Shin no nakama janai to Yuusha

Volumen 2

Capitulo 2: Las Llamas Ardientes Después De La Tormenta

Parte 1

“Muy bien, las contraventanas para tormentas se han cerrado. Recolectamos todas las hierbas en el jardín que parecía que iban a volar, y las que quedaron no están listas para ser recogidas. En este punto, si las cosas van mal, está fuera de nuestras manos”, dije.

“Quité el letrero y todo lo demás que parecía que se podía romper”, respondió Rit.

Una tormenta había llegado a Zoltan. La tempestad había surgido del océano austral y siguió a lo largo del Muro en el Fin del Mundo hasta el noroeste. Los aguaceros como este ocurrían una vez cada pocos años, aunque era un poco raro que se produjeran a principios de otoño.

“¡Está bien, entonces el siguiente es el baño!” Llamé.

El viento ya azotaba afuera. Manchas oscuras y manchadas de tinta cubrían el cielo. Era solo cuestión de tiempo antes de que comenzara el aguacero.

“El pronóstico del Observatorio Meteorológico del Dragón Mineral Antiguo decía que la tormenta comenzaría en serio alrededor del atardecer de mañana, ¿verdad?” Preguntó Rit.

“Sí, los dragones minerales jóvenes han estado volando por todos lados difundiendo la palabra”, respondí.

El mayor científico de la tierra en el continente de Avalon era un dragón. Era uno de los cuatro antiguos dragones de luz, Fuyu, el antiguo dragón mineral, cuyo cuerpo estaba hecho de mica negra y reluciente. Fuyu había establecido la Universidad del Dragón Mineral Antiguo, junto con un observatorio en la cima del Monte Highhelm.

Los dragones minerales jóvenes, así como los humanos  y elfos que deseaban estudiar las ciencias de la tierra, asistían a clases dirigidas por dragones minerales más antiguos que transmitían sus conocimientos.

El Observatorio Meteorológico del Dragón Mineral Antiguo era uno de los departamentos de la universidad. Sus miembros estudiaron el clima del continente Avalon y enviarían advertencias antes de los desastres naturales inminentes. Para Zoltan, que a menudo se veía golpeado por fuertes tormentas, los informes eran cruciales.

Ya sea que trabajaras en barcos o arando campos, los cielos eran una parte clave del trabajo. Todas las naciones del continente apoyaron el palacio de becas que dirigía Fuyu, tanto en forma de pactos de no agresión como de promesas de acudir en su ayuda en caso de una emergencia.

Los dragones minerales eran sabios y disfrutaban del estudio de los procesos naturales. Sus escamas estaban compuestas de mica, y aquellos que no estaban familiarizados con la especie a menudo las confundían con dragones de piedra. Siempre que ocurría un error de este tipo, el dragón mineral agraviado corregiría enfáticamente al delincuente, diciendo: “En realidad, soy un dragón mineral”.

Luego comenzarían una larga conferencia sobre el brillo negro de sus escamas. Para las cuatro razas de dragones ligeros, el brillo de sus escamas era una fuente de orgullo.

Con sus numerosos puestos de investigación estacionados en todo el continente que habían estado en funcionamiento durante cientos de años, la mayoría de la gente estaba bastante familiarizada con los dragones minerales, tal vez incluso tanto como con los dragones radiantes. Los dragones radiantes vivieron para ayudar a los futuros héroes.

Cuando un niño se embarcaba en su aventura, un dragón radiante a menudo se transformaba en un humano y le brindaba algo de ayuda detrás de escena. Les encantaba ayudar a los niños a crecer durante sus primeras misiones. Como tales, eran una especie de dragón con el que la gente se encontraba sorprendentemente a menudo.

Aunque algunas personas más descorteses de vez en cuando se preguntaban en voz alta por qué a las criaturas les gustaban tanto los niños pequeños.

Cuando era un caballero en entrenamiento, en realidad me aventuré con uno por un tiempo. Eso no quiere decir que mi tiempo con el dragón siempre fue fácil.

Siempre que se alegraba por algo, comenzaba a cantar, sin importar la situación o el estado de ánimo del momento. Yo era solo un niño, pero hubo momentos en los que sentí que estaba cuidando a un niño.

Sin embargo, fue bastante agradable. Si mal no recuerdo, decía que se llamaba Al-Haytham.

Excluyendo los tipos minerales y radiantes, había otros dos tipos de dragones ligeros: dragones de vapor, criaturas mecánicas y dragones relámpago, los guardianes de la ley.

Las cuatro razas de dragones oscuros nacidos en el continente oscuro incluían los dragones de vacío nihilistas, los dragones de sal destructivos y entrópicos, los dragones de ceniza que secuestran a niños y los dragones de tierra que corrompen la tierra.

Después de los elfos y los humanos, los dragones eran considerados la tercera raza más importante en Avalon. Aparentemente, pocos de ellos residían en Zoltan. Estoy seguro de que se debe a que la región ofrece tan poco que atraería a un dragón.

“¡Oye! ¡Deja de holgazanear y vuelva al trabajo!” Rit reprendió.

Ups.

“El sistema de agua no se puede utilizar cuando llegan las tormentas, así que si no guardamos algo para beber ahora…”, murmuré.

El acueducto extraía agua del río, pero antes de que llegaran las tempestades, tuvo que ser bloqueado en el río para evitar un desbordamiento de lodo y evitar daños físicos por las fuertes corrientes.

También era probable que el pozo de la ciudad se embarrara después de un aguacero, por lo que tampoco se podría utilizar durante un tiempo.

Si bien Zoltan solía tener agua en abundancia, las tormentas podían causar irónicamente escasez. Por eso estaba almacenando el líquido en bolsas y barriles mientras los grifos aún funcionaban. Todos los demás en la ciudad probablemente estaban haciendo lo mismo, ya que el agua solo salía a un ritmo lento. Fue una tarea tremendamente lenta y servil llenar todos nuestros contenedores.

“¿No fuiste tú quien dijo que deberíamos terminar todo ayer? ¿Justo antes de ir a jugar con Gonz? Rit lo regañó.

“Quiero decir, él me invitó…”

Gonz, el carpintero, estaba seguro de que estaría ocupado durante semanas después de la tormenta. Corría de una casa a otra haciendo reparaciones. En esos momentos de necesidad, incluso los residentes más perezosos de Zoltan colaborarían para ayudar con las reparaciones y la limpieza. Sabiendo que, cada vez que se acercaban fuertes precipitaciones, Gonz se tomaba los días libres con anticipación y salía a jugar. ¡Realmente debería haber pensado en el ejemplo que le estaba dando a Tanta!

“¡Nadie te hizo aceptar la oferta!” Rit saltó sobre mi espalda mientras se quejaba de que me había aflojado.

“¡Vuelve al trabajo! ¡Y pon tu espalda en ello!” Me dio una palmada en el trasero como un jinete sobre un caballo.

“Como desee, milady.”

“Asegúrate de cuidarme bien para compensar el no haber estado ayer…”

“Lo tengo. No es como si hubiera un lugar adonde ir mañana o pasado, con la tormenta en camino”.

Vaya, comencé a distraerme allí de nuevo por un momento.

Ahora vigilante, hice todo lo posible por trabajar rápida y silenciosamente mientras sentía el calor del cuerpo de Rit adherirse a mí. Algo en él era extrañamente nostálgico…

Oh cierto, eso, recordé.

Un huracán bastante grande había azotado mi ciudad natal cuando era niño. No fue tan malo como los que experimentó Zoltan, pero para la gente de mi aldea que no estaba acostumbrada a ese clima, fue una situación de pánico.

***

Ese día, el cielo estaba negro al igual que en Zoltan.

Era raro que las tormentas golpearan la aldea, por lo que había muchas casas que no eran lo suficientemente resistentes para resistir el viento. Sabiendo esto, todos se reunieron en el lugar de refugio acordado, la casa del jefe de la aldea.

El viento aullaba y se oía el ruido constante de las cosas que se agitaban afuera. Los truenos retumbaron como explosiones y los niños chillaron ante el sonido.

Yo tenía ocho años en ese momento y mi hermana, Ruti, seis. Gracias a nuestras bendiciones especiales, éramos un poco más maduros que los demás niños de nuestra edad.

“¡Maaaaaaammmi!” gritó una niña de la misma edad que Ruti, aferrada a su madre.

“Una niña de seis años no debería llorar ante un trueno”, reprendió el padre, luciendo un poco preocupado por molestar a los demás. Aun así, la mujer todavía acariciaba suave y tranquilizadoramente la cabeza de su hija.

Ruti los miró a los dos con el mismo tipo de expresión que solía tener. La mayoría lo consideró una mirada fría, pero eso no podría haber estado más lejos de la verdad. Era difícil leer sus emociones, eso era todo. La mirada de Ruti estaba fija en esa madre y su hija.

Al mirar a mí alrededor, vi que había bastantes niños aferrados con fuerza a sus padres o hermanos de una manera similar. Todos estaban asustados.

“Ruti”.

“¿Sí?”

“¿No tienes miedo?”

“… ¿De la tormenta o del relámpago? ¿Me está preguntando si me preocupa que exista la posibilidad de que este edificio se derrumbe y todos seamos aplastados?”

Acaricié suavemente la cabeza de mi hermana pequeña mientras me miraba con sus ojos rojos claros y tranquilos y pedía una aclaración en un tono indiferente.

“Cualquiera de los anteriores. ¿Hay algo que le dé miedo en este momento?”

“No. Nada me asusta”.

“Nada me asusta”. Ruti se había metido en una gran pelea después de decirle lo mismo a un chico de trece años que resultó ser el mayor matón de la ciudad.

A pesar de que tenía la bendición del Héroe, un soldado de nivel 3 de sangre caliente con un palo como arma, una armadura de tela gruesa y un escudo de madera viejo golpeado era demasiado para Ruti. Ella todavía carecía tanto de equipo como de experiencia en combate y actualmente solo estaba en el nivel 1. El niño la había maltratado un poco.

Tal vez el matón había pensado que era un insulto, pero cuando Ruti dijo que no tenía miedo, lo dijo en el sentido más literal. Nada podía asustarla porque había nacido con inmunidad al miedo.

No hace falta decir que le hice pagar a ese matón. Le di tanto como él le dio a Ruti. Bueno, tal vez fue 1,5 veces… No, ¿fue 2,2 veces? Sí, eso suena bien. Después, le pedí que se disculpara con mi hermana.

Terminé siendo tratado como el líder de todos los niños del pueblo durante un tiempo después de eso. Sin embargo, rápidamente se convirtió en un gran dolor de cabeza, así que le ordené a un niño de once años con una bendición Cavalier que se hiciera cargo de mí, y las cosas volvieron a ser como antes.

Aparentemente, ese matón luego pasó una nueva página y dejó de recurrir a la violencia para salirse con la suya. No había sido agresivo debido a ningún impulso particularmente fuerte de su bendición. Más bien, había sido simplemente porque nunca había perdido antes.

“¿Realmente no hay nada que te dé miedo?” Yo pregunté.

“Ya sabes la respuesta, hermano mayor”, dijo Ruti, inclinando un poco la cabeza.

“Sí”, respondí. Por su expresión me di cuenta de que no entendía cuál era el objetivo de mi pregunta.

“La verdad es que tengo miedo”.

“¿En serio?”

“Sí. ¿Eso te sorprende?”

Ruti parecía un poco preocupada. En ese entonces, todavía no tenía inmunidad a la confusión. Quizás por eso las revelaciones inesperadas aún podían tomarla con la guardia baja.

“No.”

“¿En realidad? Eso no te sorprendió, ¿eh?”

“No fue así”.

“De todos modos, yendo al grano, tengo miedo, así que… ¿te importa si tomo tu mano?”

“¿Mi mano?”

“Sí, tu mano”.

“Adelante.”

Apreté la palma de Ruti contra la mía. No importa cuán inmensa sea la bendición con la que pudo haber nacido, la mano de Ruti seguía siendo la de una niña.

“¿Ya no tienes miedo?” Preguntó Ruti.

“Sí, estoy bien ahora”, respondí.

“Bien.”

Ruti sonrió, aunque nadie más vio su expresión cambiar. Incluso nuestra mamá y nuestro papá tuvieron problemas para reconocer los pequeños cambios de comportamiento de Ruti. Eso fue una vergüenza. Sin embargo, hasta que llegó el día en que alguien más pudo ver la sonrisa de Ruti, me contenté con mantener un monopolio sobre ella.

“Lo siento, estar asustado era en realidad una mentira”, admití.

“¿Una mentira?”

“No estaba asustado en absoluto”.

“Oh.” Ruti volvió a inclinar la cabeza, ahora más confundida que nunca.

“Solo quería tomarme de la mano contigo, eso es todo”.

“¿Conmigo?”

“¿Preferirías no hacerlo?”

“No me importa, pero ¿por qué?”

“No hay razón.”

“¿No hay razón?”

“Sí, incluso sin un propósito especial, hay momentos en los que quiero tomarme de la mano”.

“… ¿Por qué?”

“No puedo explicarlo. Así es la gente. A veces hacen cosas sin ninguna causa”.

“¿Hacen cosas sin ningún motivo?”

“Bueno, no había ningún propósito único por el que tomé  tu mano. Entonces, si alguna vez quieres tomar mi mano sin ninguna razón en particular o algo por el estilo, entonces siéntete libre de hacerlo”.

“Ya veo…” Ruti fijó su mirada en nuestras manos.

“¿Hermano mayor?”

“¿Sí?”

“Te quiero.”

Eso fue raro.