Sekai Saikou no Ansatsusha (NL)

Volumen 2

Capitulo 16: El Asesino Lucha Contra Los Orcos

El sol se estaba hundiendo en el horizonte y todos estaban en sus lugares. Naoise, Tarte y Epona fueron la vanguardia.

Me asignaron como guardia del medio. Mi trabajo consistía en eliminar orcos con magia y luego apoyar a la vanguardia si algo salía mal. Dia estaba en la parte de atrás, enfocándose en hechizos a distancia.

Más atrás de ella, Rachel y el profesor Dune esperaban en reserva. Su función era ayudarnos si caíamos en una situación peligrosa y detener a los orcos que se abrían paso. También estaban listos para reemplazar a cualquiera que no pudiera continuar la batalla.

“Los orcos están aquí”.

Lo poco que podía ver a través de los huecos en el punto de estrangulamiento que Dia y yo habíamos creado estaba pintado de verde oscuro con la piel de los monstruos que se acercaban.

Se habían apostado soldados regulares sobre el barranco para compensar nuestra limitada visibilidad. Informarían sobre cualquier movimiento inusual.

Los gigantes de tres metros de altura  marcharon por el cañón. Los soldados dispararon flechas desde arriba, pero los orcos de piel gruesa no sufrieron heridas.

Tal como pretendíamos, los monstruos se ralentizaron por la masa de tierra que Dia y yo habíamos construido. Tan pronto como Dia y yo estuvimos seguros de eso, comenzamos nuestros encantamientos.

Terminamos nuestros hechizos en el momento en que los primeros orcos pasaron por la entrada. Ambos gritamos: “¡Crimson Explosion!”

Crimson Explosion fue el vigésimo hechizo de fuego otorgado por los dioses tras el uso repetido de la magia de fuego. La mayoría de los magos murieron antes de aprenderlo. Como era de esperar, fue muy poderoso.

Bolas de fuego del tamaño de pelotas de baloncesto volaron sobre la pared en  arcos  parabólicos,  aterrizaron  en  medio  de  la  horda  de  orcos  y explotaron. Las llamas rojas cobraron vida en medio del ejército de monstruos.

Un soldado que observaba desde arriba gritó: “¡Los hechizos causaron impacto! ¡Ocho enemigos han caído!”

Los orcos eran realmente duros. A pesar de ser magos de élite, Dia y yo solo eliminamos a cuatro orcos cada uno usando un hechizo avanzado.

Sin embargo, no tuvimos tiempo de desesperarnos. Nuestro papel como magos era usar la pared como escudo para lanzar tantos hechizos como pudiéramos. Cuantos más orcos elimináramos, más fácil lo tendría la vanguardia.

Por supuesto, el papel de la vanguardia era eliminar a los orcos que pasaban por la entrada. Estaban interceptando a los dos primeros orcos que lograron pasar en este momento.

Epona cargó contra uno de ellos. “¡Muere!”

Simplemente corrió hacia él y lo balanceó con el dorso de su puño. Su abdomen se onduló y luego se rompió. Su mitad superior se partió de su mitad inferior y salió volando, encajándose en la pared de tierra.

Epona no usó armas. Su fuerza inutilizó las armas porque no podían soportar la fuerza de sus ataques y terminaron rompiéndose.

“¡Vamos, Tarte!”

“¡Okay!”

Naoise y Tarte se enfrentaron al otro orco juntos. Fue un ataque improvisado, pero hábilmente atraparon al monstruo flanqueándolo. Mientras el orco no estaba seguro de qué hacer, Tarte le perforó un ojo con su lanza y Naoise cortó una mano con su espada afilada.

Eso fue habilidoso. Los orcos estaban protegidos por una piel y grasa gruesa, parecida a una armadura. Cualquier ataque normal no podría dañarlos.

A pesar de eso, Tarte le había sacado un ojo y Naoise cortó fácilmente la muñeca de la criatura, dejando un charco creciente de líquido rojo. A pesar de la pérdida de sangre, el orco continuó enfurecido hasta que colapsó menos de un minuto después y se enfrió.

Al ritmo que iban las cosas, podríamos derrotar a los orcos sin extendernos demasiado. Mientras usaran el camino que habíamos creado, no más de dos, como máximo tres, de los monstruos podrían atravesar a la vez. Epona, Naoise y Tarte podrían manejar tal cantidad sin problemas. Mientras se ocupaban de los orcos al frente, Dia y yo quemamos a los atrapados esperando en el punto de estrangulamiento.

Iba a ser una pelea intensa, pero nuestra victoria era inevitable. Todo lo que teníamos que hacer era mantener nuestro patrón actual. La única incertidumbre era si podríamos eliminar a todos los orcos antes de que nos quedáramos sin fuerzas.

Y así comenzó una prueba de resistencia.

***

Treinta minutos pasaron volando, pero nuestra pelea aún no había concluido. Algo se sintió inusual.

Ya deberíamos haber eliminado a más de cien orcos, pero el ataque no mostró signos de ceder.

El muro nos impidió ver la imagen completa, lo que nos obligó a confiar en los informes de los soldados de arriba a los lados del cañón.

Naoise gritó a los soldados, una rara frustración rompiendo su habitual comportamiento tranquilo. “¡¿Cuántos más de ellos puede haber?!”

“¡Según nuestra estimación, ciento veinte!” llegó la respuesta.

“¿Qué quieres decir? ¡Ya hemos matado al menos a un centenar de ellos!” Exclamó Naoise.

“Están recibiendo refuerzos de alguna parte”.

Un cincuenta extra ya había sido bastante malo, pero ahora había reservas considerables.

En total, la fuerza orca ascendió a doscientos veinte. Lo que es peor, no teníamos ninguna garantía de que el número se detuviera allí.

Setenta soldados adicionales es un número demasiado grande para que se hayan estado escondiendo en alguna parte… Tengo un mal presentimiento sobre esto. Deberíamos considerar la posibilidad de que haya un demonio con el poder de producir monstruos acechando cerca. Esto es malo.

“Lo siento, no creo que pueda durar más”.

Dia, pálida, cayó de rodillas. Ella se habría quedado sin maná.

No fue sorprendente. Había estado lanzando Crimson Explosion continuamente durante más de media hora.

Tarte también estaba en problemas. Sus movimientos estaban visiblemente más lentos.

Un orco la atacó con su garrote y ella no pudo esquivarla. “¡GAAAHHHHHH!”

Tarte apenas logró defenderse con su brazo izquierdo, pero su hueso se rompió con un chasquido y fue golpeada hacia atrás en el suelo. No parecía que pudiera volver a levantarse.

Un orco se volvió hacia Tarte y se acercó a ella. Iba a llevarla lejos. “¡¡¡Cerdo apestoso!!!”

Detuve mi encantamiento Crimson Explosion y corrí hacia ella. Cargué y usé mi impulso para girar en el aire, aterrizando con un golpe de palma que envió al orco a volar.

Fue el mismo movimiento que usé con el vicecomandante de la Guardia Real durante el examen de ingreso. Causó una explosión de maná y energía dentro del orco, abriendo un agujero a través de la criatura. Se desangró y murió.

A diferencia de la última vez que usé la maniobra, no me contuve. Esto provocó una explosión dentro del monstruo que me permitió ignorar su gruesa grasa y músculo.

“¡Lord Lugh!”

“Tarte, retrocede. Estoy tomando tu lugar en la vanguardia”.

“Todavía puedo luchar”.

“¡No, no puedes! Si puedes pararte, levántate y retírate”.

Tarte dejó de discutir. Sin duda, ella entendió que ahora era un obstáculo.

La había entrenado mejor para no fallar después de solo treinta minutos, pero probablemente todavía se estaba adaptando a su ojo Tuatha Dé. La había agotado.

Ocupé el lugar de Tarte en la vanguardia. Mientras cubría a Tarte detrás de mí, me volví hacia un orco.

Tarte luchó con todas sus fuerzas contra una aterradora serie de enemigos. Tendré que alabarla más tarde.

“Si te mudas aquí, ¿quién eliminará a los orcos en la parte de atrás?” preguntó Naoise.

“Si no peleo aquí, la vanguardia se derrumbará. Lo llenaré hasta que lleguen Rachel y el profesor.”

“Hemos estado luchando hasta el final. Ya es hora de que vengan y ocupen nuestro lugar”.

Las palabras de Naoise eran una broma, pero no podía negar que lo tenía difícil. Llevaba media hora luchando a la vanguardia.

Las cosas solo empeoraron a partir de ahí.

Dia, pálida y de rodillas, gritó: “¡Lugh, nuestra pared!”

“Supongo que ese fue todo el castigo que podría soportar”.

Los orcos atrapados fuera del barranco no habían estado esperando pacientemente en la fila. Todo el tiempo, habían estado tratando de romper nuestra barricada.

Eso por sí solo puede no haber sido suficiente para derribarlo. Desafortunadamente, Epona había debilitado sin saberlo la estructura de tierra con todos sus aplastamientos.

La batalla habría terminado antes de que el muro se derrumbara si el número de orcos no hubiera aumentado con respecto a la estimación original. La pelea se prolongaba más que Dia y yo había construido el muro para que durara. Fue sólo unos momentos antes de colapsar. Habíamos sido demasiado optimistas.

Los orcos se adentraron en la barricada. Se derrumbó, lo que nos permitió ver que el número de orcos no había cambiado en absoluto desde el comienzo de la batalla. Sin nada que los detuviera, los orcos cargaron seis a la vez.

Sabía que era una posibilidad, pero aun así fue un golpe aplastante para mi moral.

No teníamos ninguna posibilidad contra tantos orcos a la vez. Dia y Tarte también estaban fuera de servicio.

No podía permitirme contenerme. Si no usaba toda mi fuerza aquí, todos íbamos a morir. Agarré una de las Piedras Fahr que había traído como último recurso, y luego sucedió.

“Finalmente, una oportunidad de enfurecerme al contenido de mi corazón. Cada. Último. Uno de ustedes, malditos gusanos, es tan molesto. ¡¡Los voy a matar a todos!! ”

Una Epona enfurecida cargó contra la horda de orcos, lo que para la mayoría de la gente solo habría llevado a ser rodeada y golpeada hasta convertirla en pulpa. Sin embargo, simplemente arrojó a los monstruos a un lado mientras se reía.

La risa se sintió mucho más siniestra que jovial. Había una clara sed de sangre.

Esto fue lo que le sucedió a Epona cuando, como ella dijo, su visión se puso roja.

El rostro de Naoise se puso rígido y Tarte y Dia se encogieron de miedo. Sin prestar atención a nuestras miradas, la bestia salvaje que era el héroe comenzó a desgarrar a su presa.