Tantei wa mou, Shindeiru (NL)

Volumen 5

Capitulo 1: La Aventura Que Comenzó De Nuevo Después De Un Año

Parte 2

Los Fríos Recuerdos

“Siesta, ¿qué está pasando?”

Salí apresuradamente del baño y le pregunté a Siesta quién había regresado a la sala.

Quería saber a qué se refería cuando dijo: “No me rendiré con Nagisa Natsunagi”.

“Sécate el pelo, te resfriarás”.

Pero Siesta dijo, tocando un cojín cercano a su lado. Probablemente quería que me sentara.

“Aquí tienes una toalla”.

Me senté en el cojín y Siesta se acercó a mí por detrás, secándome la cabeza con una toalla. Miré la mesa y vi una caja de pizza. Siesta debió haberlo pedido mientras estaba en el baño.

“Una mente sana proviene sólo de un cuerpo sano”. Entonces, después de asearme, tuve que comer.

Recordé que no había comido nada durante los últimos tres días y abrí la caja.

“… ¿Se supone que la pizza se parece a Pac-Man?”

“… No podía esperar hasta que salieras del baño.”

Me di la vuelta, miré de cerca el rostro de Siesta y encontré algunos rastros de queso en sus labios.

No pude evitar hacer una mueca ante ese hecho. Luego, nos sentamos uno frente al otro en la mesa, poniéndonos pizza en la boca. Ha pasado un año desde que compartí una comida así con Siesta.

“…Delicioso.”

El nostálgico sabor a basura se filtró a través de mi cuerpo cansado. Hace cuatro años, Siesta y yo comimos pizza en mi casa y luego me fui de aventura con ella. Pasamos tres años en una vida cotidiana vertiginosa, deslumbrante y anormal.

Luchamos contra los [Androides] tantas veces, encontramos muchos incidentes inesperados, y cada vez que los resolvíamos de manera segura, lo celebramos con un brindis de coca-cola y comíamos cosas como esta.

…He disfrutado mucho. Podría darme un baño, comer e intercambiar palabras con alguien importante para mí. Pero eso es un privilegio solo para los vivos. Para los que no vivían. Natsunagi—

“Asistente.”

De repente, noté que las yemas de los dedos de Siesta estaban limpiando mis ojos.

No sé si alguna vez he sido un humano tan débil. “…Mi error.”

“Es demasiado tarde.”

Nuestras muecas se superpusieron.

“Sé todo sobre ti, incluso tus debilidades”.

Por eso está bien. Dijo como si fuera mi tutora. “No sabes sobre el año pasado, ¿verdad?”

“Para nada, pero…”

Entonces la sonrisa de Siesta se convierte en una preocupada.

“Todo lo que sé es que has estado tratando de devolverme la vida”.

Sí es cierto. Hace unos diez días, justo después de pelear con Fuubi-san, juré a [Siesta]… Fue al amanecer cuando le grité, que estaba en el corazón de Natsunagi.

“¿No me lo vas a decir?”

Le pregunté a Siesta quién estaba al otro lado de la mesa. “¿Decirte qué?”

“Lo normal.”

Ella podría haberme llamado tonto. Pensé que lo haría.

¿Qué pensaba ella de mi deseo en ese entonces? “No lo diré.”

No pude ver la cara de Siesta cuando dijo eso. “Y no tienes permitido decírmelo.”

Miré a Siesta, que me miraba fijamente, sus ojos lucían un poco húmedos, ¿o tal vez era solo yo?

“… Aunque no creo que tenga derecho a decirte eso.” Pero sería una mentira si no te lo dijera.

“Es bueno verte otra vez.”

Con ese pensamiento en mente, le dije a Siesta las palabras que no dije durante mucho tiempo.

“Sí, siento lo mismo”.

Y Siesta aceptó mis palabras con una sonrisa, sin burlarse de mí como solía hacerlo.

Sin embargo, ni Siesta ni yo podríamos estar realmente felices con esta situación. Es cierto que mi deseo se hizo realidad, pero no es el final que imaginamos, y ciertamente no es el que queríamos. No podría llamar a esto un final feliz en absoluto.

“Oye, Siesta, ¿qué quieres decir con que no te rendirás con Natsunagi?” Así que le pregunté de nuevo.

“No puedo decir nada con seguridad todavía. Pero, ¿alguien ha visto morir a Nagisa Natsunagi?”

… Así que eso es lo que Siesta aún no sabía.

Por un breve momento, creí ver un rayo de luz, pero se desvaneció rápidamente.

“—Lo vi. Sostuve la mano de Natsunagi mientras se enfriaba”.

La escena de hace tres días  de repente pasó  por mi mente,  y una sensación amarga brotó en la boca de mi estómago.

Ese día, en mi cama de hospital, Fuubi-san me dijo que Natsunagi había muerto. Estaba incrédulo, e incluso si no hubiera estado tan emocionado al respecto, todavía no pensé que debería creerlo.

Hace un año, había entendido mal la muerte de Siesta. Había perdido parte de mi memoria debido al [polen] de Betelgeuse esa vez, y aunque Fuubi- san me informó más tarde de la muerte de Siesta, resultó ser algo diferente a la verdad.

Decidí que no podía tomar la declaración de Fuubi-san al pie de la letra y me apresuré a salir de la sala de oficiales… donde conocí a un médico. El hombre dijo que es el director de este hospital y me llevó a cierta sala de oficiales. Y luego,

“Nagisa Natsunagi está durmiendo en una cama con un ventilador conectado”.

Había muchos tubos conectados a su cuerpo y parecía que estaban tratando de salvar la vida de una niña con el poder de la ciencia.

“Entonces Nagisa todavía está…”

“Yo también pensé que ella todavía estaba viva”.

Aunque la situación era ciertamente impredecible, Natsunagi todavía estaba viva. Existe la posibilidad de que se pueda salvar, y cuando tuve ese rayo de esperanza, el médico me dijo:

“Nagisa Natsunagi se encuentra ahora en un estado de muerte cerebral”.

La muerte cerebral significa literalmente que el cerebro humano ha dejado de funcionar por completo y no hay posibilidad de recuperación: cero. El paciente nunca volverá a despertar y, en muchos países del mundo, la muerte cerebral se considera una muerte legal.

El electrocardiograma latía silenciosamente gracias al ventilador y la medicación, pero no duraría mucho… Como Natsunagi no tiene familiares, nadie podía tomar la decisión de retirarla del ventilador, y esta era la única opción que quedaba.

No mucho después de eso, la condición de Natsunagi cambió repentinamente drásticamente, y nadie pudo visitarla. La última vez que tomé la mano de Natsunagi, estaba tan fría como el hielo, tan impropio de su nombre.

“Así es como es.”

Cuando Siesta escuchó lo que había sucedido, bajó los ojos como si estuviera reflexionando sobre algo.

“Ni siquiera podemos verificar la situación actual de Nagisa, eh…”

Si. Como dije antes, no se me permitió reunirme con Natsunagi en este momento. De hecho, dada la definición de no visitantes, uno podría adivinar hasta cierto punto lo que le sucedió a Natsunagi. Después de todo, Natsunagi ya está…

“No sé cuál es la condición de Natsunagi ahora”.

Ahogué la respuesta que debería aparecer en mi cabeza y le respondí a Siesta.

“Sin embargo, conozco a una persona que podría saber por qué Natsunagi está en este estado”.

“Esa sería….”

Siesta frunció el ceño como si ella también hubiera pensado en esa existencia.

“Sí, esa es tu junior, Mia Whitlock.”