Watashi, Nouryoku Wa Heikinchi De Tte Itta Yo Ne! (NL)

Volumen 7

Capitulo 57: Los Raptores Misteriosos

Parte 1

Previamente 

Cuando la hija mayor del Vizconde Ascham, Adele Von Ascham, tenía 10 años, tuvo un terrible dolor de cabeza y de esta manera, recordó todo.

Ella recordó como, en su vida anterior, era una chica japonesa de dieciocho años llamada Kurihara Misato que murió mientras intentaba salvar la vida de una niña y luego conoció a dios…

Misato tenía habilidades excepcionales y las expectativas de las personas cercanas a ella eran altas. Como resultado nunca vivió su vida como ella hubiera querido. Así que cuando conoció a dios, hizo una súplica apasionada.

“¡En mi otra vida, por favor haz mis habilidades promedio!”

Pero, aun así, todo salió mal.

En su nueva vida, ella podía hablar con las nanomáquinas y a pesar que sus poderes mágicos técnicamente eran promedios, era el promedio entre un humano y dragón ancestral… ¡6,800 veces más que un hechicero!

En la primer Academia que asistió, ella hizo amigas y rescató a un niño como también a una princesa.

Se registro en la Hunters’ Prep School con el nombre de Mile y en el examen de graduación lucho de tú a tú contra un cazador de rango A.

¡El grupo que formó con sus compañeras de clase, Pacto Carmesí, hizo un debut impresionante! Pero un problema tras otro ha venido a toda velocidad—desde golems, soldados extranjeros invasores y padres que protegen demasiado a sus hijas, hasta dragones ancestrales, ¡las criaturas más fuertes del mundo!

Y luego, de repente, ¿un enfrentamiento entre Pacto Carmesí y las amigas de Mile de su primera academia, ¡¿Wonder Trio?!

Mucho había pasado, pero ahora Mile va a vivir una vida normal como una cazadora novata con sus aliadas junto a ella.

¡Porque ella es perfectamente normal, una chica promedio!

***

Cierta tarde, Pacto Carmesí luego de pasar por el Gremio para entregar sus bienes después de un día de caza, se dirigía a la posada…

“Wehehe, orejas de gato, orejas de gato…”

“Mile, ¡¿Podrías dejar de decir cosas raras con esa cara de pervertida mientras caminamos por el pueblo?!”

“Miley, eso es un poco…”

“Eres demasiada sospechosa. Alguien podría llamar a los guardias…”

Las tres se quejaron por el comportamiento de Mile, esperando escuchar en cualquier momento, ‘¡Oficial, esa es la sospechosa!’ sin embargo, a Mile no parecía importarle mucho.

“Esponjosa, esponjosa, suave, suave, honesta y adorable…. ¡La hermanita perfecta!

Aah, no puedo esperar pasar otra dulce noche con la pequeña Faleel…”

“………”

Resignadas, las demás dejaron caer sus hombros de cansancio. “Faleel, volvimos… ¡Oh!”

Faleel, que por lo regular se encontraba en el mostrador a esta hora, no estaba a la vista.

“¿Me pregunto si estará en el baño?”

Tal cosa era posible. Era una humana (léase: chica bestia), después de todo.

“Oh,  llegaron todas, ¿verdad?”  el  dueño  salió  de  la  cocina,  con  una  mirada preocupada

“¿Qué sucede?” preguntó Mile.

Él respondió con preocupación. “Faleel aún no regresa. Por lo general, a esta hora ya ha vuelto. Me refiero a que probablemente siga jugando con sus amigos y aún no se da cuenta de lo tarde que es. A diferencia de Faleel, sus amigos no tienen que ayudar con las tareas del hogar, por lo que es probable que se la pasen más tiempo afuera antes de volver a casa.”

A pesar de la lógica de sus palabras, parecía muy preocupado. Era normal—su hija aún era muy pequeña. Aunque le tranquilizara un poco pensar que estaba con sus amigos, no cambiaba el hecho que estaba preocupado.

Por lo general, usaba una capucha o un gorro al salir de casa, pero seguía siendo una niña y era posible que involuntariamente se la quitara mientras jugaba… Y por supuesto siempre existía la posibilidad que los anti gente bestia ya la conocieran y pudieran estar al acecho.

La población de la capital era lo suficientemente grande como para que los elfos, enanos y gente bestia no fueran desconocidos—así como los híbridos de las tres razas—dentro de la población, aunque su número era pequeño. Si bien la discriminación pública y la persecución eran, relativamente inusuales, la gente bestia a menudo era menospreciada o atormentada a sus espaldas.

A diferencia de los elfos y enanos, con los que los humanos eran generalmente amigables, se creía que la gente bestia era pariente de los demonios—o en el mejor de los casos, un grupo de habitantes atrasados del bosque.

Afortunadamente, las cosas nunca habían llegado a una lesión grave o a un asalto mortal, quién se atreviera a tanto sería perseguido como criminal.

Después de todo, el Reino y todos los gobernadores del territorio querían evitar una guerra con la gente bestia, particularmente porque la guerra contra las tribus de gente bestia no sería entre milicias en el campo de batalla.

Si no que sería una embestida guerrillera, contra cualquier humano que entrara al bosque, siendo asesinado.

Los leñadores y cazadores perderían los lugares donde encontrar su sustento, causando graves daños a la economía. Cualquier ruta que atraviese o pase cerca del bosque se volvería peligrosa, y con un rápido incremento en gastos para la contratación de escoltas y de la tasa de heridos, ya no sería factible que los mercaderes viajasen regularmente.

Si las cosas empeoraran, la mayoría de administraciones feudales entrarían en quiebra.

Por lo tanto, nadie se arriesgaba a insultar a la gente bestia por molestar.

Normalmente.

En efecto, normalmente. En cada mundo existen idiotas y degenerados, incluidos aquellos que les gustaría provocar un conflicto entre humanos y la gente bestia. Traficantes de armas, mercenarios, desestabilizadores extranjeros, etc…

“¿Por qué no vamos a por ella? ¿En dónde suele—?”

A media pregunta de Mile, la puerta se abrió violentamente. Un hombre de unos treinta años, cogido de la mano con una niña de cinco o seis años, irrumpió por la puerta, con una expresión calamitosa en su rostro.

“¿Drafel?” dijo el dueño dirigiéndose a él.

El hombre llamado Drafel gritó: “¡Faleel ha sido secuestrada!”

“¡¿¡¿Quéeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee?!?!”

El hombre agachó la cabeza y con una dolorida voz dijo, “Hace un rato, mi hija llegó a casa llorando. Al preguntar que sucedió, dijo que Faleel había sido secuestrada por algunos extraños. ¡Lo siento mucho, enserio lo siento!”

Cuando por fin lograron calmar a la niña sollozando, Methile, se enteraron de que varios hombres extraños habían aparecido frente de las niñas que jugaban. Uno había gritado: “¡Ahí está!” y cogieron a Faleel, antes de silenciarla y llevársela con ellos.

“Faleel trató—hic—de morder sus dedos y patearlos, pero—snff—le pusieron un paño sobre la boca y la ataron y—hic—se la llevaron con ellos… Hice lo mejor que pude, pero me alejaron… Lo siento, lo siento…” Methelia se echó a llorar una vez más.

“¿Q-qué hago…?”

Aunque  el  dueño  era  un  tipo  grandote,  se  encogió,  ante  la  inquietud.

Comprensiblemente, parecía bastante conmocionado.

¡No nos sirve de esta manera! Tenemos que hacer algo, pensó Reina. Justo antes que intentara hablar, entonces…

“¡¿¡¿¡¿ES ESO CIERTOOOOO?!?!?!”

“¡Ep!”

El dueño, Sir Dafrel, la pequeña Methelia, las tres chicas del Pacto Carmesí y la esposa, que había salido a toda prisa de la cocina, presintiendo que algo sucedía. Gritaron todos de repente de miedo.

“¡¿¡¿¡¿ES ESO CIERTOOOOOO?!?!?!”

La voz, que parecía haber surgido de las profundidades del infierno, era la de Mile.

Mile, que ahora se estremecía de rabia.

Mile tiene varios niveles de enojo: el primero, hay pucheros y mal humor. Esto significa que estaba de mal humor un poco. Y aunque podía quejarse y enfadarse por un rato, no había mucho de qué preocuparse. Luego, estaban momentos en que no mostraba expresión alguna.

Esto significaba que estaba bastante cabreada. En estos casos, ella era fría, serena e implacable al tratar con sus enemigos. Por ejemplo, esto sucedió cuando, se enfrentó a acosadores en su vida anterior o a bandidos en este.

Finalmente, estaban los momentos en que realmente mostraba su enojo. Este era el caso cuando alguien lastimaba a sus aliadas u otra persona importante para ella.

Por ejemplo, durante la lucha contra los dragones ancestrales…

“Señorita, ¿te importaría mostrarme el lugar donde fue secuestrada Faleel? Me llevarás allí, ¿verdad?”

¡Asentir Asentir Asentir! Methelia asintió vigorosamente.

“Bueno, entonces, ¡vamos!”

¡Da miedo! ¡Da mucho miedo! Pensó Reina. Sin embargo, como líder de Pacto Carmesí—ejem, bueno como gestora del grupo, con la mayor experiencia como cazadora—debía de hacer algo.

“¡Pauline, ve con el dueño al Gremio! ¡Haz que haga una solicitud de emergencia y acéptala inmediatamente!”

“¿Eh?”

Tanto el padre de Faleel y Sir Dafrel parecían perplejos.

“¡E-este no es momento para eso!” protestó el dueño. “¡Si necesitan dinero, se los pagaré después! ¡Solo dense prisa y encuentren a Faleel! ¡Por favor, necesito que encuentren a mi hija!”

“¡Relájese!” dijo Reina, explicando, “Haremos todo lo posible para encontrarla. Es precisamente por eso que este paso es necesario. Si salimos de inmediato, esto oficialmente será una operación independiente. Suponiendo que encontramos a Faleel y se desata una batalla, se considerará un conflicto personal, y si los secuestradores han sido contratados por un noble u otra persona con riqueza, existe la posibilidad de que seamos etiquetadas como ladronas o villanas. Y si eso sucede, entonces es posible que nunca recuperemos a Faleel.”

“Oh…” el dueño apenas quedó sin palabras.

“Por eso llenaremos la solicitud de emergencia. Si hace un anuncio público al Gremio sobre el secuestro de Faleel, presenta una solicitud de emergencia para su rescate y solicita la captura—o aniquilación—de los delincuentes, Pauline puede aceptarla, haciendo de nuestra misión una solicitud oficial. Cualquiera que intente obstaculizar se convertirá en enemigo del Gremio. Y sabe que ningún cazador, mercenario, aristócrata o mercader honrado querría jamás volverse un enemigo del Gremio de Cazadores, ¿verdad?”

De hecho, así como la empresa mercantil y el señor feudal involucrados en el incidente en la ciudad natal de Pauline se habían preocupado por algo así, el dueño de esta posada sabía que ir contra el Gremio podría resultar fatal para cualquiera, independientemente de su posición en la sociedad.

Reina no era la única consciente de esto; las otras tres chicas también lo sabían, asintiendo con la cabeza junto con su explicación. Tales hechos fundamentales habían sido cubiertos en la Hunters’ Prep. Después de todo, las clases no eran solo para tomar una siesta.

“Además, si terminamos en una situación difícil, siempre y cuando estemos en un trabajo oficial y cumplamos con los términos, el Gremio nos enviará respaldo— incluso si nuestro enemigo resulta ser noble o mercante. En otras palabras…”

“¿En otras palabras?” preguntó el dueño.

Reina sonrió perversamente y respondió: “En otras palabras, podremos asegurarnos de que nuestros enemigos aprendan que cualquiera que intente meterse con la pequeña Faleel—con cualquier amigo nuestro—descubrirán que estarán mejor muertos. Esos secuestradores descubrirán muy, pero muy pronto lo que le sucede a cualquiera que intente ponerle una mano encima a un amigo del Pacto Carmesí…”