Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 16

Capítulo 2: Nuevo Lugar, ¿Nuevos Murmullos?

Parte 2

“Buen día, Sir Hiroaki”. Christina no le prestó atención mientras se pellizcaba el dobladillo de su vestido y le hacía una reverencia, saludándolo con calma.

“¿Eh? No ha sido un buen día para mí”, espetó Hiroaki con sarcasmo. “¿Paso algo?” Preguntó Christina, todavía tranquila.

“No nada. Así que ustedes dos se estaban divirtiendo con ese bastardo de Haruto, ¿eh?” Hiroaki se dio la vuelta con un bufido, enfurruñado.

“Fue una invitación de la Princesa Charlotte, la princesa de nuestro reino aliado al que Sir Haruto, nuestro salvador, está afiliado. No podemos tratarlos con desdén”.

“Dices eso, pero ustedes dos realmente querían estar allí, ¿no es así?” Murmuró Hiroaki. Sin embargo, sus palabras no llegaron a oídos de nadie.

“¿Dijiste algo?” Christina ladeó la cabeza.

Hiroaki apretó los dientes. “Estaba hablando con el Duque Huguenot y Roanna”, comenzó a decir.

“¿De qué estaba hablando?” Preguntó Christina, buscando una aclaración. “Sobre mi matrimonio con Rosalie”.

Christina miró a al Duque Huguenot y Roanna, que parecían bastante pálidos, luego se volvió hacia Hiroaki. “Solo para confirmar, esta es la Tercera Princesa Rosalie del Reino de Galarc a la que te refieres. ¿Es eso correcto?”

“Sí.”

“Ya veo. Déjeme escuchar los detalles. Todos ustedes también pueden sentarse”.

Al sentir algo problemático en el horizonte, Christina hizo que su grupo se sentara antes de tomar asiento frente a la propia Hiroaki. Flora se sentó a su lado, los dos frente a Hiroaki. El Duque Huguenot y Roanna se trasladaron a un asiento más bajo.

“¿Cuál es la historia?” Christina le preguntó a Hiroaki una vez que se acomodaron en sus asientos.

“No hay mucho que contar. Quiero a Rosalie como mi primera esposa. Eso es todo,” dijo Hiroaki simplemente, levantando su rostro para ver su reacción.

“Ya veo. ¿El Duque Huguenot y Roanna explicaron por qué eso sería imposible?” Christina preguntó en un tono indiferente, sin mostrar sorpresa en particular mientras dejaba que Hiroaki la mirara.

“…Sí.” La reacción inesperada hizo que el ceño de Hiroaki se frunciera levemente mientras asentía.

“Al principio accediste a Flora como primera esposa. ¿Es eso correcto? Esto se anunció públicamente”.

“Pero Flora desapareció sin forma de saber si estaba viva. El compromiso estuvo a punto de cancelarse en ese momento. Es por eso que me comprometía con Rosalie para evitar que la organización se derrumbara”, respondió Hiroaki de una manera demasiado ansiosa.

“Tienes toda la razón. Sin embargo, Flora regresó con vida antes de que las cosas continuaran con el compromiso, por lo que el Reino de Galarc también estaría esperando que regresaras con Flora. Creo que su compromiso con la princesa Rosalie ha sido cancelado en este momento”.

“Bueno, que conveniente para ti. Me estoy hartando de que mi compromiso cambie en un abrir y cerrar de ojos, ¿sabes?”

Una mirada conflictiva cruzó el rostro de Christina antes de inclinar la cabeza solemnemente. “De hecho, eso es muy comprensible. Pido disculpas por llevarlos a nuestra conveniencia”.

“Hmph.” Hiroaki resopló, encontrando algo de satisfacción en esa respuesta.

“Hay una cosa que me gustaría preguntar. ¿La razón por la que te sientes tan fuerte por casarte con la princesa Rosalie es porque la amas?”

“¿H-Huh? Oh, en realidad no… En todo caso, soy neutral al respecto”. Cuando Christina le preguntó sobre sus sentimientos por Rosalie, los ojos de Hiroaki se lanzaron a todas partes en una muestra de vergüenza repentina.

“Eso fue una falta de tacto por mi parte. Sin embargo, es un punto extremadamente crucial para mí… Pido disculpas por mi rudeza”. Christina se disculpó una vez más.

Hiroaki parecía sospechoso. “¿Huh…?”

“Permítame confirmarme una última cosa. Deseas que la princesa Rosalie sea tu primera esposa, no Flora. ¿Es eso correcto?” Christina continuó mirándolo.

“S-Sí. Eso es lo que dije desde el principio”. Presionado por la mirada de Christina, la respuesta de Hiroaki salió en un chillido agudo.

“Entiendo. Entonces cancelemos su compromiso con Flora”, dijo Christina simplemente.

“¡¿Q-Qué estás diciendo, Princesa Christina?!” El Duque Huguenot estaba inusualmente nervioso, gritando confundido. Junto a él, Roanna también se sorprendió y se quedó paralizada con los ojos bien abiertos. De hecho, incluso Hiroaki, el que originalmente lo sugirió, se quedó sin habla.

“No podemos cambiar los hechos. Sir Hiroaki desea que la princesa Rosalie sea su primera esposa”.

“¡Eso no significa que debas aceptarlo tan fácilmente…! ¿No se debilitarían así los lazos de Sir Hiroaki con la Restauración?”

¿Estás en tu sano juicio? El Duque Huguenot insinuó sin esas palabras exactas.

“Estar casada con alguien a quien no amas sería una agonía para el resto de tu vida”, respondió Christina con suavidad, su tono tan tranquilo como siempre. El ‘alguien a quien no amas’ aquí se refería a Flora.

“P-Pero cuando eres un miembro de la realeza o noble…”

“De hecho, estos asuntos son irrelevantes cuando eres un miembro de la realeza o un noble. Sin embargo, Sir Hiroaki no es ni real ni noble. Es un héroe”. Christina continuó con las palabras inconclusas del Duque Huguenot y argumentó en contra de ellas.

“Eso es…” El Duque Huguenot se quedó sin habla con una cara crispada. Si el sujeto hubiera sido una joven noble, habría rechazado tales demandas con una carcajada, pero no pudo hacer eso con el héroe.

“No tengo ninguna objeción a casarme con un completo extraño si trae beneficios al reino. Si no lo amo antes de casarnos, me esforzaré por hacerlo. Pero eso se debe a que soy de la realeza, no puedo esperar lo mismo de Sir Hiroaki”.

“S-Sin embargo, incluso entonces… El héroe es absolutamente esencial para la Restauración. La mejor manera de fortalecer los lazos de nuestra organización sería…” A pesar de su diferencia de estatus con Christina y la consideración del puesto de Hiroaki, el Duque Huguenot intentó persuadirla con una expresión tensa.

“Por supuesto, entiendo cómo te sientes. Pero los héroes no son originarios de este mundo. Simplemente descendieron aquí por casualidad a través de las piedras de invocación sagradas. Originalmente eran leyendas transmitidas de generación en generación. ¿Me equivoco?”

“Eso es correcto, pero…” El Duque Huguenot parecía dudoso, incapaz de ver la imagen completa solo por eso.

“Los héroes originalmente no existían. Sería un error obligarlos a entrar en el marco de nuestra organización. ¿Estás de acuerdo?”

“Dado que existen ahora, no creo que esté mal considerarlos en nuestros cálculos…” El Duque Huguenot no estaba dispuesto a retroceder fácilmente. No solía insistir en sus objeciones hacia personas directamente superiores a él como Christina, pero el héroe tenía el valor suficiente para justificarlo.

“Dado que existen ahora, tenemos que considerar las cosas correctamente. Pero eso no significa que podamos forzarlos. Los héroes trascienden a los humanos, por lo que forzarlos a ingresar en nuestra sociedad creará una distorsión”.

Exactamente como nos preocupa este lío actual, ¿no? Christina insinuó con una sonrisa que carecía de calidez.

El Duque Huguenot guardó silencio ante eso.

“Tampoco me ofrecí exactamente como voluntario para convertirme en un héroe. Si pudiera regresar a la Tierra, lo haría”, murmuró Hiroaki en voz baja.

Una cortina de silencio había caído sobre la habitación, por lo que su voz resonó bien.

“En ese caso, ¿te gustaría dejar de ser un héroe?”

Christina quería preguntarle qué pensaba hacer con su compromiso con Rosalie si estaba diciendo que quería volver a la Tierra, pero decidió ignorarlo y tocar el meollo del asunto.

“No es algo que pueda dejar incluso si quisiera”, dijo Hiroaki hoscamente. Christina estaba tan compuesta que no podía permitirse calentarse.

“La Restauración recibe un gran beneficio con solo tenerte como miembro de la organización, pero si estar aquí es una carga para ti, entonces debería haber espacio para una mayor consideración”.

“¿Entonces estás diciendo que no me necesitas en la Restauración?”

“Honestamente hablando, la Restauración estaría en muy mal lugar sin usted, por lo que le agradeceríamos mucho que continuara con nosotros. Sin embargo, deseo respetar su opinión por encima de todo. Eso es lo que estoy diciendo. Estos son mis sentimientos más sinceros hacia usted, el héroe, como representante de la organización que desea mantenerlo a bordo en el futuro”, dijo Christina, haciendo un llamamiento a Hiroaki de una manera verdaderamente digna.

Hiroaki abrió la boca para decir algo, pero no salió ninguna palabra. Se calló con una mirada amarga.

“Dijiste que deseabas que la Princesa Rosalie fuera tu primera esposa, y no te detendré ahí. Sin embargo, debes saber que si deseas casarte con ella, tendrás que seguir siendo un héroe. Espero que puedas entender eso”.

Hiroaki se mordió la lengua con una mirada hosca.

“Flora y yo partiremos hacia Rodania mañana. Necesitamos asegurar a la Restauración de nuestra seguridad, pero regresaremos a Galarc de inmediato. Mientras estemos allí, se anunciará formalmente la cancelación de su compromiso con Flora”.

“¿Qué…?” Hiroaki finalmente reaccionó, levantando la cabeza con un tic.

“Su compromiso con la princesa Rosalie seguirá siendo confidencial, pero se lo comunicaré al rey Francois. Si realmente deseas casarte con ella, por favor cuéntale tus sentimientos tú mismo”, dijo Christina, instando a Hiroaki, quien había dejado todas las charlas sobre el matrimonio a otros hasta ahora, a hacer su propio movimiento.

Hiroaki hizo una mueca.

“Roanna” continuó Christina, volviéndose para darle una orden a Roanna. “Permanece en este castillo y atiende a Sir Hiroaki”.

Roanna hizo una pausa pero finalmente inclinó la cabeza. “Comprendido.”

“¿Qué vas a hacer, Duque Huguenot?”

El Duque Huguenot vaciló un momento. “Te acompañaré de regreso a Rodania”, dijo, eligiendo regresar a Rodania con ellos.

“Deseo llegar por la tarde, así que saldremos por la mañana”.

“Comprendido.” El Duque Huguenot asintió.

“Bien entonces. Eso será todo de Flora y yo”. Christina se puso de pie. Flora también se puso de pie apresuradamente.

“Me iré contigo”. El Duque Huguenot también se levantó de inmediato.

Por lo tanto, Christina, Flora y el Duque Huguenot abandonaron la habitación, dejando atrás a Hiroaki y Roanna.