Watashi, Nouryoku Wa Heikinchi De Tte Itta Yo Ne! (NL)

Volumen 7

Capitulo 60: ¡La Chica con Siete Rostros! 

Parte 6

Los siguientes fueron los bandidos novatos, los primeros en ser capturados. “Cazadores de rango C, ‘Huracán de Llamas’. Como han cometido el acto de bandalaje dos veces, se ha juzgado que esto no fue un impulso, sino algo de lo que tenían la intención de acostumbrarse. Sin embargo, hemos tomado en consideración el hecho de que, solo hay un conjunto de víctimas de sus crímenes. No mataron a nadie, simplemente vendieron a todas sus víctimas a la esclavitud ilícita, de la que pueden salvarse. Por lo tanto, han sido condenados a una sentencia de por vida de rango B de trabajos forzados. Además, si todas las víctimas son recuperadas de manera segura con su cooperación, su sentencia será revaluada y reducida a una sentencia de rango C, o su castigo disminuirá adecuadamente.”

Los cazadores de rango C, ‘Huracán de Llamas’ se inclinaron profundamente, con lágrimas en sus ojos. Sus sentencias habían sido mucho más generosas de lo esperado, dado que sus crímenes atroces—bandalaje y trata de personas—eran dobles.

Sin embargo, dado lo mucho que se había enfatizado el tráfico, estaba claro que el hecho de que no hubieran matado a los hombres del grupo, que eran problemáticos y se venderían por muy poco, había dejado una buena impresión, demostrando que todavía eran hombres decentes, al menos de alguna manera enferma y retorcida…

Una sentencia de por vida de trabajo duro de rango C no era realmente tan mala. El trabajo no sería tan insoportable, y había pocas posibilidades de ser asesinado en el trabajo.

Podrían recibir cerveza de vez en cuando, y aunque era bastante raro, si la suerte estaba de su lado y su comportamiento era bueno, se les podría otorgar un puesto de oficina.

Mejor aún, si pudieran actualizar su castigo, aunque no tendrían libertad y no ganarían dinero, no serían tratados terriblemente, y cuando llegara el día señalado, su salida estaba asegurada.

Si no hubieran actuado tan razonablemente como lo habían hecho, podrían haber estado enfrentando una sentencia de rango A. Sus lágrimas de alegría eran inevitables.

Después de que cada parte recibió su sentencia, fueron escoltados a la habitación contigua. Los oficiales del Gremio y los cazadores que asistieron solo asintieron sabiamente, aparentemente sin tener objeciones para plantear en ninguna de las decisiones hasta el momento.

Finalmente, llegaron al último grupo, los cuatro leñadores y los cuatro cazadores, Altísimos Dragones Gemelos, que habían sido detenidos en segundo lugar. El juez leyó la decisión.

“Los cuatro leñadores son inocentes del crimen de bandalaje. Sin embargo, hacerse pasar por bandidos y amenazar a chicas jóvenes para su propio beneficio, un acto cometido por su propia voluntad en aras de la ganancia, sigue siendo un acto ilícito y será estrictamente castigado.”

Los leñadores, pensaron que la corte sería fácil con ellos porque habían sido engañados, se pusieron pálidos.

“Por la presente, se lo sentencia a cien latigazos cada uno y a trabajar diligentemente en sus propios trabajos, conscientes de que no tendrán tal amabilidad la próxima vez. De hecho, la única razón por la que les estamos otorgando tal indulgencia ahora es por una solicitud directa de sus víctimas. En verdad, ¡deberían ser condenados como cómplices y castigados en consecuencia!”

Al escuchar esto, todos los leñadores inclinaron sus cabezas profundamente.

Recibir cien latigazos no era algo para tomarse a la ligera. No era como ser golpeado en la espalda cuando se era niño—serían golpeados en la espalda o las nalgas desnudas con un látigo o una barra de bambú con un borde con flecos.

Este castigo, solo podía ser administrado por un profesional para no romper los huesos de nadie o dañar sus órganos internos, era uno que no temían los delincuentes menores; no solo era insoportable el dolor, sino que los efectos posteriores durarían un tiempo más, dejándolos incapaces de dormir boca arriba durante algún tiempo.

Dicho esto, después de escuchar las sentencias de ejecución y esclavitud dictadas justo antes, su castigo fue tan bueno como un regalo del cielo.

Finalmente, el proceso terminó con la parte ‘bondadosa’ que había ocultado sus identidades.

“Grupo de rango C, los Altísimos Dragones Gemelos. Ustedes son sentenciados con un término de por vida de trabajo forzado.”

“¿Qu—?! ¡Eso es absurdo! ¡Simplemente estábamos tratando de rescatar a una joven noble y su grupo que serían asaltados por bandidos! No estoy diciendo que merezcamos una medalla, pero ¿cuál es la razón de un castigo tan severo?”

Obviamente, los chicos estaban agarrando pajitas. Si fueran bandidos, su castigo sería inevitable. Por lo tanto, habían insistido durante tres días de interrogatorio que los leñadores eran realmente bandidos, y que esos hombres simplemente habían estado arrojando mentiras sobre su captura, tratando de enredar a los cazadores en su crimen.

“Sí”, dijo el juez, “pero no fueron solo los leñadores los que atestiguaron su crimen sino también las víctimas. Niega todo lo que quieras, pero no cambia los hechos.”

En este mundo, la veracidad de un cargo se decidía a discreción del juez, independientemente de si existía o no evidencia que lo probara. Eso significaba que incluso sin pruebas contundentes, si había alguna evidencia circunstancial, o alguna otra cosa que fuera suficiente para respaldar la decisión, eso era suficiente.

Por el contrario, era una hazaña bastante difícil demostrar que se era inocente incluso con pruebas contundentes.

“Esas finas damas simplemente fueron engañadas por esos leñadores—¡no, esos antiguos leñadores, que ahora han caído en una vida del crimen! Bloquearon el camino y atacaron a esas chicas, y nos apresuramos a tratar de salvarlas. ¡Nunca intentaríamos alterar ese hecho!”

“¡¿¡¿Qué?!?!” los leñadores gritaron, pero el líder de los Altísimos Dragones Gemelos no pareció importarle.

Un noble viajero no tendría ningún motivo para preocuparse por los bandidos, ni ningún motivo para salir de su camino para hacer una parada prolongada en algún pueblo rural.

Ella y su grupo no habían sido vistos ni una sola vez durante los tres días de interrogatorios y ya se habrían ido del pueblo hace mucho tiempo. No podría haberse dado el lujo de hacer semejante parada sin razón.

Detener a un noble viajero egoísta era invitar a graves problemas. Si las cosas iban mal, las cabezas rodarían… literalmente.

Sin embargo, si pudieran fijar todo esto en los leñadores, tal vez podrían salir de esta, pensó el líder. Por lo tanto, su delirio insistente continuó.

“Esos bandidos vieron que estaban en desventaja y trataron de arrastrarnos a sus pecados cuando nos acercamos para detenerlos. ¡Pudieron engañar fácilmente a esa joven doncella, que carece de experiencia e ignora la maldad de este mundo, haciéndole creer que éramos los bandidos! Eso es lo que sucedió. Puede preguntarle al Gremio—¡somos cazadores honestos! ¡Pueden ofrecerle una prueba de que nos fuimos de la ciudad, un poco después que esas señoritas!”

Los cazadores asistentes parecían estar en conflicto con esta declaración. De hecho, no había nada tan peculiar sobre el reclamo del joven.

Los bandidos habían atacado a las jóvenes y un grupo de cazadores locales se había apresurado para salvarlas. No había nada extraño en eso.

No importa qué objeción pueda plantear un perpetrador, el juez era la voz de la ley, y la decisión que emitió fue clara. Sin embargo, había muchos asociados del Gremio y cazadores presentes, y no se pasaría una oración a la ligera sin que todos los presentes estuvieran de acuerdo. Por lo que, el juez estaba preocupado… no. De hecho, pareció preocupado solo por un breve momento antes de que su boca se torciera en una cruel burla.

En ese momento, se escuchó una voz al lado del presidente del tribunal. “¡Objeción!”

“¿Eh?”

Esta frase era desconocida incluso para muchas personas en la Tierra; en este planeta, era completamente desconocido… Los abogados no existían en este mundo, y tal rol no estaba permitido dentro de la sala del tribunal.

La voz provenía de un área al lado de los funcionarios, donde cuatro chicas jóvenes emergieron repentinamente detrás del grupo de cazadores de aspecto rudo.

“Ustedes…”

Naturalmente, la razón por la cual los ojos de los Altísimos Dragones Gemelos estaban tan abiertos como ahora era porque sus viejas colegas, Pacto Carmesí, ahora estaban de pie frente a ellos. Reina y Mavis seguían vestidas como lo habían estado en el momento de su encuentro, es decir que estaban vestidas con su atuendo normal.

Sin embargo, Pauline ya no estaba en su traje de sirvienta sino en su atuendo habitual. Mientras tanto, Mile estaba envuelta en una gran capa que ocultaba su cuerpo.

“No fuimos engañadas. Además, todos ustedes confesaron claramente en la escena del crimen, ¿no? Pensaste que podrías capturarnos y vendernos a algún lugar lejano… Debería estar claro para ti que no somos unas tontas que pueden ser engañadas fácilmente. Tus mentiras no son una excepción,” dijo Mile, con una expresión distante en su rostro.

El líder la fulminó con la mirada. “Maldita mocosa…”

Un grupo del que todos pensaban que había abandonado el pueblo había aparecido de repente.

El líder de los Altísimos Dragones Gemelos, disgustado por el testimonio desfavorable de Mile, comenzó a rechazarla con insultos—pero luego recordó que ahora era un debate, una batalla de palabras. Si podía hablar mal y balancear al juez a su lado, había una posibilidad de que pudieran cambiar esto aún.

Eran cazadores locales, con una buena reputación, mientras que las demás eran solo algunas señoritas que estaban de paso. Su testimonio era mucho menos confiable. Pensando en esto, el líder decidió que era hora de arriesgarlo todo.

“Seguramente debes haber estado confundida, escuchando los reclamos de los bandidos. Esto sucede a menudo con personas que carecen de experiencia del mundo real—particularmente señoritas. Además, ya nos disculpamos por ser un poco duros en nuestros intentos de amonestarlas por ser tan tontamente optimistas y ponerse en peligro. Realmente lamentamos haber intentado intimidarte. Me invade una tristeza muy profunda que todavía nos trates como bandidos, incluso después de eso.”

“Oh cielo santo, pero sabes que dar falso testimonio es un crimen, ¿no?! ¿Podría ser que intencionalmente esperabas atraparnos, para no tener que pagar la tarifa por nuestro rescate? ¿Y que además deseabas aprovechar las recompensas de ser vendidos como mano de obra esclava? ¡Si no admite que se equivocó, puede descubrir que serán acusadas aquí como delincuentes!”

De hecho, había sido imposible engañar a las jovenzuelas, por eso los cazadores se habían molestado en decir su intención maliciosa en primer lugar. Sin embargo, al que necesitaban que aceptara su historia no eran esas señoritas sino el juez. Por lo tanto, la única opción que tenía ahora era enmarcar a las chicas como mentirosas.

Actualmente, una conmoción comenzó a surgir entre los cazadores asistentes. Cada uno de ellos seguramente tenía muchos recuerdos amargos de clientes que embellecían la verdad o usaban falsedades contra ellos.

¡Ahora!

El líder se aferró firmemente a esta línea, lo único que evitaba que su grupo cayera directamente del borde.

Supongo que son alrededor de las 8:45, ¿no? pensó Mile.

De hecho, habían llegado al acto final. Naturalmente, Reina y las demás, que ahora habían sido condicionadas por los cuentos populares japoneses de Mile, estaban pensando en algo similar.

“Por favor, no te preocupes por nosotras. Somos cazadoras que vinieron aquí desde la capital a pedido de un trabajo colocado por el Gremio de Mercaderes de Zarbef. Ya somos plenamente conscientes de las reglas de esta región, así que…”

“¿Qué?”

Un grito de sorpresa resonó en la habitación, no solo de los Altísimos Dragones Gemelos, sino también de las personas en el salón. Sin embargo, ninguno de los jueces ni el señor feudal que los vigilaba mostró signos de sorpresa. Aparentemente, esto ya les había sido explicado de antemano. El ‘¡Su señoría, si gusta!’ del evento ya se había convertido en discutible.

“Entonces,” gritó el líder, “¡eres culpable de presentar una identidad falsificada!

¡Las personas asociadas con el Gremio tienen ciertas obligaciones que cumplir! Por lo que, si ocultaste el hecho de que eres cazadora, entonces eso significa que…”

“¿Hm? No recuerdo que alguna vez hayamos dicho que no éramos cazadores.

¿Existe una regla que diga que tienes que declarar, ‘Soy un cazador! ¡Soy un cazador registrado!’ ¿Cada vez que entras en un Gremio?”

Mile miró al maestro del Gremio, quien hizo una mueca y negó con la cabeza. “¡Pero está la cuestión de la nobleza! ¡Nunca te representaste directamente

como un noble, pero tu vestimenta, tus modales y tu discurso claramente daban la falsa ilusión de ser uno! Se considera que hacer algo así es falsificar el estatus de uno y hacerse pasar por un noble, ¡un crimen que se castiga severamente! ¡Parece que  cayeron  en  su  propia  trampa!  ¡Todas  ustedes  son  las  criminales  aquí!

¡Guardias, apúrense y deténganlas!”

Si los Altísimos Dragones Gemelos pudieran denunciar a las nobles viajeras, o, mejor dicho, al grupo de cazadoras de la capital, como criminales, eso invalidaría su testimonio contra ellos. Apostando todo por esta esperanza, el líder gritó triunfante, sus compañeros del grupo aprovecharon en el momento y lo animaron.

Muy bien, ¡es hora del factor decisivo! pensó Mile mientras señalaba a las demás con los ojos, caminando con confianza hacia adelante.

“Una vez fui hija de un Vizconde. En otra ocasión, era una estudiante de la Academia donde pretendía ser una plebeya. En otra ocasión, era una cazadora novata. Y de nuevo, era la hija de un Vizconde…”

Ignorando el insistente susurro de Reina, Mile continuó su discurso. “¡Sin embargo! Mientras estoy frente a ti ahora, Soy…”

Mile se quitó la capa, exponiendo su equipo de cazador estándar debajo.

“¡Una discípula de la verdad y la justicia! ¡¡¡La cazadora de rango C Mile del Pacto Carmesí !!!”

“¡Mavis von Austien, igualmente!”

“¡Pauline!”

“Somos cuatro aliadas!”

“Unidas por una amistad inquebrantable!”

“¡Unidas al alma!”

“Y nuestro nombre es…”

“¡¡¡Pacto Carmesí!!!”

¡Ka-boooom!

Una pantalla deslumbrante se encendió cuando terminaron su frase al unísono; Por supuesto, como estaban en el interior, estaban enmarcadas solo por efectos audiovisuales, luces de cuatro colores bailando detrás de ellas.

“………”

Las cuatro chicas mantuvieron sus poses practicadas hasta que sus músculos comenzaron a temblar, dando a todos en la sala la oportunidad de recuperarse…

“Bueno, si tu grupo tiene dos nobles, incluyéndote a ti, entonces supongo que eso no cuenta como tergiversación… Ahora, como se anunció previamente, los cuatro miembros de los Altísimos Dragones Gemelos serán sentenciados a un período de por vida de trabajos forzados. Además, notaremos en el expediente judicial que parecen ser individuos maliciosos que intentarían incriminar a otros para salvar su propio pellejo sin ningún indicio de remordimiento. Estoy seguro de que esto verá que el lugar de trabajo apropiado esté adecuado para ellos. ¡Guardias, llévenselos!”

El juez, que se había recuperado claramente de su sorpresa, anunció esta decisión, y los cuatro cazadores—no, los criminales anteriormente conocidos como cazadores— fueron sacados del salón.

“¡Oy, la de ahí!”

Había silencio en el Pacto Carmesí. “¡Dije, oy!”

“¡S-sí, señor!”

El maestro del Gremio de Cazadores las llamaba, disgustado. Aunque habían tratado de ignorarlo, no parecía que hubiera alguna forma de escapar de esto.

“¿Por qué no me lo dijeron?”

Al escribir su carta, el Pacto Carmesí había insistido en que el maestro del Gremio contara al número mínimo absoluto de personas posibles—y solo aquellas en las que tenía fe absoluta. Incluso cuando recogían a los bandidos, habían insistido en que pidiera prestados carretas y jinetes de los establos de la ciudad en lugar del Gremio. Sin embargo, ni una vez le informaron que eran cazadoras en un trabajo  oficial. Es cierto que tenía  algunas  sospechas  leves. Las  instrucciones ofrecidas eran poco apropiadas para una hija idiota de un noble y sus cohortes.

Reina empujó a Mile nuevamente hasta que no tuvo más remedio que ser la que respondiera.

“Bueno, um, los que hicieron la orden de trabajo fueron del Gremio de Mercaderes, y se nos pidió que no le contáramos a las partes no relacionadas sobre el trabajo, bueno… Además, existía la posibilidad de un traidor dentro del Gremio. No podríamos contactar al maestro del Gremio sin una presentación, y existía la posibilidad de que el traidor fuera el empleado que nos ayudara o un empleado al que transmitiéramos el mensaje.”

“Entiendo. Lamento haberme enfadado. Eso es completamente comprensible.

Se las arreglaron para limpiar todo tras nuestro error. Gracias.”

El Gremio de Mercaderes de su propia ciudad había pasado por encima del Gremio local de cazadores en favor de los cazadores de la capital.

Normalmente, esto no sería una cosa particularmente extraña. Los cazadores de la ciudad, ninguno de los cuales estaba por encima del rango C, no eran aptos para trabajos más difíciles. Aun así, los trabajos generalmente al menos pasaban por  el Gremio local.

El hecho de que la rama del Gremio haya sido ignorada por completo era una gran pérdida para ellos. Fue una afrenta a la propia rama del Gremio.

Sin embargo, ahora no era el momento de presentar quejas sobre esto. Tal como temía el Gremio de Mercaderes, había un traidor en medio del Gremio de Cazadores.

Dos de ellos, de hecho, uno de ellos un empleado del Gremio, nada menos. El hecho de que los individuos que habían sido capaces de capturar a la banda de bandidos —algo que el Gremio no había podido hacer hasta ahora— eran un grupo de cuatro jóvenes tiernas, la mitad de ellas ni siquiera mayores de edad, solo agregaba sal a la herida.

Quejarse de esto les traería más vergüenza sobre vergüenza. El Gremio sería el hazmerreír de la ciudad. El ridículo se extendería como un incendio forestal a través de las otras ramas del Gremio de todos lados. Tenían que hacer algo…

“¡N-nos gustaría ofrecerles una recompensa también!” el maestro del Gremio rechilló.

“¿Huh? ¡¿Está seguro?!”

El Pacto carmesí sonrió ampliamente. No sufrían por dinero, pero recibir una recompensa personal del maestro del Gremio era diferente del pago normal—era una señal de la alta estima del maestro del Gremio. Reforzaría su reputación y, naturalmente, venía con una gran cantidad de puntos de contribución.

En este caso, era la última oportunidad de redención de la rama del Gremio, al demostrar que pagarían a las personas que los asistieron, incluso si su propia reputación haya sido arrastrada por el suelo. La propuesta era mutuamente beneficiosa.

Por supuesto, no era que el maestro del Gremio nunca hubiera sospechado de la posibilidad de un traidor entre su propio personal.

Sin embargo, como no podía poner en duda a ninguno de sus subordinados, había esperado llevar a cabo una investigación tranquila sin levantar sospechas. Mientras tanto, el Gremio de Mercaderes, cansado de esperar, se había visto obligado a tomar medidas.

Nos equivocamos…

Era improbable que el maestro del Gremio perdiera su posición, pero su reputación seguramente se vería empañada irreparablemente.

Tendría que trabajar duro para recuperarse de este fracaso. Mientras observaba al Pacto Carmesí, que estaba estrechando la mano del maestro del Gremio de Mercaderes y parecían estar recibiendo una invitación para cenar de su señor feudal, los hombros del maestro del Gremio de Cazadores se desplomaron.

Detrás de él, los cazadores de los dos grupos locales de rango B, que habían asistido para garantizar el juicio justo de los cazadores que estaban siendo juzgados, quedaron atónitos.

“Joder, ¿hay realmente tantos nobles entre los cazadores de la capital…?”

“Te quedas corto, ¿es realmente posible que cuatro cazadoras novatas de rango C de La capital capturaran a casi veinte bandidos sin problemas …?”

“La capital es un lugar aterrador…”

Los cazadores de la capital estaban obteniendo una gran reputación.