Watashi, Nouryoku Wa Heikinchi De Tte Itta Yo Ne! (NL)

Volumen 6

Capitulo 47: Ruinas “Aquí Vamos…”

Parte 3

Para crear una barrera de sonido, simplemente tenía que levantar una pantalla que interrumpiera las vibraciones que se movían en el aire entre uno y un oponente.  Sin embargo, hacerlo con luz significaría que, si bien tu oponente no podría verte, tampoco podrás ver a tu oponente.

El hecho de que la luz no pueda pasar también significaría que estaría completamente oscuro a tu alrededor, y estarías congelado en el lugar, incapaz de ver tu entorno incluso cuando tu oponente ve algo como una capucha de oscuridad donde estabas parado, haciendo más fácil determinar tu escondite.

Además, si pudieras hacerlo de alguna manera para poder ver fuera de tu capucha, permitiendo que la luz y las ondas electromagnéticas del exterior entren sin permitir que la luz reflejada en ti escape, la temperatura en el interior se elevaría a insostenibles temperaturas. Sería un efecto invernadero.

Si luego intentaras desahogar el calor, el alcance de tu visibilidad externa aumentaría; oponentes que podían ver las ondas infrarrojas visualmente, así como los oponentes con cosas como los órganos de las serpientes, que pueden detectar ondas infrarrojas, podrían detectarlo fácilmente.

Además, esto no podría considerarse como una simple cuestión de aislar la luz reflejada. Cualquier luz reflejada por el paisaje detrás de ellos todavía tendría que pasar para dar la ilusión de que no estaban allí.

Descubrir cómo eliminar todos esos obstáculos sería un problema mucho más allá del alcance de las personas de este mundo, que no tenían un concepto del espectro de luz visible, mucho menos ondas infrarrojas, calor y otras propiedades especiales de la luz.

¿Reina pudo aceptar la explicación de Mile tan fácilmente porque no entendía tales asuntos y simplemente pensó que realmente funcionaría de la misma manera que una barrera de sonido? ¿O fue porque era Mile, lo que siempre significaba que no tenía sentido cuestionar su lógica?

En esa nota, sería absurdamente difícil para cualquier persona normal promulgar un campo de invisibilidad total usando magia. Sin suficiente conocimiento científico, formar y emitir el pulso de pensamiento apropiado para superar todos estos factores— inconscientemente, nada menos—sería imposible para la gente común.

Sin embargo, en el caso de Mile, todo lo que tenía que pensar era, ‘¡Capa de invisibilidad, actívate! ¡Hazme invisible y lidia con todas las complicaciones de eso por mí, por favor!’ y las nanomáquinas se encargarían del resto. Según el razonamiento de Mile, esto era simplemente un uso normal de la magia según lo indicado por sus pensamientos, aunque obviamente, ese no era el caso.

Ella tenía un nivel 5 de autorización para las nanomáquinas.

Incluso si no pudiera conceptualizar y emitir la imagen del proceso concreto apropiado para que las nanomáquinas se actualizasen, siempre y cuando sus palabras y la imagen del resultado que deseara fueran adecuadas, podría contar con las nanomáquinas para encargarse de todos los detalles necesarios a su propia discreción.

Era esencialmente la diferencia entre completar todos sus formularios de impuestos sobre la renta manualmente y simplemente pagar a un asesor fiscal que se encargara de todo por ti.

“Entonces, ¿seguimos?”

Con eso, Mile activó su barrea de sonido y capa y puso sus manos sobre la puerta.

Pacto Carmesí empujó suavemente la puerta y salió al pasillo. Al ver que no había carroñeros alrededor, cerraron la puerta y luego, después de mirar cuidadosamente el lugar, continuaron su investigación.

“Entonces, ¿Por dónde deberíamos ir?”

Incluso, antes que Mavis preguntara, Mile ya se había hecho la misma pregunta.

Después de pensar por un momento, sacó una espada oxidada de su inventario. Era algo que ella había saqueado de los bandidos que habían eliminado hace algún tiempo. La colocó suavemente en el suelo y ordenó a todas que se alejaran un poco.

Unos diez segundos después, un carroñero se acercó desde un lado del pasillo. En el momento en que notó la espada tirada en el suelo, se apresuró a recogerla y luego regresó en la dirección de dónde provenía.

“¡Parece que este es el camino!” dijo Mile. Las otras tres asintieron.

Aunque Reina había informado inicialmente que los carroñeros eran bastante rápidos, este no parecía moverse en absoluto.

Era muy posible que pudiera ir más rápido si lo pensara, pero su velocidad normal era claramente un poco más lenta que eso.

Moverse más rápido gastaría más energía y causaría más desgaste en su cuerpo; dado que no parecía excepcionalmente limitado por el tiempo, no era necesario que se esforzara tanto.

Por lo tanto, las chicas pudieron seguir al carroñero sin esforzarse demasiado. “Oh,” remarcó Mile. “Parece que entro ahí.”

De hecho, justo como había notado, el carroñero acababa de cruzar el umbral de lo que parecía ser una especie de entrada.

Naturalmente, esta entrada no tenía puerta. Dada la altura y la constitución  de  la criatura, habría sido una tarea difícil tener que abrir y cerrar todas las puertas. Por supuesto, podría haber empleado una puerta automática o algo así, pero era poco probable que los dispositivos con muchas partes móviles resistieran la prueba del tiempo, y las puertas no parecían ser necesarias para algo como un carroñero.

Y así, las cuatro se arrastraron por la entrada detrás de él. “¿Qué diablos es esto…?”

“………”

La escena que se desplegaba ante ellas era: un enjambre de carroñeros, sosteniendo objetos que parecían herramientas en sus manos, alrededor de una larga fila de mesas de trabajo apiladas con varios objetos.

Reina, Mavis y Pauline ni siquiera podían concebir lo que sucedía ante sus ojos, pero para Mile, así era como aparecían las cosas: “Es un taller…”

Como la palabra lo indica, la operación era pequeña—menos que una planta industrial a gran escala que el tipo de fábrica de segunda categoría que podría aparecer en algún pueblo atrasado. Por supuesto, no había cintas transportadoras ni nada para ayudar a la línea de ensamblaje—solo una serie de carroñeros frente a los objetos que se colocaron sobre las mesas estacionarias, trabajando en algo.

“Son…golems…”

De hecho, lo que tenían sobre la mesa eran los cuerpos de los golems—golems de roca y golems de hierro.

Los golems metálicos podrían haber estado hechos de algo como cobre en lugar de hierro, pero de todos modos se les llamó ‘golems de hierro’. Los golems de roca no podían compararse con su fuerza. Incluso entre Pacto Carmesí, tal vez solo Mile tenía la posibilidad de poder cortar uno.

La gracia salvadora para los cazadores era que los golems nunca dejaban sus propios territorios, lo que significa que era esencialmente desconocido para ellos entrar en asentamientos humanos y atacar.

La única vez que los golems ponían una mano sobre los humanos era cuando los humanos entraban ilegalmente en sus territorios, e incluso esto solo sucedía cuando los cazadores invasores buscaban cazar u otros materiales de la tierra—o cuando tenían como objetivo hacer que los golems fueran su caza y comprometidos con ellos en la batalla. En tales casos, el porcentaje de cazadores que pudieron vencer a un golem de hierro era increíblemente bajo.

“¿Q-qué estarán haciendo…?” susurró Pauline.

“Reparaciones, supongo. Ya que no puedes curar un ‘golem’,” respondió Mavis.

Como los carroñeros no parecían estar produciendo nuevos individuos, Mile asintió. Si hubieran estado produciendo continuamente golems nuevos durante decenas de miles de años, los golems se habrían extendido por todo el planeta como una pandemia. Dado que este no era el caso, y que los territorios de los golems no parecían estar aumentando, era un buen juicio.

“¡Cierto!”

Mile fue golpeada con una epifanía. Finalmente, sabía la razón por la cual los golems dejaban de funcionar repentinamente con la destrucción de sus cabezas, que no contenían nada más que sensores auditivos y visuales.

Es más que probable que los golems confiaran en calcular sus circunstancias actuales para moverse, un cálculo que se basara en la información transmitida desde una fuente externa.

Si esto se cortara, entonces podrían terminar atacando a sus propios aliados, o dañando involuntariamente a sus (probablemente antiguos) ‘maestros’, por lo que habrían sido diseñados para dejar de funcionar si todos sus sensores fueran destruidos y esperar hasta que alguien pudiera venir a recogerlos—alguien como los carroñeros.

“¿Y a qué conclusiones estás llegando por tu cuenta, genio?” dijo Reina sarcásticamente. Para ser justos, este no era el momento ni el lugar para que Mile diera largas explicaciones.

Con eso en mente, Mile la ignoró y comenzó a usar su magia de vigilancia, pensando que una operación modesta como esta no podría ser lo único presente en una instalación construida  tan  profundamente  bajo  tierra.  No  cabía  duda  de  que  estas ruinas estaban formadas por una variedad de operaciones diferentes y más pequeñas, todas combinadas en una institución más grande.

“Un complejo industrial antiguo…”

En su vida pasada, Mile solía hojear folletos sobre maquinarias como pasatiempo. Ella estaba enamorada de su estética. Naturalmente, este interés se extendió también a los equipos a gran escala.

“¿Qué…?”

No había nada.

Lo que descubrió su exploración mágica fue que no había ningún otro taller en funcionamiento en ningún otro lugar de esta instalación.

Dicho esto, ella recibió una serie de puntos habitacionales que estaban enterradas en las rocas o tierra, los restos de construcciones similares a máquinas que habían sido aplastadas por los escombros caídos y otras cosas de esa clase. Incluso las construcciones tipo máquina no conservaban ni el más mínimo parecido con sus formas originales—no eran más que montones de metal oxidado y polvo.

Las que fueron enterradas probablemente podrían ser excavadas, con tiempo suficiente.

La razón por la que esto no había sucedido hasta ahora era que probablemente estaba fuera de las responsabilidades programadas de los carroñeros. Además, eran máquinas que pertenecían a los ‘maestros’ de los carroñeros, por lo que es probable que desarmarlas para reciclar el metal estaba fuera de cuestión.

O tal vez simplemente había otros que debían estar a cargo del mantenimiento de las máquinas, y esas unidades ya habían sido destruidas…

La escasa cantidad de carroñeros que habían sobrevivido se reparaban así mismos y a sus camaradas en armas y utilizan una escasa cantidad de materiales para crear algunos más.

¿Para qué? ¿En previsión de algo?

¿Habían ordenado sus amos que esperaran ‘el día que algún día llegaría’?

¿Aún estaban esos maestros en esas habitaciones enterradas, existiendo como restos momificados? ¿O habían utilizado esas escaleras y ese ascensor para escapar seguros?

Las chicas no tenían forma de saber lo que había sucedido hace mucho tiempo. “Volvamos. No parece que haya otras instalaciones por aquí, y quiero dejar a estos muchachos con su trabajo.”

“………”

Las tres estaban en silencio.

“Muy bien, entonces retirémonos,” respondió Reina, varios segundos después. Mavis y Pauline asintieron.

Si destruyeran este lugar, entonces el número de golems de esta región disminuiría lentamente y eventualmente se extinguirían por completo. Por supuesto, esto probablemente sería una bendición para los humanos. Sin embargo, ninguna de las chicas tendría el valor para hacer tal cosa.

¿Estuvieron todas de acuerdo porque la solicitud había venido de Mile, quien muy rara vez expresaba sus propios deseos? ¿O fue porque se sentirían culpables por destruir ruinas que habían permanecido durante tantos años? ¿O había alguna otra razón? Solo cada chica lo sabría.

Todas volvieron de regreso a la parte interior de la cueva.

Debido a que su regreso por las escaleras fue una subida ascendente, requirió mucha más resistencia que la primera parte del viaje, pero al menos fue mucho más fácil para sus rodillas y espaldas. Era manejable siempre y cuando tomaran descansos en el camino. Las cuatro eran cazadoras de rango C, después de todo.

Pusieron la pared de la entrada de la misma forma en que la habían encontrado, y una vez que Mile confirmó que los demonios no podrían detectarlo, volvieron a la salida y lanzó un hechizo para anular los efectos de la droga para dormir.

Como los demonios ya habían estado dormidos en primer lugar, ella simplemente podría haberlos dejado como estaban y dejarlos esperar a que la droga desaparezca naturalmente, pero si algún monstruo o bandido entrara mientras aún estuvieran bajo sus efectos, serían aniquilados. Ella no estaba preparada para poner innecesariamente a nadie en peligro.

Especialmente considerando que los guardias aún seguían dormidos. Regresaron a su campamento para dormir el resto de la noche.

“Mi suposición es que la entrada se cerró con una roca a propósito para que nadie use más ese pasadizo. Simplemente algún movimiento causó que la roca se moviera, lo que la abrió nuevamente. Me pregunto si, simplemente se dejará como está o si los carroñeros se darán cuenta de que se ha abierto y comenzarán a usarla nuevamente como entrada… En fin, apuesto a que tienen muchas otras entradas, así que probablemente no se molesten, aunque lo noten. Sin embargo, probablemente arreglen esa cosa que parece un ascensor, por lo que debería ser mucho más fácil bajar la próxima vez.”

“¿Espera, ‘la próxima vez’?” preguntó Reina. “¿Planeas volver ahí? ¿Por qué querrías hacerlo?”

Mile no respondió, lo pensó secretamente, lo olvidé esta vez, pero espero que pueda volver algún día.

Sí, era eso. El orbe que había tomado del pecho del golem de roca que derrotaron hace tanto tiempo que ahora permanecía en su inventario.

En algún momento, se dio cuenta de que este orbe era donde reside el corazón de un golem.

***

“Bueno, si los demonios encuentran ese lugar, entonces no hay nada que podamos hacer al respecto. No tenemos ningún derecho a interferir, y serían libres de afirmar que todo lo que hicieron fue descubrir el nido de un monstruo y destruirlo. No nos molestaría—o más bien a los humanos. Además, esos tipos probablemente no tendrían idea de lo que significan esas cosas allí abajo, por lo que simplemente concluirían que el lugar era otro fracaso—solo algunas ruinas vacías en las que los monstruos habían establecido su residencia. Por lo que se moverán a investigar el próximo sitio.”

Mile explicó todo esto a las demás en el camino de regreso a la capital, aunque en realidad era poco probable que los demonios alguna vez cruzaran esas escaleras o esa instalación subterránea.

Dicho esto, incluso si las descubrieran, no importaría. Ella ya había explicado eso.

Su deseo de abandonar las ruinas tal como las había encontrado era un poco más que un sentimiento. Eran un grupo de máquinas, que han trabajado incansablemente desde hace algún tiempo en el pasado distante, honrando los comandos de los maestros que las habían construido… De repente, la golpeó una sensación de déjà vu.

Hey, ¿Nanos?

Llamó gentilmente dentro de su cabeza, pero en un raro giro, las nanomáquinas no respondieron.

¿Eh? Me pregunto si se han ido a alguna parte…

Mile comenzó a preguntarse—¿habrá otras ‘ruinas vivas’ en el mundo? Si  alguna hubiera sido mantenida en un estado más completo, ¿sería eso lo que buscaban los dragones ancestrales?

Por ahora, todo lo que podía hacer era rezar para que sus verdaderos objetivos fueran pacíficos.

***

Al volver a la Capital, Pacto Carmesí se dirigió directamente a la sala del Gremio para reportar su informe.

“Disculpa, pero nos gustaría entregar nuestro informe de finalización de trabajo directamente al maestro del Gremio, si es posible…” dijo Mavis a Felicia, la recepcionista.

Sus ojos se abrieron de sorpresa. “To-todas…” las saludó como si desconfiara de ellas. “M-me alegra que hayan vuelto a salvo, pero ¿de verdad completaron su trabajo? ¿Fueron capaz de identificar la identidad de los sospechosos?”

“Er… Sí.”

Mavis dio un paso atrás cuando Felicia se inclinó sobre el mostrador, presionándola.  “¿Y me estás diciendo que los quieres reportar directamente al maestro del Gremio, y no a una simple recepcionista como yo, acá donde los demás cazadores pueden escucharte?”

“Erm, ¿S-sí?”

Mavis estaba petrificada bajo la mirada de Felicia, pero su resolución era inquebrantable.

“Vengan conmigo, entonces. ¡Necelle, encárgate del mostrador!”

Felicia dejó a otra empleada en el mostrador y lideró el camino, Pacto Carmesí la siguió.

La oficina del maestro del Gremio estaba en el segundo piso, como siempre estaba en este tipo de edificios. Felicia entró sola para explicar la situación mientras las otras cuatro esperaban afuera. Luego, fueron llamadas a entrar.

“Muy bien, escuchemos su reporte,” dijo el maestro del Gremio presionando.

Este maestro del Gremio, el maestro de la rama de la capital del Gremio de Cazadores en el Reino de Vanolark, daba la impresión inmediata de ser un cazador retirado terminando sus cuarentas o a principios de los cincuenta. Su edad no sería un problema si fuera un mago, pero para un luchador cuerpo a cuerpo del frente, sobrevivir al ser de mediana edad podría ser difícil.

El hecho de que se haya convertido en el maestro de la rama del Gremio de la capital después de retirarse significaba que tenía que ser increíblemente hábil.

Tenía una expresión seria y una barba distinguida que parecía haber sido cuidada especialmente para darle un aire más de dignidad.

Debido que eran un grupo de novatas que habían pedido esta reunión, su posición aquí era baja. Así que Pacto Carmesí permaneció de pie, frente al maestro del Gremio mientras estaba sentado detrás de su escritorio. Felicia también estaba al acecho al lado del maestro del Gremio.

“Soy Mile del Pacto Carmesí, cazadora de rango C. Me gustaría informarle sobre los resultados del trabajo que aceptamos, así como alguna otra información recientemente desarrollada desde el extranjero. Aún creo que esta noticia no haya llegado al área, pero creo que puede ser pertinente.”

Con eso, Mile soltó todo lo que sabía—por supuesto, excepto, los detalles del taller subterráneo y de las escaleras que llegan al lugar.

“Acepto su informe, y sospecho que los próximos pasos serán una decisión de la Corona. Dicho esto, dado lo que nos has dicho, imagino que una vez que los funcionarios del palacio hayan terminado de debatir sin cesar y finalmente decidan actuar, los demonios ya habrán empacado y se habrán ido.”

“En cualquier caso, buen trabajo. Le doy a sus logros una calificación de A.” Se giró para dirigir sus palabras a Felicia. “Ah—y obtienen un bono de un oro por traernos información adicional, así como algunos puntos de contribución.”

Y así, el primer trabajo del Pacto Carmesí en la rama del Gremio de la capital en el Reino de Vanolark fue un gran éxito.

Me alegra que hayan vuelto a salvo, pensó Felicia mientras revisaba la valoración del Pacto Carmesí para reflejar el sorprendente aumento en la compensación.

Pero para que hayan podido investigar a un grupo de demonios de manera tan eficiente… Además, el hecho de que mencionaran dragones ancestrales y gente bestia en el informe al Maestro… Todo es bastante… Hm, me pregunto si fui demasiado dura con Colmillos Plateados. Bueno, en realidad no fue la gran cosa.

Aunque Felicia se apresuró a descartar el asunto, había sido una molestia para los miembros de Colmillos Plateados.

Cuando regresaron tambaleándose a la sala del Gremio derrotados, habían sido golpeados violentamente delante de todos los otros cazadores y empleados del Gremio. Felicia los había tachado como ‘débiles cobardes’ y ‘buenos para nada que ni siquiera pueden seguir el ritmo de un grupo de niñas’.

Desde la perspectiva de Felicia, no había forma de que un grupo de cazadores de rango B hubiera podido perder el rastro de un grupo de niñas, algunas de las cuales todavía eran menores de edad.

Solo podía suponer que habían decidido que la tarea era una molestia y se habían rendido a mitad de camino, regresando a casa con alguna excusa inventada.

Renunciar simplemente por aburrimiento significaba que estaban desafiando directamente sus órdenes y abandonando a un grupo de cazadoras novatas, dejándolas morir prácticamente ante sus ojos. Esta había sido la base de la severa reprimenda de Felicia a los pobres cazadores de Colmillos Plateados.

Colmillos Plateados, tan maltratados, no ofrecieron ninguna respuesta, simplemente se arrastraron de regreso a su posada, cabizbajos y con la cola entre las patas. No estaban en condiciones de emprender su viaje como lo habían planeado, por lo que no tenían otra opción.

El impacto de Colmillos Plateados se duplicó por el hecho de que la reprimenda de Felicia no eran solo insultos—sino que eran la verdad.

No importa cuán cargados hayan estado, el hecho es que no han podido seguir el ritmo de un grupo de niñitas era humillante, para ellos, que se hacían llamar cazadores de rango B.

Colmillos Plateados habían permanecido en la posada unos días más, todavía en estado de shock. Cuando finalmente recibieron la noticia de que Pacto Carmesí había regresado a casa a salvo, con su trabajo completado, pudieron recuperarse nuevamente.

Estaba claro que Pacto Carmesí debía ser bastante hábil y que había sido su error dar por sentado la situación como rangos B. Unos días después de lo previsto, finalmente emprendieron su distante viaje.

Probablemente tomaría un poco más de tiempo para que Colmillos Plateados se eleven al nivel de un grupo de rango A después de todo eso.