Shin no nakama janai to Yuusha

Volumen 2

Capitulo 1: No Tengo Tiempo Para Ser Aventurero

Parte 4

Al día siguiente, nuestras vacaciones terminaron y volvimos a la rutina habitual.

“Muy bien, pongámonos a trabajar”, anuncié enérgicamente.

“No hay nada de malo en el entusiasmo, pero tampoco tenemos nada que hacer”, dijo Rit con una sonrisa un poco irónica.

Ella no estaba equivocada.

“Los boticarios tienen mucho tiempo libre en sus manos”.

“Sí, es lo opuesto  a un negocio centrado en pequeños márgenes y volumen. Aunque no es tan extremo como Stormy, donde hacer un solo mueble puede llevar mucho tiempo. Además, no tenemos que hacer todo ese mantenimiento de registros como el Dr. Newman”, comenté.

Todo lo que necesitábamos eran unos pocos pedidos al día para obtener ganancias. Es más, eso podría complementarse con compras regulares en los diversos hospitales y clínicas que el Dr. Newman nos presentó, por lo que el dinero no era un problema.

“Oh, sí, ¿qué hay de tu anestesia?” Preguntó Rit.

“Estaba planeando dar algunas muestras a algunos de los médicos locales junto con un poco de documentación que lo explique”, detallé.

“Sin embargo, es un medicamento nuevo, por lo que llevará algún tiempo aprobarlo”, observó Rit.

“¿Qué pasa con la medicina para neutralizar ese narcótico?”

“No ha habido ningún movimiento allí todavía. No hubo un aumento en los pedidos mientras miraba la tienda, ¿verdad?”

“No. Aparte del incidente con el que ayudó, solo ha habido otro caso de sobredosis hasta ahora”, me informó Rit.

Entonces hubo otro caso.

“Pero la droga en sí se ha vuelto bastante popular si los rumores que escucho de otros aventureros son algo por lo que pasar”, concluyó Rit.

El uso de la sustancia repugnante tampoco fue exclusivo de Zoltan. Se decía que el narcótico se propagaba como una plaga de una ciudad a otra.

En tiempos de guerra, quienes dependían de la medicina para tratar su dolor no tenían fin. En las dosis adecuadas, estas sustancias eran inofensivas, pero cuando se usaban para superar batallas que duraban días y días, las personas podían volverse adictas y terminar desesperadas por obtener más incluso cuando no las necesitaban. La adicción entre los aventureros retirados se consideraba un problema muy real, incluso en la capital.

“Por cierto, ¿qué hace esa droga exactamente?” Yo consulté.

“La solicitud de aprobación indicó un uso de analgésicos anestésicos como su medicamento, pero al tomar tres veces la dosis estándar, aparentemente evoca una sensación de euforia”, explicó Rit.

La joven estaba muy bien informada, como cabría esperar de un aventurero de rango B. Probablemente solo había investigado un poco en su tiempo libre, pero se las había arreglado para encontrar información bastante detallada.

“Además, realmente no tenía ningún sentido cuando lo escuché, pero… dijeron que te permitía convertirte en una nueva versión de ti mismo”, agregó Rit después de un momento.

“¿Una nueva versión de ti mismo? ¿Aparte del sentimiento de euforia?” Yo pregunté.

“Sí, el vendedor aparentemente enfatizó la parte del nuevo yo”.

¿Un narcótico que te permite convertirte en un nuevo yo? ¿Qué diablos significa eso?

“¿Es una poción mágica? No, si lo fuera, tendría que ser un líquido”, se preguntó Rit en voz alta.

Las pociones mágicas solo recreaban los efectos de los hechizos existentes, de todos modos. Todos y cada uno requirieron que un mago lanzara el encantamiento para hacer una poción con él, lo que hacía que ese tipo de brebaje fuera difícil de producir. Preparar un stock grande de antemano para venderlo todo de una vez tampoco encajaba en el modelo aquí.

“Una poción no se trataría como una nueva medicina en primer lugar, por lo que ni siquiera necesitaría aprobación”, corregí.

Tenía que ser un compuesto que derivara un efecto de hierbas medicinales como las que hice. Sin embargo, no tenía ni idea de qué implicaba convertirte en una nueva versión de ti mismo.

“¿Quizás se deriva de algún narcótico de elfos salvajes?” Propuso Rit.

“Ninguna posibilidad. Si hubiera algún tipo de descubrimiento importante como ese, lo harían en algún lugar donde pudieran ganar más dinero con él, no aquí en Zoltan. Podrías hacer una fortuna llevándola al Gremio de Alquimistas y vendiéndoles el descubrimiento,” dije.

Los elfos salvajes residían en lo profundo de las montañas y rechazaban las normas de la civilización estándar. Aparentemente, los de su especie existían incluso cuando los elfos del bosque todavía estaban alrededor.

Algunos eruditos creían que estaban directamente relacionados con los antiguos elfos.

Solo en una ocasión, hace mucho tiempo, me había encontrado en un asentamiento salvaje de elfos. Para mi sorpresa, durmieron al aire libre como lo haría cualquier otro animal.

Como era de esperar de un pueblo que vivía de esa manera, también estaban todos totalmente desnudos. A pesar de ese estilo de vida, no exudaban ningún olor corporal, y aunque de ninguna manera estaban limpios, se veían hermosos. Era como si la vigorosa energía que exudaban fuera mejorada de alguna manera por la suciedad de sus cuerpos. De hecho, los elfos eran una especie increíble.

Si bien no conservaban ningún registro escrito, los elfos salvajes poseían una gran cantidad de conocimientos que se habían transmitido oralmente a lo largo de las generaciones. El solo hecho de lograr traer de vuelta un fragmento de ese conocimiento a la sociedad normal hubiera hecho rico a cualquiera.

No era descabellado preguntarse si esta extraña droga nueva que circulaba podría haber tenido su origen en el conocimiento de los elfos salvajes. Sin embargo, el distribuidor que hizo todo lo posible para venderlo en la frontera parecía casi contradictorio.

“¿Quizás lo vendieron en otro lugar y luego fueron desterrados?” Propuso Rit.

“El rumor ciertamente viaja más lento por aquí”, admití.

Finalmente, decidimos que nos habíamos demorado en el tema lo suficiente. Parecía poco probable que alguno de los dos diera con la respuesta.

De repente, se escuchó un grito justo afuera de la puerta, y un hombre ensangrentado se arrojó a la tienda y se derrumbó al suelo.

“¡Rit!”

Con asombrosa velocidad, Rit ya se había movido para recoger algunas medicinas y vendas antes de que yo dijera nada. Me calmé y me acerqué al hombre.

“¿Estás bien? Aquí, déjame echar un vistazo”.

La persona herida parecía estar tratando de decir algo. Desafortunadamente, su cuerpo estaba sufriendo espasmos violentos y no pudo pronunciar las palabras.

“¡Sedante!” Rit gritó mientras me arrojaba un pequeño frasco. Ese tipo de manejo probablemente no era algo que un boticario debería haber estado haciendo, pero no había forma de que un aventurero habilidoso como yo o Rit hubiera fallado en la captura de algo pequeño.

Cogí la botella con mi mano izquierda mientras mantenía al invitado ensangrentado inmovilizado en el suelo con mi derecha. Abriendo la tapa del vial, sostuve el contenido expuesto debajo de la nariz del hombre. Sus ojos se desviaron por un momento, y luego se relajó, como si la fuerza estuviera siendo minada de su cuerpo.

“Ahí vamos”, murmuré.

Rápidamente examiné sus heridas. De un vistazo, parecía haber sido herido en tres lugares por algún tipo de arma grande.

No es bueno; si no hacemos algo rápido, será demasiado tarde… pero lo que sea que hizo esto podría ser en algún lugar de la ciudad.

“Rit, consigue unos vendajes y un hemostático para detener el sangrado. Después de eso, ¿podrías tomar tu arma y ver lo que está sucediendo afuera?” Solicité.

“Sí, ese no es el tipo de herida que se obtiene en un accidente. Entendido.”

Rit me entregó lo que le había pedido y luego tomó sus confiables shotels y se dirigió afuera en alerta máxima.

***

Dejando a Red atrás, Rit salió y miró alrededor de la tienda. No había nadie alrededor, pero era imposible no escuchar el coro de gritos que brotaban de las cercanías.

Si bien Rit no podía decirlo con certeza, pensó que no podría haber estado a más de una cuadra de distancia. Persiguiendo el sonido, los ojos de la joven captaron lo que probablemente era un rastro de sangre dejado por el hombre que había tropezado con el boticario. Siguiendo las vetas de carmesí seco, Rit dio vuelta en una esquina y se convirtió en un aliado.

“¡Aaaaargh!” Un hombre gritando que huía aterrorizado saludó a Rit mientras miraba hacia la calle estrecha. Bajando su centro de gravedad, Rit saltó en el aire, lanzándose directamente sobre la cabeza del hombre asustado. A pesar de ver una maniobra tan acrobática, el hombre aterrorizado no perdió el tiempo contemplando la vista y siguió huyendo.

No parece una simple pelea, pensó Rit.

Rit sabía lo suficiente de su tiempo luchando contra los ejércitos del señor demonio para reconocer cuando alguien estaba corriendo por su vida. Ella entendió que no había forma de que el demonio Asura Shisandan estuviera al final de ese pequeño callejón, pero apretó sus armas con fuerza de todos modos.

Volando fuera del callejón, Rit vio que de hecho no era un demonio Asura esperándola. Sin embargo,  lo que la miró a los ojos  fue igualmente inesperado.

Había seis personas tiradas en el suelo sangrando. Una pareja estaba gimiendo mientras intentaban detener el flujo de sangre, y al menos uno estaba claramente muerto ya que su cabeza estaba abierta. Uno de los heridos era un guardia con una lanza. Su casco de hierro lucía profundas abolladuras y estaba tendido en el suelo inmóvil con la cara en un charco de sangre.

Los aparentes asaltantes fueron tres hombres. Cada uno sostenía un hacha de batalla ensangrentada suelta en sus manos y se reían inquietantemente. Rit miró al hombre del medio.

“… Tú eres el que tiene la bendición del Ladrón estas con el grupo de Albert, ¿no es así?” Rit comentó en voz baja.

Mientras hacía todo lo posible por ocultarlo, Rit se sorprendió. Incluso si solo era un parásito, ese ladrón era miembro del grupo de rango B más fuerte de Zoltan.

“Rit. Rit. Riiiiiiiiiiiiit…”

Inmediatamente fue obvio que estos tres hombres no estaban en sus cabales. A pesar de la reputación de Rit como un poderoso combatiente, el trío se acercó  sin dudarlo. Incluso apretaban  los dientes como si quisieran intimidar.

“¿Qué pasa con ustedes?”

Rit no era exactamente el mejor amigo de los miembros del grupo de Albert, pero el ladrón era un compañero aventurero de rango B, y ella había conversado con él en algunas ocasiones en el pasado. Su nombre era Pick Campbell. Tenía un lado un poco insensible, pero definitivamente era un aventurero con un carácter bastante respetable.

Sin embargo, esta persona que se acercaba a Rit apenas se parecía al Campbell que había conocido anteriormente. Parecía más cercano a un monstruo salvaje que a cualquier otra cosa. Campbell levantó el hacha y se lanzó a la carga, pero Rit no se movió, contento con preparar sus shotels y esperar.

Es rápido y hay una agudeza en sus movimientos. ¿Es así como lucha alguien con la bendición de un Ladrón?

Cuando el hombre enfurecido cargó al alcance y bajó su arma, Rit dio un solo paso hacia adelante. El hacha no atrapó nada más que aire vacío cuando los dos se cruzaron. El brazo de Campbell se desplomó y el hacha de guerra cayó al suelo. Su cuerpo finalmente se dio cuenta de que había sido cortado, una mancha de color rojo oscuro se extendió por la ropa del hombre y se derrumbó. Sorprendidos, los otros dos prepararon sus propias hachas.

Rit utilizó las habilidades sobrehumanas que su bendición Spirit Scout le otorgó y cerró la brecha entre ella y sus oponentes con un solo paso mientras al mismo tiempo golpeaba con una de sus espadas. Hubo un chirrido de metal contra metal.

“Nrgh.”

Uno de los dos atacantes restantes había atrapado la hoja del shotel con el mango de su hacha. Rit pareció un poco sorprendida, pero con un movimiento fluido, giró la hoja del shotel.

La punta de la hoja curva se movió más allá del hacha de batalla, y el filo le mordió el estómago. Cuando ella retiró el arma, el hombre cayó de rodillas, sangrando.

“¡Eeep!”

Curiosamente, el último de los tres en pie parecía aterrorizado y se escapó. Cualquier locura que lo había poseído parecía haberse disipado como una ilusión. Rit lo persiguió.

“¡¿Argh?!”

Una flecha salió volando del callejón y atravesó la sien del hombre que escapaba, inmovilizándolo contra la pared del edificio. No había necesidad de comprobarlo, estaba muerto en el acto.

“Albert”.

Hubo un brillo feroz en los ojos de Rit mientras miraba hacia la calle. Albert estaba allí de pie sosteniendo una ballesta, y a su lado estaba el Dr. Newman.

“Mis disculpas. Parece que el miembro de mi grupo causó algunos problemas”, dijo Albert en voz baja.

“Albert, ¿qué está pasando?”

“Yo tampoco lo sé. Nunca hubiera pensado que Campbell fuera el tipo de hombre que haría algo tan bárbaro”. Albert habló con un tono que indicaba que se veía separado de esto, a pesar de que uno de los miembros de su propio grupo acababa de morir.

“Más importante aún, ¿no sería mejor ocuparse primero de los heridos?”

“S-Sí. De hecho”, dijo el Dr. Newman mientras agarraba su bolso y se apresuraba hacia las personas que yacían en el suelo.

“Sería mejor que tu prometido también viniera. Puede enviarme la factura de los medicamentos que tengamos que usar”. La muerte cercana de Albert a manos de Rit el otro día parecía algo distante, ya que el pomposo hombre hablaba con la misma seguridad en sí mismo que siempre lo hacía.

Algo en eso no le sentó bien a Rit. La bendición de la joven comenzó a aguijonear su mente, instándola a matar al enemigo percibido.

“D-De todos modos, necesito ayudar al médico, así que si me disculpas”. Al darse cuenta de la intención asesina que brotaba dentro de Rit, Albert se apresuró a retirarse hacia el Dr. Newman para escapar de su mirada.

“…”

¡Clang!

Hubo un fuerte estrépito metálico. Sobresaltado, Albert se dio la vuelta y miró a Rit en estado de shock. Ella estaba parada allí con la mano derecha extendida, después de abrir los dedos y dejar caer la espada. Una mirada confusa cruzó el rostro de Albert.

Era una especie de ritual que Rit realizaba para recuperar el control de sí misma cuando estaba siendo asaltada por los impulsos de su bendición. Extender sus armas, abrir las manos y dejar caer las shotels al suelo la ayudó a aclarar su mente.

Rit tomó la espada caída con su mano izquierda y la deslizó lentamente de regreso a su vaina.

“Haaah,” Rit dejó escapar una larga exhalación.