Sekai Saikou no Ansatsusha (NL)

Volumen 2

Capitulo 17: El Asesino Falla

Epona no tuvo problemas para dominar a los orcos. Ella los golpeó más allá del reconocimiento con nada más que sus puños desnudos y la bola de fuego ocasional.

Esto no es una batalla, es una matanza unilateral.

Sin embargo, los orcos eran incapaces de conocer el miedo, por lo que continuaron arrojándose sobre Epona a pesar de su clara ventaja.

“Ah-ha-ha-ha, qué demonios, n-no hay forma de que sea de la misma especie que nosotros. ¿Por qué no hizo eso desde el principio? Epona habría estado bien sola. No había ninguna razón para que estuviéramos aquí”, dijo Naoise temblando, luchando por forzar las palabras.

Naoise me había visto luchar contra Epona en batallas simuladas muchas veces, pero esta era la primera vez que veía a Epona ponerse seria, y su fuerza imposible lo dejó temblando.

“Si, en serio. Podríamos haber enviado a Epona solo, y hubieran sido eliminados hace un tiempo sin necesidad de ninguna estrategia”, comenté.

“Parece que sabías que ella podía hacer esto de antemano. Si ese es el caso, entonces ¿por qué se te ocurrió todo esto?”

Naoise fue interrumpida por la cabeza de un orco que vino volando hacia nosotros como una bala a toda velocidad.

Fue solo por el maná extra que había puesto en mis ojos Tuatha Dé que pude evadir. Usé el mango de mi cuchillo para desviar la cabeza entrante, y terminó incrustado profundamente en la pared natural detrás de nosotros.

Si hubiera intentado atrapar eso, habría perdido un brazo. Por eso no había tenido más remedio que redirigir la cabeza cortada. Un golpe directo me habría herido gravemente, mago o no. La fuerza de Epona era tan grande que había enviado un cráneo a una velocidad letal.

“Esa es tu respuesta. Luchar contra los orcos es mucho menos aterrador que verse atrapado en una batalla con Epona. Quería evitar una situación en la que Epona tuviera que ponerse seria. No bajes la guardia”, le advertí.

“Solo quiero salir de aquí lo más rápido que pueda”, respondió Naoise.

“Incluso con Epona haciendo todo lo posible, desertar podría causar problemas. Si estuviera permitido correr, ya lo habría hecho”, admití.

Miré detrás de mí para ver a Dia y Tarte descansando en el suelo, ninguna en condiciones para defenderse. Hasta que esas dos estuvieran a salvo, tenía que protegerlas.

No importa cuán fuerte fuera Epona, no podía lidiar con tantos orcos a la vez. Algunos de ellos iban a pasarla. Esa era otra razón por la que no podía irme.

Hablando del diablo, aquí vienen algunos de los monstruos ahora.

Dos de las imponentes criaturas verdes se habían deslizado alrededor de Epona. Naoise y yo nos miramos, pero Epona se acercó antes de que pudiéramos interceptar a los orcos.

“¡Pedazo de mierda, cerdos! ¡¿Creen que pueden huir de mí?!”

Mana se reunió en su mano derecha. Sin un encantamiento, Epona lanzó una simple ráfaga de poder mágico a uno de los monstruos.

A los hechizos se les daba un tipo de forma de maná. La energía por sí sola no tenía mucho poder de ataque. Si usar simples explosiones de maná fuera un método de ataque efectivo, nadie se habría molestado con los hechizos debido al tiempo de encantamiento requerido.

Sin embargo, el ataque de Epona tenía una cantidad colosal de poder detrás, fortalecido aún más por todas sus habilidades de héroe de rango S.

“¡No!”

Esa explosión de maná estaba en camino de golpear directamente al orco. Desafortunadamente, Dia y Tarte estaban detrás de eso. El ataque de Epona consumiría al monstruo y luego continuaría y golpearía a Dia y Tarte. Debilitadas como estaban, no tenían esperanzas de esquivarlo.

Salté a un lado, poniéndome entre las chicas y el orco.

¿Debería usar toda la fuerza que he estado ocultando en la academia? Si hago eso, puedo bloquear esto sin sufrir ningún daño… No, puedo manejar esto sin hacer eso. 

Decidí seguir ocultando todo mi poder, incluso si corría el riesgo de lastimarme.

Reuniendo maná, endurecí mi ropa interior de tejido de monstruo. Eran de doble capa. Uno era capaz de endurecerse para resistir los ataques, mientras que el otro era blando para absorber cualquier impacto. Verter maná en el traje lo convirtió en la mejor defensa.

La explosión de Epona atravesó al orco tan fácilmente como había anticipado, y lo atrapé con la espalda.

Mis hombros se rompieron. Me preparé lo mejor que pude, pero aun así me enviaron volando por el aire.

En general, me lo había tomado bastante bien. Terminar con solo unos pocos huesos rotos después de detener un ataque del héroe era algo de lo que enorgullecerse. Mi Rapid Recovery curaría mis heridas en solo unos minutos. Sin embargo, necesitaba cambiar mi trayectoria. Me dirigía directamente a Dia y Tarte.

Giré el grupo de maná de Epona hacia el suelo y lo disparé, usándolo para cambiar mi dirección mientras volaba por el aire. Esto alteró mi caída lo suficiente como para no aterrizar sobre las chicas.

Desafortunadamente, definitivamente me iba a romper otro hueso o dos cuando cayera al suelo, pero no me importaba ese nivel de lesión.

“¡Lord Lugh!”

Tarte se levantó y corrió hacia adelante para atraparme, a pesar de su estado irregular y deficiente en maná.

Choqué contra ella, y ambos caímos al suelo a una distancia considerable. Cuando por fin nos detuvimos, Tarte estaba inconsciente y sangraba por la boca.

“¡Tarta!”

¡¿Por qué me atrapó?! Tenía que haber sabido que esto sucedería si me arrancaba del aire sin maná para fortalecerse.

Fue algo increíblemente insensato. Tarte solo lo había hecho porque quería protegerme. Ese era el tipo de persona que era.

Miré hacia arriba y encontré los ojos de Epona. Una expresión de miedo se formó en su rostro después de mirarme.

No se parecía en nada a la rabiosa de batalla de hace un momento. Estaba claro que estaba disminuyendo la velocidad, pero poco importaba. Los orcos no podrían ni siquiera arañarla, incluso si la atacaran con todo lo que tenían.

“Yo… yo, nunca tuve la intención… No fue mi intención…”, gimió Epona, rogándome que le creyera.

Entendí mucho. Me culpé a mí mismo más que a Epona. Sabía que esto podría suceder y había elaborado un plan que pensé que habría podido resolverlo.

También era lo suficientemente engreído como para creer que podía manejar esa explosión de maná mientras mantenía en secreto mi propio poder anormalmente alto. Esa arrogancia había sido lo que había dejado a Tarte colapsado en el suelo. Conociendo a Tarte, debería haber esperado que ella intentara ayudarme.

“Haré lo que pueda para eliminar a los que pasen. ¡Da la vuelta y lucha!” Finalmente me obligué a salir.

Realmente debería haber dicho algo como “No te preocupes por eso. Fue un accidente.” Sin embargo, no pude manejarlo. Ver a Tarte ensangrentada y golpeada me había dejado incapaz de pensar con claridad.

Si hubiera consolado a Epona ahora, habría sonado artificial. Así que eso fue todo lo que pude decir.

***

Después de otros quince minutos de lucha, los orcos  estaban todos muertos. Hecho nuestro trabajo, comenzamos a regresar a la academia.

Epona no estaba al mismo nivel después del incidente con Tarte, pero todavía estaba mucho más allá de todo lo que el ejército de orcos podría haber manejado. Más orcos pasaron junto a ella, pero el profesor Dune y Rachel finalmente intervinieron para ayudar.

Lo que me preocupó fue que tan pronto como Epona comenzó a usar todo su poder, el número de orcos disminuyó curiosamente.

Habían estado apareciendo infinitamente desde algún lugar desconocido hasta ese momento. Una vez más, tuve que considerar la posibilidad de que todo esto se hubiera organizado para evaluar las capacidades de Epona.

Tal vez sea un demonio tratando de aprender a qué se enfrentan y usar esa información para derribarla. Si asumimos que tiraron a la basura a tantos orcos como sacrificio, entonces, ¿qué tan grande es su verdadera fuerza de lucha?

Negué con la cabeza. Este no era el momento de pensar en esas cosas. El tratamiento de Tarte tenía que ser lo primero.

“Lugh, ¿Tarte estará bien?” Dia preguntó preocupada.

“Ella estará bien. Tiene algunos moretones, fracturas de huesos y rasguños, pero puedo curar todo eso”.

“Gracias a dios. Estaba preocupada por lo lejos que voló por el aire”.

Teníamos un médico de guerra con nosotros en el carruaje, pero yo era más hábil, así que me encargué del tratamiento de Tarte. Después de ocuparme de cualquier cosa que requiriera atención inmediata, usé mi maná para fortalecer su autocuración.

“La tez de Tarte se ve mucho mejor”, observó Dia. “Sí, ya no hay necesidad de preocuparse”, respondí. Le di unas palmaditas en la cabeza a Tarte.

Entonces se abrió la cortina que separaba la cama de los otros asientos.

“Um, yo… necesito disculparme”, dijo Epona, evitando mis ojos todo el tiempo.

“… Fue una batalla muy intensa. No fue tu culpa”, le aseguré.

Habiendo resuelto mis sentimientos, finalmente le dije a Epona que no estaba molesto con ella.

“Pero yo… yo realmente lastimé a Tarte”, protestó el héroe. “Si te disculpas, Tarte te perdonará”.

“Eso espero. Um, perdón por lastimarte también, Lugh. Dejé que sucediera de nuevo. Cada vez que peleo en un campo de batalla, mi visión se pone roja, y luego empiezo a enfurecerme, y antes de darme cuenta, lastimé a todos, así que, entonces… ”

A Epona le temblaban los puños.

“Quería cambiar. Quería volverme lo suficientemente fuerte como para mantener la cabeza despejada incluso en ese estado salvaje. Después de que nadie resultó herido durante nuestras batallas simuladas, pensé que las cosas estarían bien hoy, pero efectivamente, sucedió de nuevo…”

He estado ayudando a Epona desde esa promesa durante el Festival de la Academia después de que ella se abrió conmigo. Cada vez que una de nuestras sesiones de sparring terminaba de manera segura, Epona se sentía un poco más confiada.

“Además, pensé que podrías detenerme si perdía el control. Ah-ja-ja, supongo que eso suponía demasiado. Yo también lo lamento. Realmente no estoy hecho para ser el héroe”.

Con ese comentario final, Epona regresó a su asiento. Dia soltó una risa tensa.

“No parece una chica mala. Ella también piensa muy bien de ti”.

“Si.”

… Ella pensó que podría detenerla.

Pensé en lo que Epona y yo habíamos hablado durante el Mercado de la Academia. Había jurado no morir a su lado y que la detendría si alguna vez perdía el control. Desafortunadamente, había fallado. Había elegido ocultar toda mi fuerza y casi sucedió algo terrible.

“Dia, ¿crees que debería disculparme con Epona? No dije nada demasiado duro, pero dejé que mi frustración por no poder proteger a Tarte afectara mi actitud. La miré después de que Tarte perdió el conocimiento”, dije.

“El Lugh que conozco se disculparía”, respondió Dia de inmediato. “Estás bien. Me disculparé una vez que se haya calmado”.

Sabía todo el tiempo que estaba equivocado aquí. Parecía que tenía margen de mejora. Me había vuelto más humano en mi segunda vida, pero eso había permitido que la inmadurez afectara mi comportamiento.

Necesito concentrarme en una cosa a la vez.

“Debería decirle a Tarte que lo siento también”, pensé en voz alta.

“Si lo sientes por ella, un beso hará el truco, ¿sabes? Eso será todo lo que se necesita para ponerla de buen humor”, comentó Dia.

“Estás bien. Eso es lo que haré “, decidí.

“Eh, lo dije en serio como una broma, ¡¿pero te lo tomaste en serio?! No dudó en absoluto allí, ¿verdad? ¡¿Tarte y tú ya se han estado besando?!” Dijo Dia.

“… No, no lo hemos hecho”.

Esos besos para reponer maná eran un secreto.

“No es justo; tú también deberías besarme. No me has besado en absoluto recientemente, Lugh”.

Durante el resto del viaje de regreso a la academia, Dia me preguntó hasta dónde habíamos llegado Tarte y yo. Tarte se despertó después de que llegamos, y antes de que pudiera expresarle mi remordimiento, se disculpó fervientemente conmigo.

Incluso rechazó mi oferta para compensarla. Siendo ese el caso, decidí darle un regalo sorpresa después de una semana o dos.

También tuve que buscar a Epona y decirle que lo sentía mañana a primera hora. Cuanto antes se solucione ese tipo de cosas, mejor.