Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 14

Capítulo 3: Colmillo Del Vengador

Parte 5

Esa noche, Lucius y Reiss regresaron al castillo de Proxia con la Segunda Princesa Estelle. Renji, que aún estaba inconsciente, fue llevado al castillo real por la princesa Sylvie.

Lucius se encerró en su habitación y se sentó junto a la ventana para mirar algunos documentos. Estos eran informes sobre Rio que Reiss le había entregado para leer mientras iba a hablar con Nidoll. Lucius releía los informes una y otra vez para buscar información que pudiera usar.

“Lamento haberte hecho esperar.”

Reiss había arreglado sus asuntos con Nidoll y llegó a la habitación de Lucius. Se detuvo tan pronto como entró en la habitación y vio a Lucius sentado junto a la ventana.

“Alguien en el castillo usó un cristal de teletransportación”, dijo Lucius sin apartar la vista de los informes. Hace poco tiempo había detectado la oda dispersa y el maná característicos de la hechicería espacial.

“Impresionante. Arein, Lucci y Ven se fueron por un trabajo. Les pedí que se dirigieran a Rodania en el Reino de Beltrum”.

Lucius levantó la cabeza por primera vez y miró a Reiss con dureza. “¿Qué estás planeando ahora?”

“Parece que todavía no confías en mí. No hubo intrigas, los envié a los tres a buscar la ubicación de tu compañero predestinado, el Caballero Negro. Les entregué los informes con toda la información sobre él, enviando a mis subordinados utilizando preciosos cristales de teletransporte que no pueden producirse en masa solo para recopilar información. Ya es hora de que confíes un poco en mí”.

“Eso depende de lo que diga a continuación. Dijiste que prepararías el escenario para que yo luchara solo contra ese bastardo de Río si iba contigo al Reino de Rubia, ¿verdad?”

“De hecho, no tengo ninguna intención de romper esa promesa”. Reiss asintió sin dudarlo.

“Pero hoy interferiste con el final de mi pelea con ese mocoso”. Lucius recordó el momento en que intervino la princesa Sylvie.

“La que interfirió fue la princesa Sylvie y no yo”.

“No esquives el punto. Hubieras podido detener a esa mujer”.

“No lo niego. Sin embargo, te informé antes de entrar en ese reino que intervendría si ibas demasiado lejos. Permití que la princesa Sylvie actuara porque tus acciones descuidadas podrían haber acorralado al héroe hasta el punto de despertar”.

“… ¿Qué piensas hacer durante mi pelea con Rio, entonces? Incluso si preparas un escenario para que luche contra el bastardo, ¿interferirás mientras estoy en medio de una pelea con él?” Incluso si el propio Reiss no interfiriera en la pelea, fácilmente podría permitir que alguien más lo hiciera como lo había hecho con Sylvie. Lucius desconfiaba de eso.

“Como dije antes, te prepararé un escenario en el que nadie pueda interferir en absoluto”.

“Pero crees que perderé si tengo una revancha con él”. Eso era lo que más disgustaba a Lucius. También era la base de su sospecha de que Reiss interferiría.

“… Lo admito, creo que estás en desventaja. Sin embargo, mientras sea humano, debería tener tantas oportunidades como necesites. Creo haber dicho esto: si me ayudas en mis asuntos en el Reino de Rubia, te explicaré todo mi plan. Lo mencioné antes de que pelearas contra Renji también, pero estoy seguro de que será de tu agrado”.

“Entonces, escuchémoslo”. “Por supuesto.”

“Pero primero, quiero confirmar algo”.

“Lo que desees,” Reiss asintió con la cabeza y se encogió de hombros.

“Ya conoces la ubicación de Río, ¿no?” Preguntó Lucius, yendo directo al grano.

“No, me temo que no sé su ubicación precisa… Él es capaz de volar libremente por el cielo, como sabes. También se mueve a una velocidad extraordinaria”, dijo Reiss sin pestañear, su explicación era la misma de siempre.

“Así que no sabes la ubicación del bastardo, pero dices que puedes preparar el escenario para una batalla por mí. Si terminas diciendo algo malo, actuaré solo. No seguiré más con tu demora”, dijo Lucius amenazadoramente.

“Entiendo. Sin embargo, me gustaría que escuchara mi explicación de por qué este tiempo de espera no es una pérdida. Si puedes comprender mi razonamiento, espero que estés dispuesto a esperar hasta que llegue el momento adecuado. Si insiste en apresurarse hacia su muerte, cancelaré los arreglos yo mismo”. Reiss sonó extrañamente seria por una vez.

Los dos se miraron el uno al otro.

“… Bien,” Lucius asintió sin romper el contacto visual.

“Entonces, para mi explicación: como seguro para el peor de los casos, estoy pensando en secuestrar a las personas cercanas al Caballero Negro. Una vez que tenga ese seguro, puedo prometer que no pondré un dedo en tu pelea con él “, explicó Reiss.

“Ya veo. Es posible que también sepan dónde está Rio. No es una mala idea”. Por supuesto, Lucius también había considerado obtener un rehén.

“Sin embargo, es más fácil decirlo que hacerlo. Hay un problema con este plan”.

“No hay duda.” La respuesta de Lucius fue inmediata. Sabía que Reiss no era tan tonto como para dejar pasar una oportunidad con éxito garantizado. En este sentido, confiaba en él por completo.

“Identifiqué a varios candidatos que podrían ser asegurados como rehenes y los ubiqué. Como puede haber visto en los documentos sobre el Caballero Negro, los candidatos son poderosos ellos mismos o tienen personas poderosas a su alrededor… Ha sido un desafío encontrar una marca fácil de agarrar.

Si me equivoco, lo convertiré en un enemigo en el futuro, por lo que el único momento en que puedo actuar es cuando esté seguro de mi éxito. Por eso me gustaría su cooperación para asegurar a los rehenes”, dijo Reiss con un suspiro dramático.

“… ¿Quién es el objetivo?”

“La primera candidata es Celia Claire. Como sabes, ella era su antigua maestra en la Academia Beltrum cuando él asistía. Actualmente está afiliada a la Restauración de Rodania. Dicho esto, no puedo imaginar que el Caballero Negro la deje completamente indefensa, por lo que existe una alta posibilidad de que su espíritu contractual actúe como su guardia… Incluso entonces, probablemente ella sería el mejor objetivo”.

“¿Por qué razón? ¿No tiene su espíritu de contrato una buena cantidad de fuerza oculta? ”

“La razón es clara y simple: las mujeres indefensas son los mejores rehenes, ¿no? Y no importa cuán fuerte sea ese espíritu humanoide, hay un límite a lo que se puede manejar solo. Hay muchas formas de lidiar con un espíritu agobiado por un obstáculo”.

“…Ya veo.” Aunque débil, Lucius mostró una sonrisa de satisfacción por primera vez.

“Su espíritu de contrato es amenazador, pero mientras nada más se interponga, los dos deberíamos poder hacerlo; deberíamos poder secuestrar a Celia. Ella también sería una buena moneda de cambio político en el futuro”, dijo Reiss con una sonrisa torcida.

“Hah, tú mismo eres un bastardo codicioso”, se burló Lucius, viendo a través de él.

“Si no ganara algo también, no me creerías de todos modos”, dijo Reiss, entendiendo bien a Lucius.

“Bueno sí…”

“¿Qué te parece? Me disculparé por darnos aires sobre un medio tan sencillo, pero creo que los rehenes son un método que también disfrutas usar. Mientras haya un rehén, no habrá necesidad de temer mi interferencia. No es una mala idea; de hecho, creo que es una sugerencia muy razonable…”

“…Bien. Tomaremos un rehén”. Aunque tenía una pizca de disgusto en su rostro, Lucius asintió.

“Excelente.” Las comisuras de la boca de Reiss se levantaron.

“Hmph. ¿Cuándo planeas seguir adelante con esto?” Lucius resopló y preguntó.

“Es poco tiempo de aviso, pero dentro de dos días. Por eso mandé a Arein y a los demás por adelantado. Deben pasar un día recopilando información sobre Celia Claire, y si la situación parece favorable, seguiremos adelante con el plan”.

“Parece que todo ha sido planeado de principio a fin. Exactamente como lo quieres”. El ceño fruncido de Lucius hablaba de su descontento hacia eso.

“Me estás sobreestimando allí. Después de todo, he tenido errores de cálculo consecutivos con respecto al Caballero Negro. Vaya, ocurrió un nuevo error de cálculo justo cuando estábamos ausentes del castillo…” se lamentó Reiss.

“Oí que un intruso se coló en el castillo anoche. Y que lucharon contra ese Nidoll y escaparon”, dijo Lucius de repente.

“… ¿Oh? Ya lo sabes. Nidoll dijo que hizo un pedido de mordaza sobre el tema, así que estaba pensando en informarte como una señal de nuestra colaboración”. Los ojos de Reiss se abrieron con aparente sorpresa.

“No te hagas el tonto. Predijiste que Rio también vendría a este castillo,

¿no es así? Aunque dijiste que no sabías su ubicación en este momento…” Lucius lo cuestionó con énfasis en sus palabras.

“Lo primero fue un error de cálculo. Probablemente tomó en cuenta mi posición como embajador del Imperio Proxia y se coló aquí sospechando mi conexión contigo,” declaró Reiss con una expresión indiferente.

Lucius sabía que Reiss estaba en contacto regular con la capital imperial. Probablemente recibió la noticia de que Rio había invadido el castillo antes de decidir regresar en este momento.

“… Entonces, ¿qué pasa con este último?”

Suponiendo que le mentirían de todos modos, Lucius no se entrometió más en lo primero. No estaba satisfecho, pero era una mejor idea guardar silencio sobre eso aquí.

“No te mentí. En la actualidad, desconozco su ubicación precisa. Sin embargo, gracias a la agudeza de Nidoll de improviso, tengo una idea de su destino”.

“¿Dónde está?” Lucius preguntó de inmediato con odio ardiendo en sus ojos.

“No tienes que mirarme con esos ojos terroríficos; no esconderé nada en este momento. Se dirige al Príncipe Duran en el Reino de Paladia, ya que Nidoll recibió información de que estabas trabajando allí recientemente”.

“Paladia, eh… No está mal. Finalmente algo de suerte de nuestro lado”. Lucius sonrió levemente ante la pista que finalmente recibió sobre el paradero de Rio.

“Y entonces, me dirigiré al Reino de Paladia ahora para preparar al Príncipe Durán para el contacto con él. Haré que el príncipe Duran lo guíe hacia un lugar específico, por lo que debe quedarse aquí y conservar su energía. Regresare pronto. Si desaparece sin previo aviso en el futuro, consideraré que nuestra asociación de colaboración ha terminado, así que no intente nada extraño”, enfatizó Reiss. Probablemente no tenía intención de decirle a Lucius dónde específicamente en Paladia iban a llevar a cabo su pelea, como una cuestión de seguridad.

“Hmph.” Lucius resopló descontento por la orden de esperar.

“La prisa invitará a cometer errores. Estoy seguro de que te sientes impaciente al saber que se dirige a Paladia, pero asegurar a los rehenes es lo primero. Necesitamos confirmar la situación de Celia Claire en Rodania y la presencia del espíritu humanoide, así que espera un día más. Hubiera preferido pasar varios días observándola, así que ya he adelantado las cosas por tu bien”, dijo Reiss con un suspiro, sintiendo el disgusto de Lucius.

“Sal de mi vista y ve a donde deberías ir”, escupió Lucius con veneno. Agitó la mano como si estuviera ahuyentando un insecto irritante.

“Entendido.” Reiss se encogió de hombros preocupada y se dio la vuelta, saliendo por la puerta.

“Bastardo arrogante… No sabes nada”, murmuró Lucius para sí mismo en la habitación vacía, levantándose para abrir la puerta que conducía a su dormitorio. Luego llamó a los tres hombres que esperaban adentro. “Oye. Arein, Lucci, Ven. ”

Las tres personas que Reiss pensó que había enviado a Rodania estaban aquí. Técnicamente, eran los subordinados de Lucius en los Leones

Celestiales, pero en la actualidad estaban siendo prestados a Reiss como agentes del Imperio de Proxia.

“Estaba tan ansioso por que Reiss se diera cuenta. Eso fue malo para mi corazón”, dijo Arein con una sonrisa forzada, exudando un sudor frío.

“Ni siquiera Reiss se daría cuenta de que las coordenadas de los cristales de teletransportación que usaste condujeron a mi habitación. Usarlos de su stock fue el movimiento correcto”, se rio Lucius. Dado que se requería un artefacto mágico para establecer las coordenadas de destino en los cristales de teletransportación, los cristales y los artefactos debían venir en un conjunto.

Además de eso, también había artefactos mágicos que creaban barreras que impedían la detección de la oda y la fluctuación de maná de la teletransportación. Lucius usó tal artefacto para invitar a Arein y los demás a su habitación sin el aviso de Reiss.

“Pero nuestras existencias restantes son realmente bajas ahora. Reiss ha estado manejando cuidadosamente los cristales de teletransportación y los artefactos coordinados”, dijo Ven.

“Dime cuántos te quedan, incluidos los que robamos”, ordenó Lucius, tomando un mapa de la región de Strahl de su estante y extendiéndolo sobre su cama.

“Un cristal de teletransportación que Reiss nos dio para ir a Rodania hace un momento. Uno que conduce a la capital del Reino de Galarc. Uno a un bosque en el  este de Beltrum donde nos  escondimos para recopilar información. Luego hay siete juegos de cristales de teletransportación gratuitos que nos hemos guardado de nuestras misiones hasta ahora “. Ven sacó pequeñas bolsas de cristales de teletransportación del bolsillo de su pecho, colocando cada uno en el mapa en el punto de destino etiquetado en las bolsas. Dejó las siete bolsas con los cristales de destino libre en la parte superior de la capital imperial donde estaban actualmente.

“… Tengo dos cristales de teletransportación a donde me escondía en el Reino de Paladia, y uno a la capital real allí”.

Lucius sacó dos bolsas de cristales de teletransportación y las colocó en el mapa también.

“¿Le darás el salto a Reiss con esto, Capitán?” Preguntó Lucci.

“Lo estoy considerando. Mientras podamos asegurar un rehén diferente para Reiss al día siguiente, cualquier cosa funciona. El problema es si queda alguna mujer con potencial de rehén en la que no haya puesto sus ojos…”, dijo Lucius, mirando los documentos sobre Río.

Los periódicos tenían el pasado de Rio y las relaciones humanas registradas en él, detallando cómo el antiguo huérfano de los barrios marginales había obtenido nuevas personas preciosas para él y vivía feliz. Era realmente un informe que lo enfurecía cuanto más leía, pero por eso precisamente lo examinó cuidadosamente de cabo a rabo.

Las personas que estaban profundamente relacionadas con Río fueron anotadas con sus nombres y detalles, pero aparte de Celia, no se conocía ninguna de sus ubicaciones. Las siguientes personas más conocidas con él también estaban en la lista, pero sus ubicaciones estaban fuera del alcance de los cristales o protegidas de forma demasiado segura dentro de un castillo.

¿Deberíamos agarrar al héroe en el castillo de Galarc? Pero con los ojos de Reiss en mí, no puedo irme.

Los que realmente estarían secuestrando eran Arein y los demás. Todos eran excelentes luchadores entrenados personalmente por el mismo Lucius, pero no había garantía de que pudieran colarse con éxito en un castillo y enfrentarse a un héroe a la par con Renji como mínimo. Si fracasaban, podían correr el riesgo de ser capturados.

“… ¿Quizás podríamos simplemente agarrar a las hermanas Beltrum?” Murmuró Lucius, mirando los documentos de nuevo. El informe señaló la relación entre Rio y las hermanas reales: que Rio asistió a la Real Academia de Beltrum hace años, cómo fue tratado allí, etc.

No sé sobre la mayor, pero la más joven ya demostró tener valor como rehén cuando peleamos en Amande.

Lucius miró el texto sobre Rio y las hermanas reales mientras recordaba la batalla de Amande con una mueca de desprecio.

En ese entonces, Rio definitivamente había tratado de proteger a Flora. En otras palabras, incluso si Rio tuviera un pasado desagradable con ellas, aún podrían ser utilizadas como rehenes.

Gracias a este ojo izquierdo, puedo mover distancias cortas más fácilmente que antes, pero todavía no puedo subestimar la movilidad de ese bastardo en distancias cortas a velocidades instantáneas. Tendré que inmovilizarlo con rehenes para sellar su movimiento. Estará bien siempre que tenga una carga de su lado. Le mostraré cómo es obtener el poder para proteger a otros sin poder usarlo. Eso lo enfurecerá.

Era un vengador, pero se rodeaba de personas preciosas para él. Trató de proteger a extraños irrelevantes. ¿Qué razón tenía para hacer eso?

¿Estaba un humano que buscaba venganza realmente tratando de mantener un alto sentido de la ética al mismo tiempo? Si alguien con esas impurezas realmente viniera a matarlo, Lucius se reiría. Entonces, estaría realmente cabreado.

Eso fue puro engaño. Fue hipocresía, obra de un tonto. Sacrificarse para proteger a los débiles era impensable. No debería suceder.

No había nada que ganar manteniendo ese comportamiento. Solo habría cosas que perder. Alguien nacido en los suburbios que elige el camino de la venganza debería saberlo bien, pero Rio estaba tratando de mantener su apariencia. Eso fue algo extremadamente desagradable. Incluso repugnante.

El rostro de Rio: los ojos de Rio cuando apareció en Amande en busca de venganza eran inolvidables, incluso ahora. Esa actitud que reprimió el odio para seguir siendo racional…

Tú y yo somos pájaros de la misma pluma.

Por eso expondría ese asqueroso carácter de Rio y le haría sentir la desesperación. Además de eso, arrastraría el cuerpo medio muerto de Rio ante su preciosa gente y se los robaría.

Esa sería la represalia de Lucius hacia Rio. Tomaría rehenes para atrapar a Rio, pero no dejaría que nadie más se interpusiera en su camino.

Tomaré un rehén. Pero nunca dije que lo haría en colaboración contigo, Reiss. Te dije que ese bastardo era mi presa. Tomaré un rehén por mi propia voluntad, pero nadie dijo que usaría el rehén que preparaste.

No había ninguna bestia que cazara presa colocada completamente preparada ante ellos. Por lo menos, Lucius no lo aceptaría. Era un asunto diferente cuando se movía por su propia voluntad, pero no podía soportar que otros lo usaran. La única razón por la que se había movido de acuerdo con las órdenes de Reiss hasta ahora era encontrar la ubicación de Rio.

Después de eso, Lucius pasó algún tiempo mirando los documentos con rostro serio. Arein y los demás observaron en silencio.

Una vez que hubo organizado sus pensamientos, Lucius abrió la boca y dijo: “Reiss se dirige a Duran en el Reino de Paladia en este momento. No puedo moverme de este castillo. Para poder saltar sobre él, tendrán que moverse por mí”.

“Como desees,” los tres asintieron con una amplia sonrisa.

“Primero, las candidatas a rehenes son las hermanas reales de Beltrum. Las enviarás a mi escondite en el bosque de Paladia. Ni siquiera Reiss sabe de esa ubicación precisa, será perfecta para burlarlo”, se rio Lucius con desprecio. “Ven, te diriges a Rodania inmediatamente después de esto y hueles dónde están los hermanas mañana por la noche. Toma un cristal de teletransportación gratis y establece las coordenadas antes de regresar”.

“Entendido.” Ven tomó la bolsa con el cristal que conducía a Rodania y una de las bolsas de cristal de destino gratuitas.

“Entonces, ¿qué deberíamos hacer Arein y yo?” Lucci preguntó con una sonrisa emocionada.

“Una vez que haya confirmado el regreso de Reiss, Lucci irá a la capital de Paladia. Compra suficientes suministros para que las princesas no caigan muertas, luego teletransportate al bosque y abastece la cabaña. Vuelve aquí mañana por la noche.

“Entiendo.”

“Arein, irás con Lucci a la capital de Paladia. Sin embargo, se moverán por separado una vez que lleguen allí. Ponte en contacto con el primer príncipe Durán como mi mensajero; dile que actúe como si estuviera siguiendo las instrucciones de Reiss mientras que en realidad sigue las mías. Duran será el mensajero que atraiga al bastardo al bosque. Regrese mañana por la noche.”

“Entendido.”

Lucius disparó sus órdenes una tras otra. Lucci y Arein recogieron cada uno los respectivos cristales de teletransportación que necesitaban.

“Una vez que haya terminado con su negocio, irán todos juntos a Rodania. Para  que  parezca  que  estás  siguiendo  las  órdenes  de  Reiss,  claro.

Jugaremos lo que sea que siga a eso de oído, pero dentro de dos días, encontraré un momento para dejar a Reiss e ir a Paladia. Antes de que eso suceda, ustedes tienen que secuestrar a las princesas y regresar a Rodania sin el aviso de Reiss”.

“¿Dejamos a las hermanas reales en el bosque después de secuestrarlas?” Preguntó Lucci.

“Sí. Si asignara a uno de ustedes como guardia, Reiss notaría su ausencia y sospecharía de nuestros movimientos. Con nuestra falta de personal, tendré que ser yo quien recupere a las princesas después de que lo engañe. Si Reiss trata de sacudirte para obtener respuestas, finge que no sabes nada y haz que funcione a mi favor. Incluso podrías ver su expresión de pánico, ¿sabes?”

Lucius no podría ver esa cara. Sin embargo, solo imaginarlo fue suficiente para enviar las comisuras de su boca hacia arriba alegremente.