Shin no nakama janai to Yuusha

Volumen 3

Capitulo 2: La Heroína, A Un Paso

Parte 2

Zoltan experimentó otoños cortos.

No había tenido la oportunidad de disfrutar de la temporada en la montaña antes de que cayeran las hojas, y se transformó en un desolado paisaje invernal.

“Incluso si la nieve no se pega, el frío todavía limita las hierbas que puedes encontrar en esta época del año”.

También había algunos que solo se podían encontrar en invierno, como los hongos pólipos, un ingrediente de la medicina que trata el cólera. También hubo enredaderas de nieve que ayudaron con las infecciones que uno desarrolló a partir de heridas abiertas. Afortunadamente, también puede encontrar pasto de estrella de mar gris y hongos que comen óxido.

Pero sería doloroso no poder recolectar el beleño usado para hemostáticos y desinfectantes u hojas de koku  para antídotos o todos los demás ingredientes para medicamentos que tenían una gran demanda.

Necesitaba reunir tanto como fuera posible mientras aún quedaba algo por encontrar.

“Un invernadero sin duda ayudaría a lidiar con las plantas de temporada”.

Tomé nota para preguntarle a Gonz cuando regresara a casa. Pero por ahora, necesitaba concentrarme en reunirme.

Si ustedes quimeras van a seguir mirándome, lo mínimo que pueden hacer es ayudar también.

Los monstruos que me miraban desde la distancia se alejaron presas del pánico cuando los miré.

***

Mi nombre es Tisse. Hace mucho tiempo, era una asesina, pero ahora soy solo una persona al borde de mi ingenio.

Naturalmente, la fuente de mis problemas es la heroína. “Solo soy una viajera. No soy sospecha en absoluto”.

Esas eran las palabras exactas que les había dicho a los guardias de la puerta de Zoltan. Llevaba una rana gigante más grande que parecía pesar mil libras sobre su hombro.

¿Por qué?

No hace diez minutos, le había contado a uno de los guardianes una historia falsa mientras le deslizaba un pequeño soborno. Todo iba bien. Todo lo que tenía que hacer la heroína era esperar pacientemente. No debería haber habido ningún problema.

“U-um, señorita Ruhr”.

Ruhr era el alias de la heroína mientras estábamos en la ciudad. Por cierto, mi apodo era Tifa.

La historia básica era que Ruhr estaba buscando a su padre, que había desaparecido.

No sabía mucho sobre el alquimista que la Heroína estaba buscando en realidad, pero dado que estábamos buscando a alguien, hacer que el objetivo de la búsqueda fuera un miembro de la familia parecía aceptable.

Una vez que encontráramos al alquimista, podríamos descartarlo como si fuera la persona equivocada que se parecía al padre de Ruhr. Sin embargo, de alguna manera, terminamos en esta situación comprometedora.

“¿Qué pasa con esa rana en tu espalda?”

“Estaba hibernando en el suelo cercano. Pensé que sería peligroso cuando llegara la primavera, así que lo exterminé”.

“S-Sí. Bueno, está bien, supongo. Pero, ¿por qué lo llevas?”

“?”

“Vamos, por favor, no inclines la cabeza”. Gruñí.

“Si derrotas a un animal o una bestia mágica cerca de un pueblo, lo entregas en el intercambio local”, declaró Ruti con total naturalidad.

Quiero decir, sí, ¡pero vamos!

Un guardia me tocó el hombro. Me volví tan rígida que temí que mis articulaciones crujieran de manera audible. Cuando me encontré con los ojos del hombre, vi que prácticamente brillaban.

“Tu amiga es asombrosa. Iré a buscar un carrito al carnicero, así que espera aquí un poco”.

La Heroína parecía distante, indiferente a los elogios y las miradas curiosas que estaba obteniendo de todas direcciones.

“Señorita Ruhr, un guardia dijo que conseguiría un carro del carnicero. Así que puedes bajar la rana”.

“Okay.”

Hubo un ruido sordo y retumbante cuando el enorme anfibio cayó al suelo.

Argh, estoy seguro de que ahora habrá rumores de que nos estamos extendiendo por la ciudad.

Demasiado para mantener un perfil bajo… 

***

En esta época del año, las noches en la montaña eran frías. Me estremecí mientras me envolvía en un saco de dormir.

La fogata crepitaba.

Deslicé un calentador que había hecho en el saco de dormir y suspiré mientras hacía su magia.

Debido a que las montañas estaban cerca del Muro del Fin del Mundo, el viento estaba helado. Los vendavales que venían del norte eran especialmente fuertes.

“Extraño mi cama.”

En el pasado, nunca me había sentido particularmente apegado a mi casa. A decir verdad, incluso había considerado la posibilidad de erigir una pequeña cabaña aquí. Poder quedarme en la naturaleza durante dos o tres noches habría aumentado significativamente mi botín. Sin embargo, esos planes se han dejado de lado.

Quería pasar el mayor tiempo posible en casa.

“Hmm, supongo que esto es lo que significa tener un ‘hogar’.”

Me quedé dormido en medio de pensamientos de Rit esperándome.

Al día siguiente, reuní todo lo que pude y, cuando empezó a oscurecer, me dirigí hacia la montaña.

Mientras nadie esté mirando, debería usar Lightning Speed para volver a Zoltan lo antes posible.

Con entusiasmo, corrí a toda velocidad de regreso a la ciudad.

“¡Heeeey!” Grité, haciendo señas al guardia que estaba a punto de cerrar la puerta.

“Oh, ¿es Red quien veo? ¿De regreso de recolectar hierbas medicinales?”

“Si. ¿Me permites entrar?”

“Demasiado trabajo. Solo trepa por la pared allí”.

“No quiero. Eso es demasiado trabajo para mí”.

Bromeamos un poco mientras el guardia esperaba un poco más para terminar de cerrar la barricada. Las murallas de Zoltan eran poco más que un muro de piedra que apenas se elevaba más de dos metros. Si querías, no era tan difícil trepar.

Los aventureros que llegaron demasiado tarde y se perdieron el cierre de la puerta por la noche simplemente saltaron la pared, pero hubo un acuerdo tácito de que todos hicieron la vista gorda a la práctica.

La gente que entraba a escondidas después del anochecer habría sido un gran problema en cualquier otro lugar, pero en Zoltan, la gente era lo suficientemente relajada como para reírse.

“Seguro que eres bueno entrando justo en el último momento”.

“Eso es porque me tomo las reglas en serio”.

“Si eso es cierto, ¿qué tal si regresamos antes de la undécima hora la próxima vez? De todos modos, me voy ahora. ¿Qué tal un trago?”

“Gracias, pero no. Me voy a casa.”

“¿Dónde está el amor? ¿Elegir a tu novia antes que a mí?”

“Ahí le has dado.”

“No tienes que ser tan directo al respecto… Bien. ¿Qué tal un solo trago?”

“Buenoooooo, ha pasado mucho tiempo desde que salimos a tomar una copa. Seguro supongo. Me quedaré para bajar uno contigo en el puesto de comida”.

Pasar tiempo con amigos también era importante, pero no tenía intención de quedarme fuera hasta tarde.

Dejamos la puerta y nos dirigimos a un puesto de oden móvil a lo largo de la frontera entre el distrito del puerto y el barrio de clase trabajadora.

“Bienvenidos.”

Por lo general, un anciano soltero y brusco lo saludaba cuando se acercaba al stand. Hoy, sin embargo, era una alta elfa rubia platino, esbelta, bien proporcionada y elegante.

El dueño de la tienda estaba llegando allí en años. Cuando mencionó la jubilación, la alta elfa Oparara dijo: “No puedo soportar ver este lugar cerca, así que si vas a renunciar, ¡déjame que te suceda!”

Ese perro viejo era un tonto cuando se trataba de mujeres hermosas, así que después de mantenerse firme durante unos treinta segundos, se rindió ante Oparara, y los dos habían comenzado a armar el establo. Últimamente, Oparara lo estaba ejecutando por su cuenta con más frecuencia.

Verla me recordó a mi antigua compañera, Yarandrala, aunque no había comparación en lo que respecta al tamaño del busto.

Los altos elfos gobernaban el Reino de Kiramin, lo que los convertía en la única otra raza, además de los humanos, que usaba una de las coronas oficiales de Avalon.

El rey enano que vivía en Sir Beard Mountain solo tenía el título oficial de duque, y Sir Beard Mountain era solo un territorio autónomo, no un reino.

A diferencia de la frase coloquial para un gobernante hereditario, un verdadero rey o reina solo se refería a uno de los monarcas de los reinos oficialmente reconocidos. En Avalon, todos esos territorios pertenecían a humanos o altos elfos.

Por eso los altos elfos profesaban ser criaturas nobles. Los humanos, tal vez sin querer pensar demasiado en ello, no tuvieron problemas para aceptar esa declaración.

Sin embargo, los semielfos, que eran descendientes de los elfos del bosque que una vez dominaron el continente, y los elfos salvajes, que se habían alejado de la civilización pero que, sin embargo, eran descendientes directos de los antiguos elfos, consideraban a sus altivos primos como meras cosas urbanas … elfos de la ciudad.

En cuanto a mí, bueno, los llamé elfos nobles. Quiero decir, yo también soy humano, y llamarlos elfos urbanos era una excelente manera de enojarlos.

Básicamente, los elfos nobles tendían a ser bastante abiertos sobre lo que pensaban y sentían, y siempre decían lo que pensaban. Si se enfadaban, no dudarían en insistir en que lo que les había dicho les había hecho daño.

En un sentido, eso hizo que fuera difícil llevarse bien con ellos, pero en otro, hizo que fuera más fácil conocerlos.

Por supuesto, cada alto elfo tenía sus peculiaridades.

También había muchos de ellos que podían hablar con ambos lados de la boca. No fueron incapaces de hacer frente. Era solo que, por regla general, a los elfos nobles generalmente no les gustaba hacerlo y, por lo tanto, no se molestaban.

Si se lo proponían, serían capaces de ser mucho más tortuosos que los humanos. En particular, el capitán siempre solía decir que nunca se podía confiar en la realeza de Kiramin.

En ese punto, Yarandrala fue sencillo y agradable. Al recordar el tiempo que pasé con ella, me pregunté si todavía estaría viajando junto con Ruti y los demás. El viaje fue sin duda difícil, pero esperaba que ella estuviera bien, de todos modos.

“Pediré daikon y tendón de res, huevo y hanpen. Y una cerveza, por favor”, dijo el guardia mientras señalaba varias cosas flotando en la olla cuadrada.

“Y tomaré daikon, una salchicha y un poco de chikuwa también. Y una vaso de cerveza”.

“¡Entendido!” Oparara respondió con una enérgica voz de alta elfa que sonaba como el timbre de una campana.

Pescó nuestros pedidos en un par de cuencos de madera con un movimiento practicado.

“Eso me recuerda…”

Oparara miró la bolsa de hierbas en el suelo mientras me pasaba la comida.

“¿Ya no vende semillas de mostaza, jefe?”

Oparara solía llamarme Red antes de abrir el puesto. Aparentemente, incluso había comenzado a adoptar los patrones de habla del propietario anterior del carrito. Seguro que los elfos nobles eran meticulosos.

“Ah, no voy a las montañas tan a menudo como solía hacerlo. Todas las especias que recojo, las uso yo mismo”, respondí.

“Eso es muy malo. Entonces tendré que encontrar una fuente estable en la ciudad”.

El precio corriente de las semillas de mostaza era de cinco payril el kilogramo en el puesto comercial. Y subió una vez que salió al mercado. La especia combinó bien con el oden, pero no era gratis. Por eso el guardia y yo no lo habíamos pedido.

Una chica solitaria apareció en el mostrador. “¡Bienvenida!”

“Daikon, tendón de res, huevo y cuatro chikuwa. Y mostaza”.

“¡Entendido!”

Tomando el cuenco de manos de Oparara, la chica no dudó en agregar toda la mostaza proporcionada en un plato pequeño al lado.

¡Ese estilo, esa forma regia de comer oden! Fue tan despreocupado. Prácticamente gritó “¡Solo pediré más si me quedo sin dinero!”

¡Increíble!

Cuatro chikuwa también era algo inusual. Supongo que a ella le gustaron mucho.

De todos modos, ella era una cara nueva. Bajita, pero su cuerpo claramente había sido bien entrenado. Su traje negro con capucha se había desgastado un poco por el viaje, pero era de alta calidad.

Había una espada corta en su cintura. Dentro de la capa, tenía tres cuchillos arrojadizos atados debajo de la axila. La espada corta tenía una mejora mágica y algún otro tipo de efecto especial aplicado. También tenía algo de magia oculta para ocultar todo eso. Había una cota de malla de mithril tejida en la parte inferior de su prenda.

Su equipo enfatizaba la practicidad y había sido diseñado para aparecer como artículos de uso diario para evitar sobresalir.

Ella es fuerte. Tal vez un aventurero que ha estado vagando por un tiempo…  Parece que está tratando de mantenerse   al margen. 

Probablemente algún tipo de trabajo en el que deba tener cuidado de no ser notada. ¿Un ladrón o un espía… o tal vez un asesino?

En ese momento, la chica me miró de repente. “¿Sí?” preguntó ella expectante.

“Oh, lo siento. Solo tenía curiosidad, ya que no te había visto antes. Y parece que lo estás haciendo lo suficientemente bien como para pedir la mostaza también”.

“La mostaza es imprescindible para el oden”.

“Espero poder ganar lo suficiente para poder decir eso también algún día”.

Solo había sido una mirada de reojo, pero se había dado cuenta de que la estaba mirando. Ella es bastante buena. ¿Quién es ella?

En ese momento:

“¡Ah, eres la de ayer!” exclamó el guardia después de mirar a la chica por un momento.

“¿Qué, la conoces?” Yo pregunté.

“¡No lo creerías, Red! ¡La chica con la que estaba arrastró a esta rana gorda que hibernaba en el barro cerca de la puerta del suelo con una sola mano y usó un arte marcial loco que nunca había visto antes para matarla con esta vieja espada de goblin golpeada!”

La mejilla de la chica se crispó. Aparentemente, este era un tema que prefería no discutir. Sin embargo, su expresión era demasiado sutil para que los guardias la notaran.

“¿Cuál era el nombre de tu amiga otra vez? Ru… ¿Rurt?”

“Su nombre es Ruhr”.

Pensé que simplemente ignoraría al portero, pero aparentemente, que el nombre de su camarada se equivocara la molestó porque se propuso corregirlo.

“¡Sí, sí, Ruhr! Y si mal no recuerdo, ¿tu nombre era Tifa? Si ustedes dos planean quedarse con Zoltan por un tiempo, definitivamente deberían pasar por el Gremio de Aventureros. Nunca hay suficientes tomadores de misiones hábiles por aquí. Hay trabajos de exterminio publicados para otras bestias como ese sapo gordo que se convertirá en un problema en la primavera, pero nadie ha tomado ninguno de ellos”.

Una rana gigante más grande podría ser un monstruo sorprendentemente peligroso, a pesar de su apariencia. Usó su lengua como arma para atrapar a sus enemigos y comérselos.

Aunque poseía una piel resbaladiza, sus dientes eran como navajas que podían morder fácilmente a través de la cota de malla. Incluso si la criatura encontraba algo que no podía roer, tenía el hábito problemático de tragarse todo lo que atrapó.