Maou no Ore ga Dorei Elf wo Yome ni Shitanda ga

Volumen 10

Capitulo 3: El Mundo Es Aparentemente Pacífico Porque Los Archidemonios Y La Iglesia Se Llevan Demasiado Bien

Parte 3

“Hahaha, tenemos un montón de regalos, ¿eh?”

Selphy llevaba bolsas en ambas manos con una sonrisa alegre mientras caminaba junto a Kuroka y Lilith. Kuroka llevaba el uniforme militar que le dio Zagan el otro día. También podría llamarse ropa de mayordomo, pero eso le dio más excusas para hablar con Raphael, por lo que estaba bastante feliz con ellas.

Tenía su bastón de espada en la mano. Era inútil ahora que podía ver de nuevo, pero sus espadas cortas eran esenciales para que estallara una pelea. Su ropa no coincidía con su apariencia, pero le quedaba más que el vestido que le regaló Alshiera. Tenía que agradecerle por esa ropa tarde o temprano también.

Las chicas habían terminado sus compras y ahora regresaban al castillo desde Kianoides.

“Selphy, no me importará si el señor Zagan se enoja contigo por comprar demasiadas cosas inútiles, ¿de acuerdo?” Dijo Kuroka.

Las tres llegaron a la ciudad para comprar decoraciones para el gran baño. Los artículos más grandes, como estatuas y cosas por el estilo, iban a ser entregados, pero llevaban los artículos más ligeros como cubos y jabón.

Siento que este tipo de cosas debería ser hecho por los dueños del castillo, sin embargo… Kuroka acababa de comenzar a vivir en el castillo, por lo que no estaba segura de si realmente estaba bien que ella eligiera cosas para Su diseño interior. Y mientras reflexionaba sobre eso, Selphy levantó la voz con gran humor.

“¡Está totalmente bien! Al señor Zagan no le importan los pequeños detalles. ¡También premia a las personas que aguantan allí y hacen lo mejor que pueden!”

“Incluso si ese es el caso de Su Alteza, Lady Nephy podría enojarse, ¿sabes?” Lilith intervino.

“¿Eh…? Oh. Ajaja… Será… está bien. Ella no se enojará… ¿verdad?” Selphy palideció y comenzó a temblar mientras Kuroka miraba maravillado. “¿Nephy alguna vez se enoja?”

Kuroka solo logró comenzar a tener conversaciones adecuadas con ella después de que se decidió que le curarían los ojos, pero incluso antes de eso, estaba bastante concentrada en Nephy desde lejos. Ella siempre fue gentil y silenciosamente acurrucada junto a Zagan. Kuroka tuvo dificultades para imaginarla enojarse.

“Ella se enoja si insultas a Su Alteza”, dijo Lilith mientras la agarraba de los hombros y temblaba.

“¿Lo insultaste?”

“¡N-No quise hacerlo! Yo solo… tengo una lengua afilada.”

Ahora que lo pensaba, el grupo conoció a Lilith cuando fueron a Atlastia. Nephy realmente parecía estar nerviosa en ese momento debido a la anormalidad de lo que le había sucedido al  cuerpo de Zagan. Aparentemente, algo había sucedido en ese momento entre Lilith y Nephy.

“E-Está  bien,  Lilith.  La  señorita  Nephy  ya  no  está  enojada  contigo, ¿verdad?”

“Yo-yo sé eso”.

Bueno, dijeron que las personas que generalmente eran amables eran aún más aterradoras cuando estaban enojadas.

“Además, ella regaña a la señorita Gremory, como, todo el tiempo”.

“¿Señorita Gremory…? Oh eso tiene sentido.”

Kuroka había sido jugado con como una muñeca el otro día por Gremory. Seguramente tenía talento para que Zagan la empleara como su retenedor confiado, pero Kuroka realmente no quería involucrarse con ella.

Parece que nos está siguiendo de nuevo hoy… Kuroka podría decir que Gremory los estaba siguiendo desde una pequeña distancia y los vigilaba, tal vez como un guardia.

Por cierto, también podía sentir a Shax un poco más lejos. Hablando honestamente, no quería que él se mantuviera tan lejos de ella para siempre, pero la consideración de Zagan fue en vano y todavía no había podido hablar adecuadamente con Shax.

Todo eso a pesar de que había tenido muchas oportunidades para hacerlo, como pedir consejo sobre la construcción del baño.

Tampoco había forma de que Lilith no notara esta situación. Echó un vistazo detrás de ella y suspiró con asombro.

“Hey, Kuroka, ¿cuánto tiempo planeas ignorarlo?”

“Realmente no lo estoy ignorando…”

Habiendo dicho eso, ¿era posible tener una conversación adecuada con él cuando Rafael lo estaba mirando todo el tiempo?

Además, estaría bien si al menos dijera algo él mismo…

Sintió que su amor era completamente unilateral y comenzaba a perder la confianza.

“Haah…”

Justo cuando Kuroka suspiró y Lilith estaba a punto de consolarla, las orejas triangulares de Kuroka se erizaron.

“Lilith, para”.

“¿Huh?”

Kuroka escuchó unos pasos apresurados y levantó la voz. Un momento después, una pequeña figura saltó de la sombra de un edificio. Lilith logró evitar toparse con ellos, y la figura también se dio cuenta de la llamada cercana y se detuvo.

“¿Fwah?”

“¡¿Huh?!”

Selphy también se detuvo, pero estaba un paso por delante de los demás. Debido a eso, ella terminó tropezando con la figura. Ella dejó caer sus maletas y cayó boca arriba.

“¡Selphy!”

Kuroka soltó su bastón de espada y sostuvo a Selphy por la espalda usando su mano izquierda mientras agarraba las bolsas con la derecha. Su bastón de espada comenzó a caer al suelo, pero Kuroka logró atraparlo envolviendo sus dos colas a su alrededor.

“Uf…”

Kuroka Adelhide tuvo una disposición desafortunada, pero a diferencia de Chastille, ella no era realmente torpe ni nada. Lilith aplaudió a la velocidad cegadora que acababa de exponerse, y Kuroka cambió su atención hacia la que Selphy había encontrado. Por su cuenta, no tuvo más remedio que dejar de apoyar a Selphy.

“¿Estás bien…?”

Y en el momento en que los llamó, se dio cuenta de algo.

¿Eh? Este olor… Los que se toparon con Selphy fueron dos chicas. Una vestía más o menos con lo que parecía una coraza y un cinturón, mientras que la otra llevaba un vestido como el de Alshiera. El que llevaba un peto fue el que se topó con Selphy y se había caído de espaldas.

Sin embargo, Kuroka apenas reconoció su aroma. La niña también reconoció a Kuroka y se puso rígida.

“Eres… de Azazel…”

Al instante se convenció de quiénes eran estas dos chicas.

¡Son los últimos hechiceros con los que luché como parte de Azazel! Eran sus enemigos jurados que habían robado la luz de sus ojos. Ella no tenía la compostura para considerar por qué estaban allí.

“Espera, Dexia-”

La chica del vestido intentó decir algo, pero la chica del peto se llevó la mano a la espada larga en la cintura y comenzó a desenvainarlo.

¡Estoy en desventaja como esta…! La decisión de Kuroka fue rápida. “Selphy, te estoy tirando”. “¿Eh…?”

Forzó las bolsas a los brazos de Selphy y la arrojó fuera del alcance. Pero Lilith todavía estaba en peligro. La civil no combatiente estaba parada allí quieta sin hacer nada y todavía no había comprendido lo que estaba pasando. Kuroka usó ambas manos para tirar a Selphy, así que soltó su bastón de espada con sus colas y las envolvió alrededor de la cola de Lilith.

“¡¿Hyah?!”

La cola de Lilith era su punto débil. Se dejó caer al suelo como si perdiera toda la fuerza en sus caderas, y una espada larga cortó el aire justo encima de su cabeza.

Ahora que Kuroka estaba indefensa, la espada larga se precipitó sobre su garganta. Pero en ese momento, Kuroka también logró ponerse en cuclillas y caer al suelo.

Ella logró escapar por completo de un ataque sorpresa mientras cubría a dos chicas indefensas. La chica del peto abrió mucho los ojos en estado de shock. Sin embargo, Kuroka no fue tan amable que perdonaría un ataque contra sus amigos de la infancia.

“¡Toma esto!”

Retrocedió el bastón de su espada con los dedos de los pies mientras caía hacia atrás y giró su cuerpo para meter el pie en la cara de la niña.

“¡Gah!”

La chica se inclinó hacia atrás y gritó de dolor, pero Kuroka fue la que se puso rígida en el siguiente instante. La chica del vestido cargó sobre la otra chica mientras se inclinaba hacia atrás. No intercambiaron palabras, pero pudieron entender las intenciones de cada uno perfectamente. Tenían una coordinación aterradora.

Tenía una cimitarra en cada mano, y sus ojos eran dorados como la luna: eran los ojos malvados de la brujería. Kuroka recordó esos ojos. Eran lo último que había visto antes de perder la vista.

Kuroka no tenía sus espadas en la mano, y su postura se rompió por completo después de proteger a Selphy y Lilith. Ella estaba completamente indefensa. Todo lo que la esperaba era la muerte.

“¡Kurosuke!”

Algo grande y cálido la envolvió como para bloquearla de esos ojos dorados. Y un paso después, un golpe sordo corrió por su cuerpo. La cara de ese cálido cuerpo colgaba sobre la cabeza de Kuroka.

“Señor… ¿Shax…?”

Se dio cuenta de que era ese hombre torpe sólo por su olor y tacto. Una de las cimitarras de las chicas fue apuñalada en la espalda mientras abrazaba a Kuroka.

“Ah…”

No fue Kuroka quien soltó una voz temblorosa, sino la niña empuñando las cimitarras. Estaba temblando como si acabara de apuñalar a un amigo cercano.

“¡¿Qué estás haciendo, Aristella?! ¡Retrocede!”

La chica del vestido sacó su cimitarra y saltó hacia atrás. Al mismo tiempo, Shax perdió toda la fuerza en su cuerpo y se cayó.

“Señor Shax, ¿por qué…?”

No había necesidad de que ella siquiera preguntara. Ella sabía muy bien que este era el tipo de hombre que él era. La sangre brotaba de su espalda. Mientras Kuroka intentaba desesperadamente detener el sangrado, Shax le dejó caer la mano sobre la cabeza y la acarició.

“Lo siento. Tengo su ropa sucia otra vez…”

“¿Qué estás diciendo? Eso no… ”

“Perdón por… tu otra ropa, también. Sabía que… los estabas tratando muy bien… así que quería… devolvértelos… de una forma u otra… ”

Kuroka presionó su rostro contra el pecho de Shax. “Por favor para. No hables así como si fuera el final”.

Luego miró a un lado. Selphy fue lanzado al aire, pero no cayó contra el suelo. Estaba siendo acariciada por un hermoso hechicero. Mirando más de cerca, Lilith también estaba sentada en el suelo a sus pies. Era la hechicera Gremory, que también observaba desde cerca.

“Ahora bien, ¿necesitas ayuda?” ella preguntó. “…Si. Por favor cuida al señor Shax.”

Parecía haber evitado un golpe mortal, pero la herida aún era profunda. Ni siquiera podía sostenerse solo.

“Espera, Kurosuke”.

“Está bien. Soy más fuerte de lo que parezco”.

Kuroka no perdería con nadie, especialmente como estaba ahora. Y, al ver que no tenía intención de retroceder, Shax cedió.

“Viste sus ojos justo ahora, ¿verdad? Esos son-”

“La mirada enredadora. Destruye la vista de cualquiera que los mire, ¿verdad?”

Era la brujería que habían usado cuando Kuroka había luchado contra ellos una vez antes. A pesar de que se había defendido contra él con el Moonless Sky, la luz aún le había sido robada de los ojos. Fue una brujería tan atroz que fue designada como un hechizo prohibido hace varios cientos de años.

“Eso hace las cosas más rápidas”. Shax asintió mientras el sudor corría por su frente. “Puedes bloquearlo sin mirarla a los ojos”.

Kuroka logró escapar de la mirada de enredo antes porque Shax había cubierto su campo de visión. Seguramente usó su cuerpo como escudo para poder verificarlo por sí mismo. ¿Cuán poco pensó él en su propia vida?

“Los hechizos prohibidos no son del tipo que puedes usar de todas formas. La que está en el vestido debe estar sin disparos. Ten cuidado con la otra.”

“Okay.”

Dicho esto, era completamente natural que un maestro leyera los movimientos de sus oponentes mirándolos a los ojos. Kuroka estaba en el proceso de hacerlo precisamente porque había recuperado su visión. Combatir a un oponente de frente sin mirarlo a los ojos era una tarea casi imposible. Sin embargo, ella se paró frente al bastón de espada que yacía en el suelo.

Recogerlo crearía una abertura. Las dos chicas probablemente estaban esperando eso. Ambas estaban tensos con sus espadas listas.

“Entonces, ¿de esto se trata esta misión, entonces, Aristella?”

“No lo es, Dexia. Aristella sugiere un retiro. Esto es probablemente un error”.

“¿Qué es un error…? En cualquier caso, no podremos escapar a menos que tratemos con ella”.

Estas chicas habían involucrado tranquilamente a Lilith y Selphy e incluso habían herido a Shax. Kuroka, naturalmente, no tenía la obligación de dejarlas escapar.

“¿Han terminado de hablar?”

Kuroka tranquilamente recuperó el aliento y dio un paso adelante. Ella no podía levantar la mirada más allá de los hombros de las chicas. Tenía que leer sus movimientos basados en el olor y la sensación en su piel.

“Samurái de la Escuela Adelhide, Kuroka Adelhide. Prepárate.”

Ella no se nombró a sí misma como parte de Azazel, ni eligió salir como el sujeto de Zagan. Ella eligió su nombre como el clan que estaba al lado del legendario Rey de Liucaon de ojos plateados.

Ella pisoteó su bastón de espada y voló en el aire. Y usando eso como una señal, la chica de la coraza balanceó su espada larga. Estaba fuera de alcance y, sin embargo, su espada se extendía.

Una espada de cadena. Había visto esta espada la última vez que habían peleado. Sin embargo, sus movimientos irregulares y su alcance no eran algo que uno pudiera captar a simple vista.

“¿Huh?”

La espada en cadena solo rozó ligeramente el flequillo de Kuroka. Era como si la espada la hubiera esquivado. Este fue el resultado de su mayor sentido de percepción que había ganado al perder la vista.

Mientras agarraba su bastón de espada como si nada hubiera pasado, la chica del vestido cargó como si dijera que a Kuroka definitivamente no se le permitiría sacar sus cuchillas. Sus cimitarras se cerraron sobre el torso y el cuello de Kuroka desde ambos lados.

“¿Qué-?”

El bastón de espada de Kuroka estaba perfectamente colocado en diagonal entre ambas cimitarras. Luego giró el bastón y repelió ambas espadas. Para cuando terminó, ya había terminado de sacar ambas cuchillas.

“Keehee, ella es como un derviche bailando. El movimiento utilizado para la defensa se conecta directamente al ataque”, dijo Gremory como un soplo.

La chica del vestido parada ante Kuroka palideció. “¡Maldita sea! ¡Aléjate de ella!”

La chica del peto una vez más balanceó su espada de cadena. Y, una vez más, parecía que esquivó a Kuroka por sí sola, pero las otras chicas usaron esa abertura para rodar por el suelo y escapar.

“Tch. Ella es fuerte. Mantengamos nuestra distancia, Aristella”.

Kuroka estaba armada con sus espadas cortas. Su alcance era limitado, por lo que luchar desde la distancia era una táctica ejemplar. Estas dos chicas no eran guerreras, eran brujas. No solo eso, sino que un ataque de ambos lados seguramente también sería capaz de hacer retroceder a Kuroka. Sin embargo, ese curso de acción fue inútil en este caso.

“¿Puedes esquivar esto?”

La espada en cadena dibujó un camino anormal en el aire literalmente como una serpiente. No importa cuánto sobresaliera al ver a través de los movimientos de la espada, esto no era algo que pudiera esquivar ya que la hoja se movía como si tuviera voluntad propia.

“¡Kuroka!”

Lilith gritó al ver la cuchilla desgarrarla. “¿Eh…?”

Pero la que sonó completamente atónita fue la chica que empuñaba la espada de cadena. Kuroka desapareció cuando la hoja la separó, y apareció otra Kuroka a cada lado de donde estaba. No era que hubiera dos Kurokas. Dio un paso a un lado y se balanceó de tal manera que su figura parecía multiplicarse como un espejismo.

“¿Que…? ¡Nunca he oído hablar de brujería como esta!”

“La Misty Night de la escuela Adelhide. Esto no es brujería, es un arte”.

Los pasos de Kuroka no produjeron sonido, y aunque ella se paró frente a ellas de esta manera, no pudieron sentir sus movimientos. Este fue un arte que imprimió una imagen secundaria en los ojos al moverse a un ritmo variable.

Este era un arte secreto que le llevó décadas de entrenamiento al talentoso samurái dominarlo, pero después de pasar por una vida turbulenta y recuperar la vista, Kuroka había llegado a esta habilidad a la tierna edad de dieciséis años.

Las dos chicas estaban rodeadas de innumerables imágenes posteriores de Kuroka antes de que lo supieran.

“Muy bien… Comencemos”.

Las muchas imágenes posteriores levantaron sus espadas cortas de una vez. Aunque solo había una Kuroka real, no existía ninguna técnica que pudiera identificar sus cuchillas reales.

“¡Agh!”

“¡Ugh!”

Sin embargo, estas chicas eran brujas con muchos años de experiencia en combate. Se pararon espalda con espalda y de una forma u otra lograron evitar heridas fatales.

“Dexia, pared”.

“¡Correcto!”

Saltaron del asedio de las imágenes secundarias mientras balanceaban sus espadas y lograron escapar de la Misty Night. Cargaron hacia una pared de ladrillo de aspecto robusto y presionaron sus espaldas contra ella. Con esto, solo tenían que concentrarse en lo que estaba frente a ellos. La chica que llevaba un peto luego cargó maná en sus ojos.

“Con esto, no podrás mirarme a los ojos, ¿verdad? ¡Mirada enredadora!”

Kuroka balanceó su mano derecha en el aire en el momento en que los ojos de la niña se volvieron dorados. Esta era la mano que estaba usando para presionar la herida de Shax. La sangre que cubría su mano voló por el aire y salpicó la cara de la niña.

“¡¿Gah?!”

Los hechiceros poderosos tenían muchas limitaciones para igualar su fuerza. La mirada entrelazada requería contacto visual directo precisamente por su potencial destructivo. Para decirlo de otra manera, no había necesidad de esquivarlo si la vista del taumaturgo estaba bloqueada. Y, con sangre en los ojos, esta chica era un objetivo simple e indefenso.

“¡Dexia!”

Cuando Kuroka levantó su espada por encima, la chica que llevaba un vestido saltó y empujó a la otra chica para cubrirla. La espada de Kuroka se detuvo por completo justo en la punta de la nariz de la niña.

“¡¿Qué estás haciendo, Aristella?! ¡Muévete!”

“De ninguna manera.”

Kuroka dejó escapar un suspiro mientras miraba a las dos chicas temblorosas. Luego golpeó a la chica del vestido en la nariz con todas sus fuerzas.

“¡Gwuh!”

“¡¿Aristella?!”

Kuroka ignoró a la niña que gritaba y la agarró del vestido por el cuello.

“… Realmente no creo que sea posible, pero ¿ustedes dos realmente creen algo tan conveniente como que no los maten a ustedes mismas aunque maten a otros?”

Kuroka solía ser un asesino del lado oscuro de la iglesia. Había matado a muchos hechiceros para cumplir el rencor de su pueblo. Ese fue el pecado que Kuroka tuvo que soportar por el resto de su vida. Sin embargo, ella nunca peleó mientras pensaba que no moriría.

Eso también debería haberse aplicado a Nephy cuando había dejado que mataran a su gente. Por eso Kuroka simpatizaba con ella y la respetaba.

Kuroka tenía el deseo de encontrar su fin en la batalla, pero el simple acto de robar las vidas de los demás también colocó la propia vida en la balanza. Por eso nunca pensó en vengarse de aquellos que le quitaron la vista.

Entonces, ¿qué era esta farsa ante ella? Matar gente sin considerar la muerte del otro era un pensamiento tonto que incluso los peores asesinos no albergaban. Esta vez fue la chica de la coraza la que cubría a la chica del vestido, que había caído al suelo.

“L-Lo siento. Lo siento. Ya no te atacaremos. Así que perdónanos”.

Kuroka la miró con desdén mientras la niña suplicaba despreciablemente por su vida.

¿Perdí con esta forma de oponente…? No tenían orgullo, ni elegancia, ni agallas, ni determinación. Incluso con todo su talento, realmente eran solo niños. Kuroka les dio la espalda y recogió su vaina.

“Te dejaré ir esta vez. No mataste al señor Shax, después de todo”.

La chica del vestido era perfectamente capaz de ensartar tanto a Shax como a Kuroka a la vez. La razón por la que se detuvo seguramente no fue simplemente porque estaba sacudida. Esta chica tenía suficientes dudas sobre lo que estaban haciendo al menos para dudar.

Kuroka prácticamente les escupió, y la niña en el peto apoyó a la otra niña con su hombro y se fue.

Kuroka luego se volvió hacia Shax y sus dos amigas de la infancia. “Lo siento. ¿Estabas asustado?”

“¡¿Lo siento?! ¡Eso es lo incorrecto que decir! ”

“¡Uwaaah! ¡Kurokaaa!”

Kuroka fue derribado por un ataque de embestida. “No seas tan imprudente. Pensé que ibas a morir.”

“Si. Tú también eres una niña, Kuroka”.

Kuroka no pudo hacer nada más que mirar con preocupación por haberlos preocupado tanto.

Shax luego extendió su mano.

“También me gustaría pedirle que reduzca tu imprudencia…”

“No quiero que me digan eso después de que hiciste algo aún más imprudente”. Ella resopló a un lado, pero todavía agarró su mano. “Pero… estoy feliz de que me hayas salvado”.

Kuroka finalmente pudo sonreír.

“Keeheehee, ¡lindo poder de amor! ¡Gracias por la comida!”

Aunque, la abuela haciendo un escándalo junto a ellos arruinó el momento.