Maou-sama Retry! (NL)

Volumen 5

Capitulo 7: Fuerzas Colisionan

Parte 10

El Cielo Arriba

El Señor Demonio abrió los ojos para encontrar un techo de troncos sobre él. Todavía estaba oscuro en la cabaña, lo que indicaba que era antes del amanecer. (Me quedé dormido…) No recordaba a qué hora se había dejado caer sobre el barril de heno con su cómodo zumbido.

Al mirar hacia abajo, se dio cuenta de que también estaba cubierto de heno en lugar de una manta. El Señor Demonio se dio la vuelta, disfrutando de la rara experiencia de dormir en el heno natural. (Este tipo de cosas son agradables, de vez en cuando… Recuerdo haber acampado en esa isla deshabitada cuando era niño.

Incluso había un barco de juegos en la costa). Un recuerdo nostálgico volvió a visitar al Señor Demonio en su mente adormecida. . La cubierta del gran barco simulado tenía innumerables cuerdas colgando del mástil, que los niños podían usar para columpiarse en el océano.

Recordó cómo todos los niños lanzaron un grito de Tarzán cuando salieron y se sumergieron en el agua. (Fue divertido en ese momento, pero fue un patio de recreo bastante aterrador en retrospectiva…) Cuanto más alto se balanceaban, más se hundían en el agua.

Mientras el Señor Demonio recordaba esas cosas, sintió que algo se movía a su lado. (¿Qué es eso…?) Levantó el heno que lo cubría para encontrar a Olgan, acurrucada como un gato. Su baja estatura la hacía parecer aún más un animal pequeño. “¿Tú también te dormiste…?”

Su comentario debe haberla despertado, cuando abrió los ojos para encontrarse con los de él. Después de mirar fijamente en blanco por unos momentos, casi cerró los ojos de nuevo antes de saltar del heno. “¡¿Cuánto tiempo llevas despierto…?!”

“¿Hm? Me acabo de despertar.”

“S-Solo para que lo sepas, ¡fuiste tú quien vino y se quedó dormido a mi lado!”

“Ya veo. Debo haber estado un poco emocionado”.

“Hmph. Qué imprudente… Realmente no tienes ninguna sensación de peligro, ¿verdad?”

Mientras tanto, la propia Olgan parecía un hámster somnoliento, toda cubierta de paja. El Lord Demonio habría respondido “ibas a volver a dormir” otro día, pero decidió simplemente levantarse y sentarse en una silla.

“Conseguimos la ubicación general…” murmuró. El gato borracho les había dicho con entusiasmo dónde se encontraba el mercado de esclavos. El problema era que les había dado tres ubicaciones diferentes. “La montaña que ni siquiera Anima no cruzará, en el norte, y el reino divino en el sur… Akane debe haber pasado por aquí.” Señaló un dibujo de un santuario sintoísta que debió haber hecho garabatos borracho. A pesar de su embriaguez, tanto el dibujo como el memorando al lado eran meticulosos.

(Es tan perfecto como siempre…) El Señor Demonio recordó qué tipo de personaje era Hakuto Kunai. Se jactaba de una fuerza física abrumadora y un cerebro nacido para planear, y era un maestro en muchas cosas, desde la etiqueta en la mesa y varios bailes tanto occidentales como orientales, hasta incluso costumbres culturales.

Cambió entre una máscara del bien y una máscara del mal, reclutando a cualquier persona útil para su causa con todas las tácticas del libro. Tanto su carisma crudo como su capacidad para manipular a una persona eran simplemente aterradoras, dignas de su estatus como el jefe final del juego.

El Señor Demonio no pudo evitar preguntarse, colocando una mano sobre su pecho, (¿Qué quiere él…?). Pensó en la voluntad del verdadero Kunai que había sentido en el Bastille Dungeon. Un ser tan poderoso quería algo, anhelaba algo y todavía estaba planeando conseguirlo… El Señor Demonio se estremeció al imaginar lo que le pasaría a este mundo si sus deseos se hicieran realidad.

Antes de que se diera cuenta, Olgan se había sentado a su lado, mirando el mapa. “Así que esto es lo que parece ahora”, murmuró Olgan con sentimientos encontrados al ver el territorio de su padre por primera vez en mucho tiempo. Ardía de añoranza por su madre perdida, de odio por su padre y de recuerdos de días tortuosos, así como del amor que nunca recibió.

“Entonces, ¿a qué instalación fue Akane?”

“Etapa Uno, aquí mismo”, proclamó el Señor Demonio sin ninguna vacilación o duda, a pesar de tener tres posibilidades frente a ellos.

“Pero la Etapa Dos está más cerca de la frontera”.

“Aparentemente, la Etapa Uno es donde la gente es tratada peor. Ella fue allí”. El Señor Demonio sabía que Akane iría directamente a cualquier lugar que necesitara la atención más urgente. De hecho, ya estaba cocinando algo más en su mente. “No es una mala decisión si decimos que ella es una distracción, tal como lo planeamos originalmente”. Tomó un vaso y algunas botellas de Fire Spirit de alrededor de la cabaña y las colocó sobre la mesa. El enano roncaba y el gato dormía acurrucado sobre otro barril de heno.

“¿Beber tan temprano? ¿Sin siquiera preguntar?”

“No te preocupes por eso. Dejaré el ajenjo a cambio”.

La noche anterior, el Enano prácticamente había chupado hasta la última gota de absenta de la botella hasta que finalmente se derrumbó en el suelo, ebrio.

Por supuesto, cualquier tipo de alcohol del juego, como Absinthe, tenía efectos curativos de resistencia. Con el bono anti-frío muy importante, Absinthe en particular era un bien valioso en ciertos campos.

Sin embargo, tomar una copa de un producto alcohólico aumentó su valor interno. Una vez que ese valor estaba por encima del umbral establecido, el jugador ya no podía controlar a su personaje correctamente, lo que a menudo le costaba el Juego. Este tipo de atención inútil a los detalles fue la razón por la que Akira Ono fue elogiado como un genio por algunos y odiado por otros.

El Señor Demonio tintineó un cubo de hielo sobrante del paquete en el vaso antes de verter algo de Fire Spirit en él. Lo tiró hacia atrás y negó con la cabeza después de tragar la bebida. “Este anciano hace una bebida asesina. Si lo pusiera en el juego, supongo que curaría de 25 a 40 de resistencia aproximadamente. Con un gran beneficio para mantener la temperatura corporal”. El Señor Demonio divagó sobre algunas tonterías, visiblemente divertido.

Olgan lo miró sin hacer preguntas al respecto, aparentemente aclimatado a su comportamiento. “Hmph. Me alegro de que te estés divirtiendo, pero

¿qué quieres decir con ‘no es un mal movimiento’?” Preguntó Olgan, apoyando la barbilla en la palma. No parecía irritada, más bien como una hija que mira a su padre, quien estaba extrañamente optimista tan temprano en la mañana.

“Usar el mono para hacer un lío aún mayor”.

“¿El Animadmiral? ¿Cómo…?” Olgan se interrumpió. Se dio cuenta de que el Señor Demonio ya había plantado dos semillas. Les había robado a los simios híbridos su tesoro, Jingu Bang, e incluso había ‘maldecido’ a su líder, por lo que sabían. Eso fue una intriga demoníaca. “Ya veo”, comentó Olgan. “La batalla parecía infructuosa en ese momento, pero aquí estamos”.

“Parecen excitables. Déjalos enloquecer por un tiempo hasta que se calmen”, dijo el Señor Demonio, como si estuviera hablando de unos pocos perros encerrados que necesitaban una buena carrera en el parque. No tenía ningún pensamiento en absoluto sobre las repercusiones de una banda de Anima cruzando y haciendo un desastre en el territorio Hellion, lo que hizo que su comportamiento fuera aún más problemático.

“No es mala idea utilizar simios híbridos. Entonces, ¿por dónde entramos nosotros?”

“Mientras tanto, iremos a visitar a tu padre. Por la puerta de entrada”. El Señor Demonio tomó las botellas de Fire Spirit y Agua de Trueno a su lado y las arrojó a su Carpeta de Artículos, dejando casualmente cinco botellas de absenta.

“¿Mi padre…? ¿Solo nosotros dos?” Olgan cuestionó. El Señor Demonio no respondió, simplemente agarró a Olgan y la levantó. Luego, envió una Comunicación para programar una reunión con Monkey Magic. “¡Yo-Yo te dije que no me agarraras sin preguntar!”

“No te preocupes por eso. No es gran cosa.”

“¡Eso no te corresponde a ti decidir!” Mientras Olgan gritaba, el Señor Demonio Rápido viajó hasta donde se encontraba el santuario. Su entorno parpadeó hasta convertirse en un bosque profundo. Si bien esto debería haber sido una experiencia mística, no importa cuántas veces lo había hecho antes, Olgan continuó gritando con una ira audible: “¡¿Por qué?! ¡¿Eres tan imprudente?! ¡¿E insensible?! ¡Tomando esas botellas de Fire Spirit sin preguntar! ¡Y beber a primera hora de la mañana! ¡Y esa estúpida sonrisa en tu rostro anoche cuando ese gato se colgó a tu alrededor!” La rabia de Olgan fue particularmente audible para la última acusación.

Finalmente, el Señor Demonio intervino. “¡¿Qué crees que soy, un vagabundo borracho y pervertido?!”

“¡Eso es exactamente lo que eres!”

Habiendo escuchado su partido de gritos, el líder de los simios apareció cautelosamente ante ellos, acompañado por un kappa. “Toda esta conmoción en el reino divino… Tan grosero como siempre, humano”.

“No creo que debamos cabrearlo…” comentó Monkey Magic.

Al ver a los dos acercarse, Olgan se escapó apresuradamente del agarre del Señor Demonio y se volvió en la dirección opuesta. Tanto ella como el líder de los simios parecían completamente descontentos.

El único que sonrió ante este encuentro fue el Señor Demonio. “Pido disculpas por la solicitud apresurada. De hecho, tengo un favor que pedirte”.

“¿Cómo se atreve un simple humano a pedirle a un mono-híbrido, la Sabiduría de los Bosques? ¡Ow ow ow ow!” A la orden del Señor Demonio, el kinkoji en la cabeza del simio se tensó, haciéndolo rodar por el suelo en agonía. Incluso el increíblemente poderoso Animadmiral era impotente ahora.

“Me siento honrado por su dedicación eterna a probar la durabilidad de su cráneo… pero ¿no me escuchará esta vez?”

“¡B-Bien! ¡Detén esta cosa! ¡Por favor para!”

“Me alegro de haber llegado a un entendimiento”. Con una sonrisa radiante, el Señor Demonio extendió su mano.

El mono se puso de pie por su cuenta, con una expresión de total disgusto en su rostro. No lo atraparían muerto estrechando la mano de un humano. “Escupe lo que quieras. Estoy ocupado aprendiendo a bailar alrededor de un monolito negro”.

“No sé lo que eso significa, pero solo hay una cosa que quiero de ti. Atacar los Mercados de Esclavos dentro del  territorio de un diablo llamado Belphegor. Aquí y aquí”. Señaló el mapa.

El líder del mono guardó silencio. La solicitud parecía estar más allá del poder de procesamiento de su cerebro. El mono se quedó quieto por un momento antes de empezar a hacer tonterías.

“S-Señor Oscuridad… ¡No es que tenga mucho espacio para hablar, pero mantén al líder fuera de algo tan complicado como eso!”

“¿Complicado…?” El Señor Demonio torció su cuello.

El kappa miró a Olgan con incredulidad. Por supuesto, parecía una trampa. “Esa chica es la hija de Belphegor, ¿no es así? ¿Cuál es la gran idea?”

Olgan torció el rostro con amargura. Si el Señor Demonio no hubiera estado allí, habría quemado el pequeño cabello que quedaba en la cabeza del kappa con un hechizo de Fuego.

“Solo otra disputa familiar. No lo pienses demasiado. Solo necesito que te vuelvas loco”.

“Como si fuera tan fácil… Además, pasar el reino divino está prohibido.” Después de dejar al líder de los simios mareados en el suelo, el kappa limpió cuidadosamente el plato en su cabeza. El Señor Demonio observó con curiosidad sus extraños gestos durante un rato, antes de que el líder saltara del suelo como si acabaran de encender un interruptor.

“¡La gran madre se refería a ti!” gritó el mono.

“¿Madre…?” Ahora, los ojos del Señor Demonio se agrandaron.

El mono estaba extrañamente silencioso mientras divagaba, temblando. “¡¿Por qué la Gran Madre…?! ¡Un simple humano como tú…!” Su rostro estaba rojo de ira visceral y celos abrumadores. El gran dragón al que veneraban y adoraban como un dios viviente, el dragón que permanecía completamente en silencio durante milenios a la vez, les había dicho que dejaran a este ser humano.

La expresión contundente se extendió como relámpagos crepitantes por toda Animania, inquietando a toda la nación con diversas interpretaciones.

Incluso para el infame e imprudente Monkey Magic, esas palabras pesaban increíblemente. Después de que el mono estalló en gritos y ahora se quedó en silencio, el kappa le susurró algo. Era evidente que lo había golpeado alguna revelación seria.

“No sé de qué madre estás hablando… Pero si haces esto por mí, te devolveré ese palo”. El Señor Demonio finalmente se comprometió. El Jingu Bang era un arma rota según los estándares de este mundo, pero 5 daños penetrantes eran prácticamente una picadura de mosquito para el Señor Demonio… Si los ataques se conectaban, eso era.

“Mi tesoro es importante. Pero mamá dijo que…” El mono se enfurruñó.

Entonces, el kappa tuvo un momento de bombilla y le susurró algo más. Mientras el Señor Demonio estaba confundido por la errática línea de conversación, Olgan estaba observando cuidadosamente al par de Ánima delante de ellos. “¿Por qué no pensamos fuera de la caja?” preguntó el kappa. “Hay algo de mérito en la idea”.

“¿Qué quieres decir?” preguntó el mono.

“Mamá nos dijo que lo dejáramos en paz, pero que no lo ayudáramos, ¿verdad?”

“¿No…?” El simio parecía confundido de nuevo por eso.

El punto del kappa era nada menos que su valor nominal, pero mostraba una sonrisa de comer pescado, aparentemente emocionado por su propia inteligencia. “Madre habló de esto, lo que significa que es un gran problema. Mirar en silencio no te hará ganar ninguna medalla”.

“P-Pero…”

“Incluso mientras hablamos, ese perro podría olfatear una gran oportunidad para obtener mayor credibilidad. Entonces nunca nos dejará olvidarlo”.

El mono levantó la vista del suelo a una velocidad asombrosa, su cuerpo temblaba de ira y su rostro estaba rojo como una remolacha. “¡¿Me estás tomando el pelo?! ¡Ese chucho no se merece la madre…!” Su frase se fue apagando cuando el mono no pudo encontrar las palabras para igualar su ira.

Luego vino el golpe final: la hermosa voz de una joven del cielo.

Simio, la sabiduría del bosque. Te pido que ayudes a este humano.

“¡Gran sacerdotisa!” los dos Anima gritaron al unísono, saltando en estado de shock antes de enloquecer e inclinarse.

Mientras Olgan ponía cautelosamente la mano sobre el Sr. Carry-All, el Señor Demonio comenzó a disfrutar de un cigarrillo sin prisas.

Se podría decir que le debo a ese humano. Yo mismo hablaré con Tatsu.

Completamente revitalizado por la voz, Monkey Magic golpeó su pecho.

El kappa, emocionado, pasó la mano por el plato. “Si la Gran Sacerdotisa lo dice, no tenemos nada de qué preocuparnos… ¡Ahora  esta es la oportunidad que estábamos esperando!”

“¡Ooh ooh ah! ¡Finalmente, puedo romper algunos cráneos de Hellion inmundos! ¡No puedo esperar a ver la mirada en el hocico de ese chucho!”

“¡Gheh heh heh heh heh! ¡Gheah!” Se echaron a reír, chocando sus puños hasta que finalmente comenzaron a tomarse del brazo y a bailar en círculos.

El Señor Demonio observó a los dos mientras exhalaba humo con exasperación. Entonces, el mono extendió su mano con una mirada cambiada en su rostro. “Devuélveme el bastón. Me enoja escuchar a un humano, pero cuando la Gran Sacerdotisa lo dice… acepto”.

El Señor Demonio estaba secretamente asombrado por lo diferente que parecía el simio. Su alegre emoción se había desvanecido, reemplazada por la mirada de un guerrero. “Ya veo. Me alegro de que hayas venido…” respondió el Señor Demonio, echando humo. Sacó Jingu Bang de su carpeta de artículos y lo colocó en la mano del mono.

El mono agarró el bastón y pasó la mano por él un par de veces antes de decidir que no había nada malo con su tesoro y se puso en acción. “Muéstrame el mapa, humano. ¿Dónde están las manchas?”

“Quiero que golpees estos dos puntos. Vuélvete tan salvaje como quieras. Excepto que no mates a ningún ser humano. Llévalos a la ciudad de Rookie una vez que termine”.

Hubo un latido antes de que respondiera el mono. “Entendido.” Parecía insatisfecho por tener que pasar por tantos problemas por simples humanos. Aun así, el hombre ante el simio estaba completamente fuera del alcance de los humanos que conocía.

“El pollito del santuario. Ya terminé de hablar contigo. Una vez que esto termine, tendremos una larga discusión. No creas que puedes escapar sin mirarme de nuevo”. Para gran sorpresa del Anima, el Señor Demonio amenazó descaradamente al ser al que llamaban Gran Sacerdotisa. El simio, en particular, no pudo evitar sentirse impresionado por lo valiente que era el Señor Demonio.

Eres un hombre aterrador, como siempre… Como tu cara. “¡Te dije que no juzgues a las personas por su rostro!” Mis hijos también te quieren mucho. Te llaman Evil-Face. “Creo que directamente me odian…”

Su ida y vuelta fue alegre, como si fueran viejos amigos. Después de lo que había dicho la Gran Madre, el mono estaba comenzando a cambiar su opinión sobre el Señor Demonio. (No es un ser humano ordinario… Es otra cosa).

Asi fue como el simio le dio sentido al ser que tenía delante, que el Señor Demonio debía haber sido una criatura en otro nivel. Alguien de los mitos que estaba cerca de la Gran Madre y la Gran Sacerdotisa, que protegió Animania en los días de antaño. Una vez que decidió que era así, el simio ya no tuvo que pensar en nada. Hizo una última reverencia al cielo antes de girarse para salir corriendo, cuando el Señor Demonio lo llamó.

“Lleva esto contigo. Es la estrella del espectáculo, en cierto modo”.

“¿Eh…? ¿Qué es esto?”

El Señor Demonio le había entregado una gran caja de madera que era extremadamente pesada. “No te preocupes por eso ahora, te lo diré más tarde. Ten cuidado con eso”, dijo.

“Hmph…” El líder de los simios comenzó a alejarse. Con cada paso, más simios híbridos se reunieron a su alrededor de la nada, rodeando a su líder: 10, 20, 50…

Para cuando los simios atravesaron el bosque hasta la frontera, su número se acercaba a los 500.

Con una mueca enfermiza, el kappa llamó al líder de los simios. “¿Cuál primero?”

“Etapa Dos, luego Etapa Tres después de un tiempo”. El líder de los simios sabía dónde estaban los mercados de esclavos. De hecho, estaba bastante familiarizado con la geografía del territorio Hellion. Después de todo, habían estado luchando contra su vecino de al lado durante miles de años. Casi no necesitaba un mapa para moverse.

“¡Geh heh heh! ¡A todos tus colegas les volarán la cabeza!” El kappa sonrió, pensando en los otros diez Animadmirals. Ellos también, como los nobles humanos y los Grandes Hellions, competían con otros Animadmirals por su orgullo. Como lo había sido cualquier grupo de líderes a lo largo de la historia. De hecho, la contienda por la superioridad fue mucho más concentrada y severa en el mundo de las bestias.

“Envía a los humanos capturados al Maestro Tatsu”.

“Eso está bien, pero… ¿Es eso?”

“¿Qué quieres decir?” preguntó el mono al kappa. El humano les había pedido que atacaran el mercado de esclavos y sacaran a los humanos de manera segura.

“No tiene sentido perder esta oportunidad única en la vida…”

“¿Una vez en…? Demasiado largo. Hazlo simple.”

“Ve por la garganta, es lo que estoy diciendo”. Los ojos del kappa brillaron inquietantemente.

Después de algún tiempo, el simio se echó a reír, habiendo descubierto qué era la “garganta”. El mono pensó en Belphegor, que provocó devastación en la frontera.

Sus parámetros se habían roto una vez y habían sufrido daños importantes en su bosque del sur. Incluso entonces, Belphegor se había retirado una vez que parecía que no quedaba nada de interés para él. Este fue un episodio que muchos Anima recordaron con disgusto.

“¿Tratando de incitarme? Inténtalo de nuevo.”

“Ese Belphegor tiene que estar preparado para el próximo Rey de los Hellions. Tómalo, y tus logros seguramente llegarán a los oídos de la Gran Madre…”

“Deja de ser tan transparente… porque está funcionando”.

“¡Geh heh heh! ¡Ahora estamos hablando! ¡Eres el mono más imprudente que existe! ¡El hombre más precipitado del bosque! ¡El mismo señor Monkey Mind!”

“Basta de cumplidos. Me estoy sonrojando”. Era dudoso cuán extenso era el vocabulario que tenía el líder de los simios.

El Anima se fue, dejando la tranquilidad para regresar al bosque. Olgan dejó escapar un suspiro ante la ridícula tormenta que acababa de pasar, y el Señor Demonio resopló divertido. “Ahora, veamos qué tipo de espectáculo ofrecerán”, dijo.

“Como si fuera una fuente de entretenimiento… No vamos allí para divertirte”, dijo Olgan, agarrando sutilmente el extremo del abrigo del Señor Demonio. Debió haber decidido iniciar el contacto físico si de todos modos iba a verse obligada a hacerlo.

“Odio decírtelo, pero no puedo viajar rápido a un lugar donde no he estado”.

“¿Eh…?”

“Tenemos que correr tras ellos”.

“¡¿Qué…?! ¡E-Entonces di eso, ya!” Olgan gritó, arrojando la punta de su abrigo a un lado, completamente sonrojada.

El Señor Demonio reprimió su impulso de preguntar cómo se suponía que debía leer la mente de Olgan. “No importa. Veamos cómo es el territorio de Hellion. Ven.”

“Hmph…” Olgan flotó en el aire, creando distancia entre ella y el Señor Demonio, antes de volar directamente hacia el territorio de Hellion. El Señor Demonio lo siguió, ligero de pies.

Después de que la estridente banda se hubo ido, un santuario solemne apareció en medio del bosque.

“Qué multitud tan ruidosa…” Un joven híbrido zorro se sentó en el pasillo exterior de un edificio, tirando una taza de sake. Dejó escapar un suspiro feliz, aparentemente disfrutando de la bebida que contenía.

A pesar de que estaba vestida como un sacerdote sintoísta, su kimono estaba muy abierto en el pecho, exudando un encanto sensual. Junto a ella, el pequeño zorro rojo y el zorro azul dormían profundamente.

Considerándolo todo, fue una escena pacífica. En contraste, una sombra que se encontraba en el centro de los terrenos del santuario emanaba una presencia poderosa. Al quitarse el casco, una cabeza de cabello místicamente púrpura se sacudió, y la figura se volvió hacia la dirección en la que se dirigía el Señor Demonio.

“¿Estás contento con esto, Tatsu?”

“No tengo opinión… solo obedezco la voluntad de mi madre”.

“Ella dijo que lo dejáramos en paz, ¿no? ¿No crees que desobedecí su voluntad alentando a ese mono-híbrido?”

Tatsu no respondió, y solo miró en dirección al Señor Demonio. Ella era infinitamente hermosa, envuelta en un aura de suma magnificencia.

“Esa mirada en tus ojos…” agregó el zorro. “Esta puede ser la primera vez que te veo con algún signo de emoción”.

“Grandes bendiciones y gran odio…”

“¿Hrm?”

“Ese no pertenece a este mundo”.

“Hm… ¿Vas a matarlo?”

“Puedo hacer eso en cualquier momento. Solo deseo saber las intenciones de mamá”. Con eso, la mujer llamada Tatsu desapareció.

El guardián del santuario dejó escapar un suspiro. “Tienes una hija bastante difícil… supongo que llegamos a amar más a los alborotadores”. Ella miró hacia el cielo, acariciando el pelo de los pequeños zorros. El sol de la mañana iluminó algunas nubes en el cielo, mientras que el final del cielo opuesto al sol naciente todavía estaba oscuro. “Puede que llueva esta noche…” Su inocuo susurro parecía presagiar un evento en un futuro muy cercano.

Monkey Magic 

Raza: Mono-Híbrido—

Edad: ?—

Sexo masculino Nivel: ? —

Estadísticas: Desconocido 

Arma: Jingu Bang

Un bastón que puede estirarse y encogerse a cualquier longitud, mejorado con una bonificación de 5 de daño al enemigo, pase lo que pase.

Habilidad: Cerebro de Mono

Presume con orgullo una o más de las ideas de Xiaoshou. Habilidad: Monkey See, Monkey Do

Dejando de lado el nombre tonto, esta es una habilidad rota que permite a Monkey Magic disparar un segundo ataque en cadena seguido.

Habilidad: Chimp Call

Permite a Monkey Magic gritar direcciones a sus secuaces-simios lejanos. Habilidad: Doblar

Aumenta el daño de un solo ataque a cambio del HP del usuario.

El líder de los híbridos de simios y uno de los famosos Animania. Si bien el Señor Demonio lo derrotó fácilmente, ningún humano común tendría una oportunidad contra Monkey Magic. Su capacidad para llamar a más simios en su ayuda con Chimp Call también lo hace formidable en el combate grupal. Es bullicioso, a menudo usa su Cerebro de Mono para mostrar el conocimiento de Xiaoshou.

Xiaoshou Baldibald

Raza: Kappa —

Edad: ? —

Sexo: masculino —

Nivel: ? —

Estadísticas: Desconocido —

 Habilidad de Raza: Kappa-pa

Sus estadísticas aumentan en cualquier cuerpo de agua, lo que también facilita la caza de vida marina.

Hace siglos, luchó contra los simios híbridos por reclamar un río como su territorio. Xiaoshou perdió ante Monkey Magic y desde entonces ha sido su asesor. Si bien muchos de sus consejos son tontos, siempre es un éxito entre los simios. Nadie sabe qué hay debajo del plato en su cabeza. De hecho, a nadie le importa.