Spy Kyoushitsu (NL)

Volumen 2

Prologo: Sucesión

La sepultura del cuerpo se realizó en un cementerio público. Frente a la tumba estaba un hombre apuesto. De cabello largo, nada que ver con su toque masculino, empapado por la lluvia, recorriendo sus mejillas. Su cabello largo poco refinado, le escondía el elegante rostro con mayor probabilidad a no destacar, pero haber acudido al cementerio en la noche profunda en medio de un aguacero lo colocaba más como una anomalía.

Debido a su oficio, odiaba ser el centro de atención, pero sólo por esta vez, decidió no importarle el destacar.

La profesión del hombre era ser espía. Su nombre, Klaus. Aunque tenía otros nombres, éste era con el que más se familiarizaba.

Nadie más estaba presente en el cementerio. En esta gélida noche con la lluvia acorde a la atmósfera, fue la única persona que visitó la tumba con una pala y una linterna en la mano.

Con ojos tristes, miró la tumba. Sobre la lápida, muchos nombres de personas estaban grabados. Sin embargo, no pertenecían al difunto. Los nombres grabados en la piedra eran todos nombres falsos usados por el difunto.

La mayoría de los espías no dejaban ningún rastro de que hubieran vivido. Sin embargo, eso era más que suficiente. La información que habían reunido—hazañas, principios, recuerdos, voluntad, todos fueron heredados por las personas que dejaron atrás.

Asegurándose de que nadie lo viera, Klaus metió la pala profundamente en la tierra, abriendo la tumba. Para que el ataúd no se dañara, cavando alrededor. Una vez que terminó, sacó una pequeña caja blanca de su bolsillo del pecho, poniéndola en la parte más profunda del agujero.

“Maestro… Me aseguraré de que al menos un dedo suyo esté sepultado aquí.”

Al terminar sus oraciones, una vez más llenó el agujero con tierra, y dejó salir un suspiro al completar este acto. Los que fueron enterrados aquí fueron sus antiguos camaradas. El equipo de espías ‘Homura’.

Llevaron a Klaus al mundo de los espías ya que era sólo un pobre huérfano, criándolo para que se convirtiera en un espía de primera clase, actuando como una familia para él.

Mientras Klaus vivía en los recuerdos con ellos, una persona apareció detrás de él.

“Sensei…”

Dándose la vuelta, había ocho chicas, trayendo consigo paraguas negros. El uniforme de la institución religiosa ficticia que llevaban puesto, encajaba curiosamente con el cementerio.

“No les pedí que vinieran.” Klaus entrecerró los ojos.

De las chicas, la de cabello plateado fue la primera en dar un paso adelante, la líder Lily. En su mano, tenía una botella de vino. Sacando el tapón, vertió parte del contenido en la lápida. Después de eso, juntó las manos, cerrando los ojos.

La botella de vino pasó por cada chica, mientras ellas vertían un poco del líquido en la lápida, terminando sus oraciones.

A mitad de camino, una de ellas aparentemente había juzgado mal la cantidad de vino que usaban, ya que a la última persona sólo le quedaban dos o tres gotas.

Por lo visto, todavía tenían que estar atentas a un trabajo más pequeño y detallado como este. Ahora bien, Klaus creía firmemente en su potencial latente.

“Maestro, por favor, obsérvenos. Aquí los nueve presentes seremos el nuevo equipo que sucederá a ‘Homura’—llamado ‘Tomoshibi’.” Klaus habló hacia la lápida.

Naturalmente, no hubo respuesta. Sin embargo, estaba seguro de que había llegado a su maestro. Después de saludar a su familia, Klaus bajó la mirada en dirección a las chicas. Parado enfrente a esta tumba, había algo de lo que tenía que asegurarse.

“Si decidimos permanecer juntos como ‘Tomoshibi’, entonces tendremos que asumir las misiones de ‘Homura’, y en este caso, investigar el equipo de espías que llevó la ruina a ‘Homura’, que se hace llamar ‘Hebi’. Esto no será algo fácil, así que mejor prepárense.”

“La paga por eso no es del todo mala, ¿verdad?”

“A pesar de todo, he admirado a ‘Homura’.”

“Vamos a salvar a mucha gente.”

“¡Yo, la gran Annett, es la que más se divierte con todos ustedes!”

“Si puedo permanecer con el Jefe…”

Todas dijeron lo que pensaban. Origen, motivos para convertirse en espía, aspiraciones, cada uno de ellas tenía una razón diferente que les permitía permanecer en ‘Tomoshibi’. Sin embargo, la respuesta era la misma.

Finalmente, Lily habló, mientras su expresión facial se suavizaba.

“Si puedo convertirme en una digna líder… en alguien que florezca, alguien con orgullo.”

“…Magnífico.”

Con estas palabras, las chicas bajaron sus cabezas hacia la lápida, girando sobre sus talones. Una fuerte voluntad residía en los ojos de todas. Todas querían continuar su entrenamiento de inmediato. Klaus podía notarlo.

En el momento en que Klaus se alejó, le dio a la tumba una última mirada. Para renovar su promesa con su difunto maestro.

“Esta vez… las protegeré.”

Seguramente él no vendría aquí en un buen tiempo. Y su familia, que descansaba en esa tumba, probablemente tampoco deseaba que lo hiciera.