Kumo Desu Ga Nani Ka?

Volumen 12

Agner

Parte 1

Destino.

La idea de que nuestros caminos están determinados por nosotros desde el momento en que nacemos y no podemos desviarnos de ellos.

Para bien o para mal, todo lo decide el destino.

Qué forma de pensar más tonta.

Pero si no es el destino per se, existe un cierto flujo de eventos que no pueden ser desobedecidos.

He pasado toda mi vida luchando contra esa corriente.

Es decir, he estado luchando para evitar que la raza demoníaca se precipite hacia la destrucción con la esperanza de que algunos de nosotros podamos sobrevivir.

Indudablemente, soy ahora uno de los veteranos de mayor edad entre los nuestros, pero por supuesto hubo una vez en que yo, también, fui joven e inexperto.

Incluso entonces, la raza demoníaca ya estaba al borde de la extinción.

La eterna guerra contra los humanos nos estaba llevando a la ruina.

La diferencia entre nuestras poblaciones era simplemente demasiado grande.

Incluso aunque los demonios tengamos las estadísticas más altas que los humanos, esta guerra ha continuado durante tanto tiempo que ni siquiera los libros de historia pueden precisar cuándo empezó, por lo que era inevitable que la balanza comenzara a inclinarse a favor de la raza con los números de su lado.

Si continuábamos luchando contra los humanos, nuestra derrota era solo cuestión de tiempo.

De hecho, incluso si no hiciéramos nada, la raza demoníaca ya había sobrepasado el punto de una recuperación.

Todo lo que podíamos hacer era retrasar lo inevitable.

Y, sin embargo, nadie más que yo parecía darse cuenta de esto.

No, tal vez algunos se dieron cuenta pero se negaron a aceptar la verdad.

El futuro ya estaba escrito…

Pero aún tiene que pasar.

Esta tragedia puede que sea inevitable, pero no pasará en nuestra generación.

Para la mayoría, debe haber sido más fácil simplemente seguir por el mismo camino.

El cambio siempre es difícil de aceptar, sin importar la época.

Y dado que los cambios necesarios se basaban en reconocer nuestra próxima destrucción, no es de extrañar que otros demonios quisieran cerrar los ojos a la verdad.

Sobre todo, el Señor Demonio no permitiría tal cambio.

El Señor Demonio es una marioneta del sistema.

Un sacrificio, algunos incluso dirían: un malvado chivo expiatorio que debe obligar a los demonios a seguir luchando con los humanos.

Siento lástima por aquellos que llevan el título de Señor Demonio, porque son odiados no solo por nuestro enemigo mortal, los humanos, sino por sus compañeros demonio.

Sin embargo, la raza demoníaca no puede ignorar la influencia del Señor Demonio, y es por el Señor Demonio que los demonios no pueden parar la guerra con los humanos.

El destino del mundo tiene prioridad sobre el destino de la raza demoníaca.

Supongo que es lo normal.

El mundo continuará existiendo aunque los demonios se extingan, pero los demonios no podrán sobrevivir sin el mundo, así que es obvio cuál de los dos se debe priorizar.

Es difícil de aceptar, ya que nos obliga a caminar por el camino de la destrucción, pero en el esquema más amplio de las cosas, eso es una nimiedad.

Los demonios entienden eso, y es por eso por lo que siempre hemos obedecido al Señor Demonio, incluso aunque muchos de nosotros estuviéramos descontentos por ello.

No teníamos otra opción.

Incluso yo solo podía tratar de minimizar nuestras pérdidas mientras la guerra continuara, todo mientras enterraba mis vergonzosos sentimientos en mi corazón.

¿Era mi destino simplemente sentarme y mirar mientras mi raza continuaba marchando hacia su propia destrucción?

Mientras trataba de ir contra una corriente que sabía que era irresistible, me llené de ira, dolor y finalmente resignación.

Pero todo eso cambió cuando amaneció una nueva era inesperada: una sin un señor demonio.

El Señor Demonio es el gobernador de los demonios y, al mismo tiempo, un portavoz del sistema.

El único propósito del Señor Demonio es informar a los demonios de por qué deben seguir luchando contra los humanos.

La verdad es que los demonios no están obedeciendo simplemente por la poderosa influencia del Señor Demonio—estamos tragándonos nuestra amargura y continuamos luchando porque hemos aprendido la terrible verdad del sistema.

Por supuesto, ese es solo el caso de los demonios de mayor rango que pueden tener audiencia con el Señor Demonio.

Pero es más que suficiente.

Incluso ahora, todavía recuerdo la cara del anterior Señor Demonio, contorsionada por la locura.

“Debemos redimirnos…”

El anterior Señor Demonio repetía esto a menudo.

Cambió drásticamente tras obtener el título de Señor Demonio.

Para ser precisos, debido a que la habilidad Tabú de nivel 10 iba con ello.

Ese Señor Demonio parecía más demacrado cada día, nos enviaba a la batalla e incluso peleaba en el frente él mismo, como si estuviera desesperado por dejar atrás algo.

A estas alturas, quedan muy pocas personas que sepan lo gentil que era ese hombre antes de convertirse en un abrumador y temible Señor Demonio.

Pero ver esos cambios de primera mano hizo que fuera difícil descartar las verdades del sistema del que nos habló como los desvaríos de un loco.

Por lo tanto, los demonios de alto rango lo obedecieron, y los que estaban por debajo de ellos siguieron su ejemplo.

Teníamos que hacerlo, aun sabiendo que eso algún día significaría la aniquilación de nuestra raza.

Así es como se pretendía que fueran las cosas.

Pero entonces el Señor Demonio desapareció, y sin un portavoz para el sistema que los guiaba, la conciencia de los demonios comenzó a cambiar.

Muchos finalmente se dieron cuenta de que no podíamos permitirnos el seguir luchando con los humanos.

Hasta entonces, la locura del Señor Demonio nos presionó a continuar la guerra, pero sin él para dirigirnos, recuperamos nuestros sentidos.

Una vez que ya no hubo un señor demonio gritando que el mundo estaría en peligro si la guerra no continuaba, era mucho más lógico preocuparnos por el peligro más inmediato que teníamos ante nosotros que por un futuro lejano e hipotético.

Y así, en una era sin un señor demonio, nos abstuvimos de luchar contra los humanos más de lo necesario y nos concentramos en la recuperación de nuestra nación.

Por una vez, el tiempo estaba de mi lado.

Eso fue más que suficiente para bañar mi pequeño rayo de esperanza con una nueva ola de luz.

Mejor aún, el siguiente Señor Demonio seguramente sería de los nuestros.

Con el Señor Demonio desaparecido, y sabiendo que yo sería probablemente el sucesor, nos podríamos centrar en curar a la raza demoníaca por dos generaciones y mejorar mucho nuestra capacidad de supervivencia.

Aun así, simplemente estaba retrasando lo inevitable.

Y también estaba la temible posibilidad de que podría cambiar como mi predecesor una vez me convirtiera en el Señor Demonio.

Pero me preparé para esa posibilidad instruyendo a mis ayudantes de confianza para que me encerraran y continuaran trabajando para revivir nuestra raza si el cambio fuera muy drástico. Incluso preparé mi propia celda para mi confinamiento.

Quería estar preparado para cualquier posibilidad.

Pero luego me bloqueó un shock que nunca podría haber predicho.

Si solo ese hubiera sido el problema, podría haberlo llamado simplemente un error de cálculo, no un shock.

El método en que el sistema elige a un Señor Demonio no está claro.

Muchos me consideraban el más calificado, pero eso no significaba que no hubiera otros candidatos dignos. Balto, por ejemplo, podría haber sido una posibilidad.

Pero el Señor Demonio que fue elegido no era ninguno que hubiera imaginado.

De hecho, no era nadie que conociera en absoluto.

No, eso es falso. Había oído hablar.

Como personaje de los cuentos de hadas, así.

La Bestia Divina más antigua que sirvió a la diosa: ese es nuestro actual Señor Demonio, Lady Ariel.

Ella era cosa de leyendas, alguien de cuya existencia dudaba.

Incluso si alguna vez lo hubiera hecho, parecía más que imposible que hubiera sobrevivido hasta los tiempos modernos.

De hecho, tiene la apariencia de una joven, así que ¿quién podría creerla cuando de repente apareció haciéndose llamar Señor Demonio?

Para ser completamente sincero, mi primera reacción fue más de confusión que de incredulidad.

¿Esta niña desconocida nos visitó de la nada, declarando que se había convertido en el Señor Demonio e incluso llegando a afirmar que en realidad era la Bestia Divina de las leyendas? Qué absurdo.

Pero ella debió de haber predicho esa reacción, porque me entregó una Piedra de Apreciación y me dijo que la usara en ella.

Cuando vi los resultados, ya no pude dudar de sus afirmaciones.

Sus estadísticas, todas sobre los 90.000 o más.

Su enorme lista de poderosas habilidades.

Dicen que cualquiera cuyas estadísticas superen los 1.000 ya está en la liga de las leyendas.

Solo el porcentaje más pequeño de humanos alcanza alguna vez esa marca, e incluso los demonios no pueden hacerlo fácilmente, aunque nuestras estadísticas sean por naturaleza más altas.

Ha habido un puñado de excepciones, la mayoría héroes y señores demonio, que lograron el doble o posiblemente el triple de esa cantidad.

Pero nunca he visto u oído de nadie con números de cinco dígitos, y mucho menos seis.

Su número de habilidades también era varias veces mayor que lo de cualquier soldado común.

Pero aún más aterrador que la cantidad era la calidad.

Cuanto más crece el nivel de una habilidad, más fácil se vuelve el subirlo.

Puede llevar media vida de entrenamiento el subir una sola habilidad al máximo nivel. Sin un talento natural, mucha gente no puede lograrlo ni una sola vez.

Y hay muchas habilidades las cuales se considera imposible el subirlas al máximo, incluso si uno tiene el talento para ello.

Sin embargo, el número de habilidades que ella tenía en el nivel más alto era impensable.

Me quedé atónito.

Nunca dudé tanto de mis ojos como aquel día.

Nunca he sentido tanta desesperación.

Hice todo lo posible para predecir y prepararme para todas las posibilidades en mis esfuerzos por sanar nuestra raza.

Pero el nombramiento de Lady Ariel como Señor Demonio iba más allá de todo lo que podía haber imaginado.

Tan solo había empezado a ver la luz al final del túnel. Pero luego me hundí en las profundidades de la oscuridad por la declaración de guerra de Lady Ariel a los humanos.

Puede que los anteriores Señores Demonio fueran el chivo expiatorio del sistema, pero seguían defendiendo la existencia de la raza demoníaca hasta el final.

Pero Lady Ariel no tuvo reparos en dejar todo eso a un lado.

Lady Ariel era el Señor Demonio, sin lugar a duda.

Y para mí, ella también era la portadora de la desolación.

Su fuerza bruta sola la convertía indudablemente en el ser más fuerte del universo.

Los únicos seres que podrían oponerse a ella serían administradores o personas como Potimas.

Con ese asombroso poder, amenaza con perseguirnos hasta nuestro final.

Si eso no es verdadera desesperación, entonces ¿qué es?

No podemos rechazarla, para que no se vuelva contra nosotros.

Lady Ariel no dudaría en hacerlo.

Desde el momento en que Lady Ariel se convirtió en Señor Demonio, solo nos quedaban dos opciones.

Tenía que ser una o la otra: librar una guerra contra los humanos como lo exigía Lady Ariel o luchar contra el propio Señor Demonio.

Elegí la última.

Permíteme ser franco: Eso fue un error.

¿A quién preferiría enfrentarme: a Lady Ariel o a toda la humanidad?

De un vistazo, algunos podrían asumir que derrotar a un individuo seguramente debería ser más fácil que eliminar a toda una raza.

Pero no. Indudablemente, eso está mal.

Un señor demonio o un héroe pueden fácilmente eliminar a todo un ejército por sí solos.

Eso es lo que significa tener estadísticas exponencialmente más altas.

Y las estadísticas de Lady Ariel son fácilmente diez veces lo que cualquier otro héroe o señor demonio.

¿Un ejército? Eso no sería nada para ella.

Ella bien podría destruir todo el mundo por sí sola.

Incluso si la raza demoníaca de alguna manera combinara fuerzas con la humanidad y la retaran, no puedo imaginar cómo podríamos vencer.

Si luchar contra Lady Ariel es la alternativa, uno tendría mejores probabilidades contra toda la humanidad.

Entendí eso y, sin embargo, hice el movimiento equivocado.

No tuve otra opción que hacerlo.

Incluso si derrotábamos a la humanidad, la raza demoníaca tarde o temprano sería destruida siempre y cuando Lady Ariel siguiera siendo el Señor Demonio.

Y este no es un destino muy distante para las generaciones futuras, sino una tragedia muy cercana.

Continué luchando contra la corriente, tratando de postponer la destrucción de los demonios por cualquier medio necesario.

Ese oscuro destino, el cual asumí que nunca ocurriría mientras yo viviera, ahora se estaba acercando más que nunca antes.

No podía aceptarlo. Hacer lo contrario sería admitir que todo lo que había hecho en mi vida había sido en vano.

Racionalmente, sabía que no era aconsejable, pero este era un asunto que estaba más allá de la razón.

Mi situación se acercaba rápidamente a un jaque mate.

Tenía que hacer algo para intentar evitarlo, aunque supiera que era el movimiento equivocado.

Y como esperaba, no terminó bien.

Mi plan de último recurso finalmente terminó en fracaso.

De hecho, fue incluso peor de lo que podría haber predicho.

Trabajé para formar un ejército rebelde con Warkis el antiguo Comandante del Séptimo Ejército a la cabeza, e incluso involucré a Potimas, el contacto que pensé que tendría más posibilidades de lidiar con Ariel.

Mi intención era enfrentarlos entre sí, pero el ejército rebelde fue aplastado antes incluso de que terminara de formarse por completo, y Potimas se retiró antes de hacer ninguna contribución importante.

Lejos de enfrentarse el uno al otro, Lady Ariel no dio ni un solo paso fuera de su castillo.

No tenía necesidad de hacerlo.

Mi plan de derrotar a Lady Ariel fracasó—ni siquiera la movió un ápice.

Peor aún, sabía que yo estaba detrás del ejército rebelde y de la participación de Potimas.

Con eso, el único camino que quedaba era derrotar a los humanos.

Fue una pequeña muestra de piedad que no me mataran en el acto.

… Aunque me siento tentado de preguntarme si no fue realmente piedad.

Mientras esté vivo, haré todo lo que esté a mi alcance para retrasar la desaparición de los demonios.

Pero eso se ha vuelto más difícil de lograr que nunca.

Mientras Lady Ariel esté a cargo, nuestra extinción no se puede evitar.

Lady Ariel ha vivido desde la antigüedad y es probable que sobreviva hasta un futuro lejano.

Y este ser casi inmortal continúa obligando a la raza demoníaca a luchar en la guerra.

Destrucción inevitable.

No podría pararlo; no soy lo suficientemente fuerte.

¿Tiene algún sentido seguir luchando, sabiendo que cualquier cosa que intente hacer terminará siendo en vano?

¿No habría sido mejor final que me ejecutaran en el acto, haciendo mi derrota definitiva?

No tiene sentido preguntarse esas cosas.

Estoy vivo.

Mi única opción es continuar haciendo lo que creo que es lo mejor.

El cambio se vuelve cada vez más difícil con la edad.

En última instancia, estoy seguro de que seguiré luchando en vano contra la corriente hasta que muera.

No habrá un glorioso final esperándome.

Mejor, entonces, avanzar a gatas por el barro, rechinando los dientes hasta mi último aliento.