Genjitsushugi Yuusha No Oukoku Saikenki

Volumen 14

Capítulo 3: Las Naciones Vacilantes

El fallido atentado contra la vida de Fuuga rompió la Unión de Naciones del Este. Aunque ya había habido indicios de que se avecinaba, el chapucero asesinato hizo que las fuerzas anti-Fuuga se movieran de forma más proactiva, dando lugar a una clara división en dos bandos.

En términos de número de personas, casi no había diferencia numérica entre las facciones pro y anti-Fuuga. Sin embargo, si se cuenta por el número de estados, la facción anti-Fuuga tenía casi el doble de naciones en ella. Esto se debía a que, aunque un individuo apoyara a Fuuga, si los gobernantes del estado al que pertenecían formaban parte de la facción anti-Fuuga, estaban obligados a ser también anti-Fuuga.

De hecho, cuanto más pro-Fuuga era el pueblo de un estado, más probable era que sus líderes se unieran a la facción anti-Fuuga. Odiaban que su propia base de poder estuviera disminuyendo, y eso afectaba a su capacidad de gobernar.

Todo esto significaba que los líderes de los países que confiaban en el poder de su ejército y su nación tendían a oponerse a Fuuga, alimentando el crecimiento de la facción anti-Fuuga. La facción anti-Fuuga tenía tres líderes: El rey Shamour Sharn del Reino de Sharn, la mayor nación de la Unión de Naciones del Este; Mathew Chima del Ducado de Chima; y Bito Gabi del Reino de Gabi.

Shamour, en particular, era muy consciente de que su país era el más poderoso de la Unión de Naciones del Este, y no podía permitir que continuara una situación en la que sólo se reconocieran los logros de Fuuga.

No se trataba de una decisión exclusiva de Shamour, sino también de la voluntad del pueblo del Reino de Sharn. El pueblo de Sharn se veía a sí mismo como el centro de la Unión de Naciones del Este.

No estaban contentos con el éxito de las fuerzas de la facción Fuuga, y apoyaron al rey Shamour en su oposición a ellas. Incluso si Shamour no hubiera tenido la intención de oponerse a Fuuga, la gente que estaba por debajo de él podría haberle obligado a hacerlo de todos modos.

El Duque Chima y el Rey Gabi, por otro lado, estaban tomando medidas proactivas debido a su conexión con Gauche Chima, el hombre que había intentado asesinar a Fuuga. Mathew era el padre de Gauche, mientras que Bito era el maestro al que Gauche había servido.

Se suponía que ambos estaban implicados en el complot. Con respecto a este asunto, cada uno de ellos había emitido una declaración en la que decía: “Gauche actuó solo. No recibió ninguna orden para actuar”. Esto era parcialmente cierto, ya que Gauche se había adelantado, pero ahora que Fuuga había determinado que eran sus enemigos, la verdad del asunto ya no era un problema.

Una vez que el enfrentamiento con Fuuga era inevitable, Mathew se movió de forma proactiva, utilizando su red de enredos diplomáticos para hacer crecer y unir a la facción anti-Fuuga.

Sin embargo, en un sorprendente giro de los acontecimientos, de todos los países a los que habían ido a servir los hijos de Mathew, los únicos que se unieron abiertamente a la facción anti-Fuuga fueron el Reino de Shamour, donde sirvió su segundo hijo Nata, y el Reino de Gabi, donde había servido su tercer hijo Gauche.

***

En el sur de la Unión de Naciones del Este, cerca de la frontera con el Reino de Friedonia, había un pequeño estado conocido como el Reino de Roth.

En un castillo de la capital de Roth, el rey Heinrant Roth, acariciaba su barba blanca mientras mantenía una reunión con el rey Lombardo Remus, el joven monarca del vecino reino de Remus. Heinrant era de carácter apacible, mientras que Lombard era joven y lleno de promesas para el futuro.

Dos chicas se habían unido a los reyes en la mesa. Aparte del hecho de que se atan el pelo en lados opuestos, las chicas eran casi idénticas. Junto a Lombard estaba Yomi. Era una excelente maga, y una chica culta con abundantes conocimientos. Al lado de Heinrant estaba Sami. Al igual que su hermana mayor, también era una excelente maga y una amante de los libros, y también destacaba en aritmética.

Estas hermanas gemelas habían sido ganadas por Lombard y Heinrant en la ceremonia de entrega de premios. La mayor de las dos, Yomi, había recibido una propuesta de Lombard poco después de ofrecer sus servicios al Reino de Remus. Aunque aún no se habían casado, era su prometida.

El rey Heinrant, por su parte, se había encariñado con la hermana menor, Sami, y la había adoptado como su hija. Hoy, los cuatro estaban sentados alrededor de una mesa, discutiendo lo que harían en adelante.

“Pero, ¿está esto realmente bien?” Comenzó Lombard. “El duque Chima está en la facción anti-Fuuga, ¿verdad? ¿No deberíamos ponernos de su lado?”

“En absoluto”, dijeron Yomi y Sami al unísono, lo que hizo que los ojos de Heinrant se abrieran de par en par, sorprendidos.

“Es tu padre, ¿no? ¿No tienes conflictos con esto?”

“Sí nos sentimos en conflicto. Pero la respuesta sigue siendo no”, Yomi y Sami hablaron al unísono, con el rostro serio.

“Recibí una carta de nuestro Hermano Mayor Hashim.”

“Decía: ‘No necesitan seguir los deseos de padre’. Y…”

Entonces, hablando al unísono de nuevo, dijeron: “‘Únete a la facción de Fuuga si puedes, pero si no, al menos permanece neutral’.”

“¡¿Qué?! ¡¿El sir Hashim apoya a sir Fuuga, entonces?!” Dijo Lombard sorprendido, pero pronto negó con la cabeza. “No, pero Sir Hashim es el hijo mayor del Duque Chima. Debe estar trabajando con él incluso ahora. No puedo creer que nos diga que nos unamos a Sir Fuuga a pesar de eso.”

“¿Podría ser que Sir Hashim tenga algún plan en mente?” preguntó Heinrant, pero Yomi y Sami negaron con la cabeza simultáneamente.

“No lo sabemos.”

“El hermano mayor Hashim es el más prudente de todos nosotros, los hermanos.”

“No podemos predecir lo que piensa. Eso es lo que le hace tan temible.”

Las miradas de Yomi y Sami dijeron a Lombard y Heinrant que su hermano Hashim no era un personaje corriente. A la luz de ese conocimiento, Heinrant preguntó: “Pero Sir Fuuga golpeó a tu hermano, Gauche. ¿No lo odias?”

“No te preocupes por nuestros sentimientos. No éramos tan amigos”, volvieron a decir Yomi y Sami al unísono.

“El Hermano Mayor Nata y el Hermano Mayor Gauche estaban orgullosos de su fuerza. Nos miraban con desprecio por ser ratones de biblioteca.”

“Me decían que las matemáticas eran un pasatiempo deprimente.”

“Eran especialmente duros con nuestro hermano menor, Ichiha. No queríamos involucrarnos, así que nos mantuvimos al margen.”

“Mutsumi siempre lo defendía. Me gusta Mutsumi.”

“Sir Ichiha que fue al Reino de Friedonia, ¿eh…?” Dijo Lombard con un suspiro.

La noticia de los logros de Ichiha en el Reino de Friedonia había llegado a la Unión de Naciones del Este. Había escrito la Enciclopedia de Monstruos junto con el Primer Ministro de la Túnica Negra, distinguiéndose como el mayor experto en el estudio de los monstruos. Gracias a Ichiha, se habían vuelto más eficientes en la recolección y uso de partes de monstruos, lo que había producido una riqueza incalculable para el Reino.

Sin embargo, todo esto eran rumores, por lo que podía ser algo exagerado. El hecho de que Ichiha, antes conocido como el único hermano de Chima sin ningún talento, hubiera sufrido una transformación tan drástica debió de indignar a todas las élites que habían asistido a la ceremonia de entrega de premios ese día.

“Es una pena haber dejado escapar un recurso tan valioso…” se lamentó Lombard.

“Dicen que fue la hermana menor del rey Souma quien lo recomendó. Deberíamos alabar su perspicacia.”

“Supongo que hace honor a su otro nombre como la Princesa Lobo Sabia.”

Al oír que los dos reyes hablaban de eso, las hermanas hincharon las mejillas.

“Lord Lom, ¿se arrepiente de haberme elegido?”

“Padre, ¿habrías preferido adoptar a Ichiha?”

Al ver el enfado de las chicas, Lombard y Heinrant sonrieron con ironía.

“Por supuesto que no. No podría imaginarme casándome con nadie más que contigo, Yomi. Incluso si me dieran la oportunidad de elegir de nuevo, estoy seguro de que te elegiría a ti”, dijo Lombard, echándole el brazo por el hombro.

“Yo siento lo mismo, Sami. Tener una hija como tú, a mi edad, es la mayor felicidad que he conocido”, dijo Heinrant, dándole una palmadita en la cabeza.

Yomi y Sami adoptaron miradas de satisfacción, como gatitos a los que acaban de arañar bajo la barbilla. Todos se relajaron durante un rato antes de que Lombard encontrara su determinación y dijera: “Si puedes aceptarlo, Yomi, me gustaría ponerme del lado de Sir Fuuga. Es un hombre de raro calibre. Aspiro a ser más como él; no como rey, sino como guerrero. Me encantaría luchar junto a él.”

“Lo acepto. Haz lo que consideres correcto, Lord Lom.”

Lombard asintió y dijo: “Gracias.”

Mientras tanto, Heinrant dijo: “Creo que… permaneceré neutral. Tenemos relaciones con muchos estados y casas que pertenecen a la facción anti-Fuuga. Yo mismo no tengo intención de oponerme a él, pero no puedo atacarlos. Ja, ja, ja… Debo estar envejeciendo. Si tuviera sólo diez años menos, podría haber sido capaz de tomar una decisión como la suya, Sir Lombard…”

Mientras él soltaba una carcajada, Sami tomó sus manos entre las suyas.

“Creo que eso es bueno. Me encanta esta faceta suya, padre.”

“¿Porque es tan diferente a nuestro verdadero padre?” preguntó Yomi burlonamente, y Sami se rió.

“Lo tienes.”

Y así, el Reino de Roth eligió permanecer neutral, y el Reino de Remus se puso del lado de Malmkhitan. Mathew se sintió intensamente decepcionado al comprobar que, a pesar de haber enviado a sus hijas a servir allí, no podía conseguirlas como aliadas. Mientras crecía el número de estados en la facción anti-Fuuga, los repetidos rechazos de su propia familia hicieron que el duque Chima sintiera una sensación de urgencia, e incluso envió una carta a su hijo menor, Ichiha.

Sin embargo, Ichiha no era el único niño que había pasado de la Unión de Naciones del Este al Reino. La hermana menor de Fuuga, Yuriga, también se encontraba allí como estudiante internacional. Y Fuuga también le había enviado una carta.

***

El tiempo había sido inestable durante los últimos días. Estaba en la oficina de asuntos gubernamentales con Liscia y Hakuya cuando llamamos a los tres chicos, Tomoe, Yuriga e Ichiha. Una vez que llegaron, informé a Yuriga e Ichiha de que habían recibido cartas de sus casas.

Primero, en la carta de Fuuga a Yuriga decía:

“El tercer hijo del duque Chima, Gauche, vino a por mi vida, y lo maté.”

Fue directo y al grano. Además, también escribió:

“En un futuro próximo, reuniré tropas para derrotar al Reino de Gabi y al Ducado de Chima que intentaron matarme. Las cosas en la Unión de Naciones del Este están a punto de ponerse violentas, así que no vuelvas a casa. Habla con Souma y haz que te proteja de cualquier elemento anti-Fuuga dentro del Reino que pueda tomarte como rehén.”

Una vez leída la carta, suspiré y miré a Yuriga.

“Es tan propio de Fuuga escribir sólo los hechos, y sobre su preocupación por tu bienestar. Normalmente, se esperaría que te pidiera que investigaras si iba a intervenir o no.”

“Él nunca escribiría algo así en una carta que claramente se pretende leer…” replicó Yuriga. “Si tenías pensado actuar, tenía la intención de enviarle el mensaje de forma sutil, de manera que no te dieras cuenta. Estoy seguro de que mi hermano contaba con eso cuando envió esta especie de carta inofensiva.”

“Sabes, creo que me gusta esta chica”, dijo Liscia, aparentemente impresionada por la franqueza de Yuriga.

Tenían personalidades similares, así que debía sentir cierta simpatía por Yuriga. Si sus posiciones fueran al revés, Liscia probablemente haría lo mismo.

“¿Un mensaje sutil? ¿Ibas a enviar a tu hermano un saco de judías atado por los dos extremos?”

“¿Eh? ¿Qué significa eso?”

“Oh, nada. Sólo hablaba conmigo mismo…”

Hay una leyenda que dice que antes de la batalla de Kanegasaki, la hermana pequeña de Nobunaga, Oichi, le envió un saco de judías rojas atado por los dos extremos como forma de informarle sutilmente de que la casa de Azai, con la que se había casado, tenía intención de traicionarle.

Bueno, en este mundo no existía la Batalla de Azukizaka, a la que el saco de judías rojas hacía alusión, así que no había forma de que lo consiguiera. Además, si Yuriga era Oichi en esta analogía, entonces como la gente que se aferraba a ella, eventualmente seríamos destruidos…

Volviendo al tema, a continuación leí la carta de Mathew a Ichiha. Decía:

“El intento de asesinato de Fuuga fue una maniobra de Gauche por su cuenta. Fuuga ha empezado a hacer movimientos para utilizar el intento de asesinato como pretexto para purgar los elementos anti-Fuuga en la Unión de Naciones del Este. Ese hombre finalmente está revelando sus ambiciones ocultas. Uniremos a la facción anti-Fuuga en torno al Reino de Sharn, la nación más grande de la Unión, y derribaremos las ambiciones de Fuuga antes de que nos trague por completo. Nuestras fuerzas son ahora tres veces las de Fuuga.”

Probablemente era una exageración, pero había aumentado considerablemente el número de aliados de su lado. Eso demostraba cuántos gobernantes se sentían amenazados y ofendidos por Fuuga.

Y al final de su carta decía:

“Una vez que la ambición de Fuuga haya abarcado toda la Unión, sin duda dirigirá sus colmillos hacia el Reino de Friedonia. Así de peligroso es este hombre. Cuando hayamos eliminado a la facción de Fuuga de la Unión, nos gustaría formar una alianza cordial con el Reino.”

Bueno, básicamente estaba diciendo: “Nos encantaría que te unieras a nosotros, pero por favor, no te pongas del lado de Fuuga”, supongo. Estuve de acuerdo en que las ambiciones de Fuuga no terminarían con la unión de la Unión, pero aún así…

“Él te escribió esta carta, ¿no es así? ¿No está preocupado por su hijo?”

“Así es como es padre…” Dijo Ichiha con un suspiro.

Hakuya cogió las dos cartas.

“Entre ambas y la información que hemos reunido nosotros mismos, puedo ver más o menos lo que ha pasado. Lo más probable es que el duque Chima y el rey Shamour estuvieran trabajando en secreto para reunir a la facción anti-Fuuga en Fuuga. Sin embargo, el tercer hijo del Duque Chima, Gauche, estaba demasiado ansioso de gloria, y se movió solo en un intento fallido de asesinar a Fuuga. En su lugar, fue asesinado. Fuuga decidió vengarse de la facción anti-Fuuga, obligando al duque Chima a acelerar sus planes…”

“Probablemente tengas razón”, estuve de acuerdo. Las cosas se estaban moviendo más rápido de lo que había previsto, y eso me estaba dando dolor de cabeza. Este tipo Gauche definitivamente había adelantado el reloj de esta era a lo grande.

Los dos destinatarios de la carta no respondieron. Se quedaron en silencio, absorbiendo la información.

“Yuriga, Ichiha…” Tomoe los miró a ambos, con los ojos llenos de preocupación.

Hablando de dolores de cabeza, tenía que considerar cómo iba a afectar esto a la relación entre estos dos.

El hermano de Yuriga había matado al hermano de Ichiha. Pero eso fue provocado por el intento de Gauche de asesinar a Fuuga, y en contra de mis expectativas, el padre de Ichiha, el duque Chima, estaba involucrado. Además, la persona a la que más quería Ichiha, su hermana mayor Mutsumi, era la esposa de Fuuga. Si ella no le había dejado ya, eso tenía que significar que Mutsumi apoyaba a Fuuga.

En conjunto, la situación era un verdadero lío… Con todas las relaciones familiares y hostiles entrecruzadas, debían estar confundidos sobre cómo actuar entre ellos.

“Mientras estén en este país, te garantizaré la seguridad a los dos”, dije, rompiendo la tensión.

Los dos me miraron sorprendidos.

“Ya se ha decidido que Ichiha servirá aquí. En cuanto a Yuriga, nos ha sido confiada por Fuuga. Por eso quiero que su seguridad sea nuestra máxima prioridad”, les comuniqué. “Con eso en mente, quiero escuchar los pensamientos de ambos. ¿Guardan alguna hostilidad o resentimiento entre ustedes?”

“Yo…” Ichiha fue el primero en hablar. “…no le guardo rencor a Fuuga. Gauche nunca me trató bien… Cuando me dijo que había muerto, sentí que no tenía nada que ver conmigo. En todo caso, estoy más resentido con mi padre. La forma en que no dudó en atacar al hombre con el que se casó la hermana mayor Mutsumi… Es simplemente horrible.”

“Entiendo… ¿Y tú, Yuriga?”

“No puedo perdonar a ese Gauche ni al duque Chima por intentar asesinar a mi hermano”, dijo ella, cruzando los brazos y mirando hacia otro lado. “Pero no siento nada hacia Ichiha. Mi hermano salió bien, y la hermana mayor Mutsumi, a la que le gusta Ichiha, sigue estando del lado de mi hermano. Si dice que no le guarda rencor porque mi hermano mató a Gauche, entonces no voy a decir nada al respecto.”

Aunque lo dijo de esa manera, me pareció detectar una pizca de terquedad.

“Liscia. ¿Cómo interpretarías lo que acaba de decir Yuriga?”

“‘No sabía cómo debía actuar con Ichiha después de oír que mi hermano había matado al suyo. Me alivia saber que no le guarda rencor…’ suena bastante bien.”

Eso dio en el clavo, y Yuriga se sonrojó. “¡Oye!”

Muy buena, Liscia, pensé. La entiendes porque son muy parecidas.

“Menos mal…”

Tomoe, que había estado observando en silencio cómo se desarrollaban las cosas, empezó a llorar. Debía de estar preocupada por sus dos amigos íntimos todo este tiempo.

“Me alegro tanto”, dijo entre sollozos, “de que no se odién…”

“¡No voy a acabar odiándoleeee!” tartamudeó Yuriga.

“S-Sí”, se preocupó Ichiha. “Vamos a estar bien, así que, por favor, no llores.”

Yuriga e Ichiha entraron en pánico mientras intentaban consolar a una Tomoe que lloraba. Tomoe realmente había sido bendecida con tan buenos amigos.

Mientras estaba ocupado alegrándose por ella como miembro de su familia, Hakuya dijo: “Ahora bien, mi señor. ¿Qué quieres hacer con esto?”

“¿Qué quiero hacer? Mantendremos nuestra política original y no nos involucraremos.”

No, supongo que eso no será suficiente, ¿eh?

“Sin embargo, el complot de asesinato que fue la causa de todo esto. Eso fue un acto de terrorismo, y debe ser condenado. Quiero hacer una declaración diciendo que no podemos aceptar cambios en el statu quo provocados por el terrorismo.”

“¿Está bien eso? ¿No será visto como pro-Fuuga?” preguntó Liscia, sonando preocupada, pero negué con la cabeza.

“Tenemos que hacerlo. Debido a que este incidente comenzó con un acto de terrorismo, ya sea que el Duque Chima y su gente tuvieran la intención de que sucediera o no, no podemos justificar las acciones de Gauche. Ya sea que Fuuga finalmente gane o pierda, eso no cambia.”

Si yo fuera a doblar mis principios en esto por miedo a Fuuga, dejaría un efecto duradero en mi capacidad de gobernar.

“Así son las cosas, Ichiha. ¿Estás de acuerdo con eso?”

“¡Ah! Sí. Tampoco puedo aprobar lo que hizo el Hermano Mayor Gauche.”

Con Ichiha a bordo, procedimos como habíamos discutido. Pero si… algún día, el Reino de Friedonia es destruido por Fuuga, podría llegar a lamentar esta decisión. Podría pensar que si me hubiera unido al duque Chima y al resto para acabar con él… Pero esa era sólo una de las muchas posibilidades.

Visto desde el pasado, el futuro es siempre una serie de coincidencias.

Visto desde el futuro, el pasado siempre parece inevitable.

¿Y qué hay del presente?

Para eso… sólo tenemos que confiar en nuestras propias decisiones.