Tensei Shitara Slime Datta Ken (NL)

Volumen 5

Capitulo 4: El Nacimiento de un Rey Demonio

Parte 5

Esta era Regeneración Ultra-Rápida en acción, una de las habilidades secundarias de Sobreviviente.

“El lenguaje del mundo… ¿Entonces eso es lo que buscaba?”

“Rimuru-sama describió matar a tus aliados como el mayor crimen que existe. Tus actos son obra de un siervo sin alma, más bajo que un monstruo mismo”.

“¡Cállate, gusano sin valor! Ganar es lo que importa, ¿no? ¡Es fácil! ¡Tengo el poder para ello!”

Shogo gritó mientras desataba sus habilidades únicas—Berserker para el ataque y Sobreviviente para la defensa. Lo engañó haciéndole creer que era invencible. La pura fuerza—y la Regeneración Ultra-Rápida junto a la resistencia a todo tipo de elementos. Mientras un golpe no lo matara instantáneamente, tenía una fuerza invencible y la capacidad de regenerarse en cualquier momento.

Sí. Incluso si Hakurou usara uno de sus golpes de espada para cortarle la cabeza, volvería a la normalidad en un instante. Incluso si Geld usara su fuerza sobrehumana para romper sus dos brazos, crecerían de nuevo y serían aún más fuertes.

“¡¿Qué piensan ahora, monstruos de mierda?! ¡Eso es todo! ¡Este es mi poder total!”

Y no se le podía culpar por alardear de eso. Como combinación, su poder era como ninguno visto antes.

Pero hubo una cosa que Shogo no se dio cuenta: no importa cuán altas cumbres alcances en el mundo, siempre hay alguien por encima de ti.

“¿Debo echar una mano?”

“No es necesario, Hakurou-sama. Por favor, ve y apoya a Rigur-sama y los demás”.

“Asumiendo que tal apoyo es necesario”, dijo Hakurou mientras daba un paso atrás y le daba a Geld el derecho de paso. El orco avanzó y se preparó para atacar.

“¿Huhhh? ¿Me vas a enfrentar solo? ¡Porque en este momento, estaría más que feliz de azotarlos a los dos a la vez!”

“Parece que tienes confianza en tus artes marciales. Que así sea. Lucharé contigo con mis propias manos también”.

“Oh, deja de actuar como si fueras mejor que yo. ¡Estás buscando una excusa para cuando pierdas!”

Así funcionaba la mente de Shogo. Lo hacía ir inmediatamente a la ofensiva. Su rostro estaba lleno de confianza, probando sus nuevos poderes—pero esa tranquilidad no duró mucho. Era un poco más difícil para él morir ahora, y estaba ligeramente encendido, pero eso no lo convertía en un enemigo del que Geld tuviera que preocuparse.

“¡Orgggh!”

Geld tenía más que suficiente fuerza para arrancar uno de los brazos de Shogo y usar su mano libre para empujar un puño en su estómago.

“Ah. Sí, puedes curarte más rápido que yo. Veamos cuánto puedes soportar al tiempo”.

Mientras lo decía, envolvió el Chaos Eater alrededor de sus puños y los golpeó contra Shogo. Una y otra vez, antes de que pudiera recuperarse, Geld lo golpeó y lo golpeó. Gracias a la habilidad Sobreviviente, Shogo estaba disfrutando de los privilegios de Cancelación de Dolor, evitando que sintiera la angustia que le causaban estas heridas. Pero Geld siguió golpeando, eliminando todas sus armas.

Por su propia naturaleza, Chaos Eater se abría camino a través de todo—dañando no solo el cuerpo material de Shogo sino también el espiritual.

La habilidad única Sobreviviente era capaz de regenerar todos los sistemas corporales, pero las necesidades espirituales de una forma de vida estaban más allá de su conjunto de características. De hecho, antes del implacable ataque de Geld, era solo cuestión de tiempo antes de que el frágil espíritu de Shogo estuviera contra las cuerdas.

“¡D-Detente, detente! ¡Pod favod, detende!”

No habían pasado ni diez minutos, pero para Shogo, se sintió como una sesión de tortura de una hora. Palabras egoístas salieron de su boca, buscando la salvación para él y solo para él. Geld y Hakurou estaban casi demasiado disgustados para mirarlo.

Y ese fue el momento exacto en que el corazón y el alma de Shogo se rompieron.

“Supongo que se acabó”.

“Así es. Ahora para finalmente aliviar su dolor—”

“¡N-No! ¡Espeda un segundo! ¡Yo—yo sodo estaba bromeando! Realmente no quería hacerlo; Yo—yo— me dejé llevar… Ayúdame…”

Shogo, ante esta cruel realidad, cayó en un terror confuso. En este mundo, el simple hecho de ser un visitante te brindaba un trato preferencial abrumador. Eso solo había alimentado su arrogancia, torciendo su personalidad más allá de toda reparación. Y aún más importante, él y los otros convocados al Reino de Falmuth sufrían la misma aflicción: un caso terminal de egoísmo.

Y había llevado a esto.

“Vine a ver de qué se trataba toda esta conmoción… y Shogo es el último hombre en pie, ¿verdad? ¡Vaya, vaya, mira eso! Quizás desestimé el poder de estos monstruos después de todo. Ahora, un hombre mayor estaba delante de Shogo”.

Llevaba puesta su túnica, tejida con fibras mágicas, un bastón con innumerables reservas de fuerza mágica en una mano. Este era Razen, hechicero de la corte y el mago más grande de todo Falmuth. Con una mano en el aire, usó su magia visual para lanzar una Barrera Mágica frente a Geld, anulando su ataque. Este hechizo se usaba normalmente para construir un escudo sobre el conjurador, pero Razen también podía adaptarlo para bloquear los movimientos de sus enemigos.

“¡Nh…! R-Raden, ¿has venido a sadvadme…?”

Shogo se aferró a la espalda del hechicero. Razen respondió con un movimiento de cabeza antes de girar sus ojos a Geld y Hakurou”.

“Bien, bien, bien. No es de extrañar que nuestros visitantes convocados no fueran suficientes para asegurar la victoria. Me resulta difícil de creer, pero ambos tienen una clasificación A y una amenaza de nivel de calamidad. No me gustan nuestras posibilidades. Es hora de retroceder por ahora”.

Luego, con la Barrera Mágica aún vigente, comenzó a cantar un hechizo de teletransportación de alto nivel. A diferencia de Portal, que requería un círculo mágico en el que basarse, esto permitía al conjurador definir cualquier punto que le gustara como sitio de salto. Tenías que tener al menos un nivel de mago para usar este hechizo prohibido, y la facilidad de Razen para completarlo indicaba el alcance total de su poder y experiencia.

Geld intentó perseguirlo. Pero Hakurou lo detuvo.

“Sin movimientos precipitados, Geld. Esto tampoco es un problema”.

“… ¡¿Qué?!”

Geld siguió fielmente el consejo de Hakurou—y, ante él, se abrió el aire. Razen había instalado una trampa en la Barrera Mágica, haciéndola explotar después de un retraso de tiempo.

“¡Kah-ha-ha! Muy astuto de tu parte al notar eso. Debería haberte prestado mucha más precaución. Quizás no deberíamos ser tan optimistas sobre esta batalla después de todo…”

Había sido cauteloso con la energía mágica de Geld, pero ahora, actuaba como si notara la amenaza de Hakurou por primera vez.

“Zorro astuto. Has sido cauteloso conmigo desde el principio…”

“Oh, para nada, mi querido Kijin. Después de todo, es natural detectar primero a este Orc Lord en términos de fuerza bruta. Pero ahora es el momento. Me encantaría hablar más contigo, pero parece que mi hechizo se ha completado, así que es mejor que me vaya. Podemos encontrarnos de nuevo en la batalla, suponiendo que sobrevivas…”

“No confiaría mucho en tu palabra”, respondió Hakurou, “porque el campo de batalla al que te diriges será atendido por nuestro maestro. Todos ustedes han ido demasiado lejos esta vez. Han enfurecido a la única criatura en este mundo a la que nunca deberían haber irritado. Los compadezco. Sus muertes no serán agradables”.

“¡Kah-ha-ha! Basta de tonterías—pero si lo dices como una advertencia, lo tendré en cuenta. ¡Adiós!”

Con eso, Razen desapareció, llevando a Shogo con él. El silencio regresó a la escena, aunque los sonidos de la batalla todavía se podían escuchar desde afuera de la tienda.

“¿Estás seguro de que fue mejor…” dijo Geld, “… dejar que el hechicero Razen se fuera…?”

“Me imagino que no, pero si peleamos con él, entonces tú, yo, o en el peor de los dos, podríamos haber muerto. Tenía otra magia oculta puesta en cola para nosotros, una que se activaría en caso de su muerte”.

“¿Es así…? ¿Y la magia era una gran amenaza?”

“Probablemente de naturaleza nuclear”, murmuró con amargura.

“Lo último en magia ofensiva. Rigur y Gobta también están aquí, y no podemos dejarlos atrapados en eso. Ahora no es momento de juegos”.

Mirada Celestial le daba una mejor idea de la magia que lo rodeaba, desde el flujo de magículas hasta el alcance de su fuerza, de lo que Percepción Mágica podía permitir. Le dijo que el área debajo de la caja torácica de Razen estaba llena de magia altamente concentrada—lo suficiente como para provocar un hechizo peligroso y prohibido, según la estimación de Hakurou.

“Ya veo…”

“No sería un problema para Rimuru-sama, pero aún tendremos que prepararnos para esto. Debemos contarles a todos sobre esta peligrosa figura que tenemos ante nosotros”.

Geld asintió con la cabeza.

“Entiendo. Transmitiré la noticia a mis propias fuerzas”. Luego ambos salieron para ayudar en el barrido final de las tropas occidentales.

Con Shogo a cuestas, Razen regresó con seguridad al lado de Folgen en su cuartel general. Activar varias magias poderosas consecutivamente en poco tiempo lo llenó de una sensación de fatiga como ninguna que hubiera experimentado en los últimos años, pero ahora no había tiempo para descansar. Tenía trabajo que hacer.

“G-Gracias, Raden. Lo ziento”.

“Olvídate de eso, Shogo. Eres una de mis herramientas más valiosas. Una de las máquinas de guerra más preciadas de nuestro reino”.

“S-Sí… perdí esta vez, pero no en la siguiente ronda. ¡Les mostraré!”

“Muy bien”, respondió Razen suavemente—incluso cuando sus ojos brillaban con frialdad, algo que Shogo no notó.

“Tus heridas parecen haberse curado solas, pero déjame lanzar un poco de magia para ayudarte a descansar mejor. Primero necesitas recuperar tu resistencia”.

“Por supuesto. Suena bien”.

Aceptó la oferta de Razen sin preguntas—y, sin dudarlo, Razen lanzó su hechizo. Era la magia ilusoria Impacto Mental, un movimiento que destrozaba los cuerpos espirituales y astrales del objetivo. El cuerpo espiritual de Shogo ya estaba muy dañado por el ataque de Geld; esto no era nada que pudiera soportar, y confiaba demasiado en Razen como para resistirse.

Entonces, el visitante, Taguchi Shogo, encontró su fin—condenado a morir de cualquier manera, entre su debilidad y su egoísmo. Pero esta muerte no fue una del cuerpo sino del corazón.

Con Shogo frente a él, Razen preparó su gran magia final del día.

“Más temprano de lo planeado, ¿no es así, Razen-sama?”

“Mis manos están atadas, Folgen. Los monstruos lo desconcertaron tanto que ya casi no nos sería útil. Había llegado el momento”.

“Heh-heh-heh… Sin embargo, todavía es una vista lamentable. Realmente creía que era el hombre más fuerte del mundo, ¿no?”

“Parece de esa manera. Y mira a Kyoya. Honestamente creía que podía derrotar a Hinata Sakaguchi, líder de los paladines. Con su fuerza”.

“¡Bah, ja, ja, ja, ja! No me hagas reír. Ni siquiera yo podría enfrentarla, ¿y ese pequeño advenedizo esperaba la victoria?”

Folgen al menos podría luchar contra ella gracias al hecho de que él mismo era una visitante, convocado por Razen hace décadas. No tenía maldición de bloqueo que restringiera su alma; en términos de su relación, era amigo y socio cooperativo de Razen. Incluso para alguien así, la fuerza de Hinata estaba en su propio reino, suficiente para convencerlo, sin intentar, que no tenía ninguna posibilidad.

“Sin embargo, es una pena”, dijo Razen.

“La habilidad de Kyoya, Afilado, se escapó de nuestros dedos antes de que pudiera transmitírtela”.

“Está bien. Siempre hay una próxima vez”.

La habilidad única de Folgen se llamaba Punta de Lanza. Le daba una visión especial de la fuerza de las tropas que lideraba, permitiéndole seleccionar y obtener las habilidades de cualquier miembro muerto de su fuerza a la vista. Sin embargo, solo podía ganar un número limitado de habilidades de esta manera, lo que lo molestaba sin fin.

“De hecho la hay”, estuvo de acuerdo Razen.

“Los más fuertes entre nuestras fuerzas siempre parecen fomentar habilidades poderosas dentro de ellos, ¡pero mira cuán egoístas son todos! Invocar al azar es mucho más fácil, pero nunca resulta en alguien lo suficientemente fuerte—no porque sus personalidades importen entonces, ya que siempre podemos sacrificarlos y tomar sus poderes”.

“Sin duda. Los hemos malcriado constantemente, tratándolos como los pilares de nuestros ejércitos. No veo ninguna razón para que se quejen de eso”.

Los dos se rieron.

Y esto, aquí mismo, era el núcleo del poder de Falmuth. No eran solo los visitantes—los invocadores que llamaban hogar al reino, eran igual de egoístas, asumiendo por derecho de nacimiento que eran los más fuertes.

Razen sonrió mientras continuaba su trabajo.

“Pero esto puede ser una bendición disfrazada”, dijo.

“Al final, Shogo me ayudó mucho. No estoy seguro de qué sucedió exactamente, pero parece haber obtenido otra habilidad única. Ahora, entonces…”

El trabajo estaba casi terminado. Estaba reiniciando el cerebro de Shogo, sobrescribiéndolo con su propia memoria. Una vez que transportara el alma, estaba listo para partir.

“¿Estás seguro de que estás bien? ¿No hay posibilidad de que falle?”

“No te preocupes. Esta no es la primera vez. Mi maestro, Gadra-sama, se reencarnó literalmente dando a luz su alma de nuevo. No hay mayor magia secreta por ahí. Comparado con eso, lanzar Posesión no podría ser más simple”.

Razen había destruido por completo el cuerpo astral de Shogo para hacerse cargo de su cuerpo físico. Luego destruyó su cerebro y lo reconstruyó nuevamente con Sobreviviente.

Estaba completamente en blanco, sin recuperar ninguno de los recuerdos de su alma, y ahora, los propios recuerdos de Razen estaban grabados en él. Todo lo que tenía que hacer ahora era implantar su alma en el cuerpo de Shogo.

El hechizo, Posesión, era una versión simplificada de la reencarnación, la misteriosa habilidad esotérica tejida por primera vez por el maestro de Razen, el gran hechicero Gadra.

Era una habilidad original de Razen, y ahora estaba activada. Así fue como el hechicero principal de Falmuth había logrado servir a su nación durante todos estos años, transfiriéndose de cuerpo poderoso a cuerpo poderoso. Con Shogo, ahora renació como la combinación perfecta de espíritu indomable y músculo invencible, el mago más fuerte nacido en toda la historia de Falmuth.

“Ahhh… Se siente tan bien estar en un cuerpo más joven otra vez”.

“¡Je, je, je! Estás sonando mucho más viejo de lo que pareces ahora”

“Suficiente de eso. Ahora debemos informar a Su Alteza y mostrarle cómo he renacido”.

Volvió a ponerse la bata que había descartado antes, con el bastón en la mano. Había una nueva primavera en su paso mientras se alejaba audazmente, rebosante de confianza y aspiración sobre la nueva fuerza que tenía. Fue suficiente para sorprender incluso a Folgen, reforzando su confianza en su amigo y compañero.

La pérdida de visitantes, una gran parte de la fuerza de combate de su nación, le dolía mucho. Pero la fuerza de Razen lo ponía más allá del reino del rango SA en este punto, por lo que apenas valía la pena lamentarse. En este momento, Razen confiaba en que podría enfrentarse a Hakurou y Geld, esos dos monstruos enemigos con los que se había encontrado antes, y derrotarlos fácilmente.

En el fondo, incluso sospechaba que podía desafiar a un rey demonio, los llamados rangos S. Luego recordó las palabras de advertencia con las que Hakurou lo dejó.

¿He enfurecido a la única criatura en este mundo que no debería irritar? Esa bruja despachó al llamado maestro de los monstruos hace mucho tiempo, ¿no? Él realmente… ¿está vivo?

La sospecha lo hizo detenerse en seco.

“¿Qué?”

“Oh, ah, nada”.

Inmediatamente comenzó a caminar de nuevo.

… Estoy dejando que mi mente me paralice. Quizás es una amenaza mayor de lo que pensaba, pero estoy pensando demasiado. E incluso si sobrevivió a esa bruja, puedo encargarme yo mismo.

Sonrió con valentía mientras se acercaba al pabellón donde lo esperaba su rey.