Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 16

Capítulo 6: Partida

Parte 2

Una semana después, finalmente había llegado el día para que el grupo partiera hacia el Reino de Galarc. Miharu, Latifa, Sara, Orphia, Alma, Aishia en su forma materializada, Rio y Celia hicieron un total de ocho que estaban visitando el puerto de aeronaves en el noble distrito de Rodania.

Viajaron al puerto en el carruaje tirado por caballos que había venido a recogerlos a la mansión y se apearon en el lugar donde Christina y los demás esperaban su llegada fuera del dirigible.

Estaban rodeados por caballeros escoltados y nobles acompañantes, así como por nobles que probablemente estaban allí para despedirlos. Rei y Kouta estaban entre el último grupo.

“Creo que la última vez que conocí a Miharu fue en el banquete, y ha pasado un tiempo desde que vi a Sara, Orphia y Alma. Muchas gracias por la otra vez”, dijo Christina, saludando primero a las personas que ya conocía. Flora no los conocía a los cuatro, pero podía reconocer sus rostros.

“Nos alegra ver que se encuentra bien. Gracias por enviarnos al Reino de Galarc en esta ocasión”, respondió Sara en nombre de su grupo, inclinando la cabeza con todos los demás. Habían estado alojados en la mansión Rodania de Rio desde el día anterior, pero no podían permitir que Christina y Flora los visitaran personalmente, así que se saludaron por primera vez aquí.

“Creo que esos dos de allí son caras nuevas, ¿no?” Christina miró a Latifa y Aishia.

“Esta es Suzune Amakawa, mi hermana adoptiva y Aishia. Creo que la princesa Flora ha conocido a Aishia una vez antes en Amande”.

Por cierto, Latifa había elegido usar su nombre de su vida pasada como un alias, al igual que Rio.

“Sí, gracias por lo que pasó en ese entonces. Escuché que Sir Haruto tenía una hermana pequeña, pero eres terriblemente adorable”. Flora asintió con la cabeza hacia Aishia, luego miró a Latifa con profundo interés.

“E-Encantada de conocerte. Soy Suzune”. Latifa asintió con la cabeza a modo de saludo, luego agarró la manga de Rio con fuerza. De un vistazo, parecía estar actuando tímida, pero Rio sabía que era porque tenía miedo del Duque Huguenot al lado de Christina y Flora.

Basado en la reacción de Latifa… No hay duda de que fue el Duque Huguenot quien la envió a por mí como asesina.

Rio miró brevemente al Duque Huguenot.

“Sí. Estoy orgulloso de llamarla mi hermana”, dijo con orgullo, tocando suavemente la espalda de Latifa.

“Cielos, pensar que Sir Amakawa tenía una hermana pequeña tan encantadora. Mis tontos hijos podrían aprender un par de cosas de ti”.

El Duque Huguenot mostró su fuerte de hablar de una manera muy sociable. Las orejas y la cola de zorro de Latifa estaban actualmente ocultas con un artefacto mágico, y eso parecía ser suficiente para impedirle reconocerla por su rostro.

“No, en absoluto”, respondió Rio al Duque Huguenot con una sonrisa fría.

Christina intervino para evitar que el Duque Huguenot siguiera hablando. “No tenemos tiempo para quedarnos hablando, pero solo una cosa: como pueden ver, Vanessa se ha recuperado”.

“Me alegra ver que se haya recuperado, pero ¿está bien que vuelva al trabajo tan pronto?” Rio le preguntó a Vanessa, que estaba de pie junto a Christina.

“Sí. Estar acostada todo el tiempo solo endurecerá mi cuerpo, así que he regresado a mi puesto a partir de hoy. Todo es gracias a usted, Sir Amakawa. Te estoy agradecida desde el fondo de mi corazón”.

Vanessa inclinó la cabeza profundamente. Luego intercambió algunas palabras con el grupo de Sara, a quien conocía desde la última vez.

“Por favor, aborde el barco. Flora y yo os entretendremos a todos”.

Todo el grupo se trasladó a un salón de la aeronave encantada. Allí, se mezclaron con Christina y Flora hasta que llegaron a Galarc.

***

Mientras tanto, en el Castillo de Galarc, Charlotte había invitado a Satsuki y Liselotte a un salón dentro del castillo.

“Está previsto que sir Haruto y sus amigos lleguen esta tarde. Lady Miharu, Lady Celia, Lady Aishia, Lady Suzune, Lady Sara, Lady Orphia y Lady Alma. Todos los que viven con Sir Haruto vendrán. Oh, estoy deseando que llegue”. Charlotte sonrió de alegría.

Ante esas palabras, Satsuki y Liselotte se dieron cuenta de que el nombre de Latifa había sido cambiado silenciosamente a Suzune. Debido a que no quería usar un alias cuando conoció a Satsuki y Liselotte, Latifa había usado su nombre real cuando asistió a la fiesta de pijamas en la casa de Liselotte. Sin embargo, en ese momento, se había mencionado que podría necesitar usar un alias cuando apareciera en público en el futuro, por lo que comprendieron de inmediato la situación.

“Ninguno de ellos habrá tenido mucha interacción con la clase noble, así que ten cuidado con ellos, Char”, dijo Satsuki, instando a Charlotte a ser considerada.

“Naturalmente. Si encuentran cómoda la mansión de Sir Haruto, será más probable que visiten más el castillo. He bloqueado completamente la asistencia de todos los nobles, con la excepción de mi padre y nosotros”, declaró Charlotte feliz. “Y entonces, la razón por la que he hecho arreglos para que tengamos un tiempo juntos antes de que lleguen es porque me gustaría confirmar algo con ustedes dos”.

Ella se río y los miró a los dos con profundo significado. “¿Confirmar algo?”

“¿Qué es?”

Satsuki y Liselotte inclinaron la cabeza y se miraron.

“Para ir directo al grano, ¿alguna de ustedes tiene alguna intención de formar una relación matrimonial con Sir Haruto?” Charlotte preguntó con indiferencia.

“¿Q-Qué estás diciendo, Char?” Satsuki casi se atragantó con el té que se había llevado a la boca y puso la taza de té sobre la mesa con nerviosismo.

“Les pregunté si tenía alguna intención de casarse con Sir Haruto”.

“No, lo escuché…”

¿No había, ya sabes, algo más que explicar que eso? Fue tan repentino que no había forma de que ella lo entendiera. Satsuki protestó por su acercamiento con una mirada puntiaguda.

Liselotte parecía haber adivinado qué había hecho que Charlotte dijera tal cosa y se mordió la lengua, leyendo la habitación.

“Liselotte ya será levemente consciente de ello, pero el hecho de que su padre le haya otorgado una mansión en un castillo a Sir Haruto es algo tremendo. Llamarlo una excepción entre las excepciones sería incluso ponerlo a la ligera”.

“Bueno, la residencia dentro del castillo normalmente está restringida a la realeza, supongo”.

Si lo comparara con Japón, sería como si a un plebeyo se le diera la propiedad y los derechos de vida de un edificio dentro del palacio imperial, pensó Satsuki.

“Exactamente. En otras palabras, Padre está diciendo que no le importaría darle la bienvenida a Sir Haruto como realeza en el futuro. ¿No sería está la forma correcta de verlo?”

Aunque no lo dijo en voz alta… pensó Charlotte.

“¿Haruto se convertirá en la realeza de Galarc…? ¿Eso significa que se casará con alguien de la familia real?”

Por ejemplo, Char, estaba insinuando Satsuki.

“No puedo decirlo con certeza, pero…” Charlotte se río entre dientes.

Eso, o Lady Satsuki se casará con Sir Haruto, y su hijo será convertido en la realeza de Galarc; es una posibilidad, pero no le diré eso. Me preocuparía si eso cumpliera el objetivo y eliminara mi posibilidad de casarme con Sir Haruto, después de todo, pensó Charlotte para sí misma.

“Entonces, ¿por qué preguntas si Liselotte y yo tenemos alguna intención de casarnos con él?”

“Porque ustedes dos son las mujeres más cercanas a Sir Haruto de Galarc. Como he dicho antes, estoy enamorada de Sir Haruto”.

“En otras palabras, ¿quieres que mantengamos nuestras manos fuera de Haruto…?” Satsuki sospechaba que la intención de Charlotte era mantenerlas bajo control.

“No. Los nobles poderosos y de alto rango naturalmente tienen varias esposas, por lo que no diría algo tan estrecho de miras. Si ustedes dos están enamorados de Sir Haruto, no las detendré”.

“¿Eh…? ¿Así que quieres que las tres nos casemos con Haruto?”

Satsuki estaba confundida, no había esperado que el tema se convirtiera en poligamia. Desde su punto de vista como persona japonesa, la monogamia era su suposición natural de cómo eran las cosas.

“No planeo obligarles a nada, simplemente no quiero pelear entre amigas. Para ser honesta, estaría en desventaja si me enfrentara a ustedes dos como rivales”. Charlotte había crecido en un mundo donde la poligamia era natural, por lo que habló con calma bajo la premisa de convertirse en esposas junto con Satsuki y Liselotte.

“Y-Yo pensé que este tipo de conversación estaba destinada a ser más confusa que esta… ¿No es, como, normal querer monopolizar a la persona que amas?” Satsuki sintió una indescriptible sensación de incomodidad. No podía explicar bien ese sentimiento, pero trató de hacerlo haciendo una pregunta.

“Por supuesto, hay algunas esposas que actúan de manera desagradable entre sí para monopolizar el afecto de su esposo, pero no deseo hacer eso contigo y Liselotte. Te amo, y también a Liselotte”. Charlotte expresó sin vergüenza su cariño por las dos.

“Aha ha, muchas gracias”, Liselotte le dio las gracias con torpeza.

“Hmm… Tú también me gustas mucho, Char, pero…” Satsuki tarareó para sí misma en pensamientos ansiosos. Mientras que otra persona normalmente se sentiría avergonzada o indecisa, Charlotte daría un paso adelante con valentía para formar una relación personal. Satsuki encontró esa parte de ella bastante agradable, pero eso no significaba que estuviera dispuesta a compartir marido con ella.

“¿Dije algo ofensivo?”

“Creo que te lo he dicho antes, pero… nací y crecí en un país donde es natural tener una sola esposa. No sé cómo reaccionar cuando de repente me pides que acepte ser una de las muchas esposas”.

“En otras palabras, ¿considerarías casarte con Sir Haruto si fueras la única esposa?”

“Bueno, supongo… Espera, no, no, ¡¿por qué estamos hablando asumiendo que estoy enamorada de Haruto?!” La personalidad honesta de Satsuki la hizo imaginar un futuro casándose con Rio, pero recobró el sentido a mitad de camino y respondió con nerviosismo.

“Oh, ¿estaba equivocada? Parecías inusualmente natural cuando imaginabas tu futuro con Sir Haruto, pero ¿no significa eso que no sientes ninguna resistencia a verlo de esa manera?”

En el pasado, el deseo de Lady Satsuki de regresar a su viejo mundo era tan fuerte que casarse con alguien de este mundo habría sido imposible.

El hecho de que Satsuki no estuviera tratando de rechazar las conversaciones matrimoniales con alguna excusa sobre su viejo mundo era muy revelador en sí mismo, pensó Charlotte en secreto.

“¡Y-Yo tengo objeciones! Quiero que Haruto se reúna con Miharu, después de todo,” dijo Satsuki con voz chillona.

“¿Entonces estás dispuesta a renunciar a tu propia felicidad por el bien de Lady Miharu?”

“C-Como dije, ¡¿por qué asumimos que estoy enamorada de Haruto aquí?!”

“Dices eso, pero a mis ojos, parece que piensas en Sir Haruto con bastante cariño”.

“B-Bueno, no lo odio, eso es seguro. Y es cierto que no hay muchos hombres como él por ahí… ¡pero eso es un asunto diferente a que me guste como hombre!” Casi parecía que Satsuki había dudado por un momento, ya que enfatizó fuertemente su punto como para convencerse a sí misma.

“Hmm… Supongo que eso también está bien, pero si crees que Sir Haruto debería reunirse con Lady Miharu, eso significa que no crees que haya ningún problema en que Lady Miharu viva el resto de su vida en este mundo. ¿Es eso correcto?” Preguntó Charlotte, cambiando repentinamente de tema.

“Supongo que sí…”

“Entonces, ¿qué hay de ti? Antes dijiste que querías regresar a tu viejo mundo, pero ¿todavía te sientes así ahora?” En este punto, Charlotte había dejado de mencionar el matrimonio mientras interrogaba a Satsuki.

“Eso es… Bueno… No es que me haya rendido en regresar a la Tierra, ni he dejado de querer ir a casa”, respondió Satsuki con dificultad.

Probablemente comenzó cuando me reuní con Miharu y los demás en el banquete. Hasta entonces, el futuro no estaba claro y entré en pánico. Pero ahora que me he calmado…

Satsuki se había acostumbrado más a este mundo que antes, y en el peor de los casos… sería capaz de aceptarlo si tuviera que vivir el resto de su vida aquí.

“Puede que tengas que vivir el resto de tu vida en este mundo. Si esos pensamientos han brotado dentro de ti, ¿no sería mejor pensar en tu cónyuge?”

“¿Vas a volver a ese tema aquí? ¿Después de cambiar el flujo para bajar la guardia?” El rostro de Satsuki se contrajo.

“Así es. Porque soy la princesa del Reino de Galarc. Si fuera Sir Haruto, mi padre también estaría de acuerdo, así que creo que sería una opción realista para ti, ¿sabes?” Charlotte tenía una sonrisa verdaderamente complacida en su rostro.

“Bueno, supongo, pero insistes extrañamente en Haruto…”

“Eso es porque es muy poco probable que alguien mejor que Sir Haruto aparezca en el futuro”.

“Seguro que tienes confianza…” La declaración de Charlotte hizo reír a Satsuki, medio exasperada.

“Es la verdad. En realidad, diría que tendrías muchas rivales. Planeo investigar eso en la fiesta de pijamas con todos, ya que es la oportunidad perfecta para eso”.

“Mantenlo con moderación…”

“Decidiré basándome en el flujo de la conversación”. Charlotte sonrió dulcemente.