Tantei wa mou, Shindeiru (NL)

Volumen 2

Capitulo 4: Hacia El Final, El Arca De La Esperanza

Parte 6

Revancha

“¿Cuál…… eres tú?”

Le pregunté a la chica que estaba allí después de que me di la vuelta.

“Deberías entender ahora que ves esto, ¿no?”

Ojos rojos, uniforme militar rojo, varias espadas colgando de la cintura. No había duda, el nombre de la persona contra la que tuvimos un combate a muerte en Londres era,

“Hel……”

Ella no es Alicia. De pie frente a nosotros estaba Hel, el enemigo que teníamos que derrotar.

“Supongo que su tratamiento se completa… sacrificando las vidas de sus compañeros”.

Siesta se paró a mi lado y miró a Hel sombríamente. Dado que ella sabía esto, supongo que escuchó eso de Camaleón hace un momento.

“¿Compañeros? ¿A quién te refieres como compañeros?”

Hel inclinó la cabeza, aparentemente sin saber en absoluto lo que estábamos diciendo.

Vi esa expresión no hace mucho. Es la misma expresión que mostró SEED cuando le pregunté si se sentía culpable por matar a sus hijos.

“¿Realmente no lo sabes?”

¿Era esa realmente la diferencia entre [humanos] y [plantas]? ¿Era la propagación de la [semilla] de máxima prioridad?

“Entonces, ¿dónde está Camaleón? Trabajaste con él en Londres…”

“Eso fue simplemente un medio para disfrazar mi propósito, lo cual hice”.

Hel dijo sin rodeos.

“Esa cosa probablemente también se sintió igual. Camaleón nunca pensó en mí como individuo. Seguramente a eso, solo me marcaron con un uniforme rojo”.

… Hablando de eso, cuando Alicia apareció del cuerpo de Hel, a Camaleón le tomó semanas encontrarlo. Estos tipos nunca pensaron en nadie más como un individuo, dejando a un lado a Murciélago y Cerberus que tenían oídos y narices agudos.

“Por lo tanto, no tengo ningún interés en tu juego de amiguitos”.

Dijo Hel mientras nos miraba fríamente a Siesta ya mí con sus ojos rojos.

“… Esa es una frase bastante turbia de tu parte.”

Siesta luego se paró a mi lado y se enfrentó a Hel, que estaba a varios metros de distancia.

“¿Qué es lo que realmente quieres decir?”

“No, ¿nada en absoluto? Solo estaba pensando que realmente te llevabas bien con ella.”

Ella… ¿Alicia? Hel probablemente lo vio como compañeros jugando a las casitas entre ellos.

“Sí. Por eso vinimos aquí para salvar a Alicia.”

“Lo sé. Así que tienes que matarme.”

Al momento siguiente, el suelo tembló. Varias espinas crecieron del suelo, enredaderas espinosas.

“Así que yo también puedo matarte, ¿verdad?”

Las puntas de los látigos de la vid apuntaban a Siesta y a mí.

“Qué es eso…”

“El enemigo tampoco es tonto sus [semillas] definitivamente se cultivan bajo esta isla”.

Siesta analizó usando las palabras que acabo de escuchar.

“… Ya veo. ¿Entonces toda la isla es nuestro enemigo?”

En este punto, toda la isla nos atacaría por sus instintos de supervivencia. Las semillas habían sido plantadas, literalmente.

Pero la famosa detective no mostró miedo ante el enemigo de este mundo.

“Debo decir que este es el lugar más apropiado para una batalla final”.

“¿Supongo que sí? Sin embargo, esta será tu desaparición.”

El mosquete de Siesta y la espada militar roja de Hel se apuntaban el uno al otro en línea recta.

“Ganaré. Y entonces definitivamente cumpliré el deseo de Alicia”.

“No, morirás aquí. No salvarás a ese niña”.

Al mismo tiempo, sonaron un disparo y un corte de espada.

Tal señaló la revancha.