Hai to Gensou no Grimgar

Volumen 16: Incluso Sin Saber la Razón de Nuestro Adiós

Capítulo 7: Nos quedamos ahí confundidos

 

 

Damuro, situada a unos cuatro kilómetros al noroeste de Altana, una vez fue conocida como la segunda ciudad del Reino de Arabakia. Sus orígenes eran antiguos. Personas habían vívido ahí desde tiempos inmemoriales. Durante todo ese tiempo, cuando los humanos llegaron al sur por cualquier motivo, la mayoría de ellos cruzaron las Llanuras Ventosas y se reunieron en el lugar llamado Damuro. Algunos de ellos se establecieron, construyeron casas y vivieron ahí durante generaciones. Finalmente, el Reino de Arabakia instaló un magistrado y comenzó a administrar el territorio.

La antigua fortaleza humana se dividía en la Nueva Ciudad y la Vieja Ciudad.

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Los edificios cercanos sin duda habían tenido dos pisos en un momento dado, pero ahora solo un algunos cuantos estaban aún intactos. ¿Esas cosas que sobresalían de los escombros eran pilares? Había un animalito sentado sobre una viga en la parte superior de los pilares. Ese recinto con la altura variable, ¿era una cerca o una pared?

Nada más que ruinas, ruinas, ruinas, hasta donde alcanzaba la vista. No muchos de los edificios tenían sus paredes y techos completamente intactos. De hecho, probablemente era más preciso decir que ninguno.

—Seguro  que está tranquilo… —murmuró Kuzaku.

Instantáneamente, en la distancia, hubo un grito de: «¡Aaagahhh!»

—… Mierda. —Neal se quejó con un suspiro—. Seguro que saqué un maldito palito corto.


Eso deberíamos decir nosotros.

A Haruhiro no le hubiera gustado nada más que decir eso, pero no quería hablar con Neal. Tenía que evitar salirse de sus casillas. No estaba haciendo esto porque quisiera, pero si iba a hacerlo, lo haría sin víctimas. Incluso si tuviera la sospecha de que podría ser increíblemente difícil hacer eso.

—Seguro que hay muchos, ¿eh? Están por todos lados. Son Gobby McGobgob y sus amigos gobbys.

Quién sabía lo que pensaba que estaba haciendo, pero esa descarada perra de dos caras caminaba junto a Haruhiro, riéndose. Al diablo con ella.

A Haruhiro no le gustaba pensar en ella como «esa perra», pero ¿cómo podría no hacerlo? Primero, odiaba su apariencia. Su voz y su forma de hablar eran desagradables. Incluso el calor de su cuerpo y su presencia general eran perturbadores. El propio ser de Hiyomu, cada aspecto de ella, ponía de los nervios a Haruhiro.

Con solo estar de pie a su lado, provocaba que emociones increíblemente oscuras brotaran dentro de él. Odio e ira intensos. Estaba un poco sorprendido y algo conmocionado. No sabía que podía detestar tanto a alguien. Incluso lo hacía pensar: «¿No esto un tipo de anormalidad?».

Al no tener ningún recuerdo de su antiguo yo, Haruhiro realmente no sabía cómo había sido. Pero no podría haber sido una buena persona. La gente buena no odiaba a otros así. Incluso si fuera Hiyomu.

No, tal vez Hiyomu era una excepción. Después de todo, era ella.

De alguna manera, Haruhiro quería negar que Hiyomu estaba al alcance de sus brazos. ¿Cuánto más feliz sería si pudiera olvidarla? Por supuesto que era imposible. Nunca podría borrarla de su memoria. Porque era un hecho que Hiyomu estaba ahí.

¿Al final no tenía más remedio que aceptarlo? Pero la odiaba. No quería aceptarlo.

Él lo sabía. No era un niño, así que tenía que aguantar cosas que no le gustaban. Todos lo hacían. Aguantaban, esperando su momento. Tenía que concentrarse.

No caminaban particularmente rápido, pero su pulso estaba acelerado. Era culpa de Hiyomu. Se estaba molestando de nuevo. No era bueno. Necesitaba respirar con la mayor tranquilidad posible y ampliar su campo de visión. Observarse a sí mismo, no, observar al grupo desde una vista aérea.

Cuando hacía eso, era inevitable que también viera a Hiyomu, pero solo tenía que imaginarse que era una zanahoria andante o algo así.

¿Eso era un insulto a las zanahorias? Las zanahorias nunca le habían hecho daño. Sin embargo, no le gustaban particularmente. Bueno, tampoco las detestaba.

Una zanahoria. ¿Tal vez esta era una mejor idea de lo que pensaba? Si no le gustaban o no los odiaba, la presencia de una no lo pondría nervioso.

Una zanahoria.

Hiyomu es una zanahoria andante.

No tengo nada en contra de las zanahorias, y esto se siente un poco forzado, pero es lo que me voy a usar. 

Haruhiro y la zanahoria estaban prácticamente uno al lado del otro, al frente del grupo, con Kuzaku, Mary, Setora y Kiichi detrás de ellos, y Neal en la parte trasera.

¡Ahh! ¡Gyah! Los goblins continuaban gritando a lo lejos.

Sí.

Esta era la Vieja Ciudad de Damuro, una guarida de goblins.

Podían ver goblins en los tejados y en los segundos pisos de los edificios derrumbados. Los goblins asomaban sus caras entre los escombros y también las sombras de los pilares.

Cuando Haruhiro y los demás se acercaban, todos los goblins se escondían. Eso o huían.

A veces gritaban para intimidar al grupo. Solo una vez, un goblin les arrojó piedras desde un lugar al que no podían esperar llegar.

Por otro lado, por el momento, no mostraron signos de atacar. Los goblins de la Vieja Ciudad observaban al grupo con inquietud para ver qué harían.

—Solo son un montón de perdedores que fueron expulsados ​​de la Nueva Ciudad.

La zanahoria andante estaba actuando engreída. Esperaba que esa actitud hiciera que la zanahoria se descuidara, por lo que se resbalaría y se metería en problemas. Pero en esta situación, eso también los afectaría a ellos. Era complicada. ¿No había alguna forma de que algo malo le pudiera pasar solo a la zanahoria?

—Los desechos de la Vieja Ciudad no pueden desafiar al rey de los gobs. Saben que no pueden hacer nada contra un grupo serio de soldados voluntarios humanos. No son más que pequeños pedazos de basura sin valor. Podemos seguir e ignorarlos. Si actuamos como si fuéramos dueños del lugar, no se van a meter con nosotros.

Haruhiro y los demás permanecían en silencio. Parecía que no estaba solo en su pensamiento. Mary, Setora y Kuzaku tampoco tenían intención de comunicarse con la zanahoria.

La zanahoria andante chasqueó la lengua. Parecía que estaba molesta por ser ignorada, a pesar de que no era más que una zanahoria.

Después de un tiempo, Neal abrió la boca.

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—Bueno, así es como se siente, sí…

Neal era un hombre del general Jin Mogis, y la zanahoria andante era la representante de su aliado. En lo que respecta a Neal, incluso si se trataba de una zanahoria andante con la que estaba tratando, tenía que ser razonablemente considerado. ¿Eso era?

Haruhiro deseaba que los dos se hicieran compañía. Por su parte, quería involucrarse lo menos posible con cualquiera de ellos y hacer lo que tenía que hacer de forma segura. También quería a Shihoru de vuelta.

Esta era la misión encomendada a Haruhiro y su grupo:

Escabullirse por la Vieja Ciudad hasta llegar a la Nueva Ciudad.

Reunirse con Gwagajin, el rey o mogado de los goblins.

Entregar la solicitud de Jin Mogis y recibir una respuesta.

Regresar a Altana y transmitir la respuesta del Mogado Gwagajin al general.

En realidad, no habían podido obtener una declaración del general de que, de hecho, había secuestrado a Shihoru, pero sí dijo: «Si cumplen con sus deberes, todo estará donde pertenece». Eso tenía que significar que liberaría a Shihoru ilesa. Si no fuera así, Haruhiro y los demás tendrían que tomar represalias, sin más espacio para la discusión. No iban a contenerse si se trataba de eso.

Además, Neal era su observador. La zanahoria andante aparentemente iba a negociar con el Mogado Gwagajin. Era difícil imaginar poder comunicarse con los goblins, pero aparentemente esta zanahoria podía hacerlo. ¿Era porque era una zanahoria? No entendía la lógica, pero aparentemente tenía la forma de hacerlo. No iban a entrar en la fortaleza goblin si no fuera así.

Sin importar cómo lo mires, esto no podía ser seguro.

Damuro estaba directamente en el territorio enemigo.

Además de eso, Altana había estado ocupada por los goblins hasta hace poco.

Habían matado a muchos humanos.

Y eso no era todo; se habían comido los cadáveres.

Al parecer, los goblins también se comían a los de su propia especie, por lo que era posible que eso no tuviera ningún significado especial.

«¿Qué tiene de malo comerse a los muertos? Ustedes también comen carne de animales, ¿no?».

Si le decían eso a Haruhiro, le costaría encontrar una respuesta. Pero incluso dejando eso de lado, los goblins eran descaradamente hostiles hacia los humanos.

Aunque, según la zanahoria andante, los goblins de la Nueva Ciudad no se parecían en nada a los de la Vieja Ciudad. Estos eran los miembros más pobres de la sociedad goblin, la escoria.

Los goblins de la Vieja Ciudad parecían lamentables en comparación con los que habían ocupado Altana. Aunque había variaciones individuales, en general, ninguno de ellos parecía tan grande o robusto. Incluso cuando la Expedición Sur atacó, aparentemente no se molestaron en movilizar a los goblins de la Vieja Ciudad.

Haruhiro no sabía si era afortunado o desafortunado por haber olvidado esto, pero hace unos cinco años, Haruhiro y su grupo habían venido a la Vieja Ciudad de Damuro a diario.

¿Qué habían venido a hacer aquí? No hacer picnic, eso era seguro. Era por trabajo. Se habían estado ganando la vida. Cazando. El grupo había estado cazando goblins. La Vieja Ciudad de Damuro era un terreno de caza ideal para los soldados voluntarios recién nombrados.

Muchos soldados voluntarios en formación adquirían experiencia aquí en la Vieja Ciudad y se acostumbraban a matar criaturas vivientes con sus propias manos. Pasaban a convertirse en soldados voluntarios de pleno derecho y luego abandonaban el nido. Haruhiro debe haber sido uno de esos novatos.

Pero los goblins también eran seres vivos. Naturalmente, no se lo tomaban de brazos cruzados.

En sus días de aprendices, el grupo de Haruhiro había perdido a un camarada llamado Manato. Lo sabía porque Mary se lo había contado.

Vengaron su muerte. Haruhiro y su grupo se habían vengado de los goblins de la Vieja Ciudad.

Asesinar y ser asesinado, luego asesinar y ser asesinado de nuevo. No solo era desafortunado, era un círculo vicioso. Si no rompían la cadena en alguna parte, nunca terminaría. Aun así, lo recordara o no, Haruhiro había matado a goblins de la Vieja Ciudad. Él mismo era un asesino.

«Detengamos la matanza sin sentido».

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No estaba en posición de pronunciar esas palabras, así que no las diría. Si los goblins de la Vieja Ciudad los atacaran, él se defendería sin dudarlo. Tampoco mostraría piedad. Pero si se podía evitar pelear, sería lo mejor.

Supongo que no es así como va a ir esto, ¿eh?

—¡Gungyah! —gritó un goblin.

Estaba cerca.

Detrás de él.

Haruhiro se dio la vuelta. Estaba en unas ruinas, a unos diez metros detrás de ellos a la izquierda. El edificio tenía dos pisos, pero estaba destruido en su mayor parte. Solo quedaba aproximadamente la mitad de cada piso. Ahí estaba. En el segundo piso. Un goblin. Llevaba un traje de cota de malla que estaba lleno de agujeros. ¿Tenía una lanza en sus manos? Era una lanza corta. ¿Estaba planeando lanzarla? Ya había comenzado el movimiento de lanzamiento.

—¡Kuzaku…!

Incluso antes de que Haruhiro lo llamara por su nombre, Kuzaku estaba sacando su gran katana. Se dio la vuelta y cargó. La lanza voló. Kuzaku la desvío con un golpe de su espada. Neal gritó:

—¡Eso fue peligroso!

¡No, tú deberías haberte dado cuenta!

Haruhiro sacó su daga mientras miraba alrededor, maldiciendo mentalmente a Neal.

¿Para qué te tenemos atrás? No bajes la guardia. ¡Sé útil si vas a estar respirando!

—¡¿Qué diablos fue eso?! ¡Solo eres un pequeño gob de mierdaaaa!

Mirando a su alrededor, la zanahoria andante se agarró su pequeño adorno de peluche, o lo que fuera. Aunque no lo parecía, ese accesorio para el cabello era una reliquia genuina.

—¡Muévanse!

Cuando Haruhiro corrió hacia las ruinas frente a ellos a su derecha, todos lo siguieron sin demora.

Era un edificio de una sola planta. Dos tercios de las paredes estaban intactas. Pero el techo se había derrumbado.  No había goblins adentro. Pudo confirmar eso de un vistazo.

De espaldas a las ruinas, se colocaron de modo que su campo de visión colectivo cubriera todas las direcciones. Kiichi trepó por la pared y se paró sobre una viga de soporte.

Neal, a pesar de todos sus otros defectos, seguía siendo un explorador activo. Mientras no bajara la guardia, podía hacer la mayoría de las cosas. Pero que incluso la zanahoria andante cooperara y estuviera dispuesta a actuar como parte del grupo era un poco sorprendente. El pasado de Hiyomu, la zanahoria en movimiento, no estaba claro, pero podría haber tenido alguna experiencia como soldado voluntario.

—Cinco al sur —dijo Setora con voz tranquila.

—Tres al oeste —continuó Mary.

—¿Cinco al este, supongo? —Kuzaku inclinó ladeó la cabeza—. No, seis. Podrían ser ocho.

No estaba siendo preciso en su respuesta, así que Neal lo corrigió.

—Tiene que haber más de diez. ¿Dónde tienes los ojos?

Haruhiro miró a los goblins que sus camaradas habían encontrado.

—Están organizados…

No eran una turba rebelde. Tenían un líder. ¿Dónde estaba?

—Parece que van a atacar desde el este. Los detendré. —Kuzaku preparó su gran katana—. Estaré bien con un apoyo mínimo.

—Los enemigos del sur y del oeste están tratando de reunirse. ¿No será el este una distracción? —dijo Setora claramente.

—El norte es sospechoso —dijo Hiyomu—. Justo ahora, una de esas pequeñas criaturas asomó la cabeza y luego se escondió. Ese gob es súper sospechoso.

—Déjanos esto a nosotros —dijo Neal con una risa desagradable, luego empujó el hombro de Haruhiro—. Sal ahí fuera, héroe.

¿Debería darle una patada?, Haruhiro pensó por un momento. Obviamente, no iba a hacer algo tan inútil.

El norte, ¿eh? Ahora no veía ningún goblin que encajara con los requisitos. ¿Podía confiar en lo que dijo Hiyomu? No confiaba en ella en absoluto como persona. Sin embargo, si no podían salir de esta situación, Hiyomu también estaría en problemas. Además, no era como si Hiyomu y su amo quisieran dañar a Haruhiro y su grupo. ¿Quién era el amo de la Torre Prohibida? Eso no estaba claro en este momento, pero él o ella tenía que tener algún objetivo. Estaba tratando de usar a Haruhiro y su grupo para lograrlo.

—Kuzaku, encuentra al enemigo en el centro. Setora, toma el mando. Encontraré y eliminaré al líder enemigo.

Haruhiro no esperó una respuesta. Se hundió en el suelo. Esa fue la imagen mental que usó. Stealth.

Inmediatamente se alejó de donde estaba y se dirigió al norte. No deambulaba por el medio de la calle. Lo mejor que pudo, usó las ruinas, los escombros y los restos de los edificios para esconderse mientras avanzaba.

De vez en cuando, cruzaba la calle. No tenía miedo. Tenía un sentido, una intuición, eso era todo lo que podía pensar para llamarlo, de cuándo lo encontrarían. Esta vez no.

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Kuzaku y los demás estaban peleando. No se volvió para mirar. Estaban bien. Podía dejarles eso.

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No buscó. Si fuera a buscar, sería más probable que perdiera lo que quería encontrar. Tomó una imagen amplia de toda la escena. Si algo se movía, cualquier forma o color que pareciera fuera de lugar, su atención se volvía hacia ello por sí sola.

Lo encontró. Un goblin. Su piel era generalmente de un verde amarillento. Las ruinas estaban cubiertas de musgo, hiedra y enredaderas, de modo que proporcionaban cierto grado de camuflaje. Pero aún se destacaban cuando se movían.

Delante de él, a la derecha, a unos treinta metros de distancia, había una gran edificio en ruinas de dos pisos. El primer piso estaba sólido. El segundo piso estaba medio destruido, como si fuera una especie de terraza en ruinas.

Haruhiro presionó la espalda contra la pared exterior de un edificio en ruinas cercano y observó la terraza en cuestión. Ahora había dos goblins ahí. Estaban agachados a la sombra de un mueble cuadrado que yacía de lado, asomando ocasionalmente la cabeza.

¿Eran solo esos dos? No.  Dos tercios del segundo piso se habían reducido a una apariencia de terraza, pero el tercio restante todavía tenía techo y paredes. Ahí también había unas escaleras.

Un goblin subió las escaleras. ¿Estaba tratando de unirse a la pareja de arriba? Mantuvo su postura baja, corriendo hacia la sombra del mueble.

Haruhiro se dirigió hacia la posición de los goblins. Los goblins de la terraza permanecían alerta de sus alrededores. También tenía que tener un poco de cuidado.

Llegó al edificio. La terraza del segundo piso estaba sobre la cabeza de Haruhiro. La pared estaba cubierta de hiedra. Había una única ventana a unos tres metros delante de él. Intentó acercarse.

Escuchó voces. Voces de los goblins. Dentro de las ruinas, los goblins estaban hablando. ¿Eran dos o tres de ellos? ¿Podría haber más?

Miró por la ventana hacia el interior del edificio. Era una habitación grande. Había escaleras en la parte de atrás. Vio seis, siete, ocho goblins.

Uno bajó las escaleras. Otro goblin subió para ocupar su lugar.

¿Un taburete, no, una mesa? Uno de los goblins estaba sentado en una mesa. Ese goblin solo parecía tener mejor equipo. No le quedaba bien, pero seguía siendo una armadura de cobre, e incluso llevaba un casco. La armadura y el casco brillaban. Debe haberlos pulido con cuidado. Había una serie de dagas, probablemente cuatro, colgando de su cintura y una espada larga colgando de su espalda.

Ese es el líder, pensó Haruhiro. Los demás eran claramente subordinados a ese.

Además del gob del casco, había cuatro goblins que llevaban ballestas. Los gobs con ballesta requerían precaución. Incluso con Mary aquí, recibir el impacto una flecha de ballesta en cualquier lugar vital seguiría siendo una mala noticia.

Haruhiro se movió otros cinco metros más o menos a lo largo de la pared. Este parecía el camino de entrada y salida. No haba puerta. Era un agujero simple, alto y delgado. Había señales de que la hiedra había sido eliminada recientemente.

Miró por la entrada. Muy lejos. El gob del casco estaba a siete u ocho metros de distancia. La ventana había estado más cerca. Incluso ahí habrían sido cinco metros, y obviamente se iban a dar cuenta si entraba por la ventana.

Haruhiro decidió trepar por la pared, en el área donde el segundo piso todavía tenía sus paredes y techo. Parecía un buen lugar. La hiedra no podía soportar el peso de Haruhiro. Se rompería. Usando las protuberancias de la pared de piedra como apoyo para las manos y los pies, ascendió rápidamente al techo del segundo piso.

El techo era de tejas. Haruhiro se arrastró hacia adelante, teniendo cuidado de no romper las tejas. Miró hacia la terraza. ¿El mueble cuadrado era una cómoda? Tres goblins estaban agachados a su sombra.

Un goblin asomó la cabeza por detrás de la cómoda. Miró a su alrededor, luego rápidamente se agachó de nuevo.

Esos goblins eran vigías. Probablemente había dos ahí arriba en todo momento, con otro como mensajero. Tres en total, ¿eh?

Si fueran solo dos, podría matarlos a ambos en el mismo instante. El tercero provocaría un escándalo. Los goblins de abajo detectarían que algo andaba mal. Eso no era bueno.

Los goblins vigías solo estaban prestando atención a las cosas fuera de este edificio. No le era posible acabar con los tres a la vez. Pero realmente no necesitaba eliminar a los vigías. Cierto. Esto funcionaría.

Haruhiro se dio la vuelta y se bajó por la pared hasta el suelo de la terraza.


Un goblin había asomado la cabeza por detrás de la cómoda y miraba inquieto a su alrededor. Pero no notó a Haruhiro en absoluto.

Haruhiro se dirigió a las escaleras. Los goblins vigías aún no lo habían notado. Tampoco había señales de que alguien subiera las escaleras.

Haruhiro bajó las escaleras, su mano fue a la empuñadura de su daga. Se detuvo a la mitad. Incluso sin descender hasta abajo, si se agachaba podía mirar hacia el primer piso.

Estaba aproximadamente a dos metros del final de las escaleras en el primer piso hasta donde estaba sentado el gob del casco. Los cuatro gob con ballesta estaban cerca de la mesa, y los otros cuatro estaban un poco más lejos.

El gob del casco dijo algo, y un gob con ballesta soltó lo que sonó como una risa. Luego, los otros gobs se rieron y aplaudieron también. Sí, el gob del casco era definitivamente el líder. Los gobs con ballesta eran su séquito, y los otros goblins probablemente estaban en una posición de servidumbre. La dinámica de poder era evidente.

Haruhiro sacó su daga. Sabía lo que tenía que hacer. O tal vez sería más exacto decir que podía verlo. El video se reprodujo dentro de su cabeza. Haruhiro solo tenía que seguirlo.

Bajó las escaleras. Pronto estaría en el rellano.

El gob del casco volvió a decir algo. Los goblins se rieron.

Pasó el rellano y descendió más.

El gob del casco tenía el lado derecho mirando hacia él. Dos de los gobs con ballesta también deben haber tenido a Haruhiro en su campo de visión. Deberían haber podido verlo, pero nunca se les ocurrió que Haruhiro estaría ahí, y todavía no se habían dado cuenta. Pero podrían hacerlo en cualquier momento.

Llegó al pie de las escaleras. El gob del casco estaba prácticamente frente a él.


Si me detengo ahora, definitivamente arruinaré esto. 

Ese pensamiento lo puso rígido. Siguió moviéndose.

Haruhiro trató de ponerse detrás del gob del casco. Con solo dos pasos para el final, uno de los gobs con ballesta tragó saliva. Lo estaba mirando con los ojos desorbitados. Lo habían visto.

Hizo un punto para pensar: «¿Qué, justo ahora?». Entrar en pánico sería lo peor que podría hacer. Tenía que seguir adelante sí o sí, y no podía demorarse.

Haruhiro saltó sobre el gob del casco. Envolvió su brazo izquierdo alrededor de su cuello desde atrás. El casco era demasiado grande para este goblin y se deslizó fácilmente a un lado. Exponiendo su cuello, apuñaló la daga que sostenía con un agarré de revés en él. El gob del casco comenzó a agitarse justo antes de eso. Era muy tarde.

Manteniendo al gob del casco, que había muerto instantáneamente, sostenido en su brazo izquierdo, Haruhiro corrió hacia la salida.

Uno de los gobs con ballesta apuntó su arma a Haruhiro. Él planeaba usar al gob del casco como escudo si disparaba. No fue así.

Los goblins empezaron a hacer mucho ruido. En ese momento, Haruhiro ya estaba afuera.

Dejando el cadáver del gob del casco cuando se fue, corrió hacia el lugar donde había subido al segundo piso antes. Los gobs con ballesta salieron del edificio, persiguiendo a Haruhiro. Pero él ya estaba trepando por la pared, con la daga en la boca. Los goblins no pudieron encontrar a Haruhiro.

Subió al techo del segundo piso. Los goblins en la terraza miraban hacia abajo, chillando mientras trataban de averiguar qué estaba pasando. Estaban confundidos y en pánico. Eso lo hizo fácil.

Se dejó caer a la terraza. La daga atravesó la espalda de uno de los gobs, matándolo instantáneamente. El otro gob vigía estaba inclinado sobre el borde de la terraza. Haruhiro lo agarró por detrás, le cortó la garganta y se impulsó y tacleó al goblin restante.

El gob vigía gritó: «¡Gyah!», mientras caía a la calle de abajo, pero este era solo el segundo piso. Desde el suelo, rápidamente se puso de pie y miró a Haruhiro.

—¡Ngyahgwoah!

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No tenía idea de lo que estaba diciendo en realidad, pero asumió que significaba algo como: «¡Es el enemigo! ¡Está por allá!».

Dos de los gobs con ballesta apuntaron a Haruhiro. Bajó justo cuando la saetas valaron hacia él. Los proyectiles pasaron volando por encima de su cabeza. Fueron seguidos inmediatamente por otros dos. Las saetas, disparadas desde abajo, no tenían ninguna posibilidad de golpear a Haruhiro en la terraza.

Los gobs con ballesta gritaron. A juzgar por los sonidos que hacían, varios goblins habían regresado corriendo al interior del edificio. Estaban subiendo las escaleras, con la intención de atacar a Haruhiro en la terraza.

Haruhiro se puso de pie de un salto e inmediatamente se arrojó desde la terraza. Había tres gobs con ballesta abajo. ¿El otro estaba dentro de las ruinas con los otros goblins?

Al aterrizar, se acercó a un gob con ballesta. Parecía terriblemente sorprendido. Cuando estuvo en posición de taclearlo, el goblin no intentó golpearlo con la ballesta, sino que la mantuvo hacia adelante, tratando de protegerse. Estaba absolutamente aterrorizado y listo para huir.

Haruhiro no lo tacleó, en cambio, agarró la ballesta con la mano izquierda. El gob la acercó reflexivamente, tratando de evitar que la agarrara. Cuando Haruhiro la soltó, el gob de la  ballesta se lanzó hacia adelante. Ahora fuera de balance, la espalda del gob quedó expuesta y pudo clavarle la daga sin esfuerzo.

Por alguna razón, sabía qué puñaladas serían letales, en qué ángulo atacar y con qué profundidad, como si fuera una segunda naturaleza para él. Eso parecía terrible, incluso para él, pero facilitaba las cosas.

Quedaban 2 gobs con ballesta. Uno estaba huyendo hacia el edificio en ruinas. El otro le lanzó su ballesta. Esquivó el arma entrante y luego se acercó al goblin.

Golpeando al gob con ballesta en la mandíbula con la palma de su mano, barrió sus piernas con una patada. Un tajo en la garganta dejó al goblin sin poder respirar. La sangre fluía de su arteria carótida. Ahora, solo le esperaba la muerte.

Entró en el edificio, y la gob con ballesta que huyó estaba ahí de espaldas a él. Se abalanzó sobre él y atravesó con su daga un punto vital en su espalda.

Solo falta un gob con ballesta. Los otros cuatro goblins habían subido por la mitad de las escaleras, persiguiéndolo. Se dieron la vuelta. Chillaron fuerte. Estaban bastante asustados. Le tenían miedo a Haruhiro.

Por supuesto que le temían. Estaba empapado de pies a cabeza en sangre de goblin. Puede que lo haya hecho por necesidad, pero los goblins no se lo iban a creer. Apareció un humano asesino en masa y estaba matando a sus camaradas uno tras otro. A los ojos de los goblins, Haruhiro debe haber parecido un monstruo.

Estaría mintiendo si dijera que no dolía un poco. Pero no podía dejarlos ir. Haruhiro persiguió al gob con ballesta. Sus piernas debieron fallar, porque se cayó cuando llegó al rellano.

—… Maldición.

Haruhiro agarró su ballesta y le dio una patada en el trasero.

—Dejénnos en paz. No quieren morir, ¿verdad?

Sin importar lo que dijera, no lo entenderían. Pero aunque no hablaban su idioma, aún esperaba que la amenaza funcionara.

Aún sosteniendo la ballesta, Haruhiro le dio la espalda al gob de la ballesta.

El gob de la ballesta no se movió. Los otros goblins de arriba también se quedaron quietos.

Cuando llegó a la salida, Haruhiro se volvió para mirarlos. El gob de la ballesta y los otros goblins lo miraron. Todos estaban temblando.

Haruhiro arrojó la ballesta al suelo y todos los goblins saltaron. Probablemente los había intimidado lo suficiente. Eso esperaba. Si no fuera así, tendría que matar más. Quería evitar eso, tanto como fuera posible.

—…  No es que esté en posición de decir que no quiero matar después de todo lo que he hecho.

Haruhiro dejó el edificio. Se alejó y observó desde una distancia corta. Los goblins aún no salían. Tampoco vio goblins en la terraza del segundo piso. ¿Pensaban que estaba afuera, esperando para tenderles una emboscada?

—¿Me excedí…?

Haruhiro se apresuró a regresar con sus camaradas. Podía decir que ellos ya habían arreglado las cosas también.

Parecía que todos estaban bien. Más de diez goblins yacían muertos. La mayoría de ellos habían sido cortados por la gran katana de Kuzaku.

—Hombre, buen trabajo —dijo Kuzaku. Actuaba terriblemente feliz y casual sobre todo esto, considerando que estaba más ensangrentado que Haruhiro. Era un poco desanimante.

—Bueno, no sé si lo llamaría buen trabajo.

—Los gobs de la Vieja Ciudad simplemente no pueden dar una buena pelea. ¿Tal vez soy demasiado fuerte?

—No seas engreído, tonto. —Setora golpeó a Kuzaku en el hombro.

—No, estaba bromeando, ¿de acuerdo?

—Si estás bromeando, haz que suene como una broma.

—Es un tonto tontín, ¿verdad? —dijo Hiyomu. Kuzaku parecía herido.

—No quiero escuchar eso de ti…

Neal sonreía débilmente. Parecía que quería estar de acuerdo. Incluso si su posición significaba que tenía que ser considerado con los sentimientos de Hiyomu, tenía que estar harto de ella.

—¿Cómo te fue? —Mary le preguntó a Haruhiro. Haruhiro asintió reflexivamente, pero no quería adentrar en eso.

—…  Eliminé al que supongo que era su líder. Vámonos.

—¡Kiichi!

Cuando Setora lo llamó por su nombre, Kiichi saltó ágilmente desde lo alto de un edificio en ruinas.

Haruhiro respiró hondo. Necesitaba ponerse serio de nuevo. Había expulsado a la pandilla que lideraba el gob del casco. Pero eso fue todo. Otros grupos aún podrían atacarlos.

Mary se acercó a él. Pensó que podría preguntar: «¿Estás bien?». Si lo hiciera, tendría que decir que, obviamente, estaba bien. Pero no era eso.

Mary agarró la mano izquierda de Haruhiro y revisó su muñeca.

—La magia ha desaparecido.

—… Oh. Sí, desapareció.

Mary había lanzado los hechizos mágicos de apoyo del Dios de la luz Lumiaris: Protection y Assist con Haruhiro, Kuzaku, Setora y ella misma, junto con Hiyomu y Neal, como los seis objetivos. Una vez lanzado, el efecto tenía una duración de alrededor de treinta minutos, por lo que Mary lo reactivaría antes de que se terminara el efecto.

Los dos hexagramas de diferentes colores aún brillaban en la muñeca izquierda de Mary. Parecía que Kuzaku y el resto también los tenían. Aparentemente, la magia se había desvanecido porque Haruhiro se alejó demasiado de Mary.

—Volveré a lanzar el hechizo.

Mary todavía sostenía la muñeca de Haruhiro mientras hacía la señal del hexagrama con los dedos de la mano opuesta.

—Oh, Luz, que la protección divina de Lumiaris sea contigo…  ProtectionAssist.

Dos hexagramas se iluminaron en la muñeca de Haruhiro mientras miraba.

Al instante, su cuerpo y corazón se sintieron más ligeros. No sabía que la magia de Mary también afectaba el corazón.

—Gracias.

—No tienes que agradecerme. —Mary sonrió.

¿Eh?, Haruhiro pensó con sospecha. ¿Qué es esto? Mi pecho se siente raro. 

Duele.

No hacía frío, pero tenía la piel de gallina. Hubo un crujido en la parte posterior de su cuello. Se le hizo un nudo en la garganta y no podía hablar.

—¿Qué pasa? —Mary ladeó la cabeza.

«No, no es nada», quiso decir, pero su boca se agitó inútilmente, sin poder formar palabras.

—¡Ah! —Mary soltó la muñeca de Haruhiro y bajó la cabeza. Tenía las mejillas sonrojadas. Tenía las orejas rojas—. Lo siento —se disculpó Mary en voz baja, tocando su cabello—. Solo estaba…  comprobando. Eso es todo. De verdad.

—… Sí.

Haruhiro también bajó los ojos. Mary estaba apurando sus palabras, como si estuviera poniendo excusas, pero ¿por qué? Honestamente, no lo sabía. No era solo Mary. Él también estaba bastante nervioso. ¿Por qué estaba entrando en pánico así?

No podía quitarse esa expresión tímida de ella de su cabeza. Por supuesto que no. Ella estaba frente a sus ojos. Si levantaba la mirada aunque fuera un poco, podía verla todo lo que quisiera.

Pero no puedo mirar. 

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Mi corazón se acelera como loco. 

Esto es malo, ¿verdad? Este estado en el que estoy.  Necesito sentarme. Si no aclaro mi mente, no podemos avanzar. 

¿Qué me ha pasado?

Alguien, por favor dígamelo. 

No es que pudiera preguntar.

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3- ¿Como Escribo un Spoiler?: Toca [ + ] (es el botón spoiler) y aparecera una ventana, ahí debes poner el TITULO de tu spoiler (recomendamos poner simplemente SPOILER), luego en el codigo que aparecera en el recuadro del comentario debes escribir dentro de los simbolos ] [

[spoiler title="Titulo de tu spoiler"]Aqui va tu spoiler[/spoiler]

Nota: Todo el texto que coloques antes o despues del codigo del spoiler sera visible para todos.

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