Hai to Gensou no Grimgar

Volumen 14: Paranomanía [parano_mania]

Capítulo 20: Puerta [tocar_a_la_puerta_del_cielo]

Era como si la sangre hubiera comenzado a fluir a través de la delgada muñeca que sostenía.

Las piernas de Niiyama Reon estaban extendidas delante de él, y sentado en el piso del salón real, mientras Haruhiro estaba arrodillado y sostenía su muñeca izquierda.

No era que no había flujo de sangre antes. Reon estaba vivo. Pero había estado frío, y no se había sentido vivo. Su temperatura corporal estaba volviendo gradualmente.

Reon levantó lentamente la cabeza para mirar a Haruhiro. El blanco de sus ojos era tan blanco que parecía pálido. Haruhiro se reflejaba en sus pupilas marrón.

“Oye,” dijo suavemente Haruhiro.

Reon miró hacia abajo. Sin embargo, Haruhiro no soltó su mano.

“Ponle esto,” dijo Alice, lanzando una capa. Era una que Haruhiro había estado usando originalmente.

Haruhiro soltó la muñeca de Reon, y levantó la capa. Puso el abrigo sobre Reon, que estaba abrazando sus propias rodillas.

“…Las cosas que hice fueron horribles,” dijo Reon.

“Sí.” Haruhiro miró alrededor de la sala real.

Probablemente no era exacto llamarlos Doppels, pero los clones hechos por la magia de Reon se habían desvanecido.

¿Gomi estaba intentando abrir la jaula y salvar a su camarada? Ahiru había enganchado su cinturón en la jaula de Yonaki Uguisu, y estaba en el proceso de bajarla. Io estaba sentada en el suelo junto a la sombra que una vez había sido Tonbe.

La cáscara no se movía en lo más mínimo. No tenía grosor, como si fuera solo una sombra. Haruhiro había sido Reon hacía unos momentos, así que lo sabía. Tonbe no regresaría.

Reon había usado magia para extraer algo así como la esencia de lo que hacía Tonbe a Tonbe. Esa sombra era un residuo. Ya no había Tonbe en ninguna parte.

Setora, Kiichi y Kuzaku dudaban sobre si debían o no acercarse a Shihoru.

Shihoru estaba sentada en el suelo, mirando hacia el techo, tal vez con su mente en otra parte, pero ahora no estaba llorando. Si comenzaba a llorar, se acabaría.

Antes de que lo hiciera, tenían que hacer lo que se necesitaba hacer.

“¿Eh? ¿Dónde está Mary…?” Haruhiro se preguntó.

La encontró rápidamente. Mary estaba tirando de los reposabrazos de la puerta, tratando de quitarle las cadenas.

“¡Kuzaku, o alguien! ¡Ayúdenla!” Haruhiro llamó.

“¡V-Vale!” Kuzaku corrió a una velocidad increíble. Sus habilidades físicas mejoraron con Narci, por lo que se movía tan rápido que era como una mala broma.

Alice se puso la pala en el hombro y fue a seguir a Kuzaku, pero de repente se detuvo y miró hacia atrás. Esos ojos de color marrón rojizo que estaban cerca de color carmesí no estaban sobre Haruhiro, sino sobre Reon.

“Vamos a abrir la puerta,” dijo Haruhiro. “¿Qué hay de ti?”

“Yo…”

“Vamos.” Haruhiro forzó a Reon a levantarse, empujándolo hacia Alice.

Reon tropezó, y casi cayó. Sin embargo, aún así, logró caminar con esas piernas delgadas rápidamente.

“¡Setora y Kiichi también!” Haruhiro los llamó. “¡Io, vámonos! ¡Tonbe te dejó a mi cuidado! ¡Volvamos a Grimgar juntos! ¡Vamos!”

Haruhiro envió a Setora, Kiichi e Io hacia la puerta uno tras otro. Había algo más que necesitaba hacer. Tenía que hacerlo él mismo. Haruhiro no podía dejar esto a nadie más.

No quería provocarla más de lo necesario, pero ¿era mejor hacerlo despacio y tomarse su tiempo o apresurarse? No estaba seguro. No podía decir cuál era la manera correcta, así que probablemente era cincuenta y cincuenta.

Tomando su decisión, decidió acercarse a ella como de costumbre.

“¡Shihoru! ¡Tú también!”

La hizo ponerse de pie sin esperar una respuesta, y luego salió corriendo. Nadaría o se hundiría ahora.

No le importaba lo que pasara; esto era lo único que podía hacer. No podía dejar a Shihoru atrás, así que esto no era solo un acto de desesperación.

Esta es la única manera. Esto es lo mejor, era lo que Haruhiro estaba pensando.

No habría nada que pudiera haber hecho si Shihoru hubiera explotado antes de que llegaran al rey, pero, aun así, había querido arrastrar a Shihoru si era posible. Se había preparado para lo peor con esa intención.

Por favor, solo un poco más… Shihoru, por favor, no llores.

Mientras oraba, se dirigió a la puerta, sin tener el coraje de mirarla.

Por ahora, incluso mientras tropezaba, Shihoru estaba caminando. Eso era suficiente.

Con un gran corte de la gran espada de Gomi que destrozó la celda, salió un hombre con un flequillo tan largo que su rostro estaba oculto.

Ese era Tasukete, ¿eh?

“¡Io-samaaa! ¡Io-samaaa!” Tasukete gritó.

Ahiru terminó de bajar la jaula. La puerta estaba cerrada con llave, pero con su cinturón, al parecer, Tasukete pudo abrirla fácilmente.

“¡Yuiko!” Ahiru gritó, extendiendo su mano.

Mientras lo hacía, la mujer que se había visto obligada a usar un traje que la hacía parecer un pájaro saltó a sus brazos.

“¡Yoshiharu, siempre creí en ti!” Ella gritó.

“¡Ohhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!” Kuzaku estaba arrancando las cadenas de la puerta con fuerza bruta.

Kiichi, con Setora en su espalda, subió a lo alto de los niveles de la prisión.

En un lugar, había una escalera de dos metros de ancho. Io, Alice y Reon estaban subiendo las escaleras. Haruhiro los siguió.

En el camino, Shihoru de repente se detuvo.

“Shihoru…”

“No importa.”

Mirándola, los ojos de Shihoru brillaban. Estaban nublados.

Se ve lista para llorar. Oh, mierda. ¿No es bueno? ¿Después de que hemos llegado tan lejos? ¡No!

“¡Me importa!” Haruhiro cargó a Shihoru. Era la posición que podrías conocer como la novia o la princesa.

Shihoru está prácticamente desnuda. Ella es ridículamente suave también. Hombre, no estoy seguro de si debería estar haciendo esto. No es que vaya a empezar a actuar raro ni nada. No en esta situación. Pero, sí, no creo que tenga ningún sentimiento romántico por ella. Quiero a Shihoru. Hemos pasado por mucho. La quiero tanto que ni siquiera sé cómo expresarlo. Por supuesto que me importa. Tal vez voy a morir por las lágrimas de Shihoru. Pero si la alternativa es renunciar a ella, me importa lo suficiente como para que pueda pensar: “Estoy bien con eso.”

Subió las escaleras. Tres pasos a la vez. Kuzaku ya había abierto la puerta. El otro lado no era más que una pared blanca sucia, pero cuando Io, Gomi y Tasukete fueron dentro de la puerta, desaparecieron.

Esa puerta estaba unida a otro mundo. Desde lo alto de Kiichi, Setora miró hacia atrás. Ella atravesó la puerta.

Reon vacilaba frente a la puerta. Alice le dio una patada en el trasero.

“¡Date prisa!”

“¡Wah!”

Y Reon también desapareció más allá de la puerta.

“¡Ahiru, ¿qué hay de ti?!” Alice exigió.

“Yo…” Con Yonaki Uguisu todavía en su abrazo, Ahiru sonrió. “…me quedo con ella. No quiero que estemos separados nunca más.”

Alice se encogió de hombros y luego, casualmente, saltó por la puerta.

¿Shihoru estaba a punto de llorar? ¿Ya estaba llorando? Haruhiro no lo sabía.

La puerta estaba justo ahí. Si se quedara sin fuerzas aquí, no se arrepentiría, pero solo un poco más.

Quiero ir a casa, a ese lugar, con todos…