Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 14

Capítulo 3: Colmillo Del Vengador

Parte 1

Habían pasado varios meses desde la llegada de Renji. Nunca regresó a la aldea de Rhea en el Reino de Vilkis después de ese incidente, sino que actuó como un aventurero en el Reino de Rubia.

Para que conste, el gremio de aventureros era una organización internacional establecida y encomendada por cada nación. El propósito original de su establecimiento era forzar una parte de la ingobernable defensa del reino a aquellos socialmente no aptos para trabajos adecuados, de modo que el reino pudiera administrarlos indirectamente y utilizarlos efectivamente como fuerza laboral.

Por supuesto, era prácticamente una organización internacional solo de nombre. La sede de la organización existía en forma, pero no existía una base dotada de dicha función, y la gestión la realizaban  de manera prácticamente independiente las filiales en la capital de cada reino. Esto se debió a que se envió a los funcionarios de cada reino para supervisar las operaciones de la sucursal, por lo que no podían cruzar las fronteras del reino.

Además, para convertirse en un aventurero, se requería el registro en la sede o sucursal, cada uno con sus propios méritos y deméritos. Por ejemplo, pertenecer a una sucursal restringió las actividades bajo la jurisdicción de otras sucursales (en este sentido, pertenecer a la sede le dio a uno la libertad de actuar en todas las sucursales, pero el apoyo de las sucursales regionales fue más débil).

Renji pertenecía a una rama regional del Reino de Rubia. Al principio, su personalidad descarada además de su pequeña estatura y apariencia joven hizo que los otros aventureros a su alrededor lo trataran con desprecio y agresividad.

Sin embargo, le dio la vuelta a cada aventurero que se peleó con él independientemente de su rango, completando solicitudes de subyugación muy difíciles por sí mismo hasta que, finalmente, todos lo dejaron solo por miedo.

En cambio, ganó fama como el novato de más rápido ascenso en la historia, obteniendo apodos como “Aloof1” de sus actividades en solitario o “Emperador de Hielo” de su poderosa espada encantada de hielo (el nombre genérico de las armas con hechicería antigua).

Su nombre incluso se extendió al castillo real, llegando a oídos de la Princesa Caballero, la primera princesa Sylvie Rubia. Ella personalmente invitó a Renji al castillo para juzgar sus habilidades, peleando con él antes de buscarlo como un caballero personal.

“No tengo ninguna intención de trabajar debajo de nadie. La realeza y la nobleza están especialmente fuera de discusión”.

Renji rechazó descaradamente la oferta de Sylvie de convertirse en caballero, pero el descaro en su respuesta mostró su falta de comprensión del mundo. Esto captó el favor de Sylvie, por lo que formaron una amistad en lugar de una relación de amo y sirviente.

“Oye, es Aloof”.

Simplemente por aparecer en el gremio de aventureros en la capital del Reino de Rubia, los aventureros en el vestíbulo se agitaron ruidosamente. Entre ellos había algunas miradas de fuerte envidia y odio.

“Hmph.” Sin embargo, Renji atravesó esas miradas con una sonrisa fría mientras se dirigía al mostrador. No le disgustaba que lo miraran con envidia. No se sentía mal que lo llamaran Aloof y Emperador de Hielo; después de todo, se había estado comportando exactamente como tal.

Habiendo olvidado los eventos de la aldea, no, para evitar recordar los eventos que habían ocurrido en la aldea, Renji continuó disfrutando de su nueva vida como aventurero al máximo.

***

Así era la vida de Renji en el otro mundo antes de que todo cambiara. Fue el día después de que Rio tuvo su feroz batalla con Nidoll en el Castillo Proxia, dos días antes de que Christina y Flora desaparecieran de la aeronave encantada. La primera princesa, Sylvie Rubia, estaba visitando la costosa habitación de la posada que Renji había alquilado a escondidas.

“Cuánto tiempo sin verte, Renji.” Sylvie se sentó en el sofá frente a Renji y sonrió.

“¿Estás segura de esto? Incluso si viniste en secreto, todavía estás visitando una posada como esta”, preguntó Renji con una sonrisa.

“Seguro que tienes agallas para llamar a la posada de mayor calidad de este reino ‘una posada como esta’.”

“Todavía no es un lugar que una princesa pueda visitar de manera tan casual, ¿verdad?”

“¿No querías que viniera?”

“Nada de ese tipo. No puedo darte una recepción adecuada”.

“¿Oh? Me sorprende que comprenda el concepto de dar la bienvenida a sus invitados”, dijo Sylvie alegremente.

“¿Quién te crees que soy? Bueno lo que sea. No he visto tu cara últimamente, así que casualmente me preguntaba qué habías estado haciendo también”. Renji suspiró cansado mientras le preguntaba sobre los recientes desarrollos de Sylvie.

“No hace mucho, hubo un banquete en el Reino de Galarc donde se habían reunido los héroes de cada nación. Estuve un tiempo fuera de la capital porque me habían invitado como representante de este reino. Luego hubo varias cosas con las que lidiar una vez que regresé, también”, respondió Sylvie, su cansancio se mostraba débilmente en su rostro.

“¿Conociste a los héroes de cada nación…?” Preguntó Renji.

“Si. Hablé un poco con ellos “, respondió Sylvie mientras miraba el rostro de Renji.

“¿Cómo eran ellos?”

Los rumores de que se habían convocado héroes en la región de Strahl también habían llegado al Reino de Rubia, del que Renji ya estaba al tanto. Todavía tenía que confiarle a nadie su condición de héroe, pero parecía estar interesado en los otros héroes.

“… Eran chicos y chicas de la misma edad que tú y yo”, respondió Sylvie simplemente después de una breve pausa.

“Ya veo… Aparte de eso, ¿Estelle ha estado bien?”

Renji parecía sentirse incómodo por ocultar su propio estatus de héroe, por lo que no hizo más preguntas sobre ellos. En cambio, cambió el tema a la hermana pequeña de Sylvie, la segunda princesa Estelle. La última vez que lo invitaron al castillo, Renji había pasado algún tiempo interactuando con Estelle. En contraste con Sylvie, una dama valiente conocida como la

Princesa Caballero, su hermana menor era una niña modesta y de modales apacibles. Fue por esto que a menudo se decía que tenían personalidades opuestas para las hermanas.

“… Estelle se está recuperando ahora mismo”. Una sombra cayó sobre el rostro de Sylvie mientras hablaba.

Es un asunto confidencial del reino. No puedo decirle que la tomaron como rehén como herramienta para la diplomacia, era lo que pensaba Sylvie.

“¿Está ella enferma?”

“Bueno, algo por el estilo”.

“Si necesita hierbas medicinales, puedo ir a buscarlas”.

“No, está bien. Debería recuperarse con el tiempo, así que no te preocupes. Definitivamente podrá volver a verte algún día. Cuando llegue ese día, llevémosla a esta posada”, dijo Sylvie con una sonrisa para suavizar las preocupaciones de Renji.

“Ya veo…” Por un momento, los ojos de Renji fueron cautivados por el rostro sonriente de Sylvie, pero pronto se rio entre dientes y dijo: “Pero Estelle es una princesa. Sería mejor para mí ir al castillo”.

“Oye… ¿Qué quieres decir con que es una princesa? ¿Qué hay de mí? ¡Yo también soy una princesa!” Sylvie parpadeó, luego objetó con una cara de insatisfacción.

“Sí, eres la Princesa Caballero”.

“Para. No me gusta ese nombre”.

“Oye, fuiste tú quien se presentó como la Princesa Caballero cuando nos conocimos. Incluso peleamos después de eso, ¿recuerdas?”

“Pensé que presentarme de esa manera conduciría a un encuentro de forma más natural”.

La atmósfera amistosa de su charla era impensable para una primera princesa y una simple aventurera. El tiempo pasó volando mientras charlaban agradablemente.

“Es realmente agradable hablar contigo así; no hay necesidad de ser tan rígido al respecto. Es relajante”, murmuró Sylvie.

“¿Qué te pasa de repente?”

“Nada. Recientemente, he tenido que mantener los nervios tensos. Estaba pensando en que valió la pena visitarte, ya que me he sentido bastante agotada”.

“¿Has estado trabajando demasiado? No me corresponde decir esto como un aventurero que vive tranquilamente, pero trabajar demasiado es un problema. Deberías tomarte un tiempo para relajarte con moderación también”, aconsejó Renji.

En ese momento, llamaron a la puerta de la habitación antes de abrirse. “Princesa Sylvie, ¿tiene un momento?”

La que entró fue la mujer caballero bajo el mando de Sylvie, Elena Broman. Había estado de guardia fuera de la habitación mientras Sylvie y Renji charlaban.

“… Te dije que esperaras fuera de la habitación hasta que me fuera, ¿no es así?” Sylvie preguntó en tono de regaño.

“Sí, pero Jean Bernard está solicitando su audiencia”.

Elena, vacilante, pronunció el nombre del visitante. Jean Bernard era el alias del embajador del Imperio de Proxia, Reiss, cuando actuaba en el Reino de Rubia.

“¿Mi audiencia? Bien. Regresaré al castillo de inmediato. Lo siento, Renji, dejémoslo así por hoy… ”

Sylvie estaba terminando su charla con Renji con una mueca cuando Elena la interrumpió para detenerla. “Princesa. En cuanto a eso… Jean Bernard ha venido aquí…”

“¿Aquí? Ngh, ¿cómo supo…?” La expresión de Sylvie se volvió aún más amarga.

¿Sabe de Renji? Es un aventurero famoso, por lo que no sería extraño que lo hiciera… ¿Qué quiere? Se me ocurrieron todo tipo de posibilidades.

Renji vio la expresión del rostro de Sylvie e inclinó la cabeza con sospecha. En ese momento, el mencionado Jean Bernard, también conocido como Reiss, apareció junto a Elena ante la puerta.

“Perdón por mi repentina intrusión”. Reiss colocó una mano contra su pecho e inclinó la cabeza respetuosamente hacia Sylvie y Renji.

No había visto esta cara antes… Tampoco había escuchado su nombre antes. ¿No es de mala educación que un simple criado visite a una princesa de incógnito sin previo aviso? Renji pensaba esas cosas mientras observaba a Reiss con atención.

“… ¿Qué quieres?” Sylvie preguntó en un tono disgustado.

“Escuché que estabas aquí, así que vine de visita. Antes de declarar mi negocio, ¿puedo primero saludar a Sir Renji el Aloof?” Reiss miró a Renji con una sonrisa alegre que rayaba en lo espeluznante.

“Bueno, no me importa. Pero estás tomando mi tiempo privado ahora mismo. Es mejor que su negocio sea importante”. Renji se reclinó en el sofá, cruzando las piernas mientras hablaba amenazadoramente.

“Sí, lo más probable es que lo sea. Entonces, si me permiten un breve saludo: soy Jean Bernard, un noble Rubiano indigno del rango más bajo”.

“Nunca he oído hablar de tu nombre ni de tu familia”. Renji no tenía ningún interés en la nobleza del Reino de Rubia, así que eso era un hecho. Un noble normal se habría sentido ofendido por las palabras de Renji en este punto, pero…

“De hecho, ya que estamos en el último peldaño de la escala social. Es un gran honor conocer al renombrado Aloof”. Reiss evitó el tema con una sonrisa verdaderamente agradable.

“…” Renji miró a Reiss con los ojos entrecerrados.

Qué tipo más espeluznante. La expresión sombría en el rostro de Sylvie también me molesta.

Trató de estar atento a cualquier cambio en la expresión, pero era como si el hombre estuviera usando una máscara. Había algo extraño en él.

“Oye. ¿Cuál es el significado de esto, Bernard?” Sylvie interrumpió con tono agravado.

“Tenía algo que discutir con Su Alteza con respecto a la adorable  y adorable princesa Estelle. ¿No es hora de que vayas a verla?”

“… ¿Qué quieres decir?”

“Quiero decir exactamente lo que acabo de decir…” Reiss ladeó la cabeza con calma.

“… ¿Puedo verla?”

“Sí. Ese era nuestro acuerdo anterior, ¿no? Que eventualmente la volverías a ver. Sin embargo, yo mismo estoy bastante ocupado y me sentiría incómodo si algo extraño se interpusiera en el camino, así que si quieres verla, ahora sería el mejor momento”.

“…Bien.” Después de dudar por un largo momento, Sylvie asintió.

“¿Qué está pasando, Sylvie? ¿No se estaba recuperando Estelle?” Renji preguntó dubitativo.

“Voy a ir a donde ella está descansando. Lo siento, pero me voy por hoy. Te volveré a visitar en algún momento, Renji”. Sylvie adoptó un aire de compostura con una sonrisa fugaz y se puso de pie.

“Bien, eso está bien…” Renji miró a Sylvie, no del todo convencido. Sin embargo, ella ya estaba a medio camino de la puerta antes de que él pudiera hacer algo al respecto.

“Entonces, guía el camino, Bernard,” le dijo a Reiss. “Como desee, Su Alteza”.

Reiss pegó una sonrisa en su rostro y se volvió para salir de la habitación y recorrer el pasillo. Sylvie lo siguió. Justo antes de que Reiss se fuera, le dio a Renji una mirada. Esbozó una sonrisa sugestivamente sospechosa antes de desaparecer fuera de la puerta.

La forma en que Sylvie estaba actuando… ¿Está sucediendo algo extraño? Ese hombre es definitivamente sospechoso…

Los instintos de Renji se sintieron intensificados. La sonrisa sospechosa de Reiss brilló en su mente, dándole una sensación de inquietud mientras miraba por la ventana hacia la entrada de la posada de abajo. Reiss y Sylvie estaban subiendo a un carruaje tirado por caballos. Había algo amenazante en ellos dos.

Extraño. ¿Debería seguirlos e investigar?

Con eso decidido, Renji preparó rápidamente sus pertenencias y salió de la posada.