Isekai Ryouridou (NL)

Volumen 11

Capitulo 2: Un Tirano Infantil

Parte 4

No sabía si eran de vidrio o de cristal, pero las docenas de velas encendidas reflejaban la luz de innumerables piezas de decoración.

¿Y de qué estaban hechas esas velas? Había un olor levemente dulce y suave que llenaba la habitación. Además, tampoco había mucho humo. Definitivamente eran más raras y de mayor calidad que las velas de grasa animal que se usaban en el borde del bosque.

“Responde mis preguntas. ¿Qué es exactamente lo que estás mirando sin hacer nada?” Lefreya instó en un tono que parecía que su ira estaba a punto de explotar en cualquier momento.

“Realmente no creo que pueda encontrar una respuesta que satisfaga tu curiosidad… de repente me encontré aquí en esta tierra, después de todo”, respondí, eligiendo cuidadosamente mis palabras. “Pero en cualquier caso, yo no vengo de este continente, y en mi país de origen, había muchos chefs de mi edad. Puede que te parezca un poco curioso, pero eso es todo”.

“Hmph…”

“Ahora bien, ¿responderás ahora a mis preguntas? ¿Quién eres exactamente y por qué me trajeron aquí a esta mansión? Y a punta de cuchillo, en eso”.

Ante eso, la boca de la niña se cerró con fuerza y me lanzó una mirada de disgusto.

“Y este hombre aquí…” dije, mirando al oficial colocado al lado del sofá. “Eres uno de los hombres que me secuestraron, ¿no es así? Como alguien que sirve en la mansión de un noble, ¿cómo terminas siendo un criminal?”

Honestamente, esa fue una pregunta importante de mi parte.

Sin embargo, su constitución particular y su voz apagada me eran familiares.

Su cabello castaño oscuro se arremolinaba de una manera descuidada, y con solo mirarlo estaba claro que era occidental. Y tenía un rostro hinchado y de aspecto enfermizo que hacía difícil calcular exactamente cuántos años tenía. Aun así, al menos, definitivamente se veía fuerte. Desde debajo de sus párpados hinchados, sus pequeños ojos marrones me devolvieron una mirada penetrante.

“Tengo una idea de quién es exactamente el dueño de esta mansión. Sin embargo, la persona en la que estoy pensando debería estar participando en reuniones importantes en el castillo de Genos. ¿Es consciente de lo que han hecho todos? Después de todo, me imagino que no querría provocar problemas innecesarios con la gente del borde del bosque”.

No obtuve respuesta.

“Dijiste que tu nombre era Lefreya, ¿verdad? ¿Qué eres exactamente para el Conde Cyclaeus Turan?”

Con eso, la chica de repente se sentó. Su falda con volantes se estiró hacia atrás y comenzó a brillar a la luz del candelabro.

Y luego, comenzó a patear con frustración de la nada.

“¡¿Qué tiene que ver Papá?! ¡Cuando él no está, yo estoy a cargo de esta mansión! ”

“¿’Padre’…? Entonces, ¿eres la hija de Cyclaeus, Lefreya?” Bueno, esa fue probablemente la respuesta más inocua.

El hecho de que hubiera un norteño sirviendo aquí como esclavo ya había confirmado prácticamente que este lugar era la mansión de Cyclaeus, pero se suponía que estaba en el castillo. Y así, esta revelación aclaró esa contradicción. Además, como hija de Cyclaeus, habría tenido la oportunidad de conocer la reputación de mi lugar a través de Diel.

Eso fue suficiente para aclarar la mayoría de las dudas que giraban dentro de mí.

Con toda probabilidad, Cyclaeus no tuvo nada que ver con este incidente. Después de todo, no podía imaginarlo aprobando tales acciones, especialmente cuando ni siquiera estaba cerca.

“Bien, creo que más o menos entiendo lo que está pasando. Entonces…¿qué piensas hacer conmigo, exactamente? La historia que me contaron fue que si juzgaras que me contuve con mi cocina, me prohibirías hacer negocios en la ciudad postal”.

Aún sin respuesta.

“Como expliqué, soy un chef que nació en otra nación por completo. Ciertamente intenté darlo todo al hacer ese plato, pero no sé qué tan bien encaja con los gustos de la gente de esta tierra. Aun así, definitivamente no me contuve”.

Todavía me sentía más que un poco estupefacto, pero hice todo lo posible para mantener un tono bastante tranquilo.

Si bien ciertamente no estaba dispuesto a perdonarlos por tomar a Nail como rehén, ya que parecía que este complot no era más que el resultado de la curiosidad o la picardía de una niña noble mimada, aún debería haber sido posible llevar todo a un final pacífico.

“No necesito ningún tipo de recompensa, así que déjame ir a casa. Y, por supuesto, me gustaría seguir haciendo negocios como hasta ahora… Eso es todo lo que pido. ¿Puede encontrar usted mismo para conceder esas solicitudes?”

Lefreya siguió mordiéndose el labio en silencio.

No pensé que a esta pequeña niña se le hubiera otorgado realmente la autoridad para hacer lo que quisiera con mi negocio, pero no podía decirlo con certeza.

Aun así, no me importaría si ese asunto se pospusiera al menos. Después de todo, habría una gran conmoción en la ciudad postal si mis puestos se cerraran por algo tan ridículo. Y, en cualquier caso, deberíamos tener la oportunidad de renegociar de nuevo una vez que Cyclaeus y Melfried regresen del castillo en cinco días.

Gracias a todo eso, volver a casa sería suficiente. Ese era mi único deseo aquí.

“Eres un hombre verdaderamente irritante…” dijo finalmente Lefreya, frunciendo el ceño con severidad.

Con eso, enderecé mi postura, preocupada por haber hablado demasiado apresuradamente.

Sin embargo, en lugar de dejar que su ira estallara, en su lugar, estiró silenciosamente sus delgados dedos sobre la mesa. Encima de su palma había lo que parecía un pequeño joyero, y de él sacó un pequeño objeto plateado.

Luego lo arrojó de modo que formara un arco corto y aterrizó a mis pies. Era el tipo de moneda de plata brillante que tenía en la casa del Fa.

Cada uno valía 100 monedas blancas o 1000 rojas, y prácticamente solo las veías en una casa de cambio en la ciudad postal.

“¿Entonces estás ofreciendo esto como recompensa…? Pero esto es demasiado dinero, no importa cómo se mire”.

Por lo general, obtenía una ganancia por valor de una moneda de plata en aproximadamente cuatro días, ya que mi consumo diario actual ascendía a unas 250 monedas rojas. Si tuviera que aceptar esto seriamente, honestamente probablemente terminaría dándoselo a Nail por el problema.

Mientras ese pensamiento pasaba por mi cabeza, Lefreya respondió con la misma mirada hostil en su rostro, “¿Qué estás diciendo? Ese es tu pago por el trabajo que hiciste”.

“¿Pago?” Pregunté, recogiendo la moneda a mis pies e inclinando mi cabeza.

¿Cuál fue exactamente la diferencia entre una recompensa y un pago?

“Todavía no he reconocido plenamente tus habilidades. Por lo tanto, debe hacer un trabajo equivalente a ese pago”.

“¿Eh? No entiendo lo que estas—”

“Primero será la merienda del mediodía de mañana. Si me satisface con eso, le otorgaré otra moneda de plata,” dijo Lefreya, interrumpiéndome de repente y luego dándome la espalda. “Bueno, descansaré ahora. Y debes prepararte para mañana”.

“¡Espera un momento! ¿Qué quieres decir con la merienda de mañana?¡¿No se suponía que debías devolverme a casa, independientemente de la impresión que tuvieras?!”

Lefreya se detuvo, luego me lanzó una mirada dura por el rabillo del ojo.

“Tranquilízate. Soy la dueña de esta mansión. Todos dentro de sus muros deben obedecer mis palabras”.

“¡Eso es una locura! Hay algunas cosas que incluso los nobles no pueden salirse con la suya, ¿verdad?” Grité, dando un paso adelante sin pensar.

Sin embargo, los guardias a cada lado de mí rápidamente agarraron mis brazos. Aun así, no podía quedarme en silencio.

“Entonces déjame decirte, ¡hacer algo como esto pondrá a tu padre en una verdadera desventaja! Mantiene todo tipo de discusiones con la gente del borde del bosque como representante de Genos, ¿verdad? ¡Como su hija, estas acciones tuyas lo pondrán en una posición realmente mala!”

“¿No me escuchaste decirte que te callaras…?”

“¡Tú eres la que necesita escuchar lo que tengo que decir! Si no quieres que todo esto explote, ¡déjame ir ahora! ¡Todavía no es demasiado tarde para reírse de esto! Pero si añades más a tus crímenes—”

“¿Dices que pondrán a mi padre en una mala situación?” Repitió Lefreya, interrumpiéndome de nuevo cuando su carita bien proporcionada estalló en una sonrisa diabólica. “Eso suena interesante a su manera. ¿Qué tipo de cara pondrá ese hombre cuando regrese dentro de cinco días enfurecido? Sí, seguro que resultará divertido”.

“¡Hey, espera—!”

“Pues bien, el plazo será de cinco días. Mi padre regresará por la mañana dentro de cinco días, así que crea un plato que realmente me satisfaga hasta lo más profundo de mi corazón antes de esa fecha. Hazlo y te concederé otra moneda de plata, y tal vez incluso te permita regresar a casa antes de que pasen esos cinco días”. En ese momento, Lefreya se detuvo por un momento y estalló en una sonrisa traviesa. “Sin embargo, haz un plato realmente aburrido y me aseguraré de que nunca más puedas hacer negocios en la ciudad postal, sin importar lo que mi padre tenga que decir al respecto. Si no te gusta la idea de eso, esfuérzate lo más que puedas”.

“¡Espera!” Grité en vano a la pequeña espalda de la niña.

Con eso, la joven tirana desapareció detrás de las puertas interiores abiertas por su pequeño y robusto asistente… dejándome allí parada con los soldados todavía agarrándome de los brazos, sosteniendo la brillante moneda de plata en mi mano y temblando de pura rabia.

***

¡Esto no es una broma! ¡No puedo seguir jugando con esta farsa por más tiempo!

Eso era prácticamente todo lo que daba vueltas en mi cabeza, incluso después de haber regresado a la habitación.

Fue una buena noticia que Cyclaeus aparentemente no tuviera nada que ver con este complot. Sin embargo, eso no cambió el hecho de que posiblemente no podría soportar cinco días enteros encarcelado aquí en esta mansión.

¿En qué estaba pensando esa chica Lefreya? ¿Había oído hablar de mi habilidad a Diel y decidió seguir adelante con este ridículo plan? No importa cuánto tenga que ceder ante ellos, e incluso si estuviera dispuesto a pasar por alto cómo lastiman a las personas para que esto suceda, no podía aceptar la forma en que ella no cumplía su palabra y continuaba abrazándome contra mi voluntad.

Parecía que tal vez no se llevaba bien con su padre, Cyclaeus, pero no podía importarme menos. Podían ir a resolver sus disputas familiares como quisieran, siempre que lo hicieran lejos de mí.

En cualquier caso, estaba bien y cabreado. Y la que me llamó tímidamente mientras yo ardía de rabia fue Chiffon Chel, quien fue asignada para vigilarme.

“Sir Asuta, ¿se encuentra bien…? ¿Le traigo algo de beber antes de que se duerma…?”

“No estoy bien.”

“Bueno, entonces, ¿qué tal algo de comer…? Ahora que te vas a quedar aquí en esta mansión, sería mejor comer algo antes de dormir…”

Sentí ganas de gritar: “¡No tengo intención de pasar la noche!” pero no era como si hubiera hecho algo malo, así que me detuve.

“Um, ¿puedo hacerte una pregunta, Chiffon Chel?”

“¿Sí? ¿Qué es…?”

“¿Hay algún tipo de aspecto oriental entre los soldados o sirvientes que trabajan en esta mansión?”

“Un oriental, ¿dices…?” Chiffon Chel repitió con una preocupada inclinación de cabeza.

¿Es eso algo que ella tampoco puede responder? Pensé, pero parecía que era más que buscaba en sus recuerdos para encontrar una respuesta adecuada.

“No estoy segura… Por lo menos, no creo que deba haber alguien así viviendo en la mansión…”

“¿Entonces podría haber uno entre los empleados que viajan aquí?”

“No… Como regla general, tanto los soldados como los sirvientes que trabajan aquí deben vivir dentro de los terrenos… Los ayudantes de cocina y similares que tienen otro trabajo residen en otro lugar, pero incluso cuando he visitado la cocina para probar veneno, nunca había visto a nadie con la piel tan oscura…” Chiffon Chel respondió, pero luego inclinó la cabeza hacia el otro lado. “Sin embargo… No es raro que los invitados de Sym visiten para discutir negocios con el maestro. Sin embargo, generalmente regresan cuando el sol todavía está alto en el cielo, así que nunca he tenido la oportunidad de entretenerlos…”

“Ya veo. Gracias.”

En ese caso, incluso si Sanjura tenía vínculos con esta mansión, no estaba lo suficientemente cerca de ellos como para que le ofrecieran un lugar para quedarse aquí.

Su participación era lo único de lo que todavía tenía dudas.

Parecía que el “empleador” de Sanjura que había mencionado era Lefreya en lugar de Cyclaeus. Pero entonces, ¿qué estaba haciendo exactamente al servicio de esa tirana infantil?

¿Había estado bajo algún tipo de órdenes cuando se acercó a mis puestos por primera vez? ¿Y su sonrisa y su comportamiento amable eran solo un acto para hacer que bajara la guardia? Tales pensamientos me estaban provocando aún más ira y frustración al pensar que había sido traicionado por alguien en quien confiaba.

Aun así, este no es el momento para preocuparse por cosas como esa, pensé con un gran movimiento de cabeza, despejando esas preocupaciones de mi mente.

“Chiffon Chel, me gustaría confiar en ti y hacerte una pregunta más…”

“¿Sí? ¿Qué es…?”

“Estoy pensando en intentar escapar de esta mansión en breve. ¿Es eso algo que podrías pasar por alto para mí?”

Sabía muy bien que era absurdo preguntar algo así. Si ella traicionaba mis expectativas y realmente era leal a su empleador, mi plan se arruinaría en el acto.

Pero si iba a escapar, tenía que hacer algo con esta chica que compartía habitación conmigo. Y no confiaba en lo más mínimo en poder contenerla sin que esos soldados al otro lado de la puerta se dieran cuenta.

“Eso es… Incluso sin mi interferencia, no creo que tal cosa sea posible. Hay una gran cantidad de soldados vigilando esta mansión…” Chiffon Chel respondió, sin parecer demasiado sorprendida.

“Pensé que tampoco era probable que tuviera éxito. ¿Y me matarían también si fallaba?”

“No… No podrían hacer algo tan desagradable como para quitarle la vida. Después de todo, Lady Lefreya todavía tiene diez años…”

“Pero como he dicho una y otra vez, me amenazaron con cuchillos y me llevaron aquí en contra de mi voluntad. Y esa pequeña dama tuya es la que ordenó eso”.

“Incluso si ese fuera el caso, creo que Lady Lefreya solo habría ordenado que te invitaran aquí a esta mansión. No sé cómo eso habría resultado en el empleo de métodos tan toscos, creo…”

Recordé a ese oficial con cara de estúpida vaca que servía a las órdenes de la chica en cuestión. ¿Fue su decisión interpretar las órdenes de su empleador de esa manera?

“En ese caso, si me equivoco, ¿me azotarían? Creo que puedo reunir el valor suficiente para arriesgarme”.

“Sir Asuta, el riesgo es mucho mayor de lo que cree…” respondió Chiffon Chel, bajándose de la cama y agarrando mi brazo. Sin embargo, en lugar de verse conmocionada, parecía más como si estuviera tratando de calmar a un niño irracional o algo así. “Ser azotado no es un castigo tan ligero… Afortunadamente, solo lo he enfrentado un puñado de veces, pero fue lo suficientemente doloroso como para hacer que uno quiera dejar de vivir…”

“¿Es eso así…?”

“¿Te gustaría ver mi espalda…?”

“No, pasaré”, respondí, alejándome de Chiffon Chel mientras todo tipo de emociones hervían a fuego lento en mi corazón. “Aun así, no puedo decidirme a aceptar tranquilamente mi destino. No te presionaré para que cooperes, pero ¿podría al menos pedirte que no digas nada?”

“¿Por qué sientes la necesidad de ponerte en tal peligro…? Una vez que hayan pasado cinco días, podrás volver a casa sin necesidad de hacer tal cosa, ¿no…?”

“Porque no confío exactamente en esa promesa. Una vez que su verdadero empleador regrese del castillo y se entere de las acciones descuidadas de su hija, no hay garantía de que no decida que lo mejor que puede hacer es borrarme por completo”.

Esas palabras finalmente se encontraron con una sonrisa triste y silenciosa. Parecía que no se atrevía a decir que Cyclaeus tampoco haría tal cosa.

Aparentemente, la imagen que tenía del hombre no estaba muy lejos de la realidad. Qué reconfortante.

“En ese caso, incluso si es imprudente, siento que necesito arriesgar mi vida y darlo todo para evitar ese destino. Entonces, ¿mirarás para otro lado?”

“Sí… Sin embargo, la puerta está cerrada desde el exterior y es vigilada por guardias día y noche…”

“Correcto. Y es por eso que estaba pensando en escapar por la ventana”.

Confirmé hace un momento que había grandes ventanas al otro lado de la pantalla de partición. E incluso tenían una especie de cortinas de tela colgando de ellas también.

Aunque esta habitación estaba en el segundo piso, siempre que estuviera dispuesto a arriesgarme, usar esas cortinas para bajar la pared era definitivamente posible.

“Lo siento, pero si estás dispuesta a guardar silencio sobre mis acciones, estaba pensando en atarte las muñecas para que parezca que escapé a la fuerza. Pero, ¿existe el riesgo de que aun así te azoten?”

“Vaya… ¿Estás pensando en esos asuntos incluso cuando te preparas para poner en riesgo tu propia seguridad…?” Chiffon Chel preguntó con una sonrisa divertida. “Si aun así me azotan, entonces así será. Eso no es nada de lo que debas preocuparte…”

“En ese caso… ¿Qué tal si te escapas conmigo?” Propuse, inclinándome hacia Chiffon Chel. “Sé que tal vez no debería estar preguntando esto… Pero si te van a azotar de cualquier manera, ¿por qué no apostar por esa pequeña posibilidad?”

“No… a diferencia de usted,  Sir Asuta, si intentara escapar y fallar, seguramente sería decapitada… No por Lady Lefreya, sino por mi maestro, que regresará dentro de cinco días…”

“Ya veo…”

Al parecer, realmente había subestimado lo mal que trataban a los esclavos. Y estoy seguro de que Chiffon Chel pensó que ahora era un gran idiota.

“Si has afianzado tu determinación hasta ese punto, entonces ya no puedo detenerte. Por favor, siga su propio camino como considere apropiado… Me quedaré aquí y rezaré por su éxito…”

“Pero como resultado, puede terminar siendo azotada, ¿verdad?”

“Por favor, no te preocupes por eso… Sin embargo, debo admitir que estaba un poco emocionada cuando escuché que te quedarías aquí en esta mansión por cinco días. Ese es mi único arrepentimiento…” dijo Chiffon Chel antes de lanzarme otra sonrisa.

Era una sonrisa de hada, y me resultó difícil leer exactamente qué había detrás de ella.