta de esto, una mirada de absoluto aburrimiento se extendió por los rostros del Pacto Carmesí. No importa cuán habilidosas puedan ser en  la batalla, no había forma de evitar tareas serviles como esta.

***

 

 

“Eh, hay dos jinetes que se acercan a gran velocidad. ¡Despejemos el camino!” Anunció Mile.

Por primera vez, se había dado cuenta de esto no con su magia de vigilancia sino con sus propios dos ojos. Tiraron de los bandidos atados a un lado del camino para abrir el camino.

“¡Oh, esos tipos probablemente también se dirijan hacia Zarbef! ¿Por qué no les pedimos que envíen un mensaje al Gremio? Probablemente acamparán pronto, pero, llegarán al pueblo mucho antes que nosotros. Si jugamos bien nuestras cartas, incluso podríamos lograr que el Gremio envíe refuerzos…”

“Hm, suena bien…” dijo Mavis. “Parecen tener prisa. Si son caballeros o mensajeros de alta velocidad o algo así, probablemente nada más nos ignoren…”

“Aun así,” dijo Pauline, “no tiene sentido rendirse desde el principio. Nunca está de más preguntar.”

“En serio,” replicó Reina, “no tenemos idea de que, si se detendrán por nosotras para empezar, así que hay que orillarse y no vacilemos. No es que podamos bloquear el camino y obligarlos a detenerse, de todos modos.”

Todas las chicas se inquietaron, esperando ver si los jinetes se detendrían para hablar con ellas. Los dos jinetes se acercaron y luego se detuvieron cuando alcanzaron a las chicas y los bandidos, antes de que incluso tuvieran la oportunidad de pasar.

“¡¿Quiénes son ustedes?!” gritó uno de los hombres.

A juzgar por su vestimenta, los jinetes no eran caballeros ni mensajeros, sino cazadores.

Mile respondió casualmente: “Oh, solo somos viajeras. Capturamos a unos bandidos que nos atacaron, así que estábamos planeando llevarlos de regreso a Zarbef por la mañana. ¿Esperamos que, si todos van a ir a Zarbef, soliciten al Gremio de Cazadores enviar algunos refuerzos…?”

“¿Hm…?”

Los jinetes parecían perplejos. Había diecisiete o dieciocho hombres atados con cuerdas y cuatro mujeres jóvenes, dos de las cuales todavía parecían ser menores de edad.

Los jinetes estaban congelados, con los ojos muy abiertos y las mandíbulas flojas, mientras contemplaban toda la escena.

Cuando los hombres finalmente se recuperaron, los miembros del Pacto Carmesí pudieron hablar con ellos y se enteraron de que los dos hombres eran los exploradores de un grupo de cazadores que habían tomado un trabajo de escoltar a una caravana de mercaderes, se adelantaron para asegurarse de que no hubiera enemigos al acecho.

Naturalmente, era prudente de su parte venir e investigar al grupo de unas veinte personas que habían sido vistas no muy lejos de su grupo.

Si veían algo sospechoso, debían darse la vuelta justo antes de llegar a ellos y volver a contarles a los demás, pero como no parecía ser una emboscada de unos bandidos, se habían acercado, listos para darse la vuelta y regresar en cualquier momento, si fuese necesario.

De ser posible, los mercaderes esperaban llegar a Zarbef mañana cuando aún no haya luz del sol, por lo que tenían la intención de viajar un poco más esta noche, incluso después del atardecer, para cubrir un poco más de distancia y ahorrar tiempo al día siguiente. Viajar por el bosque en la oscuridad era un asunto propio, pero viajar por la calle en la oscuridad no era gran cosa, en realidad.

Por supuesto, no podían llegar demasiado lejos, ya que viajar en la oscuridad aumentaba el riesgo de que los caballos resbalaran y se lastimaran las patas.

Después de que Pacto Carmesí explicara la situación, los jinetes se sorprendieron, pero aceptaron la solicitud del grupo antes de regresar al resto de su tropa.

“¿No crees que compraron eso con demasiada facilidad?” preguntó Mile mientras los hombres se alejaban.

“Si estuviéramos aliadas con los bandidos, podríamos esperar hasta que aparecieran los mercaderes y de repente hacer que los bandidos tiren de  sus cuerdas, sacando espadas ocultas o algo así. Ni siquiera consideraron que…”

“No seas tonta. Si estuviéramos tratando de engañarlos, ¿realmente crees que les contaríamos un cuento sobre cuatro chicas civiles que capturan a casi veinte bandidos por cuenta propia?” respondió Reina, derribando a Mile. “Si quisiéramos engañarlos, tendríamos que decirles una mentira mejor que esa. Este no es uno de tus cuentos populares japoneses, después de todo…”

Poco tiempo después, la caravana mercante de tamaño medio finalmente llegó. Había doce carruajes con dos jinetes a caballo en la parte delantera y trasera. Naturalmente, se podría esperar que tuvieran otros diez o más escoltas, como mínimo, dentro de los carruajes.

Publicidad G-M3



La caravana alcanzó a las chicas y luego se detuvo. Un hombre que parecía ser un comerciante, junto con un cazador anciano, bajaron de un carruaje que estaba cerca del centro de la alineación. A juzgar por las circunstancias, estos dos parecían ser el representante de los mercaderes y el líder de los escoltas.

“Buenas,” dijo el hombre de aspecto mercante, “Soy Cerivos, representante de esta caravana. En nombre de todos, les expreso nuestro más sincero agradecimiento por capturar a estos bandidos, los enemigos más terribles de nuestro comercio… Dicho eso…”

Cerivos miró a los bandidos atados, claramente aturdidos por las circunstancias. “Siendo sincero, ni siquiera puedo creer lo que veo…”

Era de esperar su sorpresa. Los otros escoltas, que descendían de sus carruajes, tenían los ojos muy abiertos y paralizados por la conmoción. Si chicas comunes como estas podrían acabar con un grupo de bandidos por su cuenta, entonces, ¿qué lugar tenían los escoltas en este mundo?

Aun así, había pocas posibilidades de que esta caravana, con sus cuatro escoltas a caballo y diez o más montando en los carruajes, fuera atacada por algún ejército de bandidos desde los cuatro puntos; tales grupos apenas existían en primer lugar.

Raramente había objetivos que obtuvieran tanto beneficio tan lejos de la capital, en las calles cerca de una ciudad remota, y tal actividad garantizaría la atención del señor feudal local—o incluso de la Corona, si los bandidos tuvieran una mala suerte.

Por lo tanto, dado que había una pequeña posibilidad de que esta caravana en particular se metiera en problemas con los bandidos, el agradecimiento que ofreció Cerivos no fue específicamente en nombre de su grupo, sino en nombre de los mercaderes en general.

“Parece una gran molestia transportar a todos estos hombres solo ustedes cuatro—y peligroso, para empezar. Nos gustaría hacer todo lo posible para ayudar. Acamparemos la noche aquí con ustedes,” propuso Cerivos.

“¡Oh muchas gracias!” Mile respondió felizmente. “¡Esta es una gran ayuda!

Sin embargo, necesitamos viajar un poco más antes de acampar…”

Desde el principio, Cerivos ya tenía la intención de viajar un poco más antes del anochecer, por lo que no tuvo objeciones. Y así, con los bandidos atados por sus cuellos a los carruajes, fueron obligados a caminar al ritmo de estos para no ser estrangulados, por el ‘Estilo de Transporte de Malhechores Pauline’, el grupo recién formado siguió su camino.

***

 

 

“………”

Los mercaderes observaron, con los ojos llenos de temor, cómo Pacto Carmesí excavaba mágicamente primero el segundo grupo de atacantes, los falsos bandidos, y luego el primer grupo, los bandidos novatos, de sus prisiones de tierra.

Cerivos y los tres mercaderes, doce conductores y dieciséis escoltas (incluidos los dos jinetes originales) estaban de pie, con los ojos muy abiertos y sin palabras, ante estas escenas.

Dejar a alguien no solo enterrado en la tierra hasta el cuello, sino con la tierra que lo rodeaba envuelto mágicamente, dejándolo completamente indefenso en medio del bosque al lado de la carretera, era un acto infernal, un horror que estaba más allá de la imaginación.

¿Qué pasa si las bestias salvajes o los monstruos los encontraran? ¿Qué pasaría si los abandonaran allí y nunca llegara ayuda? Era demasiado aterrador pensar en eso.

Además, incluso si se encontraban a los hombres, ¿quién sabía cuánto tiempo tomaría excavar con seguridad la tierra llena de magia? Era muy improbable que cualquier viajero que pasara por allí pudiera llevar una azada o un pico. Es más que probable que simplemente se den por vencidos y digan, “¡Informaré al Gremio cuando llegue a la siguiente ciudad!” y huir tan rápido como pudieran.

Publicidad M-M5

Y, por supuesto, incluso en ese escenario, los hombres tenían carteles a su lado que decían, “Estos tipos son bandidos,” por lo que sus perspectivas eran bastante sombrías.

Publicidad G-M2



El mayor problema aquí—aunque, por supuesto, no era realmente un problema en sí mismo—era el hecho de que los individuos inmensamente fuertes, que habían capturado a tres grupos por separado de bandidos sin ningún rasguño, eran cuatro niñas que parecían ser nada más que civiles promedio.

“¡La carne está lista! ¡La sopa también está lista!”

La chica noble había producido todo, desde ingredientes hasta utensilios de cocina y vajilla, todo desde su almacenamiento.

Su sirvienta no solo había usado magia, como nunca antes habían visto, para limpiar y purificar la ropa y los cuerpos de los bandidos que se habían ensuciado, sino que también había curado instantáneamente una de las heridas de los conductores cuando se detuvieron para reparar una rueda del carruaje.

La aprendiz de caballero había preparado la leña para la hoguera en un abrir y cerrar de ojos, no recogiéndola—oh claro que no, sino cortando un árbol caído en troncos con su propia espada.

Normalmente, las espadas capaces de realizar tal hazaña no eran forjadas, e incluso si lo fueran, no existía ningún mortal que poseyera el poder y la habilidad para completar la tarea. O más bien, no deberían haber existido.

Al menos, la pelirroja que había encendido el fuego se sentía normal. En esto, el grupo de caravanas encontró su única comodidad.

Era mejor que no supieran la verdad. No podía dañarlos si no lo sabían…

***

 


 

“¡El desayuno está listo!”

A la mañana siguiente, Mile preparó el desayuno para la caravana, tal como lo había hecho con la cena de la noche anterior, una comida que había sido espléndida, llena de carne y verduras frescas.

Acababan de salir de Zarbef la mañana anterior, por lo que era creíble que todavía tendrían ingredientes frescos almacenados e igualmente factible que, si regresaban a la ciudad de todos modos, preferirían usar los ingredientes antes de volver. Sin embargo, la cantidad que la niña había almacenado era, en sí misma, todavía asombrosa.

Los cuatro mercantes, incluido Cerivos, miraron a Mile con una mirada envidiosa. Los cazadores, que la habían visto sacar un orco entero la noche anterior, también tenían los ojos bien abiertos.

Una vez que terminaron el desayuno, Mile hizo una solicitud a Cerivos. Ella deseaba que, enviara a uno de los jinetes al Gremio, con una carta que había escrito la noche anterior.

“¡Por supuesto!” respondió. “¡Déjalo en nuestras manos!”

La idea de que Mile y las demás podrían estar tramando algo no pasó por la mente del hombre ni una vez. Tener solo un escolta menos presente de más de una docena hacía poca diferencia en su defensa. Con la fuerza de combate que tenían actualmente entre ellos, se necesitarían muchos bandidos para derrotarlos.

Los estados físicos de los bandidos capturados y las cuerdas que los ataban habían sido verificados dos veces al asegurarlos a los carruajes. La forma casi fanática en que los habían atado no era algo de lo que pudieran salir pronto.

Además, no había razón para que un grupo como estas chicas, con su almacenamiento excesivo, magia curativa y esgrima, alguna vez tuvieran que recurrir a una vida de crimen solo por dinero. Cerivos apostaría diez monedas de oro a eso.

En algún momento, poco después del mediodía, varios jinetes a caballo aparecieron, deteniéndose justo antes de la caravana.

“¡Soy el maestro del Gremio de la rama del Gremio de Cazadores en Zarbef!”

Era obvio que, si se solicitaba asistencia del Gremio de Cazadores en tales asuntos, generalmente la recibiría. Sin embargo, lo que fue más sorprendente fue que el maestro del Gremio había llegado a la escena.

Los cazadores escoltas y los mercaderes se relajaron y la caravana se detuvo. Los jinetes recién llegados se acercaron, todos bajaron de sus caballos frente al Pacto Carmesí, que todavía estaba de pie.

“¿Supongo que ustedes son las que enviaron esta carta? Bueno, a juzgar por lo que puedo ver aquí, está bastante claro que no nos estaban mintiendo…” dijo el maestro del Gremio, mirando con cautela a los bandidos atados.

Aunque las chicas nunca antes habían visto a este maestro del Gremio en particular, como de costumbre, era un hombre mayor, de mediana edad, tal vez se acercaba a una persona mayor. Después de todo, normalmente tomaba tanto tiempo adquirir las habilidades y el conocimiento que tal posición requería. No era un trabajo que cualquier joven inexperimentado recién salido de rango D pudiera hacer.

“En fin, hay tres grupos de bandidos aquí,” explicó Mavis en su calidad de líder. “Uno es el grupo real, y los otros dos son pequeños grupos. Por favor, asegúrese de que la gestión sea como lo escribimos.”

“Claro,” dijo el maestro del Gremio con un movimiento de cabeza. “Buen trabajo. Puedes dejar el resto en nuestras manos.”

Por supuesto, las carretas que transportarían a los bandidos se movían lentamente. Hasta que todos pudieran reunirse en el sitio, el grupo tendría que continuar como estaban por un rato más.

Después de hablar brevemente con los mercantes, el maestro del Gremio, dos de los hombres que lo habían acompañado, el jefe de los verdaderos bandidos y dos de sus subordinados, todos subieron al primer carruaje.

Los escoltas que viajaban en ese carruaje salieron, y tres de ellos tomaron los caballos en los que había montado la tripulación del maestro del Gremio.

La razón de esto pronto se hizo evidente, ya que poco después de que la caravana comenzara a moverse nuevamente, se escuchó un grito espeluznante dentro del primer carruaje. Sin embargo, ninguno del resto del grupo le hizo caso… Al menos, ninguno del grupo de mercaderes o los hombres que llegaron con el maestro del Gremio.

Sí, los únicos que mostraron angustia fueron los otros bandidos y los miembros del Pacto Carmesí.

Un rato después de eso, se encontraron con las carretas. Después de ver que todos los bandidos fueron subidos y emitieron una estricta orden de mordaza a los mercaderes, el maestro del Gremio dejó el transporte a sus subordinados y comenzó su propio viaje de regreso a Zarbef.

***

 

 

“Comenzaremos el juicio oficial sobre las actividades de los bandidos que ocurren en las cercanías de la ciudad de Zarbef.”

Tres días después, en la mansión del señor feudal que gobernaba el territorio en el que se encontraba Zarbef. Dentro del gran salón, que generalmente albergaba bailes y fiestas, ahora tenía lugar algo parecido a un juicio. Sería una gran molestia examinar cada uno de los tres grupos de bandidos uno por uno, por lo que todos se habían reunido en el mismo lugar.

Los funcionarios presentes eran los siguientes: el fiscal (un partidario del señor feudal), el presidente del tribunal (un partidario del señor feudal) y el juez presidente (también un partidario del señor feudal).

Ninguno de estos hombres estaba especializado en sus puestos; eran simplemente vasallos del señor feudal que habían sido designados temporalmente para estos roles. En términos de asesoramiento legal—no había ninguno.

Por lo tanto, este era un juicio perfectamente justo y honesto (o algo así).

Una prueba de esta escala era algo raro de ver en un feudo atrasado como este, por lo que el palacio de justicia habitual era demasiado pequeño para esto. Normalmente, los delincuentes menores serían sentenciados en el cuartel militar, pero para esta ocasión eligieron usar la mansión propiamente dicha.

Dentro del dominio del señor feudal, todas las ramas  del  poder—legislativo,  ejecutivo  y judicial—estaban en manos del señor feudal. La mayor parte del interrogatorio ya se había completado antes del evento, por lo que esto era simplemente por el hecho de hacer un anuncio formal y público de los resultados… O eso sería, normalmente.

Debido a que una parte de los acusados en este caso eran miembros del Gremio, el maestro del Gremio y varios otros empleados del Gremio estaban presentes en el salón, junto con el maestro y varios empleados del Gremio de Mercaderes.

También estaban presentes dos grupos de rango B de la ciudad y otros diez ciudadanos. Incluso si ya esperaban completamente la sentencia que los hombres del señor feudal podrían dictar, estaban listos para protestar por cualquier castigo que encontraran ser escandaloso—un papel que no podían descuidar.

El hecho de que se les permitiera hacerlo era prueba del hecho de que el señor feudal era un hombre justo.

El señor feudal no podía influir en el juicio, pero como parecía tener un gran interés en este en particular, se sentó a un costado en un asiento especial que había sido preparado para él, observando.

Después de una breve confirmación de los cargos, el anuncio se hizo primero al grupo principal de bandidos.

“A todos se les ha emitido una sentencia de por vida de rango A, trabajo forzado.”

Los bandidos estaban estoicos e inquebrantables. Reaccionar no lograría nada. No podría haber habido otra sentencia, y considerando las circunstancias, ¿qué diferencia habría si fueran sentenciados a una pena de por vida o una de 800 años? Era improbable que alguien tuviera en cuenta circunstancias atenuantes en el caso de un delito tan flagrante. El hecho de que no se les aplicara la pena capital era algo por lo que deberían estar agradecidos.

A menos que no hubiera otras opciones, los delincuentes no solían ser condenados a muerte. Los únicos individuos que recibían una sentencia de ejecución eran típicamente aquellos que podrían negarse a trabajar seriamente por desafío, así como demonios sedientos de sangre, magos (cuyo escape sería difícil de evitar) y aquellos que cometieron crímenes contra nobles o miembros de la realeza—individuos de intención particularmente maliciosa.

Naturalmente, el hecho de que los magos tuvieran tantas vías por las cuales podían escapar contribuyó a por qué había tan pocos delincuentes expertos en magia.

Sin embargo, el hecho de que fueran mucho más propensos a ser condenados a muerte si los atrapaban también era un factor muy importante. Incluso si se atara y amordazara a un mago después de la captura, aún existía la posibilidad de que atacaran repentinamente con un hechizo silencioso, muchos, temiendo esto, no estaban particularmente inclinados a otorgarles un margen de maniobra.

De hecho, la mayoría de los magos criminales, cuando eran capturados, eran eliminados inmediatamente en la escena del crimen—incluso si no eran particularmente competentes o el crimen que habían cometido era relativamente trivial.

La sentencia continuaba.

“Cazador de rango E, Ivick, estás condenado a muerte. Dallam, empleado del Gremio de Cazadores, también está condenado a muerte. Además, la familia de Dallam será sentenciada a veinte años de trabajo forzado.”

“¡P-por favor espere! No me importa lo que me hagan, pero, ¿mi familia? ¿Mi esposa e hija? ¡No tienen nada que ver con lo que he hecho!”

Publicidad M-M4

El juez que había anunciado la decisión rechazó la protesta sin siquiera una respuesta. Tampoco se levantó ninguna voz del salón.

El hecho de que Ivick estuviera registrado como cazador no significaba que el Gremio estuviera cooperando con los bandidos, sino que uno de los bandidos se había registrado secretamente como cazador. Su papel era reunir información y enviar dicha información que obtenía con Dallam a los otros bandidos.

El Gremio de Cazadores era una organización cuyo comercio se basaba en la reputación. Era una empresa internacional que se extendía a través de las fronteras.

Cuando se violaban sus reglas, no eran un grupo que dejaba pasar lo pasado. No tenían la autoridad para interferir directamente con la decisión oficial, pero tenían suficiente influencia como para que fuera lo suficientemente fácil presionar al señor feudal. Dicho esto, no era algo por lo que harían todo lo posible, y una pena capital era más que habitual en casos como este.

Luego, estaba Dallam, el empleado del Gremio que había planteado la objeción.

Según su interrogatorio, los bandidos habían amenazado con dañar a su familia, y esto parecía ser cierto. Sin embargo…

Publicidad M-M1

Había traicionado al Gremio. Ese hecho no era algo que pudiera anularse o ignorarse.

Si estaba siendo amenazado, entonces tenía el deber de informarlo al maestro del Gremio.

Tal como estaban las cosas, no solo no había informado de esto, sino que había obedecido obedientemente a los criminales, enviando información que había terminado en asesinatos y secuestros de innumerables viajeros inocentes. Además, aunque el dinero era una miseria, parecía que le habían pagado por la información que proporcionó.

Para que nadie en el futuro jamás piense hacer lo mismo ‘por el bien de su familia’, ninguno de los presentes podría disculparse por sus parientes. Por lo tanto, el argumento lógico sería que, incluso si simplemente estuviera siguiendo órdenes, había condenado a su propia esposa e hija, y que la única opción correcta en su posición habría sido informar el asunto a las autoridades de inmediato.

Dallam fue cómplice de innumerables asesinatos, y si su familia fue la razón de esto, entonces, por extensión, su esposa e hija eran culpables del mismo crimen.

En Japón, tal razonamiento sería inaceptable, pero en una civilización donde el orden era débil y el reconocimiento de los derechos humanos era escaso, tales medidas eran necesarias para garantizar la seguridad de la población en general.

Publicidad G-AB



Por supuesto, en el pasado en la Tierra, también había lugares que utilizaban un sistema similar de culpa por asociación. En algunas naciones, esto persiste incluso hasta nuestros días. Del mismo modo, en este mundo, parecía que era solo una cuestión de rutina que Dallam estaba provocando problemas a su familia al otorgarles una conexión directa con su crimen y ponerlos en una posición en la que se beneficiaran de sus acciones. El hecho de que nadie que observara el proceso, salvo Dallam mismo, haya echado ni un vistazo, era un testimonio de ello.

Ivick el infiltrado y Dallam el traidor.

Pacto Carmesí había convocado al maestro del Gremio antes de que la caravana llegara a la ciudad, con el expreso propósito de permitirle extraer las verdaderas identidades de los dos y aprehenderlos antes de que pudieran huir. Dentro de ese primer  carruaje, había torturado—ejem, interrogado—a los bandidos por las identidades de sus dos cómplices y luego regresó al pueblo para arrestarlos, llegando antes que la caravana.

Para el líder de los bandidos, una cadena perpetua de trabajos forzados era tan segura como su captura, pero la posibilidad de que fuera condenado a muerte no estaba fuera de toda duda. Por lo tanto, todo lo que se necesitó fue un poco de dolor para hacerlo hablar.

Realmente, el hecho de que no gritara de inmediato era simplemente una postura, por el bien de verse genial frente a sus subordinados.

Mantente Enterado
Notificarme
guest
This site uses User Verification plugin to reduce spam. See how your comment data is processed.

INSTRUCCIONES PARA LA ZONA DE COMENTARIOS

1- No Puedo Comentar: Toca los botones que estan debajo del recuadro de comentarios, aquellos que le cambian el estilo a Negrita, Cursiva, etc. (B, I, U, S)

2- No Aparece Mi Comentario: Es por nuestro sistema de moderación, luego de revisar y aprobar tu comentario, este aparecera. NOTA: Usa un correo real o no se aprobara tu comentario.

3- ¿Como Escribo un Spoiler?: Toca [ + ] (es el botón spoiler) y aparecera una ventana, ahí debes poner el TITULO de tu spoiler (recomendamos poner simplemente SPOILER), luego en el codigo que aparecera en el recuadro del comentario debes escribir dentro de los simbolos ] [

[spoiler title="Titulo de tu spoiler"]Aqui va tu spoiler[/spoiler]

Nota: Todo el texto que coloques antes o despues del codigo del spoiler sera visible para todos.

1 Comentario
Mas Votados
Mas Recientes Mas Antiguos
Respuestas en el Interior del Texto
Ver todos los comentarios