Hai to Gensou no Grimgar

Volumen 14: Paranomanía [parano_mania]

Capítulo 19: El Rey Desnudo [streaking]

Érase una vez, había un chico muy inteligente.

Este chico nació con una cabeza excepcionalmente buena sobre sus hombros, por lo que las personas a su alrededor parecían increíbles tontas.

Los adultos no entendían lo que significaba ser inteligente. Elogiaban a los del tipo de rey de las preguntas, que solo eran buenos para recordar las cosas como genios, por lo que no había ayuda para ellos. Eran, después de todo, tontos, entonces, ¿quién podría culparlos realmente?

No había manera de que tales tontos pudieran entender la riqueza y la profundidad de la inteligencia, su agudeza, su altura. Para empezar, si pudieran, no serían tontos.

Aun así, el chico pensaba que debía haber personas ahí fuera que fueran tan inteligentes como él, quizá incluso más.

Había muchísima gente infestando este planeta, y el mundo avanzaba todos los días, así que tenía que haber muchas personas inteligentes ahí afuera. Si no hubiera, sería extraño.

Pero ¿qué iba a hacer con eso? Los padres que habían dado vida a un chico tan inteligente eran unos tontos incorregibles, y cada persona que conocía era más tonta que él.

Para el chico inteligente, cada pensamiento que tenían los tontos era fácil de ver. Y sin embargo, los tontos no podían entender al chico. Nadie podía entenderlo.

Tal vez el chico era desafortunado. Puede que simplemente haya nacido en un ambiente lleno de nada más que tontos. Si hubiera nacido en otro lugar, el chico podría haber sido bendecido con personas que lo entendieran, y así poder vivir una vida adecuada.

Al chico le resultaba difícil reconocer que los tontos que lo rodeaban eran seres humanos. No los odiaba, ni pensaba que eran malvados. Simplemente estaba triste.

¿Por qué no eran iguales que él? Habría estado bien si él fuera igual a ellos también. No se propusieron ser tontos, y el propio chico nunca eligió nacer inteligente.

No podemos elegir nada antes de nacer. Una vez que nacemos, solo podemos vivir las vidas que nos han dado.

El chico sabía que el tiempo pasaría, y él crecería, envejecería, y luego moriría.

La muerte es el cese de las funciones de la vida. En el caso de los humanos, su conciencia se desvanece, y cuando toda esperanza de recuperarla se pierde por completo, decimos que han muerto.

No hay sentido en la vida ni en la muerte. No hay significado en la vida: reproducirse para dejar descendientes. Es lo que hacen los seres vivos, así que lo hacen, eso es todo.

Pensándolo bien, podría ser lógico que los tontos fueran tontos. Si fueran tontos, nada de eso podría mortificarlos: esta insoportable falta de significado, la debilidad de una vida que desaparecerá en un puuf si se descuidaba, y el sentimiento de vacío por no poder resistir a ese destino.

Esta debe ser la desgracia de un elegido, pensó el chico.

El chico inteligente era un ser especial, y se le hacía soportar un dolor especial.

La comprensión de que era especial le ayudaba a consolar su corazón herido. Le ayudaba a soportar la risa con la cabeza vacía, y el bullicio de los tontos que simplemente eran así porque esa era la clase de criaturas que eran.

Él no era de su clase, y si pensaba: Soy diferente a ustedes, aún podía soportarlo.

Soy especial, a diferencia de todos ustedes, y algún día haré algo para que mi nombre quede grabado en la historia, como convertirme en un autor de gran éxito de ventas y ganar premios internacionales, o establecer récords en competiciones deportivas internacionales, o algo así. Tal vez nadie se dará cuenta de lo especial que soy antes de eso. Todos son idiotas, y yo soy especial, entonces, ¿quién puede culparlos? Siempre he sido diferente de todos, y siempre lo seré. No importa lo lejos que vayamos, nunca nos encontraremos, como líneas paralelas.

Así era como lo veía el chico, pero mirando hacia atrás ahora, ¿cómo había sido realmente?

Naturalmente, tenía una aptitud innata de su genética. No cualquiera puede correr los 100 metros planos en el rango de nueve segundos, incluso con suficiente práctica. Sin embargo, el hecho era que el talento no era solo un regalo del cielo; era un resultado. Aquellos que ganaban algo, o llegaban a algún lugar, eran considerados altamente y reconocidos por tener talento. En ese sentido, los nacidos con algún tipo de regalo, lo que llamaríamos genios, no existían.

El chico se creía especial, y un genio, pero estaba completamente equivocado. Eso se debía a que, si preguntabas si el chico había logrado siquiera una hazaña que sacudiera la tierra, no lo había hecho. Era más inteligente que los que lo rodeaban, no era entendido por los idiotas y se consideraba un ser especial trágicamente aislado.

El chico era un ávido lector. Sus padres tenían menos que historias estelares académicas, pero los libros eran lo único que estaban dispuestos a comprarle mucho.

Mientras que los chicos de su edad leían desatendidamente las historias de ficción y los cómics que ni siquiera eran lo suficientemente buenos como para ser llamados tontos, el chico leía profundamente de la literatura de alta mentalidad y los manuales especializados.

Gracias a eso, cuando el chico tenía diez años, no había ningún texto que no pudiera leer. Había adquirido conocimientos sobre muchas cosas, desde los nombres de las aves y las plantas, los movimientos de las estrellas, cómo resolver ecuaciones cuadráticas y los fundamentos básicos de la música.

Era cierto que el chico era inteligente. Sin embargo, eso básicamente significaba que había trabajado más para leer y comprender libros que otras personas, había observado muchas cosas y las había analizado.

El chico no había nacido inteligente. Había seguido un camino para volverse inteligente, y el resultado fue que se volvió inteligente.

Dicen que sin el uno por ciento de la inspiración, el noventa y nueve por ciento de la transpiración se desperdiciará, pero no debemos perder de vista eso. Ese uno por ciento de inspiración viene del incesante trabajo duro. Aquellos que logran el éxito primero pasan cada momento, despiertos o durmiendo, sumidos en sus pensamientos para encontrar ese uno por ciento de inspiración.

Al final, el talento es aquello que hemos trabajado para construir, tomando una forma que otros son capaces de reconocer.

El chico tenía diez años en ese momento. Era un chico muy inteligente, pero solo tenía diez años, y de repente se vio envuelto en un mundo completamente diferente al mundo en el que había nacido. No tenía sentido, y era increíblemente aterrador, pero todo lo que podía hacer era intentar sobrevivir.

Si el chico no hubiera sido inteligente, seguramente habría sido engullido por monstruos en muy poco tiempo. Es posible que no haya podido ver a través de las leyes de este mundo y cometer un error que no pudiera deshacer.

Dicho eso, gracias a que el chico solo tenía diez años, pudo salir de los problemas innumerables veces.

En este mundo, el chico conoció a mucha gente. La mayoría trabajó con él por un tiempo, y luego se separaron. No era infrecuente que la muerte fuera la causa.

O más bien, en casi todos los casos, había sido la muerte.

Cuando se acercaba el peligro, el privilegio especial del chico cuando tenía diez años era que la gente lo protegería. Hubo algunos que afirmaron que un niño solo se interpondría en el camino, pero sorprendentemente hubo pocos de ellos.

Una cantidad de personas fueron atrapadas por monstruos frente a los ojos del chico. Cuando a un hombre, que se había autoproclamado como a su hermano mayor, un monstruo le había arrancado los brazos, le había gritado al chico: ¡Déjame y vete!

Llorando, el chico abandonó al hombre y huyó.

Una mujer de mediana edad que adoraba al chico como si fuera su propio hijo había sido atacada por un monstruo que abrió su gran boca y le mordió la cabeza. Pensando que ella no lo lograría, el chico se escapó.

La cantidad de personas que lo habían acompañado subía y bajaba. Cada vez que alguien moría, el chico aprendía. El chico inteligente se volvía más inteligente.

Aun así, el chico solo tenía diez años. Aunque era más inteligente, más experimentado que cualquiera de los que lo acompañaban, era subestimado por ser un niño.

Incluso si intentaban fingir que les agrabada en la superficie, por dentro estaban insatisfechos, y no era nada raro que los adultos insultaran al chico a sus espaldas.

“Seguro, es útil. Pero solo es un niño. ¿Por qué es tan engreído? Solo lo estamos usando porque tiene alguna magia conveniente, así que, ¿qué está malentendiendo?”

“No tienes que ser tan duro, ¿de acuerdo? Solo es un niño. Déjalo sentirse un poco bien consigo mismo. Si lo pasamos por alto, seguramente seguirá siendo útil. Solo tenemos que usarlo bien. Al final, es un niño, así que si se trata de eso, podemos manejarlo como nos plazca.”

En algún momento, el chico que los adultos habían defendido, fue puesto en una posición en la que tenía que proteger a los adultos.

Cuando una gran horda de monstruos atacó, y miró las espaldas de los adultos que luchaban por escapar, el chico decidió que estaba harto de eso.

¿Por qué el chico debía pararse en la línea del frente por idiotas como ellos?

Esos tipos, todos pueden morir. Todos pueden ser devorados por los monstruos. Ya he pasado por ser un niño, decidió el chico. Ya no soy un niño. No soy un niño de diez años. Seré un adulto. No voy a dejar que me miren hacia abajo. Voy a ser el rey, y los demás serán mis vasallos. Todos y cada uno de ellos me servirán, trabajando hasta los huesos para mi beneficio. Este es mi mundo. Yo decido las reglas, y cómo gobernar.

Los adultos que habían conocido al chico eventualmente murieron. Las nuevas personas que conoció no conocían la verdadera identidad del chico.

En este mundo, todos podían usar magia. El chico usó su magia para mostrar a los demás una forma propia de un rey.

​Cuando se encontraba con insolentes que no obedecían sus órdenes, o con personas engañosas en las que no se podía confiar, las terminaba, o les succionaba la vida y los dejaba como cascaras sombrías. Esa vida que sacaba se convirtía en el poder del rey.

Descubrió los tipos de magia. La magia llegaba en miles de variedades diferentes, pero si aparecía alguien con una magia increíble, podría convertirse en una amenaza.

El pensamiento humano funciona de una manera interesante. Si alguien solo tuviera palabras para rojo, azul y amarillo, es posible que vean el naranja como rojo brillante, el negro como azul oscuro, etc. Intentarían dividir cada color en una de esas tres categorías.

Para esa persona, solo hay tres colores. Los colores del mundo se reducen a tres.

Debido a la naturaleza de la magia, estaba muy influenciada por la psique del usuario, por lo que si se conociera que solo había tres tipos de propagación de la magia, la cantidad de tipos se reduciría a tres.

Si desafiaban al rey, sus vidas serían quitadas inmediatamente. Todos llegaron a entender ese hecho. No muchos se oponían deliberadamente al rey.

Dicho eso, el sabio rey sabía que no todos se habían sometido a él hasta lo más profundo de sus corazones. Aun así, si no era severo con ellos, menospreciarían al rey. Sin duda, también había quienes conspiraban para matar al rey.

También estaban los leales al rey. No muchos, por supuesto.

El sincero pero tonto caballero Bayard fue capturado por Haname. El rey consideró acabar con Haname con su propio poder, pero los embaucadores como ella estaban libres del principio del rey de que había tres tipos de magia, lo que los convertía en peligrosos oponentes.

No era que no pudiera ganar, sino que podría ser apuñalado en la espalda por un traidor mientras luchaba contra Haname. Bayard era tan tonto que el chico lo encontraba desagradable de todos modos, así que decidió dejar que Haname lo tuviera.

Su segundo mejor vasallo era más tranquilo que nadie y honesto, pero era un hombre muy inteligente. Tenía un rápido ingenio, se podría decir. El rey nunca había visto a un hombre que pudiera reaccionar tan rápidamente ante una situación cambiante.

No solo no mostraba signos de traicionar al rey, sino que ni una sola vez lo ofendió, y en ocasiones tranquilizaba y ayudaba al rey a relajarse.

Sin embargo, el rey sospechaba de él. Permitió que el hombre lo cuidara, pero parecía que le permitía al hombre aprender demasiado.

Además, cuando el hombre le masajeaba los brazos y las piernas, el rey sentía que su magia cambiaba. Esa magia no era una de las tres que el rey había determinado. El rey la llamó Resonancia, y si el hombre tuviera un cuarto tipo de magia que no debería existir, tendría que enterrarlo.

Si el hombre no hubiera sido tan inteligente, el rey podría haberlo hecho él mismo. El hombre le pidió permiso al rey y se dirigió a la Torre de Hierro del Cielo. El rey sabía que nunca volvería. El hombre conocía los sentimientos del rey.

Si no hubiera elegido permanecer en la Torre de Hierro del Cielo hasta oxidarse por completo, el rey probablemente le habría succionado la vida eventualmente.

Aquellos como Topo Arcoiris y Hombre Durmiente, que habían estado en este mundo durante mucho tiempo, sirvieron al rey a su manera. Sin embargo, tampoco se quedaron para servir a su lado.

Trabajaron para el rey, con lealtad y sinceridad. Si no lo hubieran hecho, el rey los habría matado. Sin embargo, no confiaban en el rey. El rey tampoco confiaba en ellos.

No, no era eso; porque el rey no confiaba en ellos, no podían confiar en el rey.

Sea lo que sea, el resultado era el mismo.

Estoy solo, reflexionó el rey. Aunque siempre estoy desnudo así, nadie dirá que el rey no tiene ropa.

Nadie se da cuenta de que estoy desnudo.

(No nadie.)

…¿Quién?

Tú el que me ves, ¿quién eres?

Esa magia, podría ser… ¿Resonancia?

¿No te has oxidado en la Torre de Hierro del Cielo?

(No soy él.)

¿Viste? Me viste. Lo viste a través de mí. Con esa magia, ¿me entiendes?

(Yo

…soy yo.

Y tú.

…Niiyama

Reon.)

Niiyama Reon.

Mi nombre.

En ese caso…

Si sabes eso, debes saberlo.

Lo que he hecho.

Todo lo que he hecho en este lugar.

Cuando los monstruos, esa horda de monstruos de sueños atacaron, yo… no abandoné a los adultos que corrían. Yo…

Me uní a los monstruos de sueños, los devoré.

Hasta el último.

Si hubieran sobrevivido, habrían estado en mi camino. Incluso uno. Quiero decir, me conocían. Conocían mis debilidades.

Soy un niño de diez años.

El hecho es que era el líder, pero todavía tenía que hacerlos reír, tenía que cantar y bailar para poder agradarles.

Porque tenía diez años, y era débil. Pensaba que, sin importar qué, no iba sobrevivir solo. Me sentía solo. Quería agradarles. Quería ser útil para todos. Quería ayudarlos. Pero me usaron.

Siempre estaba desesperado, haciendo mi mejor esfuerzo. Pero ellos, hablaban de mí a mis espaldas, y siempre estaban teniendo sexo. ¿No tenían nada mejor que hacer? Pero yo era un niño, así que fingí no ver. Era un mocoso. Solo un niño. ¿Qué podía hacer? Tenía diez años. Un verdadero niño.

No me arrepiento de nada. Siempre tuve la razón. Eso fue lo mejor. Estoy bien con esto. No abriré la puerta. No iré a ninguna parte. Me quedaré aquí. No iré a casa.

(Tienes miedo.)

Sí, tengo miedo.

¿A cuántas personas crees que he matado? ¿A cuántos les he succionado la vida?

No he cometido ningún crimen, por supuesto. Este es mi país. Soy el rey. Parano es mi reino. Yo decido qué es la justicia y qué son los crímenes. Hice lo correcto. Porque todo lo que hago es correcto. Aquí, al menos. Mientras esté en Parano, no puedo estar equivocado.

No sé quién eres, pero también le robé la vida a tu camarada. La hice mía.

No es un pecado. No seré juzgado por ello. No hice nada malo.

De hecho, hice algo bueno. Quiero elogiarme, decirme que lo hice bien.

Seré el gran rey, ahora y por siempre.

(Pero estás solo.)

No es un problema. Siempre estuve solo. Al final, solo hay un rey. Los gobernantes están aislados por naturaleza. Sobreviviré. Quiero decir, tengo tiempo. Probablemente nunca se acabará. Siempre estaré aquí. Puede que me sienta un poco restringido y que haya inconvenientes, pero los resolveré con el tiempo.

Lo sé. Sé que no puedo confiar en la gente. Para empezar, es una locura confiar en alguien. Una vez que hemos jugado un poco, puedo matarlos, o puedo succionar sus vidas. Sus cáscaras no tendrán nada de valor, pero las haré actuar como vigilantes con mi magia.

Lo sé. Está bien. Si no estás limitado por el principio de los tres tipos, las posibilidades de la magia son infinitas. No es que mi magia siempre fue así. Las cosas que podía hacer crecieron poco a poco, y me hice más fuerte. Puede llevar tiempo, pero puedo arreglar cualquier cosa con magia. Tengo todo el tiempo del mundo. Solo me necesito a mí. No necesito a nadie más. El único mago que necesita existir… soy yo.

(No estás solo.)

Yo—

(No estás solo.)

¿No estoy… solo?

(Sí.

No estás solo.

Estoy aquí.)

No.

No mientas.

Nunca me perdonarás. No puedo ser perdonado.

Tenía diez años.

Era un niño.

Solo un niño de diez años. Pero aún así…

Maté.

Por mi propio beneficio.

Maté a muchos.

(Lo sé.)

(Porque yo soy tú.)

(No alguien más.)

(Yo también soy tú.)

Pero,

Yo

Encuentro a mi mismo

Demasiado…

Repulsivo.

Tengo miedo.

De mí mismo, más que a nada.

Las cosas que he hecho. Las cosas que haría. Soy capaz de hacer cualquier cosa.

No tenía elección. Fue para protegerme. Todos se ponen primero a sí mismos. Así es como somos.

Pero ¿es verdad? ¿Lo es realmente?

Como, ¿qué pasa con las personas que se pusieron en el camino para protegerme?

Eran mayores que yo. Actué tan encantador como pude para agradarles. Se enamoraron de mi trampa.

Eran buenas personas. Poniéndome delante de ellos mismos. Me ayudaron. Fui salvado por ellos. Una y otra vez, me salvaron la vida.

Usando a esas buenas personas como escalones, me convertí en el rey.

Un rey solitario. Uno que está desnudo, pero nadie se da cuenta.

Tengo miedo de mismo.

Por eso no debería abrir la puerta.

Tengo que quedarme aquí.

Me quedaré como rey por siempre.

Nadie puede abrir la puerta.

No irás a ningún lado.

No me dejes solo.

No quiero estar solo.

Estoy solo.

Pero necesito quedarme solo.

(No estás solo.)

(Niiyama Reon.)

(Hay alguien aquí.)

(Yo.)

(Debes salir.)

(Porque yo…)

(…estoy aquí).

Aquí.

(A tu lado.)

(Mira.)

(Yo…)

(…estoy sosteniendo tu mano).

Esta mano…

Está cálida.