Genjitsushugi Yuusha No Oukoku Saikenki

Volumen 2

Capitulo 2: El elenco de las dos naciones

Parte 2

En tercer lugar, los países que se encuentren distantes del dominio del señor demonio proporcionaran apoyo a las naciones adyacentes y actuarían como un muro defensivo.

El segundo de este acuerdo fue adoptado para proteger a las razas minoritarias en cada país. Dado que la adquisición de territorio por la fuerza era inadmisible, algunos países podrían haber expulsado u oprimido a sus razas minoritarias para intentar apoderarse de sus riquezas para sí mismos. Era una disposición adicional que se había agregado con cautela contra eso.

Además, aunque no se menciona explícitamente en el texto, si un país viola estos tres artículos, el Imperio, como líder del Pacto, intervendría militarmente.
Para decirlo en pocas palabras, esta declaración de la humanidad fue un Tratado de seguridad en lo que los países renunciaban al derecho de invadir otras naciones a cambio de protección del Imperio.

Colbert suplicó: “¡Si invadimos Elfrieden, podemos invitar a una intervención del Imperio! ¡Mi señor, se lo ruego, por favor, reconsidere!”

“¡Tu canalla!” Gaius llevó su mano a la empuñadura de la espada que colgaba en su cadera.
Justo cuando todos los presentes estaban seguros de que el hombre estaba a punto de ser asesinado, alguien deslizó entre Gaius y Colbert.

“Sir Colbert, no debería preocuparse por eso.”

El que se había interpuesto entre los dos era el príncipe heredero, Julius Amidonia. Sus fríos ojos, que no delataban ninguna emoción, se fijaron en Colbert. “Eso es porque Elfrieden no ha firmado la declaración de la humanidad”.

“Julius… Señor,” Colbert dijo: “¡Eso es falacia de argumento! Tomaríamos la protección bajo la declaración de la humanidad, mientras atacamos a un país que aún no lo ha ratificado. ¡Si hacemos eso, sería como patear barro en la cara del Imperio! ”

“Sin embargo, en la diplomacia, sólo los tratados que se han firmado son importantes,” dijo Julius fríamente. “Todo esto ha sido provocado por la terquedad obstinada de Elfrieden al no apoyar los ideales sublimes del Imperio. Seguramente el Imperio no podra encontrar ninguna falta hacia nosotros”
“Pero…”

“¡Basta!” Gaius retiró su mano de la empuñadura de su espada, girando para dirigirse a los comandantes reunidos. “Por la presente destituyo a Colbert desde su posición como Ministro de finanzas”.

“¡Señor!” Exclamó Colbert.

“Colbert, te estoy colocando bajo arresto domiciliario por el momento,” espeto el rey. “Debes mirar desde un costado. Mira como reclamamos la tierra de nuestra antepasados.”

Con esas palabras, Gaius condujo a sus comandantes fuera de la sala de audiencias sin perder ningún segundo en echar un vistazo a Colbert. Colbert se quedó allí por un tiempo, mordiéndose el labio, pero finalmente golpeo la alfombra con ira, poniéndose de pie y confrontando a Julius, que se había quedado atrás.

“¡Julius! ¡¿Esto es realmente… realmente el único camino?! “, gritó.

Colbert habló más libremente, a diferencia de cuando él estuvo ante Gaius.
Parcialmente porque tenían más o menos la misma edad, a pesar de su posición como príncipe de corona y vasallo, Julius y Colbert eran lo suficientemente cercanos para ser llamados a amigos.

En un tono frío, Julius dijo a Colbert, “Tiene razón en que es una oportunidad única en la vida. Además de Georg Carmine, hay muchos nobles que tienen vínculos secretos en nuestro país. Si nos coordinamos con ellos, deberíamos ser capaz de poder rebanar un pedazo de tierra en el sur por nosotros mismos.”

“Pero, si perdemos, podría significar la muerte de nuestro país”, dijo Colbert. “Sin embargo, por otro lado, si perdemos esta oportunidad, quizás nunca podamos recuperar nuestro territorio. Si, como has dicho, el nuevo rey está trabajando para enriquecer a su país, ¿no significa que la brecha sólo se ampliará si dejamos pasar esta oportunidad?”

Estaba claro que Julius miraba la situación a través de ojos más tranquilos, más racionales que Gaius. Aun así, su decisión se mantuvo sin cambios.

“Es el deseo largamente ambicionado de la casa principesca de Amidonia para reclamar las tierras que hemos perdido y exigir nuestra venganza”, continuó Julius. “No, no es sólo la casa principesca: los soldados y las personas también tienen ese deseo.”

“Eso es…”

¡Eso es porque no les han mostrado ninguna otra opción! Colbert quería decir eso, pero… él no podía hacerlo. Hacerlo sería sobrepasar sus límites como un vasallo.
Cuando Colbert bajo los ojos, sin palabras, Julius le puso la mano sobre su hombro.

“Por favor, quédate tranquilo por ahora, Colbert. Califico tus habilidades muy altamente. Por mi propio bien, como el que algún día gobernara esta tierra, preferiría no perderte ante el mal genio de mi padre.”

“Julius…”

Colbert lo miró con ojos muy agradecido, pero Julius no le devolvió la emoción.

Unas horas más tarde, como Colbert abatido arrastra sus pies por los pasillos del castillo principesco, una chica joven con una cara adorable asomó su cabeza por detrás de uno de los pilares de mármol.

“Hola, Sir Colbert ¿Por qué estás tan melancólico?”

“¡¿Princesa?! Umm, eso es, bueno… ”

La que había salido detrás del pilar fue Roroa Amidonia, la primera princesa de este país. Colbert entró en pánico un poco cuando se dio cuenta que había dejado que Roroa lo viera tan deprimido.

Roroa había tenido un buen sentido de la economía desde una edad temprana y, como ella había crecido, había llegado a andar cada vez más a menudo con los propietarios de grandes negocios y los burócratas del Ministerio de finanzas. Para Colbert, quien fue Ministro de finanzas, Roroa era un compatriota que entendía los por menores y de la economía. Ella también era algo parecido a una pequeña hermana necesitada.

“Mirando esa cara… trataste de hablar con mi padre, de mí parte, ¿no?” Pregunto Roroa con un tono de disculpa, mirando los moretones en la cara de Colbert.

“¿EH? Ah, no… Estos son, EH…”

“No hay necesidad de ocultarlo,” dijo. “Lo siento por mi padre idiota. Demonios… Si él está alejando a los vasallos que están tratándole de dar consejos sólidos, él está conduciendo a este país hacia la ruina. Honestamente, ¿qué está pensando? ”

Mientras decía cosas que otros hubieran estado demasiados aterrorizados, Roroa hizo un gran espectáculo de lo enojada que estaba. Colbert se quedó satisfecho solo al ver a Roroa lucir así en su nombre.

“Gracias, princesa,” dijo. “Voy a estar bien”.
“¿Lo harás? Pues bien, prepárate.”
“¿EH…? ¿Prepararme para qué?”

Incapaz de mantener el ritmo de este repentino giro de la conversación, Colbert parpadeó varias veces.
Roroa agitó su mano hacia él con una sonrisa. “Mi viejo te acaba de dar todo el tiempo libre del mundo, así que no tienes nada que hacer, ¿verdad? Bueno, tal vez me puedas ayudar con lo que estoy haciendo, entonces. Ya he hablado con todos los burócratas que parecían que parecían estar dispuesto a hacerlo, pero todavía puedo usar más personas para ayudar, después de todo”.

“¿Huh? ¿Umm, princesa? ¿Qué piensas hacer?”

“Acaso no es obvio”, dijo ella. “Todos vamos a desaparecer juntos. Sebastián se adelantó con los planes, pero por ahora creo que vamos a quedarnos con el tío Herman en Nelva.”

“¿EH? ¡¿Quéééééé?!”, exclamó.´

Roroa lo agarró por la manga y se alejó rápidamente, arrastrando a Colbert detrás de ella.

Algunos días más tarde, al mismo tiempo que Gaius VIII y Julius partieron de Van, hubo un incidente en el que la princesa Roroa y varios burócratas desaparecieron.
Fue un incidente que debería haber causado un gran revuelo, pero Roroa lo cubrió astutamente, y ni Gaius ni Julius lo notaron.

***

Fue en la capital real Parnam, a finales de septiembre, del año 1546 del calendario continental, en el palacio real del reino de Elfrieden, del castillo de Parnam.

En la oficina de asuntos gubernamentales, estaba escuchando informes de Poncho y Tomoe.

Primero, escuché de Poncho.

Hasta el otro día, su título había sido Ministro de Estado para la crisis alimentario, pero con esa cuestión ya resuelta, le había hecho el Ministro de Agricultura y Silvicultura. Además de la agricultura, la silvicultura y la gestión de las disposiciones militares, también tenía él la supervisión de la construcción de campos de arroz y otros proyectos que permitan establecer nuevos cultivos en este país.

Por cierto, la razón por la que él no estaba también a cargo de pesquería era que este país no ha conseguido los derechos de pesca. Los diversos gremios de pescadores cada uno tenían sus propias zonas, hasta cierto punto, pero todo lo que hizo el país fue recibir los impuestos de los gremios, a cambio de proteger sus derechos.

Finalmente, quería establecer algo para eso, pero es probablemente tendría que esperar hasta tener la armada bajo mi control. A fin de que el país garantizara los derechos de los pescadores, necesitaríamos algo así como una agencia de seguridad marítima. Si tratamos de forzar las obligaciones sobre los pescadores sin ningún tipo de protección, no aceptarían, obediente eso.

Parece que me había salido del tema, ¿eh?

Le hice una pregunta a Poncho. “¿Cómo van las cosas con los suministros (provisiones militares y forraje para los caballos de la caballería) de los que pregunte?”

“Todo bien. De alguna manera logré conseguirlos, pero… “Poncho sonó terriblemente despreocupado, especialmente considerando que estaba diciendo que había logrado preparar los suministros.
“¿Es algo importante?”, Le pregunté.

“No… solo estaba preocupado de si estos números eran correctos”, dijo Poncho, limpiándose el sudor de la frente. “Los suministros totales que solicitaste podrían respaldar fácilmente al ejército prohibido durante más de un mes, vera… No fue fácil reunirlos, por lo tanto, si los números fueron erróneos, significará que hemos tomado enormes pérdidas, sí.”
Ah, eso tiene sentido. Cuando volvió a mirar los números que podía movilizar actualmente del ejército prohibido, le preocupaba que la cantidad de suministros fuera demasiado alta. Había solo alrededor de 10,000 hombres, después todo.

“No es un problema”, dije. “Realmente necesitamos todos esos suministros. De hecho, incluso se podría decir que este stock masivo de suministros es lo que decidirá si ganamos o perdemos.”

“¿E- Esto?” Tartamudeó. “… Es bueno que hayamos tenido una cosecha tan abundante este año. Si me hubieran preguntado el año pasado o antes de eso, no habría sido capaz de reunir esta cantidad.”

“Sí”, dije. “Aunque este es el fruto del arduo trabajo de todos. Por supuesto, que esto significa que es gracias a ti, también, Poncho”.

“¡E-eres demasiado amable, sí!” Poncho, apenado por los elogios repentinos, se puso de pie de manera recta, parecía que podría doblarse hacia atrás.

Me dio una risa irónica por su comportamiento, luego cambié mi mirada a Tomoe. “¿Cómo te han ido las cosas, Tomoe?”, Le pregunté.

“B-Bien. Creo que tengo otros cinco rinosaurios que nos ayudarán”.

Debido a que Tomoe estaba dotada con la capacidad de comprender animales y monstruos, la había enviado a “reclutar” algunos de los lagartos gigantes, rinosaurios, que utilizamos durante nuestra misión para proporcionar auxilio al Bosque Protegido por Dios.

Su capacidad para transportar carga, como lo había visto durante el la construcción de carreteras fue realmente increíble. Quería aumentar el número de ellas en poder del ejército prohibido, sino porque fueron seres vivos, lleva bastante tiempo entrenar a un rhinosaurus. Aun así, si nosotros tratamos de desplegarlos sin ningún entrenamiento sustancial, si lo peor llegara a suceder y se volvieran locos, sus cuerpos serian enormes. Ellos podrían hacer mucho daño.

Eso hizo que este fuera un trabajo para Tomoe, que podía entender los idiomas de todas las criaturas vivientes. Tomoe podría escuchar las peticiones de los rinosaurios.

Eso sí, parecía que los rhinosaurus no eran tan inteligentes (¿Tal vez en el mismo nivel que los estegosaurios, que dicen que tenían cerebros del tamaño de un huevo de gallina?), por lo que sus solicitudes generalmente equivalían a “comida sabrosa” y “un lugar para criar de forma segura.”

Para lograr eso, había terminado creando una reserva para rinosaurios en el reino, pero era un precio pequeño a pagar por un medio de transporte de larga distancia y alta velocidad, más o menos equivalente a un tren, que sería leal y no requeriría capacitación.

“La habilidad de M-Madam Tomoe es realmente increíble, sí”, dijo Poncho.

“Claro que sí”, estuve de acuerdo. “Me alegra haber podido protegerla antes de que caiga en manos de otro país”.

“M-me está halagando demasiado.” Tomoe se puso de color rojo brillante y miraba hacia abajo avergonzada.
Las puertas de la oficina de asuntos gubernamentales se abrieron, y Liscia entró.

“Souma…”
 
Hay algo de preocupación en su expresión, pensé… estoy un poco preocupado.
“… Poncho, Tomoe,” dije. “¿Podría pedirte que nos deje solo por un momento?”

“S-sí, puede, sí.”

“O- Esta bien, Hermano mayor…”

Con una reverencia, salieron de la oficina de asuntos gubernamentales, dejándonos a mí y a Liscia a solas en la habitación.

Los dos estábamos en silencio por un momento, pero luego me levanté de mi asiento y me dirigí a la cama en la esquina. Luego, sentándome en la cama, hice una señal a Liscia que se acercara a mi lado.

Liscia se sentó a mi lado, como había pedido. Sentada en mi propia cama, una hermosa chica a mi lado, esta debería haber sido una situación encantadora, pero la atmósfera era pesada y opresiva.

“… Viniste, porque se necesitabas hablar de algo, ¿verdad?”, Pregunté a Liscia, incapaz de soportar el silencio por más tiempo.
Liscia pareció tomar resolución y comenzó a hablar, las palabras salieron lentamente.

“En la ciudad del castillo… hay rumores de que estás organizando un ejército contra los tres duques”.

No dije nada.

“Dicen que es inevitable un enfrentamiento con el duque Carmine.” Liscia se giró para mirarme. Sus ojos temblaban de incertidumbre.
… No podría culparla. Para Liscia, era su rey y prometido, mientras que el general Georg Carmine había sido su superior durante su tiempo en el ejército, y ella lo respetaba. Si el dos de nosotros entramos en conflicto, Liscia podría sentir como que estaba siendo aplastada desde ambos lados. En fin de evitar eso, sabía que había enviado varias cartas a Georg, que se estaba recluyendo en su propio territorio, pidiéndole se reúnen conmigo.

“Esto… ¿No hay nada más que puedas hacer?” Tartamudeó.

Cuando ella me preguntó eso con esos ojos temblorosos, quise decir algo, pero…

Incapaz de encontrar las palabras, solo pude asentir en silencio.

Al ver mi reacción, Liscia murmuró:

“Claro… por supuesto…”

Con solo esas palabras, ella miró hacia adelante y sus hombros se desplomaron.
Fue frustrante Tener que tomar esta ruta, aunque sabía que lastimaría a Liscia. Esto había ido lo suficientemente lejos como para que ni Georg ni yo pudiéramos dar marcha atrás. En ese caso… Por lo menos…
“… Liscia”.

“… ¿Qué?”

“Quiero que me cuentes sobre Georg Carmine”, dije.

“?!”

Liscia levantó la cara y me miró.

“… ¿Por qué ahora, cuando es tan tarde?”

” Quiero saber qué tipo de persona es el hombre con el que voy a luchar “, dije. “Ahora que lo pienso, nunca he conocido al tipo, después de todas.”

Liscia guardo silencio durante un momento. Parecía un poco desconcertada, pero después de un tiempo, comenzó a hablar.

“El duque Carmine… Georg Carmine es un guerrero de una capacidad sin precedentes. Es un hombre bestia fornido con cabeza de león, y aunque no tiene muy pocas cantidades de habilidad personal en combate, dicen que es cuando le pones a cargo de un ejército muestra su verdadero valor. Él es un gran general, capaz de manejarse en un campo de batalla, o como el atacante o defensor en un asedio. Cuando lideró la vanguardia durante una batalla en retirada bajo el mando del hombre que era rey anterior que mi padre, me entero de que logró tomar la cabeza del comandante enemigo, incluso en esa batalla perdida”.

“Eso es bastante sorprendente, eh…” dije.

Lo está haciendo bien, si puede simplemente al mínimo las pérdidas de aliados durante un retiro, pero también asestar y lograr un golpe al enemigo, eso fue algo que habría hecho un famoso general, del período de los estados combatientes.

Me recordó al joven Shingen Takeda, quien había corrido delante del ejército  en retirada de su padre Nobutora para tomar un castillo en un ataque sorpresa.

“Tienes razón, es increíble”, dijo.

“No solo tenía el liderazgo para mantener la moral de un ejército derrotado, sino que también era una hazaña que no podría haber logrado sin la percepción de encontrar un lugar donde pudieran encontrarse con el enemigo de manera eficiente”.

Había un ligero orgullo en la voz de Liscia mientras hablaba. Ella realmente… lo respetaba, eh.
“Cuando mi padre asumió el trono, este país cambió la forma en que se expandió”, continuó. “Con mi padre, que fue, para bien o para mal, una rey ordinario que gobernaba este país, deberíamos haber sido un blanco fácil para los países vecinos”.

“Eres terriblemente dura, a pesar de que es tu propio padre”, comenté.

“Bueno, es la verdad. Aun así, eso nunca sucedió. Debido a que el duque Carmine siempre mantuvo un buen ojo en el oeste, ni Amidonia ni Turgis trataron de ponernos una mano encima. A pesar de ser el mejor guerrero de su generación, no tenía ambición y le servía lealmente a mi padre.
…No eso no es. En lugar de hacerlo por el bien de mi padre, el duque Carmine tenía un amor puro por este país”.

“¿Por qué para este país?”, Le pregunté.

“¿No lo sabes?”, Preguntó ella. “Todavía hay países en este mundo que discriminan a las otras razas. El Imperio ahora mantiene los valores de la igualdad racial, pero todavía hay discriminación contra los no humanos en algunas regiones. También hay lugares donde es al revés; en el noroeste, hay un país insular de altos elfos que promueve una política de alta supremacía de los elfos, y los humanos son menos preciado allí”.

Parecía que estos tipos de problemas se encontrará en cualquier parte también existía en este mundo.

“Sin embargo, en este país, no tenemos ese tipo de discriminación”, continuó. “Incluso si existe, no hay salida para eso. Las razas que estaban en contra de ese tipo de discriminación, para empezar, se reunieron bajo el mandato del primer rey y cooperaron para que este país sea próspero, para que no tengan que vivir bajo el yugo de nadie más. Así es como es este país… y al duque Carmine le encantas más que a nadie”.

Allí, Liscia hizo una pausa por un momento antes de continuar hablando.

“En su vida personal, el duque Carmine es un hombre que sabe cómo ser amable. Tenía una relación estrecha con mi padre, que era más que solo profesional, y ofrecerle consejo a menudo a mi padre. Incluso me cuidó como a su propia hija. En cuanto a mí… me encanta el duque Carmine.”

Estaba en silencio.

Ella continuó: “Cuando me fui a la Academia de Oficiales porque quería convertirme en un soldado, al principio se oponía a él. Dijo que era impropio de una princesa.