Maou-sama Retry! (NL)

Volumen 4

Capitulo 6: Preludio Del Disturbio

Parte 21

El Juego Perfecto

——Una Colina Alta en Suneo.

El Señor Demonio estaba maldiciendo en silencio mientras miraba la capital desde una colina cercana.

(¡¿Qué diablos está pasando?!)

La ciudad estaba envuelta en llamas rugientes y gritos espeluznantes, en el centro de los cuales se encontraba un demonio gigantesco y algo parecido a un golem de tamaño similar. ¿Quién no querría gritar de protesta ante esta vista?

Tahara, por otro lado, se estaba riendo junto al Señor Demonio con un cigarrillo en la boca. “Ahora, eso es lo que yo llamo una fiesta”.

“En efecto…”

“Qué lindo primer golpe, ¿eh, señor secretario?”

(¡¿De qué estás hablando, Tahara?! ¡¿No ves ese festival de Kaiju?!)

Para el Señor Demonio, se enfrentaba a un alboroto literal de Godzilla. De hecho, el Señor Demonio solo había tenido la intención de controlar a Luna, y solo había traído al conocedor Tahara para respaldarlo si se metía en algún tipo de problema. No había esperado nada como esto en sus sueños más locos.

“Hm, esa es la pequeña Semi, ¿eh?” Tahara lo notó. “Parece que Xenobia también está detrás de esto”.

“En efecto…”

“Ciertamente no esperaba que los satanistas se unieran a la refriega. Bop tres pájaros de un tiro, ¿eh? Siempre sabes cómo preparar el escenario”.

“Es mera coincidencia”.

“¡Ha! No me haga reír, señor secretario. Como si este tipo de cosas pudieran pasar por casualidad”.

(Maldita sea. ¡Está convencido de que  yo lo orquesté todo!) Bajo la máscara de una sonrisa intrépida, el Señor Demonio estaba en confusión. Hasta donde él sabía, realmente no tenía nada que ver con todo el asunto, por lo que las palabras de Tahara eran una acusación completamente falsa.

Tahara había esperado que el Señor Demonio lanzara un pequeño golpe para mantener a Tzardom y Xenobia fuera de sus espaldas por un tiempo, pero no que él traería a los Satanistas a la mezcla. ¿Quién más podría haber preparado un escenario para lanzar tres fuerzas separadas con un solo golpe?

(De verdad, ¿qué hago ahora…? Es una vista horrible). El Señor Demonio recordó escenas del pasado: el ataque a Yahooo, el terrorismo en la Ciudad Santa y la Invasión en Rookie.

Cada uno de esos ataques fue lo suficientemente devastador como para reducir una ciudad a escombros.

Para continuar con el patrón de cada ataque, los satanistas y otro grupo misterioso estaban robando la ciudad a ciegas y prendiendo fuego a más edificios. Algunos de ellos parecían estar cazando mujeres, e incluso había monstruos corriendo. Fue un verdadero infierno.

(Apuesto a que esa cosa se está riendo el culo al ver esto…) El Señor Demonio recordó al misterioso ser al que se había enfrentado en el fondo de la Bastille Dungeon. El Señor Demonio se recompuso y se volvió hacia Tahara. “Vamos a sofocar este lío. Deshazte de cualquiera que se interponga en tu camino”.

“Ey ey. Supongo que el grande es todo suyo, señor.”

“Si. Yo debería-”

Un rayo de oro cegador salió del cielo, penetrando al diablo gigante. Su increíble poder borró la sonrisa del rostro de Tahara.

“¡Hyow! ¡La chica Luna está dando un golpe…! No puedo culparte por traerla a primera hora. ¡Eso dolería más que un poquito!”

“De hecho…” Asustado de que Tahara lo sobreestimara de nuevo, el Señor Demonio frunció el ceño, recordando la vez que recibió un golpe de la magia de Luna.

Había sido una espada dorada en ese momento, pero el ataque que acaba de tener lugar fue más bien un láser satelital. Sus asesores no saldrían impunes después de un golpe de ese rayo, y mucho menos él mismo.

“Eso se ocupó de uno de los grandes. Muy bien, saldré”.

“Vamos. Puedes encargarte de la mayoría de las cosas  a tu propia discreción”.

Tahara hizo un saludo con dos dedos y saltó de la colina. Es hora de ocuparse de los negocios. Al mismo tiempo, las armas se materializaron sobre la ciudad y comenzaron a volar de un lado a otro como perros rabiosos.

“Vamos a trabajar, muchachos”, gritó Tahara. “Terminemos con esto.” Un prat-prat-prats de ritmo acelerado resonó en la ciudad, lo que en sí mismo era bastante relajante. La ametralladora más omnipresente jamás fabricada, la M16A4 arrojó balas sin piedad. Con una velocidad de disparo de quince disparos por segundo, el brazo nunca dejó de estallar. Mientras tanto, un rifle de francotirador colocado en la colina recorrió toda la ciudad, eliminando objetivos en la distancia.

“¡¿Q-Qué diablos es eso?!”

“¡Magia! Alguien lanzó un hechizo para… ¡argh!”

Para Tahara, los satanistas, los caballeros de Tzardom y cualquiera que causara estragos eran enemigos y objetivos. Los cañones que se deslizaban sobre las calles alargaron sin esfuerzo su cadena de cadáveres.

Cuando Tahara atravesó la calle principal, se metió en un callejón y se encontró con un incidente de diferente naturaleza. “Mira quién lo está haciendo tan temprano. Ustedes hacen un trabajo honorable, está bien”.

Ocho hombres que parecían ser Caballeros del Templo estaban inmovilizando a un par de mujeres en el suelo, rasgándoles la ropa. Los rostros de ambas mujeres estaban amoratados e hinchados, indicativo de la violencia que debieron haber sufrido. En cualquier momento y edad, los débiles se convertían en presa cuando llegaba el momento.

“¿Eh?” Los caballeros se volvieron hacia Tahara. “¿Qué demonios estás…?”

“Este canalla no sabe quiénes somos”.

“Con nuestra armadura completa puesta y todo… ¿De qué estúpida aldea eres?”

Los caballeros se rieron a carcajadas, como si acabaran de encontrar un nuevo compañero de juegos. Los Caballeros del Templo eran personas orgullosas y resistentes en su mayor parte, pero algunos de ellos apostados fuera de casa parecían haberse degradado a matones.

Tahara sacó su reluciente revólver plateado y apretó el gatillo sin decir una palabra más. Con cada disparo, apareció un agujero en la cabeza de un caballero.

Seis balas se cobraron la vida de seis personas. El revólver de Tahara era un Pacificador, usado por muchos alguaciles en el Salvaje Oeste. Cualesquiera que fueran las intenciones de Tahara, el arma era apta para acabar con matones sin ley.

“¡¿Qué demonios?!”

“¡¿Qué acabas de hacer?!”

Cuando los dos caballeros restantes se asustaron, Tahara abrió su revólver y comenzó a recargar rápidamente. Miraba a los caballeros como si fuera una criatura alienígena.

“Uh… No estoy seguro de por qué estás ahí parado. Estás a punto de morir”. Sin dudarlo, plantó una bala en la cabeza de cada caballero, devolviendo la tranquilidad a este callejón en particular.

Las mujeres que Tahara había salvado parecieron estupefactas por unos momentos antes de llorar de alegría. Deben haberlo visto como un héroe genuino.

“¡M-Muchas gracias!”

“¡Nos salvaste la vida! ¡Eres tan valiente!”

Las chicas corrieron directamente hacia Tahara, quien saltó a un lado y las evitó, haciendo que las chicas cayeran de bruces.

“¿Quiénes se creen idiotas que son? A menos que tu nombre sea Manami, mantente alejado de mí”.

Un héroe que era. Con eso, Tahara saltó por la pared más cercana para trepar al techo y exploró el área. Vio la mansión Ruteman, hogar de una de las familias más ricas de Suneo. En el techo de dicho edificio, una treintena de personas estaban reunidas en grupo con los sádicos bárbaros rodeándolas.

“Geh je je… ¿Cuál deberíamos comer, a continuación…?”

“Eenie, meenie, miney, mo … ¡Geh heh heh!”

La multitud de residentes se abrazó, temblando de miedo. El dedo del bárbaro se había detenido para señalar a un hombre.

“¡P-Por favor, no! No quiero mo— ¡Aaaargh!”

Las llamas estallaron por todo el cuerpo del hombre, enviándolo a una trágica danza de fuego. No importa cuánto rodara, e incluso si se hubiera sumergido en un charco de agua, el fuego no se apagaría. Era una forma de maldición, y la única forma de apagar el fuego era matar al bárbaro que lo inició.

“Geh, je, je… ¡Ta-da!”

“Es demasiado pequeño. ¡Pongamos más, la próxima vez!”

Los bárbaros sacaron piedras de color rojo sangre del cadáver carbonizado, se las metieron en la boca y las aplastaron con los dientes.

Los bárbaros, también conocidos como Fire Eaters, eran famosos por comer piedras de hechizo de fuego, pero también por quemar a los humanos en este material llamado Flame Gems antes de comerlas. Estos monstruos eran particularmente aborrecidos en las minas, donde siempre causarían una terrible destrucción.

“¡Quememos un montón juntos!”

“¡Geh je! ¡Tú, tú y tú! ”

Una mujer, un niño y un anciano, todos aparentemente elegidos al azar, fueron instantáneamente envueltos en llamas. Cuando alguien muere quemado, lo más probable es que su causa directa de muerte sea la asfixia. Mientras se quedaban sin oxígeno, los tres se agitaron, gritando de agonía.

“¡Humanos tan débiles! ¡Los humanos arden brillantes! ¡Tan tonto! ¡Tan frágil!”

“¡Los humanos lloran tan fuerte! ¡No son geniales! ¡Muy patético!”

Estos monstruos no fueron llamados bárbaros por nada. Las criaturas salvajes se volvieron ahora hacia Ruteman, el dueño de la mansión, y su hija.

“¡E-Espera! ¡Por favor, perdona a mi hija!”

“¡Padre…!”

“¿Hmm?” Uno de los bárbaros examinó a la multitud. “¡Levanta la mano si quieres que quede crujiente a continuación!”

“¡Geh je! ¡Nadie! ¡No es genial, humanos!”

Los otros bárbaros se rieron, aun masticando Flame Gems.

Ruteman había anunciado que estaría buscando una prometida para su hija una vez que cumpliera dieciséis años. Muchos jóvenes esperanzados habían venido a la mansión este día, pero todos y cada uno de ellos estaban ocupados manteniéndose acurrucados y tratando de no ser recogidos por los bárbaros.

Después de todo, ¿quién se ofrecería como voluntario para una muerte tan espantosa a manos de estos monstruos? Los monstruos, por otro lado, encontraron la debilidad y la cobardía de la humanidad increíblemente divertida.

“¡Tan débil! ¡Empecemos con papá aquí!”

“¿Quemamos al resto de estos patéticos tipos? ¿O deberíamos ir por la hija ahora?”

“¡Venga! ¡¿Quién quiere ser comido ahora?!”

“Tú”, respondió una voz.

“¿Eh…?” La cabeza de un bárbaro explotó por todo el techo.

Tahara contempló la escena sin una pizca de entusiasmo. En contraste con su expresión indiferente, sostenía la resistente M1887, una escopeta de palanca de los viejos tiempos.

“Ustedes, monstruos, son realmente repugnantes. Ni siquiera sé qué decir”, agregó Tahara, olvidando que él era, con mucho, el más falto de etiqueta entre los asesores.

Los bárbaros restantes entraron en acción ante la repentina aparición de un humano poderoso.

“¡No seas arrogante, humano! ¡Geh, je, je! ¡Arde bebe arde!” Con la punta de su dedo, las llamas estallaron en Tahara como las otras víctimas. Sin embargo, comenzó a dar pasos pausados hacia los bárbaros en lugar de revolcarse en agonía. “Geh heh… ¿Eh?”

“Caliente,” dijo Tahara simplemente. Antes de que el monstruo se diera cuenta, el cañón de la pistola estaba tocando su cabeza, que en un instante estalló  en  pedazos.

Las  llamas  alrededor  de  Tahara  se  disiparon, revelando su expresión sin cambios. Sacando la carcasa amartillando el arma, Tahara encendió su cigarrillo con una llama desordenada en su hombro. “Gracias por la luz. Ustedes pueden ser considerados, después de todo”.

“¡Estúpido pequeño humano!”

“¡Fuego no es bueno, usa garras!”

“No ustedes simplemente… Ah, lo que sea”, cedió Tahara, y cerró los ojos para disfrutar de una bocanada de humo mientras uno de los bárbaros cargaba contra él. A primera vista, habría parecido que Tahara se estaba rindiendo.

“¡Geh, je, je, ahora muere!” Lanzó sus siniestras garras hacia Tahara, evocando gritos del grupo de residentes. Después de todo, la garra de un bárbaro podría atravesar fácilmente una armadura de acero. Esta vez, sin embargo, no sería tan fácil.

—Habilidad de Combate: Counter

(50% de probabilidad de devolver el daño al enemigo). “¡¿Je je?! ¡O-Ow ow ow ow!”

“Ugh…” refunfuñó Tahara. “¿Ir directamente hacia mí sin una pizca de estrategia o previsión? ¿Quién diablos te entrenó? Los jugadores a los que me enfrenté cambiaron tácticas, rutas, números, cualquier cosa que se les ocurriera para llegar a nosotros”. Tahara exhaló una bocanada de humo, esperando lo imposible de sus enemigos.

Naturalmente, nadie en este mundo sabía nada sobre ninguno de los asesores, por lo que no había forma de que nadie pudiera elaborar estrategias contra ellos. “Me estoy cansando de esto, solo haz fila. De todos modos, no tengo tiempo para perder el tiempo”.

“¡¿Quién te crees que eres, humano?!”

“¡Geh je! ¡Todos a por él! ”

“¡Matar! ¡Matar! ¡Matar!”

La mayoría de los bárbaros iniciaron un asalto total contra Tahara, algunos con sus colmillos, algunos con sus garras y otros con fuego. Aun así, Tahara permaneció completamente inquebrantable, luciendo como si estuviera decidiendo qué cenar.

“E-Esto es extraño, ¡no muere!” ¡Es solo un humano! ”

“Buen intento, muchachos”. Un disparo casual de escopeta voló otra cabeza. En este punto, fue una masacre unilateral. Cock, ping, blam. Tahara les disparó a todos a quemarropa, como si fueran sólo ciervos con faros. Cualquier nativo de este mundo pensaría que la escopeta es una especie de garrote mágico.

“Supongo que eso es todo”. Justo cuando murmuró eso, una ráfaga violenta sopló desde el centro de la ciudad, cambiando la expresión de su rostro. Los residentes de la ciudad, por otro lado, parecían ajenos. Lo que le estaba sucediendo a su capital ahora estaba demasiado lejos de ellos. “¡Ay, se acabó la diversión! ¡Debo ocuparme de eso antes de que me maten!” Saltó del techo a toda prisa, en contraste con su comportamiento completamente imperturbable que acababa de tener.

Antes de que las personas que se quedaron en el techo tuvieran la oportunidad de celebrar su supervivencia, una poderosa onda de choque sacudió la mansión desde sus cimientos. Sin comprender lo que estaba pasando, todos se lanzaron en un intento desesperado por no dejarse llevar por la tormenta.

“Padre, ¿a dónde se ha ido…?”

“¡No lo sé! ¡Quédate abajo! ”

Mientras padre e hija gritaban en las ráfagas, los satanistas corrían por las calles para salir de la ciudad. El ataque que habían iniciado por capricho de saqueos y venganzas sin sentido se había convertido en una catástrofe devastadora. Ninguno de los gruñidos satanistas había esperado este resultado.

“¡Maldición! ¡¿Cómo pasó esto?!”

“¡¿Dónde está el camarada García?!”

“¡Tenemos que pasar a la clandestinidad, vamos!”

Corrieron hacia su lugar de encuentro, el búnker subterráneo, tan rápido como pudieron.

Muchos de sus compañeros los estaban esperando cuando llegaron. “¡¿Qué está pasando?!”

“¡Todo lo que hay allí arriba se ha reducido a cenizas!”

“Si se trata de todos los supervivientes, tenemos aproximadamente la mitad…”

Teniendo en cuenta lo ansiosos que habían estado al principio, se trataba de una tasa de bajas impactante. De hecho, huir derrotado después de desplegar a los Encantados y convocar a un demonio era impensable.

“Así que ahí es donde… Gracias por mostrarme tu colmena”. La voz de Tahara hizo eco en la oscuridad.

“¡¿Qu-Quién eres?!”

“¡Lo vi sobre el suelo! ¡Debes estar con Tzardom o la Doncella Santa!”

Tahara no respondió, solo observó el búnker subterráneo. Era ridículamente grande, más grande que un estadio de béisbol. Incluso vio algunos artefactos de iluminación y tuberías en las paredes y el techo.

(Es una instalación realmente antigua, casi como un refugio…) Incluso Tahara tuvo que pensar en las implicaciones de esto. Dicho esto, ya había adquirido una especie de pista para la respuesta.

(El secretario me dio esa pistola. ¿Es esta una de las tecnologías antiguas de las que hemos estado hablando? Conocerlo, todo esto también era parte del plan…

Ahora que estoy aquí, incluso parece que él me llamó sólo para mostrarme esto. Ugh. No es fácil trabajar para un jefe que puede ser más listo que usted mientras duerme.) Tahara sacudió la cabeza con exasperación y encendió el cigarrillo en su boca.

Si el Señor Demonio hubiera escuchado el monólogo interno de Tahara, habría gritado algo como “¡¿Cómo diablos iba a saber algo de esto?!”

“Está bien,” dijo Tahara. “Será mejor que me limpie rápido y regrese. Estoy seguro de que las cosas ya están arregladas allí”. Numerosos paneles estampados de camuflaje aparecieron detrás de Tahara.

Estos eran portales a una dimensión dedicada donde Tahara almacenaba sus armas, pero debieron parecer unos círculos mágicos terroríficos para los satanistas.

“¡Esos… círculos mágicos! ¡Va a hacer algo!”

“¡Defensa mágica! ¡Ahora!”

“¡¿Q-Qué hechizo nos estamos defendiendo?!”

A pesar de los esfuerzos de los satanistas por hacer algo sobre el inminente ataque, lo único que salió de los paneles fue un tesoro de armas con el que no estaban familiarizados.

Podían ver que algunos tenían forma de garrotes y otros tenían forma de lanzas cortas, pero no tenían idea de lo que eran capaces de hacer.

Entonces, decidieron desplegar un Escudo de Viento tras otro, que defendió contra ataques físicos y los cuatro elementos principales.

47 armas flotando en el aire juntas era todo un espectáculo, y si los satanistas hubieran sabido de lo que eran capaces, habrían corrido con la cola entre las piernas. Se incluyeron todo tipo de armas de fuego en la alineación: pistolas, ametralladoras, escopetas, incluso ametralladoras, rifles antitanques y lanzagranadas.

“¿Estás seguro de que es suficiente protección…?”

Con una línea familiar, cada arma de fuego desató su furia a la vez.

El clamor de mil rayos rugió a través del búnker subterráneo, haciendo volar a los satanistas como si un huracán los hubiera golpeado. Sus defensas hicieron poco más que un trozo de papel contra el aluvión de balas.

La visión de cada arma llenando autónomamente a los satanistas con agujeros parecía más un simple trabajo de limpieza que algo parecido al combate. Además de eso, Tahara superó sus habilidades equipadas en la tormenta de balas.

Caminó por el búnker, cantando una vieja canción popular.

¿Es una ducha pasajera o lluvia en Chino? —Primera Habilidad: Rapidfire Escuche ese sonido, volviendo, —Segunda Habilidad: Bullet Storm Mojándote de la cabeza a los pies. —Tercera Habilidad: Fire Away

Rapidfire aumentó su daño en 15, mientras que Bullet Storm agregó otros 10-15, pero con un 75% de probabilidad de romper las arterias de los enemigos.

De vuelta en el Juego, una arteria rota era una condición problemática que agotaba rápidamente la Resistencia cada vez que realizaba una acción.

Luego llegó Fire Away y selló el trato: esta habilidad aumentó el daño del ataque en [la cantidad de balas en el cargador del arma] x1.5, a cambio de vaciar el cargador.

Para cuando las armas de Tahara habían gastado todas las balas de sus cargadores, el búnker estaba lleno de silencio, y ni un solo satanista sobreviviente. Todo lo que quedó fueron trozos de carne irreconocibles.

“Este lugar es extraño…” comentó Tahara. “Sin agujeros de bala”. Pasó la mano por la pared de cemento, ignorando por completo la carne esparcida por el suelo. Si las paredes hubieran sido de hormigón ordinario, el ataque de Tahara las habría demolido, por no hablar de los agujeros de bala.

De hecho, todo el búnker podría haberse derrumbado. (Nunca una pared se quedó en pie después de que la disparé…) Tahara golpeó la pared un par de veces, solo para sentir su solidez desnuda.

No pudo distinguir si estaba reforzado con magia o si había sido tratado de alguna otra manera. (Lo que sea. Supongo que el Secretario resolverá este misterio.) Tahara salió del búnker, sobrestimando al Señor Demonio, como siempre.