Hai to Gensou no Grimgar

Volumen 14+: Las Cosas No Pueden Permanecer Igual

Historia Extra 1: Adiós, Querido Gobligar

Parte 2

 

 

Una historia que contar

 

Publicidad M-AR-2

—Uh, nyuh, nyuh, nyuh, nyuh… —Tensando la cierda de su arco, Yumelin la soltó—. ¡Mrrau!

Whoosh, la flecha voló.

El cuervo, sentado en un lugar alto, no fue golpeado por la flecha. Hubo un aleteo cuando el cuervo despegó.

La flecha, mientras tanto, ni siquiera llegó a donde estaba el cuervo, perdiendo velocidad y cayendo en picada al suelo.

—Noo-hyoo… —Los hombros de Yumelin se desplomaron.


No sé… No pude encontrar las palabras para consolarla. Yo, honestamente, no estaba tan decepcionado como Yumelin. Después de todo, no se sentía como si hubiera fallado por poco.

Si me preguntaras si, incluso por un segundo, creí que ella podría golpear, entonces no, no, no lo había hecho.

Además, tenía mucha hambre, me sentía lento.

Esto era duro.

Esto se estaba poniendo muy mal.

—Je, je, je, je… —Gobuta se tendió en suelo—. Apestas… Je, je, je, je, jeh…

—¡No digas que Yumelin apesta! —gritó Yumelin, medio llorando—. ¡Yumelin, ella está dando su mejor esfuerzo, ¿de acuerdo?! ¡Ella no es buena para disparar con un arco, así que no es su culpa! ¡Si vas a decir que Yumelin apesta, hazlo tú, Gobuta!

—Maldición, no. No quiero moverme… Además, deja de gritar… No es bueno cuando tu estómago está vacío…

—¡Fuh, gyuh, gyuh, gyuh, gyuh! —Por fin, la ira de Yumelin explotó, pero no fue así, y ella se desinfló ahí—. Ooh-hyooh. Tan hambrienta…

Te entiendo, pensé.

Sinceramente, en serio, sinceramente entendía.

Vaya. Ni siquiera podía culpar a Gobuta. Me faltaba voluntad. Puede que no me haya acostado como Gobuta, pero en algún momento me había agachado y no había vuelto a levantarme desde entonces.

No era solo yo; Hobuzo también estaba sentado, mirando hacia el cielo, inmóvil. Shiholin estaba agachada. Incluso Gobuto.

—Un cuervo no va a ser suficiente —murmuré.

Pero él era Gobuto después de todo. Gobuto se puso de pie, con el puño hacia arriba de manera varonil. —Incluso si hubieras derribado al cuervo, no sería suficiente para llenar nuestros estómagos. Un cuervo no es suficiente. ¡Necesitamos encontrar diferentes presas!

—No, pero… —comencé a discutir, lo que realmente me sorprendió—. ¿Qué debemos hacer? Quiero decir, en la Vieja Ciudad, hay… huérfanos como nosotros… o cuervos, y eso es todo. Puede que también haya ratas…

—¿Es tiempo de eso? —La garganta de Gobuta emitió un extraño sonido de tragar—. ¿Es hora del canibalismo…? Quiero decir… lo hacen, ¿verdad…? ¿Los que viven aquí en la Vieja Ciudad…? No los culparía…

—Gooobliiin… —Hobuzo susurró para sí mismo. Era una voz aterradora, como si la estuviéramos escuchando desde las profundidades de la tierra.

Mirando por encima, los ojos de Hobuzo estaban inyectados en sangre y con el blanco mostrándose, y había una baba saliendo de su boca. No había bromas aquí; él estaba en un estado muy peligroso.

Publicidad G-M2



—Cualquier cosa menos eso… —Los hombros de Shiholin temblaban—. Cualquier cosa menos eso, no… Como goblins… tenemos que hacer cualquier cosa menos eso…

—Ohhhh… —Yumelin lanzó una mirada acalorada en dirección a Shiholin—. Ahora que lo mencionas, por un tiempo, Yumelin ha estado pensando que Shiholin se ve muy sabrosa…

—¡Hya! —Shiholin saltó hacia atrás.

—¡No, no! —dijo Gobuto, con un probablemente forzado tono animado en su voz—. Obviamente no vamos a recurrir al canibalismo. Ese es nuestro último recurso, no, estoy bromeando, ¿de acuerdo? Bromeando. No es eso. Lo que quiero decir es que no creo que sea necesario que nos quedemos aquí en la Vieja Ciudad.

—¿Qué…? —Gobuta miró a Gobuto con los ojos vacíos—. No, pero… vinimos todo este camino. Salimos de la Nueva Ciudad, así que regresar sería…

—Nunca dije nada sobre regresar.

—¿Eh? Si no vamos a regresar, ¿adónde iremos…?

—No de regreso… —dije, parpadeando.

—¿Entonces adónde…? —preguntó Shiholin, parpadeando—. ¿Podrías… decirlo?

—¿Nuhoh…? —Tal vez copiando a Shiholin, Yume miró hacia la distancia.

—Ohhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh… —Hobuzo estaba gimiendo.

Gobuto asintió firmemente. —El exterior. Saldremos de Damuro. Estoy seguro de que todos saben esto, pero hay un mundo muy amplio fuera de Damuro.

—Pero aun así… —Agaché la cabeza—. ¿No es peligroso? Digamos, afuera. No es que yo realmente lo supiera. Hay, como, humanos y orcos, y esas cosas…

—Gobuhiro. No nos hemos encontrado con ninguno, pero los humanos también vienen aquí a la Vieja Ciudad.

—Eso es… Bueno, sí, he escuchado las historias.

—Pero aparentemente no hay orcos cerca de Damuro. Están mucho más lejos, en un área llamada Nananka o Ishmal. Ahí es donde viven los orcos y los no muertos.

—Gobuto, tú… —Gobuta parecía un poco avergonzado—. Realmente sabes muchas cosas. ¿Dónde escuchaste todo eso?

—Bueno, un poco de aquí, un poco de allá —dijo Gobuto con una sonrisa que se sintió refrescante, a pesar de que era un goblin.

Entrecerré los ojos, pensando: Él es un tipo misterioso, una vez más.

Todos éramos huérfanos, pero había algo diferente en Gobuto. Por ejemplo, estaba muy bien informado, y también era tranquilo. Desde que nos conocimos, él había sido así.

¿Tal vez Gobuto no era realmente un huérfano? ¿No podía ser un goblin respetable, con un nombre de línea de sangre?

Pero eso no era posible. Si no fuera un huérfano, de ninguna manera estaría con nosotros. Si tuviera un nombre de línea de sangre, estaría en la Nueva Ciudad, viviendo bien.

—El… exterior… —Shiholin hizo eco, vacilante—. ¿Qué hay ahí afuera? ¿Qué tipo de lugar es afuera…?

—Esto es solo lo que he escuchado, pero… —Gobuto pisó el suelo para hacer un efecto—. La tierra continúa por siempre jamás.

—Fukyoh… —Yumelin apretó sus mejillas—. ¿Por siempre jamás…?

—Correcto. Continúa incluso más allá de Nananka e Ishmal. En cuanto a lo que hay allá afuera, tampoco lo sé. Pero, precisamente porque no lo sé, quiero averiguarlo.

Me llevé una mano al pecho. ¿Qué era esto? En mi pecho había una sensación palpitante, apresurada. Era una sensación extraña, una que nunca antes había sentido.

—Además —continuó Gobuto—, los goblins no hemos estado en Damuro desde siempre. Aparentemente, venimos del norte de Ishmal y Nanaka, o del oeste. Pero ese tipo del Rey No-Vivo, hizo una Alianza de Reyes, y así surgió un rey goblin. Nosotros los goblins no habíamos tenido un rey antes de eso. Es por eso que los orcos se burlaron de nosotros y nos tiranizaron. Aunque, incluso después de unirnos a la Alianza de los Reyes, todavía estábamos en una posición baja. Los goblins fueron tratados como carne de cañón, y muchos, muchos de nuestros habitantes murieron en la línea del frente. Aún así, debido al deseo de reconocimiento de las otras razas, los goblins nunca nos quejamos, y luchamos con valentía. Por eso Damuro nos fue dado como dominio de nuestro reino. Esta es la tierra que ganaron nuestros antepasados, y es por eso que es nuestra tierra santa. Es por eso que los goblins nos aferramos a Damuro, sin importar lo que pase. La Nueva Ciudad, en particular, que todavía parece que lo era cuando los humanos vivían ahí, es un punto de orgullo pagado con sangre de goblin. Nunca podremos abandonarla. Pase lo que pase, hay que defenderla…

—O-Oye, Gobuto. —Gobuta estaba parpadeando—. Esta historia se está complicando, y realmente no la entiendo. Estabas hablando de ese tipo Ley No-Divo y su Alianza de Beyes, pero… No sé, pero si tienes algo que estás tratando de decir, ¿podrías hacerlo más corto? Llegar al punto. ¡No, déjame aclarar aquí! ¡No es como si no pudiera entender, ¿de acuerdo?! Estoy bien, pero para estos otros idiotas, tendrás que simplificarlo un poco más para ellos…

—Lo siento, lo siento. —Gobuto se rascó la cabeza—. Um, básicamente, el mundo es un lugar grande. Los goblins estamos construyendo debajo de la Nueva Ciudad y expandiéndonos en ella, pero no intentamos salir afuera. La verdad es que hay rumores de que tenemos un pacto secreto con los humanos… No, eso no importa. De todos modos, creo que es raro. Si el mundo continúa sin fin, ¿para qué quedarnos aquí? Tenemos piernas para caminar. Si caminamos, avanzamos. ¿No podemos ir a donde queramos?

—¡Nghboaghhhhhh…! —Hobuzo se levantó de repente—. ¡Yo voy! ¡Vámonos! ¡Comida, comida, comida! ¡Vamos a buscar comida! ¡Comidaaaaa! ¡Comida para comeeeeeer!

—¡Ugahhh! —Yumelin levantó los brazos—. ¡Comidaaaaaaaaaaa…!

Publicidad G-M3



Shiholin miró a Gobuto como si fuera cegadoramente brillante.

—N-No, pero… —¿Gobuta todavía iba a ser terco?—. Incluso si salimos, no hay garantía de que haya comida, ¿verdad? Hombre, ¿creen que vale la pena ese riesgo?

Antes de que Gobuto pudiera abrir la boca, yo hablé. —¿Tienes miedo?

—¡¿Eh?! ¡¿Q-Quién dijo algo acerca de tener miedo?! ¡Nunca dije ni una palabra al respecto!

—Entonces, ¿por qué estás arrastrando los pies?

—¡No lo estoy! Solo estoy…

—¿Solo qué? Digo, estás diciendo que es arriesgado, pero quedarte aquí para buscar comida que podría no existir, o quedarte sentado esperando tranquilamente una presa que quizás nunca llegue, ¿no es eso mucho más arriesgado?

—¡Cállate, Gobupiro! No necesito escuchar eso de ti, solo estoy… tomando una posición contraria, o lo que sea, ¿de acuerdo? ¡Es necesario! ¡Alguien tiene que hacerlo! ¡Son un grupo de idiotas, así que no ven lo importante que soy, pequeñas mierdas! —Gobuta se levantó y avanzó—. ¡Vamos! ¡Vamos gente! ¡Síganme ya! ¡Es un mundo muy loco allá afuera! ¡Podemos ir a cualquier parte si nos lo metemos en la cabeza que podemos hacerlo!

Gobuto y yo intercambiamos miradas. Incluso Gobuto tuvo que sonreír irónicamente ante esto.

Primero siguió Hobuzo después de Gobuta, luego seguí yo a regañadientes. Gobuto agarró el brazo de Shiholin y la ayudó a levantarse. Yumelin tomó del brazo a Shiholin y comenzó a saltar. Shiholin parecía lista para tropezar en cualquier segundo.

Así fue como salimos de la Vieja Ciudad de Damuro.

Con la historia de Gobuto actuando como un catalizador, nuestras esperanzas eran más grandes que nuestros temores, pero cuanto más nos alejábamos de la Vieja Ciudad, más se desinflaban.

Después de todo, estábamos al borde de la inanición.

Incluso comencé a recordar con cariño la época en que trabajaba forzadamente, cavando agujeros en la Ciudad Subterránea.

La única forma de que un huérfano obtuviera comida —terrible y ni siquiera en cantidades suficientes— era en participar en la excavación.

Las únicas herramientas utilizadas eran las espadas viejas y las que estaban cerca de romperse. Los huérfanos cortábamos poco a poco la increíblemente dura roca. Llevábamos la piedra excavada a un lugar designado. De la mañana hasta la noche, seguíamos y seguíamos y finalmente, nos daban una única comida. Dos albóndigas pequeñas y un plato de sopa. No nos llenaba, obviamente, pero era mejor que nada.

Aunque, honestamente, era apenas mejor que nada, así que, si era posible, no quería tener que cavar agujeros. Pero no era como si el ganado de las buenas casas de goblins pudiera escapar convenientemente para que lo atrapáramos todos los días.

Publicidad M-M4

El lugar donde se desechaban los restos de comida estaba generalmente ocupado por un grupo de huérfanos duros, por lo que solo podíamos llegar a los desechos de vez en cuando. Cuando el rey distribuía ayuda de vez en cuando, los enfrentamientos estallaban instantáneamente.

La excavación de agujeros era nuestra línea de vida. Si no fuera por el trabajo de excavación de agujeros, era probable que ninguno de los huérfanos sobreviviera.

Esas bolas de masa hervida que sabían como si estuvieran llenas de barro, y la sopa que no tenía casi nada sólido, sabía mal incluso con el estómago vacío. Eran asquerosas. Eso era cierto, pero para nosotros ahora, tenía que pensar que incluso esas bolas de masa hervida y esa sopa podrían ser deliciosas.

Cuando decidimos irnos de la Nueva Ciudad, estábamos en un ambiente de celebración, pensando que nunca tendríamos que comer albóndigas de barro y sopa de orina otra vez. Pero ¿qué pasó? Las albóndigas de barro y la sopa de orina no solo eran mejores que nada, sin ellas, estábamos en problemas. Las queríamos de vuelta. Ahora que me había dado cuenta de eso, solo pensaba en albóndigas de barro y sopa de orina.

Si miraba hacia el suelo, sentía que podría colapsar, así que mantuve la cabeza erguida mientras caminaba.

El sol brillaba y, a este ritmo, sentía que me iba a secar.

¡Ruido sordo! Hubo un fuerte sonido.

Mirando por encima, Gobuta se había tirado al suelo, con su trasero levantado en el aire.

—¿E-Estás bien, Gobuta? —pregunté.

—Nngh… —Hubo un sonido extraño. No, espera, era Gobuta.

—Hombre… ¿estás… comiendo algo? —pregunté.

—Washagushagushagoshawashagoshagushagusho.

—¡Ahhh! —Yumelin se apresuró, apuntando a Gobuta—. ¡Gobutaaa! ¡Está comiendo hierba!

—Hierba… —Gobuto se arrodilló como si se estuviera derrumbando—. Hierba, ¿eh? Esa era una opción.

—¿Eh? Ah… ¿Gobuto? Quiero decir, la hierba es solo hierba, ¿sabes…?

—¡Graciaaaaaaaas! —Hobuzo se agachó en una posición similar a una dogeza, y comenzó a meterse violentamente la hierba en la boca—. ¡Uoghuohguohguogoh! ¡Hobuhobuhobuboh!

—¡¿No?! ¡¿Hobuzo?! —Mi visión se empañó con lágrimas—. ¡Es hierba, ¿de acuerdo?! ¡Hierba! ¡No puedes comer hierba, ¿verdad?! ¡Digo, es hierba! No, pero esa sopa de orina que solíamos tomar tenía algo que parecía hierba… Aunque era súper amarga y tenía un sabor horrible…

—¡¿Gubwahhhhh?! —Gobuta vomitó una enorme cantidad de hierba—. ¡¿Es amaaaaaarrrrrrrrga?!

—¡Uohhhaegh?! —Hobuzo se tapó la boca con ambas manos, haciendo una mueca de dolor por la amargura—. ¡¿Puaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaf?!”

Esto fue lo que más tarde se conocería como el Incidente de la Hierba.

Mientras observaba a Gobuta retorcerse de dolor, froté la espalda de Hobuzo. —Lo sabía… la hierba es solo hierba…

—S-Sí… l-lo sé, pero… n-no… pude contenerme… tenía hambre, mucha hambre… perdí el control…

—N-No llores, Moguzo. No, quiero decir Hobuzo. ¿Eh…?

¿Me acababa de referir a Hobuzo como Moguzo? ¿Estaba imaginando eso? Tenía que ser. Hobuzo era Hobuzo.

Publicidad M-M5

Shiholin tragó saliva.

—¿Qué pasa? —Gobuto preguntó. Parecía que estaba a punto de morir, que no era como Gobuto en absoluto.

—E-Esto… —Shiholin sacó algo de la hierba.

—¿Nyoh? —Yumelin lo tomó de Shiholin, levantándolo mientras inclinaba su cabeza hacia él.

Mis ojos se ensancharon. —E-Eso es…

—Uh. —Gobuta me señaló, su rostro todavía cubierto de hierba—. Gobuhiro, hombre, siempre tienes esos ojos soñolientos, así que cuando los abres así, es espeluznante. Como, en serio es espeluznante. Demasiado espeluznante.

—Gobuta, hombre, en serio necesitas callarte —le dije—. Lo más importante es…

—Un hongo, eh… —Gobuto tragó saliva…

Sí.

Lo que Shiholin había encontrado en la hierba, y lo que Yumelin estaba sosteniendo en alto, era amarillento y viscoso, con una gorra y un tallo.

Era un hongo.

Sin importar dónde o cómo lo viera, no era más que un hongo, pero, oh, era un glorioso ejemplar de un hongo.

H-O-N-G-O. Era un hongo.

Eso es ognoh al revés, por cierto.

—¡E-E-E-E-E-E-E-E-Esperen! —Extendí mis brazos, deteniendo a todos—. ¡Es un hongo, claro, pero son peligrosos! ¡He escuchado que son peligrosos, ¿de acuerdo?! ¡¿Lo sabían?! ¡Incluso si parece sabroso, pueden ser bastante venenosos! ¡Esto es de sentido común, ¿sí?! ¡He escuchado hablar de personas en la Nueva Ciudad que murieron por comer hongos, ¿de acuerdo?!


—Tienes razón —asintió Gobuta—. He oído eso. Pero solo lo he oído…

—Yumelin. —¿Gobuto? ¿Por qué… tenía una sonrisa tan bonita ahora?

No, siempre había tenido una bonita sonrisa, pero aun así, esa tenía que ser su mejor sonrisa, ¿no?

—Dame el hongo.

—¡N-No te apresures, Gobuto! —Sacudí violentamente la cabeza—. ¡No puedes! ¡Si algo te pasara, ¿entonces qué?! ¡Si alguien tiene que probar el veneno, ¿no podemos hacer que Gobuta lo haga?! ¡Sí! Eso sería…

—¡Oye, Parupiro! —interrumpió Gobuta—. ¡No, Gobupiro! ¡¿Qué quieres decir con que debo probar del veneno?! ¡¿Estás diciendo que si como veneno y muero, estás bien con eso?! ¡Hombre, ¿así es como te has sentido por mí?! ¡Voy a llorar aquí, maldita sea!

—Un poco de veneno no te va a matar, ¿verdad? —respondí—. Dicen que cuanto más odiable eres, más lejos irás en la vida, ¿no?

—¡¿Oh?! ¡Entonces, admites que voy a lugares, ¿eh?! ¡El hecho es que realmente voy a ir a lugares! ¡El mundo está a mis pies, maldita sea!

—Ja, ja. —Gobuto sonaba extrañamente refrescante, incluso para sus estándares—. Está bien, Gobuhiro. Estoy seguro de esto. No hay nada malo con este hongo. Por alguna razón, puedo decirlo. Puedo verlo.

—Gobuto-kun… —Shiholin se cruzó de brazos, mirando fijamente a Gobuto—. ¿Puedes verlo? ¿Qué puedes ver exactamente?

—¡Lo que sea, solo puedo! ¡Lo veo! ¡Puedo ver cosas! ¡Digo que lo veo, así que lo veo! ¡Lo veo tanto que da miedo! ¡Da miedo! ¡Mucho miedo! ¡¿Qué tengo que hacer?! ¡Puedo verlo!

—¡Gobuto! —Agarré apresuradamente los hombros de Gobuto y lo sacudí—. ¡Oye, Gobuto, estás actuando extraño! ¡Cálmate, Gobuto! ¡Si también te vuelves loco, ¿qué voy a hacer?!

—¡De acuerdo , Yumelin! —gritó Gobuta

—¡¿Onyoh?!

—¡Ese hongo, dámelo aquí! ¡Me lo comeré todo! ¡Lo devoraré de inmediato!

—¡No, Yumelin! ¡A  mí! ¡Dame el hongo a mí! ¡Me lo comeré!  ¡Tengo que comerlo! ¡Es el destino! —gritó Gobuto.

—¡No, Gobuto, te lo dije, no puedes! —supliqué—. ¡Por favor, Gobuto…!

—…Yo. —Por un momento, no supe de quién era la voz.

Y pensar que podía hablar con una voz tan aterradora, obligándonos a cada uno a temblar de miedo…

—¡Yo lo comeré! ¡Dame el hongo! ¡Me lo comeré todo! ¡Yo, yo, yo, yo, yo, yo, yo, yo, yo, yooooooooooo…!

—¡¿Nyeek?!

Hobuzo le arrebató el hongo a una Yumelin totalmente intimidada.

Gobuto, Gobuta, Shiholin y yo, todos observamos en cuatro diferentes estados de shock.

Hobuzo tomó el hongo…

…y se lo comió.

Ni siquiera masticó.

Se lo tragó entero.

—…Mastica, al menos —dijo Gobuta.

—¡Hongos! —Hobuzo bramó—. ¡Bajo suavemente! ¡Son una bebida!”

No.

No es así como funciona… ¿cierto?

No pude decirlo. No tuve las agallas para hacer una respuesta ingeniosa.

—¡No es suficienteeeeeeeeeeeeeeee!

Hobuzo se puso a cuatro patas en busca de hongos. Si buscábamos, ¿tal vez hubieran muchos? En el momento en que Hobuzo los encontraba, se los metía en la boca.

—¡Hongo! ¡Hongo! ¡¿Hongo?! ¡Hongo! ¡Hongo! ¡Hongo, hongo, hongooooo! ¡Hongy, hongys! ¡¿Go-hon, go-hon, goooooooo?!

—¡¿H-Hobuzo está bien?! —Gobuta se echó a reír—. ¡El hongo! ¡Se lo comió! ¡Hobuzo está comiendo los hongos! ¡Están bien! ¡Hobuzo no está muerto! ¡Eso significa que podemos comerlos, ¿verdad?! ¡Son hongos comestibles! ¡Yo también! ¡Voy a comer!

—¡Miren! —Gobuto tenía una sonrisa perfecta—. ¡Se los dije! ¡Está bien! ¡Lo sabía! ¡Lo pude ver! ¡Los hongos! ¡Los hongos son nuestros salvadores! ¡Ahora, todos, comamos hongos!

—¡Y-Yumelin también! ¡Yumelin también! ¡Yumelin no puede contenerse más!

—¡Y-Yo también! —gritó Shiholin—. ¡Si Gobuto-kun los va a comer, yo también lo haré! No importa lo que suceda como resultado… ¡No me importa! ¡No me arrepentiré!

Publicidad M-M3

—M-Manato… Yume… Incluso Shihoru… ¿Eh?

Por un instante, me calmé.

¿Había dicho algo extraño? ¿Justo ahora? ¿Lo estaba imaginando? ¿Tenía razón?

—Quiero decir, ¿incluso importa…? —murmuré.

Sí. No importaba. Antes de eso, esto era lo primero.

Caminé con las piernas inestables.

Mirando abajo.

En medio de la hierba, había hongos. Hongos. Hongos.

Me agaché. Alcancé un hongo. Era viscoso al tacto. Este era un hongo. Oh, era tan… tan encantador. Sentí una vergüenza al arrancarlo de la tierra, me sentí mal por ello. Pero podía. Iba a comerlo.

—¡Ohh…! ¡Hongo! —grité.

¿Sabía bien? ¿O mal? No podía decirlo. Lo que sea, era un hongo. Solo podía decir que sabía a hongo. Esto, esto era un hongo. La mejor hongo experiencia. Era un hongo. En mi próxima vida, déjenme ser un hongo.

¿Es así como era? ¿Para reencarnar como un hongo, tenía que comer hongos? Como, ¿más y más hongos? Como, ¿comer tantos hongos hasta convertirme en un hongo? Espera, después de que comí uno, luego dos, comencé a pensar: «Oye, estos son bastante buenos. Los hongos son los mejores, ¿no es así?» Los hongos llenaron mi boca, no, todo mi cuerpo. Eran suaves y dulces, no empalagosos, y los hongos comenzaron a bailar en mi cabeza.

Hongos, hongos, hongos, hongos. Hongosgoshongoshongoshongoshongogogogohohohongooooo.

Era un poco, vaya, ¿había chispas en mis ojos?


¿Había un escozor en mi estómago?

¿Mi garganta también estaba ardiendo?

¿Qué era todo esto?

¿No estaba sudando un sudor grasiento?

—¡Ay! ¡Ay, ay, ay, ay, ay, ay, ay, ay! ¡Ay, ay, ay, ay, ay, ay, ay, ay, ay, ay, ay, ay, ay!

Me di la vuelta.

Publicidad G-AB



Era mi estomago. Probablemente estaba teniendo dolores de estómago, pero eso no era todo; me dolía todo el cuerpo. Me dolía demasiado.

Mientras me atormentaba un dolor como el que nunca antes había experimentado, miré y vi que no era el único que sufría. Eran todos. Cada uno de nosotros estaba en un estado similar.

—¿V-Vamos a morir? —me lamenté—. ¡Uaghaghhh, ay, ay, ay, ay, ay, ay, ay, ay!

El cielo todavía estaba azul.

Esto fue lo que más tarde se conocería como el Incidente de los Hongos.

Mantente Enterado
Notificarme
guest
This site uses User Verification plugin to reduce spam. See how your comment data is processed.

INSTRUCCIONES PARA LA ZONA DE COMENTARIOS

1- No Puedo Comentar: Toca los botones que estan debajo del recuadro de comentarios, aquellos que le cambian el estilo a Negrita, Cursiva, etc. (B, I, U, S)

2- No Aparece Mi Comentario: Es por nuestro sistema de moderación, luego de revisar y aprobar tu comentario, este aparecera. NOTA: Usa un correo real o no se aprobara tu comentario.

3- ¿Como Escribo un Spoiler?: Toca [ + ] (es el botón spoiler) y aparecera una ventana, ahí debes poner el TITULO de tu spoiler (recomendamos poner simplemente SPOILER), luego en el codigo que aparecera en el recuadro del comentario debes escribir dentro de los simbolos ] [

[spoiler title="Titulo de tu spoiler"]Aqui va tu spoiler[/spoiler]

Nota: Todo el texto que coloques antes o despues del codigo del spoiler sera visible para todos.

0 Comentarios
Respuestas en el Interior del Texto
Ver todos los comentarios