Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 16

Capítulo 2: Nuevo Lugar, ¿Nuevos Murmullos?

Parte 3

“Princesa Christina, ¿si me permite un momento?” El Duque Huguenot llamó a Christina tan pronto como salió de la habitación.

“Seguro. Vayamos a tu habitación”, respondió Christina, luego se dirigió directamente a la habitación cercana del Duque Huguenot. Christina y Flora se sentaron en el sofá, de cara al duque. La habitación era un poco más pequeña que la de Hiroaki.

“¿Es lo que deseas discutir sobre Sir Hiroaki?” Christina preguntó primero.

“En efecto. Estoy totalmente de acuerdo en que debería haber un límite en la medida en que podemos ceder como organización, pero creo que el compromiso con la princesa Flora se canceló un poco antes de tiempo. ¿Quizás podrías haberle dado un poco más de tiempo para tomar una decisión?” Sugirió el Duque Huguenot.

“No lo vi cambiar de opinión incluso si le dimos más tiempo. Él mismo dijo que quería casarse con la princesa Rosalie, no con Flora. Si tuviera que darle tiempo para pensar, el límite máximo que permitiría es hasta nuestra partida mañana. Tomé mi decisión con eso en mente”, argumentó Christina con calma. Ni siquiera había compartido la situación con Francois todavía, y tenía la sensación de que Hiroaki tampoco estaba particularmente enamorado de Rosalie, pero no mencionó nada de esto en voz alta.

“Sin embargo, si consultamos con el rey Francois sobre este asunto, podríamos pedirle que no permita que Hiroaki se case con la princesa Rosalie. E incluso si se decidiera que la princesa Rosalie sería su primera esposa, ¿no sería adecuada la princesa Flora como segunda esposa?” El Duque Huguenot se detuvo un momento antes de refutar. “Entonces, ¿no sería mejor mantener el compromiso como una posibilidad?”

“Si la princesa Rosalie no termina convirtiéndose en la primera esposa de Sir Hiroaki, tendremos que discutir si todavía tiene alguna intención de casarse con alguien como tal. Por supuesto, se dará prioridad a la opinión de Sir Hiroaki, pero planeo nominarme como candidata si eso sucede”.

Christina reveló su intención de convertirse en la prometida de Hiroaki. “¿Hermana…?” Flora rompió su silencio por sorpresa.

“Romper un compromiso anunciado públicamente habría causado problemas, pero como primera princesa, hubiera sido más adecuada para el puesto en primer lugar. Si Sir Hiroaki está decidido a tener a la princesa Rosalie como su primera esposa, entonces es el momento perfecto para romper el compromiso sin ningún problema. Simplemente hemos limpiado la pizarra. ¿Hay algún problema con eso?”

“No… De hecho, sería más conveniente para la organización si usted fuera la candidata para la primera esposa. Si esa es su intención, entonces no discutiré más sobre el caso de Sir Hiroaki”. El Duque Huguenot se tragó sus objeciones y llegó a una tranquila aceptación.

Ella me tiene. No puedo replicar así… pensó el Duque Huguenot. Él personalmente habría preferido a Flora sobre Christina, ya que sería más fácil controlarla como la primera esposa de Hiroaki. Pero con cosas como esta, solo podía esperar que Hiroaki cambiara de opinión a la mañana siguiente. Sin embargo, la posibilidad de que eso sucediera era mínima.

“¿Eso es todo lo que querías discutir?” Preguntó Christina.

“No. También quería hablar de Haruto… Sir Amakawa contigo”, dijo el Duque. Su habilidad para desprenderse limpiamente de un pensamiento y pasar al siguiente tema fue tan aguda como siempre.

“Vamos a oírlo.”

“Como ya he dicho muchas veces, él es alguien a quien deberíamos tener de nuestro lado pase lo que pase. Incluso si no se une a la Restauración, queremos que esté dispuesto a actuar por nosotros en caso de emergencia”.

“De hecho… Eso sería preferible”, asintió Christina. La razón por la que se tomó unos segundos para responder fue porque se le había pasado por la mente el hecho de que la verdadera identidad de Haruto Amakawa era el chico que había conocido en la academia.

La gota que colmó el vaso que le hizo dejar el reino fue su hijo. Nunca diré esas palabras en voz alta, pero la tentación de tirársela a la cara y denunciarlo está ahí.

Christina miró fijamente al Duque Huguenot, imaginando exactamente eso. Ella no sabía que él había enviado a Latifa a buscar a Rio como un asesino, pero tenía suficientes razones para sentirse enojada incluso sin saber eso.

No es que pueda hablar, considerando que no hice nada en ese entonces…

Christina sintió un amargo pesar por ser igualmente culpable. A su lado, Flora parecía estar pensando para sí misma, ya que su tez era bastante pobre.

“¿Qué piensas hacer con su recompensa?” preguntó un Duque Huguenot despistado.

“Cuando se trata de una recompensa acorde con sus logros, no podemos decidirnos de inmediato. Tiene que ser algo que le resulte atractivo… Dado que obtuve una extensión de tiempo en la recompensa, planeo profundizar nuestra amistad para sondearlo”.

“Ya veo…”

“¿Tuviste una buena idea?” Preguntó Christina.

“Bajo las prácticas normales, sugeriría la mano en matrimonio de alguien poderoso de la Restauración. Afortunadamente, todavía es un hombre joven y soltero”.

“De hecho, un noble normal probablemente se regocijaría con eso…” Christina no tuvo más remedio que estar de acuerdo; casarse con una mujer noble de una familia poderosa conducía al éxito en la vida. Naturalmente, un noble corriente estaría encantado.

“Ahora que el Rey Francois le ha dado a Sir Amakawa una mansión en los terrenos del castillo, podemos asumir que está intentando seriamente ganárselo. Si bien puede ser imposible enviar a una primera esposa de la Restauración, sería preferible que él tomara a una esposa de alto rango”, dijo elocuentemente el Duque Huguenot.

El hecho de que Francois hubiera regalado una residencia normalmente restringida a la realeza era un mensaje claro para las clases reales y nobles tanto dentro como fuera del reino: que mantuvieran sus manos fuera de Haruto Amakawa sin su permiso. Por lo tanto, si hicieran un movimiento en Río sin el permiso de Francois en lo sucesivo, estarían peleando con el Reino de Galarc, su propio socio de alianza.

“No podemos ignorar los propios deseos de Sir Amakawa, y dudo que las posiciones de alto rango se tomen de inmediato, pero simplemente observar en silencio sería una tontería. Ya tiene muchas mujeres atractivas a su alrededor… ¿Quizás sería mejor discutir las cosas con el rey Francois pronto?” El Duque Huguenot continuó, dando su opinión con claridad.

Christina se quedó en silencio con el ceño fruncido. Dado que conocía el pasado de Rio, creía que un matrimonio con una mujer noble de la Restauración sería una molestia no deseada para él.

Sin embargo, la opinión del Duque Huguenot era completamente válida desde la posición de la Restauración como organización, y como jefa de la organización, sería antinatural que ella se negara.

“¿Tendría eso algún efecto adverso?”

“No…” Christina negó lentamente con la cabeza ante la pregunta del Duque Huguenot.

“Eso deja la cuestión de a quién ofrecer como candidato. Si vamos a ofrecer un matrimonio como recompensa, tendremos que ofrecer a una mujer noble de una familia de alto rango. En la actualidad, la mujer noble de mayor rango que la Restauración puede preparar es la hija mayor del Duque Fontaine, Roanna, supongo”.

“Roanna es la asistente de Sir Hiroaki en este momento. ¿No fue colocada cerca de él con la intención de casarse? Eso es algo que ella misma aceptó”.

“Sí. Sin embargo, hablando de manera realista, todo se reduce al rango. Sir Hiroaki expresó externamente su desaprobación hacia el ranking de esposas, pero creo que ya tiene su orden de favoritas… Por conveniencia, ha aceptado que el rango superior es para la primera esposa, pero parece ser particular sobre quién debería hacerlo ser”, dijo el Duque Huguenot, analizando al héroe. Después de todo, Hiroaki había comenzado a insistir en Rosalie como su primera esposa.

“¿Y Roanna está abajo en esa lista?”

“No. Probablemente ella esté bastante alta en la lista interna de Sir Hiroaki en este momento. Sin embargo, en general parece estar de acuerdo con la incorporación de nuevas esposas. Esa lista puede cambiar si obtiene más de ellos”.

“Así que quieres decir que la clasificación real de Roanna puede caer. La desventaja de no tener una clasificación pública puede ocurrir”, dijo Christina, haciendo una conjetura basada en las declaraciones del Duque Huguenot.

Una de las principales razones por las que las familias nobles de alto rango tenían varias esposas en primer lugar era simplemente porque había demasiado trabajo para que solo la primera esposa y sus hijos pudieran manejarlo.

Había un pequeño número de nobles que no practicaban la poligamia y se apegaban solo a su amada primera esposa, pero tener muchas esposas era un símbolo de prosperidad como noble, ya que significaba tener suficiente trabajo para asignar a todos los hijos entre las esposas. .

Dicho esto, era costumbre que a los hijos de esposas de mayor rango se les diera un trabajo más importante, y las esposas mismas eran tratadas mejor.

Eso se debía a que el sistema de clasificación de las esposas también funcionaba como un acuerdo para evitar conflictos innecesarios entre esposas e hijos.

“Si aumentara el número de esposas que tiene sin el uso de un sistema de clasificación, sería inevitable que hubiera un conflicto en el que el niño hace qué trabajo. Aumentar el número de esposas también significa que se reducirá el beneficio que recibe cada hijo, por lo que es fácil imaginar la amarga competencia entre ellas”, dijo el Duque Huguenot, suspirando.

“Siento que nos hemos desviado un poco del tema, pero… En otras palabras, en lugar de permitir que Roanna se case con Sir Hiroaki en condiciones tan inciertas, sería mejor para ella casarse con Sir Amakawa. ¿Es eso lo que estás diciendo?” Christina resumió.

“Dependería de la opinión de Roanna al respecto, pero creo que hay margen para considerarlo”.

“¿Qué quieres decir…?”

“Sir Hiroaki parece oponerse particularmente a la idea de clasificar a sus esposas y restringir su capacidad para interactuar con ellas como desee. Por lo tanto, siempre que se supere ese obstáculo, debería ser posible convencerlo de que use rangos. El tema es un poco delicado, por lo que estaba esperando el momento adecuado para acercarme a él, pero parece que me ha salido por la culata. Dudo que Sir Hiroaki esté dispuesto a escuchar en su estado actual…”

No solo sus conversaciones matrimoniales con Liselotte, su favorita, resultaron en un fracaso, hubo una breve disputa sobre su declaración de casarse con Rosalie primero. No era un tema para discutir cuando estaba en su estado de ánimo actual.

“Sin embargo, creo que el desposar a Roanna con Sir Amakawa en tales circunstancias lo irritaría más”, señaló Christina con calma.

“Posiblemente. Sin embargo, con sus demandas actuales de casarse con la princesa Rosalie como su primera esposa, es difícil adivinar dónde están sus verdaderas intenciones. Puede ser una falta de respeto, pero insinuar un compromiso entre Roanna y Sir Amakawa puede revelar algunas respuestas al respecto”, respondió el Duque Huguenot con frialdad.

Así que estamos cambiando las tornas al sacudirlo. Realmente es duro en este sentido. Christina estaba medio exasperada y medio impresionada.

“Entiendo tu objetivo. Pero no hay garantía de que Sir Amakawa acepte casarse con Roanna, y podría eliminar cualquier posibilidad de que Roanna se case con Sir Hiroaki en el futuro. También deberíamos consultar al rey Francois. Sobre todo, tenemos que confirmar primero lo que piensa Roanna al respecto. Creo que la probabilidad de que esto funcione es baja…” dijo Christina, enumerando los problemas con el plan del Duque Huguenot.

“Por supuesto. Sin embargo, si aspira a ocupar el puesto de segunda esposa de Sir Hiroaki, estoy seguro de que también le reportará muchos beneficios a Roanna. ¿Seguramente debería valer la pena considerarlo?”

Christina hizo una pausa de mala gana, pero no pudo encontrar un caso lo suficientemente sólido para argumentar en contra. “En ese caso, me acercaré a ella al respecto”.

“¿Sir Haruto y Roanna pueden casarse…?” Flora murmuró en voz baja.

“Por si acaso, mi hija con mi segunda esposa también podría ser candidata. Tiene catorce años, pero teniendo en cuenta los logros de Sir Amakawa, puede que sea demasiado escasa para ofrecerla como esposa de alto rango”. El Duque Huguenot astutamente ofreció a su hija como candidata bajo una apariencia de modestia.

Ya veo… Así que esta era su verdadera intención.

La tomó por sorpresa sugiriendo el improbable plan de usar a Roanna, luego le ofreció una posibilidad más realista como alternativa. Fue una forma inteligente de hacer las cosas.

“También existe la opción de ofrecer a Flora como candidata”, dijo Christina.

“¡¿Eh?!” Flora chilló. Parecía algo—o mejor dicho, francamente— complacida por eso, si Christina no estaba equivocada.

“Estoy bromeando…” Aunque seguro que parecías feliz por eso, Christina pensó para sí misma.

Sería una cosa si fuera por un héroe como Hiroaki, pero no había precedentes de que la realeza de una nación importante se casara en una posición inferior a la de la primera esposa de un noble. Si hicieran tal cosa, se enfrentarían a una reacción violenta de los nobles de la Restauración.

“C-Cierto… Por supuesto.”

Flora asintió aturdida. Esta vez parecía algo decepcionada. Por cierto, el Duque Huguenot se sorprendió de manera similar, pero como Christina admitió de inmediato que era una broma, no hizo ningún comentario al respecto en particular.

Si bien es ciertamente realista desde su posición, ofrecer a la hija del Duque Huguenot a Sir Amakawa está fuera de discusión.

Christina descartó el asunto en su cabeza. No había forma de que aceptara eso, por lo que incluso Roanna era más probable en ese momento.

No podía hacer algo tan irrespetuoso como recomendarle matrimonio a la hija del Duque Huguenot en Río, incluso la idea le resultaba repulsiva, así que tuvo que detener este plan en seco. Incluso si ella se lo planteara, tendría que abordarlo claramente bajo la premisa del rechazo. Por lo tanto…

No tengo otra elección…

Christina vaciló un buen rato antes de hablar.

“Me gustaría recomendar a la profesora Celia como candidata”.

En realidad, la recompensa más atractiva que la Restauración podría ofrecer a Rio sería un acuerdo con Celia. Sin embargo, usar la relación de Rio y Celia a su favor hizo que Christina sintiera una sensación de inferioridad y culpa. Pero no quedaba otra opción.

“¿Celia, dices…? De hecho, ella sería la persona más cercana a Haruto dentro de la Restauración, y como la hija mayor de una familia de condes, cumpliría con el estándar mínimo para una recompensa…” dijo el Duque Huguenot, pero pareció desaprobarlo de todos modos.

“¿Hay algún problema?” Preguntó Christina, inclinando la cabeza.

“No. Simplemente no puedo entender la relación entre los dos. Está claro que son extremadamente cercanos, pero no creo que estén saliendo. Celia es cinco años mayor, por lo que es posible que Sir Amakawa no la vea de esa manera”, dijo el Duque Huguenot.

“¿No sería de mala educación asumir eso basándose únicamente en la diferencia de edad? No hay forma de saberlo sin la confirmación de Sir Amakawa”. La voz de Christina adquirió un tono frío.

“De hecho, tienes razón. Mis disculpas.” El Duque Huguenot inclinó la cabeza, dándose cuenta de que había tocado el tema tabú de la edad de una mujer.

“En cualquier caso, discutiré este asunto con Sir Amakawa, la profesora Celia y Roanna personalmente. No hay garantía de que suceda ningún matrimonio, así que no haga ningún movimiento según su propio criterio. Permíteme verlo hasta el final. Si las cosas se complican demasiado, terminaremos provocando el disgusto de Sir Amakawa”. Christina tomó en sus propias manos el asunto de la recompensa de Rio, omitiendo a la hija del Duque Huguenot entre las candidatas.

“Comprendido.”

El Duque Huguenot no tuvo más remedio que asentir. Y así, su discusión llegó a su fin.