Wortenia Senki (NL)

Volumen 10

Capítulo 4: La Presencia de la Sombra

Parte 4

Ryoma asintió. “Quieres preguntar sobre Julianus I?” Esta era una pregunta que Lione le había hecho persistentemente a cada paso, algo que había evitado responder.

“Sí. Qué te dijo ese viejo la noche antes de salir de Xarooda?”

“De qué hablas…?” Boltz miró incrédulo a Lione.

Varias otras personas sentadas en la mesa redonda la miraban de la misma manera, y cada mirada en la habitación estaba fija en ella. Lione, sin embargo, mantuvo sus ojos fijos en Ryoma, presionándolo silenciosamente.

“No trates de decirme que no pasó nada. Me di cuenta de que algo estaba mal por la forma en que te veías esa noche.” Su tono exigió una respuesta. Estaba claro que había tenido suficiente de aguantar la actitud evasiva de Ryoma.

Supongo que es una oportunidad tan buena como cualquier otra… Era una larga historia, y complicada. Ryoma no sabía por dónde empezar. “Bueno… creo que esta sería una buena oportunidad para explicarlo.” Ryoma lanzó un profundo suspiro y abrió sus labios para hablar.

“El rey Julianus me dijo que esta guerra… o más bien, la mayoría, si no todas, de las guerras que tienen lugar en este continente están siendo influenciadas por las intenciones de cierto grupo”.

El silencio que siguió fue tan fuerte como el lanzamiento de una bomba. Lione lo miró con una expresión estupefacta.

“Eh? Qué demonios…?”

Ella tampoco fue la única que reaccionó así. Todos los demás miraron a Ryoma con sorpresa. Las únicas que no se sorprendieron visiblemente fueron las hermanas Malfist, que se sentaron a la izquierda y derecha de Ryoma, y Simone.

“Quiero decir, no espero que creas algo como esto cuando lo dejo caer de la nada”, dijo Ryoma.

Sus reacciones eran naturales para tal revelación. De hecho, Ryoma no querría asociarse con nadie que creyera ciegamente tal declaración sin ninguna información previa.

Un pesado y sofocante silencio se instaló sobre la habitación. Desde su perspectiva, las palabras de Ryoma eran una locura.

“B-Bueno, yo digo que escuchemos al muchacho, sí?” Boltz logró sugerir, aunque con cierta dificultad.

A pesar de sus dudas, Boltz le estaba dando a Ryoma el beneficio de la duda. Sin embargo, la aprehensión y la sospecha todavía estaban claras en sus ojos.

Aunque Ryoma sí entendía de dónde venía. “Gracias, Boltz. Luego, volviendo a lo que estaba diciendo,” continuó Ryoma, mirando a su alrededor y confirmando que todo el mundo se había calmado. “Déjame empezar con esto. No voy a tragarme a ciegas la historia del rey. Honestamente hablando, llamarlo absurdo sería un eufemismo.”

Todos los sentados alrededor de la mesa asintieron firmemente ante esas palabras. Sara y Laura, que ya habían oído todo esto de Ryoma, estaban entre ellos.

“Por eso, después de que me contó esto, no lo compartí con nadie. Seré real aquí. Me preguntaba si el anciano había perdido sus canicas. Pero en el camino de regreso de Xarooda, pensé bien las cosas.

Quizás lo que dijo no fue completamente loco. Quiero decir, al menos, alguien del lado de O’ltormea definitivamente quería prolongar este conflicto”.

“Qué significa?” preguntó Boltz.

Ryoma asintió rápidamente. “El primer punto es cómo Joshua Belares prolongó la invasión de O’ltormea por casi un año.”

Joshua era definitivamente un táctico hábil. Ryoma iría tan lejos como para dar fe de eso. Su padre había formado la unidad corsario, que consta de villanos y bribones, pero todos miraron a Joshua con respeto y admiración. Su capacidad como líder y comandante era grande, y su conocimiento del terreno montañoso de la frontera era comprensivo.

Pero después de escuchar la advertencia de Julianus I y pensar las cosas con más cuidado, Ryoma notó algunos puntos sospechosos.

Bloquear la cadena de suministro del enemigo era una estrategia básica y rudimentaria. El lado de O’ltormea tenía que haberlo sabido tan bien como Ryoma y Joshua.

Entonces, habrían actuado sin precaución? No, habrían tomado las medidas adecuadas para contrarrestar las tácticas de incursión de Joshua.

Aun así, la mayoría de las incursiones de Joshua tuvieron éxito; quizás no todas, pero las suficientes para frenar la carga del ejército invasor.

Ryoma creía que las excelentes capacidades de Joshua eran las que le permitían este logro. Pero en una inspección más cercana, se dio cuenta de que esta razón no podía explicarlo todo.

“Estás pensando que alguien del lado de O’ltormea le estaba dando información a Xarooda?”, preguntó Lione.

“Bueno, crear aliados dentro de las filas del enemigo es una estrategia tan básica como puede ser,” dijo Ryoma, asintiendo. Luego giró su mirada hacia Gennou. “Aunque me imagino que tú y Ryusai serían expertos en eso.”

“Ya veo… Vuestras palabras no carecen de mérito, mi señor. Pero basándome en lo que me dice Sakuya, dudo que alguien en Xarooda sea tan hábil en subterfugios.”

Los miembros del clan Igasaki asintieron, sus expresiones claramente no estaban convencidas. Si Xarooda hubiera tenido un maestro de espías lo suficientemente bueno o una organización de inteligencia trabajando para ellos, tal vez no se hubieran acorralado tanto como estaban.

El hecho de que no hicieran nada ante el peligro inminente implicaba que carecían de tal agencia de inteligencia. Si tuvieran ese tipo de red de espionaje, debe haber sido bastante diminuta y débil.

El análisis de Ryoma lo llevó a la misma conclusión. “Sí, por eso pensé que el talento de Joshua era la forma en que se las arreglaban para aguantar”.

Los esquemas eran una parte fundamental de la guerra, pero era difícil utilizarlos eficazmente. Uno necesitaría construir una vasta e intrincada red de inteligencia, operada por múltiples individuos hábiles. Lo más importante de todo, es que los agentes deben ser leales y devotos.

Pero Xarooda agotó gran parte de su poder nacional debido a la lucha interna, lo que significa que no tenía la fuerza para crear tal fuerza.

La única manera de compensar eso era admitir la brecha desproporcionada entre la fuerza de los dos países y embarcarse en una guerra no convencional, que es lo que el General Belares hizo una vez, con Joshua posteriormente siguiendo sus pasos.

“Pero creo que esa es la respuesta equivocada,” admitió Ryoma. Ryoma había hablado con Joshua después de la guerra y se enteró de que el alcance de sus esfuerzos de espionaje era enviar espías a las filas del enemigo para olfatear información.

Aparte de eso, no tenía a nadie plantado dentro del círculo íntimo de O’ltormea. Por supuesto, Ryoma no tenía ninguna prueba definitiva de que Joshua no le estuviera mintiendo.

Pero se dio cuenta de que plantar a alguien tan profundamente en las filas de O’ltormea habría sido difícil, dado lo arrinconados que estaban contra la pared. Xarooda no tenía nada que ofrecer a un traidor potencial de todos modos, lo que redujo las cosas a una conclusión.

“Estás diciendo que alguien del lado de O’ltormea -y alguien involucrado en el comando de la fuerza de invasión- filtró información a propósito?”, preguntó Lione.

Ryoma asintió. “Quiero decir, piensa en ello. La forma en que su ejército estuvo estancado tanto tiempo se siente mal. No es natural.” En comparación, la hábil demostración de estrategia que se cobró la vida del general Belares, venerado como la Deidad Guardiana de Xarooda, durante la primera batalla fue mucho más impresionante.

Se sintió como si O’ltormea hubiera cambiado completamente de dirección durante el resto de la guerra.

“Al principio, pensé que alguien dentro del imperio podría estar intentando sabotear los esfuerzos de Shardina. Ya sabes, una lucha política por el trono. Cosas así se sienten como algo normal para ellos”. Shardina Eisenheit era la hija mayor del emperador y su hija predilecta.

Probablemente había confiado en ella más que en su hermano, el príncipe heredero. Era perfectamente posible que alguien de la corte otormeana se hubiera resentido con Shardina por eso y hubiera intentado hacerla fracasar. Esto fue solo una especulación por parte de Ryoma, pero todos los presentes estuvieron de acuerdo en que era plausible.

“Espera un minuto, muchacho. Lo que acabas de decir es tu teoría sobre el funcionamiento interno de O’ltormea. Cómo es que lo que el rey Julianus dijo encaja en esto?” preguntó Boltz, tratando de poner los hechos juntos. Estaba claramente dudoso.

“Sí, entiendo por qué preguntas eso. Es simplemente una posibilidad dado el antagonismo dentro del régimen de O’ltormea. Pero déjame terminar, y creo que entenderás lo que quiero decir.”

“Y eso está relacionado con que le ordenes a Simone reunir fondos?”, preguntó Lione.

“Sí. Le puse a Simone una meta de cien mil monedas de oro. La usaremos para la próxima guerra.”

“Cien mil oros…?” Lione, que no había oído hablar de esto antes, se quedó boquiabierta. “Eso es, bueno… Eso es una locura…”

Cuando se convirtiera en yen, esa suma sería aproximadamente cien mil millones de yenes, más de lo que la mayoría de la gente lograría en toda una vida. Sin embargo, Ryoma lo declaró rotundamente.

“No hay nada de qué sorprenderse. Dado mi objetivo final, ese tipo de cambio suelto no es suficiente para cubrir los costos.”

Como cuestión práctica, Ryoma necesitaba todo el dinero que pudiera conseguir ahora mismo. Cien mil monedas de oro sólo cubrirían el desarrollo y mantenimiento de la península de Wortenia. Eso no sería suficiente para avanzar.

Lione lo miró con escepticismo. “Y ustedes dos en serio creen que pueden conseguir esa cantidad de dinero?”

Todos los demás parecían sentirse de la misma manera. Tener un objetivo por el que luchar estaba bien, pero un objetivo poco realista no les llevaría a ninguna parte. Hablando razonablemente, recoger cien mil monedas de oro sería difícil para Ryoma en este momento.

Como esperando que alguien expresara esas dudas, Simone finalmente habló. “Sí, si todo va según lo planeado, reunir ese tipo de fondos debería estar dentro del ámbito de las posibilidades.”

“Todo va según lo planeado? Qué plan?”

“Sí, Xarooda y O’ltormea… Si usamos la guerra entre esos dos países, debería ser perfectamente factible.”

Lione miró a Simone con curiosidad.

Sí, tiene sentido que ella reaccionara de esa manera. Especular con una guerra no es algo que la gente en este mundo tiende a considerar. Pero eso significa…

El hecho de que Lione y todos los demás reaccionaran de esa manera demostró a Ryoma que sus sospechas eran correctas. Había una buena posibilidad de que la gente con el mismo tipo de conocimiento que él pudiera estar instigando esto.

“Tendré que hacer un movimiento…” Ryoma susurró para sí mismo cuando la explicación de Simone resonó en la sala de reuniones.