Watashi, Nouryoku Wa Heikinchi De Tte Itta Yo Ne! (NL)

Volumen 4

Capitulo 28: Una Salida

Parte 1

Al día siguiente…

“¿Están listas? ¡Vayámonos!”

“¡Sí!”

Y así, Pacto Carmesí partió.

Fue un viaje de medio día hasta la aldea donde habían capturado a Lobreth. El área era profunda en el bosque, pero los aldeanos se ofendían bastante con esa descripción. Prefirieron pensar que su hogar era ‘un pueblo en las afueras del bosque’.

El camino fue fácil, por lo que el grupo llegó a la entrada de la aldea antes del mediodía. Sin embargo, sabían que no debían detenerse en la aldea; el comité de bienvenida las detendría. Por lo que, las chicas pasaron sin detenerse. El hecho de que no necesitaran reponer su suministro de agua funcionaba a su favor.

Pronto, pasaron por lo que los aldeanos llamaban ‘la verdadera entrada del bosque’.

Justo cuando entraron en esta parte del bosque, pensaron: ¿Por qué, esto no es diferente de ninguna otra parte del bosque—? de repente apareció un oso colmillo. Era extraño encontrar una bestia así aquí: más fuerte que las criaturas normales y claramente buscaba una presa fácil.

Era como si estuvieran en un RPG y de repente se hubieran encontrado con un jefe de nivel medio en el momento en que abandonaron la ‘la aldea de inicio’.

Bueno, eso fue desafortunado para el oso colmillo. Pacto Carmesí no era un grupo de caballeros cebolla de Nivel 1 equipados con varitas de madera, sino un grupo de caballeros ajo equipados con temibles cuchillas misteriosas. NdE: Si esto es una referencia, no la agarré.

¡EEP!

“Es bastante peligroso tener algo como esto merodeando tan cerca de la aldea,” dijo Pauline.

***

Después de encargarse y guardar el oso colmillo, se adentraron en el bosque.

“Parece que también hay muchos animales pequeños… supongo que huyeron de lo profundo del bosque.”

Tal como dijo Pauline, había muchos más animales y monstruos de lo habitual. Cazaron cualquier cosa que amenazara la aldea mientras viajaban, junto con los monstruos que el gremio les había ordenado atrapar o matar. Mile los almacenó en su inventario, fingiendo ser magia de almacenamiento como de costumbre.

Era sobre todo por su propia tranquilidad, pero la caza era buena. Además, era parte de la descripción de su trabajo. También podrían vender las partes para obtener una recompensa adicional además de su comisión. Por supuesto, encontrar al equipo de investigación de manera oportuna era su prioridad, por lo que el grupo siguió adelante, cazando solo cuando no retrasara su progreso.

La oscuridad cayó temprano en el bosque. Era alrededor del mediodía cuando entraron por primera vez al bosque, por lo que decidieron acampar cuando estaba demasiado oscuro para que pudieran ir más lejos de manera segura.

Mañana partirían tan pronto como amaneciera. Comieron una cena ligera y se dirigieron inmediatamente a la cama.

*** “Algo es muy extraño aquí,” dijo Reina.

De hecho, mientras continuaban hacia lo profundo del bosque el segundo día, algo se sentía raro. Esta era la primera vez que las chicas entraban a esta parte del bosque, por lo que la única información que tenían era lo que la gente les había dicho. Sin embargo, en comparación con otros bosques, algo era claramente extraño aquí.

En primer lugar, faltaban los animales y los monstruos que habían sido anormalmente numerosos el primer día. También había muy pocas de las bestias medianas, tal vez porque los ratones de campo, los jackalopes y otras criaturas pequeñas de las que se alimentaban generalmente eran escasas.

Por el contrario, los osos colmillos, los ogros y otros monstruos bastantes fuertes eran numerosos. Como se encontraban entre las criaturas que el gremio les había pedido que redujeran, Pacto Carmesí se encargó de cada una. Mile los puso en su ‘magia de almacenamiento’ (léase: inventario).

Normalmente, tal presa sería imposible de transportar y los cazadores recurrían a cortar alguna parte simbólica como prueba de la muerte. Sin embargo, Pacto Carmesí no era como esos cazadores. Sus tasas de ganancias estaban en una liga propia.

Tuvieron la sensación de que toda la fauna más desafortunada había sido expulsada, por lo que solo quedaban las criaturas más fuertes y territoriales. Por supuesto, muchas criaturas más fuertes se habían mudado por la misma razón o se habían ido en busca de los animales que eran sus presas.

Al igual que el primer oso colmillo que encontraron.

“Puedo pensar en una serie de razones por las cuales podríamos no estar viendo animales y monstruos más débiles aquí,” dijo Reina. “Número uno: sus propias fuentes de alimentos han desaparecido. Número dos: ha aumentado la cantidad de criaturas que quieren hacerlos comida. Número tres: les resulta difícil vivir aquí por alguna otra razón. O número cuatro: un gran número de ellos se extinguió repentinamente.”

Respondiendo a las señales de mano que Reina hizo mientras hablaba con un sutil asentimiento, Mile bajó su mano izquierda con despreocupación y agarró la honda del cinturón. Su mano derecha se deslizó en su bolsillo para coger una piedra.

¡Whoosh!

Mile puso rápidamente la piedra en la bolsa y la dejó volar. La piedra se elevó infructuosamente por el aire, desapareciendo entre los árboles.

“Lo siento, fallé.”

“Está bien. Estoy segura de que volverá de nuevo,” dijo Reina.

De hecho, algo había estado observando a las chicas desde un árbol cercano. Sin saber si este algo era humano o no, Mile había usado un ataque, pero había sido esquivado.

Mile se había vuelto más hábil con su honda, así que últimamente, no queriendo depender demasiado de las nanomáquinas, había renunciado a la corrección de su curso. Sin embargo, su objetivo no era ficticio.

Ella no había fallado; su objetivo lo había esquivado. En otras palabras, esto era prueba de que había estado observando directamente en su dirección.

“De todos modos, sabemos que no es la razón número uno o dos. Todos los pastos, frutas y bichos que suelen comer los animales como presa son normales y tampoco vimos una gran cantidad de animales o monstruos de tamaño mediano. Además, no veo signos de una gran calamidad o cambio ambiental que hubiera causado una extinción masiva repentina, así que el número cuatro está fuera…”

“H-hey, Reina, hace un minuto, ¿qué fue eso?” preguntó Mavis. Ignorándola, Reina continuó como si no fuera nada importante.

“En ese caso, podemos suponer que esto no se debe a causas naturales, sino al trabajo de alguna fuerza externa. Y si la composición de los monstruos en el área cambia de repente—” Mile continuó.

“¿Entonces estas criaturas más fuertes evolucionaron o invadieron y causaron un cambio en la biósfera local?”

Reina asintió. Los ojos de Mavis y Pauline se abrieron de sorpresa.

“M-Mile,” dijo Mavis, “estás usando muchas palabras complejas, pero ¿entiendes lo que significan?”

Pauline asintió con la cabeza. Aparentemente, eso fue lo que las sorprendió a ambas.

“¡¿No les dije que era la jefa de la clase en mi país de origen?”

“Bueno, pensamos que fue porque aplastaste a todos los estudiantes de honor con tus habilidades mágicas.”

“¡¿¡¿Quien dijo que fue de esa manera?!?!”

“Layl—uh, nadie. ¡No fue nadie!”

“¿Laylia? Fue Laylia-san, ¿no?”

“Waahhh…”

“¿Continuamos nuestra conversación?” dijo Reina, con su voz tensa mientras las venas se hinchaban en su frente.

Las otras tres chicas respondieron de inmediato.

“Sí señora.”

“Bueno, estaba pensando que tal vez apareció algo como un fenrir o un dragón de tierra. Si ese es el caso, solo confirmar la existencia de la criatura significará que la mitad de nuestro trabajo está hecho, pero dada la sensación que hemos recibido…”

Si apareciera un monstruo así, incluso un grupo de cuatro cazadores de rango A no sería rival.

El gremio ya suponía que un grupo de solo unos cuantos cazadores no podía manejar la tarea en primer lugar, por lo que el trabajo era una ‘investigación’ y ‘encontrar la fuente’.

La ‘eliminación’ no era parte de su misión. Eso sucedería después de determinar la causa y tener la oportunidad de organizarse para la batalla. Esto era simplemente una investigación preliminar para ese fin.

“¿Alguien nos observa?” Naturalmente, Pauline tenía una buena intuición en lo que respecta a tales asuntos.

“Sí y dado que nos observaba desde la copa de los árboles y que desapareció en un abrir y cerrar de ojos, tengo la sensación que no es humano con lo que lidiamos,” dijo Reina.

Mavis, que normalmente era rápida para detectar enemigos, parecía sorprendida. No se había dado cuenta, pero nunca había sido muy buena para detectar enemigos que ocultaban intencionalmente su presencia.

A Mile no le gustaba usar trucos y temía que todas se volvieran demasiado dependientes de ella, por lo que no había estado usando su magia de detección de largo alcance.

Sin embargo, ser negligente—o peor, dejarlas caer en una situación de la que no podrían escapar—era una perspectiva más aterradora, por lo que había estado usando magia de detección de corto alcance para al menos evitar ataques sorpresa.

Así es como se dio cuenta del observador, pero el hecho de que Reina lo hubiera hecho sin magia fue aún más impresionante.

En respuesta a la implicación de Reina de que no era humano su observador, hizo que las otras se preguntaran algo como:

“… ¿Un demonio?”

En efecto, al decir que algo ‘no era humano’ en este bosque, les trajo inmediatamente a su mente lo que había dicho el viejo mago (que por supuesto ya habían olvidado su nombre) sobre recibir su mascota ‘de un demonio’.

Las expresiones de todas eran tensas.

Pacto Carmesí podía alardear que no eran novatas si no cazadoras de rango C. Pero siendo un demonio su posible oponente, todas se pusieron nerviosas. ‘Los demonios’ eran nada más que otra raza, cuyo nombre viene de una abreviación de la frase ‘personas específicamente mágicas’. No podían suponer que el individuo en cuestión tenía una capacidad inferior al promedio.

Viéndolo objetivamente, la única que tenía la posibilidad de ganar en una batalla de uno contra uno era Mile y simplemente era una posibilidad.

Si las cuatro chicas tuvieran a demonios como oponente, podrían encargarse de dos— asumiendo que sean más débiles de lo que imaginan. Probablemente ese no fuera el caso. Los demonios en las leyendas siempre eran más fuertes que cualquiera.

Por supuesto, las leyendas solo cuentan lo más grandioso.

En efecto, al igual que los ‘cuentos populares japoneses’ de Mile.

Sin pensarlo, Mavis comenzó a buscar algo en sus bolsillos. Tenía dos frascos que Mile le había dado; dos frascos metálicos muy pequeños. Mile se los había entregado antes de que salieran de la capital, ‘en caso de emergencia’. Debido a que eran pequeños y metálicos, serían difíciles de romper.

Sin embargo, el cuento popular japonés que Mile les había contado después de darle los contenedores era el conocido como ‘Una rebanada de pan’. ¿Cuál era el significado de eso?

Ligeramente, muy ligeramente, Mavis miró a Mile.

Pacto Carmesí atravesó el bosque durante varias horas más. El camino que siguieron fue la ruta planificada del equipo de investigación, proporcionada por el gremio. El objetivo principal para este trabajo era buscar al equipo desaparecido, por lo que no tenían otra opción más que seguir ese plano.

Los cazadores desaparecidos habían sido libres de seguir cualquier pista que eligieran, pero Pacto Carmesí se apegó a la ruta lo más posible. Después de todo, habían hecho una promesa.

“¡Absolutamente… haremos realidad su deseo!”

No tenían obligación de cumplir un juramento forzado por amenaza o fuerza. De hecho, era mejor simplemente reírse de esos juramentos y olvidarlos.

¿Pero las promesas hechas a las personas que creían en ellas? ¿Promesas hechas a personas desesperadas o lastimadas? Esas eran las promesas que simplemente no podían romper. Sin importar lo que pasara.

Incluso si sus posibilidades de supervivencia fueran terriblemente escasas—incluso si todo lo que pudieran traer de vuelta fuera una parte de sus pertenencias—las cuatro encontrarían a la hija del maestro del gremio y la llevarían a casa. Le habían dado su solemne promesa y la cumplirían con convicción.

“No son demasiados, ¿verdad?” dijo Mile. “No,” asintió Mavis.

Justo como las dos notaron, los números de los monstruos que les habían dicho que mataran se estaban reduciendo.

Eso solo podría significar una cosa.

“¡Llegamos! ¡Hay ocho personas, a trescientos metros más adelante!”

Habían llegado a la fuente de lo que había causado la inusual re ubicación de las criaturas en el bosque.

“No se ven como monstruos, duendes u orcos. Parece… que fueran humanos…”

Las palabras de Mile eran cortantes, pero entendieron. Probablemente las personas eran demonios, por lo que su magia de detección tenía una reacción ligeramente diferente a la de los humanos. Llegando a esta conclusión, Reina no pudo contenerse.

“¡Tenemos que lanzar un contra ataque! Nuestros enemigos probablemente sean más fuertes que nosotras. Cuando un enemigo, te lanza un ataque sorpresa tienes que interceptarlo con tu propio contra ataque. Consideren que es nuestra única oportunidad de ganar.”

Estas eran palabras bastante pesimistas, pero si sus oponentes eran la mitad de fuertes que los que recordaba de los cuentos antes de dormir de su padre o los que ella leía en cuentos de hadas y leyendas, entonces sus posibilidades de victoria eran escasas.

En medio del bosque, no podrían cargarse a un grupo de oponentes que estaban bien posicionados en el terreno y que probablemente tenían habilidades físicas muy superiores a las de ellas. Probablemente harían que se agotaran y luego serían atacadas o eliminadas, una por una.

Todo lo que habían logrado hasta ahora era ser acosadas por demonios y enterarse de que la destrucción que habían estado viendo era posiblemente una obra de demonios, pero eso significaba que habían cumplido una parte de investigación del trabajo. Ahora, tenían que determinar qué tipo de fuerza sería necesaria para deshacerse de los demonios.

Y luego tendrían que llegar a casa con vida.

¡Whssh!

De repente, dos formas zumbaron de las copas de los árboles. “¡Earth Rod!”

“¡Water Spear!”

¡Bang!

¡Ka-shunk!

Uno de los dos enemigos que habían descendido repentinamente de las copas de los árboles hacia Reina y Pauline, con la esperanza de eliminar al instante a las magas, uno fue golpeado con fuerza por el hechizo que Reina había conjurado y cayó al suelo. El otro fue golpeado por la lanza de agua de Pauline y cayó a su vez.

Debido a que el ataque fue hecho de agua, la lanza no atravesó el cuerpo del enemigo; sin embargo, la fuerza del agua combinada con la velocidad de descenso aumentó el poder del ataque varias veces.

“¿Heh?”

Las cuatro se quedaron perplejas. Gracias a la magia de detección precisa de Mile, habían predicho con precisión cuándo atacarían sus enemigos. Sin embargo, no esperaban que sus atacantes fueran derribados tan fácil, ni que atacarían físicamente en lugar de usar magia.

Sin embargo, justo cuando se movían para observar a las criaturas derrumbadas en el suelo…

“¡No se muevan!”

Miraron hacia atrás solo para ver a cuatro enemigos detrás. Los otros dos probablemente se estaban escondiendo en alguna parte. Encima de las cabezas de estos enemigos que ahora habían mostrado sus caras tenían… orejas. Orejas extrañas.

Un par de orejas de gato altas y erguidas. Orejas cortas y caídas de perro. Orejas de zorro. Orejas de conejo.

Y todos tenían colas esponjosas.

“¿G-gente bestia?” dijeron las chicas al unísono.

De hecho, no importa cómo se vieran, no eran humanos. Pero tampoco eran demonios.

“No se resistan y no las lastimaremos. Guarden silencio y arrojen sus armas.”

Si la gente bestia—o más bien los hombres bestias, ahora que lo veían— hubieran tenido la intención de matarlas desde el principio, habría sido mejor atacar con lanzas o arcos, en lugar de lanzarse desde los árboles. Incluso ahora, con Pacto Carmesí tan desprevenido, podrían haber lanzado un ataque sin preámbulos.

Probablemente solo tenían la intención de capturarlas.